Los dos cayeron al suelo con estruendo. La gente arracimada que iba y venía a su alrededor evitó el sitio del accidente. Joseph miró a la persona que había caído sobre él, un joven de ojos azules y pelo castaño. Este lo miró feo y se levanto mientras David le alargaba una mano para que se levantara.
Iban a replicar al chico pero otro le gritó--¡Siempre haciendo desastres Kotatsu! ¡¿Eres un idiota o que?!—preguntó otro chico igual solo que con ojos verdes.
¡Idiota será tu madre!—le gritó el chico.
¡Pues es la misma que la tuya, imbécil!—contestó el ojiverde.
Ambos adultos se quedaron mirando a los chicos por unos momentos. Esas discusiones fraternales traían recuerdos de juventud a la memoria de Joey.
¿Qué escándalo están haciendo ahora?—preguntó una voz tras Wheeler que le golpeó como un tsunami. La apariencia de los chicos hizo que un raro pensamiento acudiera a su mente.
¡Papá, Kotatsu es quien lo inició todo!—dijo Setsu.
¡Mentira!—gritó el otro apuntando a su hermano--¡El fue! Hizo trampa—
No, no la hice. El siempre dice eso pero es porque no sabe perder. Además empujó a ese hombre—dijo el ojiverde apuntando a Joseph.
En esos momentos el castaño estaba por pasar a su lado por lo que lo miró y llevado por la curiosidad el rubio también lo hizo y se reencontraron.
Él y Seto Kaiba.
Lo tiró al suelo por no fijarse por donde iba de lo cobarde que es—alegó Setsu.
¡Idiota!—gritó el chico.
¡Ustedes dos, basta ya! ¡Los dejo cinco minutos solos y hacen desastres! Ni que tuvieran tres—dijo el agobiado padre mientras el rubio lo miraba sorprendido. Sabia que era como un padre para Moki pero en verdad no se lo imaginaba siendo padre realmente. Miró a los chicos que al parecer tenían como quince años. Y se dio cuenta desde cuando le había perdido la pista al otro sin ser por el dia del accidente.
¡Papá, mira! Kotatsu ha lastimado a ese hombre—dijo Setsu viendo como rengueaba el melado.
Yo, a…--trató de explicar el rubio que no era esa la situación pero lo cortó el grito del castaño.
Ya basta de hacer tanto alboroto—le gritó a sus hijos.
¡Papá lo correcto es ofrecerle atención o reparar en algo el daño! ¿No es así?—preguntó el de ojos azules y el grande miró a los dos tipos a un lado de él.
Es así como los 5 terminaron en el restaurante de comida rápida. Seto con sus dos hijos de un lado y Joey y David del otro.
Los chicos alegres disfrutaban de sus cocas y hamburguesas mientras David hacía lo mismo y Seto con rara de aburrido chequeaba sus mails en su pulsera mientras Joey se sentía fuera de lugar y parecía que lo picaran hormigas.
No has tocado tu hamburguesa perro, se enfría y yo pague por ella así que mejor te la comes—dijo el mayor del los Kaibas.
Sus hijos lo miraron--¿Padre?—preguntó Setsu asombrado.
Seto hablaba sin mirar al rubio por lo que esto lo ofendió aún más y se puso a comer mientras el CEO explicaba a sus hijos.
Conozco a este idiota mas o menos desde que tenía la edad de ustedes. Es uno de los idiotas más grandes. Tal vez él tenga la culpa de chocarse con Kotatsu—dijo solo para molestar al melado.
Es increíble que no hayas crecido nada en estos años—dijo el frustrado Wheeler.
¿Y eran amigos?—pregunto el hijo ojiazul.
Ambos respondieron a la vez--¿Yo y él?—apuntándose mutuamente.
¡Dénme paz! ¿Acaso creen que yo sería amigo de este idiota?—preguntó el castaño grande.
Joey prefirió dejarlo estar por la paz y porque Atherton los miraba muy divertido.