Arropado entre las sabanas de su cama se encontraba Ayano, chateando por el móvil con su novio. Sonrió bobamente, ese día se habían desviado hasta el centro de la ciudad cuando habían salido de clases. Cuatro meses de una relación entre ambos, no podía pedir más.
-Buenas noches amor, ya es tarde y mañana tenemos clases.
-No quiero dejarte :(
-nos veremos mañana.
-está bien, tu ganas. Buenas noches amor –tecleo mientras bloqueaba su móvil y lo dejaba a un lado conectado al cargador.
Se acomodó cerrando los ojos y arropándose hasta la cabeza, por algún motivo su cuarto se sentía increíblemente frio, el aire acondicionado estaba apagado y su ventana cerrada, no le dio más importancia y se dejó caer en los brazos de Morfeo.
No sabía cuánto había dormido, comenzaba a despertar sintiendo un frio terrible envolverle de pies a cabezas. Se giró tirando de sus sabanas sorprendiéndose ante la suavidad de esta, extrañado entre abrió los ojos notando primero los cómodos almohadones forrados de una tela de seda de un amarillo pálido, extendió su mano buscando su móvil sin éxito alguno. Se incorporó sentándose en aquella colcha blanda, viendo la colcha de plumas color borgoña violeta con trazados dorados.
-¿Qué? –Jadeo sin saber que ocurría –¿un…sueño? –vio a todos lados, todo estaba cubierto de oscuridad a su alrededor, noto un dosel de tono rojo pálido que envolvía aquella cama que en definitiva no era la suya.
-He, he, he~ –Una grave risa resonó en aquella oscuridad infinita que envolvía al pequeño azabache –¿ya despertaste~? –la voz aterciopelada parecía acercarse, aunque Ayano no sabría identificar de donde venía.
-¡¿Q-Quien demonios eres?! –Grito a pulmón abierto completamente nervioso –¡¿D-Dónde estoy?!
-Hum~ ¿no crees que ese tono es demasiado agresivo pastelito~? –nuevamente se escuchó aquella voz en un eco.
-¿eh?
Repentinamente el ambiente se enfrió de golpe, tanto que la respiración de Ayano salía en forma de un blanquecino vapor. Un gas color violeta comenzó a formarse tras la tela del dosel tomando la forma de un hombre junto a la risa de este, el menor retrocedió con la vista fija en aquella figura.
-Sabes, me sorprende que estés temblando pastelito, te creí valiente –aquel hombre parecía divertido, con temor Ayano extendió su mano retirando la tela que obstruía su vista notando el vacío que había –Has hecho tanto daño pastelito –repentinamente la voz se escuchó a su espalda. Al voltear aquella sombra estaba al otro lado de la cama ocultándose nuevamente tras el dosel.
-¿Qué es esto? –apretó la tela de la colcha.
-solo quería verte ¿eso es malo?
-no sé dónde estoy, esta no es mi cama y tú no muestras la cara ¿Qué esperabas?
-Hum, Muy bien pastelito –sintió un frio colarse a su espalda –Yo te traje aquí –la voz seductora de aquel hombre resonó a un lado de su oídio mientras unos brazos fríos le rodeaban por los hombros apresándole y atrayéndola al cuerpo del otro.
-¡Qué demonios! –se quitó rápidamente moviéndose de forma rápida retrocediendo hasta dar con el borde de aquella cama deteniéndose justo en este sujetándose por surte.
Ahí, con una sonrisa divertida, se encontraba un chico o eso aparentaba, de ojos completamente negros cabellos purpuras oscuros cortos con un flequillo recto peinado asía el lado izquierdo del rostro de aquel chico, tenía dos alas de murciélago en cambio de orejas, las cuales se encontraban extendidas. De hombros anchos y vientre plano ligeramente marcado, no podría definir que lo que llevaba era ropaje porque simplemente era encaje que cruzaba su cuerpo en varios diseños, otro par de alas que venían de su espalda las cuales batía ligeramente junto a una cola de color fucsia con punta de corazón.
-Mmh~ vaya que te intereso pastelito~ –sonrió mientras ponía su dedo sobre sus labios.
-No me interesas –gruño molesto –¡¿Dónde estoy?! –El chico de ojos completamente negros rio ante su aparente enojo y miedo.
-¿No es obvio? Estas en mi linda cama pastelito~
-¡¿E-Eh?! –apretó las telas bajo sus manos.
-deberías acercarte, puedes caerte pastelito –ante sus palabras el azabache movió su mano asía atrás cayendo de aquella cama, sintiendo el dosel removerse tras su caída, chocando con aquel frio suelo oscuro –Te lo dije –rio mientras su rostro se asomaba por el borde de aquella cama viendo como el otro se quejaba en el suelo.
Los ojos oscuros del menor se posaron en aquella joya que parecía incrustada en su pecho y conectaba con una gargantilla gruesa de color negra con varias cadenas doradas adornando. Sin saber por qué sus mejillas se sonrojaron y su pecho se aceleró sintiendo un subidón de calor en todo su cuerpo que contrastaba contra el frio del ambiente.
-He, he~ ¿la viste? –con movimientos lentos se sentó al borde de aquella cama mientras veía como el otro apretaba aquella camisa celeste que usaba de pijama.
-¿Q-Que pa-pasa? –jadeo viendo el vapor que se escapaba de su boca.
-Mmh, pensé que te arrojarías a mi pastelito, tienes un muy buen control –rio viendo como el menor se removía incomodo cubriendo su entrepierna –A pesar de estar completamente excitado te resistes~
-¡Yo no…!
-¿no lo estás? –rio mientras con su pie, cubierto por un botín dorado y una joya idéntica a la que colgaba de su cuello, moviendo sus rodillas que trataban de cubrirle y aplastando por sobre la mano del más bajo la notable erección de este –Este amiguito de aquí, me dice todo lo contrario pastelito~
-N-No –trato de apretar sus piernas pero la presión sobre su miembro le ganaba.
-Ay pastelito~ –Aquel chico se levantó quitando su pierna de la pobre entrepierna del menor, con pasos elegantes se acercó a Ayano colocándose tras su espalda ante la atenta mirada de este –Sabes, esta preciosura –señalo aquella joya fucsia en su pecho –Tiende a provocar, bueno –rio señalando la erección del chico –Se supone que solo debería funcionar con mujeres, pero pastelito, eso es solo una tontería –paso sus manos por el pecho del más bajo levantándole y guiándole nuevamente a aquella cama.
-¿E-Esto es joda?
-Hm…no –rio mientras se colocaba sobre el chico extendiendo ambas alas en su espalda –Has llamado mi atención pastelito~ Asesinar, inculpar, secuestrar, torturar ¡Wow! Es tan maravilloso~ lograste llamar mi atención.
-¿tu atención?
-He, he~ exactamente –Deslizo su mano por aquella camisa desabotonándola lentamente sin llamar la atención del más bajo –Últimamente todo se ha vuelto aburrido por aquí, Horror y Demon simplemente son unos aburridos ni que hablar de las mujeres humanas –Soltó un suspiro cansado –Así que, tras ver tu trabajo, bueno~ que puedo decir pastelito, me encantaste~ así que simplemente me tomare la libertad de probarte a gusto –sonrió de manera perversa mientras presionaba el pecho, ahora descubierto, de Ayano recostándole por completo en aquellas sabanas.
-Espera ¡No te…! –fue cayado de golpe ante los labios del otro quien mordía los suyos clavando aquellos imperceptibles colmillos.
Ayano se removía tratando de quitarse aquel ser de su persona, coloco ambas manos en el pecho de este sintiendo el frio en sus manos al tocarle. Jadeo al verse libre de los labios del peli purpura sintiendo punzante su labio inferior ante las mordidas de aquel chico, fue tomado de las caderas y acercado a aquel que ni su nombre sabia, se asustó al sentir una dureza frotarse contra su entrada cubierta por la tela del pantalón celeste.
-Oh, vaya –el oji oscuro soltó una carcajada al ver al menor –no puedo creerlo ¿te sorprende? –restregó sin vergüenza alguna su miembro –Ya has mantenido relaciones antes, es ridículo que te sorprenda ¿no creíste que te llame para tomar el té? -rio más que gustoso de ver el disgusto en el rostro ajeno.
-¡Eso no te interesa! –Reclamo rojo hasta las orejas, trato de soltarse pero el otro mantenía firmemente su agarre –¡suéltame!¡no pienso hacerlo contigo! –se quejó incomodo de sentir aquello prácticamente punzar contra su entrada.
-Sé que no quieres pastelito~ pero –poso su dedo sobre los labios ajenos mientras lentamente en aquellas cuencas oscuras se asomaban don puntos que brillaban maliciosos –lo hare aunque te niegues~
Aquel ser de cabellos purpuras le volteo sin esfuerzo alguno dejándole clavado en aquella mullida cama, sintió repentinamente un aroma empalagoso que le mareo de sobre manera, dejo de pelear contra su voluntad mientras tenia pequeños espasmos esperando a que su cuerpo le respondiera.
-¿no es maravilloso? –la sedosa voz de aquel chico llego a sus oídos mientras temblaba sin ser capaz de mover musculo alguno –Siempre eh adorado como las humanas reaccionan, aquellas mujeres simplemente caen rendidas y ruegan para que las penetre –Rio mientras sin problema alguno terminaba de retirar la camisa del más bajo dejándola a un lado, todo a la vista del azabache que veía impotente todo –aunque, esta es la primera vez que lo uso en un hombre ¿no te encanta este olor tan dulce? Puedo sentir como simplemente te rendiste, eso es bueno~
-¿Q-Que…H-Hiciste? –jadeo apenas sintiendo nuevamente el calor subirle de golpe.
-Hum ¿Qué hice? Oh~ ¿no lo sabes?
-S-Sí te pregunto es por algo…
-Mmh, tienes razón –las negras uñas en punta rozaron la piel sensible del menor ganándose un gemido de parte de este –Bueno, simplemente has terminado de caer en mi encantos pastelito~ es algo obvio, soy un incubo –Menciono como si fuese lo más obvio del mundo –Mi preciada joya hipnotiza a los humanos, aunque eres el primero en demorar tanto en caer~
Antes de que pudiera decir algo, la lengua del denominado incubo trazo desde su nuca hasta el elástico de su pantalón logrando estremecer su cuerpo, el frio de las manos de aquella criatura contrastaba con el repentino calor que le golpeaba en su cuerpo. Soltaba quejidos mientras, sin poder hacer nada, recibía las caricias de aquel muchacho que de forma descarada había introducido su mano a su pantalón, la punta de aquellos dedos fríos rozaban su entrada haciéndole sentir mal, si todo esto era un sueño, no sabía por qué estaba pasando todo esto.
Pronto los besos y lamidas de parte del incubo se volvieron mordidas que dejaban marcas que no durarían mucho pero lograban su cometido de hacer retorcer al chico bajo suyo. Jugando con el elástico de aquel pantalón el Incubo comenzó a bajarlo asegurándose de rosar sus uñas por la blanca piel dejando un ligero camino rojizo a su paso. Con la única prenda que le quedaba retirada Ayano se sintió morir de vergüenza, sin poder reaccionar correctamente llevo sus brazos sobre su cabeza en un intento de moverse.
-Sabes, ese chico tiene una suerte~ –Rio el oji purpura mientras apretaba una de las nalgas del menor masajeándola sin pudor alguno –Sabia que eras alguien atractivo, pero no que tras toda tu ropa ocultabas estas lindas curvas, déjame decirte que muchas mujeres le encantaría tener~
-C-Cállate –apretó la colcha bajo sus manos y hundía su rostro en esta muerto de vergüenza, más que nunca esperaba que todo esto fuera un sueño.
-¿Cómo podría callarme? Cualquier hombre alagaría estas caderas y trasero –paseo su mano amasando la carne de este –no me pidas cosas imposible pastelito~
-D-Deja de tocarme, e-estas frio –sollozo, no le gustaba en lo absoluto que alguien le tocara si no era su novio.
-Ay pastelito~ yo estaré frio pero déjame decirte que tu estas increíblemente caliente –la risa de aquella criatura resonó por la oscura estancia.
Sin poder moverse, Ayano se resignó a sentir aquello que no quería. Apretó los labios ahogando cualquier sonido que quisiera escapar de estos, gruño por lo bajo al sentir como de manera descarada aquel incubo frotaba su erección entre sus nalgas sintiendo el contraste entre su piel que parecía hervir y el frio del cuerpo contrario.
-Mmh~ ya quiero entrar –rio el incubo acercando su rostro hasta la nuca del menor –Pastelito~ levanta las caderas –ordeno con aquella voz sedosa voz.
-N-Ni loco –jadeo echando una mirada por sobre su hombro.
-No estoy tan seguro de eso Pastelito –Sin poder responder, nuevamente aquella fragancia empalagosa aumento mareando a Ayano quien apenas podía estar consiente –Solo mírate –con su mano levanto las caderas del más bajo deslizando una de sus manos tocando el despierto y goteante falo del más bajo –Ya hasta esta chorreando~
-M-Mierda –pego su rostro en la colcha ahogando los gemidos que escapaban de sus labios.
-Ah~ es tan maravilloso~ -ronroneo apretando la cadera del menor –Estas tan caliente y húmedo pastelito~
-¡C-Cállate!
-Mmh~ veamos aquí –quitando su mano del miembro del menor, abrió las nalgas rozando con sus dedos la entrada del más bajo introduciendo el primero digito disfrutando de aquel gemido ahogado que escapo de los labios del menor.
-S-Sácalo –Pidió apenas moviendo de manera inconsciente las caderas.
-Oh~ así que sin preparación pastelito? –La voz divertida de aquel ser resonó junto a su risa burlona.
-N-No, n-ni s-se te ocurra –Tiro de la colcha en un intento de soltarse.
-Mmh, primero quieres que te la meta sin preparación y ahora quieres preparación, Ay pastelito ¿Quién te entiende~? –Como odiaba ese maldito tono burlón con el que hablaba esa cosa.
-A-Aleja…te…
-Ya te lo dije pastelito –se apegó a la espalda del menor acercándose al odio de este –Lo hare, quieras o no~ -beso el lóbulo de este.
El incubo de reincorporo tomando su propio miembro acercándolo a la entrada de Ayano restregando el glande contra el ano de este, mordiendo su labio divertido comenzó a empujar abriéndose paso en aquel estrecho canal mientras disfrutaba del ahogado gemido del menor que tiraba aquella colcha removiéndola.
-S-Sácalo A-Aahh Ah E-Esta F-Frio(*) –pego su rostro muerto de vergüenza y rabia, sintiendo como aquel miembro extrañamente frio se abría paso sin mucha dificultad.
-si esta frio, puedes calentarlo pastelito~
El incubo jadeo extasiado al momento de lograr introducir su falo en el lastimosamente no virginal recto del menor. Beso la columna del chico quien jadeaba ante la intromisión, sus uñas marcaban aquella piel lechosa sin esfuerzo alguno, reía ante los movimientos de cadera que hacia sin darse cuenta el chico que sollozaba por la impotencia. No era la primera vez que ocurría eso, muchos humanos terminaban llorando cuando tenía relaciones.
Aquella fragancia naturalmente dulce al punto de empalagar le encantaba, podía dejar a un humano a un toque de derretirse, como ahora mismo tenia a ese chico prácticamente se follaba por si solo mientras movía las caderas y soltaba quejidos bajos maldiciéndole ¿Era injusto? Bueno si, por qué negarlo, básicamente lo dejaba sin la capacidad de resistirse y los sumergía en una nube de placer empalagoso sin que puedan reaccionar ¿Acaso se sentía mal por eso? Es obvio que no ¿Por qué sentirse mal? Él lo disfrutaba y sus víctimas también.
Con una sonrisa de satisfacción, el peli purpura comenzó aquel vaivén tomando con una de sus manos la cadera del chico para guiar el ritmo entre ambos cuerpos, comenzó de manera lenta, buscando aquel punto en donde aquel chico perdería por completo la poca cordura que le quedaba.
-Pastelito~ –le llamo disfrutando de la espalda desnuda del chico con leves marcas, el cabello desordenado por donde se podía ver sus orejas teñidas de un rojo intenso.
-Mmh –Ayano prácticamente mordía la colcha para no soltar ningún ruido, lloraba, sí que lloraba porque simplemente lo estaba disfrutando aunque no quisiera, se sentía mal, molesto consigo mismo por sentirse bien a pesar que aquel miembro estaba condenadamente frio.
-¿lo estás disfrutando? –rio ante como el otro negaba con su cabeza –¿estás seguro de eso? Y si hago esto…
Sacando casi por completo su miembro dando una embestida violenta adentrándose de golpe en aquel canal cálido que le envolvía golpeando la próstata del más bajo, el cual sin poder evitarlo enterró sus dedos en la tela sedosa mientras soltaba un sonoro gemido.
-Ah~ aprietas tanto pastelito~ –comento extasiado –Me encantas tanto dulzura~
-N-No Mmh P-PaAhh Para N-No q-quiero Mmh Hm –mordía sus labios en un intento de no soltar sonido alguno, sonidos que igualmente salían ahogados de su garganta.
-Oh, vamos pastelito~ no te cayes por favor –rio mientras con una de sus manos abrazaba la cintura del más bajo mientras la otra le tomaba por el hombro levantándole y pegando su espalda con su torso –Puedes gemir a gusto –beso la mejilla del chico quien seguía reacio a soltar sonido alguno.
Las envestidas continuaron, Ayano tenía el rostro completamente rojo ante la vergüenza, su cadera era guiada por la mano del incubo quien enterraba sus uñas. El menor simplemente quería ocultar su rostro, pero aquella mano que le mantenía derecho se lo impedía.
-Vamos Pastelito –El oji oscuro llevo aquella mano libre por el pecho del menor, ascendiendo hasta su boca y labios apretados –Solo déjalo salir, déjame escuchar tu voz –Presiono dos dedos sobre los labios apretados del menor abriéndose paso y dejando que la voz de Ayano escapara libremente –Así es pastelito~ sigue así –Rio mientras con sus dos dedos jugaba con la lengua del azabache.
Volvió a recostarle sin retirar sus dedos de su boca ni despegar su pecho de la espalda del menor. Las envestidas aumentaron de velocidad mientras sus dientes se clavaban en su espalda y hombro dejando sus dientes marcados, entraba y salía disfrutando el chapoteo que asía aquella acción impregnándose del calor del cuerpo humano.
Sintió aquel cosquilleo en su vientre y esa corriente recorriendo su columna que le decía que pronto llegaría al orgasmo, rio extasiado mientras retiraba su mano de la boca del chico que era incapaz de cerrarla mientras gemía sonoramente perdido en aquella nube de placer, poso sus manos a cada lado de la cabeza del menor que tironeaba aquella colcha, las envestidas se volvieron violentas hasta el punto en que nuevamente el menor volvió a llorar esta vez por el dolor que le estaba infringiendo, prácticamente el chico ya no estaba cuerdo, la mirada de este estaba completamente nublada por el empalagoso aroma.
-Y-Ya voy a correrme pastelito –ronroneo al odio del chico quien vía un punto perdido entre el dosel y la infinita oscuridad que les envolvía.
-A-Aah n-no Mmh mh Aah d-dentro A-Ahhh no –murmuro perdido en aquella nube dulzona.
-¿D-Dentro? Como quieras pastelito~ –Rio al momento de volver a incorporarse.
Podía sentir como Ayano comenzaba a llegar al orgasmo, su entrada empezaba a contraerse mientras su cuerpo sufría ligeros temblores. Se enterró hasta el fondo justo cuando llegaba al orgasmo, disfrutando de aquella voz melodiosa que gemía al venirse.
Beso la piel perlada de sudor del chico mientras salía de su interior, sus ojos oscuros recorrían aquel cuerpo recostado en aquella cama, jadeante. Lentamente aquel dulce olor empezaba a esparcirse y la razón volvía al cansado cuerpo de Ayano.
-Bien pastelito~ lamento decirte que la noche está acabando y tu tendrás que despertar –se acercó al rostro del chico dándole un beso en la comisura –Tal vez lo volvamos a repetir~
Vio por última vez aquellos ojos vacíos, mechones morados y colmillos antes de caer nuevamente en la oscuridad.
Despertó exaltado removiendo las sabanas notando el ambiente normal de su cuarto, su pijama estaba en su lugar aunque sentía su cuerpo pegajoso y sudado. Levanto las sabanas y reviso dentro de su pantalón notando una mancha pegajosa.
-¿U-Un sueño húmedo? –jadeo sorprendido –Por… –dio un brinco al escuchar repentinamente su alarma –Y-Ya es de mañana…
Tomo el móvil viendo la hora, marcaba las seis quince. Trago sintiéndose nervioso y mal a la vez, se supone que un seño húmedo tendría que ser con Taro no con esa cosa que ni conocía y que estaba terriblemente frio, suspiro cansado dejando en su lugar su móvil mientras se levantaba de la cama cayendo repentinamente sudando frio. Algo comenzó a escurrir entre sus piernas además que sus piernas y caderas dolían, se levantó apresurado hasta el baño encerrándose en este y retirándose la ropa notando su piel sin ninguna marca, ni sus caderas ni sus hombros y cuello, nada. Paso su mano por su trasero notando que no había nada a pesar de sentir la sensación que algo escurría de ahí.
-S-Solo fue un sueño, si solo un sueño –se repitió entrando a la regadera y abriendo la llave dejando que el agua cayera sobre su cuerpo –Solo un sueño, si solo eso –repetía abrazándose a sí mismo –solo me sugestione, solo eso no pasó nada.
Esperaba poder actuar normal ese día, poder ver tranquilo el rostro de su novio sin tener recuerdo de aquello.
-Ay~ pastelito~