El joven azabache despertaba sintiendo el cuerpo pesado, no tenía ganas de salir, no deseaba ir a clases. Pero no podía perder tiempo debía de quitar de en medio a esa chica santurrona.
Con cansancio se levantó de su cama para arreglarse, al entrar a la ducha sus piernas temblaron al tan solo recordar lo que casi pudo pasar con el consejero. Ahora sí que se mantendría al margen, si era posible se escondería de ese hombre pero no estaría con él por ningún motivo.
Al salir decidió irse rápido, tomo su bicicleta para marcharse al instituto pasando por las calles donde los alumno comenzaban a transitar con dirección al instituto. Al llegar estaciono la bicicleta donde la mayoría de alumnos lo hacía. Al pasar por los casilleros, noto como la atmosfera de nerviosismo empeoraba, al no encontrar un asesino los alumnos y profesores se encontraban temerosos y atentos de la próxima víctima. Hay los del club de fotografía se encontraban más atentos con sus cámaras en mano, eso significaba que tenía que ser muy cuidadoso en esos momentos.
Subió por las escaleras hasta el segundo piso donde el Club de drama se encontraba completamente vacío, oh eso suponía. Al acercarse a la puerta un chico de cabellos cian y ojos del mismo color salió sorprendiendo a Ayano.
-Oh, disculpa te asuste?
-Eh, no solo pasaba por aquí- dijo mientras veía como el otro cargaba algunas cosas del club entre sus brazos.
-Oh, esto. Es utilería vieja la mayoría está rota y ya no sirve La presidenta me pidió que las tirara a la basura pero son muchas- se quejó el peli celeste mientras a duras penas cargaba toda esas prendas y máscaras. Ente las telas se asomaban un par de guates blancos que aun funcionaban.
-Si quieres puedo ayudarte- ofreció el menor al otro el cual pensándolo un rato acepto dándole la mitad de utilería al azabache.
-Wow, gracias Am….
-Ayano, Aishi Ayano- dijo mientras acompañaba al otro hasta la parte trasera del instituto donde el contenedor color verse se encontraba.
-Sosuke Sora- se presentó el peli celeste- en fin, gracias por ayudarme- murmuro con dificultad mientras tiraba todo a la basura.
-No hay de que, no tenía nada que hacer de todos modos- dijo mientras botaba todo a excepción de los guantes blancos que logro ocultar de la visa del oji celeste.
-Bueno, yo me voy a mi salón- dijo mientras entraba al instituto sin prestarle más atención al menor que rápidamente oculto los guantes en su bolsillo para ir a su salón a guardarlos en su maletín. Como el día de ayer las clases transcurrían con un ambiente lleno de pavor entre todos, todos a excepción de Ayano y Kojin.
La maestra trataba de llevar la clase lo más normal que podía, pero era casi imposible hacer que los chicos dejaran de sentir miedo. El asesino aún no se encontraba y no había sospechas de quien hubiese sido. A la hora del almuerzo Hayato volvió a arrastrar a los dos chicos hasta la plaza de la escuela. El joven peli verde, como los demás, se notaba nervioso viendo a su alrededor.
-Que te ocurre Haruki?- pregunto Ayano viendo como el chico no paraba de ver a un lado a otro.
-E-Es que bueno…es complicado- dijo mientras movía los ojos de un lado a otro.
-Es porque aún no han encontrado al asesino ¿verdad?- hablo el pelirrojo mientras acomodaba sus gafas.
-B-Bueno, sí.
-No tienes por qué preocuparte, tal vez solo fue un incidente aislado.
-N-No lo creo, quien sabe. Cualquiera puede ser y se encuentra entre nosotros- Murmuro temeroso- En cualquier momento volverá a tacar y no sabemos quién será la próxima víctima.
-“Ah yo sé quién es la siguiente” –Pensó Ayano mientras de reojo veía a la chica que lo observaba desde lejos –Bueno, habrá que esperar.
-¡¿E-Esperar?! ¡¿Me estás diciendo que tenemos que quedarnos sentados esperando a que alguien más muera?!- exclamo Hayato sorprendido.
-Mira si lo pensamos, el asesino encontrara la forma de atacar y no importa si todos están juntos- comenzó a hablar con un tono neutral- Al final terminara pillando a alguien y matándolo.
-¡¡Q-Que!!- exclamo el peli verde-¡ y-y ayer saliste solo!- dijo con miedo –No me perdonaría si te hubiese pasado algo.
-No exageres- Hablo de mal humor Kojin mientras se cruzaba de brazos.
-¡¡P-Pero piénsalo!! Si algo le ocurriera a Aishi-Kun ¿No te sentirías mal?
-No hablemos de estupideces, Haruki te estas volviendo un paranoico como los demás.
-Además, no es como que me pase algo malo…-murmuro mientras en su garganta se formaba un nudo mientras trataba de olvidar el día de ayer.
-Te encuentras bien Aishi-Kun?- pregunto el de cabellos verdes viendo como el rostro del menor se formaba una mueca de disgusto.
-Eh, si claro no te preocupes.
-Si tienes algún problema puedes decírmelo- dijo el oji verde mientras abrazaba al menor el cual incomodo deshizo aquel contacto.
-No es necesario que te preocupes…y que me toques- murmuro lo último viendo como el otro reía nervioso.
-Perdón, pero es que te veías muy triste.
-Pero no es necesario un abrazo Haruki- hablo de mal humor el pelirrojo.
-Quien dice eso! Cuando alguien se siente mal siempre es necesario el reconfortarlo y un abrazo es la mejor forma- dijo el de cabellos verdes.
-Agh, no puedo creer que te esté dirigiendo la palabra- dijo Kojin molesto mientras frotaba su cien tratando de calmar su muy posible dolor de cabeza.
-Pueden dejar de pelear, es bastante molesto –interrumpió Ayano a los dos chicos que como se veía se preparaban para pelear enserio –Por qué demonios se llevan tan mal, no lo entiendo.
-Oh, en realidad es Kojin el que se molesta, yo solo intento ser amable.
-Eres en verdad molesto Haruki- murmuro el pelirrojo calmándose.
-Oigan no creen que hay más alumnos aquí- dijo el peli verde viendo a los lados notando como habían más estudiantes que él día de ayer.
-ahora que lo dices, sí. Hasta los del club de karate se encuentran aquí.
-Eso es raro.
-No prestemos atención, al fin están todos muertos de miedo- dijo Kojin-
-Oigan Los del club de cocina?-Pregunto viendo de un lado a otro sin ver a las chicas del club.
-Eh, deben estar en su club siempre toman el almuerzo haya.
-Oh, ya veo.
Al tocar el timbre Todos se marcharon a sus salones de forma rápida sin perder mucho tiempo, los profesores seguían sus rutinarias clases según el plan de estudios. Pero de igual forma el miedo crecía a cada segundo, no era raro ver que la gente comenzara a sospechar los unos de los otros.
Más que claro estaba que Ayano no sentía ese miedo, al fin y al cabo él era el asesino, pero quien podría pensar en eso? Él era un alumno tranquilo, no se metía en problemas es más estaba seguro que los profesores ni siquiera lo notaban en clases. Pero eso era una ventaja en esos momentos, al no crear sospechas podía actuar con la libertad que quisiera, claro si el consejero o Kojin se interponían. Al llegar el final de clases, todos los alumnos a excepción de los del club de karate, se marchaban a sus casas.
Ayano fue por su bicicleta dispuesto a irse en ella cuando, en la entrada le llamaron, voltio sintiendo su corazón acelerarse, ahí enfrente suyo se encontraba su amor. Este iba con una bicicleta azul llevándola hasta la entrada.
-Eh Aishi-Kun ¿también vienes en bicicleta?-Dijo Taro poniéndose al lado del menor.
-E-Eh sí, si –Dijo mientras sus mejillas se tornaban rojas.
-Entonces, ¿nos vamos?- ofreció el otro mientras arrastraba la bicicleta.
-C-Claro!- dijo Ayano mientras se acercaba a su senpai asegurándose de estar lo más cerca posible, pudiendo sentir el calor que irradiaba el cuerpo de este.
-Aishi-Kun ¿no tienes miedo? –hablo el de ojos negros viendo al otro.
-¿Miedo?
-Sí, bueno no hace mucho hubo un asesinato dentro de la escuela. Es normal que la gente tenga miedo- hablo nervioso.
-hum, eso…no te preocupes estoy seguro que atraparan al asesino- dijo mientras veía el camino sintiendo la presencia de la stalker.
-¿eso crees? ¿La policía no encontró ninguna pista?
-Oh, creme lo presiento- dijo con calma mientras se acercaba más al otro hasta el punto de rozarse.
-Oh! Disculpa- dijo al sentir como su brazo roso con el del chico.
-He, no te preocupes. No me molesta en absoluto- dijo mientras podía sentir como el calor se subía a su rostro.
-Ne, Aishi-Kun te han dicho que te ves tierno colorado- dijo divertido el otro sin notar lo que había provocado en el menor –debes de tener calor para estar tan rojo.
-B-Bueno, podríamos decir que si estoy algo “Caliente”- dijo en doble sentido esperando a que el otro entendiera pero a cambio recibió la risa del otro que al parecer no entendió la indirecta.
-Tal vez deberías quitarte la chaqueta si tienes calor- propuso el otro de forma inocente.
-…- sin decir palabra el menor se detuvo y desabrocho su chaqueta quitándosela dejando al descubierto la camisa blanca dentro de su pantalón la cual lograba marcar un poco la figura que poseía.
-Eh- el mayor se quedó viendo un momento la figura del chico el cual volvió a retomar su camino dejando la chaqueta sobre la bicicleta, Yamada no podía evitar ver el cuerpo del chico siendo que el rostro ya era bastante andrógino y su cuerpo como se podía ver por las telas era fino pero no idéntico al de una mujer.
Ambos azabaches continuaron su camino hasta llegar a la casa del mayor que de forma amistosa revolvió los cabellos del chico despidiéndose, al dejar al menor solo este sintió como todo el calor se aglomeraba en su rostro y en especial en la parte que la mano del azabache acababa de tocar.
Ayano trato de seguir a casa, pero la excitación era demasiada en ese momento, asegurándose de no ser descubierto corrió hasta el parque donde habían baños públicos, dejo la bicicleta amarrada y corrió hasta el baño de hombres encerrándose en uno de los cubículos dejándose caer al suelo. Por sus labios los jadeos escapaban de forma sonora, la erección en su entrepierna comenzaba a doler horrores, con las manos temblorosas se deshizo de su cinturón y desabrocho el botón del pantalón sobando por sobre la tela del bóxer aquella, ya húmeda, erección.
Con los ojos cerrados el chico se relajó estirando las piernas mientras se acomodaba lo más que podía, mordía su labio evitando que cualquier ruido saliera. Bajo la tela del bóxer la cual estaba manchada de líquido pre seminal. Ayano observo con los ojos entrecerrados como su miembro se encontraba inflamado y la punta secretaba líquido.
Suspirando acaricio la cabeza de este mientras volvía a cerrar los ojos recargándose en la puerta de aquel baño dejándose, como siempre, llevar por la imaginación.
//OoO//
En esos momentos el menor era apresado por los brazos de su amor mientras este le besaba y acariciaba, Ayano pasaba sus brazos por el cuello de este apegando más sus cuerpos permitiéndole al mayor acariciar su espalda. Los ojos de Ayano se encontraron con los de Taro mientras ambos se fundían en un apasionado beso, las piernas del menor se enroscaron en las caderas del otro pudiendo sentir la erección de este acariciando sus nalgas.
El menor se relamió lujurioso mientras se desasía de la camisa del otro acariciando la piel de este, paseo su mano por los brazos que los sostenían mientras se recargaba en el hombro del otro sintiendo el corazón de este acelerado junto al suyo. Sin ninguna dificultas desabrocho el pantalón del otro el cual besaba y mordía su piel expuesta. Ambos miembros se rozaron asiendo que ambos azabaches soltaran un sonoro gemido.
Los ojos de Ayano vieron con hambre los labios de Taro, lo cuales sin dudarlo devoro entre los suyos mientras llevaba ambas manos a la cabeza del otro aferrándose a los cabellos de este enredando sus dedos en este profundizando aún más el beso si era posible.
La mano de Taro se dirigió hasta el ambos miembros juntándolos sintiendo como su pareja se estremecía, los jadeos del otro se ahogaban en sus labios escapando de vez en cuando. Comenzando con un movimiento lento el mayor azabache a masturbar ambas hombrías sintiendo como el otro gemía y jadeaba de gusto alejándose afirmándose en sus hombros, brindándole la hermosa visión de Ayano jadeando con su espalda apoyada en la puerta del cubículo, con sus cabellos desordenados y los ojos cerrados, con la camisa abierta y la piel perlada en sudor mientras se aferraba a sus hombros dejando caer su cabeza a un lado, mientras jadeaba.
Sin poderse resistir Yamada dirigió sus labios al pecho de Aishi el cual al sentir el húmedo contacto de la lengua del mayor jadeo gustoso permitiéndole marcar su piel. La mano de taro aumento la velocidad regocijándose de los gemidos del otro el cual apretaba más su agarre en sus hombros. El orgasmo se avecinaba y las contracciones en el vientre de Ayano se lo advertían, al sentir que no podría aguantar más eyaculo en un sonoro gemido manchando la mano de su amor el cual lo beso mientras cerraba los ojos.
//OoO//
De forma sorpresiva Ayano abrió los ojos viéndose en el cubículo del baño completamente solo con su mano manchada de su propio semen, suspiro resignado mientras a duras penas se levantaba y arreglaba su ropa tratando de no mancharse, al salir vio por las pequeñas ventanas del baño que el sol comenzaba a ponerse. Lavo sus manos limpiando todo rastro de seme que quedara, se echó agua en el rostro tratando de calmarse. Tomo sus cosas y salió del baño tomando su bicicleta subiéndose a ella para marcharse a casa aun sintiéndose decepcionado de que aquella fantasía tuviera que seguir siendo eso, una fantasía.
-Ya verás Senpai, pronto cuando no haya ningún obstáculo esa fantasía la haremos realidad…solo tendré que deshacerme de todos los estorbos inclusive de “él”.
.://Continuara//:.