Esta vez para evitar el mismo incidente, Yue Yue escogió encontrarse en una cafetería. Cerca de las ocho en punto, Yu Suowei vino. Yue Yue esta cabreada con su nueva apariencia. Wu Suowei está feliz de ver a Yue Yue después de no verla en todo un mes. “¿Tu frente no tiene ni una simple marca?” Preguntó Yue Yue, un poco desconcertada. Wu Suowei se tocó su frente brillante y rió, “Dios no está dispuesto a dejar que mi atractivo rostro tenga alguna cicatriz.” Y entonces él prosiguió. “Tengo un regalo para ti, un collar de platino. Abre y echa un vistazo.” Él le acercó a la caja a ella. Él también se dio cuenta que Yue Yue llevaba un collar de diamantes, uno que él nunca había visto. “¿Quién te ha dado el collar?” preguntó él. Los dedos de ella tocaron suavemente el collar. “Un amigo.” Wu Suowei le acercó aún más la caja y preguntó: “Entonces te doy esto, ¿lo aceptarás?” Yue Yue rió calmadamente, “Me has comprado algo barato.” El corazón de Wu Suowei se retorció de dolor. Sonrió, trató de levantarse para ayudar a Yue Yue para que se lo probara. Sin embargo, ella se negó. “Señor, ¿qué quiere para beber?” Wu Suowei vio que hasta la taza de café más barata del local era una fortuna para él, así que inmediatamente dijo: “Gracias, no quiero tomar nada.” Entonces él miró a Yue Yue, “Tienes que aceptar el collar. Entonces, estaremos juntos otra vez. Por favor no me dejes.” Yue Yue puso sus ojos en blanco. “Wu Suowei, soy Yue Yue. ¿Qué tipo de persona crees que soy? ¿Quieres darme un collar de platino a modo de reconciliación? Lo siento pero no lo quiero.” Entonces, ella le devolvió la caja, pero deliberadamente se la volvió a quedar. “Quieres decir, ¿Qué aún quieres romper conmigo?” Preguntó Wu Suowei. Yue Yue dijo arrogantemente. “¡Por supuesto que deberíamos romper! Rompamos. ¡No necesitas pensarlo más!” Yue Yue estaba histérica porque él no se había dado cuenta de que ella no tenía la intención de devolverle el collar. Él aún está un poco incómodo, pero hoy es mucho mejor que los otros días. “¿Hay algún otro problema a parte del ser gordo y mezquino?” “Me desagradan los trabajadores asalariados, especialmente con un salario misero. Tienes la habilidad para renunciar y estas graduado en la universidad, ¡¡pero aun así no puedes llegar a final de mes!!” Wu Suowei se tensó. “Pero puedo morir por ti.” Yue Yue resopló fastidiada y dijo: “¡Te lo digo, Wu Suowei! No podrás encontrar un ladrillo por este lugar.” “¿Quién ha dicho eso?” Yue Yue revisó los alrededores. “No, he rebuscado en cada esquina.” Tranquilamente Wu Suowei tomó un paquete. Yue Yue se lo arrebató, lo abrió y echo un vistazo. Efectivamente, había un ladrillo dentro. Por suerte ella fue más rápida que él, antes de que ocurriera un desastre. De repente, Wu Suowei sacó un ladrillo de entre sus ropas y se partió el ladrillo en la cabeza. Los otros clientes gritaron del horror al ver lo que había Wu Suowei. Yue Yue apretó los dientes por la rabia y se quedó viéndolo.
Esta vez Wu Suowei fue a la clinca por él mismo. Eran las nueve en punto, cada una de las tiendas estaba cerrada a excepción de la clínica. Después de unos minutos, Jiang XiaoShuai vio a Wu Suowei de pie delante de su clínica. Wu Suowei gritó: “¡¿Aún está abierta?!” Jiang XiaoShuai rio escandalosamente, “Sabia que volverías. Deje la puerta abierta especialmente para ti.”