Sangraba adolorido en el suelo, la tela empapada resbalaba de su boca humedecida de saliva y sangre, su respiración agitada y jadeante salía de sus labios a duras penas, todo su cuerpo estaba doblado y sus manos estaban amarradas a su espalda mientras sus pies se mantenían unidos por un fuerte nudo al igual que el de las muñecas.
-Buf~ a que la pasamos bien –Dijo alegre Ayano mientras limpiaba parte de su sudor con la camiseta blanca, bajo esta una playera más ajustada color negro junto a los pantaloncillos de mezclilla.
-… -El ocultista ni siquiera se molestó en tratar de hablar, solo callo como llevaba asiendo desde esa mañana en donde ese chico bajo a penas vestido con un pijama para “jugar” con su persona.
-Eres un aburrido… -El menor se acercaba nuevamente al cuerpo deteniéndose a centímetros de este, por la casa resonó el timbre de la vivienda, con una mirada fría el menor vio al cuerpo a sus pies quien había fijado su vista esperanzado –Ni si te ocurra –advirtió mientras rápidamente subía las escaleras retirando la playera sucia dejándola a un costado en el sofá.
Al llegar el menor abrió la puerta principal donde vio la figura de un hombre que no debería pasar los treinta, una chaqueta de un color fuerte, pantalones largos y gafas, en sus brazos sostenía un portapapeles y un paquete, el menor fingió sonreír con calma viendo al otro.
-Hola ¿puedo ayudarle? –pregunto Ayano viendo al hombre frente su puerta.
-Eh, si hola ¿Aishi Ayano? –pregunto leyendo el paquete.
-¿Si? Soy yo
-Su pedido –Dijo estirando el paquete envuelto en aquel papel café –firme aquí por favor –prosiguió al ver que le menor tomaba aquella caja, con calma este tomo el lápiz sujeto a aquel porta papeles firmando –Gracias –Se despidió marchándose, el otro solo movía su mano mientras sonreía malicioso al ver el objeto entre sus manos.
-Pensé que llegaría mañana, pero bueno, mejor –Dijo divertido, cerró la puerta nuevamente con pestillo bajando hasta el sótano con la caja en mano, Shin lo vio temeroso dejando de moverse –¿Eh? Higaku que intranquilo, mira te traje algo, lo veremos en la noche ¿te parece? –el menor dejo aquel paquete en la estantería.
-… No…más… -suplico con la voz apagada, sus ojos perdían brillo a medida que pasaba el tiempo.
-Pero te va a encantar ¡Créeme! No te sentirás tan solito sin tu infiel pareja~ -Canturreo Ayano mientras corría la silla dejándola en el mismo lugar que siempre.
-¡Budo no es infiel! –dijo con la voz ronca, el otro solo rio mientras lo cogía por el brazo tirándolo en la silla.
-Lo que digas~ llevas tres días encerrado y nadie te ha buscado ¿aun piensas que se preocupan por ti? –Ayano murmuraba aquellas crueles palabras mientras amarraba las muñecas y tobillos a la silla de madera.
-Solo…cállate…ellos…ellos…a ellos si les preocupo… -Murmuro con un ardor en sus ojos y las palabras atoradas en su garganta.
-Bien, te dejare aquí, nos vemos más tarde, procura descansar estoy seguro que no podrás dormir durante mucho tiempo –Dijo malicioso mientras salía de aquel lúgubre lugar dejando la luz encendida.
Al salir del sótano cerrando la puerta el menor se encamino hasta el sofá recostándose en este, miro el techo con calma, su móvil que descansaba en la mesa de café vibro cortando el silencio del lugar, con calma el menor se acercó a tomar el oscuro aparato viendo lo que tenía, la sonrisa de satisfacción volvió a aflorar en su rostro.
.:OoO:.
-“esto esta terriblemente mal” –Pensó por sus adentros la peli purpura, podía hacer tranquilamente aquello ya que por motivos de salud su hermana se ausento aquel día. Llevaba desde la mañana siguiéndoles ¿Por qué Ayano le pidió hacer eso?¿Qué sentido tenia seguir a aquellos chicos? –“¿Qué querrá de ellos? Que no estaba interesado en Yamada ¡para que tengo que seguir a Masuta y a Ruto! Esto no me tiene sentido” –Reclamaba en su mente la oji amarillo con el móvil en su mano.
“Sakyu, necesito pedirte un favor, durante estos dos días en que yo no este necesito que sigas al presidente del club de karate y ocultismo. Si es posible necesito las fotografía de ambos juntos, mientras más fácil de mal interpretar mejor, confió en ti”
Decía aquel mensaje que recibió a las dos de la madrugada por parte del menor, pudo haber declinado, pero no estaba ahí escondida en una pared como una stalker viendo a sus dos compañeros, llevaba un par de fotos, una de estas parecía que estaban arrimándose contra una pared, pero nada más lejos de la verdad.
-Debí unirme al club de fotografía por lo buena que soy –Murmuro para sí misma satisfecha por lo Bien hechas que estaban sus fotografías.
Al notar movimiento la muchacha se comenzó a mover, esos dos iban de un lado a otro por la escuela buscando algo, ella como podía los seguía escondiéndose y viendo a través de su móvil con el zoom de la cámara.
-Marcas de ruedas… -murmuro Budo junto al ojeroso Hido.
-¿ruedas? –pregunto curioso, las marcas poco visibles entre el césped eran pequeñas.
-Si ¿crees que tenga algo que ver? Están muy borrosas para ser recientes –El de cinta se incorporó –En todo caso, terminan aquí –Vio la muralla celeste claro.
-¿Qué es eso? –cuestiono el oji morado viendo entre la maleza de los arbustos algo que sobresalía.
Los dos seguidos por la vista de la peli morado se acercaron hasta los matorrales, entre ellos escondido una de las cajas de instrumentos del club de música, los dos arrastraron el objeto afuera de los arbustos abriéndolo, a simple vista este estaba vacío, pero camuflado entre la tela interna resaltaba un pequeño objeto, con cuidado Hido adentro su mano sacándolo.
-¡Es el collar de uno de mis miembros! –dijo observando la gargantilla.
-¿eso quiere decir?
-Todos mis miembros la tienes, esta debe de ser de Shin… -dijo murmurando sosteniendo aquella pieza.
-así que por eso nadie le vio salir… -El oji negro frunció el ceño, se sentía frustrado, molesto y por sobretodo frustrado consigo mismo.
-Calma –trato de tranquilizarlo Hido posando su mano en el hombro del otro –Ten –le extendió la gargantilla colocándola en la palma del otro –Lo vamos a encontrar…
-Gracias –Dijo apenado, apretó aquel objeto llevándolo al pecho, le dolía horrores, sentía un vacío formarse en su estómago.
-“¡Mi oportunidad! ” –pensó la chica sacando la fotografía, con eso bastaría así que salió rápidamente de ese lugar, esperaría hasta salir de clases para enviárselas al menor.
.:OoO:.
El cielo se teñía de un naranja rojizo, las nubes se pintaban rosáceas a medida que el sol se ocultaba, el menor completamente embobado se despedía de Taro quien amablemente fue a visitarle, tendrían otra competición durante el fin de semana y muy obviamente él iría a apoyarle, fueron pocos minutos en que conversaron pero para mantener en un estado de humor alegre al menor fue suficiente.
Ahora después de picotear un poco la comida en su refrigerador el menor bajo sujetando una botella de agua, el menor vio desde las escaleras al cabizbajo y dormido cautivo que tenía, estaba listo para despertarte pero su móvil vibro en su bolsillo, vio el mensaje notando los archivos que Sakyu había mandado no podía sentirse mejor al ver aquellas imágenes, sabía que esos dos no tenían nada, pero era fácil de mal interpretar una imagen cuando se estaba colgando de un hilo entre la cordura y la locura.
Ya con el material que necesitaba Ayano simplemente despertó al otro mojando su cabeza con el líquido de la botella, el aparato de carcasa negra fue depositado junto a la caja mientras Shin se despertaba de golpe con el cabello húmedo y goteando agua.
-Q-Que…N-No…no…de nuevo…por…favor
-Oh, te deje dormir toda la tarde ¿no soy una buena persona por eso? –Dijo mientras se acercaba al otro con la botella en mano –Bueno, te necesito vivo así que –El menor tomo de las mejillas al otro, ahora evitando un vaso de vidrio el menor introdujo la boquilla plástica por la boca forzosamente abierta, a la fuerza obligo a tragar al oji purpura quien al verse liberado después de un rato tosió botando parte del agua atorada.
Con miedo el otro levanto la vista viendo que era lo que haría ese chico, este parecía muy tranquilo depositando la botella a un lado y volviendo a estar frente suyo.
-…¿Por qué…estas tan tranquilo…? –cuestiono viendo al oji negro.
-No es solo que estoy pensando en hacerlo o no, después de todo, tú te vez tan esperanzado en que venga Masuta a rescatarte –Dijo malicioso, camino alrededor de aquel cuarto volviendo a coger su móvil pasándolo de mano en mano viendo como el otro a penas y le seguía con los ojos.
-Se…que él está buscándome…sé que le importo…
-Claro, claro pero respóndeme ¿Cómo le vas a importar si ya tiene a alguien más? –dijo deteniéndose a su espalda desapareciendo del punto de vista del otro.
-Q-Que…¡M-Mientes! –dijo alterado.
-Eh~ yo no miento~ si quieres podría mostrártelo ahora, pero eso volvería aburrido el juego ¿no crees?
-¿J-Juego…?
-¡Sí! Te lo pedí el fin de semana, no pensé que llegaría tan pronto ¡son muy rápidos! –Dijo el menor divertido mientras comenzaba a caminar en dirección del estante, tomo el paquete quitando aquel envoltorio y abriendo la parte superior de aquella caja –¡Las compras por internet son maravillosas!¡Se puede pedir cualquier cosa! –dijo mientras ante los ojos de un espantado Shin sacaba del interior un objeto de color rosáceo, la figura ancha y alargada detonaba de inmediato lo que era.
-¿P-Por qué...p-pediste e-e-eso…? –Dijo nervioso, inmediatamente su cuerpo tembló al ver el rostro malicioso del menor.
-Ya te dije~ Para que no te sientas tan solito~ -el menor soltó una carcajada divertido –Sabes, creo que podría hasta envidiarte, tú tienes a tu pareja y juntos son tan felices, pero claro, tienes que estar escondiéndose de todos ¿verdad? En ese caso, para que no lo extrañes te compre esto hubiese comprado uno para mí pero bueno, yo ya tengo a mi amado~
-E-Estas l-l-loco…t-tú estás d-demente…
-Puede que si~ pero no me arrepiento, por él haría lo que fuera –dijo con calma, el brillo en su mirada se perdió y con paso lento se acercó al nervioso de Shin –Puedes cerrar tus ojos, tal vez y te sientas bien~ -Cemento al momento que con cuidado desato los tobillos de su víctima y sin pudor retiro los pantalones del uniforme junto a la ropa interior, dejándole solo con la sucia camisa.
-N-No, no lo hagas, todo menos eso S-Solo mátame, p-pero por favor N-No Agh!! –Su suplica se vio interrumpida por la abrupta intromisión, sin consideración el menor introdujo la cabeza del aparato de plástico notando lo difícil que le era introducirla dentro del ano del mayor.
-Hum, que apretado –Se quejó mientras continuaba ejerciendo fuerza.
-N-No ¡¡S-Sácala!! ¡S-So-Solo para!! –Las lágrimas no tardaron en asomarse, en su mente solo repetía el nombre de Budo mientras sus piernas tiritaban, trataba de acertarle patadas al menor, pero este sujetaba fuertemente una de estas doblándola si se atrevía a moverse –¡¡A-Agh Aah N-No…A-hh Agh D-Duele!!
-Mira, ya está entrando~ -dijo divertido, los perdidos ojos del menor veían divertido el dolor del ocultista, aquel objeto comenzaba a abrirse paso por las entrañas de Shin, su vientre convulsionaba y sus piernas temblaban, de su ano comenzó a brotar sangre a medida que aquella cosa se adentraba en su persona.
Jadeaba y sollozaba, no paraba de llorar y sus pobres piernas a penas y se mantenían quietas, sus piernas se acalambraban y su espalda se encorvaba, trataba inútilmente el alejarse pero solo podía sentir como aquello se adentraba sin pisca de placer dentro suyo.
-P-Para, n-no lo quiero A-Ah S-Sácalo Aah ahh… –Antes de que continuara sus palabras se vieron interrumpidas al sentir esa cosa entrar por completo, de su boca salía vapor blanquecino ante el frio de aquella sala, vio de reojo el rostro del menor y aquellos ojos sin vida con una sonrisa maliciosa le espantaron –Q-Que…¡A-Ah Agh! –como pudo ahogo el sonido, algo se había presionado ese pequeño monstruo y ahora esa cosa que invadía su interior se movía dentro suyo.
-lindo ¿no? Bueno, creo que con eso bastara ¿no? Nos vemos por la mañana –Se despidió levantándose, dejo las prendas en un rincón junto a las cajas y la chaqueta del otro, camino dejando a un lloroso Shin con aquel vibrador dentro suyo –Ups, se me olvidaba –Ayano se acercó hasta el estante algo más lleno tomando la tela con la que cubría la boca del otro, con brusquedad amarro aquel trozo de tela evitando que el oji purpura hablara correctamente –Buenas noches~
Ayano había abandonado aquel lugar, la pobre luz que iluminaba aquel lugar fue apagada por este dejando a Shin entre las sombras mientras temblaba por el objeto dentro suyo, el menor se paseó un rato por la vivienda hasta ver una hora pertinente para dormirse por ese día, besando aquella fotografía de su amado se fue a descansar completamente calmado.
.://Continuara//:.