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Just Love Me. por PandaZorro

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Notas del capitulo:

¡Eh vuelto a mis andadas perras!
Ok no, pero si que al menos el capítulo quedo decente UvU

Bien -Deja una caja con pañuelos- no quiero spoiliar pero, les dejo esto :)

-Miharu Alice:
Si c:

Creo que ese es el objetivo princial ¿no? :v
es un amor de persona Ayano~

y gracias, estoy un poco mejor...solo que con más sueño :(


-Hineko Yaoi:
....
:)


Bien, vamos con el capítulo UvO

-¡Aishi-Kun!¡Qué bien que volviste! –Dijo animada Inkyu abrazando al pequeño azabache, siendo seguida por Hayato quien estaba igual de feliz que la peli rosa.

-S-Si, podrían soltarme –Dijo el oji negro siendo apretujado por ambos chicos.

-¡¿Qué?!¡Claro que no! –Dijo Hayato apegándose más al cuerpo del menor.

-Van a terminar asfixiándolo –Dijo Sakyu viendo como su hermana y amigo apretujaban el cuerpo del adolecente.

-Fueron dos días sin Aishi-Kun –reclamo Inkyu inflando las mejillas.

-Es aburrido no tener a Aishi-Kun con nosotros –Se quejó Hayato mientras cómo podía enredaba sus brazos en el torso más delgado.

El timbre resonó por la escuela dando aviso al inicio de clases, a regañadientes le oji cian y el oji verde se separaron de Ayano, iban entrando al instituto pero el menor se disculpó con los tres ya que tenía “asuntos” que atender. Tanto Inkyu como Hayato no le dieron importancia al asunto, pero la oji amarillo sabia a que se refería, asintió desganado subiendo hasta su salón junto al peli verde.

Pronto los pasillos del instituto se vaciaron y de forma rápida el menor salió del instituto caminando hasta la parte trasera del gimnasio donde algunos arbustos y árboles decoraban el paraje, se acercó a las sombras que proporcionaba el follaje de las hojas que caían con la llegada del otoño encontrando en posición fetal a su marioneta, con un uniforme limpio y arreglado sin rastros de sangre, con el cabello limpio y el rostro inexpresivo, la mirada purpura no reflejaba vida, solo un vacío que sentía el joven ocultista.

-Bien~ Higaku veo que te sienta bien tomar algo de aire ¿Verdad? –Pregunto el menor llevando sus manos hasta su bolsillo, el otro no respondió –Bueno, es algo temprano y la gente ya entro a clases, espero que eso no te moleste ¿verdad? –nada nuevamente, la sonrisa de satisfacción en el rostro del menor era gigantesca, estaba orgulloso de haberlo logrado –Bueno, en ese caso tendrás que esperar hasta la hora de receso, que mal~ bueno te dejo este regalito –Comento mientras de su maleta retiraba un objeto envuelto en un viejo trapo, trapo que pertenecía a la antigua y desecha camisa de Shin, dejo caer el objeto envuelto que salió de la blanca tela mostrando el peligroso brillo metálico de este –Dale un buen uso Higaku~ -Comento antes de marcharse dejando al peli oscuro viendo el objeto corta punzante.

-Buen…uso… -murmuro mientras extendía su mano tomando el mango del cuchillo viendo de cerca el filo que reflejaba su mirada perdida –Buen…uso… -Estuvo un buen rato observando el objeto centrado en este.

Mientras tanto, Ayano suspirando cansado se aventuraba a entrar a aquella oficina con desgano, no quería verle pero para entrar a su salón sin que le hagan preguntas de más necesitaba hablar con ese hombre, tomo una bocanada de aire mientras tocaba la puerta escuchando la afirmación para ingresar a la oficina, abrió la puerta viendo como el de gafas había levantado la vista para verle, con claridad noto la sonrisa ladina que asomo por los labios del consejero.

-Oh~ vaya Aishi-Kun pero que sorpresa verte en mi oficina~ -Dijo mientras dejaba de lado la laptop centrándose en el  azabache menor.

-Si…supongo –Dijo mordaz el menor entrando colocándose frente al escritorio.

-¿sigues molesto por la suspensión? –pregunto el de gafas divertido.

-…No realmente, me fue de utilidad en realidad –Comento con el rostro indiferente.

-Ya veo, aun así ¿Qué haces aquí Aishi-Kun~? Necesitas algo de mi ¿Verdad? –El menor asintió –pues dime ¿Qué es? –cuestión apoyándose en su mano derecha.

-Necesito un pase para entrar a clases –Dijo con simpleza.

-Hum~ solo para eso –Dijo desganado –Ni siquiera me dirás ¿por qué te saltaste la primera hora?

-Lo mejor será que no, al fin y al cabo lo vera

-Tienes razón en eso –El de gafas rebusco en su gaveta un fajo de papeles troquelados en dirección del lomo –Ten, entrégaselo al maestro di que estabas conversando conmigo, solo eso y ya –Dijo divertido ocultando la malicia en las palabras.

-¿solo hablando? –cuestión el menor dudando viendo el papel en su mano.

-Si –Sonrió alegre el hombre –Solo eso y ya, luego sigue con lo que estés haciendo, solo recuerda Aishi-Kun –El hombre entrecerró los ojos fijando los ojos castaños en la menuda figura –Se más discreto, estas siendo demasiado obvio.

-Sí, ya se –Se quejó el menor guardando el papel en el bolsillo de su chaqueta.

-Bien, espero verte pronto –Dijo el de gafas despidiéndose del menor quien solo asintió sin ganas saliendo de la oficina, al momento de cerrar la puerta el de gafas se dejó caer en el respaldo de su silla sonriendo satisfecho, su mirada se fijó en el techo divertido.

Ayano llego hasta su salón golpeando la puerta, el maestro abrió la puerta, de pie estaba el nuevo maestro de historia que se ponía nervioso ante su presencia, el profesor Masao se sobresaltó al ver al menor tan cerca suyo, la clase ignoro aquello siendo notado solamente por unos ojos rojos y los ojos oscuros del menor.

-E-Eh A-Aishi ¿estas son horas de llegar? –pregunto tratando de sonar firme o siquiera normal.

-Perdón, estaba en la oficina del consejero –Dijo sacando la nota entejándosela al cobrizo.

-en la oficina ¿Por qué?

-Nada en realidad, solo hablaba con él, permiso –Dijo entrando al salón dejando a un descolocado Masao quien de forma desapercibida apretó el papel entre sus manos arrugándolo completamente molesto, suspiro resignado retomando su clase.

Las horas pasaban y los alumnos continuaban sus clases, al momento de terminar la clase en el salón 2-1 Masao salió disparado de este, camino apresurado completamente molesto, debía ir al salón 1-1 pero ahora estaba demasiado alterado como para siquiera decir un buenos días normalmente, se acercó hasta la maestra de gimnasia la cual no tenía clases ahora, le pidió que cuidara su clase mientras el atendía algunos asuntos, la oji azul acepto alegre mientras salía del salón de maestros con dirección hasta el salón delos de primer año. Mientras el de cabellos rojos se acercaba a la oficina del consejero entrando sin siquiera tocar la puerta, el hombre estaba tranquilamente trabajando en su ordenador sin darle importancia a la presencia del otro.

-Puedo saber ¡¿Qué mierda tienes en la cabeza?! –Alego furioso viendo al de gafas, quien levanto la vista indiferente a su persona.

-¿hum?¿Ocurre algo profesor Furuiki? –pregunto como si nada el oji chocolate.

-¿Qué si ocurre algo?¡Claro que ocurre algo! –El hombre dejo la nota sobre el escritorio del otro, el papel arrugado hecho una bola de papel con algunos lados cortados – “Solo hablaba con él” –repitió con el ceño fruncido.

-Oh, vaya así que Aishi si te lo dijo –Comento divertido sonriendo de manera maliciosa –Bueno ¿Cuál es el problema? Solo paso a hablar sobre algunas cosas, no es nada grave.

-Mira, esto es una actitud demasiado, pero ¡Demasiado! Infantil de tu parte –Alego entre dientes apuntándole, el de gafas solo sonrió.

-Puede ser, pero recuerda tú no puedes alegar –Shusai sonrió divertido ante el rostro lleno de molestia del más joven –Al fin y al cabo, no eres nada suyo y yo tampoco, estamos iguales ¿no crees? –dijo divertido.

-Mira, faltan varios años para que siquiera sea legal –El de cabellos cobrizos apretó los labios cerrando los ojos –Mejor me largo, tengo clases.

-Claro, claro –Shusai movía su mano echándole de su oficina –Procura no ser tan obvio, sabes, eres peor que un amante despechado celando a su ex pareja.

-Púdrete –Dijo saliendo por fin de aquella oficina, el de gafas solo rio continuando con su trabajo dejando de mal humor a Masao.

 

Se podría decir que las otras clases transcurrieron con normalidad, el menor anotaba tranquilo en su libreta esperando el momento en que el timbre resonara y la hora de receso llegara, estaba más que ansioso de ver cuán bien había roto aquella mente.

 

.:OoO:.

 

El sol alumbraba en el centro del cielo oculto tras una que otra nube grisácea, las aves canturreaban apoyándose en el tendido eléctrico de la calle y las ramas de los árboles que comenzaban a perder sus hojas, las hojas secas en el césped, los arbustos amarillentos y el césped algo reseco era señal del invierno, pero en estos momentos el admirar el paisaje no estaba en su mente, en realidad no había nada en su mente, solo algo más que claro. Seguía sujetando aquella arma en su mano, dudaba en hacerlo, pero…dolía, dolía las palabras del otro, era desconfiado siempre lo había sido y solo con Budo había logrado tener un poco de confianza en sí mismo…pero ahora…

Tan obvio y a la vez tan confuso, lo amaba, eso era más que claro ¿pero y Budo a él?¿Lo amaba?¿lo apreciaba?¿acaso era verdad lo que dijo Ayano? Todo era una mentira, su pecho dolía, llevo la punta del arma hasta su garganta pasando el frio metal por la piel que se erizaba ante el contacto de este, el pensamiento que cruzo por su mente era el de terminar todo de una vez, era fácil, solo enterrar aquella arma en su garganta y acabar con todo…pero…sentía en su interior arder fuertemente, cada que pensaba en morir y dejarlo a él vivo, si…no sabía por qué…eran buenos amigos…ahora…ahora quería matarlo, no quería irse sin llevárselo, ir hasta el fondo del mismísimo infierno arrastrándolo consigo.

Entre el cantar de los pájaros el timbre sonó, decidido con la mirada fría y sin vida se levantó sujetando el arma en su mano derecha apretándola fuertemente, trago saliva seco viendo el edificio blanco comenzando a acercarse a este de manera rápida, sus pasos se arrastraban por el césped y sus brazos colgaban a sus costados meciéndose de un lado a otro en una forma casi animal, su postura encorvada era extraña pero poco le importaba ya nada le importaba en realidad, ahora solo tenía un objetivo claro.

 

.:OoO:.

 

-E-Eso era…B-Bueno, puedes ver que no soy bueno para sociabilizar y-y menos p-para h-hablar –En esos momentos estaban en la plaza, Hido había dejado a sus miembros tranquilos en el club y en esos momentos se encontraba angustiado y como Shin no estaba para conversar solo tenía a Budo.

-Ya veo, así que ¿quieres confesarte a Yamada? –El ojeroso asintió rojo –Bueno, que yo sepa Yamada no tiene pareja alguna, aunque no estoy muy seguro de su orientación sexual –Rasco su cabello, se notaba cansado, no había dormido bien durante el tiempo que no había tenido a Shin a su lado.

-Te vez terrible –Comento Ruto al Karateka.

-Bueno, mi pareja desapareció el viernes pasado y no hay señales de él, no creo estar muy bien…

-P-Perdón, creo que molesto co-con mis p-problemas –Dijo desanimado el de cabellos ondulados.

-Tampoco es para tanto –el de ojos negros suspiro –Mira, hagamos algo, hoy quieres confesártele ¿verdad?

-B-Bueno, S-Si…

-En ese caso, puedes intentar conmigo, si practicas frente a alguien tal vez y no tartamudez tanto –dijo como si nada Budo.

-N-No e-estoy muy s-seguro…

-No creo que pase algo realmente…

-B-Bien…A-Aquí v-voy…

-Pues bien…

 

.:OoO:.

 

Esto era perfecto para el menor, estaba bajo uno de los cuatro cerezos de la plaza, estaba tranquilo junto a Hayato que narraba alguna de sus vivencias mientras no estaba, no prestaba atención a las palabras del peli verde, las dos chicas habían ido al baño y Kojin simplemente había ido a su club después del timbre. Tenía la vista perfecta para ver con claridad cómo se encontraban tanto Ruto como Masuta hablando, no lograba escuchar cual era el tema, pero el simple hecho de que estuvieran juntos era suficiente.

Como si estuviera cronometrado, al momento en que el líder del club de ocultismo y el de karate se centraban más en la conversación, el moribundo Shin abría la puerta sin llamar la atención, en su mano portaba la filosa arma arrastrando los pies, eso sería perfecto, lo único que lamentaba era que Hayato tendría que ver una muy horrenda escena.

 

.:OoO:.

 

No lo creía, no quería creerlo ¿era verdad? Estaban ahí alejados de todos hablando entre ellos, se acercó cansado, el ver el rostro de Budo logro apaciguar su dolor pero…¿de que hablaban? Parecían concentrados ¿no lo vieron acaso? Estaba cerca de ellos, nadie lo veía ¿Por qué? Desapareció casi una semana entera ¿nadie siquiera se preguntaba por él?

-P-Por favor ¡Acepta salir conmigo! –dijo Hido apretando los puños.

Se sintió morir en ese momento, no, no era verdad, pero…estaba frente suyo, lo había escuchado con claridad ¿Por qué Budo no niega?¿Que estaba pasando? No, no, no…no…

-No… -salió de sus labios, los dos presentes voltearon sorprendidos al verle.

-S-Shin –Dijo Hido sorprendido al verle, una sonrisa afloro en los labios del ojeroso Ruto, una sonrisa que revolvió el estómago de Shin –¿E-Eh?¿O-Ocurre algo? –pregunto al momento en que poso su mano en el hombro de su ahora ex amigo.

Fue rápido, el grito ahogado que pego Hido llamo la atención de todos, había clavado el filo del cuchillo en el hombro del de cabellos ondulados, lo empujo para caer en el césped sacando el arma de la herida que de forma inmediata comenzó a brotar sangre, demasiada.

-¡AGHHH!

-¡Qué demonios Shin! –dijo Budo alterado.

No escucho, no vio, todo se volvió negro, todos desaparecieron ahora solo estaba él encima del cuerpo de Hido, una, dos, tres, cuatro, el número crecía cada vez más, su mano se levantaba solo para enterrar lo más profundo que podía el arma homicida y sacarla de cuajo de la carne lastimada, solo para repetirlo nuevamente.

Los gritos el bullicio todo se nublo, sentía los ojos arder y las lágrimas resbalar por sus mejillas, odio, todo el odio que acumulo lo descargo en él, en Hido, el chico que conocía desde hace años, su mejor amigo, el primero al que le conto su relación oculta, en quien confió ciegamente. Cada que enterraba el cuchillo todo se hacía más claro pero aun así no paraba, lloro, lloro como lo hizo esos días, ahora con dolor, rabia, ira acumulada, el solo recordar las cosas que vivió le dolía, todo dolía, pronto sintió como el cuerpo bajo suyo dejo de moverse, acaso lo había…

-Hido… -murmuro deteniendo el apuñalamiento en el pecho del otro para verle, el rostro lloroso de Ruto estaba salpicado de su sangre, los ojos llorosos con lágrimas y desorbitados, su boca sangraba y sus manos caían por los costados, la tela negra estaba empapada en sangre junto a los múltiples agujeros, la sangre brotaba por los costados cayendo en el césped formando un charco bajo el cuerpo del otro, todo volvió en si levanto la vista respirando agitado, podía sentir la calidez de la sangre empapándole también.

-S-Shin ¿q-que a-acabas de hacer? –dijo Budo viéndolo sorprendido, eso…esos ojos…lo lastimaron.

-B-Budo y-yo… -sus lágrimas cayeron abundantemente corriendo la sangre que tenía en el rostro, vio de reojo al público a su alrededor, sin escapatoria, con miedo, nuevamente la tentadora idea de acabar con todo de raíz –L-Lo siento –murmuro viendo al azabache al momento que tomaba el arma con sus dos manos apretando el mango fuertemente, dudo viendo la punta en su dirección.

-S-Shin, n-no lo hagas –Budo trataba de acercarse, ero era inútil la decisión estaba tomada.

-te amo… -pronuncio dolido al momento que clavo el arma en el centro de su garganta.

Escupió la sangre salpicando el cuerpo bajo suyo, el líquido rojo brotaba de la herida y su boca mientras con la poca fuerza que tenía enterraba aún más el arma en la carne, el grito de las chicas asustada el de sorpresa de los chicos se agudizo por un momento, de entre el público vio la figura inconfundible de Ayano sonriéndole divertido.

-a-adiós… -dijo al momento de tirar del mango retirando el cuchillo de su garganta.

La sangre salió en un chorro que perdió fuerza, todo aquello frente a Budo que en estado de shock veía como Shin daba final a su vida frente suyo llevándose consigo al pobre de Hido que ese mismo día planeaba confesársele a Yamada. El sonido seco del cuerpo cayendo al suelo lo saco de su ensoñación.

-¡llamen a una maestra! –grito alguien entre el público.

-¡Una ambulancia! –agrego desesperada una chica.

El bullicio llamo la atención de todos, los maestros se acercaron, junto al directo y al consejero, todos vieron los dos cuerpos, los profesores asían lo posible de alejar a los chicos de la escena, uno de los maestros hablaba por el móvil, estaba llamando a emergencias.

 

.:OoO:.

 

-N-No puede ser –Dijo asustado Hayato lleno de miedo, Ayano vio como el peli verde se cubría la boca para aguantar el vómito, preocupado el menor sobaba la espalda del oji esmeralda notando como se acercaba Sosuke el ahora presidente del club de drama.

-te lo encargo –Murmuro cerca de él a lo que asintió acercándose al cuerpo encorvado de Hayato.

-Haruki vamos al baño –Dijo con un tono de voz genuinamente preocupado, el de flequillo recogido asintió dejándose guiar por el otro. Ayano se quedó ahí de pie viendo la puerta por donde se fueron ambos.

-A-Aishi-Kun ¿estás bien? –pregunto una voz a su espalda, el menor se giró rápido viendo a Taro, se notaba pálido pero en sus ojos negros veía la preocupación asía su persona ¿Por qué no actuar un poco?

-Y-Yamada –sollozo apretando los labios.

-D-Dios, e-esto es horrible –Comento abrazándole, apretujándole contra su pecho.

-N-No puedo c-creerlo –Dijo Ayano apretando la tela de la chaqueta del contrario inhalando el aroma que desprendía el mayor –¿P-Por qué haría esto? N-No tiene sentido alguno –Soltó con la voz quebrada, las ganas de reír eran grandes pero la emoción de estar así con su senpai eran maravillosa.

-T-Tranquilo, ya paso –El mayor sobaba la espalda del más bajo quien estaba muy a gusto con el tacto –Yo estoy aquí, no te preocupes –Oh claro que estaba aquí, junto a mí, como debía estar, como debería estar para la eternidad.

-P-Por favor, va-vámonos –Pidió levantando la vista dolido –N-No quiero s-seguir aquí –Murmuro en voz baja, el mayor asintió llevándose consigo al menor al interior del instituto, todo bajo la celosa mirada celeste del ex presidente estudiantes que mordía su labio furioso.

 

.:OoO:.

 

-Hum…eso era lo que planeaba…de discreto no tuvo nada –Hablaba en su oficina Shusai, habían tenido que dejar a los chicos salir antes, debían de quitar los cuerpos y limpiar la sangre –Al menos, usando a otro pasaría más desapercibido –Suspiro botando el aire que guardaba en sus pulmones, una sonrisa divertida se asomó en su rostro –Pequeño Aishi-Kun~ ¿con que saldrás ahora?

 

.://Fin séptima semana//:.

 

.://Continuara//:.

Notas finales:

:)

:)

:)

bueno, mis advertencias siempre son claras :)
además era obvio, demaciado :)
tal vez pude haber escrito más de esta pareja, pero bueno, lo hecho hecho esta :)

Un rival menos, quedan tres :)

¿comentarios? se aceptan de odio si les interesa~

nos vemos en la proxima actualizacion, dejen sus reviews mis zorritos~ UvO

Bay-Pay~


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