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DECEMBER por STEREK141618

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Notas del capitulo:

Hola. 

—¿Qué sucede? —preguntó preocupado—. ¿Pasa algo? —insistió.

—No... Voy al sanitario, aguarda aquí no tardo —dijo nervioso el de ojos whisky y se fue sin entender las palabras de su novio.

Iba caminando. La vista cenital habría hecho ver cuanta gente les rodeaba. Stiles caminaba entre niños y adultos con comida en sus bandejas. Estaba decidido a hacer todo lo posible para que la salida resultara lo mejor posible.

Llegó hasta donde estaba Derek asegurándose de que Theo no le viera. No haberlo visto en muchas horas le había hecho a su cerebro atrofiarse hasta tal grado que su sola imagen era más bella que antes.

—¿Qué haces aquí? —preguntó Stiles con el ceño fruncido. Fingía estar enojado, debía de estar enojado a la vista.

—Te he estado buscando —se hizo oír con un tono de molestia. Mostrando sus dientes más que de costumbre.

—No, no. ¿Quién te dijo? ¡Nadie sabía! —exclamó en tono bajo. Habían revelado su secreto cuando lo había tenido tan oculto. Así se debía sentir cuando les pirateaban los álbumes a los artistas antes del estreno.

—Ven conmigo —ordenó el moreno con un tono exigente.

—No quiero, vete de aquí, ahora mismo o te odiaré para siempre —aseguró el castaño empujándolo con fuerza, pero no era suficiente.

—¡Te digo que vengas conmigo ya! —espetó cada vez más fuerte y más cerca del muchacho. Quería llevárselo pero al verlo de nuevo el deseo de tenerlo contra su piel le agobiaba.

—Vete a la mierda —culminó el castaño y se dio media vuelta.

Vio al chico irse, y la cabeza le dio muchos algoritmos, la mayoría con resultados erróneos e hizo lo único que tal vez, podía funcionar. Le jaló del brazo y le atrapó con el otro contra su cuerpo. Le besó los labios al castaño con fuerza. Stiles luchaba por liberarse de aquel beso ladrón, pero el moreno puso su mano en la nuca del chico impidiendo una bifurcación. Los puños del castaño golpeaban con instancia el pecho del otro muchacho, pero poco a poco, entre respiraciones densas, sus palmas sólo se relajaron y se quedaron depositadas sobre los pectorales de Derek. Stiles ya no luchaba para nada, pero tampoco se dejaba llevar por sus primitivos deseos. Sus labios le habían dado un poco de espacio a los otros, pero no se movían, permanecían con indiferencia a pesar de que los otros músculos hacían su mejor esfuerzo siendo al final de cuentas, ignorados.

Derek se separó primero y le vio a los ojos con rapidez. Quería ver algún destello de aprobación en ellos pero Stiles miraba el suelo impidiendo ver su alma. Aun así sus mejillas estaban rojas.

El tenerlo contra sus labios había sido tan reparador. Para ambos. De pronto todo se quedó en silencio para ellos.

—Vámonos de aquí Stiles. Ven conmigo —pidió el moreno sin toda la energía negativa que le había asaltado minutos atrás. Su mirada era sincera y preocupada. Stiles jaló aire con la boca entreabierta, era un amor imposible. Ahora que por fin debían estar juntos, ya no era posible.

—Es tu culpa —susurró el castaño con voz baja, apenas el moreno le escuchó.

—Perdón por haber tardado tanto tiempo —se disculpó poniendo su frente sobre la otra, quería ver que era escuchado—. ¿Al menos lo pensaste una vez? —Stiles no le miraba a los ojos.

—No —mintió y eso le hirió un poco su propio corazón, y al de Derek también, entonces, éste puso sus labios en la mejilla del chico y la besó.

Estaba demostrando con eso que sus sentimientos no eran una farsa o una trampa... Ante ese tacto el castaño cerró los ojos, no se había dado cuenta lo necesitado que estaba hasta ese momento. Se permitió por un momento imaginar que podía ser tan real y que no había nadie y nada ahí, más que ellos dos.

—Por favor ya... —empezó el castaño empujando con sus puños al moreno—. Mi novio está esperándome.

—No puede ir con ese desgraciado. Debes de estar conmigo. Jamás permitiré que vuelvas a sus brazos —clamó el otro, pero el chico de lunares estaba decido y le empujó aún más fuerte logrando su libertad—. ¡No quiero que me sigas! —ordenó en un gritó quizás bastante alto. Las personas cercanas les empezaban a mirar.

—Stiles —chilló Derek. Su voz se oía tan lastimada en el espíritu. Incluso se podría pensar que estaba a punto de derramar una lágrima.

Pero el castaño no le hizo más caso y siguió con su camino. Derek se estaba acercando a él, estaba dispuesto a golpear a Theo si se interponía en su camino.

—Theo, hay una emergencia con Lydia —mintió el castaño sin ver a los ojos a su novio. No podía verle.

—¿Qué es lo que tiene? —preguntó el chico con preocupación, estaba dispuesto a ayudar en todo sentido.

—No lo sé a Scott se le cortó la llamada cuando estaba en curso pero iré con ellos enseguida —decía tan rápido como podía, quería irse de ahí junto con Derek.

—¿Quieres que llame a mi madre para que nos lleve? Debí traer la camioneta —se lamentó Theo regañándose por dentro por no ser útil en los verdaderos momentos de necesidad.

—¡No! —exclamó rápido Stiles con una ansiedad en la cara fuera de lo normal—. Tomaré un taxi de la base.

—Te acompaño...

—Nos vemos Theo, te amo, yo te llamo —interrumpió al chico, mientras depositaba un beso en la boca del otro chico y se iba caminando más rápido de lo que sus piernas podían.

Le dolía hacerle eso a su novio, pero no quería que Derek y Theo se encontraran bajo ninguna circunstancia, se vendría el apocalipsis antes de tiempo. Debía llevarse al moreno con él, pero indirectamente sin estar de su lado. Miró hacia atrás, veía a Theo de espaldas y la comida para dos solo con él, también veía a Derek peligrosamente cerca de Theo. Abrió los ojos con desmesurado movimiento, hasta que el moreno lo ubicó y se volteó raudo. Sabía que le seguiría.

Derek fue tras del chico, moviéndose entre las personas y de vez en cuando empujando sus cuerpos para evitar que estorbaran, sus ojos no se despegaban ni un poco del castaño y su nuca llena de cabellos cafés canela.

Se sentía como un animal salvaje que no había bebido ni una gota de agua, y necesitaba llegar a ese oasis llamado Stiles. Mientras éste tenía los ojos con las lágrimas en los ojos, casi a punto de salir.

—¡Stiles! —exclamó el moreno mientras le tocaba de un hombro y le giraba.

El castaño le abrazó sin poder evitar ese loco deseo, sus brazos podían tocar finalmente el cuerpo del muchacho que tanto deseaba, se pregunta si cuando fuera suyo seguiría siendo de esa forma. Parecía que le había mordido y le había contagiado del mismo apetito.

Derek se atrevió a poner su boca en los labios prohibidos del otro chico sintiendo que se rompían todas las fibras de la conciencia en su mente. Todas y cada una con una fuerza hercúlea. Stiles se colgó del cuello del muchacho.

—No llores. Estás conmigo —murmuró el Hale mirándole con ternura a la cara, ya no le dejaría ir.

—¡Por eso mismo! —exclamó con cólera y se separó de él para darle un buen puñetazo en la cara.

El golpe hizo que los dientes de Derek chocaran unos con otros y la cabeza se le moviera hacia la derecha de manera involuntaria. Sus verdes ojos estaban bien abiertos y la boca también. Se llevó una mano a la barbilla y se la sobó. Estaba sorprendido pero no enojado.

—Me lo merezco —aceptó asintiendo con la cabeza aún sorprendido.

—¡Eso y más te mereces! —espetó el otro huyendo de nuevo, las escaleras eléctricas estaban muy cercas de ellos.

—Pero entonces, ese beso. Significa un sí ¿cierto? —le seguía de cerca, cada paso que daba Stiles, Derek intentaba dar dos.

—No.

Y así siguió caminando mientras por dentro luchaba con espadas contra la tentación. No debía sucumbir ante sus deseos, no todavía al menos.

—Te llevo a donde sea que quieras ir —habló Derek detrás de él todavía sin poder alcanzarlo por completo, o al menos no, pues, no quería otro puñetazo en la cara.

—Tomaré un taxi —le informó ufano sin voltear a verle. Bajando las escaleras hasta la acera.

—¿Adónde? —inquirió Derek tocando uno de los hombros del otro muchacho con valentía.

—¡Que te importa! —gritó y le empujó de nueva cuenta sin buenos resultados. El moreno se estaba cansando, no era precisamente como deseaba que fuera aquel reencuentro.

—¡Maldición Stiles! ¿Por qué eres tan difícil? —interrogó salido de sus casillas—. Te juro que si no te metes a mi automóvil te llevaré cargado hasta él y sabes que lo haré.

Stiles lo ponderó, sabía a qué estaba jugando el moreno y decidió no darle el punto, aunque de todas maneras el castaño seguía perdiendo.

—De acuerdo, vámonos —aceptó el chico mientras ponían cara de hastío.

Derek parpadeó varias veces sin poder creerlo.

—¿Cómo? —No era lo que esperaba.

—Que me iré en tu maldito auto —gritó el muchacho de lunares con furia fingida.

—Bien...

Después de un rato de caminar en el silencioso estacionamiento, llegaron al automóvil de Peter. Stiles tenía cosas que decir al respecto pero no dijo nada, prefirió quedarse callado. Entraron y el castaño se limitó a quedarse con un cierre en la boca como lo había hecho todo el camino, ya estaba empezando a dormir el sol, y sus ojos entreabiertos ornaban de rojo las nubes.

Al llegar a la casa del moreno, el auto se detuvo. El sol alumbraba el hogar y Derek no dejaba de admirar como su castaño permanecía con el gesto serio mirando hacia enfrente sin parpadear, sus cejas estaban fruncidas y era hermoso con ese gesto pensativo, y de fondo su grandiosa casa decorada por la calidez de la luz del rey de llamas.

—Deja de verme —pidió el castaño sin cambiar ni un poco su fachada—, me siento acosado.

—Eres el chico más hermoso del mundo —alabó el moreno con una cara de maravilla y un brillo en los ojos. Stiles volteó a mirarlo con sorpresa, sus ojos estaban ligeramente más abiertos y sus cejas habían cambiado de expresión.

—No hagas eso —demandó el castaño con los ojos abiertos y el gesto a la defensiva de nuevo.

—Sólo, no lo pensé, me salió del corazón —declaró el moreno con pena, pues era la verdad, miró sus manos y sus mejillas se tiñeron con una ligera tinta de rojo—. No puedo evitarlo.

—Pues no debes. ¡No lo hagas más! ¡No quiero enamorarme más de ti! —exclamó con la voz fuera de normal, entrado en el terreno de las emociones depresivas.

Sus ojos brillaban al tener agua de nuevo queriendo salir de ellos. Se iba a ahogar si las cosas seguían así, en un abismo sin luz, del que no saldría quizás en mucho tiempo, y tampoco sería capaz de ver la luminosidad de una nueva esperanza.

Derek volteó a mirarlo con un movimiento rápido de cabeza. Stiles comenzaba a llorar.

—No quiero tenerte cerca Derek. Siempre me has lastimado. ¡No quiero que me lastimes más! —gritó, ya no podía controlarse, su respiración se estaba acelerando, su corazón bombeaba rápido.

—Pero ahora te quiero —intento remediar Derek, tratando de acercarse fallidamente hasta él.

—Eso también es malo. No sólo me lastimas a mí sino también a Theo. Entiende que somos una pareja. Lo lastimas a él y me lastimas a mí y viceversa. Siempre quise estar contigo pero no querías, tú no me deseabas en ninguna forma, ni siquiera tenías interés en nuestra amistad. Justo cuando ya casi lo empezaba a superar y a dejar atrás, justo cuando ya era capaz de comenzar a verte como un amigo, justo cuando yo ya era feliz con Theo. Vienes tú y... —Pero las palabras ya no salían con cordura de su boca, su llanto era lo único que se oía.

Y Derek soltó una lágrima. El castaño se limpiaba los ojos y nariz con las mangas de su ropa, sin poner ya atención en lo exterior a él. Unas manos tibias tocaron su rostro. Sus ojos brillantes miraron los verdes de Derek, pues el moreno había hecho un esfuerzo mayor que el anterior y esta vez, sin importar el freno de mano, se acercó a su chico.

—Perdóname por todo lo que te he hecho Stiles. Este Derek es una persona nueva, sigo siendo yo en esencia, mi actitud mala contigo, ese Derek que conociste todo el año, se ha ido y no lo quiero de vuelta en mi vida. La persona que soy ahora es capaz de decir que le gustas, que te quiere y que en poco, te amará, hasta más allá de la muerte si me lo permites —habló el moreno sin dejar de ver los ojos de su amado chico. Stiles parpadeó solo una vez y después, puso sus manos sobre las del moreno, con las yemas de los dedos sintiendo cada relieve de las manos del otro. Lentamente se acercaron más y más y entonces sucedió, un beso. Pero no sólo era un simple beso. Era un "sí" tan esperado, era un sello de compromiso, era reconciliación necesaria, era perdón verdadero, era renacimiento del alma, era amor.

La casa, lucía igual de tranquila que siempre y la presencia de Scott y Lydia no se hacía visible, ningún ruido, ni murmullo, sólo los bambúes y el árbol de Navidad con su música estridente.

—Bien, pues ahora estamos juntos y no hay que pensar en nada más. Ya mero llega año nuevo —dijo Derek aferrado a la mano de su nuevo novio. Se sentaron el sillón de la sala, el más grande por supuesto—. Espera un momento, encenderé la chimenea.

—Sí. Ya sé que será año nuevo y ya sabes Lydia hará la última y gran esperada fiesta del año, como es de acostumbre desde... El año pasado —comentó con una risa, tan poco tiempo que llevaban con esa nueva tradición y la chica pelirroja ya era toda una celebridad.

—¡Lo sé! —respondió emocionado el moreno mientras las llamas se reflejaban en su ojos—. La temática será diferente y más agradable porque tú no estás en el diseño creativo —bromeó con una sonrisa.

—¡Cállate! A las demás personas les encantó la temática —habló orgulloso el chico de lunares cerrando los ojos y alzando el rostro.

—Sí claro, feliz año nuevo de vaqueros y alienígenas —dijo con sorna volviendo al lugar que había abandonado juntos a su novio—. Nadie fue disfrazado. Más que tú. —Y rió por lo bajo.

—Ya olvídalo, seré un fracaso para el diseño creativo pero soy un haz en la actuación y el canto. Además, Lydia dijo que debido a que no es una fiesta de Halloween, no habrá temática alguna —informó mientras sentía la mano de Derek acariciar la suya.

—Como debe ser —afirmó Derek dejando múltiples besos en toda la mano de Stiles. Era una sensación nueva sentir los labios en la palma de su mano, pues Theo no lo hacía, dentro de las muchas cosas que ese perfecto chico, era la única cosa que no había hecho.

—Y otra cosa, habrá más presupuesto que la vez pasada. No por nada nos corrieron de aquella casa que alquilábamos —explicó el otro sin dejar de ver a su novio y sentir el calor de la chimenea calentar sus cuerpos. Derek se veía más moreno que de costumbre y la iluminación le hacía algo a sus ojos verdes, más oscuros, pero más detallados a la vez. Se veía imposiblemente irresistible.

—Sí, eso no me lo dijiste cuando te lo pregunté —reclamó sin severidad el moreno con el gesto fruncido.

—Es parte de la historia.

—Por cierto, hablando de que eres pésimo en los diseños pero bueno en la actuación y el canto... ¿Por qué decidiste estudiarlo? Nunca me lo has dicho —dijo Derek con curiosidad, quería saber todo acerca de Stiles ahora que era suyo.

—Al principio solo quería ser famoso, debo reconocer. Pero cuando entré a CalArts mi visión de mí mismo y del arte cambió por completo. No se lo he dicho nadie, pero... Mi meta de esto no es hacer mucho dinero como la mayoría desea, sino, que cuando las personas me vean actuar en una obra de teatro o una película digan: Ese chico sí que tiene talento, su manera de actuar es tan maravillosa y casi pulcra. O que si alguna vez hago música que los comentarios sean positivos y salir de lo comercial y lo convencional, quisiera poder hacer nueva música y buena además. Incluso poder, innovar en un género de música que se creía estancando. Ese es mi sueño, poder vivir honradamente de mi talento y ser reconocido por ello —desglosó el castaño mientras Derek casi babeaba sin dejar de verlo con un interés que asustaría a cualquiera.

—Nunca pensé que dirías algo como eso pero; eres fantástico —encomió el moreno acomodándose mejor en su asiento, como si al hacer eso fuera a ver mejor al castaño, quien aparte rió por el halago.

—No es la gran cosa, solo maduré. ¿Y tú? —cuestionó Stiles.

—Pues, me gusta el arte y quería interpretarlo y hacerlo, eso es todo —reveló Derek encogiéndose de hombros.

—Vaya eso sí que ha sido muy artístico —se bufó Stiles sin malas intenciones.

—Ya me dio calor... —susurró mientras se quitaba la camisa que llevaba encima dejando ver una de esas típicas remeras blancas sin mangas que siempre usaba.

—Oh por Dios... —siseó el castaño mientras se mordía un labio.

—¿Qué sucede? —preguntó el moreno con inocencia. Hasta que entendió el punto sin que Stiles dijera nada más, su sola mirada era suficiente explicación—. ¿Te gusta lo que ves? ¿Te gusta mi cuerpo? —preguntó acercándose a él, cada centímetro adelante Stiles retrocedía.

—Ajá —admitió por completo amilanado.

—¿Cuán bueno es? —preguntó subiéndose sobre el cuerpo del de lunares.

—Muy bueno...

—Si lo que ves es muy bueno, lo que puede hacer mi cuerpo te será maravilloso —murmuró Derek con Stiles por completo acostado en el sillón y el moreno sobre de él. Comenzaron a besarse con pasión, iba a dar el gran paso tan apresuradamente sobre de ese sillón frente a la chimenea.

Notas finales:

Tenía que subir esto el viernes, y de hecho sí lo pude subir... Pero a otra pagina (mi cuenta principal) pero ya no lo publiqué aquí porque mi compurtadora me la estaba haciendo de a pedo y psss tenía prisa, y dos días después me acuerdo apenas de que no lo había subido así que... Aquí está ya, lamento la tardanza, sin embargo, el proximo capítulo llegará más rápido de lo que piensan. Así que nos vemos luego. u/


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