Para ser honesto consigo mismo el trabajo era bastante sencillo, pese a eso había comenzado a organizar un poquito más sus horarios en la escuela para pasar más tiempo en el trabajo… y ahí había investigado muchas cosas.
Los 3 únicos profesores eran un rubio y algo extrovertido Kise Ryota, un bromista y sarcástico Kazunari Takao, y su amadísimo director, el cual tenía un pequeño departamento en la parte trasera del colegio. Había niños que salían a la 1 de la tarde (que era el horario de escuela) y otros que salían a las 5 (horario de guardería) motivo por el cual Taiga había optado por estudiar solo por las mañanas. Los 3 profesores y donceles que el supiera eran unos inútiles en cuestiones de mantenimiento, Kise casi se había electrocutado al tratar de cambiar una bombilla, el director casi había caído infartado al cargar un par de cajas con libros y materiales didácticos de la entrada de la escuela a la mitad del patio, su condición física daba lastima… y Kazunari Takao era sin lugar a dudas el más temible… incluso entre colegas y los niños solían llamarle “el manos de estómago” (todo lo hacía cagada). Era intrigante como los 3 donceles habían sobrevivido sin alguien por no sé cuánto tiempo.
El pelirrojo se encontraba debajo del lavamanos del sanitario de niñas a punto de terminar su trabajo.
-Kagami-kun…- la inesperada y amadísima voz de su director hicieron que se sobresaltara y al tratar de incorporarse golpeara con la llave la tubería que acababa de arreglar y esta al romperse saco un chorro de agua tal que empujo su cabeza hacia atrás golpeándole contra la pared y casi ahogándole, el grito sobresaltado del peli azul le hizo percatarse que no era el único que estaba en problemas, como pudo cerro la llave de paso y se incorporó para encontrarse con un director mojado como ratón en el piso.
-lo siento… director… no fue mi intención…- se puso como pudo de pie y fue a tratar de ayudar al ojiceleste. –No… yo lo siento, no debí aparecer así…- cogió la mano del pelirrojo, aceptando la ayuda y fácilmente fue puesto en pie.
-¿estás bien Kagami…? – no pudo ni terminar su pregunta puesto que resbalo nuevamente y al tratar de sujetarse de algo para evitar la caída cogió el cuello de la playera del ojirojo.
Todo paso tan rápido, el director se lo había llevado de corbata directito al suelo, su playera se había roto como si la hubiera echo jirones un sádico y para no aplastar con su descomunal cuerpo al peliazul había quedado en 4 justo encima suyo. Los dos, mojados hasta los huesos, con la respiración agitada, se miraron claramente a los ojos… o eso fue justo lo que había hecho Taiga, el director tras recorrer atentamente la cara del moreno había comenzado a descender su vista… primero por el cuello, después por el pecho, los diminutos pezones morenos, el fuerte y marcado abdomen, el ombligo y la pequeña línea de vellos que comenzaban a formarse en la parte baja de este para perderse más allá de la cinturilla del pantalón.
Trago saliva fuertemente.
Al menos ahora estaba seguro que no le era tan indiferente al director, sonrió in mente al ver el rubor marcado en las mejillas de este.
-Kurokochii te estamos…- la inoportuna entrada del rubio al W.C. hizo que los 3 se miraran alternamente sin saber qué hacer. ¡Oh señor! ¡El director, su amigo de escuela, su jefe y compañero estaba en el piso, con el sexy intendente encima y medio desnudo, ambos mojados, con la respiración agitada, y para el peor de los colmos se veían clara y magníficamente los pezones de su amiguito a través del uniforme blanco de la escuela!-
-oh por Dios… perdón no quería interrumpir…- peor que adolescentes ambos se sonrojaron y como pudieron se pusieron de pie, esta vez el ojiazul se afianzo más en sus piernas y camino con más cuidado.
-Kise- kun… no es lo que…-
El rubio miro a su amigo con sonrisa traviesa. –no es necesario que me des explicaciones Kurokocchi… -
Kagami estaba a punto de abrir nuevamente la llave de paso para que un chorro de agua fría le cayera en la cabeza, el rostro le ardía de vergüenza.
-oh por Dios… Kagamichi está sangrando- grito el rubio mientras corría hacia el joven y trataba de poner su pañuelo a modo de compresa en la coronilla donde al parecer se había golpeado con la pared al recibir el primer chorro de agua.
Los dos profesores le miraron alarmados, corrieron a ver si el nuevo trabajador estaba bien pero si Tetsuya era patoso en el agua… Kise lo era peor… el rubio resbalo y se quiso apoyar en su amigo… el cual a su vez se quiso apoyar en el pelirrojo y los 3 cayeron estrepitosamente en el suelo, ambos donceles encima del pelirrojo semidesnudo y sangrante.
Cuando Kagami abrió los ojos pudo sentir perfectamente el dolor punzante y fuerte de su nuca, se sentía calientito, seco y supo en seguida que estaba desnudo y en un lugar desconocido para él. en su campo de visión entro una persona que a sus ojos era hermosa… de piel tan blanca como la nieve, ojos azules, cabello alborotado… el director le veía con tanta preocupación. ¿Estaba muerto? Lo más seguro es que si… a lo mejor los dos profesores le habían caído encima, se había golpeado nuevamente en el cráneo y ahora estaba en su cielo personal…
Era tan perfecto… estiro la mano para tocar el rostro perfectamente cerca del suyo…
Tan suave… tan…
Abrió los ojos de golpe y bajo de su estúpida nube de confusión al ver las mejillas del director sonrojarse hasta límites insospechados y llamarle por su nombre.
Se incorporó rápidamente casi tirando al profesor. –Yo lo siento… ouch…- se llevó la mano a la cabeza como si con eso pudiera apartar el dolor que había aumentado considerablemente.
-no te muevas por favor… Kagami –kun se golpeó la cabeza porque nos protegió a Kise- kun y a mí de la caída… tienes un chichón… ¿hay alguien que pueda acompañarte a tu casa? ¿Alguien que pueda venir por ti?-
El pelirrojo negó mientras se sentaba y miraba a su alrededor. Estaba en una pequeña sala, en el sillón más grande (pese a eso sus piernas colgaban por el otro extremo) y solo con la ropa interior.
-estoy bien… solo… necesito descansar un poco más…- el ojiazul asintió mientras le ofrecía una taza con agua y hielos.
-¿Dónde estoy? ¿Cómo me trajeron aquí?-
El peliazul jugueteo inconscientemente con un mechón de su cabello.
-en mi casa… Yukio- san, el novio de Kise- kun nos ayudó a traerte… entre los tres apenas y pudimos moverte… ellos se fueron, también nos hizo favor de revisarte el esposo de Kazunari, es médico… dijo que solo era el golpe pero que tenías que visitarle mañana en su consultorio. El ojirojo dio un rápido vistazo al lugar, cálido, silencioso, confortable… y estaban solos. Sin lugar a dudas ese era el destino.
-aquí hay un poco de ropa que puedes usar… puedes regresármela cuando quieras… puedes cambiarte en el baño… esta al fondo del pasillo.-
El ojirojo se pudo de pie tapándose con el cobertor, no que le diera vergüenza cambiarse frente al director o tuviera un complejo con su cuerpo pero… diablos… el ojiazul parecía un conejito asustado. Camino con el cobertor a manera de capa y Taiga tuvo la extraña visión de el mismo como aquellos exhibicionistas que caminaban en la calle con tan solo una gabardina y cuando veían a una mujer sola se destapaban para mostrar su cuerpo desnudo. No. Sin duda alguna tenía que irse al W.C. y cambiarse rápidamente para no intimidar más al chico.
-perdón por la intromisión…- murmuro el alto mientras caminaba a baño.
-preparare un te mientras te cambias…- le aseguro el pequeño peliazul, caminando en dirección contraria a la de Taiga.
Kagami dejo la puerta del sanitario entreabierta y rápidamente comenzó a calzarse la ropa, era más o menos de su talla… al menos en altura, la playera le quedaba un poco ajustada y el pants al tener elástico noto que se estiraba al máximo… ¿de quién era?... dudaba que fuera del ojiceleste puesto que era muy grande.
Miro su rostro en el espejo, estaba algo pálido, y para vergüenza suya tenía un horrible parche justo en la parte superior de la cabeza, justo como esos mini sombreritos que solían usar algunas chicas “gotic loli”. Se tocó el parche y una sensación de mareo se apodero de el… al parecer el golpe había sido más fuerte de lo que quería aceptar…
-tío… te vez fatal…- brinco alertado al escuchar la profunda voz de un hombre (que no era el director) dentro del mismo cuarto en el que él estaba.
-pero qué demonios…- murmuro girando sobre su propio eje para encontrarse de frente con un hombre moreno de cabello y ojos azules… a diferencia de Tetsuya este azul era más oscuro y su mirada no tenía nada de dulce e inocente.
-así que tú eres “Kagami-kun”- murmuro el moreno mientras lo analizaba minuciosamente.
Taiga tuvo el deseo de golpearlo… ¿Quién demonios se supone que era ese estúpido?
-Tetsu habla mucho de ti últimamente… la verdad no sé por qué… no tienes nada espectacular… y además eres un idiota… mira que caerte con agua… ¿a ti te gusta Tetsu verdad?-
El pelirrojo para vergüenza suya se sonrojo un poco, trato de calmarse, respiro profundamente para no gritar y golpearlo enserio.
-¿y quién demonios se supone que eres?- los dos se miraron una fracción de segundos, después el moreno sonrió con mofa.
-Aomine Daiki… el esposo de Tetsu…-