Flash back.
Se encontraba sentado en el pasillo de un hospital, con la mirada en el suelo, sintiendo la mirada apenada del doctor y los sollozos suaves de su tía detrás de él siendo consolada por su bisabuela, recargado en la pared se encontraba un hombre de estatura mediana con mirada seria y dura a pesar del ambiente en que estaba. Era imposible describir como se sentía el pequeño, solo mostraba su rostro inexpresivo.
—Es… una enfermedad sumamente rara—Hablo el doctor al hombre, le pareció que era el único que mantenía la mente fría—no se sabe mucho de ella, solo puedo prometerles que no sentirá dolor…
—Por favor…—Dijo Mito suplicante—¿No hay algún tipo de tratamiento?
—No… lo siento—Hiso una reverencia y se retiró. El llanto de la mujer se hizo más sonoro, Gon se quedó sentado y volteo su mirada inexpresiva al adulto a su lado.
—Ging…—Llamo y el aludido volteo a verlo, era de cabello negro y ojos marrones, llevaba puesto una camisa café clara con pantalones oscuros—la última vez que supe de ti estabas en unas catatumbas…—decía como si nada y el aludido se rasco la cabeza incómodo.
—Abe me llamo diciendo que era una emergencia…—Agrego desviando la mirada a lo que se escuchó una furiosa voz.
—¡No lo hubieras llamado!—Exclamo furiosa y en lágrimas Mito—¡No se ha ocupado de su hijo en 15 años, mucho menos lo va a hacer ahora!
—Mito cálmate…—Dijo la anciana en un intento en vano de calmar a la peli naranja pero esta estaba sorda por el dolor.
—¡No! ¡¿Qué demonios haces aquí Ging?! ¡¿Te entro el instinto paterno justamente ahora?! ¡Anda a tomar por culo ese muy probable sentimiento de culpa que tengas! No mereces acompañar a Gon en un momento tan difícil—Acto seguido tomo la mano del moreno y la de su abuela para retirarse rápidamente, Gon con dificultad se giró a ver a Ging.
—¡Fue bueno verte una última vez Ging!—Grito para luego finalmente irse con las mujeres. Ging miro un tanto expectante hasta que los perdió de vista, luego suspiro y se rasco la cabeza incomodo por las miradas de los demás pacientes de ese hospital.
—¿Ahora qué haré? No podré concentrarme debidamente en mi trabajo después de esto…—Dijo con una cara de cansancio…
Fin de Flash Back.
Gon ahora tomaba ropas de su armario y las guardaba en maletas, vestía chaqueta y botas de viaje y se movía con prisa por el cuarto cuando entro su tía por la puerta.
—Gon ¿Ya estás listo?—Decía la peli naranja y el menor le sonrió mientras cerraba u maleta amarilla.
—¡Sí!—Respondió bajo la mirada de preocupación de la otra.
—¿Estás seguro de querer ir? Si te sientes mal puedes…—El menor tomo sus mano entre las suyas y la miro a los ojos con una sonrisa.
—Yo necesito Irme Mito san—Dijo amablemente—además tú y la abuela Abe vendrán con nosotros ¿Verdad?—la mayor sonrió.
—Si…—Abrazo al moreno escondiendo un par de lágrimas las cuales seco rápidamente, se reincorporo mirándolo sonriente—vamos.
—¡Sí!—El par salió del cuarto para ir a la entrada encontrándose con Kite y Abe llevando consigo más maletas…
.
.
.
.
Killua estaba sentado en su asiento en el salón con mala cara, y desprendía un aura de “Si me hablas te mato” que mantenía alejados a sus compañeros, sobra decir que es por cierta discusión del día anterior, no iba a disculparse, el jodido orgulloso niño albino no iba a disculparse, claro, si Gon lo hace primero quizás cambie de idea.
Paso las horas y ya Satotz había entrado a dar su clase normal, eso extraño mucho a Killua ya que Gon no había llegado todavía, la preocupación se reflejó en su semblante ¿Le habrá pasado algo? Pasaban las horas y ya había terminado la clase, ni rastros del moreno, se pasó todo el almuerzo buscándolo por todo el colegio, llego al patio trasero y camino por el bosque con la esperanza de hallar algo y lo halló, aunque no era Gon…
—¿Anita?—Llamo extrañado al encontrar a la aludida, estaba recogiendo unas pequeñas tablas y las ponía en un bolso, al mirar al alrededor Killua vio que tanto los animales como los corrales habían desaparecido—¿Recogiste todo tú solo?
—No, unos compañeros me ayudaron—Dijo como si nada encogiéndose de hombros para luego mirar al albino—pareces estar buscando algo o a alguien—Killua suspiro ¿Para qué mentir?
—¿Sabes dónde está Gon?—La otra frunció el entrecejo molesta, tenía la vaga esperanza de que fuera a ella a quien buscaba.
—Debe estar con Kite y los demás montando un tren, no creo que lo vallas a ver durante un tiempo—Observo la mirada de sorpresa del albino.
—¿Montando un tren? ¿Adónde irán?—Vio como Anita arqueaba una ceja extrañada de su confusión.
—¿No sabías del viaje que preparaba Kite?—Entonces el otro abrió los ojos en total sorpresa, lo había olvidado por completo. Sintió dolor agudo en su pecho, Gon no le había dicho que al final si iría…—por tu cara veo que ni siquiera se despidió de ti—agrego la chica mientras tomaba la mochila y la acomodaba en su espalda—yo me voy también ¿Quieres acompañarme para detener a tu enamorado en el último momento? Así podrían besarse apasionadamente bajo la nieve como en las películas—Killua no escucho sus palabras de odiosidad, solo dio media vuelta y se regresó por donde vino.
Entonces el día transcurrió con un revuelo de sentimientos en su pecho, primero sentía tristeza ya que Gon no le había dicho nada ni mucho menos se despidió, segundo se sentía culpable ya que probablemente se fue por la discusión que tuvieron y por último y el más importante de todos, soledad, la escuela era inmensa cuando pensaba que esa sonrisa infantil pero cálida no se hallaba por ningún lado, se sentía diminuto. Para cuando se dio cuenta las clases ya habían terminado y se encontraba de camino a casa, soltó un suspiro y apresuro el paso. Debido a la oleada de pensamientos en su cabeza y huracán de emociones en su pecho no había notado lo solitaria que estaba la calle, ni mucho menos la camioneta negra que le llevaba siguiendo desde que salió del colegio, fue muy tarde cuando escucho el arranque de un motor y el fin cuando sintió un golpe en su cabeza que lo dejo inconsciente…
.
.
.
.
—Ki…a—Un murmullo familiar y distante llegaba a sus oídos—Killu…a—esa voz se acercaba más, con pesadez abrió sus parpados.
—¿Go-Gon?
—¡KILLUAAA! ¡NOS QUIEREN VIOLAR!—Grito un horrorizado Leorio atado de pies y manos, junto a él un Kurapika en iguales condiciones solo que más calmado.
—¿E-Eh?—Pronuncio aturdido y sentándose con dificultad en un piso liso, cuando se dio cuenta que también estaba amarrado vio su alrededor, un cuarto pequeño y sencillo, paredes blancas sin ventanas y ningún tipo de mueble por la zona solo una puerta de madera en frente de ellos—¿Qué fue lo que paso?—pregunto a sus amigos.
—Estaba saliendo de la librería y fui a una cafetería, compre un café y después no recuerdo nada más, creo que me drogaron…—Explico el rubio un tanto confuso y en seguida los lloriqueos del mayor de los tres se escucharon.
—¡Y-Yo estaba saliendo de hacer un trabajo de medio tiempo en el hospital! Y de repente ¡BUM! ¡Alguien me jalo y me metió dentro de una camioneta! ¡NOOO! ¡¿Qué van a hacer con nosotros?! ¿A-Acaso nos prostituirán o nos venderán como esclavos en una tierra extranjera? ¡O no! ¡VENDERAN NUESTROS ORGANOS!
—Cálmate viejo, lo más seguro es que te maten cuando vean que tan inútil eres—Las palabras del albino solo enfurecieron al mayor.
—Pero de verdad no tengo idea de por qué estamos aquí—Comento El rubio pensativo e intrigado—Killua viene de una familia millonaria, tiene sentido que se lo llevaran ¿Pero nosotros? Yo vivo solo y pago mis estudios con una beca, y Leorio no tiene donde caerse muerto.
—¡Oye!
—Sshuss—Silencio de repente Killua, al guardar silencio escucharon el ruido de pasos de alguien acercándose, con el suspenso en el pecho y un hilo de sudor en sus frentes vieron la puerta abriéndose, no podían creerse quien era esa persona.
—¡¿El papa de Gon?!—Dijeron al mismo tiempo los tres al ver al aludido con expresión neutra.
—¿Por qué razón nos secuestró?—Interrogo Kurapika confundido al igual que el resto y el moreno suspiro.
—No tengo idea de cómo es invitar a hablar de un asunto a los amigos de tu hijo, así que use el método que me sabía—Explico a lo que los presentes les corrió una gotita de sudor por la frente.
—Enmm… ¿Usted secuestro antes?
—Concéntrate en lo importante—Interrumpió Ging de manera estricta—para nadie es un secreto que prácticamente abandone a Gon al cuidado de Mito y Abe—hubo un silencio y continuo—por eso en este momento tan difícil que está pasando no tengo derecho a acompañarlo y apoyarlo, en su lugar le llevare a los que sí estuvieron con él desde siempre—el trio se sorprendió, pero sobre todo Killua cuando escucho ciertas palabras.
—¿Qué le sucedió a Gon?—Dijo el albino con un semblante de preocupación a lo que el moreno arqueó una ceja extrañado.
—¿No lo sabes?
—¿Saber qué?
—Bueno… Supongo que Gon no le gusta hablar de algo así—Killua entro en pánico por sus palabras bajo las miradas de sus amigos detrás de él.
—¿Cómo que no le gusta hablar de eso? ¡¿Qué le paso a Gon?!—Hablo sin darse cuenta de que alzo la voz y la verdad es que poco le importaba si se veía maleducado o desesperado, ahora mismo se encontraba ansioso y muy preocupado. Al darse cuenta del estado del menor Ging suspiro, odiaba ser el portador de una noticia así, con mirada estricta y voz grabe hablo.
—Gon va a morir.
Continuará…