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Just Love Me. por PandaZorro

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Notas del capitulo:

¡¿Tan pronto?!

así es mis zorritos, la razon es simple, este primer final eso...corto...más o menos :v

pero bueno, no me dare muchas vueltas. en los demás finales me voy a demorar la razon es obvia, pero bueno. aquí esta el primer final.


Variantes al fanfic:

En este final NO hubo ningún contacto con Taro, toda acción en el fic que se realizó con él, NO existió.

El objeto en el bolso son las tijeras, esto se entenderá en el siguiente final.

 

Disfruten~

Al escuchar la voz del mayor se estremeció volteando apresuradamente, apretó las correas de su maletín mientras bajaba la cabeza, notoriamente sonrojado. Tomo aire antes de levantar la vista y fijarla en el chico frente suyo.

 

-Y-Yamada –le ponía nervioso verle a los ojos, sentí el nerviosismo carcomerle por completo.

-¿para qué me citaste aquí? –pregunto el mayor viendo al más joven.

-Bueno… yo…esto –cerro sus ojos buscando valentía para decirlo –T-Tú…tú me gustas… -pronuncio con un hilo de voz que fue escuchado por el otro.

-Yo –el silencio entre ambos se había formado, las mejillas del más bajo estaban completamente rojas alcanzando sus orejas, mantenía su mirada a un lado evitando ver al mayor –Lo siento, pero…no puedo corresponderte –dijo lo más tranquilo que podía. El menor levanto la vista fijándola en el mayor, sintió las lágrimas acumularse lentamente en sus ojos –No me van los chicos y realmente tú y yo no nos conocemos, de verdad lo lamento.

 

Ayano no había escuchado nada más que aquella simple palabra “no” la vista se le nublo y sintió las lágrimas escurrirles por las mejillas, sintió las piernas temblar cayendo al suelo a vista del mayor quien incomodo veía como el otro se derrumbaba, su maletín había caído y desparramado las cosas en el suelo.

 

-Enserio, enserio lo siento…yo…me tengo que ir, disculpa –dio un paso atrás mientras el menor temblaba sentado en el suelo mientras lloraba.

 

La mirada, nublada por las lágrimas, de Ayano vio sus cosas tiradas en el suelo, entre algunas hojas, cuadernos y lápices, vio el peligroso brillo de unas tijeras. Sintió como a poco el temblor en su cuerpo se detenía y su mente quedaba en completamente en blanco mientras sus brazos caían a los lados. Taro vio preocupado el repentino cambio, iba a marcharse pero vio como el otro comenzaba a ordenar sus cosas con cuidado dejando a un lado su bolso y sosteniendo en su mano un objeto brillante.

 

-yo… –se levantó apoyándose en el tronco del cerezo, la mirada del mayor estaba en su persona –No…tú…no…tuve suficiente –murmuraba bajo, para sí mismo –no hice todo esto…para nada…no voy…no voy a dejar que…Los siento, Senpai pero si no eres mío…no serás de nadie –Su voz salió sin vida alguna, con los ojos perdidos, las lágrimas escurriendo por sus mejillas y las tijeras brillando en su mano.

-¿Qué…?

 

No le dio tiempo a responder cuando el filo de aquellas tijeras se había incrustado en su pecho sin ningún tipo de aviso, sus labios fueron cubiertos por los del más bajo, forcejeo pero era inútil el otro había echado todo su peso sobre el otro botándolo al césped. Las lágrimas del menor no dejaban de caer manchando el rostro y ropa de Taro, las tijeras habían salido del pecho del mayor quien soltaba quejidos de dolor al ver su pecho perforado, las tijeras no eras lo suficientemente largas como para alcanzar su corazón.

Apoyándose en el hombro del mayor con su mano izquierda elevo las tijeras manchadas de sangre incrustándolas en la garganta del mayor, sintió como el llanto aumentaba y el dolor en su pecho incrementaba, soltaba sollozos audibles que se escuchaban por claramente entremezclado con el chocar de las hojas del cerezo. Giro las tijeras que se habían incrustado en la garganta del mayor, quien apretaba su muñeca tratando de quitárselo de alguna forma, al dar vuelta las tijeras vio como el otro ya no luchaba más, las manos que luchaban por quitarlo de encima cayeron inertes al suelo. Al reaccionar el menor vio como el otro mantenía la mirada perdida mientras sangraba por la boca.

 

-que…no…no…Y-Yamada-senpai…¿Y-Yamada…? –le llamo moviendo el cuerpo soltando las tijeras, el temblor volvió a su cuerpo –N-No…no, no, no ¡No!¡Yo no…!yo no…no…lo mate…dios…lo mate…no…yo no…no quería esto…no…por favor…despierta –movió con mas ahínco el cuerpo sin respuesta alguna –Por favor –las lágrimas desbordaban sus ojos entremezclándose con la sangre que tenía salpicada –Por favor…no…no…

 

Se dobló en sí mismo del dolor, veía arrepentido como la sangre seguía saliendo del cuerpo del otro. Dirigió sus labios a los del otro en un beso lleno de dolor posando su mano en la mejilla del contrario, ya no había pulso, no había respuesta alguna.

 

-Lo siento…en verdad…lo siento tanto –sollozo al momento de tomar las tijeras y sacarlas de la garganta del otro –Esto… es un muy mal chiste…termino…como empezó… -Levanto su mirada al cielo anaranjado sintiendo el viento removerle el cabello –Lo siento –murmuro mientras tomaba las tijeras con ambas manos dirigiéndolas a su garganta –Lo siento –Sintió la punta rozar su piel mientras sus manos temblaban, el viento parecía acariciar su rostro enfriando las lágrimas que continuaban cayendo –Lo siento –mantuvo la mirada abierta al momento de sentir como el metal atravesaba su garganta, abriendo la boca del dolor mientras la sangre escurría de su boca y garanta –L-Lo…s-si-siento –volvió a decir a duras penas escupiendo sangre, empujo más adentro las tijeras apretando los dientes –L-L-Lo…lo…sie…siento…te…a…mo… -su vista comenzaba a nublarse, sus dedos empezaban a aflojarse alrededor del mango del arma. Con la poca fuerza que le quedaba giro las tijeras.

 

Todo se detuvo, sus manos cayeron  a los costados mientras su cuerpo caía sobre el del mayor, sus lágrimas seguían escurriendo cayendo sobre la ropa del otro. Todo se oscureció a su alrededor.

 

 

.:OoO:.

 

 

Lloraba desconsolada, estaba en el living de su casa con un pañuelo en su mano, a su lado estaba su esposo con una expresión de dolor pintada en su rostro. Habían vuelto del entierro de su único hijo. Había sido una ceremonia silenciosa en donde el llanto de Ryoba se escuchaba por todo el lugar.

 

-R-Ryoba –su esposo trataba de no romperse a llorar, trataba pero era difícil, la única cosa por la que seguía vivo ya no estaba, lo único que le había mantenido ligeramente cuerdo había muerto.

-porque, porque, porque…Ayano, Ayano, mi dulce Ayano –la mujer apretaba el pañuelo enredado entre sus puños en donde apoyaba su rostro, las lágrimas caían sobre su regazo humedeciendo la tela negra del vestido que usaba –Lo siento, lo siento tanto Ayano, lo siento bebé –repetía moviendo su cabeza, el cabello negro caía a los costados de su rostro.

-Ryoba, n-no fue…no fue tu culpa –su voz comenzaba a quebrarse, paso su brazo por la espalda de su mujer quien continuaba llorando desconsolada.

-No, no, todo es mi culpa, soy una mala madre, no lo cuide como debía, no lo protegi, lo siento tanto Ayano, lo siento, lo siento bebé, mi bebé, mi hijo –la voz rota de la mujer resonaba por toda la casa. A pesar de todo, su marido estaba ahí, abrazándola, compartiendo su dolor.

 

 

.:OoO:.

 

 

-Sakyu –llamo desde la puerta, aquel fino hilo de voz de la menor. En el cuarto estaba sentada en su cama la peli morado quien al escuchar a su hermana menor llamándole se limpió rápidamente las lágrimas que caían de sus ojos mientras volteaba a ver a su hermana.

 

Ninguna de las dos llevaba maquillaje, mucho menos las lentillas, ambos ojos de color miel se cruzaron entre sí. La peli rosa no se molestó en limpiar sus lágrimas, avanzo hasta la cama de su hermana abalanzándose sobre esta ya abrazándola mientras las lágrimas corrían sus mejillas. Sin poder evitarlo Sakyu volvió a romper en llanto mientras apretaba sus manos arrugando la tela de la ropa de su hermana, habían perdido dos amigos en dos días.

 

 

.:OoO:.

 

 

-Hayato –ahí estaba su novio, acompañándole tras el funeral.

 

El peli verde iba en silencio, su mirada estaba fija en el suelo mientras caminaba, tenía pequeños rastros de lágrimas a los costados de los robes esmeraldas, que en esos momentos se encontraban completamente apagados. Apretó ligeramente la mano de Sosuke al igual que sus labios para no volver a romper a llorar.

 

-Duele –murmuro bajo, el peli cian le veía entristecido –Duele mucho…dos…dos funerales…de dos amigos…duele –jadeo bajo, estaba seguro si hablaba más fuerte lloraría sin poder evitarlo.

-Hayato –el mayor rodeo los hombros del más bajo deteniendo la caminata y abrazándole fuertemente, sintió como su playera comenzaba a mojarse por las lágrimas del menor quien temblaba entre sus brazos.

 

.:OoO:.

 

 

-Sabes, apestas a alcohol –escucho comentar al cobrizo que sin ninguna invitación se adentró a su departamento.

-¿Cómo sabes mi dirección? –gruño con la voz rasposa, sabía que apestaba alcohol, se la pasó toda la maldita tarde bebiendo cuando le llegó la noticia.

-no importa –respondió Masao cruzándose de brazos, el castaño se acercó viendo al maestro.

-¿Qué quieres? No estoy de humor para tonteras –gruño Shusai.

-¿y crees que yo sí?¿Que a mí no me afecta? –La voz del otro comenzaba a quebrarse, le vio con el ceño fruncido –Mierda, sabes bien que yo también sentía cosas, claro que me duele maldito imbécil –Escupía con dolor.

-¿y bienes a desquitarte conmigo? –soltó tratando de sonreír sin ningún éxito logrando apenas una mueca.

-Necesitaba hablar con alguien –trato de recomponerse, pero el temblor en su voz persistía –No entiendo…no entiendo cómo puedes…

-¿soportarlo? –Respondió por el otro recibiendo un asentimiento de este –No lo hago –fue su respuesta mientras tomaba siento sobre el sofá de la sala señalando el otro lado al cobrizo quien sin rechistar se acercó, en la mesa de café frente a ellos se encontraba dos botellas de vino, una vacía mientras la otra estaba por la mitad además de una copa con un poco de líquido rojizo en esta –De verdad…no lo soporto –hecho su cabeza asía atrás respirando.

-¿entonces…por qué…?

-¿no lloro? –soltó una sube carcajada ronca –Por que llore lo suficiente, porque siento que ya no tengo lagrimas dentro, siento que mis ojos se cercaron, por eso no estoy llorando a pesar de que me duele.

-La primera persona que me llega a gustar y es un chico de diecisiete años que se suicidó –murmuro para sí mismo bajando la cabeza y apoyando sus codos en sus piernas.

-ten –Shusai le extendió una copa con vino –ayuda por lo menos a ahogar las penas –sin pensarlo mucho acepto la copa viendo como el otro se levantaba por otra junto a otra botella dejándola en la mesa.

-¿acaso no estas borracho? –comento dándole un sobro al vino apretando los labios, le costó tragar ante el nudo que tenía en su garganta.

-no lo sé –contesto mientras derramaba el poco de líquido de la botella en la copa que había traído –apenas entiendo que estoy respirando –contesto amargamente mientras tomaba de un sorbo la mitad de la copa –solo se una cosa, una maldita cosa –gruño sintiendo sus ojos picar.

-¿Qué cosa? –pregunto levantando su vista que mantenía en el vino.

-Que odio y repudio a Taro Yamada –gruño para terminar de beberse la copa para luego destapar la otra botella.

 

 

.:Final Malo:.

Notas finales:

:)

tras abrir la herida de Kojin, meter el dedo en la yaga, ahroa vengo y hago esto.

esta fue la principal razon por la cuel se actualizo tan protno. por que me es más facil escribir estos finales :) si, soy mala persona <3

 

Proximo final: "Malo"


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