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Prohibida Seducción por Uchihauchiha

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Dudé si continuar el masaje o detenerme en este instante, no estaba pensando, sólo estaba actuando por instinto. Mis manos seguían puestas en sus caderas, subiendo y bajando sobre ellas, mientras él seguía ahí, estático, apretando las sábanas, mi mente estaba bloqueada, ese aroma que desprendía su piel ligada con el aroma de la canela me tenían hipnotizado y sólo quería ir más allá, hasta donde el me lo permitiese quizá. Cerré los ojos y los apreté con fuerza, una parte de mi seguía luchando porque me detuviese, pero mis instinto seguía dominándome. Cambié la posición, entonces me coloqué hacía el otro lado, su cabeza ahora quedaba a la altura de mi entrepierna, que ahora palpitaba y sé que estaba cubierta de lubricación, sí… Estaba excitado, esto estaba mal pero mi mente parecía no querer aceptarlo.

Me incliné hacía adelante, haciendo que mi pelvis chocara con su cabeza, creí que aquello le molestaría, sin embargo, se quedó muy quieto. Yo, aun tanteando el terreno, bajé mis manos por todo su torso, masajeando ahora sus pectorales, descendiendo a un ritmo casi torturador por su cuerpo, hasta llegar a su abdomen, a estas alturas, mi entrepierna estaba casi que sobre su rostro. Mis expertas manos acariciaron con suavidad su pelvis, provocando un fuerte estremecimiento en él, lo pude notar en primera fila, ver la forma en que movió sus caderas involuntariamente ante el contacto de mis manos en aquella sensible área y a su vez notar como sus manos se aferraban al colchón.

Tenía miedo de hablar o de hacer cualquier cosa que pudiese romper la hipnosis que había ahora en ésta habitación, deseaba continuar, aquella incierta situación me tenía completamente seducido, y entonces quise rozar lo prohibido con la yema de mis dedos, acerqué mis manos hacía su pubis, vi como su miembro estaba despierto, a través de la toalla notaba casi como palpitaba y aquella enorme marca en la fina tela de la toalla dilataba la excitación que tenía ahora. Acaricié suavemente con mis dedos, con un poco de miedo aún, fue entonces cuando increíblemente su cuerpo se convulsionó, arqueó su espalda e inclinó su cabeza hacía atrás, obligándome a retroceder e incorporarme, mis manos nuevamente llegaron a sus caderas.

En ese momento pude ver como se llevó una mano a su entrepierna, apretándose el mismo su propio miembro y a su vez mordiéndose los labios, aún con los ojos cerrados, su rostro reflejaba lo caliente que su cuerpo estaba, yo me llevé las manos a la cabeza ¡Era alucinante! Toda una locura, y fue en ese preciso instante cuando escuché como la puerta principal se mi apartamento se abría y eso sólo podía significar una cosa: Problemas.

POV end, Uchiha Itachi

 

POV Uchiha Sasuke

¡Maldita sea! Aquello era una locura, era él, era Itachi quién anteriormente me daba un simple masaje ortopédico y de un momento a otro la situación se volvió algo completamente distinto, era excitante a los extremos, casi irreal, fue tanto que tuve que apretar mi miembro, sentía que iba a estallar en cualquier momento, la sangre de todo mi cuerpo estaba acelerada a un ritmo demencial y deseaba sentir sus manos suaves sobre mi necesitada entrepierna, pero de pronto en medio de mi ensoñación pude escuchar como la puerta principal se abría, Papá estaba aquí…

Cuando abrí los ojos ya Itachi no estaba pero mi erección continuaba allí reclamando atenciones, tuve que acomodarlo entre el comienzo de la toalla y mi abdomen, intentando ocultarla.

– Papá. – Escuché como a lo lejos pronunció Itachi. Yo me levanté y acomodé mejor la toalla.

– ¿Cómo te fue en el viaje de negocios? No te has comunicado conmigo, por ello vine personalmente acá. – Dijo mi padre, parecía estar un poco molesto.

– Lo siento padre, llegué un poco cansado y me quedé dormido. – Respondió Itachi.

– Bien, en otro momento hablaremos de ello, vine también a presentarles a alguien que… –

– Fugaku, el automóvil al parecer está falta de gasolina. – Escuché aún dentro de la habitación otra voz que desconocía interrumpía a mi padre.

– ¿Dónde está Sasuke? – Preguntó por mí, cogí lo primero que conseguí y salí.

– Padre. – Saludé y fue entonces cuando vi un extraño hombre de tez clara, con el cabello castaño bastante largo y con un flequillo que caía en su rostro, tenía una mirada penetrante y algo ¿Perversa? No lo sé, debería tener unos 40 años, casi contemporáneo con mi padre.

– Sasuke. – Me saludó mi padre. – Quería presentarles a mi hermano, sé que no sabían que tenía uno, por ello hoy que finalmente regresó a Japón para quedarse y trabajar con nosotros, decidí que lo correcto sería presentárselos. – Sentenció mi padre, mi hermano y yo nos miramos extrañados.

– Vaya, son los pequeños Uchiha de la familia. – Habló el extraño hombre, tenía una voz bastante grave, casi podría jurar que mi piel se estremeció cuando emitió palabra. – Mi nombre es Uchiha Madara, espero llevármela bien con ustedes. – Expresó, mientras se aproximaba a mi hermano. – Y tú debes ser el famoso Itachi. – ¿Famoso? ¿No se supone que el cantante era yo? Noté como el extraño tipo estudió a mi hermano de pie a cabeza y si mi mente fuese retorcida juraría que Itachi le gustó.

– Así es. Aunque, no soy famoso. – Fue la escueta respuesta de Itachi, parece que el tipo no fue de su agrado.

– Oh, sí que lo eres. Todo el mundo habla maravillas de ti y de lo genio que es el famoso Itachi. – Dijo mirándolo fijamente y no me extrañaría que Itachi le gustase, con lo perfecto que era, a cualquiera le gustaría.

– Me halaga, señor Madara. Pero las personas exageran y hablan de más. – Respondió mi hermano, sin dar indicios de comodidad ante la conversación.

– Itachi, debido a la hora que es, no podremos reunirnos, pero mañana a primera hora sin falta te quiero en mi oficina. – Dijo mi padre, en la puerta del apartamento.

– ¿Qué? Pero ¿Y mis vacaciones? – Preguntó Itachi.

– Estás de vacaciones, tómalo como algo extra-profesional. Antes de irme, necesito tomar gasolina de tu coche. – Le dijo papá a Itachi.

– Bien, bajemos. – Dijo mi hermano.

POV end, Uchiha Sasuke

 

POV Uchiha Itachi

– Yo iré Fugaku, mi auto tiene mañas, espera acá. – Dijo ese hombre que ahora supuestamente es mi familia, yo bajé primero, por alguna razón no me daba buena espina, caminé apresurado y entre al ascensor y él entró también, cerré la puerta, marcando PB donde estaba mi auto, fue un silencio incomodísimo.

– ¿Y qué edad tienes? No eres tan pequeño como tu hermano. – Me preguntó.

– Digamos que no soy pequeño, tengo 28. Aunque delante de usted sí. – Dije, con respeto.

– Ni tanto, pues tengo 41. – Respondió, guiñándome un ojo… ¿En serio me guiñó un ojo…? – Tienes todos los rasgos que un Uchiha debería tener. – Expresó, mientras casi sentía como me comía sólo con los ojos, por unos segundos me sentí intimidado. ¡¿Qué estaba sucediendo?! Éste aire de incesto me estaba enloqueciendo, di gracias al cielo que el ascensor se abrió y llegamos a planta baja y para mi suerte o desgracia, no sabía bien como calificarlo, me topé de frente como el novio de mi hermano.

– Eh… Itachi. – Saludó, un poco cortado.

– Naruto. ¿Vienes por Sasuke? – Cuestioné, como si no fuese obvio.

– Sí… Lo he estado llamando, pero no coge el móvil ¿Está bien? – Preguntó, haciendo que de inmediato recordara lo que acababa de suceder en la habitación hace apena minutos.

– Eh, sí, está arriba, con mi padre. – Aclaré.

– Oh, el señor Fugaku está, subiré a saludar entonces. – Los Namikaze y los Uchiha son amigos desde que tengo uso de razón y mi padre le tenía mucho aprecio a Naruto y a sus padres.

– Nos vemos en un momento. – Dije, y el señor Madara caminó a mi lado hasta llegar al auto.

– ¿Y ese chiquillo quién es? Parece ser un Namikaze. – Cuestionó.

– Es hijo de Minato Namikaze. – Dije, era bastante lógico, rubios como él no se encuentran en ningún lado, al menos que sea hijo de Minato o al menos familia, como Deidara pensé, mientras comencé a extraer gasolina.

– Lo supuse, es idéntico a él. – Respondió ayudándome.

Ese fulano Madara no me agradó en lo absoluto, esa mirada perversa… No lo sé, terminé de extraer lo que necesitaba para encender el auto, justo cuando él encendía el auto, bajaba mi padre junto a Sasuke y Naruto, yo estaba recostado a mi auto.

– Está listo Fugaku, podemos irnos. Hasta pronto. – Se despidió Madara, dedicándome una mirada específicamente a mí.

– Nos veremos mañana Itachi, adiós. – Dijo mi padre, montándose en el auto.

Ambos se retiraron y yo caminé hacía dónde estaba Sasuke.

– No sabía que teníamos un tío. – Dijo Sasuke, mirando fijamente el automóvil.

– ¿Tío? – Cuestionó Naruto, extrañado.

– Hm, ya ves… Nuestra familia oculta miles de secretos que ni siquiera te imaginas Sasuke. – Respondí, mientras caminaba al ascensor.

– Nos vemos más tarde Itachi, saldré. – Fueron las palabras de mi hermano, quién no esperó a que yo dijese algo, para coger su coche e irse. Bufé, detestaba que saliera de esa manera tan liberal y aún más después que mantiene esa relación con Naruto, no tengo nada en contra del Namikaze, pero… no estoy de acuerdo con esa relación tan fuera de lugar.

Subí por el ascensor hasta llegar a mi apartamento, entré y me dejé caer en el sofá, estaba molesto y justo en ese momento recordé lo que hace poco tiempo acababa de pasar… – Sasuke… – Pensé, recuerdo que desde que éramos niños siempre sobreprotegí a mi hermano, de todo y todos, él nunca se separaba de mí, me admiraba y decía a menudo que quería ser como yo. Se caracterizó por no ser de relacionarse mucho con humanos, no le agradaba, de hecho en sus 22 años no le he conocido la primera pareja, creo que Naruto es el primero, siendo aún más extraño, no hubiese pensado que era homosexual, aunque según él es bisexual, prefiero evitar tocar ese tema.

Yo tuve una sola novia, Uchiha Izumi, perteneciente a nuestra familia, pero lejana. Duramos varios meses, pero sencillamente no resultó, ahora estoy soltero, mi vida profesional no me da tiempo de absolutamente nada y ahora que estoy de vacaciones, francamente no sé qué hacer con mi vida. Me quedé ahí tirado, meditando… Creo que tanta soledad me estaba haciendo pensar demás. Las horas pasaban y sin darme cuenta me quedé profundamente dormido.

No supe en qué momento exactamente, tampoco sé si era por lo adormecido que estaba, pero de pronto sentí como un olor a alcohol atravesaba bruscamente mis fosas nasales, y una respiración sobre mi rostro me hizo despertar de golpe. Me sobresalté, sentándome y chocando con la frente de un chico… Cuando pude terminar de despertar parpadee varias veces y vi que era Sasuke.

– ¿Sasuke…? – Cuestioné viéndolo sentado en el piso, sobándose la frente.

– ¿Qué rayos…? Golpeaste mi frente… Hip… Idiota. – Dijo entrecortadamente.

– ¿Qué hora es? ¿Has estado bebiendo Sasuke? – Pregunté, viendo en el estado que ahora estaba.

– Hip… Sólo un poco. – Respondió hipeando, en serio estaba ebrio.

– ¡Ototo-baka! – Le grité molesto. – ¡Para eso querías largarte con Naruto! ¿No? ¡Para embriagarte hasta la médula! ¡Por eso y por muchas razones jamás estaré de acuerdo con esa relación Sasuke! – Exclamé, lleno de ira. Mientras me levantaba del sofá y lo tomaba a él del brazo, me giré hacia el reloj de pared que tenía el living y vi que eran las 3am. – ¡Eres un irresponsable! – Sentencié, jaloneándolo y caminando en dirección al baño.

– ¡Yo sé caminar sólo idiota! Hip… – Me respondió, zafándose de mi agarre, nos quedamos parados en medio del pasillo que conectaba el living con su habitación. – ¿Por qué odias tanto a hip… a Naruto? – Preguntó de pronto, desconcertándome.

– ¿De qué hablas? Yo no odio a Naruto, odio como te comportas cuando estás con él Sasuke. – Dije, viendo como el alcohol había hecho estragos en él, sus mejillas estaban coloreadas de un tono carmesí y sus ojos se veían vidriosos, se veía… ¡Que importa cómo se veía Itachi! Estaba ebrio y se embriagó con él.

– ¿Estás celoso…? Hip… – Dijo de pronto, mientras se aproximaba hacía mí, yo retrocedí dos pasos chocando al instante con una pared.

– ¿Celoso? Por supuesto que no idiota... – Respondí casi con duda, viendo como acercaba su rostro al mío.

– Yo sé que hip… que estás celoso Itachi, Pero hip… no te preocupes, tengo ojos sólo para ti… – Me dijo el muy descarado, colocándome uno de sus dedos sobre mis labios. Yo quedé paralizado, no era propio de él tener esa clase de actitudes. – A veces siento que… – Expresó acercándose más a mi rostro, estaba peligrosamente cerca y yo comenzaba a preocuparme. – Deseo… – Decía entrecortadamente, mientras pegaba su nariz con la mía, mi cuerpo no reaccionaba, tenía que hacer algo, sino esto terminaría en desastre.

– Sasuke… Estás muy ebrio… – Dije aún acorralado entre la pared y su cuerpo.

– No estoy tan ebrio cómo crees… hip… Yo… – Balbuceaba, mientras miraba mis labios atentamente, yo sólo podía ver como los suyos se movían tan cerca de los míos, un olor a licor y menta se cruzó por mi nariz, aspiré profundo, era de Sasuke… – Bésame… – Me dijo en un susurro, casi no escuché su voz, sólo pude leer sus labios.

– ¿Qué? ¡No! ¿Has enloquecido Sasuke? ¡Debiste haber consumido algún estupefaciente! – Grité exasperado, apartándolo de golpe y caminando hacia su habitación, mientras el se incorporaba y me seguía.

– Por supuesto que… hip… no… No seas tonto. – Me dijo, estando muy serio, apoyado en el marco de la puerta.

– ¡Cállate Sasuke! Te daré una buena ducha con agua helada, sí, eso haré. – Dije, cogiéndolo del brazo y casi arrastrándolo por la habitación, lo metí con brusquedad a la ducha, con todo y ropa, cuando pudo reaccionar ya estaba mojado de pie a cabeza.

– ¡¿QUÉ DEMONIOS ITA…CHI?! –Gritó al sentir como se mojaba con aquella helada agua, yo estaba en la parte de afuera, sosteniéndolo.

– Es por tu bien Sasuke… No debes beber así. – Le dije, mientras lo obligaba a permanecer inmóvil dentro de la ducha.

– ¡SUELTA…ME YA ITACHI! Hip… – Decía, intentando soltarse, siempre fui más fuerte. Así que por mucho que luchó se quedó dentro, cuando creí que ya la borrachera se le había pasado un poco, cerré el agua.

– Ya puedes salir. – Le dije, soltándolo.

– IDIOTA. – Me dijo, ceñudo. No pude evitar burlarme un poco, se veía gracioso todo mojado y así de molesto con sus mejillas rosadas, era adorable. Salió del baño y noté como se iba a acostar aún con la ropa puesta.

– Negativo, te quitas la ropa y después te acuestas si quieres, te vas a resfriar si no lo haces Sasuke. – Le advertí.

– Fuiste tú quién me hizo entrar con la ropa puesta ¿no? Entonces ven y quítame la maldita ropa tú Itachi. – Me dijo con una mirada filosa.

– Serás… – Suspiré derrotado, sabía que si no iba yo mismo, haría un desastre en el colchón y a parte se enfermaría. Sin una pisca de sutileza le saqué la camiseta goteante, dejando su blanco y formado torso descubierto. Tuve el impulso de tocarlo, pero me contuve, sin pensar demasiado bajé mi mano y la coloqué en el botón de su pantalón y sin dejar que mi mente me hiciera una mala jugada, se lo bajé hasta las rodillas, era tanta mi concentración que coloqué mis dedos en el comienzo del bóxer negro que llevaba puesto y me disponía a bajarlo, cuando noté como su mano me sujetaba ahora.

Miré el agarre con detenimiento y luego subí mis ojos encontrándome con los suyos. Tuve el impulso de preguntar qué ocurría, pero sin previo aviso deslizó  mi mano por su abdomen, ascendiendo por su pecho hasta llegar a su rostro, dónde atrevidamente metió el dedo medio de mi mano en su boca y provocó una extensa y poderosa descarga eléctrica por todo mi cuerpo, concentrándose precisamente en mi entrepierna.

– Nhn… – Susurré, mordiéndome el labio inferior. ¿Qué carajos estaba sucediendo? Sasuke me miraba atentamente y de un solo movimiento bajó mi mano hasta su entrepierna por encima de su bóxer y… me obligó a tocarla… ¡Malditos reflejos! Sin poder evitarlo, lo apreté un poco, sintiendo como se endureció al instante…

–Agh… – Jadeó… ¿Había jadeado? Esto no podía estar sucediéndome, no a mi… 


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