.://séptima semana//:.
Con algo de dificultad levanto la silla del suelo quitando la toalla húmeda que cubría el rostro del contrario, dejo a un lado el bidón de agua a la mitad mientras veía a su víctima tratando de respirar tomando grandes bocanadas de aire.
-bueno, eso sería por ahora –Murmuro Ayano viendo al pobre de Shin quien apenas y si podía respirar.
-N…No…más…por…favor –Dijo dolido, su garganta destrozada por gritar por ayuda ardía, sentía el frio de la tela húmeda pegándose a su cuerpo, el cabello aplastado por el agua y sudor.
-Hum, te veré en la tarde Higaku~ -dijo de manera infantil pasando su mano por los mojados cabellos del otro levantando el flequillo que se pegaba a su frente, el ojo izquierdo estaba hinchado además de ser rodeado por un moretón de un morado oscuro, tenía un corte en el pómulo izquierdo, en la frente y el labio roto.
Llevaban todo el fin de semana así, Ayano simplemente no salió de casa, paso gran parte del tiempo torturando a su “invitado”, descargas eléctricas, golpes, asfixia, de todo. Siempre asegurándose de no matarlo.
-Vendré a dejarte algo de agua, nos vemos –Se despidió subiendo las escaleras volviendo a sumergir en la oscuridad al pobre Shin.
Como muchas veces en la soledad el joven ocultista rompió a llorar, todo su cuerpo dolía, muchas veces Aishi le soltaba solo para estamparlo al suelo y golpearle luego volviéndolo a amarrar a esa silla, solo ase algunos minutos casi caía desmayado ante la falta de aire, su uniforme era un caso, manchas de sangre y mugre, la huella de los zapatos del menor se marcaba por varias zonas de su cuerpo.
-Budo…ayu…dame…- rogo entre las sombras viendo a la nada, quería verle, quería estar entre sus brazos, tenía miedo y Budo no estaba para calmarle.
.:OoO:.
-¡Buen día Aishi-Kun! –exclamo Hayato arrimándose al menor, ya acostumbrado.
-Hola Haruki –dijo con simpleza –Podrías apartarte, quiero cambiarme los zapatos…
-¡Oh! Perdón~ -Dijo soltando al menor viendo como este sacaba aquellas zapatillas blancas colocándolas en lugar de los zapatos oscuros, al ver al menor ya listo sonrió divertido -¿Ahora sí? –pregunto a lo que el menor asintió volviendo a apresarlo en un abrazo.
-¿Cómo está tu mejilla? –Pregunto el menor mientras caminaba, ahora libre del abrazo de Hayato, hasta el aula.
-Mejor ¡de maravilla!¡ni se nota! –dijo sonriendo mientras pasaba sus dedos mor su mejilla antes morada.
-Se, estoy seguro que a Sora-san le encantara que no tengas marcas, estoy seguro que él quiere marcarte a ti –Comento Ayano divertido, cosa que avergonzó al de flequillo recogido colorando sus mejillas de un intenso rojo.
-¡No digas esas cosas! –exclamo con el sonrojo hasta las orejas, era muy entretenido molestar a Hayato con esos temas, ahora entendía la pasión de Kojin por molestar al peli verde.
-Bueno, no te las diré…a ti ¿me pregunto que pensara Sora sobre tus pensamiento? –Siguió molestando, algo de humor jamás viene mal.
-¡No te atrevas!
-¿Quién sabe? Mira por haya va –señalo por la escalera donde pasaba el peli celeste.
-¡No!¡¡Malo!! –dijo tirando las mejillas del menor tirándolas.
-B-Bueno, pero deja –Reclamo el menor soltándose del agarre.
-por cierto Aishi-Kun, te mojaste de camino asía acá, hueles mucho a agua –Comento el oji verde entrando al aula.
-No realmente, no se –Dijo con calma, ahora sí que no podía llevar gente a casa ¿tal vez debería cortarle la lengua a Shin o coserle la boca?
-Oh, bueno cosa mía –Dijo tomando asiento dejando el maletín a un lado.
-tal vez…
En el resto de la mañana el pelirrojo no llego, cosa normal para Ayano y Hayato, mientras en el salo 3-2 en los puestos de en medio a punto de comenzar la calce se encontraba un más que ansioso Budo, veía su móvil sin despegar su vista de la pantalla ningún segundo ¿la razón? No había visto, escuchado, ni recibido ningún mensaje de Shin durante esos dos días.
-“Tal vez él sepa algo” –dijo mentalmente viendo entrar al presidente del club de ocultismo.
Budo se levantó acercándose al ojeroso Hido, quien al verlo simplemente se puso nervioso, el hablar con gente le ponía así de complejo.
-R-Ruto, necesito hablar contigo –Dijo bajo sus ojos se veían las ojeras por el insomnio de no saber absolutamente nada de su pareja.
-¿Q-Qué cosa? –dijo mientras jugueteaba con sus dedos.
-B-Bueno, podemos salir del salón –Dijo acomplejado, el otro solo asintió siguiendo al karateka afuera del salón donde pocos se encontraban –necesito saber ¿si sabes algo de Higaku? –pregunto viendo el otro salón por la ventana, rezando que por ahí se encontrara su novio.
-¿E-Eh?¿Shin? –Ruto no entendía –¿q-que necesitas de Shin?
-¡¿S-Sabes algo de él?! –volvió a insistir.
-N-No…lo…lamento…No eh…podido hablar con él…hace…tres días…
-Mierda –sin poderlo evitar mordió su pulgar nervioso, sentía un vacío formarse en su estómago.
-¿ocurre algo?...¿p-para que necesitas a Shin…?
-Maldición, prométeme por todo que guardaras esto –Advirtió viendo al oji lila asentir –M-Mira, desde hace un tiempo…Shin y yo…bueno…hemos estado en una relación a escondidas –Murmuro bajo.
-¡¿Eh?! ¿u-ustedes son…? –el otro solo asintió, Hido trago saliva –por eso…estas tan preocupado ¿verdad?
-si…creo que te lo dijo, últimamente…ha tenido…pesadillas, muchas –Comento bajando la cabeza –no me quiere decir que son…yo…no sé por qué, no contesta las llamadas ni mensajes…
-lo sé, también eh tratado de hablar con él…pero…no logro nada…últimamente ah estado nervioso…tratare de ver si los chicos del club lo han visto…
-g-gracias, procura guardar el secreto…
-bien…pero no entiendo ¿Por qué no solo aceptan su relación? No es como que vaya a acomplejar las cosas…más de lo que están…ósea Shin pertenece al club de ocultismo…la gente no nos toma realmente en cuenta…
-lo sé, pero…me preocupa…me preocupa que le hagan algo…
-…ya veo…Shin tiene suerte de tener como pareja…a una buena persona…
-gracias, supongo…
-¿chicos que hacen afuera? –dijo la maestra de turno encontrando a los chicos fuera –Vayan entrando, las clases van a comenzar –dijo mientras abría la puerta.
Así es como paso la mañana para aquel que se especializaba en las artes marciales, en un estado de desesperación increíble.
En cambio, en unos asientos más atrás Yamada era ignorante de su alrededor centrándose solo en sus pensamientos, los cuales se basaban precisamente de cierta figurita pequeña, tenía ganas de decirle que había dejado el club de jardinería, pero no lo había visto en la mañana para su mala suerte.
.:OoO:.
El constante chocar de las gotas en el charco bajo suyo era lo único que escuchaba, no había sonido afuera a pesar de ser una casa de los suburbios, no había autos, personas, niños, nada solo el maldito gotear del agua que le molestaba.
-Budo…Budo…ayúdame…por favor… -rogaba entre las sombras, rezaría que algún momento Aishi le dejara la luz encendida para poder ver a su alrededor, temía dormir y no volver a despertar, su cuerpo dolía y se encontraba fatigado ante todo, tres días sin comer a base de agua le estaba afectando.
-“deberías comer más, no creo que sea sano que solo comas una manzana al día” –recordó las palabras de Masuta, la primera vez que charlaron entre ellos, a escondidas de la vista de los otros, un raro del ocultismo y un chico que se especializaba en karate.
-No es para tanto –volvió a repetir entre las sombras.
-“pero, como no me voy a preocupar” –paro un momento su recuerdo, las lágrimas volvieron a salir, ese día había sido especial no solo porque pudieron charlar tranquilos sin ser juzgados –“tú me gustas Shin…”
-Budo… -rompió a llorar sin poder evitarlo, sus sollozos llenaban el vacío de aquel cuarto.
.:OoO:.
-Bu! Tuve prueba de matemática –se quejó Inkyu abrazándose a su hermana.
-¿y cómo te fue? –pregunto Hayato viendo a la peli rosa.
Era la hora de receso y los cuatro estaban sentados en la cafetería, Ayano veía de un lado a otro esperando ver a su amado, sus acompañantes reían ante aquello, era de cierta forma tierno verle de esa manera, tan ansioso por encontrar a Taro.
-Pésimo~
-mamá se va enojar –comento Sakyu acariciando disimuladamente la espalda de la menor.
-No importa, tengo a Sakyu-neesan para protegerme –Dijo abrazando a la peli morada.
-He, he ya veo –Hayato rio, no entendía realmente que eso no era un comportamiento… normal... entre familiares, al ser hijo único.
-deja de ver para todos lados, te va dar un calambre en el cuello –comento Sakyu viendo al menor quien se detuvo sonriendo.
-lo siento…
-he, he, he Aishi-Kun es tierno –dijo Inkyu divertida, todos concordaron con la muchacha de coletas.
Los cuatros hablaban tranquilamente entre ellos, por el pasillo que daba con la cafetería aprecio el azabache mayor, unos pasos más atrás iba Gakusei quien aún no podía hablarle a su amigo y amor platónico, no podía ni siquiera persuadir a Taro para que se alejara de ese enano. Al llegar a la cafetería noto como Taro iba directo asía el grupo de Aishi, se sentía arder de celos y envidia, él y apenas podía decirle un hola y hasta eso le despreciaba.
-Esto, Aishi –llamo Taro atrás del chico quien se sobresaltó al esculcarle.
-¡¿E-Eh?! Y-Yamada –saludo el menor, el sonrojo subió de golpe a sus mejillas.
-H-Hola –dijo igual de nervioso, tenía tres pares más de ojos viéndole –T-Te molesta si vamos a hablar a otro lado –Dijo señalando la salida, las chicas junto a Hayato se rieron disimulados.
-¡C-Claro! V-Vamos –dijo levantándose –N-Nos vemos en clases –dijo apresurado despidiéndose de los otros tres quienes divertidos movían sus manos despidiéndose del chico.
-…dios que ternura –comento Inkyu cuando los dos azabaches se habían ido.
-casi me da diabetes –agrego Sakyu divertida.
-Sí, vaya tortolos –los tres se miraron por un momento para reír entretenidos.
A las afueras, caminando por los pasillos tanto Taro como Aishi caminaban hasta un lugar calmado, Ayano estaba ansioso deseaba quedarse a solas por completo con Taro, cosa difícil estando en una escuela. Al llegar a la puerta de la azotea ninguno salió a esta, simplemente se quedaron en aquel lugar sentados en la escalera, poca era la gente que tomaba las escaleras cerca de la puerta trasera así que podían charlar tranquilos.
-¿Qué…querías decirme? –pregunto Ayano viendo al azabache mayor.
-eso…deje el club de jardinería –dijo viendo el suelo de madera.
-¿eh?¿por qué lo dejaste? –pregunto Ayano sorprendido.
-bueno, entre solo porque Osana me obligo…pero como ella…bueno…no ha aparecido…decidí dejarlo, realmente no me gusta la jardinería –Dijo rascando su cabello.
-oh, ya veo ¿entonces, que harás? –el menor se apegó al otro colocándolo nervioso.
-decidí volver al club de natación –Dijo con calma.
-hum ¿volver? –Ayano permanecía atento ante las palabras del otro.
-Si…ayer me pille a Musei en el centro comercial –Al escuchar el nombre de una chica el menor se tensó apretando la tela de su pantalón –Iba acompañada de su novio, estaba mal, perdió a dos amigos eh integrantes en un día y me pidió que volviera…realmente no quiero defraudarla es una buena chica.
-oh…ya veo, entonces hazlo, iré a echarte porras –Dijo el menor más calmado, total como había dicho Taro, la chica tenia novio eso la ponía como ocupada pero luego revisaría bien.
-he, gracias –Taro simplemente desvió la vista rojo.
-pero, ¿el club no debió cerrar? Ósea, son menos de cinco miembros y sin olvidar que la capitana murió –Dijo Ayano algo desconcertado.
-sobre eso, Musei paso a ser la líder y bueno, estas junto al miembro faltante –Dijo divertido.
Ayano solo sonrió, se sentía feliz de estar cerca de Taro y ahora además tenía una nueva oportunidad de sacarle fotos más actualizadas en traje de baño, el menor sintió como la mano de Yamada acariciaba su mejilla de inmediato el rubor se pintó en su cara.
-Yamada…
-perdón, no lo puedo evitar –murmuro dando un casto beso en los labios del otro, cerró los ojos gustoso ante el suave contacto alguien podría pillarlos pero no importaba.
Ayano paso su mano acariciando el brazo del toro que se posiciono en su cintura, el mayor jugaba con uno de sus mechones mientras daba pequeños besos, cada vez que podía sentir la calidez del menor se sentía en paz y en calma dejando la confusión a un lado olvidando todo.
-Lo siento –volvió a murmurar Taro, ahora no estaba confundido por el hecho de besar a Ayano, ahora era el si Ayano solo seguía el juego o de verdad sentía algo por su persona, podría ser que realmente el menor no sintiera nada por él y lo viera como un amigo algo desesperado –Esto…Aishi…quiero preguntarte algo… -El mayor tomo aire dispuesto a hablar, pero el timbre resonó sacando de su burbuja a ambos adolecentes.
-¿Qué cosa? –El menor no quería que la cosa se terminara así.
-Esto, mejor olvídalo, nos vemos a la salida –se despidió apresurado, a veces pensaba que era un completo cobarde.
El mayor salió apresurado dejando al menor amurrado, suspiro bajando las escaleras yendo a su salón, le esperaba un largo día con las clases y el club, porque no podía levantar sospechas y debía de hacer como si nada.
.:OoO:.
-bienvenido –saludaron los miembros a su presidente, quien algo acongojado acepto la bienvenida algo fría por parte de los miembros, pero normal sabiendo la clase de personas que eran.
-esto, chicos antes de hablar de las cosas pendientes…quería hacerles una pregunta –Dijo Hido apenas levantando la voz, los miembros callaron asintiendo -¿alguno de ustedes…a podido hablar don Higaku? –pregunto viendo a los chicos.
-Eh…no –Comento Supana viendo a Kukuma quien solo negó con la cabeza, ella tampoco lo había visto ni hablado con él.
-La última vez que hablamos con él fue el viernes –dijo Chojo arreglando sus gafas.
-De ahí en más no hemos tenido noticias de él –Agrego Daku arreglando el flequillo de su ojo.
-oh…ya…veo –Hido pasaba su peso de un pie a otro nervioso, no tenía un buen presentimiento –b-bueno, comencemos, espero que sepamos algo de él.
Así es como pasaron aquellas tres horas en donde los integrantes de los clubes realizaban sus actividades, siendo un líder ocultista y cinta negra en karate los más perdidos ante aquello, no sabían que estaba pasando y no había pista de Shin.
.:OoO:.
Abrió los ojos adolorido, su cuello punzaba al dormir en tan incómoda posición ¿Cuándo había caído rendido? Escucho la puerta cerrarse y unos pasos encima suyo acercarse, la puerta que daba a las escaleras y la luz encendiéndose quemando sus ojos, frente suyo vio al menor descender con el uniforme puesto, parecía contento.
-Bien, no has muerto –Dijo Ayano con calma.
-…
-¿eh? No me dirás nada –pregunto viendo como el otro simplemente le trataba de ignorar.
-sabes, hoy Ruto llego –dijo con calma caminando a su alrededor, sabía que tenía la atención de Shin ante su movimiento de cabeza –Llego y ya, me sorprende que no haya preguntado por ti.
-no…
-oh, ¿no qué? –cuestiono Ayano viendo al ocultista.
-…
-acaso crees que llego a preguntar por ti, he ingenuo, estaba muy ocupado hablando con otro chico, tal vez lo conozcas –dijo Ayano divertido, casi se sentía la lengua de serpiente que podía llegar a tener.
-…¿Quién?... –dijo bajo.
-Hum, el presidente del club de karate, estaban muy cómodos charlando, me pregunto de que –El menor sonrió al ver como el rostro del otro se desencajaba –Sabes, pensé que Masuta estaría buscándote desesperado ¿acaso no eran pareja?
-¿Cómo…?
-¿lo supe? Fácil, mi estimado Higaku yo puedo saber lo que quiera y sé que ustedes dos tenían una relación, aunque bueno, si han pasado tres días y ya te cambio, no creo que haya sido una muy buena…
-¡Él no me ha cambiado! –grito a pesar del dolor.
-hum…yo no estaría tan seguro de aquello –comentó alegre, mientras subía por las escaleras –Nos vemos, que descanses bien Higaku~
La puerta se cerró dejando al oji lila en las sombras, su cuerpo temblaba y las lágrimas se aglomeraron en sus ojos, repitiendo una y otra vez lo mismo.
-No…No…B-Budo…no haría eso…
.://Continuara//:.