Era un nuevo día en Buraza Town y Ayano despertaba a las seis cuarenta y cinco completamente pegajoso sintiendo su cuerpo aun perezoso, su mano derecha se sentía pegajosa cada vez que movía sus dedos, tenía la camisa del pijama abierta dejando todo su pecho al descubierto junto a sus blanquecinas piernas y ahora dormido miembro, rio por lo bajo mientras volvía a echarse en las sabanas recordando todas aquellas imágenes que pasaron por su mente la noche de ayer, aquella sensación de ser amado por su Senpai, de mala gana se levantó de la cama sacándose la única prenda que lo cubría entrando al baño, dejando que el agua cayera por sus hombros refrescándolo, aun sentía calor por su cuerpo al solo recordar aquellas sensaciones que tanto amaba. Estaba decidido, no importaba que debiera hacer para tener a su amado senpai en sus brazos. Salió de su casa aun con tiempo, caminando por las calles admirando como el sol salía entre las colinas, llego como siempre a las siete en punto, tenía una hora antes de clases, tranquilamente se fue a sentar cerca de los cerezos esperándolo, lo vio llegar, nuevamente sin la molesta peli naranja, se levantó tratando de armarse de valor, camino hacia él pero solo consiguió ponerse nervioso y retroceder, salió corriendo hasta la parte trasera de la escuela encontrando el muro de arbustos echo por el club de Jardinería, cruzo el arco echo de hojas entrando al recinto, camino por entre los arbustos que decoraban el camino que rodeaba los huertos del club, se detuvo en uno de los banquillos e madera tomando asiento, estaba realmente agotado, quería hablarle, quería que su amado Senpai se fijara en él, pero no sabía cómo, su corazón se aceleraba cada vez que se acercaba a él y la palabras no salían de su boca, se levantó con intenciones de irse pero la puerta de madera se abrió dejando entrar al su amor platónico, rápidamente se escondió tras el cobertizo de madera viendo como su amado azabache entraba sanando algunas regaderas.
-mañana tendrá que encargarse Osana, miren que dejarme todo el trabajo a mí solo hoy- se quejó el azabache mayor mientras se encargaba de regar el huerto y las flores del club- creo que con eso será, por lo menos hasta mañana- dijo mientras dejaba la regadera en el cobertizo y se iba a clases, Ayano se dejó caer al césped aun sintiendo el rostro caliente, habían estado los dos solos, sin nadie a su alrededor, las posibilidades eran infinitas pero no fue capaz de encararlo, suspiro resignado levantándose del suelo.
-será mejor que me vaya a clases- dijo resignado después de esperar a que su senpai se hubiera ido- pero antes- susurro entrando al cobertizo viendo con la mirada aquella regadera que había utilizado su amado acariciando el mango metálico sintiéndolo a un cálido- cuanto deseo poder acariciar tus manos y sentir este calor- murmuro mientras una sonrisa se formaba en sus labios- así que…Osana-chan estará aquí sola- susurro viendo de reojo aquella herramienta eléctrica que resplandecía con malicia, la sonrisa que antes había sido de enamorado se deformo a una sonrisa macabra, podía sentir las ganas de estallar de risa al solo pensar en lo fácil que iba ser deshacerse de ella. Salió del club de jardinería corriendo a su salón, que para su suerte no había llegado tarde tomo asiento en la última fila esperando a que el maestro llegara, tocaba la clase de deportes, la clase se dirigió a los camerinos a un costado de la escuela, Ayano se cambió rápidamente llegando al gimnasio con su clase, todos tomaron asiento en el suelo de madera mientras el maestro explicaba la actividad.
-y bien la primera clase será en pareja, escojan a un compañero- hablo el maestro apuntando con la lapicera, en ese momento Ayano no sabía con quién aliarse, no era alguien sociable, en realidad poco y nada le importaba el tener amistades, pero para estos momentos un conocido sería útil.
-Hey!- le hablo un chico de cabellera verde con el flequillo tomado y ojos del mismo tono- seamos compañeros!-dijo entusiasta.
-Hum…bue…- pero no puedo continuar cuando fueron interrumpidos por un chico de gafas rojas.
-Lo siento Haruki-Kun pero Aishi-Kun trabaja conmigo- dijo tomando asiento al lado del pelinegro viendo de manera desafiante al oji verde.
-Vale Joho, pero no es como pare que te pongas así- dijo el peli verde levantándose yéndose con una castaña de pelos cortos.
-Hum…quién eres?- pregunto el menor viendo al chico pelirrojo.
-oh! Perdona soy Kojin Joho me siento a tu lado en clases y en el laboratorio- dijo divertido mientras acomodaba sus lentes.
-eh? Jamás te había visto-Dijo Ayano viendo de manera acusadora al chico.
-Bueno, que puedo decir, se pasar desapercibido- rio el pelirrojo mientras se levantaba del suelo de madera extendiendo la mano al menor- vale es mejor que comencemos a trotar, somos los únicos que no lo están haciendo- dijo divertido.
-Mm…vale- dijo el menor levantándose ignorando la mano del oji rojo que la retiro divertido viendo al chico- vamos…- dijo desinteresado comenzando a trotar junto al pelirrojo que no le quitaba la vista de encima. Viendo al chico que parecía no interesarle en absoluto su presencia.
-Vaya cliente que tengo- pensó divertido mientras veía al menor con la ropa deportiva- no te queda mal- murmuro bajo mientras veía al menor voltearse.
-am dijiste algo Joho-Kun?- pregunto el azabache viendo de reojo al pelirrojo que sonrió negando con la cabeza.
-nada Aishi-Kun- dijo divertido retomando el ritmo tratando de no soltar las palabras que piensa. La clase de deporte acabo dejando a los alumnos exhaustos que se dirigían a las duchas en los camerinos.
-puedo hacerte una pregunta Joho-Kun?- hablo el menor viendo de reojo al chico pelirrojo.
-Claro dime- dijo este mojándose el cabello.
-Por qué siempre te sientas a mi lado?- dijo viendo que eran los últimos en bañarse estando completamente solos- ósea, hay más regaderas, porque usas justo lo que está a mi lado?
-Hum…por qué se me da la gana- dijo este divertido mientras terminaba de bañarse, levantándose caminando hasta los casilleros dejando al menor solo.
-raro- murmuro Ayano mientras terminaba de bañarse, levantados para cambiarse e ir a la siguiente clase de castellano, donde nuevamente Kojin se había sentado a su lado- tú…no tienes a alguien más para sentarte- dijo este viendo de reojo como aquel oji rojo seguía sentándose a su lado.
-ya te dije, se me da la gana sentarme a tu lado Ayano-Kun- dijo este divertido mientras sacaba su libreta y anotaba la materia que la profesora escribía.
-espera…como sabes mi nombre, no hemos cruzado palabra hasta hoy- dijo el menor viendo al pelirrojo que rio entre dientes sin dejar de escribir.
-No es nada Aishi-Kun- dijo este escribiendo sin despegar la vista de la hoja de papel- siempre pasan lista es cosa de escuchar- dijo este tranquilamente mientras dejaba el lápiz a un lado escuchando a la maestra que él día de ayer había echado a Ayano de su clase, la maestra suplente Rinji Kyoshi- sabes Aishi, escuche que esta maestra puede estar atraída por un alumno de grado superior- murmuro casual, viendo al azabache.
-Hum? Ósea que le gusta uno de sus alumnos?- pregunto mientras veía de reojo a la mujer de cabellos castaños atados en una alta coleta.
-sep.- dijo simple viendo como la mujer escribía lo que sería la actividad de ese día.
Esa simples palabras, tiradas como un simple rumor de adolescentes que desean hacer más interesante la escuela, le dieron una muy mala espina, es que acaso…¿ella también será una rival?. Las clases terminaron dando paso a la hora de almuerzo, esta vez Ayano corrió hasta los camerinos, donde los de tercero dejaban sus cosas para ir a almorzar, con cuidado se escabullo buscando un casillero en específico, busco entre las puertas encontrando el que buscaba, con cuidado abrió encontrándose con la ropa de su amado senpai, rebusco entre la ropa que llevaba en el bolso encontrándose, para su agradable sorpresa, un par de boxes de él azabache mayor, Sonrió sintiendo los colores subírseles a la cabeza hasta que escucho algunos pasos acercarse, rápidamente se ocultó en las regaderas donde no había absolutamente nadie, vio entrando al chico que iba con su senpai, Gakusei buscaba entre sus cosas su celular cuando vio algo irregular en el casillero de su amigo.
-Hum?- se acercó hasta este viendo que estaba abierto- que raro…Taro no deja su casillero abierto- dijo este abriendo la taquilla encontrando el bolso y las prendas de la institución, sin entender bien que pasaba, movió su cabeza de un lado a otro entre cerrando los ojos, caminando hasta las regaderas, donde Ayano estaba completamente nervioso, ya sentía la adrenalina correr, con cuidado de no hacer ruido tomo uno de los asientan metálicos de las regaderas listo para golpear al chico cuando se asomara, pero no paso, el Castaño escucho como uno de sus amigos le llamaba desde afuera apresurándolo, dando una última mirada inquisidora a las regaderas salió de los camerinos dejando ambos casilleros cerrados, cuando por fin se había ido Ayano estallo en carcajadas nerviosas sintiendo su cuerpo desvanecerse, acaso estaba a punto de golpear al chico con esa cubeta de metal hasta dejarlo inconsciente o peor? Lo más seguro es que no se hubiese detenido hasta destrozarle por completo el cráneo y que los sesos de este se esparcieran por las blancas baldosas, dejando el rostro del chico irreconocible, soltó aquel asiento sintiendo como su ritmo cardiaco se regularizaba, apretó los boxes que tenía en su mano, calmándose, guardándoselos en el bolsillo para salir rápidamente asegurándose de no ser visto, camino hasta su salón pasando por los clubes del instituto, entro rápidamente al salón 2-1 encontrando su maletín para guardar la prenda íntima entre sus cosas, más calmado salió cerrando la puerta del salón, caminando por los pasillos viendo por la ventana a su adoración azabache, hoy estaba solo, esa era su oportunidad, pero los pelos se le crisparon al ver como una chica de cabellera castaña casi rubia se le acercaba al azabache saludándolo de manera demasiado amigable para el gusto de Ayano, ya en este punto pensaba que esto era una jodida broma, la muchacha parecía llevar un delantal de cocina y llevaba un pequeño bento entregándoselo al azabache que le agradeció a la muchacha, rápidamente por inercia saco su celular procurando que nadie se interponga y saco rápidamente una fotografía al rostro de la chica haciendo un zoom enviado la fotografía a Info-Kun, a los segundos un mensaje de parte de su informante llego con la información de la chica.
.://(N/A: y vuelvo a repetir, esta información la hago yo, aun no sale esta rival TT-TT es más creo que las únicas rivales que han salido son Oka Ruto y Osana Najimi y ni siquiera es la original.)//:.
-Ryori Kyo; 18 años, salón 3-1, presidenta del club de cocina, Crush: Senpai; incapaz de auto defenderse; en verdad una chica muy dulce, tierna y amable, una chica que cualquiera aceptaría si se le confesara- leyó sintiendo como las últimas palabras iban con burla hacia él, se sintió iracundo, lo peor es que la chica tenía una reputación increíble, la escuela la adoraba, sintió como sus manos tiritaban, no podía soportarlo, corrió entrando al primer salón vacío que encontró encerrándose en él, el club de música se encontraba completamente vacío, no había ningún alumno, y lo más probable es que ninguno estuviera a estas horas rondando los pasillos, con rabio comenzó a arrojar las cosas que encontraba en su camino, las partituras salieron volando esparciéndose en el suelo, pateo uno que otro instrumento, los tambores giraban resonando, los platillos chocaban con el suelo, las guitarras un piano eléctrico, el menor se descargó con todo a su paso, hasta que encontró un estuche vacío de un violonchelo, por su mente paso la imagen de la sierra eléctrica y el cobertizo del club de jardinería, tomo el estuche y rápidamente sin que nadie le viera corrió hasta el club de jardinería, entro al cobertizo escondiendo el estuche entre tablones de madera, tarros de pintura y bolsas de abono y semillas. Luego dejo la sierra eléctrica donde el supiera donde estaba, salió de ahí tan rápido como había entrado asegurándose de no ser visto por nadie, ya sabría lo que le esperaba a la Najimi. Hay sería un obstáculo menos, entro al edificio principal escuchando el toque de campana, avanzo hasta su salón asegurándose de parecer lo más calmado que podía, estaba en la puerta de su salón cuando una mano lo detuvo, el oji negro se volteo encontrándose con el consejero que mantenía una sonrisa amigable mientras le sujetaba el hombro.
-Eh Aishi-Kun que tal- saludo el hombre.
-Hum, bien Shusai-San am podría soltarme- dijo el menor sintiéndose nervioso al tener que sentir el contacto del hombre mayor.
-ups! Perdona Aishi-Kun- dijo este soltando el hombro del azabache menor que ahora veía bien, podía distinguir una pequeña cola de cabello que era oculta tras los mechones de cabello que enmarcaban el pálido rostro, además de un pendiente en la oreja derecha.
-bueno, fue un gusto saludarle, pero ahora tengo clases- hablo el chico intentando escaparse, pero al parecer el consejeros no tenía ganas de dejarlo ir.
-Oh!, no te preocupes, los maestros están en una reunión ahora, así que tienen la primera hora libre, no creo que sea necesario tanta prisa- hablo con el tono cantarino que parecía usar solo en él azabache menor.
-Hum…entonces…que le trae por aquí, que sepa usted pasa mucho tiempo en su oficina- dijo el menor mientras se apegaba a la pared tratando de escaparse, ahora mismo quería estar en su banco pensando en su Senpai, no enfrente del consejero, que parecía desnudarlo con la mirada.
-Oh! Bueno, estaba dando una ronda, asegurándome que los estudiantes entraran a los salones, además buscaba al individuo que destruyo el club de música- dijo este acomodando sus gafas- pensaba que era uno de los chicos que siempre causan destrozos en la escuela, pero estos ya estaban ocupados fumando atrás del edificio, dime Aishi-Kun, tú no has visto a nadie?- pregunto viendo fijamente a los ojos del menor.
-No Shusai-San- dijo el menor con su voz neutra.
-Mm…ya veo- dijo este suspirando- sabes Aishi-Kun- dijo poniéndose a la altura del menor- me encantaría ver esa carita con otras expresiones, tal vez unas más lujuriosas- dijo tomando de la barbilla al menor viéndolo fijamente susurrando la última palabra, para luego soltar el rostro del menor- en fin, te deseo un buen día Aishi-Kun- dijo este marchándose dejando al chico en estado de Shock, es que acaso ese hombre era tan descarado?! Acababa de coquetearle en pleno pasillo, agradecía que ningún estudiante se haya dado cuenta, entro rápidamente a su salón, viendo como el de gafas rojas estaba nuevamente al lado de su asiento. Ayano suspiro agotado mientras tomaba asiento, recargando su cabeza en sus brazos esperando al maestro, vaya día más pesado, pensaba el menor mientras tomaba apuntes en biología encontrando los puntos clave del cuerpo donde una inyección corre más rápido a través del sistema sanguíneo, lo seguía diciendo, esta escuela tenia las clases más raras del país.
El reloj marco las tres y los alumnos se marchaban a casa a excepción de los que estaban en clubes, en ese momento Ayano se aseguró que su plan no se iba a frustrar por algún intruso, después de ver, como su Senpai abandonaba el club, se aseguró de que nadie le viera para seguir los pasos de su amor, volvió a seguirle, esta vez iba solo, tenía la esperanza de acercarse a él, de hablarle pero se sentía demasiado cohibido, bajo la cabeza sonrojándose mientras sentía la necesidad de juguetear con sus dedos, dejo de escuchar pasos obligándole a levantar la cabeza, hay frente a él, su amor platónico estaba viéndole, trato de actuar normal, pero sentía como el pulso se le aceleraba.
-Hum…¡Hey! Yo te conozco, tus eres el chico con quien choque el primer día- dijo este acercándose al menor el cual no podía aguantar más y el sonrojo se le subió al rostro.
-E-Eh s-si…am hola- dijo Ayano completamente rojo tratando de normalizar su corazón.
-te encuentras bien?- pregunto acercándose tocando la frente del menor sintiendo el calor del rostro del chico- parece que tienes fiebre- dijo acercando su frente con la del chico el cual, estaba más que rojo.
-S-Si, n-no te preocupes- dijo el menor sintiendo su corazón acelerarse y el calor apoderarse de su cuerpo.
-Mmh…no te ves muy bien…¿Tomas esta misma ruta?- pregunto el mayor despegando su frente de la del menor viendo al chiquillo completamente rojo. El cual asintió a sus palabras- si quieres puedo acompañarte a casa, te vez como que en cualquier momento te desmayas- dijo Taro tomando el brazo del chico- vamos dime donde es tu casa- dijo el azabache mayor sonriendo. Completamente nervioso Ayano señalo el camino por donde iban tratando de ser lo más calmado que podía, sentía el calor de su amado Senpai, la respiración de este, se aferró al brazo del mayor acercando su cuerpo con el de su Senpai sintiendo los latidos de este, siendo una balada tan dulce para él, al llegar Taro se despidió de Ayano regresando por sus pasos dejando a un muy conmocionado Aishi que al ver como su amor se alejaba entro rápidamente a la casa dejándose caer al suelo apoyándose en la puerta, el rubor era demasiado y no creía llegar hasta su cuarto, podía sentir su miembro apretar contra sus pantalones, cerró los ojos mordiéndose el labio tratando de calmarse pero le era imposible, esa cercanía, el calor la sensación de su amado Senpai, aquellos latidos del cálido corazón lo tenían así.
Como pudo avanzo hasta su cuarto cargando el maletín, al llegar se dejó caer al suelo de madera viendo con anhelo la cama, deseando recostarse en ella, pero sus piernas temblaban y la excitación corría a través de su cuerpo, el calor se seguía acumulando y la ropa le estorbaba, con las manos temblorosas se deshizo de la chaqueta negra y desabrocho la camisa, sentía el sudor recorrerle, se apoyó fuertemente en la puerta de madera, las mangas de la blanca camisa se deslizaron por sus hombros revelando la blanca piel sonrojada, se deshizo de los pantalones dejando que el frio de la madera contrarrestara con el calor de su cuerpo, deslizo su mano hasta su maletín abriéndolo esparciendo los libros sacando la prenda íntima que había robado de su senpai , llevo el pedazo de tela a su nariz sintiendo la esencia impregnada en los boxes, cerró los ojos dejando que la brisa acariciara su sensible miembro soltando suspiro tras suspiro, recordó lo que había sido el momento incómodo con el consejero recordando las palabras de este “ me encantaría ver esa carita con otras expresiones, tal vez unas más lujuriosas “ distorsiono la imagen del mayor de gafas negras poniendo a su senpai quien le susurraba aquellas palabras a centímetros de sus labios, acaricio su vientre hasta llegar a la base de su erección estimulando la cabeza empapando sus dedos con liquido pre seminal, siguió bajando su mano abriendo sus piernas recordando aquellas palabras, un rostro más lujurioso, se repetía mientras acariciaba su entrada con los dedos empapados, volteo el rostro apegándolo a la fría madera de su puerta presionando su ano moviendo en círculo los dígitos que de apoco se abrían paso, soltaba pequeños gemidos de placer al solo pensar que todo esto era echo por su amado Senpai, lentamente se deslizo hasta quedar con el rostro pegado al suelo mientras continuaba estimulando su entrada, podía sentir las lágrimas de placer escurrirse por sus mejillas hasta llegar a la madera que crujía bajo su peso, su mano libre la llevo a uno de sus pezones apretándolo, recordando la sensación de sentir las manos de su senpai en su frente, el rostro tan cerca del suyo, esos ojos fijos en él, esa preocupación solo para él. Los gemidos se hacían más fuertes mientras pasaba el tiempo, podía sentir como sus rodillas flaqueaban y pronto caerían, sentía escalofríos recorrer su espalda y su vientre acalambrarse, sentía un sudor frio recorrer su nuca mientras gemía el nombre de su senpai, ya no podía soportarlo, presiono más los dedos contra su entrada introduciéndolos de golpe haciendo que gimiera sonoramente mientras se corría manchando la madera, el oji negro podía ver el vapor de su respiración agitada, esta noche aria frio, pero no importaba, se levantó sintiéndose agotado, gateo aun sintiendo los efectos del pos orgasmo recorrerle mientras se aferraba a las sabanas subiendo a su cama quedando boca arriba viendo el tejado, volteo su rostro observando la ventana con las cortinas abiertas, hay podía ver la luna resplandecer siendo la confidente del chico, cerró los ojos agotado soñando con su amor.
-mañana me voy a deshacer de ti Osana Najimi…Senpai será mío…no importa lo que tenga que hacer con tal de que él me pertenezca solo a mí- susurro dejándose llevar por el cansancio y la agradable sensación que había dejado el orgasmo en su cuerpo, amaba esa sensación, amaba a su senpai, y él…Debía amarlo…quiera o no.
.://Continuara//:.