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DECEMBER por STEREK141618

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La chimenea estaba prendida en la casa de Theo. Stiles lucía sentado en la sala, en el sillón para dos. El árbol de Navidad brillaba con tanta tranquilidad, las luces prendían y apagaban con apacible gentileza y las esferas llenas de diamantina desligaban pequeños destellos. Theo traía entre las manos una caja, la única caja que quedaba al pie del árbol. Se sentó a lado de Stiles, la primera y última adoración de su vida.

—Toma —dijo con una sonrisa el novio del castaño entregando la caja.

Stiles la cogió entre sus manos, la observó tomándose su tiempo, era muy bonita. El papel brillante con detalles navideños estaba pegada con perfección casi milimétrica al cartón. Hasta ahí era todo lo que podía ver. Despegó con cuidado cada trozo de cinta adhesiva a pesar de que Theo le animaba a hacerlo rápido. Retiró la tapa, la verdad es que esperaba un par de zapatos o tenis. Pero no fue así, había más cosas dentro.

—¡Oh por Dios! —exclamó llevándose las manos a la boca.

—¡Saca todas las cosas! —exclamó con gusto el novio acomodándose con emoción en el sillón.

El castaño sacó todas las cosas que había adentro, su novio sí que le conocía.

—Los discos más recientes de mis artistas favoritos del año. ¿Cómo supiste que me gusta Grimes y Tame Impala? —preguntó intrigado pero interesado por partes iguales.

—Pues, no te gusta la música comercial que todo mundo escucha, es más, no la toleras. Te gusta lo underground, y lo supuse cuando te escuché cantar muchas de sus canciones cada vez que podías. ¿Sabes? Cantas todo el tiempo, cuando haces un jugo, cuando enciendes tu computadora, cuando te duchas, cuando preparas comida, todo el tiempo —comentó el otro sin quitar su impecable sonrisa.

Stiles sonrió extrañado, no se había dado cuenta pero era cierto. Su novio sí que le ponía atención y él ni en cuenta.

—Mira lo otro —le animó Theo con un movimiento de mano señalando la caja.

Stiles sacó una tableta de ahí adentro.

—¿Una tableta? Pero ya tengo una laptop —dijo el castaño sosteniendo el aparato con una mano.

—No es cualquier cosa. Es una tableta de dibujo profesional. —La cara de Stiles cambió por completo ante esas palabras. Miró el aparato con incredulidad—. He visto tus dibujos, son bastantes buenos y sé que amas dibujar, además te servirá en la escuela el próximo semestre quizás. Aunque tus estás en actuación pero…

El castaño se lanzó sobre él, y le miró a los ojos, de entre toda la penumbra, los ojos de ambos se veían más hermosos con el pequeño brillo de los focos de Navidad, parecía que cada iris tenía más detalles que antes.

—Eres el mejor. Te amo —gritó Stiles dándole un beso en la boca, al principio era puro, pero poco a poco fue subiendo de tono. La lengua de Theo se fue colando por los labios de Stiles, se tocaron por dentro, era apasionado, pero no salvaje. El movimiento de sus labios era constante y rápido, Theo era hasta detallista en la forma de besar. El de largas pestañas lo definiría como un “no sé qué”. Las manos de Theo se colaron por debajo de la camisa del castaño, su piel se sentía cálida en sus palmas, era fantástica la forma de la espalda del chico.

—Espera —exhalo con fuerza el muchacho Raeken.

—¿Qué sucede? —preguntó el chico Stilinski con el ceño fruncido.

—¿Me trajiste algo? —preguntó el novio mirando con los ojos entrecerrados al chico.

—Sí —respondió rápido, levantándose del sillón, dejando a un aturdido chico acostado en el sillón. Tomó su mochila y de ahí sacó una bolsa bastante bonita de decorados navideños—. Toma. —Le pasó la bolsa y el chico Raeken no tardó ni medio segundo en abrirla con emoción.

—¡Un suéter de gatitos! —exclamó feliz poniéndoselo de inmediato—. Siempre quise uno pero no sé por qué no lo había comprado antes.

—Pues porque el destino quería que yo te lo comprara —articuló el otro con una sonrisa—. Hay otras cosas adentro.

—Unos chocolates —dijo sacando las caja y mirándola deseando morderlos de una buena vez.

—Son finos —señalo Stiles apuntando con el dedo—. Y también de chocolate negro.

—¡Y…! ¡Redoble de tambores! —exclamó el Raeken metiendo el brazo dentro como si no tuviera fondo. Sacó tres pequeños papeles de adentro—. Vale por una salida al cine. Vale por una cena romántica. Vale por lo que más quieras. —leyó respectivamente. A Stiles se le habían acabado las ideas pero, aunque los regalos de Theo habían sido más caros, la verdad estaba orgulloso de sí mismo por no de haber olvidado comprarle algo a su novio.

—¡Gracias mi pequeño duende! —agradeció lanzándose entre los brazos del castaño.

—Sabes que empiezo a verme más alto que tú ¿verdad? —respondió el de ojos whisky mirándolo mientras se paraba de puntitas, aunque sí era verdad.

—También me gusta que te hayas dejado el cabello crecer por fin —recalcó con cariño el joven novio y le acarició el mínimo cabello de ya dos centímetros de largo.

—¿En serio? —preguntó cada vez más cerca.

—Sí, ¿pero sabes que me gusta más? —cuestionó al castaño con una mirada picara.

—¿Qué? —pregunto con inocencia.

—Ese culo que te cargas todos los días —susurró Theo con concupiscencia en el tono de la voz agarrándole las nalgas a Stiles, casi estrujándolas.

—Va a sonar tan típico y gastado pero… ¿Quién eres tú y qué hiciste con mi novio? —bromeó, pues Theo no era los chicos que te pedían sexo cada seis minutos y actuaban de esa manera.

El chico Raeken rió ante el comentario.

—Bueno, pensé que podía, empezar a canjear mis cupones. ¿Qué opinas? —le miró con la misma mirada traviesa, mientras sostenía el cupón (el tercero de ellos) entre dos de sus dedos de la mano derecha a la altura de su caras.

—Concedido —respondió mientras cogía el diminuto papel con los dedos y lo lanzaba lejos.

Stiles atrapó la boca de Theo con mucha habilidad, sus lenguas bailaban en una danza que calentaba el ambiente. Las piernas del castaño se enredaron en la cintura del chico Raeken, mientras éste le cargaba para llevarlo a su cuarto con silencio. Le aventó en la cama, justo como lo había hecho Peter.

—Date la vuelta —ordenó Theo mirándolo con lujuria desde arriba, se había esforzado en darle algo de sexo duro a Stiles, porque sabía que le gustaba.

El castaño miró con incredulidad a su novio pero de igual forma le gustaba la forma maléfica en que Asmodeo domaba el cuerpo de su chico angelical. Le hizo caso enseguida, se volteó esperando lo que venía.

Theo se colocó detrás de él, se agacho a la altura de su cuerpo.

—¿Quieres que te amarre a la cama o así está bien? —preguntó el muchacho Raeken poniendo las manos en la orilla del pantalón de Stiles listo para bajarlo.

La idea de ser amarrado era tan, deseable, le emocionaba, le ponía mucho y más si estaba de espalda.

—Amárrame —aceptó con la voz firme, parando más el culo, tenía la polla dura dentro de sus pantalones, cada roce con la tela era magistral.

—Bien —dijo el otro con un tono de voz bajo, le retiró la ropa del tronco a Stiles. Las muñecas del castaño fueron amarradas con trozos largos de tela blancos e impecables a las esquinas de la cama.

—¿Sólo eso? —preguntó el chico castaño intentando mirar atrás.

—Sí, quiero tener el control de tus piernas —respondió y se arrimó por completo a su novio.

El pene de Theo estaba tan duro como el de Stiles y el primero disfrutaba al ponerlo en el culo del segundo, hacerse a desear era tan fácil como sólo hacerlo por encima de la ropa. Su pecho se pegó a la curveada espalda del castaño y le susurró al oído.

—Será la mejor noche tu vida —mientras daba una estocada suave pero firme, presionándose contra el cuerpo del chico. Le lamió la oreja con la punta de la lengua, pero sólo delineo la orilla, ese sólo tacto le produjo al de lunares un cosquilleo ligero en el cuerpo que se hizo más intenso cuando llegó a la punta de su miembro.

Theo se separó del chico y le retiró la ropa al castaño, admirado cada centímetro de piel de su novio de ojos castaños claros. Quedó totalmente expuesto en la cama, dispuesto a entregarse de una buena vez. Theo conservaba toda la ropa. Se agachó lentamente y puso su lengua con delicadeza sobre el muslo izquierdo del chico, le lamió como si de ella escurriera miel del paraíso. Sus dos manos se pusieron sobre los muslos del chico, podía observar los testículos del chico colgando de su cuerpo con la piel brillante y suave, no se pudo resistir a lamer uno. Stiles soltó un pequeño gemido cuando de repente recibió un roce descuidado en el tronco duro de su polla.

—Te ves tan, tan, tan comible —murmuró Theo observando la entrada rosada del chico a su merced. Mordió uno de sus glúteos con fuerza y una de sus manos se posó en el pene de Stiles, invadiéndolo en más calor.

La piel de otra persona en su mano se sentía tan bien, tan suave, era una sensación diferente a cuando se tocaba a sí mismo, masturbar a alguien era demasiado excitante para Theo, se lamió el labio inferior. Y su lengua se postró en la entrada del castaño, tan húmeda, ágil y caliente que cada terminación nerviosa era deliciosamente estimulada. Los ojos de Stiles se entrecerraron y abrió la boca intentado respirar con normalidad, pero su respiración era por mucho más descontrolada. Era mucho mejor que Peter y eso que él había sido bastante bueno. El castaño se dejó llevar por todas las sensaciones que le abrumaban. Su pene palpito un par de veces en la mano de Theo, mas éste sabía bastante bien lo que hacía y se detenía para que Stiles agonizara en un círculo de placer.

—¡Maldición Theo! Quiero correrme ya. ¡Quiero sentirte adentro de una puta vez! —exclamó sin recordar que la familia de Theo estaba en casa, aunque ya no todas las tías y las decenas de sobrinos. Estaba a punto de reclamar de nuevo cuando la boca de Theo atacó su miembro, desde la punta, su pene estaba en una incómoda posición, casi imposible, pero eso hacía que ambos quisieran más. La entrada del Stilinski estaba tan bien lubricada que sólo fue cuestión de que Theo metiera uno de sus dedos, masajeando con suavidad mientras mamaba de esa grandiosa polla del castaño. Stiles cerró los ojos con fuerza y abrió la boca lo más que pudo, para dejar salir un ahogado gemido—. ¡Tienes la jodida boca más caliente y humeda…! Oh mierda… ¡Sí, justo ahí! —gimió entonces más fuerte cuando Theo se concentró en el frenillo del castaño.

En un movimiento ágil el chico Raeken cambió de posición y su polla erecta quedó a la altura de la boca de Stiles, quien dejó que el miembro tocara su piel, y con los ojos cerrados permitió que entrara en su boca, saboreando cada centímetro, desde la punta hasta que la base, la tenía toda hasta adentro. Un segundo dedo se introdujo en la cavidad del chico, y con maestría Theo ubico el punto de placer del chico. El pene de Stiles palpitó con fuerza dentro de la boca de Theo y eso hizo que el castaño mamara más rápido del miembro de su novio. En pocos segundos, el muchacho Raeken se vino dentro la boca del castaño, éste intentó tragarse todo lo que pudo pero era demasiado, de su boca escurría un poco de semen y caía en las sabanas. Entonces el chico Raeken dejó de hacer lo que hacía para poder introducir un tercer dedo dentro, entró con tanta facilidad que decidió que ya estaba listo. Se retiró del castaño, quien había tenido la media hora más llena de placer de su vida pero, no se había venido ni una sola vez. Theo se quitó toda la ropa lo más rápido que pudo, su miembro seguía tan erecto como al principio. La longitud se instaló entre las nalgas del castaño, para éste era una sensación maravillosa tenerle entre él.

—¡Follame ya Theo! —exigió cuando éste se movía adelante y atrás, sólo sin entrar, haciendo que el castaño se ahogara en las ansias y la excitación, en el deseo irrefrenable por ser follado.

—¿Quieres que lo haga de una vez? —cuestionó en su oreja besando su mejilla, para después asaltar su boca.

—Ajam… —gimió el otro sintiendo como se introducía con una lentitud desesperante pero al mismo tiempo, encantadora, poco a poco se sintió lleno, cada relieve era la gloria.

Theo no dejaba de besar a Stiles mientras lo follaba cada vez más fuerte. Su pecho desnudo se pegó por completo a la perfecta espalda curveada del castaño, ambos cuerpos casi fundiéndose. Las embestidas de Theo era cada vez más rápidas, Stiles gemía entre besos, quería masturbarse pero sus manos estaban atadas. El castaño no se podía mantener en la misma posición y cayó rendido sobre la cama mientras se dejaba hacer, pero Theo pasó un brazo por debajo de su delgado cuerpo y le atrapó de nuevo contra el suyo mientras le sostenía. Las orejas del chico Raeken estaban demasiado rojas y el sudor se empezaba a formar entre sus cuerpos. Theo se estremeció, su polla palpitó fuerte tres veces seguidas, y estalló dentro del castaño con una fuerte estocada que golpeó con fuerza la próstata de Stiles, quien por fin se vino derramándose en la cama en potentes chorros. Sim embargo Theo le seguía follando y dentro de poco Stiles se sintió aún más lleno.

Theo le dejó caer en la cama, y le dio una nalgada con fuerza hercúlea que resonó sobre el gemido fuerte de Stiles.

—¡Hijo de perra! —gritó el castaño con placer.

—¡Te ha gustado como te he montado? —le preguntó el sexy Raeken en tono exigente mientras jadeaba rápido, se lamió de nuevo los labios.

—¿Qué si me ha gustado? Ojalá me follaras todos los días a cada minuto —respondió entre dientes en un tono prominente, la idea le volvía loco como una…

—Maldita perra en celo —dijo el otro, sabía que ha Stiles le gustaría y le dio otra nalgada.

Theo se coló debajo del cuerpo de su novio pues éste aún seguía de rodillas y piernas abiertas. Le cortó las telas con unas tijeras y sus muñecas fueron liberadas. Stiles se dejó caer y Theo le recibió entre sus brazos. Estaban terriblemente agotados.

—Te amo —dijo el novio y le besó en la boca con amor, había sido el beso más sincero y puro de toda la noche.

—Te amo más Theo —respondió con una sonrisa mientras se recargaba en el pecho de su novio.

Como pudo, Theo alcanzó la sabana y les tapó a ambos, se quedaron dormidos a los ciento veinte segundos.

DEREK SE HABÍA DESPERTADO mucho tiempo atrás, el reloj ya marcaba las once de la mañana y había despertado solo, como lo había hecho todo el año pasado, pero lo más importante, era que odiaba sentirse así, vacío, y eso le dolía porque significaba que Stiles había escapado de él. Su corazón le dolía porque se había dado cuenta de lo mucho que quería su castaño, pero lo había hecho demasiado tarde. Estaba tan arrepentido, Stiles se había tatuado en su mente, y si lo intentaba borrar de ahí quedaría una cicatriz horrible, que sería imposible de curar.

Se revolvió en su cama molesto en su cama, el de ojos whisly le había rechazado y no se sentía enojado por eso, sino adolorido de lo que imbécil que había sido. Lydia siempre le decía que Paige nunca sería para siempre como él creía. Ella aún era inmadura y no iba a sellar su vida con él por el simple hecho que ella tiene una larga vida por delante y posee belleza suficiente para estar con quien quisiera. Sin embargo Stiles tenía las mismas ambiciones que el Hale busca en el amor, estar con la persona que desea el resto de su vida, y eso es suficiente para Derek. Así que se levantó de la cama colérico consigo mismo pero decidido a quedarse con Stiles y luchar por él. No sabía cómo y cuándo se había quedado dormido el día anterior, y tampoco ubicaba dónde estaba Stiles. Pero estaba seguro de que con su novio Theo se encontraba. Lo único que le impedía cumplir su cometido, era que desconocía la locación de la casa del tipo que le robó a Stiles.

Se encontró con Lydia desayunando completamente tranquila, bebiendo una taza de té tibio de limón porque el café amarillenta los dientes y su sonrisa de Hollywood había salido muy costosa y dolorosa como para arruinarla.

—¡Lydia! —exclamó Derek aun en las escaleras, pero acercándose rápido a ella.

—¡Ay no! —bramó en su mente—. ¿Qué pasó? —preguntó con el tono más amable que encontró.

—¡Dime dónde está! —exigió mirándola de cerca.

—¿Quién? —respondió con inocencia fingida.

—Sabes muy bien quien —habló el otro empezando a molestarse.

Lydia suspiró.

—No sé dónde está él —mintió con naturalidad, no por nada tenía el cabello rojo, no por nada tenía ojos verdes, no por nada media uno sesenta, no por nada era Lydia Martin.

—Sé que lo sabes pero aunque no me lo digas saldré a buscarlo. Mataré a quién sea con tal de hallarlo y tenerlo a mi lado —aseguró mirándola con fuerza a los ojos.

Lydia apretó los labios. Sólo pocas veces había odio a Derek hablar con tanta determinación, una de las veces que le oyó hablar así fue cuando aseguró recuperar a su novia casi cinco meses atrás, y en realidad había hecho hasta lo imposible por hacerlo.

El joven Hale estaba saliendo por la puerta de forma rauda.

—¡Derek no quiero que hagas ninguna estupidez! —gritó la chica levantándose de la alta mesa—. Te diré dónde está, sólo no salgas así como así a hacer estupideces.

El Hale se giró.

—Pues dímelo. Sabes que no haré nada malo. Le quiero demasiado y me conoces lo suficiente para saberlo. Puedes confiar en mí.

¿Lydia sería capaz de decirle su ubicación a Derek? ¿Traicionaría la confianza de Stiles e incluso a ella misma? Tal vez Derek hallara a Stiles, pero eso significaba entrar en los dominios de Theo. Definitivamente le sacaría de esa casa.

Notas finales:

Cambiando de tema, siempre en cualquier escena de sexo que leo, misteriosamente sale un bote de lubricante de la nada. Yo siempre lo ponía porque todos lo hacían, pero me parece bastante absurdo y gracioso, pues pueden poner cualquier cosa como besos entre semen y tragárselos hasta el fondo pero eso sí, dar un beso negro es de lo más imposible del mundo y por eso hay que usar lubricante que aparece da la nada :v

Y sí, Art Angels de Grimes es un disco grandioso que deberían escuchar, es el mejor pop que he oído en mi vida, parece bastante mainstream pero en realidad no lo es, tiene tantos sonidos, es como meterse en un océano de ellos, debes de tener un buen oído para poder escuchar cada arreglo con detalle. Podría hablar un sin fin de cosas de cada canción. Para mí fue el mejor disco del año. Aparte del de Currents de Tame Impala, es tan tripiante lel, en especial Nangs.

Hablo de ellos porque en realidad es muy buena música y me emociona hablar de ella. XwX

En fin... Nos vemos en cuatro días, para la actualización. Saludos y comenten u/


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