De pronto el celular de Akashi timbró.
-¿Diga?, Magui, ¡llegaste!
Al solo escuchar ese nombre el rubio que tenía abrazados a los omegas levanto la cabeza.
-¡¿Magui!, ¡es Magui san!
-Magui, Taiga tuvo un accidente y esta grave, estamos en el hospital xxx Ryouta está con nosotros, él se encuentra…¡usted imagínese como se encuentra!…Comprendo la esperamos.
-¡Era Magui san no Akashicchi!
-Sí y vendrá muy pronto, que bueno que llego, tú la necesitas Ryouta.
***
-¿Pero que habrá pasado?, ¿Taiga Kun grave?, ¿y Ryouta?…!no!, concéntrate, ahora tu deber es estar junto a tu cachorro. Ya le parecía raro que ni Ryouta, ni Taiga le respondieran el teléfono, fue por eso que se comunicó con Seijuro Kun.
-¡Magui!, ¡Magui!
-¿eh?, ¿me hablabas serena?
-¡claro que sí!, estabas como ida, ¿con quien hablaste? ¿Acaso está mal mi hijo? Era por qué no podías localizarlo, ¡pero dímelo Magui!
-No, Ryouta está bien, pero parece que su novio tuvo un accidente.
-¿¡Un accidente!?
-y esta grave
-¡Oh pobrecillo!, pero ¡y Ryouta!
-Está con él, pero iré ahora mismo serena siéntate como en casa y…
¡No, iré contigo!, por mucho tiempo, deje a mi hijo solo, ¡pero ahora no!, te acompañare Magui.
-Está bien, creo que Ryouta nos necesitara más que nunca, pero antes llamaré a alguien, es posible que necesitemos de él.
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Los minutos parecían horas
-Shintaro no creo que podamos hacer más por él.
-¡Pero padre!
-Hemos limpiado la droga de su sistema, pero no podemos revertir los daños causados, ni con su genética animal de auto recuperarse, está muy débil, su aura si apenas se siente, ni sé qué clase de animal interno tiene, comprendes lo que digo no Shintaro. Su aura es tan débil, que ni un alfa adulto y experimentado como yo puede sentirla.
-¡Es un tigre! -se apresuró a decir Takao que les estaba sirviendo de apoyo. Aunque sabía que no ayudaría esa información en nada.
-Ayudo el saber que droga utilizaron, pudimos limpiar su organismo con la medicina adecuada, pero…no tiene la fuerza suficiente para auto reconstruir sus órganos. Créeme que odio tener que decepcionarte hijo y eso que era la primera vez que pedias mi ayuda. Pero ya no hay nada que pueda hacer.
-Silencio.
Takao miraba al pobre tigre, tan lleno de vida antes, pero ahora pálido y con los labios morados, hasta su cabello había perdido su color característico, tenía razón Midorima san, su aura era pequeña, demasiada que no se podía distinguir su animal interno, su aura se Perdía.
-Aura...¿aura? pero… ¡esperen!, ¡podría haber todavía una esperanza!.
-¡Shin chan! ¿y si dejamos que Kise chan le dé un poco de su aura?, ¡como lo hizo con Kouki chan!
-¡Takao! Esto es serio, y ya te dije que eso fue una ilusión, nada más.
-¿Pero Kouki chan se curó no?
-Pero él no estaba muriendo, y además no había un diagnostico definido.
-Pero tenía una infección interna y altas posibilidades de infertilidad, ¡y se sanó!, ¡podemos intentarlo!
-¡Ya no más Takao!... ya no hay más esperanzas, aceptémoslo.
-¿Haber?, me perdí de algo muchachos y ¿quién es Kise chan?
-Nada padre, solo fantasías.
-¡No es solo fantasías!, Midorima san, Kise chan es el novio de Kagami chan, el paciente, y aunque fue raro lo admito, él pudo curar a otro amigo nuestro.
-Interesante-murmuró el adulto rascándose la barbilla.
-¡No lo es!, ¿qué pretendes Takao?, ¡ilusionar a Kise!, ¿y si no pasa nada?, sólo lo harás sufrir más, y se echará la culpa de no haberlo podido salvar.
-Puede ser cierto Shin chan, pero…no tenemos nada que perder.
-Cómo te dije Takao…
-Creo que debes intentarlo hijo.
-¿Eh, padre?
-Además estoy seguro que como novio desea despedirse, deja que se vean, como dijo Kazunari, no hay nada que perder.
El peli verde lo pensó. Pero luego acepto.
-Bien Takao ve por Kise, prepáralo y dile la verdad, a Kagami no le queda mucho…
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-¿Me pregunto cómo les irá?
-Acaso Kagami chin esta…
-Atsuchi no hables alto, te escucharán,
-Perdón... son los nervios akachin.
Kise, junto con el pelinegro y castaño estaban sentados aún abrazándose entre ellos.
De pronto la puerta se abrió dejando ver a un Takao vestido apropiadamente de enfermero.
-¡Kise chan ven por aquí rápido!
-¿¡Takaocchi!?
-Debemos cambiarte para que veas a Kagami chan.
-¿Cómo esta él?
El pelinegro negó la cabeza tristemente.
Todos lo comprendieron.
-Kise chan quieres verlo ¿no es así?
-Sí, quiero estar junto él
-¡Vamos!
Tatsuya quiso replicar, él también quería estar junto a su hermano, pero sabía que Kagami querría tener a Kise a su lado y más si eran los últimos momentos.
Al ver como se llevaban al rubio ambos omegas corrieron hacia sus parejas a abrazarse de ellas.
-Atsuchi, por favor no me dejes solo.
-Nunca lo hare muro chin, y te juro que si algún día te fallo, dejaré de comer dulces.
-Seijuro.
-Está bien Kouki, llora si quieres, pero con la condición que cuando me toque llorar a mí también, seques mis lagrimas
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De pronto una mujer pelinegra junto a una castaña llegaron agitadas por haber corrido.
-¿Dónde está Ryouta?
-¡¡Magui san!!
Los omegas soltaron a sus novios y corrieron a abrazar a la mujer.
-Ryouta entro a despedirse de Taiga.
-Des…despedirse ¿cómo que a despedirse?
-Sí, ya no le queda mucho tiempo, mientras lo hablaba Akashi arrastraba las palabras era duro decir eso.
-¡pero mi hijo está bien!
De pronto se percataron de la pequeña mujer castaña al lado de Magui.
-¿Su hijo?
-Sí chicos, ella es la madre de Ryouta, Kise serena.
-¡Díganme cómo está mi hijo!
-Él se encuentra bien, en lo que se puede decirlo, pero ya se imaginará Magui.
-Lo sé, debe tener el corazón roto, pobre de Ryouta.
Con fuerza Magui abrazo al castaño y pelinegro, también ella necesitaba de ese abrazo y encendió más su aura para que Kise desde adentro pudiera sentirla y saber que no estaba solo.
Y así lo fue, el rubio se percató que Magui estaba cerca y eso le dio tranquilidad.
-¡No estás solo!, ¡recuerda que no estás solo!, su mente y algo se lo decía una y otra vez.
Le pusieron una bata, tapaboca y gorro blanco lo esterilizaron y entró.
Su corazón tuvo un estrujo cuando vio a Taiga tendido inerte en la camilla, con sombras oscuras en los ojos, labios morados y fríos y su característica piel tostada ahora era muy blanca, su cabello pelirrojo hora estaba opaco.
Unas máquinas al lado hacia ruidos muy bajos.
No miró ni a Shintaro, ni a su padre, solo tenía mirada para el tigre.
-Se dejó llevar de la mano por Takao hasta estar cerca de él.
-Taiga…su voz se quebraba, cómo explicar el sentimiento de tener al ser que amas así, muriendo y sin poder hacer nada.
Sabía que no había esperanzas, pero tal vez en algún momento podría escuchar su voz.
Las maquinas al lado del tigre, calculaban sus latidos y actividad nerviosa, pero lo sonidos eran tan bajitos casi extinguiéndose.
Kise tomo una de las manos de Taiga entre las suyas, estaba demasiado fría, con la otra mano comenzó a tocar su rostro suavemente, estaba igual de frio, la vida del tigre se le escapaba frente a sus ojos.
-Taiga, dijiste que estaríamos juntos, lo ¿olvidaste? También dijiste que iríamos a los Estados Unidos y me presentarías a tus padres, además aún no has comprado los anillos, eres malo Taiga, mejor los hubiera comprado yo antes y así hubiera sido tuyo y tu mío, para siempre.
Una pequeña lagrima se deslizo por su mejilla, había prometido no llorar, pero no podía evitarlo.
-Dijiste que adoptaríamos, seis entre niños y niñas, y les enseñaríamos a jugar básquet, será muy bonito, pero primero tendríamos una casa grande y sobre todo una buena cancha de básquet.
Otra lagrima se deslizo por la otra mejilla.
-Y ¿quién sabe?, ¡tal vez hasta podríamos tener un hijo nuestro!, pero tal vez más adelante, cuando la medicina se desarrolle más, ¡te imaginas a un tigre o una tigresa!, preferiría una tigresa, porqué ya tengo mi tigre, de seguro sería una monada y la querría con toda mi alma, pero ella sería mi número uno y tú el dos, espero que no te pongas celoso de tu propia hija o hijo y le cedas tu lugar. A quien miento ¡ambos serian mi número uno!
Los ruidos de la maquina iban cada vez más lentos.
-¡Taiga por favor no me dejes!
Cada vez más lentos apenas oyéndose.
Takao se acercó a Shintaro, este lo abrazó y a la vez el padre de Midorima en un abrazo protector cubrió a su hijo y al novio de este.
-Taiga… (Las lágrimas caían ahora fuertemente)…lo mejor fue haberte conocido, gracias por aceptarme como era, pero… ¡lo siento no puedo despedirte así!, ¡no quiero despedirte!, ¡Taiga, que será de mi sin ti!, ¡no!, ¡¡¡me reusó a perderte no!!!!
Y fue cuando se escuchó el último titileo de la máquina.
Y fue cuando un aura dorada muy fuerte apareció, Takao y Midorima lo reconocieron, era la misma que apareció en la casa de Akashi, pero esta vez más consistente, la segunda cola de Kise aparecía y crecía frente la estupefacción de los presentes.
Pudieron ver que el aura dorada de Kise cubría el cuerpo de Kagami.
Midorima fue el más rápido en comprenderlo.
-¡Padre! dijiste que su aura estaba extinguiéndose, ¿pero que pasaría si alguien le diera de la suya?, y eso está pasando.
-Rápido ¡Shintaro!,! Kazunari! pásenme lo que les pido, utilizaremos el aura que le está pasando para ayudar en su recuperación interna, mientras compartan el aura hay una posibilidad que despierte su lado animal y se reconstruya por sí mismo ¡podríamos lograrlo! Al menos en teoría.
-¡Si señor!
-Adminístrenle este suero, es especial para personas de nuestra genética, no resulto antes por su aura baja, pero ahora hay una posibilidad. Inyéctenle una dosis en el cerebro y otra en el corazón.
-Papá ¿eso es?…
-Es en lo que he estado trabajando todo este tiempo, veamos si todo el tiempo que te dejé solo hijo, no fue en vano.
-Los segundos pasaban, era cruciales, pero pronto se escuchó.
Tic tic tic
Los latidos se hacían más regulares y fuertes, mientras Ryouta oraba.
-Por favor no lo alejes de mí.
-¡Midorima san!
-Solo un poco más. Tenemos que estabilizarlo o todo habrá sido en vano.
-Pero Kise chan se ve muy pálido, si continua así…
-¡Está bien! , si puedo ayudar a Taiga no importa qué…
-¡No digas tonterías Kise!, no dejaré que te sacrifiques, no sería un triunfo si dejo que tú mueras, ¡son ambos o nada!
El rubio sonrió
-Confió en ti Midorimacchi.
Otro tic tic tic.
-¡Bien! parece que el sistema nervioso responde, ¡ya lo tenemos! –Midorima san estaba sorprendido en todos sus años como médico jamás paso por eso, pero se sentía sumamente feliz y emocionado.
-¡Lo logramos! ¡Ahora para Kise chan ya es suficiente!
Y eso fue lo último que escucho claramente el zorro dorado, el esfuerzo había sido inmenso, y sobre todo que su cuerpo estaba aún recuperándose por los problemas anteriores, pero puedo ver antes de cerrar los ojos, que en el rostro de Taiga su color volvía, fue cuando sintió su cuerpo pesado y se desplomó.
-¡Kise chan! ¡Kise chan! Escuchó a lo lejos…
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Sintió una descarga eléctrica y se levantó de donde estaba sentada, bajo la mirada de asombro de serena.
-¡Ryouta!
-Magui ¿pasa algo? Pregunto la castaña.
-¡Ryouta está en peligro!
Los demás chicos gritaron al unísono, junto a la madre del rubio.
-¿¿¿¡¡¡Que!!!???
-¿De que hablas Magui? quien está en peligro es su novio.
-¡No! , ¡Ahora es Ryouta! Tengo que entrar pero… ¡rayos! Aunque entre no podré hacer nada, yo ya entregué esa habilidad.
-Magui acaso estás hablando de… la castaña preguntaba de forma tímida, ya que sabía a qué se refería la pelinegra.
De pronto un moreno entraba, de todas las personas los cuatro chicos más jóvenes, jamás se hubieran imaginado verlo allí, detrás de él venía Saitama san.
-¡Daiki Kun! Gracias por venir ¡te esperaba! y gracias por traer a Saitama san. Le saludó efusivamente la pelinegra…
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