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Nada por PandoraBoxx

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Notas del capitulo:

Bueno, aquí la continuación, los cápitulos son un poco más largos pero no quiero que se aburran leyendo así que los recorto un poquito... Bueno, lean y por favr¡or, amenazas de muerte por email, jajajaja gracias...

 

A como estaba dicho, ya en la mañana, Kid, completamente recuperado de esa leve impresión, al no observar al visitante no deseado en los alrededores, se sintió tranquilo, garantizándole que sería un día promedio, uno conocido para él, uno rutinario.

Eso pensaba hasta que su móvil inició a sonar casi desesperado por que lo respondiera, tomándolo se percató de que era la tercer llamada en apenas… ¡Las diez de la mañana! Nunca su móvil sonaba con tanta insistencia y menos cuando se trataba de Killer.

— ¿Si? —preguntó sin tanto interés, recordando que unos días antes había logrado grandes avances se le pasó el “susto” de no completar su ensayo  a tiempo. — Killer aún no termino mi desayuno… y te dije que quería tocino, aguarda… —mencionaba sujetando su móvil entre el oído y su hombro  y buscando en el refrigerador el almuerzo— ¡Cierto! Aquí esta  y si, si hay tocino, bueno ya…

Se quedó parado escuchando a su camarada, su semblante cambió del tranquilo y relajado al acechante y muy inconforme.

— ¡No! Ese era un prototipo y se lo dije bien, si ellos insistieron en llevárselo y manufacturarlo a gran escala de esa manera  no es problema mío… —escuchó con demasiada atención en lo que, el microondas le socorría con calentar su desayuno. Asintiendo, colgó el móvil y lo arrojó sobre la mesa.

En lo que desayunaba iniciaba a analizar; bueno si el prototipo le había dejado esas ganancias quizás y ya el mejorado motor le ayudaría un poco más, pero la verdad era que ese chico  no necesitaba dinero, con la beca por parte de la universidad que le pagaba todos los gastos  referidos al estudio y la escuela y, las ventas de sus prototipos que, claro  le dejaban un extra sus ganancias (que acumulaban los cientos de miles, dicho de paso) estaban bien aseguradas y sobre todo, muy bien administradas por su compinche, su trabajo meramente le exigía el confort personal.

Luego de desayunar y no ver al ente por toda la habitación, se duchó rápidamente, se alistó y algo apresurado tomó su mochila del sofá e inició con su rumbo a la universidad, no sin antes tomar su IPod. Al mismo tiempo en que pensaba lo del motor, comprendía bien a quien preguntarle con respecto al “fantasma” aunque, no dejaba de pensar que se vería ridículo al llegar y pedir ese “concejo” así como así, sus muecas y suspiros atraían la atención de varias en el transporte que disfrutaban de ver a ese joven vestido en negro de los pies a la cabeza, que aunque pálido, pensativo y, hablando entre dientes, lucía bien parecido y poco común.

Todo marchaba bien, bueno casi todo, su mal humor se desató apenas comprendiendo  que, si con amenazas había conseguido que el ente se marchara, desde el primer instante lo habría echó y así, ahorrarse muchas cosas entre ellas las burlas que lo cabreaban, sin contar todas las veces que le llamaron loco y eso en unas horas; para colmo de males, su IPod se quedó sin batería a unas cuantas cuadras para llegar a la escuela acentuando la agudeza salvaje y característica de una bestia exótica, que es molestada con sonidos que simplemente les lastiman sus oídos o de plano (como en el caso del guapo pero gruñón chico) no le gustaban.

“De todo esto, tú eres el único culpable, qué torpe, si no te gusta el ruido de la ciudad debiste poner a cargar tu reproductor.”  —escuchó.

Y de nuevo, a miserables dos paradas más del bus para llegar a la universidad su molestia se hizo presente terminando de reventar el cántaro lleno con mal humor; ese ente no se daba por vencido, menos mal que Kid tampoco era un chico simplón que no cumplía con su palabra. Sonriendo pérfidamente tragó todo insulto planeado a ese ser en cuanto miró a Killer aguardando por él en la entrada del campus.

— ¡Anda que las cosas se están complicando! — el rubio renegaba en lo que lo sujetaba por el brazo y estiraba de él, levemente claro.

En ese momento exacto el ente observó una pequeña particularidad que se le hizo tan fuera de Kid, que le fue imposible no notar. Sin importar los días que llevaba merodeándolo comprendía que ese chico no era persona romántica, ni demostrativa y si era así, entonces, ¿Por qué, con el contacto del rubio, un rosado tono aparecía en sus mejillas? Cualquiera pensaría que se trataba de una tonalidad adquirida por el sol, pero para él, ese tono carmesí acompañado del toque de Killer delataba algo más… delataba un secreto que ahora trataría de constatar sin importar qué.

Por el momento seguiría de cerca al par, la curiosidad le desgarraba las entrañas y ante todo, quería saber que carajos pasaba con la platica que a hurtadillas escuchó en lo que desayunaba el pelirrojo.

A gran velocidad atravesaron el campus hasta llegar a la oficina principal de Shirohige, ese rector de imponente porte que cuidaba de su personal y estudiantes como si de familia se tratara; ese señor apoyaba sin escatimar gastos, detalles, etc y estando con él, también  aguardaba Shanks, las cosas eran serias si ese maestro aparecía en escena.

—Bueno caballeros, como se darán cuenta… —hablaba un hombre trajeado, lúgubre y de facciones inamovibles  que obviamente era un abogado. —La demanda ya esta en proceso, el joven Eustass Kid, de ser declarado culpable tendrá que trabajar para la empresa en cuestión hasta cumplir con los gastos invertidos en el producto defectuoso.

“¿Producto defectuoso?” —preguntaba el ente atrayendo la mirada del taheño.

—Un prototipo de motor, —le respondía Kid mirándolo a los ojos y en voz alta. — ¡El cual les dije que no era el definitivo y ustedes insistieron en llevárselo como estaba! —agregó ya hablándole al abogado.

Ese ente escuchó a partir de hay con lujo de detalles, en lo que los profesores y el mismo Killer discutían.

—La cuestión aquí joven Eustass es que, sin el funcionamiento correcto del motor, se le esta pidiendo la reintegración de todo el activo que se le brindó.

—A cambio supongo que ustedes entregaran el prototipo, ¿No es así? —cuestionaba Shanks sin el menor tapujo.

—Eso no podrá ser, ya que en vías de querer mejorar el funcionamiento, fue transformándose a uno completamente nuevo y original.

El ente ya había estado leyendo las hojas esparcidas sobre el amplio escritorio del director en aras de encontrar cualquier detalle que salvara al pelirrojo del trabajo que lo consumiría en esa empresa, cuando sonrió maquiavélicamente movió su mano, señalándole que se acercara.

Éste dudaba en hacerlo, sin embargo, esa sonrisa decidida y sobre todo sincera le mostraba que nada malo pasaría, atravesando la sala, tomó la hoja que le señalaba y leyó con lujo de detalles el párrafo que ese chico ojeroso apuntaba.

—Así que de esto se trata, muy interesante, ¿Qué dice profesor? —dijo pasándole al tocayo los papeles que el fantasma le mostró.

—Entonces, él  —señaló a Kid—No tiene porque devolver el dinero. —Dijo leyendo en voz alta. —Si presta sumo cuidado al párrafo uno, dos, tres —contó Shanks, señalando con su pluma en la hoja —Notará que en la clausula ahí mismo indica que, de, modificar el producto en cuestión, el joven universitario queda completamente deslindado de toda responsabilidad, ya que el producto esta, como bien dijo él, apenas en fase experimental y que la empresa en cuestión no hará modificaciones que alteren el funcionamiento ya que esperaran a que el joven, les entregue el producto mejorado.

La altanería del personaje de traje oscuro abandonó la oficina al instante, dejándolo a su suerte. O ese chico era un mediocre o, apenas iniciaba su carrera, o quizás la empresa pensaba que al tratarse de un joven genio, despegado de la vida cotidiana, el pelirrojo no tendría modo de defenderse y con los metiches en cuestión, los planes se le vinieron debajo de inmediato, en especial gracias a cierta figura intangible que leyó con demasiada atención, ya que al mismo Shanks se le habían pasado esos detalles.

—Parece ser que usted, —mencionó el rector de la universidad —Trata de estafar a uno de mis estudiantes y esto amerita una detención inmediata.

—Bueno, si es todo en lo que yo deba participar, me largo y, los dejó arreglando esto, por cierto profesor, podemos hablar afuera.

—Claro Kid, ¿Qué pasa? — respondió y preguntó al mismo tiempo apenas saliendo de la oficina.

—Tengo el dinero completo que me pagaron los de esa empresa, así que… si se llega a requerir, aquí esta la tarjeta.

Sinceramente el profesor nunca pensó que ese chico fuese de esa manera, de inmediato al recibir el pago, el creyó que se iría de parranda, que se compraría algún vehículo,  que lo despilfarraría en cosas que pasado algún tiempo desecharía ya que el capricho se le habría terminado, en fin que se gastaría todo el pago que le acababan de efectuar y ahora con ese precavido modo de pensar lo estaba asombrando.

— ¿Y me estas dando todo el dinero que te dieron, así sin mas? —preguntaba Shanks.

—Si, es sólo dinero y no tiene mucho valor para mí, no tengo en que gastarlo además.

—No puedo aceptar la tarjeta, con lo que acabas de descubrir en verdad es tuyo— mencionó devolviéndole el plástico ante la mirada expectante de Killer —, Quizás ese tipo junto con la empresa querían continuar sacando dinero a costa tuya, pero con todo el teatro ya cerrado, no les debes nada, nunca lo has hecho y ellos por el contrario, están en problemas, ya conoces el carácter del director cuando se meten con alguno de sus “hijos”. Anda, ve a comer algo, asiste a tus clases y, si pasa cualquier cosa, te aviso.

Killer tomó las palabras del profesor muy literalmente y de nuevo, sujetándolo por el brazo se llevó a Kid directo a la cafetería; en todo el trayecto no dejaba de indicarle el hecho de cómo logró observar semejante hueco en el contrato, ante todo lo que el rubio le contaba Kid sonreía y se comportaba muy atento ante sus palabras.

El ente que los seguía de cerca, de hecho se mantenía aun costado de Killer, observó como ante él, Kid se comportaba completamente diferente a lo que venía observando y pronto, comenzó a relacionar ese comportamiento con algo que tal vez no era lo que se representaba de las más obvia manera, pero y ¿Si era justo eso? Únicamente el tiempo le daría la respuesta y sin nada más que hacer por el momento o sin nadie más quien le brindara compañía se quedaría con el arisco hasta que cualquier cosa pasara primero…

Notas finales:

Ahora si, me retiro antes de que "x" cosa pase, nos vemos lueguito jejeje


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