Cuando Kise fue dado de alta, lo último que hizo gracias a la complicidad de Midorima y Takao (más de Takao) fue visitar de Magui san, pudo verla a través de un vidrio, ya que no podía entrara directamente al cuarto, sintió un gran dolor en el pecho, cuando la vio unida a esos tubos y cables que controlaban su ritmo cardiaco, nunca pensó ver a la gran y fuerte Magui san así, y por primera vez se dio cuenta que ella era una mujer, que también podía ser dañada, así que se planteó algo, convertirse en un adulto, tan fuerte y responsable capaz de protegerla y ser el quien reciba los daños la próxima vez. Y el primer paso para hacerlo era dejando sus miedos y tabúes de lado.
-Magui san volveré pronto para visitarte y espero que la próxima vez tengas tus hermosos ojos negros abiertos -beso el vidrio que lo separaba de la mujer para darse vuelta y alejarse, con la ayuda de Midorima y Takao. Afuera los esperaba Kagami, con su auto para llevarlo a esa nueva etapa de vida. Con su ayuda fue sentado en la parte del copiloto.
-Kagami, recuerda, tienes que darle estos medicamentos por la mañana y noche y estos de aquí inyectárselos, para que esa pierna suelde más rápido, afortunadamente por nuestra genética y estructura física sanamos rápido, pero aun así hay que tener cuidado.
-Y afortunadamente, (Takao prosiguió), te rompiste la otra pierna y no la que ibas a ser operado Kise chan, y aunque este rota fue en un lugar donde los huesos sueldan sin dejar complicaciones, además ahora hay medicamentos y aparatos médicos que antes no habían, estoy seguro que no habrá secuelas.
El rubio solo le sonrió, estaba muy cansado y ya no podía agradecer con su entusiasta manera de ser, el halcón lo comprendió.
-Cuando esa pierna sane totalmente, será el día de la operación a la otra, estaré preparando todo Kise.
-Gracias Midorimacchi. Y una cosa más, ¿cuándo será dada de alta Magui san?
-no te lo podría decir, depende de su recuperación.
-lo comprendo, ¡por favor cuídala mucho!
-Lo haremos Kise chan y al bien habrá los ojos te lo haremos saber.
-Kagami ¿comprendiste todo no?
-Sí Midorima, además me lo has apuntado, ¡vaya confianza que me tienes!.
El peli verde lo miro seriamente, y el tigre tenía que admitir que cuando ese búho se ponía serio, se veía mucho más alto y grande, notaba las diferencias de alturas. Aunque él no se quedaba atrás.
-Kagami, (esta vez le hablo en un tono muy bajo, solo para ser oído por el pelirrojo) más te vale no lastimar más a Kise, ni aprovecharte de su condición.
-Midorima, (contesto el tigre de la misma forma en voz baja), no lo lastimaré, pero si aprovechare las oportunidades que se me presentan.
La respuesta dejo con una ceja alzada a Midorima y se estaba replanteando el hecho de dejar a Kise con ese tipo, iba a agregar algo más, pero el tigre hablo muy fuerte frenándolo.
-¡bueno ya nos vamos!, no se preocupen, cuidare bien de Kise y vendremos a visitar a Magui san seguido.
-Más te vale cuidar bien de Kise chan, Kagami chan, o te la veras conmigo, y no querrás ver un halcón enojado. (Luego se dirigió al rubio), Kise chan, tienes el número de mi teléfono, cualquier cosa, aunque te duela poquito me llamas, ¿desacuerdo?.
-Sí Takaocchi -dijo el modelo divertido-, no te preocupes, mucho más que halcón pareces una mama gallina.
Y se alejaron despidiéndose de las aves.
-Ey Shin chan
-Dime Takao
-Porque me siento como si me estuvieran quitando un hijo (veía a Kise, como un polluelo amarillo peludito), siento que me lo están alejando y un tigre hambriento se lo lleva.
El más alto suspiro sobándose con los dedos el puente de su nariz
-Takao por primera vez, concuerdo contigo, me siento igual.
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-bien ¡ya estamos acá!
-¡Taiga!, ¡por fin! ¡Estaba tan preocupado!
Himuro y Atsuchi habían estado esperando impacientes, desde que Kagami les aviso lo de Kise y que vendría unos días a casa. Cuando escucharon el sonido del auto de Kagami salieron rápidamente a recibirlos.
-Kise como te sientes.
-Himurocchi estoy bien, duele menos de lo que parece.
-¡Ey Kise! chin, nos preocupaste, casi se me cae el pelo.
-Lo siento Murasakibaracchi (el rubio no pudo dejar de imaginar cómo se vería su amigo peli morado sin su cabello largo)
-Tatsuya ¿acomodaste el cuarto?
-Si, como me lo dijiste, aunque, ¿Kise dormirá en tu cuarto?
Inconscientemente los bellos de la piel de rubio se erizaron, aunque estaba tan cansado que en esos momentos no quería pensar.
-Primero, lo primero, Kise necesita descansar.
-Bien, Atsuchi ayuda a taiga.
-Sí, yo lo hare kaga chin, cargare a Kise chin
Y el gigante cargo a Kise sin ningún inconveniente, llevándolo suavemente al dormitorio.
-Taiga ahora tu anda, toma un baño y come algo, no has probado bocado alguno y apenas te cambiaste para ir con el auto a recoger a Kise.
-Lo hare Tatsuya, pero después de ver si Kise está a gusto o necesita algo, y salió detrás del gigante entrando a la casa.
Himuro resoplo, sabía muy bien que esa semana sería muy larga y al finalizarla habría más de una sorpresa, rogo inconscientemente que solo sean sorpresas buenas. Suspiro una vez más y entro detrás de los alfas.
-¿Estas cómodo Kise?
-si kagamicchi y gracias, ¿pero dónde dormirás tú?
-pues, estaba pensando que...
-No te preocupes Kise, yo dormiré contigo (contesto Himuro)
-¿Himurocchi?
-Tienes que tener alguien al lado, para poder ayudarte si quieres levantarte al baño, u otra cosa, ¡no te preocupes! lo hago con mucho gusto.
-¿Qué? y ¿quién dormirá conmigo? himurocchi
-Tú, dormirás con taiga
Ambos alfas se miraron entre sí, la idea no les gustaba para nada.
-¡Ni hablar! mejor yo duermo con Kise, se primeros auxilios puedo ser más eficiente que tu Tatsuya.
-ta...i...ga- respondió Himuro de manera cortante y con una linda pero tenebrosa sonrisa en la cara. Mientras que Kise se había vuelto algo rojo, por lo dicho.
-¡Está bien!, usare la cama Murasakibara, tu seguirás durmiendo en el futón.
-¡No!, yo quiero la cama, siempre duermo en el suelo
-Está bien, (el tigre estaba tan cansado que no quería pelear), usaras la cama y me darás el futon, pero no creo que entres en la cama de Tatsuya, seguro tus piernas sobraran.
-¡No importa! quiero dormir en la almohada de himurocchi y sentir su olor.
Inconscientemente Kise volteo a ver la almohada de Kagami, ¿también tendría su fragancia en ella?
-Ahora que estamos de acuerdo-hablo Himuro- ¿Kise deseas algo? ¿Quieres comer?
-No, gracias Himurocchi. la verdad es que estoy muy cansado solo quiero dormir.
-Está bien, te dejamos descansar, pero cualquier cosa puedes llamarnos, más tarde vendré a dormir contigo.
-Si está bien.
Los tres chicos salieron del cuarto, el rubio bostezo cansado, había sido un largo día, se acostó y se acomodó entre las colchas.
-La almohada huele a jabón, dijo ente susurros para quedarse profundamente dormido.
-¿Y bien taiga? ¡cuéntanos todo!, ¡y descansa! ya deja de cocinar, por hoy compramos comida por pedido.
-¡Bien! aunque no me agradan mucho estas comidas.
-Son hamburguesas, tus favoritas
El tigre conto todo lo sucedido a un Himuro que lo miraba atentamente muy estupefacto y un Atsuchi que también lo escuchaba comiendo sus gomitas.
-¡Que horrible!, también vi el accidente en las noticias, pero por lo que cuentas fue mucho peor.
-De seguro cubrirán todo, ya que fue responsabilidad del gobierno, el haber dejado que ese carro blindado viaje por una zona civil. Lo harán pasar por un accidente menor de tránsito, al menos eso dijo uno de mis superiores.
-Lo bueno es que Kise y su tutora están bien, aunque la mujer aun siga internada.
-Se pondrá bien, ella es fuerte otro se hubiera muerto por ese corte, pero ella no.
-Bien y ahora ¿que pasara?
-¡Cómo que! ¿Que pasara? Tatsuya
-No me vengas con eso taiga, te conozco bien.
El peli morado solo ve ía la conversación de los hermanos en silencio comiendo sus golosinas. La verdad es que Murasakibara era algo nervioso y solo el azúcar lo tranquilizaba, era algo genético.
-Yo… pues pienso pedir permiso unos días y cuidar de Kise, ustedes tienen que ir a la universidad y no quiero que tengas inconvenientes.
-no. no lo harás (dijo firmemente el pelinegro) seguirás yendo a la academia, y nos turnaremos para cuidar de Kise.
-Pero…
-Atsuchi estás de acuerdo, ¿no es así?
-Bien, si himurocchi creo que es lo correcto, acepto.
-Somos dos contra uno perdiste taiga
-Está bien, tus ganas Himuro, -suspiro el tigre cansado.
La verdad es que Himuro quería dejar que al menos que Kise se recupere un poco, antes que su hermano le dijera lo que pensaba que seria, conocía muy bien a taiga y sabía que esa mirada que ahora le brindaba al rubio era muy diferente al de otras ocasiones, el pobre Kise aún estaba en shock, e indefenso. No era el momento pensaba.
Pasaron 3 días, y como habían quedado, ellos se turnaban para cuidar al rubio y también hubo visitas por partes de Midorima y Takao y llamadas por parte de Akashi, él y Furihata aún estaban en recuperación, además el emperador no quería que nadie lo viera antes de volver a ser el mismo y aparecer nuevamente. Pero aun así, se enteraron en las noticias del accidente y Midorima también les había comentado al respecto, antes que escucharan algo más, que todo estaba bien y que Kise también, afortunadamente, no hubo comentarios que el modelo había estado en el accidente, así que su agencia lo tomo de manera reservada argumentando que había salido de viaje. Aun así, varios reporteros fueron a su departamento buscándolo, pero no hallaron a nadie tomaron lo argumentado por la agencia como cierto.
En unas de esas tardes al cuarto día.
-¿Estas despierto Kise?
-¿Kagamicchi?, me quede dormido lo siento, es que comí mucho y me dio sueño, tu comida es deliciosa como siempre.
-Gracias por el cumplido, ¿cómo te sientes, te pongo otra almohada?
-No es necesario, pero siento la venda de la cabeza algo suelta.
-Bien, ¡lo ajustare!
El tigre dejo de lado las ropas limpias que estaba acomodando y se acercó delicadamente hacia el modelo.
Se sentó a su lado y su cuello quedo a la altura del rostro del rubio.
Kise no pudo dejar de sentir una sensación de nerviosismo, en todo ese tiempo no habían estado tan cercanos y solos como ahora, siempre estaban con Himuro o Atsuchi, otras veces Takao y Midorima venían, así que ahora fue consciente que estaba en la casa de kagamicchi y que en estos momentos lo tenía demasiado cerca.
-Oe Kise, tu herida ya está casi sanada, creo que no debería ponerles más vendas.
El pelirrojo inconscientemente, acerco más su cuello al rostro de Kise, al tratar de mirar mejor la herida del rubio.
Kise pudo aspirar ese olor, ese olor tan tranquilizador y a la vez hipnotizante, o ¿acaso solo para él era así?, pero el aroma de kagamicchi le hizo sentir esa seguridad que tuvo en esos momentos de pánico en el accidente.
-Kise, lo dejare sin vendas, ya está casi completamente curado, pero aun así hay que tener cuidado y…
El pelirrojo paro en seco, al tratar de alejarse del rubio, sintió que este le tomaba de la camiseta y al agacharse vio, esos ojos, ¡pero que ojos!, ojos dorados brillantes, humedecidos, expectantes, Kise esperaba algo o eso lo reflejaba en su mirada. Con sus pómulos sonrosados y su boca semi abierta como queriendo decir algo, ¡rayos!, el tigre temió perder la cordura en cualquier momento.
Por su lado Kise al sentir que Kagami se alejaba, y todavía queriendo seguir percibiendo su olor había tomado inconscientemente la camiseta del pelirrojo evitando que se alejara.
-Ki…se…dijo el tigre tragando salida.
Kise reacciono, y soltó inmediatamente la camiseta, para preguntarse mentalmente ¿que rayos estaba haciendo? Esa no era la forma ¡no!, ¿pero acaso? ya estaba algo desesperado porque no encontraba el momento preciso para decirle a kagamicchi lo que sentía.
Por otro lado el tigre sacudía su camiseta para que le entrara algo de fresco, sentía que todo su cuerpo ardía, tal vez ya era el momento, pero no quería asustar a Kise, no de nuevo, tenía que buscar las palabras correctas, tomo valor y empezó.
-Kise, escúchame por favor necesito toda tu atención
El rubio que había bajado la cabeza para ocultar el sonrojo de su rostro, la volvió a levantar al escuchar esa voz tan decidida.
¡Pero que rostro!, sonrojado y tímido, tendría que ser uno muy valiente para no tirársele encima al rubio, a ahora que recordaba, cuando Kise se ponía así, le recordaba a un conejito, ¡no rayos! ¡Taiga concéntrate!.
El tigre se sentó a los pies de la cama, algo alejado, estaba buscando las palabras correctas que decir, porque podrían ser las ultimas si Kise lo rechazaba, y a la vez preparar las palabras para decir: “está bien solo seamos amigos si quieres”, aunque fueran como dagas para él.
Esperanzas y miedo, eso es lo que sientes cuando vas a confesarte, tus latidos se hacen más rápidos, tu respiración también, sientes que te ahogas, y a la ves esa adrenalina te empuja.
-Kise escucha. y no creas que es cosa del momento o una confusión mía, llevo mucho tiempo pensando que sería una confusión, pero me doy cuenta que no es así, ¡Kise casi muero al pensar que ese día te perdía!, y… ¡me gusta como comes mi comida! ( si el tigre estaba tan nervioso que se salía del contexto, además nunca se había confesado a nadie antes ¡por favor!, alguien que lo comprenda) ¡me gusta como ríes!, ¡me gusta como iluminas por donde vas, aun los corazones más tristes!, eres como el sol, Kise ¿quieres ser mi sol?
La cara del pobre rubio era de desconcierto; ¿que trataba de decir kagamicchi? No, tal vez si comprendía pero no podía creerlo, o al menos, no quería comprenderlo mal y cometer un error, se quedó mudo con los ojos abiertos, hasta el sonrojo se le había pasado por el asombro.
El tigre vio su expresión y lo tomo a mal, ¡claro! quise estaba mudo, por lo que dijo, era claro que sería rechazado, pero ya había empezado y tenía que terminar lo que quería o al menos intentaba decirle, i y si no quedaba de otra al final decirle que al menos no quería perder su amistad.
-Sé que estas incomodo por lo que digo y encima aprovechando tu situación, (el tigre se levantó de la cama no soportaba esa tensión, su cuerpo que había sufrido duros entrenamientos no era nada más que papel fino frente a esa situación, no pudo aguantar la mirada confundida del rubio, así que le dio la espalda poniendo la frente en la puerta apoyada en un brazo, bien en esos momentos le salía la cobardía, pero no podía aguantar esa mirada dorada)
Respiro profundo y lo soltó
-Kise tu eres importante para mí, de una manera especial, muy especial, yo…el corazón le latía a mil, yo te quiero más que eso… te amo…
Silencio
Pero no quiero obligarte a nada, solo quería decírtelo, porque sentía que este sentimiento me ahogaba, no ahogar de mala manera sino, hay espera ya lo tengo, no, Kise ¡soy un estúpido! que no sabe expresar lo que siente, solo sé, que te quiero a mi lado y sentirte cerca, espera no de forma mala, sino buena, ¡ay! espera puedo expresarlo mejor.
El tigre empezó a sobarse los cabellos con desesperación, la estaba fregando.
Lo último que dijo, ya lo dijo con pena.
-Pero no quiero comprometerte a nada, lo que yo sienta y tu sientas aunque no sea lo mismo, no quiero que cambie nuestra amistad, en verdad no quiero perderte Kise, te quiero a mi lado aunque solo como amigo.
Bien ¡con eso ya sonó como perdedor total! debería verse ridículo frente al rubio, volteo tímidamente para ver la reacción del rubio y lo que vio le contuvo el aliento
Unas lágrimas se le caían por las mejillas al rubio, pero su mirada era tierna y tenía una bonita sonrisa en el rostro, ahora el corazón de taiga ya latía a mil ahora y quería escaparse de su pecho.
Entonces pudo ver que sus labios se movían débilmente en un “sí, yo también”, ¿acaso había visto mal? ¡Kise dijo sí!
-“sí”, volvió a repetir el rubio, que estaba totalmente sorprendido pero también emocionado, dejo su raciocinio de lado y Kise solo dejo que su corazón hablara por él.
El pelirrojo ya volteo su cuerpo completamente y estaba inmóvil paralizado de la expresión, ¡Kise dijo sí, yo también! Pero… ¿si a qué?, ¿a aceptarlo como pareja?, o ¿a también a ser amigos?
Estaba a punto de acercarse al rubio y preguntárselo cuando de un golpe alguien abrió las puertas tirándolo al piso.
-¡Kise chan como estas! grito entrando un halcón muy ameno. ¿E? Kagami chan, ¿qué haces en el piso?
-¿Que paso Takao? ¡Taiga! ¿Porque estas besando el suelo?
-Perdón abrí muy fuerte la puerta-dijo perezosamente Murasakibara-
-Deberías aprender a tocar nanodayo
-Como sea, Akashi chan mando verduras frescas de su jardín y Furihata chan nos mandó un pastel, ¡¡vamos a comerlo!! ¿Kise chan estas despierto? vamos a la cocina te ayudare a levantarte y ¿eh?, ¿Kise chan porque te estas cubriendo con las mantas?
El rubio se tapó automáticamente con las sabanas, cubriendo su rostro, que de seguro estaría muy rojo, tratando de regular su respiración.
-Yo… solo tuve un mal sueño Takaocchi
-¡Pobrecito! allí voy a palmearte la espalda, y el halcón se dirigió al rubio aun pisando a un pelirrojo en el camino.
-Kagami levántate interrumpes el paso nanodayo
-Kagami aún tenía la cara roja, y mejor se había quedado en esa posición para que no lo vieran.
-¿Bro. Estas bien?
-Si Tatsuya no, te preocupes ¿Creo?
- Atsuchi ayuda a llevar a Kise a la cocina
-Bien murochin
El gigante también paso por encima del tigre y volvió a salir cargando a Kise por el mismo modo.
-Kagami chan. ¡Apúrate ya! Y deja de besar el suelo y ven para que prepares algo con las verduras frescas del emperador ¡ya quiero probarlas!
-Allí voy, dijo aún con la cara en el suelo Kagami.
Himuro le dio una última mirada a su hermano suspirando, de seguro había pasado algo.
Al ver que se retiraron, Kagami se sentó aun en el piso, para pensar.
-Kise dijo “si, también” pero ¿si a qué?, y ¿también a qué? pero le dijo a Takao que había tenido una pesadilla, ¿pensó que su declaración era una pesadilla? ¡Pero no! su rostro cuando dijo “si” era diferente, no era de mal gusto o desaprobación, ese rostro era hermoso, pero acaso se estaba equivocando ¡¡¡agggg!!! (Se sobo los cabellos con desesperación) nunca en mi vida me había sentido así.
-¡Kaga chinnn ven a cocinar!
Suspiro y se levantó golpeándose antes las mejillas con las palmas para reaccionar, a pesar de estar confundido su corazón estaba feliz y le daba una sensación placentera.
La ruleta estaba girando, se acababan los días de esa semana….