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Just Love Me. por PandaZorro

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Notas del capitulo:

Hola, si no es broma.

dos actualizaciones en una semana!!

oh mi porno!! :v

pero, ya encerio. sip me inspire y aqui les traigo otro capitulo muy sensual 7v7

para empezar sale de la narracion de Ayano, ya que debo darle protagonismo a algunos personajes que me seran utiles y no sera la ultima vez que lo haga

ya entenderan el por que :)

en fin, hay un regalito y una sorpresa para ustedes, con todo mi kokoro <3

ahora, vamos con los reviews:

-Ale (7v7):    Si, Taro es lindo tienro pero muy, muy weon para no verlo UvU pero asi lo queremos. y lo más probable es que a las hermanas Basu las haga como unas minis fujoshis que actuaran como cupido para Ayano UvO

oh dios, claro que no me gusta hacer sufrir, ni a ti ni a nadie (mentira) pero recuerda, sus muertes siemrpe son necesarias para continuar la historia :)

y mi dulce, perversa niña aqui tiene salsa blanca eve si me entiendes 7w7)


-Hypellacorys: ¡Oh No! eh fallado, el consejero ;--; y aqui tambien falto!! no mi honor, soy una basura D:

pero, juro por mi negro corazon que el proximo cap tenre al consejero haciendo de las suyas :B

y si :33 viva el doble homicidio, el tan bello (?)  asdasdasdasd >//////< pls!! mi kokoro hace doki doki!! pls stop!!!



-Aryo: ... :) .... Sip, va ser la más fuerte y la más astuta :) y va a morir, por que va a morir, por que su muerte es necesaria :)

sip! al fin!! los celos siempre son lo mejor para ponerles las pilas a un Seme/Uke
y tranquis, que van a tener sus escenitas (en las duchas!!)[No](Verga...)
y creeme, va a ser más que digno de su lugar <3

y me guardo tu review en mi oscuro y podrido corazon <3


-Anónimo:  asdasdasd >////< PLs! stop!!! <3 <3 <3

si, el ver muchas peliculas de terror japonesas dan sus frutos UvU
y gracias <3 me costo decribirlo, yo queria algo más grafico :( pero tampoco puedo pedir tanto <//3

lo de el profe de ingles y Gakusei, no es nada. :v era un extra para evitar que se diera de madrazos con Ayano en esa sala :v

y lo más probable es que si, la hermana de la enfermera se transforme en detective... pero no prometo nada :v


ahora si!! a leer mis perversos zorros!!!

Un día viernes, como cualquier otro para el joven Shin Higaku. Caminaba encimado en la lectura, otro libro de ocultismo, eran tan normales entre su colección. Las ojeras que se formaban bajo sus ojos eran una marca del club de ocultismo. Al llegar paso escucho el escándalo de los del club de karate, muy energéticos para su gusto, o tal vez solo ruidosos.

Sus ojos casi purpuras se clavaron en el capitán del club, Masuta Budo. Suspiro mientras cerraba el libro de tapa rojiza cargándolo en su mano, llego a los casilleros saludando a los que eran miembros del club.

-Buenos días Higaku –Saludo Kukuma, la más joven del grupo.

-Si…Buenos días –Continuo la segunda chica, Supana venía con su mismo carácter de siempre, tan apagado y dormido, algo que compartían entre ellos.

-¿Has logrado encontrar algo? –Pregunto Daku mientras se arreglaba sus gafas.

-Un libro –Dijo levantándolo –Es algo más detallado que el otro.

-Espero que funcione esta vez –Hablo el último miembro presente, Chojo Tekina, el cual arreglaba el flequillo para que cubriera bien el lado derecho de su rostro.

Todos los integrantes se marcharon al oscuro salón, entraron encendiendo una tenue luz para no tener que encender las velas y gastarlas, cada uno tomo asiento en una de las sillas y como una rutina marcada comenzaron su lectura, era otro día más en el instituto, sin nada raro ¿verdad?

 

 

.:oOo:.

 

El toque de campana llamo a los jóvenes de cabellos oscuros a sus respectivas clases, guardando los libros los chicos se levantaron y con su caminar tan adormilado se dirigieron a sus respetivos salones, al entrar Shin noto algo raro, los alumnos parecían agitados, mucho para agregar.

Los del club de ocultismo se orgullecían de ser como eran, solitarios que solo les agradaba la compañía de sus compañeros de club, personas asociales que normalmente evitaban toda actividad física que los agotara, el recurrir a pocos amigos cercanos. Pero ese orgullo tiene problemas, no saben lo que ocurre en el instituto, las noticias y rumores se esparcen lentos hasta llegar a sus oídos.

-“es una suerte que nadie nos haya descubierto” –pensó Shin mientras cerraba los ojos ante la explicación del maestro, la clase era jodidamente aburrida y en verdad no le interesaba en lo absoluto que estuviese pasando o haya pasado –“No nos pueden descubrir, él se llevaría la peor parte” –se repetía mientras de apoco veía como el cielo parcialmente despejado volvía a teñirse de gris, otra lluvia se avecinaba pero era algo normal.

Algo estaba mal en ese día, podía presentirlo. Tal vez debería hablar con Hido, además… esa chica que había visto rondan por los baños.

 

-Higaku! –Llamo la maestra de lengua sosteniendo el libro con el que dictaba entre sus manos -¡¿Acaso mi clase es tan aburrida como para no prestarle atención?! –Dijo la mujer molesta al ver el poco interés en el joven, puede que este tuviera unas excelentes notas en su asignatura pero eso no quitaba aquella falta de respeto que había echo el chico.

-Lo siento –Murmuro mientras volteaba su vista a la librea y continuaba escribiendo sin más, la mujer suspiro mientras continuaba con la narración, retomando la clase hasta la hora de cambio de asignatura, donde el consejero había pasado a llamarla.

La tercera hora era libre, juntándose con el descanso para almorzar. Los jóvenes muy alegres decidieron salirse de los salones, Shin no planeaba hacerlo y esperaría hasta la hora de colación, pero un azabache con una cinta en la cabeza parecía tener otros planes.

 

.:OoO:.

 

Budo Masuta era por denominación popular el chico perfecto para tenerlo de novio, muy atento a todo eh increíblemente fuerte, además de atractivo. Así es como muchas chicas lo marcaban, un chico atractivo con un buen cuerpo y un carácter encantador.

Pero a Masuta jamás le intereso eso, no le interesaba en lo absoluto su creciente popularidad al tomar el mando en el club de karate, a él lo que le importaba era superarse a sí mismo, el ayudar a sus compañeros a superarse. Era líder por naturaleza y lo aprovechaba, siempre que tocaba algún deporte en deportes, él era el capitán y siempre salían victoriosos.

Portaba con orgullo el cinturón negro que siempre afirmaba fuertemente junto a su uniforme, destacándolo de sus compañeros los cuales le respetaban y este a su vez los respetaba igualmente, se jactaba de su autodisciplina inquebrantable, orgullosa de esta.

 

Pero como todo ser humano tenía su límite, y aquel chico de cabellos negros azulados y ojos purpuras enmarcado de ojeras lograba llevarlo al límite de aquella disciplina que tanto lo marcaba. No mentiría, dese que lo había visto en los primeros años, al entrar a aquel instituto había caído en las redes del joven ocultista. Increíblemente pálido, con el cabello lacio y ligeramente ondulado en las puntas, las ojeras que ahora adornan sus ojos no existían en ese momento, pero no se quejaría, por algún motivo aquel detalle sombrío en su rostro resaltaba la belleza tan exótica del chico, tan prohibida y oscura.

Muchos lo marcaban como una luz para los demás, quien guiaba siempre y apoyaba en todo, mientras que Shin era como la oscuridad, tan frio y borde, tan repelente con la gente y aun así había captado su atención y él había captado la atención del otro. Ambos se atraían y a la vez se rechazaban, Budo no se engañaba a sí mismo, gustaba de aquel chiquillo flacuchento al cual sus huesos de las caderas y hombros se marcaban en la pálida piel, pero ante toda felicidad debe haber siempre un “pero” ¿verdad? Shin era alguien que no llamaba la atención así que no tendría problemas, pero nadie sabía lo que ocurriría si se llegaba a saber que el capitán de karate tenía una relación con un chico y además un chico increíblemente antipático con la gente.

 

Estaba en la conciencia de ambos, y lo entendían, Shin aceptaba eso, no le importaba. Pero a Budo le dolía el hecho de tenerlo tan cerca y no poder tocarlo. Así se formó su relación desde que ambos lograron aceptar sus sentimientos y confesarse, una relación entre las sombras, procurando ocultarse bien entre ellas, Shin podía hacerlo con una naturalidad increíble pero a Budo le dificultaba, pero a poco ambos se acostumbraban, de pasar de un lado al otro.

Al pasar el tiempo, Shin había logrado brillas con una pequeña luz propia ante los ojos de los maestros, su habilidad literaria era increíble, sus historias maravillosas y muchos de sus compañeros y maestros aseguraban que este se transformaría en un exitoso escritor al crecer. Mientras Budo había perfeccionado aquella habilidad de pasar desapercibido cuando era posible, de logras ocultarse entre la multitud.

Ambos habían aprendido algo del otro, Shin a brillar con aquella pequeña luz que poseía y Budo a caminar entre las sombras para llegar al otro, ahora podían complementarse al cien por ciento.

 

.:OoO:.

 

-Hey! Masuta-san –Hablo Shima Shita, la cual saludo a su capitán eh inspiración al llegar.

-Hey, Shita –Saludo el otro viendo como la muchacha se unía a él en el camino.

-¿Oiga, Capitán supo lo que ocurrió ayer? –pregunto la chica viendo al otro.

-¿Eh, ocurrió algo? –pregunto, pero antes de que la chica le contestara su vista capto algo llamativo, al llegar al instituto pudo divisar con claridad la reja que rodeaba la azotea, mucho más alta que la baranda que antes poseían –Shita ¿Qué ocurrió con la baranda? –pregunto sorprendido al ver las mallas metálicas en forma de rombo rodear todo lo que era la azotea.

-Eso querría decirle Capitán! –se quejó la chica –Ayer hubo un incidente en la azotea, dos alumnas de su clase se suicidaron –Dijo la chica viendo el enrejado del techo.

-¿Dos chicas de mi curso? –Antes que la muchacha le respondiera Budo logro captar al chico que le llamaba la atención, logro actuar como si nada, pero no había escuchado a la muchacha –Ye veo… -murmuro mientras actuaba como si hubiese escuchado a la chiquilla de cabellos increíblemente cortos.

-Entonces, ahora vamos al dojo –Dijo la chica entusiasmada, era la más inmadura de todo los integrantes, pero así estaba bien, esa energía era lo mejor que se podía tener en un club de artes marciales.

 

Así pasaron los integrantes de aquel club, en medio de un calentamiento, no podían hacer mucho si tomaban en cuanta el hecho de que pronto tocarían para entrar a clases y como si una predicción se tratase, el timbre sonó llamando a los alumnos a sus clases.

 

El azabache al llegar se percató de algo, dos mesas con un lirio blanco, una de ellas repleta de insultos y groserías, no tardó en darse cuenta que ese era el pupitre de Haruka, pero el otro. Logro percatarse de la peli celeste de ojos rojos que permanecía con la cabeza gacha, a pesar de su inexpresivo rostro en sus ojos se podía ver un claro dolor reflejado en ellos.

Al pasar un rato y tomar asiento en su pupitre noto de quien era el otro lirio, Miyu ella era la segunda que había tomado aquella drástica decisión. Trago en seco al sentir un vacío en el estómago, dos muchachas con la vida por delante se habían quitado la vida en aquel instituto.

Se escuchaba unos ligeros sollozos en uno de los últimos asientos, la peli morada soltaba unos ligeros sollozos, al parecer se había encariñado rápido con la de coletas cian. Evitaba llorar para no arruinar su maquillaje, pero aun así se podía ver un poco de delineador corrido por sus dedos al pasarlos insistentemente junto al pañuelo para evitar llorar.

 

Budo suspiro designado, esto era malo y dolía a pesar de no haber tenido mucho contacto con las dos amigas, eran sus compañeras y de alguna forma de había formado cierto apego a ellas como con cualquier chico al que conociera.

 

.:oOo:.

 

Aquella hora extra había sido un milagro para el azabache de cinturón negro. Camino calmado entre los pasillos, podía ver como los demás estudiantes salían de sus salones animados, pasó por el salón de su amante a escondidas el cual se percató del, más que claro mensaje, que le había enviado.

Al seguir su camino por los pasillos vio como el otro se le unía a algunos pasos atrás, cuidadosos de  no levantar sospechas.

Ambos bajaron al primer piso llegando a una de las puertas que daba al exterior los dos jóvenes salieron del edificio principal dirigiéndose al gimnasio y auditorio, caminaron hasta llegar a él gran edificio de tejado redondo. Ambos entraron sin realmente importarles sabían bien que los chicos de los clubes deportivos estarían charlando entre ellos, normalmente usaban las pistas y equipos cuando las clases terminaban, era más fácil. No como el club de ocultismo, cocina o arte.

 

Ambos chicos avanzaron por los tablones de maderas pintados, llegaron a uno de los almacenes donde los artículos deportivos descansaban a espera de ser usados por alguno de los clubes o en alguna clase.

 

-¿Bien, puedo saber para que me has hecho seguirte? –Pregunto el peli azulado tomando asiento en uno de los caballetes –Sabes, podía continuar con mi lectura –Murmuro mientras una ligera sonrisa se formaba en sus labios, bien sabia para que lo había hecho venir.

-No te cansas de siempre jugar así –Rio Budo mientras trababa la puerta, siempre debían tomar las medidas necesarias.

-Mmh, por la forma en la que continuo hablándote, no, no me canso de jugar de esta forma –Ronroneo, si algo sabia Shin era que el otro no era capaz de resistir sus ronroneos.

Budo jadeo con la excitación a flor de piel, las hormonas juveniles no ayudaban en nada y ni hablar de aquellos suaves sonidos que soltaba el oji purpura a propósito, una tortura que rompía por completo su control sobre sus acciones.

Camino hasta el caballete donde el otro estaba sentado posicionándose entre las piernas ligeramente abiertas, invitándole a acariciarlas por sobre la tela negra. Se apoyó en el hombro del más bajo inhalando el aroma de este, mientras Higaku pasaba sus brazos por la espalda del mayor, acariciándola con sus suaves dedos.

-Estas tenso… –Dijo Shin mientras recargaba su frente con el hombro de Budo, mientras este parecía no tener planeado dejar de apoyarse en el suyo.

-… -El otro tardo en responder, sabía bien que Higaku no era alguien que supiera mucho lo que ocurría en su alrededor permaneciendo encerrado entre libros y libros.

-Vamos, Budo –susurro al odio del otro –Puedes decírmelo –Dijo mientras cerraba los ojos, solo con Budo podía darse aquella libertad de romper su espacio personal, con Budo y Hido quien lo conocía desde los cinco años de edad.

-Shin ¿tú sabes el porqué de las rejas en la azotea? –Preguntón tratando de decirlo de forma suave y no tan directa.

-Eh? Hasta ahora no sabía que había rejas –Dijo mientras se separaba un poco para ver al otro, tomando el rostro de este entre sus manos.

-Shin, ayer dos de mis compañeras se…suicidaron –Dijo desviando la vista, sabía que el otro no reaccionaria de una forma normal, bien sabido lo tenía, Shin era frio con la gente y no le importaba que le ocurriera a estos, no si no estaban en su entorno cercano.

-Ya veo –El otro solo pudo pasar su mano por los cabellos del más alto, que aun sentado en cuatro caballetes apilados era más alto –Por esa razón todos muraban –Dijo mientras bajaba ambas manos pasándola por los brazos que lo acorralaban contra aquel cojín en el que estaba sentado.

-Así que todos lo saben…

-Es normal que la gente sepa de un suicidio, aún más si hubo un cambio en la infraestructura, aunque en realidad no lo note –Dijo muy tranquilo, para luego una maliciosa sonrisa se asomara por sus labios –Sabes, Budo tengo una buena forma de tranquilizarte –Dijo mientras acercaba su rostro al del otro besando los labios de este, dos años de relación a escondidas, estaban más que acostumbrados el uno del otro, pero bien sabían que no importara canto lo hicieran, jamás se aburrían ni caían en la monotonía ¿la juventud? Tal vez ¿El amor muto que se tenían? Lo más probable, pero sea cual sea la razón a ambos les encantaba.

Shin logro levantarse aun rodeado por el mayor, con cuidado guio al más grande a una de las colchonetas en el suelo, no paraban de besarse, de suaves roces hasta la invasión completa de la cavidad ajena. El peli azulado se recostó sobre el otro quien a duras penas podía sentarse con el chico encima suyo, no por el peso de este, eso sería ridículo, si no por aquella forma tan ágil de acariciarlo.

Los ojos purpuras destellaron deseosos, no era la primera vez que lo hacía, así que no se demoró en acercarse al bulto que se comenzaba a formar en los oscuros pantalones del otro, con la agilidad de la práctica Shin logro desabotonar de forma rápida los pantalones del otro dejando expuesta la tela color rojo que llevaba el otro.

-¿Rojo? –Dijo mientras pasaba los dedos por el bulto del otro.

-Bueno, yo no me quejo de la morada que normalmente llevas –Contraataco el karateca –Agh! No es justo no hagas eso –Se quejó al sentir como, de forma maliciosa el oji purpura había pasado su lengua por la tena que comenzaba a humedecerse.

-Mi venganza –Susurro mientras  deslizaba sus dedos al elástico del bóxer del mayor. Deslizo la tela hasta liberar la hombría del otro, la cual comenzaba a erguirse al sentir la liberación. Masuta mordió su labio tratando de soportar el jadeo que quería escapar de sus labios.

La boca del más bajo dio un soplido sobre la rojiza cabeza del miembro para luego besarla de forma suave, el otro apretaba los puños tratando de no tomar aquellos cabellos y conducir a esos labios a que engulleran su falo de una vez.

Los dedos de Higaku paseaban por toda la longitud mientras sus labios envolvían el glande del mayor, con cuidado de no apretar Budo paso sus dedos por los cabellos del otro, era un contacto tan suave el que tenía este y aun así lograba tenerlo de esa forma.

-S-Shin, no sigas –Rogo el de ojos negros, no quería que lo siguiera torturando de esa forma, sabía que lo hacía por gusto ¿una pequeña vena sádica del menor?

-Hum –El otro solo separo sus labios de la cabeza viendo como el mayor trataba de contenerse –Aun falta –murmuro para luego tomar aire y introducirse el miembro del otro hasta la mitad, cerró los ojos aguantando lar pequeña arcadas que tenía, hacer eso no había sido una buena idea.

-Tks! –El otro solo pudo cerrar sus puños en los cabellos del otro jalándolos, pero al parecer eso no parecía molestarle al más bajo el cual comenzaba a mover su lengua, dentro de su cavidad saboreando al miembro del mayor.

El suave vaivén que había formado sus labios alrededor de la hombría de Masuta comenzaba a acelerarse, los dedos del oji negro apretaban cada vez más mientras mordía su labio, a leguas se notaba que trataba de controlarse, de no sobrepasarse, pero eso quería Shin, llevar a Budo hasta su límite.

-Agh! –Mordiendo fuertemente su labio el líder del club de karate expulso parte de su semilla en la boca del otro, semilla la cual comenzaba a escurrir por las comisuras de este.

Shin separo sus labios viendo como un pequeño hilo de semen y saliva mezclados unía sus labios y el miembro del otro, trago con algo de dificultad el espeso líquido que resbalaba por su mentón, al terminar de tragarlo vio con orgullo lo que había logrado, al fin había roto aquel control del mayor en si mismo, ahora podría disfrutar libremente de este sin que se aguantara nada.

-Tú te lo has buscado Shin –Dijo el de cabellos desordenados, para luego tomar la muñeca del otro y un rápido movimiento dejarlo apoyado en las colchonetas bajo suyo.

Las manos del karateka fueron rápidas, de unos movimientos guiados por la experiencia, desabotono la chaqueta y camisa, dejando a la vista la playera negra que usaba el otro bajo sus ropas, sus labios fueron  a la piel expuesta que dejaba el cuello en “V” de la playera, mordiendo y besando, lamiendo y rasgando con los dientes, marcándolo sin ningún pudor.

Shin tapaba su boca, le encantaba llevar a Budo a ese límite, donde con suerte podía soportar el no entrar de golpe, paso sus dedos por los cabellos del mayor llegando al nudo de la cinta, deshaciéndolos dejando que  la tela callera sobre su pecho.

El mayor se incorporó lo suficiente para levantar la prenda color negro y desabotonar aquellos pantalones, estaba lo suficientemente fuera de sí para no preocuparse del tiempo ni del ruido que hicieran, de eso se encargaría Shin quien aún no caía por completo en la niebla de la lujuria, los dientes del oji negro marcaban la pálida piel, que presentaba anteriores mordiscos y chupones, uno que otro moretón con la marca de los dedos del mayor.

-Hazlo rápido –Exigió el más bajo, ya arto de solo sentir los dientes del otro.

Como si de una orden se tratase, Budo separo sus labios del vientre del otro, que ya era adornado con nuevas marcas rojizas,  para luego tomar los pantalones del más bajo sacando una de las piernas de este de la negra tela, junto a la toma interior blanca que llevaba aquel día.

Sin esperar mucho el mayor tomo su propio miembro guiándolo a la entrada del otro que cubría su boca con su antebrazo mientras con la mano libre se afirmaba del hombro del más alto, clavando los dedos en este. Masuta soltó un jadeo de excitación para luego entrar de una sola estocada, viendo como el cuerpo bajo suyo se contorsionaba al sentir el dolor mezclarse con el placer de aquella violenta intromisión, Budo sabía que eso estaba mal, pero en estos momentos no podía pensar realmente con una claridad correcta. 

-A-Ahh Ah, b-bruto –Riño Shin entre jadeos mientras temblaba sintiendo como sus paredes internas comenzaban a moldearse alrededor del miembro del otro.

-Recuerda que todo es tu culpa –Dijo Budo mientras apretaba sus puños a los costados del más joven, soportando las ganas de arremeter contra el de una vez, pero ese pequeño fragmento de conciencia que le quedaba se lo impedía.

-Y-Ya se –Hablo el otro –Y-Ya puedes moverte –Susurro al sentir como el dolor se apaciguaba y se volvía soportable, a la vez que el placer comenzaba a llegar a su cuerpo.

Y como si de un sistema se tratase, aquella palabra había dado el funcionamiento de este, comenzó el vaivén. Las estocadas eras firmes y profundas, algo lentas al principio, pero después de algunas palabras y jadeos al odio por parte de Shin, las estocadas se volvieron más rápidas, los labios de ambos no se separaban a callándose el uno al otro mientras sus cuerpos se unían, gracias al tiempo y la habilidad que habían adquirido ambos, Shin había logrado desabotonar la chaqueta y camisa del mayor, y haciendo pequeñas pausas entre las embestidas le había retirado aquellas dos prendas al otro, mientras se desasía de las suyas propias quedando solo con aquella playera que se encontraba subida mostrando su pecho, ocultando sus hombros.

El suelo crujía bajo el peso de ambos y de las constantes envestidas, el mayor movía su pierna adelante para poder adentrarse más en el cuerpo del más bajo, mientras este movía sus caderas para seguir el ritmo del otro. Ambos adolecentes no podían más, jadeantes, perlados en sudor sentían el orgasmo avecinarse. Un último beso fue el detonante de aquel orgasmo, las manos del azabache se clavaron en las caderas del más bajo mientras este rasgaba con sus uñas la espalda del otro dejando las rojizas linear que lo marcaban como de su propiedad.

-¿Q-Que hora es? –Pregunto más compuesto Shin, mientras se incorporaba ayudado por su amante, el cual le facilito su aparato –Tenemos tiempo para limpiarnos e ir a comer –Murmuro agotado, dejándose caer en aquella colchoneta.

-Descansemos un poco –Dijo más calmado Budo, la sensación pos orgasmo lograba calmarlo cuando Shin lograba sacarlo de sus casillas.

-Está bien –Murmuro el de ojos purpura apegando al pecho del otro –A cierto –Dijo estirando la mano asía atrás tomando la cinta blanca pasándola por la cabeza del otro, amarrándola –Listo, ya está.

El de ojos negros solo sonrió, para luego besar la frente del más bajo, esperando a que se repongan para volver al edificio principal y seguir el resto del día con normalidad.

 

.:OoO:.

 

-Otro intento fallido –Dijo Kukuma sacándose la sotana negra que llevaba –Todo falla, que aburrido –Dijo doblándola y entregándosela al remplazo de Hido, Shin quien con ayuda de Ayano recibía las telas negras y las guardaba, para volver a intentarlo la próxima vez.

-En fin, nos vemos el lunes –Se despidió la chica saliendo junto a los demás, quedando solo el y Ayano en el club.

-Ayano puedes apagar las velas mientras yo ordeno esto –Pidió Shin mientras tomaba algunos libros y los dejaba en las estanterías.

-Claro –Dijo el de ojos negros mientras  apagaba las velas y las tomaba dejándolas en un cajo para volver a usarlas en algún momento.

-“Monstruo, peligro, ese chico es un monstruo” –Shin se paralizo al escuchar aquella voz tan tétrica, proveniente de una mujer.

-A-Aishi ¿dijiste algo? –pregunto nervioso.

-No Higaku –Dijo el otro mientras terminaba de quitar los restos de cera que habían caído al suelo.

-“Corre, peligro, ese chico es un demonio” –Continuaba la tétrica voz en su cabeza –“Asesino, un asesino, corre, corre, corre, corre…” –La voz repetía constantemente eso, no sabía a lo que se refería –“un demonio en cuerpo humano, un demonio en cuerpo humano” –El sudor recorría su espalda ¿acaso el ritual había logrado algo en realidad, pero solo le afectaba a él, Aishi no se veía afectado de ninguna forma, así que la voz tan lúgubre de esa mujer .

-En fin, nos vemos Higaku –Se despidió Ayano marchándose, tomando sus cosas dejando al peli azul solo, el cual rápidamente apago las luces, tomo sus cosas y salió disparado del salón en el que se encontraba su club.

 Al salir frente suyo un cuerpo cayo en seco deteniéndolo, retrocedió un par de pasos viendo a su alrededor rogando que alguien estuviera con él, pero estaba solo con aquel cuerpo que acababa de caer. Junto a ese, otro cayó. En total dos cuerpos que manchaban el suelo de sangre y trozos de carne, llevaban el uniforme de su instituto, eran dos chicas a una la reconoció, era la chica del video  y si no se equivocaba y por lo que había podido escuchar, la otra era la amiga de esta, vio asea arriba por instinto, pero las rejas no eran capases de saltarse ni de trepar ¿entonces cómo?

-“Corre” –Murmuro la chica de cabello purpuras levantándose del suelo, su rostro estaba demacrado, completamente reventado ante el impacto –“Corre, el demonio va por ti” –Dijo con la voz quebrada de dolor.

-“peligroso, peligroso” –repetía la peli cian levantándose, dejando que trozos de carne cayeran de su rostro –“Él es peligroso, corre, corre, corre, corre, corre, corre, corre” –repetía constantemente, en un sollozo desgarrador.

El cuerpo de ambas muchachas estaba desquebrajados, sus brazos y piernas rotos, podía ver como de estos salían huesos y carne, la sangre no paraba de brotar, y una horrenda arcada le ataco. Caminando rápido llego hasta la entrada pero había tropezado con algo, vio el suelo notando el bulto de matas naranjas con una horrenda expresión.

-“E-Ella es la chica desaparecida!!” –se dijo internamente mientras retrocedía, las dos entidades anteriores no estaban.

-“Huye” –murmuro la cabeza dirigiendo los perdidos ojos a él, en esos instantes Shin se lamentaba de haber hecho ese ritual, no sabía que había invocado, pero ahora no lo estaba soportando.

Shin no lo dudo, aun siendo uno de los peores alumnos en deportes, corrió lo más lejos que podía, ahora hubiese deseado haberse quedado con Budo, pero ambos tenían responsabilidades, corrió alejándose del instituto, al llegar a una esquina se detuvo a tomar aire.

-¿Q-Que ha sido eso? –dijo apoyando sus manos en sus rodillas, no tenía una buena condición física, podía soportar una buena sesión de sexo, pero no un trote ni una corrida normal.

-“Ayuda” –Shin palideció, más si era posible, volteo asustado encontrando a una de las delincuentes, pero esta tenía el cabello manchado de sangre, sus ropas estaban rasgadas por los cortes de los cuales negros manchones de sangre se formaban –“No sabes con quien tratas” –Continuo, mientras se levantaba, botando un charco de sangra al suelo, manchando sus pies –“él te matara, a ti y a tu amigo” –Murmuro con la voz rasposa, hay noto aquel corte vertical que atravesaba la tráquea.

-N-No sé a que se refieren, por favor aléjense –Dijo Shin espantado, podía pertenecer al club de ocultismo, pero era la primera vez que algo como esto le ocurría.

-“Más muertes se acercan” –Dijo la misma voz del principio mostrando a la chica de cabellos negros desordenados y uniforme manchado, con los ojos perlados y muertos.

-“Corran, Corran” –Dijeron las dos “suicidas” a la vez.

-“Escapen, escapen” –Dijo esta vez, la chica desaparecida con la cabeza en el suelo, envuelta en su cabello.

Antes de que Shin digiera algo, las entidades femeninas desaparecieron dejándolo solo, debía hablar de esto con alguien, rápidamente se dirigió a la casa de Hido, no importo si estaba cayendo la noche, esto le estaba atormentando y la única persona que podía ayudarlo era su amigo y líder del club.

-Oh, Shin que bueno que hayas venido –Saludo el de cabellos azabache, con brillos morados con una ligera sonrisa, la cual se borró al ver el estado de su amigo –¿Qué ocurre Shin?

-Hido… algo, algo raro está pasando…

 

.://Continuara//:.

.://Fin cuarta semana//:.

Notas finales:

:)

un regalin para las lectoras <3

y algo más de WTF para la historia, al parecer el ritual si sirvio :33
pero no son demonios [para Ayano si]

con esto damos por finalizada la cuarta semana :)
cuarta rival eliminada más una :D

ahora adivinene quein viene :3

y creanme el consejero se viene con más perversidades :3

ahora si!! hasta la proxima semana con un nuevo capitulo

se despide la zorra podrida y enferma de alma negra
dejad sus reviews que alimentan mi kokoro

se despide la zorra Bay Pay


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