Alex y Himuro jugaban en la piscina en la casa de taiga, después de un duro entrenamiento a los que la rubia había sometido a ambos muchachos. El pelirrojo estaba haciendo algo de comer por pedido de Alex, y fue cuando vio que Alex le estaba sobando los cabellos con cariño a Himuro mientras le conversaba de algo.
¡Celos!, solo mas celos bullía en la mente del pelirrojo.
De pronto fue el moreno quien se abalanzo sobre la rubia robándole un beso, la adulta reacciono, y lo alejo, pero de manera maternal para luego seguir hablando, a simple vista parecía que la rubia aconsejaba al pelinegro, pero ante los ojos de un adolescente emotivo y con las hormonas alborotadas no era así.
De pronto llamaron al timbre, y la rubia salió de la piscina para atender, dejando a un pelinegro cabizbajo, cuando se alejaba le grito al joven.
-¡Tatsuya, después seguiremos con nuestra charla no lo olvides! y se alejó.
El tigre se acercó a la piscina, dejo las meriendas a un lado y se sentó al borde preguntando.
-¿De que hablaran después Alex y tú?
Hasta ese momento recién el pelinegro noto la presencia del pelirrojo.
-¡Taiga! No… de nada. Dijo nervioso.
¿Desde cuando Tatsuya le ocultaba cosas que si podía contarle a Alex?, la ira le invadió y se metió al agua a encarar a su amigo.
Se acercó a él pero el otro retrocedió unos pasos, eso no le gusto para nada.
-¿Porque quieres huir de mí? Acaso a pasado algo, que sí puedes contarle a Alex y no a mí, soy tu mejor amigo ¡somos hermanos!
-No, no es lo que piensas es solo que…
-¡Es solo que quieres estar a solas con Alex! Ya vi cómo se besaban.
Himuro se ruborizo, le dio mucha pena pensar que taiga había visto eso, ni el mismo sabia porque lo hizo, se estaba sintiendo raro desde hace un corto tiempo, sentía su cuerpo calentarse de la nada y tener fiebres , y no sabía porque hizo eso con la rubia, estaba muy apenado y le dio la espalda a su amigo.
Inconscientemente el joven e inexperto omega no podía manejar sus hormonas y empezó a despedir su sutil olor, el pobre estaba entrando en celo, ¡su primer celo!, sin un padre o madre que le aconsejaran y estaba pidiéndolo a la rubia que era el adulto que más admiraba.
El silencio y el hecho que le diera la espalda molesto de sobremanera a Taiga, que lo tomo de los cabellos e intento ahogarlo (claro que no con las intenciones de matarlo) el pelinegro forcejeo y le golpeo la cara, efecto que lo molesto mucho más, para luego empujarlo, Himuro le hecho agua y así, comenzó una pequeña rencilla en el agua.
Pero llego un momento en donde Taiga cogió por debajo de los hombros a Tatsuya para inmovilizarlo y evitar que siguiera pateándolo, y fue cuando lo noto.
El sutil aroma en celo de su compañero.
Ese aroma ya lo había sentido antes, una vez en clases, pero esa niña desapareció y no volvió en una semana, y nadie explico el porqué, otra vez lo sintió en el metro, pero estaba mezclada con otros aromas y no lo percibió bien, pero provenía de una mujer adulta, y otra vez lo sintió en un adulto, aún recuerda que cuando volvió a casa fue a oler a su madre, que olía bien, pero no era ese olor, y luego olfateo a Alex, y desde allí sintió que el aroma de Alex se parecía al suyo propio, al igual que el de su padre.
Soltó los brazos del pelinegro y su instinto le hizo abrazarlo muy fuerte desde atrás, poniendo su nariz en el cuello de su amigo aspirando ese aroma.
Himuro por su parte, no entendía, ni comprendía el comportamiento de su hermano, y pensó que solo lo abrazaba para inmovilizarlo. Y fue cuando sintió su nariz olfateando muy profundo en su nuca, le hizo estremecerse, aunque no sabía por qué, pero del asombro se quedó totalmente paralizado.
Himuro olía bien, demasiado bien, nunca había olido así antes y ¿porque ahora sí? Algo en el interior del joven pelirrojo estaba emergiendo, y él era tan joven e inexperto que no pudo retenlo.
Fue cuando el omega lo sintió, ese aroma, como el aroma que a veces olía en Alex, pero el aroma de Taiga le daba temor, no daba confianza, sintió miedo, algo no estaba bien. Y pensando en eso sintió la mordida en su nuca.
El tigre se había semi trasformado, sus dientes eran ahora la de un animal salvaje que lastimo la nuca de su compañero. Y su miembro se había estimulado, Taiga había perdido toda su conciencia, al lamer la sangre que salía de la herida que le había hecho a Himuro, en ese momento solo era un animal más, un alfa que no había tenido entrenamiento para poder tratar y suprimir su espíritu interior.
Comenzó a lamer y morder con descaro a Tatsuya, frotándose contra él, estimulando su miembro por encima del bañador que cubría los glúteos del pelinegro.
Por su parte ¡el muchacho estaba petrificado de miedo!, no sintió estimulo, al principio solo un poco, pero ahora tenía mucho temor, el ser que tenía detrás apretándolo muy fuerte y lastimándolo también con las garras que le había salido, no era taiga, no era su hermano, ¡quien era ese monstruo!
Taiga enceguecido y buscando mayor contacto intento bajar el bañador del menor; ahí sí que Tatsuya reacciono empujándolo de un codazo en el estómago.
-¡Que te pasa mierda, Taiga!, ¡qué haces, no me gusta, aléjate!
El chico no respondió, no podía estaba ido con sus ojos rojos solo relamiéndose los labios esperando por más.
Intento escapar, pero fue tomado nuevamente y esta vez de manera brusca por el pelirrojo, lo pateo, araño, mordió, pero ni así lo soltaba, cuando sintió que con sus garras le había destajado el bañador, Himuro se sintió, desolado, vacío, humillado, ¿cómo habían llegado a esto? ¿Por qué? Las lágrimas comenzaron a salir rogándole a Taiga que parara.
Pero el joven no estaba en ese momento allí, al contrario su espíritu animal había tomado el poder, y solo pretendía tomar al omega en celo que tenía en frente, sin importar que.
Abrió las piernas bruscamente de Himuro, sin preparación ni nada, ¡que le importaba eso, a su lado salvaje!, mientras que el otro le daba la lucha, fue cuando comenzó a gritar, pidiendo auxilio, mordiéndole la mano al tigre que intentaba callarlo.
Intento entrar, empujando su miembro dentro de la pequeña entrada( y claro que no podia entrar) y el dolor se hizo presente en el cuerpo del pelinegro, no, no (pensaba el pelinegro con terror) no, dejaría que eso pasase, no jodería su vida, ni la de su hermano, primero muerto, le metió un cabezazo que hizo rugir de dolor al contrario, y le hizo retroceder, pero reacciono mal y le dio un zarpazo muy fuerte en la frente por encima al ojo derecho de Himuro bañándolo en sangre, fue cuando había llegado Alex alarmada por los gritos del menor, el tigre quiso darle pelea porque sentía que le quitaban su presa, pero no fue afrenta contra un alfa madura, y Alex de un golpe lo desmayo.
Cuando despertó, tenía vendas en su cabeza, los brazos llenos de mordidas y arañazos, le dolía todo el cuerpo y en especial el golpe en el estómago que la mujer le había dado, pero… ¿que había pasado?… entonces lo recordó vagamente, lo que había hecho, en ese momento él no tenía control de su cuerpo, se levantó de improviso arrodillándose en el acto por el excesivo dolor, pero eso no lo detendría tenía que ver a Tatsuya como fuera, mala idea.
Entro al cuarto y lo que vio lo consterno y lo traumaría, tal vez de por vida.
Himuro en ese momento era curado por la rubia, solo estaba en calzoncillos estaban de espaldas y no podían verlo y tampoco notaron su presencia tal vez por la preocupación de ese momento.
Los brazos de Tatsuya estaban hinchados y llenas de moretones, sus piernas igual y cerca de sus partes íntimas, se veía marcas de garras que evidenciaban que había habido un forcejeo, su nuca mostraba una tremenda mordida, al igual que su espalda, pero sobre todo su frente estaba rota y aunque ya no había rastros de sangre, el corte que tenía evidenciaba que dejaría marca. Afortunadamente las personas con rasgos de animales curaban rápido, pero no borraban las cicatrices internas.
De pronto Himuro lo percibió y volteo con miedo tapándose inmediatamente y tratando de alejarse de él.
-Tatsuya tranquilo, taiga volvió a ser el mismo, ¿no es así taiga?
El tigre solo asintió con la cabeza, se sentía hecho una mierda , ambos aun eran unos cachorros, pero ¡cómo le pudo hacer eso a su hermano! el cual juro proteger para que otros no hagan lo que ¡él hizo!. Intento acercarse a Himuro y pedirle perdón, cuando el pelinegro grito presa del terror.
-¡Taiga te odio!, ¡ojala nunca te hubiera conocido!, ¡muérete! ¡No quiero verte nunca más! ¡Eres un monstruo!
Y esas últimas palabras clavaron muy profundo en el corazón del pobre chico.
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Y ahora despertaba nuevamente, después de recibir ese golpe en el estómago ya no cortesía de Alex, esta vez era cortesía de Murasakibara, pero el hecho era el mismo por proteger a Tatsuya.
-Taiga ¡te encuentras bien!
-Ni que le hubiera pegado tan fuerte Murochin
-Acéptalo Atsushi, si le pegaste fuerte.
-Moo ¡está bien! Pero no te enojes.
El muchacho abrió los ojos, ¡vaya sueño que había tenido! Y con ellos muchos recuerdos que prefería no haber recordado. Levanto la mano y toco el rostro de Tatsuya, levantándole ese flequillo que tapaba siempre su ojo, allí en la frente, cerca de donde nace el cabello, estaba la cicatriz que él le había provocado, la muestra de su pecado.
-Tatsuya lo siento.
-¿Taiga?
-Perdón por lo que te hice antes
-¡Eso quedo en el pasado! ¡Cuántas veces tengo que repetírtelo!, ademas no paso nada al final, sabes que no me deje, por favor taiga si no lo superas no podrás ser feliz, si sigues mal por lo que te dije en ese entonces ¡me arrepiento mil veces de ello!
-No, tú no tienes que arrepentirte de nada Tatsuya, era normal que reaccionaras así, deberías odiarme y alejarte pero me seguiste y me sigues llamando hermano, ¡gracias!
-Pero me doy cuenta que debo dejar todo atrás, además ahora tienes a Murasakibara que te protege, aun de mí, eso me hace sentir más tranquilo.
-Si piensas que te pediré perdón por el golpe, ¡no lo hare kagamichin!, me lo debías, creo que ahora me siento más relajado.
-Nunca pensé en hacerlo Murasakibara.
-Y con una mirada ambos alfas estuvieron en paz.
Himuro suspiro aliviado
El sueño no solo le había hecho, recordar ese horrible momento, también soñó cuando salió de Estados Unidos huyendo, cuando entro a seirin y cuando conoció a Kuroko. Cerró los ojos y nombro a su hermano.
-Tatsuya
-¿Necesitas algo más taiga?
-Quiero que tú y Murasakibara sean mis confesores
-¿Confesores?
Tengo que dejar ir todo lo que tengo guardado aquí dentro, para poner en orden mis pensamientos sobre Kise y quiero que ustedes me juzguen y aconsejen.
Pelilila y pelinegro se miraron entre ellos pero asintieron.
-Ya saben mi pecado más grande y para terminar, nunca te conté exactamente como llegue a seirin y mi encuentro con el equipo y con él.
Himuro sabía muy bien que ese “él” era Kuroko tetsuya.
Murochin traeré algunas botanas y algo de beber, algo me dice que esta será una historia larga.
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