Secuestrado…
Vegeta se paralizó al instante, reconoció esa voz. Esa voz era la misma que había escuchado antes de perder la conciencia. Y entonces recordó todo… Desde que los emboscaron, hasta cuando asesinaron cruelmente a Broly frente a sus ojos. Broly ya no estaba… No pudo reprimir las lágrimas y empezó a llorar mientras sollozaba.
-¿Por qué…? – Fue lo único que pudo susurrar mientras intentaba no llorar.
-¿Por qué? Simple. Nos ordenaron secuestrarte, porque como sabrás, nuestra familia odia a la tuya. – Volvió a hablar aquella voz que producía un miedo indescriptible para Vegeta.
-¿Mi… Familia?- Susurró. En ese momento recordó a su Madre, Padre y a su hermanito. Las lágrimas invadieron sus ojos, y se auto- abrazo con fuerza.
-Conoces a nuestra familia… ¿No? – Aquella voz hablo con un tono sarcástico y burlón.
-…- Vegeta no respondió, lo único que hacía era llorar desconsoladamente.
-Debo llevarte con mi hermano, pero podríamos jugar un poco antes ¿No? – Dijo esto con una sonrisa maliciosa y una mirada lujuriosa. Tomó ambas muñecas de Vegeta y lo empujó hacia la cama. - ¿Sabes? Me pareces una ternurita. Eres adorable, tu cuerpo es pequeño. Ya veo porque mi hermano se fijó en ti. Eres una hermosura. – Aquella persona empezó a besar el cuello de Vegeta mientras este lloraba descontroladamente e intentaba zafarse de su agarre.
-Raditz… - Llamó una voz masculina desde la puerta.
-¿Eh? ¿Qué quieres Zarbon? – Dijo Raditz con un tono de voz molesto.
-¿Sabes que el Jefe te matará si te ve en esa posición con su propiedad? – Dijo Zarbon mientras se acercaba a la cama.
-Que aburrido eres, Zarbon. No olvides lo que te dije… Vegeta Saitō. – Dicho esto, Raditz se levantó y se fue de aquel lugar, dejando solos a Vegeta y a Zarbon.
-¿Estas bien, pequeño? – Pregunto con una sonrisa amigable Zarbon mientras ayudaba a levantarse a Vegeta.
-S-sí, estoy bi-bien. Gra-gracias – Zarbon le sonrió aún más a Vegeta y empezó a tender la cama.
-No hay de que, a veces hasta a mí me cansa ese Raditz. Por cierto soy Zarbon ¿Y tú eres Vegeta Saiyan? – Vegeta tardo un momento en contestar hasta que finalmente lo hizo.
-S-Sí. - Zarbon vio fijamente a Vegeta un momento hasta que hablo.
-Me agradas, ven te daré algo de comer. Debes estar hambriento. – Vegeta se quedó quieto en su lugar en silencio. Zarbon lo observo un momento y habló. – Por favor Vegeta, sígueme. O sino ellos vendrán por ti. – Dijo lo último en voz baja mirando de reojo a la puerta.
-¿E-Ellos? – Vegeta se tensó mientras Zarbon le susurraba algo. – El Jefe tiene guardias y guarda- espaldas por todos lados, y si te encuentran aquí, solo… Nunca volverás a ver la luz del sol… ¿Entonces me acompañas?- Dijo lo último con una sonrisa simulando no haber dicho nada.
-Cla-Claro… - Empezaron a caminar mientras Vegeta veía para todos lados.
Esto… Zarbon – Después de un rato largo Vegeta tomó coraje de hablar.
-¿Si? Dime – Zarbon con una sonrisa entro junto a vegeta a una sala muy grande y le indico a Vegeta que se sentara en una silla.
-¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí? ¿Por qué a mí? – Vegeta se animó a preguntar aquello e hizo un gran esfuerzo por no llorar, debía ser fuerte.
-Estas en la mansión de los Son un lugar muy apartado de la sociedad y definitivamente muy lejos de tu hogar, estas aquí por qué el Jefe ordeno que te secuestraran y justamente él tiene cuentas que saldar con tu familia. – Zarbon mientras decía eso le preparo un sándwich de jamón y queso a Vegeta – Ten, un aperitivo. – Vegeta lo tomo y comenzó a llorar nuevamente.
-Vegeta, no llores por favor, no me gusta ver llorar a las personas. Mira, porque no… – La expresión de Zarbon cambio mientras se sentaba junto a él.
En ese momento entro por la puerta otra persona.
-Zarbon, el Jefe quiere ver a su propiedad. – Hablo fríamente mientras desaparecía
-Como quieras Yamcha. Vegeta es hora de que conozcas a la persona que nos ordenó secuestrarte. – Zarbon se levantó mientras Vegeta hacia lo mismo y caminaba detrás de él muy despacio.
Recorrieron muchas salas diferentes, la casa era realmente enorme, además de que estaba muy bien decorada. Solo era muy oscura, como si no hubiese nadie.
Después de tanto recorrer, Zarbon se detuvo frente a una puerta que destacaba sobre el resto.
Era una puerta de madera, muy bien decorada con detalles en dorado con una placa que decía ‘’Jefe’’.
Zarbon toco la puerta, y se pudo escuchar del otro lado un seco ‘’Adelante’’.
Hizo un ademan para que Vegeta entrase primero pero la cara de Vegeta palideció por lo que Zarbon entro primero.
-Señor. He traído a su propiedad. – Hablo Zarbon mientras Vegeta se refugiaba en su espalda.
-Oh, ¿trajiste al joven Saitō? Me alegro mucho Zarbon, me gustaría verlo. – En la voz de aquella persona se podía notar la maldad. Zarbon se hizo a un lado y Vegeta por fin pudo ver a su captor…
Era un joven de no más de 17 años, de tez morena, cabello alborotado con forma de una palmera, ojos tan negros que te podías sumergir en ellos y nunca salir, una sonrisa maliciosa, y un cuerpo que realmente era perfecto.
-Hola pequeño, puede que no me conozcas… Soy Turles Son, o más bien… Tu dueño… - Hablo Turles con una sonrisa macabra mientras miraba de arriba abajo a Vegeta relamiéndose los labios.
-… - Vegeta seguía sin hablar pero sus lágrimas hablaban por él. -¿Por qué? – Vegeta se armó de valor para preguntar aquello.
-Veggie, sé que esto debe resultarte extraño así que te lo explicare. Tu familia no nos agrada desde hace mucho, tu Padre nos engañó y desde entonces hemos planeado vengarnos.
Pero nunca lo encontrábamos por ninguna parte, así que como mi Padre salió de viajes de negocios, quise hacer algo para vengarme de tu Padre… Secuestrarte. Así por fin ese idiota de R. Vegeta nos pagaría todos estos años que hemos estado buscándolo. Pero no creas que fue fácil encontrarlo, hemos estado saltando de país en país, ciudad en ciudad hasta que por fin lo localizamos. En pocas palabras tú eres fundamental para mi venganza. Tus padres te aman, así que no quise desaprovechar esta oportunidad. Ahora tendré a tu Padre justo donde lo quiero… - Mientas hablaba fue levantándose de la silla hasta quedar enfrente de Vegeta. El nombrado cayó al suelo de rodillas sin poder seguir más en pie. Lo miró fijamente mientras este lloraba y veía el suelo. Turles descendió hasta quedar en su altura, levanto suavemente su cara y observo sus facciones.
Su cabello caía por su cara, sus ojos estaban rojos de tanto llorar y su pequeña boca estaba un poco abierta.
-Realmente, eres adorable Vegeta. – Dijo Turles perdido en sus orbes, mientras más lágrimas descendían por su rostro. –
-Qui-quiero irme a casa… Por favor… – Turles observo un rato más a Vegeta, sus ojos lo habían hipnotizado. Cuando salió de su trance, dejo a Vegeta en el suelo y se fue por la puerta. –No te dejaré ir, Vegeta. – Cuando dijo esto, se marchó a quien sabe dónde.
Ahora Vegeta se tenía solo a él…
O eso era lo que él creía…
Mansión Saitō
Eran las 21 Pm. No había señales de Vegeta por ningún lado, y eso realmente estaba preocupando a sus padres. Su madre Velitia había llamado a un Oficial de la familia para que rondara por la ciudad.
-Vegeta… Por favor, pequeño… - Se repetía una y otra vez Velitia mientras caminaba de un lado para el otro, como R. Vegeta y Tarble.
Tocaron el timbre y Velitia rápidamente fue a abrir la puerta, encontrándose con Tanaka y una expresión nada buena.
-¡Tanaka! ¿Has encontrado algo? – Velitia observo al Oficial un rato, mientras Tarble y R. Vegeta se acercaban a la puerta.
-Sí, encontramos el cuerpo sin vida de Broly en la esquina de la plaza Toru. – Dijo sin más rodeos.
Velitia palideció. –No es posible... Pero, ¿Vegeta está bien? – Pregunto con miedo en su voz.
-No encontramos a Vegeta, lo siento Velitia. – Esas palabras rompieron el corazón de la mujer en mil pedazos. No pudo soportarlo y empezó a llorar desconsoladamente al igual que Tarble.
En ese momento el teléfono de la casa sonó…
Velitia fue a atenderlo -¿Ho-Hola? – Respondió aun llorando
-¿Familia Saitō? – Dijo la voz macabra de Turles – Ponme en altavoz Velitia querida. – Se burló mientras ella hacia lo que pidió.
-Familia Saiyan quiero comunicarles que el pequeño Veggie está sano y salvo… Esta conmigo – Lo último lo dijo con una sonrisa maliciosa.
-¡Turles! ¿Qué le has hecho a mi Veggie? – Pregunto R. Vegeta mientras fruncía su seño al reconocer esa voz.
-¿Yo? Nada, no sería capaz de lastimar a esa cosita tan adorable. Pero lo único que quiero que sepan es que ahora Vegeta es mío… Y jamás podrán recuperarlo otra vez…