-¡Levántate de una vez! –dijo la chica molesta, por las cortinas del cuarto se apreciaba los cálidos rayos de sol matutino entrando al cuarto –¡Taro! –Volvió a llamar pero el contrario apretaba fuertemente las sabanas alrededor de su cuerpo negándose a soltarlas y salir de la cama.
-¡Ya déjame en paz! –gruño el azabache a su hermana.
-¡No!¡Tienes que levantarte de una vez por todas! –dijo la chica vestida con el uniforme y las coletas arregladas.
-¡No! –repitió Taro.
La azabache furiosa opto por el último recurso que le quedaba a mano, el más eficaz del arsenal pero por el cual su hermano mayor le guardaría un gran rencor.
-…¡¡Mamá!! –Grito la chica haciendo retumbar las paredes.
Después de una muy larga reprimiendo que se ganó por “ser grosero con su hermana” Taro, a regaña dientes, comenzó a vestirse sintiendo el nerviosismo crecer dentro suyo. Al salir de casa los dos hermanos no se hablaron, la chica iba sintiéndose triunfante de haber ganado aunque usando un golpe muy bajo y sucio de su parte pero eficaz.
-buenos días –saludo Yuna a los dos hermanos.
-Buenos días –respondió Maina mientras Taro permanecía abstraído en su mente, La rubia lo vio por un momento curiosa de la actitud del mayor, pero un pellizco la atrajo nuevamente a la azabache quien la veía mal, se disculpó con una nerviosa sonrisa rascando su cabello.
Al llegar en la entrada la rubia se separó mientras los dos hermanos se adentraban a la escuela, iban adentrándose cuando un golpe húmedo se detuvieron o mejor dicho la chica se detuvo y le mayor curioso volteo viendo a su hermana.
-¡¿Pero qué…?! –Dijo sorprendida sintiendo la ropa pesada –¡¿A-Agua?! –dijo sorprendida levantando la vista sin encontrar a nadie.
-Pff… -el mayor cubrió su boca tratando de no reír, la oji negro le vio mal mientras sacudía sus manos.
-¡No te rías! –Gruño la chica –Voy a limpiarme –dijo molesta marchándose, la risa de varios se escuchó a coro mientras estos volvían a su rutina tranquila.
La chica corrió molesta hasta los camerinos a cambiarse, creía tener un cambio de ropa y si no era así podría usar el uniforme de deportes que guardaba. Fue rápida, dejo su bolso y cosas en su casillero, tomo un baño caliente y seco su cuerpo y cabello, al momento de estar lista el timbre sonó asiendo que tomara sus cosas rápida y saliera vestida con el uniforme seco que tenía.
.:OoO:.
-¿eh? –Ambas estaban en el cuarto de la mayor, los poster, las prendas esparcidas en el suelo y cama eran la imagen normal de la habitación de Sakyu –¿Por qué esa chica? –pregunto mientras pintaba las uñas de sus manos.
-No lo sé muy bien, parece que está estorbando –Contesto la peli morada peinando los cabellos rosas de su hermana.
-¿estorbando? Es su hermana…
-Si pero bueno, admitámoslo es una chica molesta –Dijo la oji amarillo.
-Bueno…si… entonces a ver si entiendo, Aishi quiere expulsarla para que no moleste en la escuela y la inculpa de ciertas cosas para que quede al punto de ser expulsada.
-Exactamente.
-¿entonces?
-tengo un muy buen plan –Sonrió maliciosa a lo cual su hermana respondió la maligna sonrisa, entre murmullos Sakyu conto su magnífico plan a su hermana quien asentía entusiasmada ante la idea –¡Eso es maravilloso!¡hay que hacerlo! –dijo feliz.
-bien, arreglemos todo para mañana, préstame tu uniforme de repuesto –comenzó a mandar la peli morada a lo cual asiendo pose militar Inkyu obedeció.
A la mañana siguiente ambas hermanas salieron temprano para la sorpresa de sus padres, la menor iba con un bolso color azul mientras reían por lo bajo pensando en la maldad que tenían planeada. Al llegar encontraron al menor quien las saludo sorprendido de lo temprano que estaban, ambas chicas sonrieron contándole solo parte de su plan, el azabache asintió no muy seguro pero algo era algo para su persona. Escuchando a la claridad a la peli morada se dirigió a la azotea llenando un balde de agua colocándose en la baranda esperando a encontrar a la chica, al verla rápidamente boto el agua empapándola mientras se alejaba escondiéndose y dejando la cubeta a un lado.
Mientras Inkyu, atenta esperaba a ver a la chica entrar a las duchas oculta entre las taquillas, al ver a la azabache correr cubierta por una toalla se dirigió al casillero abriéndolo y buscando entre las cosas de la pelinegra el móvil de esta, dejando todo en su lugar se macho apresurada hasta llegar al punto de reunión con su hermana y Ayano.
-¿bien? –pregunto la peli morada viendo a Inkyu.
-¡Listo! –dijo entusiasta está mostrando el aparato de carcaza rosa con corazones de brillante.
-que infantil –murmuraron a la vez Ayano con Sakyu viendo aquella carcasa.
-A mí me gusta –murmuro entregándole el objeto a su hermana quien lo apago para no recibir llamada alguna.
-Nos vemos en la azotea a la hora de receso –Dijo la peli morada.
Los dos menores asintieron al momento en que el sonar del timbre resonó por todo el edificio, los tres se marcharon siendo las hermanas quienes iban juntas para reír de su maldad.
.:OoO:.
Al llegar a su salón vio su puesto acercándose a este dejando sus cosas ahí, vio a sus compañeros conversar entre ellos encontrando algo que llamo su atención ¿Qué hacia Budo en el salón? Normalmente se reunía con los miembros de su club pero ahora estaba ahí sentado apoyando su rostro en la fría mesa, se veía decaído, demasiado decaído para ser normal.
-¿Masuta? –le llamo acercándose a su compañero, este levanto la vista prestándole atención –¿estás bien? –pregunto por cortesía a lo cual el otro solo asintió sin hablarle.
Se quedó un raro ahí para volver a su puesto, noto que había llegado Yumiko dejando sus cosas, se acercó a la azabache curioso de como estaban, la chica lo saludo cortes agradeciendo que volviera a aparecerse, intercambiaron palabras de cortesía entre ambos hasta que el tema del karateka salió a flote.
-¿Qué le ocurre a Masuta? –Murmuro por lo bajo.
-Hum, Masuta –la chica coloco su dedo en su mentón pensando –No lo sé realmente, desde el incidente de Higaku y Ruto a estado así.
-¿desde el incidente?
-sí, no sé por qué –dijo con simpleza la chica.
.:OoO:.
Escucho el resonar de su móvil a las dos y un cuarto de la madrugada, perezoso tomo el aparato viendo el mensaje desconocido, frunció el entrecejo por la molestia del brillo de la pantalla y la falta de sus lentes.
-quien será a esta hora –murmuro adormilado desbloqueando el aparato y accediendo a la bandeja de mensajes.
“Fue un gusto ser tu padre Kojin
Perdón por no poder haber sido atento contigo antes
Adiós”
Apretó el objeto entre sus manos ¿Qué significaba eso? Sintió las lágrimas aglomerarse en sus ojos, apretó los parpados esperando a no llorar pero no lo logro, pronto las lágrimas comenzaron a surcar sus ojos y lentamente dejo el móvil de lado que apago su pantalla dejándole en las penumbras junto a los espasmos y las amargas lágrimas que no quería dejar escapar.
-Maldita…puta…
.:OoO:.
-Hoy no vino –murmuro Hayato viendo el puesto vacío de Kojin, solía faltar mucho pero esa vez tenía un mal presentimiento sobre aquello.
-Déjalo, solo debió de haberse quedado dormido –contesto Ayano sin prestarle realmente atención, era normal ¿no?
-…Supongo…que si…
Ambos estuvieron un rato más hablando, el mal presentimiento no se quitaba de ambos y trataron de ignorarlo lo más que podían pero era casi imposible, como pudieron prestaron atención a las clases sin poder evitar desviar la vista al puesto vacío.
El timbre resonó, el receso había comenzado y Hayato se estiraba satisfecho se había liberado de su peor enemiga las matemáticas, disculpándose se marchó a quien sabe dónde, Ayano no le dio importancia y subió hasta la azotea en donde las chicas le esperaban sentadas tras la pared del reloj.
-Hola –saludo llegando, las dos muchachas sonrieron al verle y se levantaron acercándose.
-¡Qué bien que llegaste! –dijo la peli morada mientras tomaba el brazo del menor arrastrándolo tras los ventiladores.
-Eh si, pero ¿Por qué vinimos aquí? –pregunto viéndose acorralado, no había ninguna persona que los viera.
-Oh sobre eso –Inkyu sonrió picarona –Ponte esto –dijo entregándole el bolso, el menor no entendía así que abrió aquel bolso viendo el contenido del interior, sus mejillas se coloraron de un fuerte rojo.
-¡no voy a ponerme eso! –dijo avergonzado.
-O sí que lo harás Aishi –dijo Sakyu mientras sacaba el móvil de Maina –Veras, es bien sabido que tomarle fotos a las bragas de las chicas está más que prohibido, no planeamos fotografías a chicas de verdad y como es una necesidad tuya –La peli morada sonrió maliciosa.
-E-Es broma ¿no? –dijo nervioso sintiendo como el alma se le iba del cuerpo.
-No –respondió la peli rosa con simpleza –nosotras nos quedamos montando guardia tú te cambias o nosotras te cambiamos la ropa y creme es mejor que lo hagas tu a que lo hagamos nosotras.
-P-Pero…
-nada de peros –señalo la peli rosa –Ve a cambiarte.
Tragando en seco Ayano acepto, las dos chicas rieron divertidas mientras le daban la espalda y vigilaban que nadie se acercara. Tras un rato donde las quejas del menor se escuchaban las chicas voltearon al escuchar que el menor había terminado, ambas sintieron la sangre agolparse en su nariz.
-E-Esto….es…demasiado… vergonzoso –dijo mientras jaloneaba la falda tableada.
-…de verdad pareces mujer… -dijo sin pudor alguno Inkyu.
-¡No digas eso! –gruño Ayano.
El uniforme femenino le caía perfectamente, la falda dejaba ver las blancas piernas y las calcetas blancas resaltaban las finas piernas, el rostro del menor era una pintura en donde el color predominante era el rojo que decoraba sus mejillas y orejas.
-espera –Inkyu se acercó al azabache quien la veía nervioso, la chica sin pudor levanto la falda tableada avergonzando al menor quien la bajo rápidamente –Si estas usando las bragas –rio divertida.
-C-Claro que tengo que usarlas –se quejó el menor –O-Odio esto…
-Bueno, que te parece si comenzamos con la sesión de fotos –dijo divertida la peli morada mientras mostraba el aparato a lo cual el menor apretó los puños nervioso y tragando sonoramente saliva.
A regañadientes lleno de vergüenza Ayano acepto, mientras se dejaba hacer por la mayor quien fotografiaba las bragas de “la chica” Inkyu picarona tomaba las prendas masculinas guardándolas y llevándoselas desapareciendo de escena dejando a su hermana y Ayano. Después de un rato habían terminado con un Ayano rojo hasta las orejas.
-quédate aquí –ordeno mientras caminaba al interior del instituto.
-¡Hey!¡¿Y mi ropa?! –dijo el menor notando la falta de sus prendas.
-Oh eso, bueno creo que tendrás que quedarte así el resto del día, ten puedes usar esto –le extendió una mascarilla blanca mientras salía dejando al molesto chico.
-…esto…es una joda… -gruño colocándole la mascarilla pasando desapercibido ante los ojos de los demás
Mientras, la peli morada se acercaba al salón buscando el puesto de la pelinegra, lo encontró relativamente rápido, el llamativo llavero de adorno era inconfundible, dejo el móvil dentro marchándose del salón.
.:OoO:.
Iba caminando sin pensar en nada realmente, no había visto al menor durante todo el día ¿era algo bueno o malo? Quería verle pero a la vez no, sentía que lo atacaría nuevamente si llegaba a verle.
-que cálido –murmuro al salir a la azotea sintiendo la brisa pegarle al rostro, camino buscando un lugar cómodo, no quería que su hermana apareciera a molestarle como asía siempre, camino hasta encontrar los ventiladores, ocultaban bien a una persona, podría descansar calmado ahí.
Al ver al otro lado de la estructura metálica vio a una chica cabizbaja sentada viendo el paisaje apoyada en el frio metal.
-D-Disculpa no sabía que había alguien –dijo apresurado, la chica levanto la vista rápidamente, la mascarilla le daba un aire a delincuente pero algo llamo su atención, el fuerte sonrojo y los ojos oscuros se le hicieron demasiado familiar, mucha coincidencia –¿A-Aishi? –dijo sorprendido.
-N-No e-es lo que parece –dijo mientras se cubría y tiraba la tela de la falda para esconderse –Y-Yo Esto yo p-perdí…¡Sí! P-Perdí una apuesta –rio nervioso mientras apretaba la tela.
-y-ya veo… -trago nervioso, debía admitir que el uniforme femenino jamás le había parecido tan atractivo hasta ahora.
Ambos se quedaron un rato así, el menor se había levantado cuidadoso de no dejar ver nada bajo la falda, iba a marcharse pero como si nuevamente no pudiera controlarse Taro le tomó del brazo acorralándolo contra el metal de los ventiladores, las mejillas de ambos estaban pintadas de un fuerte rojo.
-Y-Yamada –le llamo sintiendo como este le deslizaba la mascarilla descubriendo por completo su rostro.
-Y-Yo…l-lo siento –murmuro separándose.
Tomando aire Ayano se abalanzó sobre el mayor apresándolo entre sus brazos, su corazón latía apresurado mientras la sorpresa del otro se notaba en su rostro, bue un suave contacto entre ambos, nervioso y temeroso en donde ambos labios se unieron en un casto roce pero fue suficiente para que una corriente atravesara a ambas partes.
Sin evitarlo el mayor apreso el cuerpo más bajo sin separar los labios el uno del otro, tomándolo por la cintura el mayor profundizo el beso mientras apoyaba su pierna entre las del menor levantando la tela de la falda que llevaba, dejándose llevar el menor rodeo el cuello del otro disfrutando el sabor de los labios ajenos sintiendo las mariposas revolar en su estómago.
-Aishi yo…
-¡Taro!¡¿Pero qué haces?! –se escuchó la chillona de Maina sorprendida –¡¿Qué significa esto?!¡¿Quién es esta chica?! –dijo molesta señalando la azabache menor.
-Pero tú que haces aquí –dijo frustrado el mayor.
-¡¿Qué hago?!¡Pues te estaba buscando eso hago!
-ya me encontraste no crees…
-Agh!!! ¡No cambies el tema! –Grito molesta –¡¿Quién es esta chica?!¡¡¿por qué demonios se estaban besando?!!
-Ai…shi… dijo Inkyu llegando notando la comprometedora escena que había, sus mejillas se coloraron y el bolso que portaba lo apretaba entre sus manos.
-Inkyu –dijo avergonzado el otro colocándose la mascarilla antes de que la de coletas negras lo reconociera.
-eh ¿y tú quién eres? –bramo la chica molesta con sus manos en las caderas.
-Y-Yo…Yo vengo por…por mi…a…ami…ga? –dijo viendo a la chica.
-S-Si, será mejor irme –dijo apresurado separándose del contacto sintiendo un fuerte dolor en el pecho –A-Adiós –se despidió marchándose junto a la peli rosa dejando al mayor junto a su hermana.
-¡¿Eh?! Vaya chica, se escapa –dijo viendo por donde ambas se habían ido –o pero ya vera, voy a hablar con esa chica ¡nadie se acerca a mi hermano! –Bramo dispuesta a seguir al par pero fue detenida por un molesto taro –¡¿Qué haces?!¡Tengo que ir a darle un merecido a esa zorra sin escrúpulos! –dijo jalando para soltarse pero el agarre que el mayor mantenía en ella era demasiado fuerte.
-¡Basta! –dijo el mayor molesto, Maina cayo con el ceño fruncido –¡¿Por qué insistes en que soy de tu propiedad?!¡Soy tu hermano y tengo derecho a tener mi vida!
-P-Pero ¡No!¡no puedes solo irte con cualquier chica que se te cruce! –dijo la de coletas.
-No te metas –advirtió molesto dejando a una sorprendida Maina, durante todos esos años jamás su hermano le había regañado ni gritado, pero desde que comenzaba a comportarse de manera extraña ha estado gritándole y molestándose con su persona.
Vio cómo su hermano se marchaba dejándola sola, apretó los puños frustrada, odiaba que su hermano se fijara en alguien más, ella era la única persona que podría hablar con él, la única que tenía derecho sobre él, porque eran hermanos.
.:OoO:.
-Tan vergonzoso –murmuro el menor saliendo ya con su ropa puesta sintiéndose aliviado de poder volver a la normalidad.
-Te quedaba bien –comento la peli rosa.
-no lo digas –advirtió sonrojado.
-por cierto…ese chico…y tú –la oji turquesa comenzó a colorarse al recordar lo que vio.
-¡No lo digas! –Dijo apresurado cubriendo la boca de la chica –S-Solo no lo digas…
La de coletas rosa asintió divertida al ver como el rostro del pelinegro estaba completamente rojo de la vergüenza.
-Chicos –llamo Sakyu llegando, esta sonreía triunfante había ido a hablar con el consejero mientras ambos hablaban –Ya está, ahora solo a esperar~
-Que bien –dijo Inkyu divertida aplaudiendo.
-Es algo bueno –dijo Ayano un poco más calmado aunque el sonrojo no se iba de sus mejillas.
.:OoO:.
Suspiro frotando su cien, el timbre había resonado y se preparaba para escuchar los chillidos rabiosos de esa chica, aunque lo de las fotos a las bragas era extraño ¿acaso Ayano había ido a tomar fotografía de las chicas? O ellas lo habrían hecho por él, no podía asegurarlo realmente.
Se ahorró el viaje al primer salón dirigiéndose de inmediato al de la Yamada menor, toco guardando la compostura, el maestro abrió dejándole pasar, parecía que todos ya sabían para que venía, voltearon a ver a la chica de coletas quien frunció el ceño molesta.
-¿ahora qué? –gruño por lo bajo mientras dejaba su bolso sobre la mesa.
-Su móvil –pidió extendiendo su mano, la chica lo quedo viendo raro mientras sacaba el celular del interior de su bolso. El de gafas desbloqueo el móvil abriendo la galería de imágenes, dentro varias fotografías de las bragas de alguna chica estaban dentro, eran la misma pero aun así –a mi oficina –dijo bloqueando el aparato y saliendo siendo seguido por la chica que no entendía el por qué.
En la oficina la azabache se cruzó de brazos viendo al hombre que volvió a desbloquear el móvil colocando las fotografías.
-¿puedo saber qué significa esto señorita? –dijo mostrando las fotos.
-¡¿Q-Que?! No, no esto debe de ser un error –dijo sorprendida –¿Por qué le tomaría fotos a las bragas de las chicas? –señalo molesta.
-no lo sé, puede que las venda por internet, no sería extraño…
-¡¿V-V-Venderlas?!¡¿Pero a que demente se le ocurre aquello?! –un silencio se formó en el ambiente antes de que continuaran –En todo caso ¡no las hice yo!¡en ningún momento pude haberlas hecho!
-No puedo asegurarme de aquello –dijo como si nada –Van cuatro señorita, cuatro infracciones, una más y me veré en la necesidad de expulsarla de esta institución…
-N-No…y-yo…no es justo –dijo mientras sentía los ojos aguarse –No eh hecho nada pero igualmente ocurre esto, no es justo, no lo es…
-Si quiere llorar vaya a otro lado –comento mientras dejaba el móvil de la chica sobre su escritorio –Puede retirarse –informo indiferente.
-¿M-Mi móvil…? –murmuro la azabache tratando de no llorar.
-queda confiscado, lo lamento pero deberé entregárselo al adulto responsable de usted, ahora váyase.
Sin decir palabras salió decaída, el de gafas volvió a abrir el móvil rebuscando, no creía que las chicas hubiesen ido y tomado fotos ni sacándose entre ellas, reviso bien las fotografías notando una pequeña peculiaridad, camuflado por el suave rosa pastel y los muslos que se mostraba un bulto que no era para nada femenino, ahora entendía todo y sintió un fuerte tirón entre sus piernas, trago sálica mientras sentía la excitación ganarle.
-bueno, tener algo así no me ara mal –murmuro para si mismo sacando su propio móvil.
.://Continuara//:.