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Sin Libertades por Polaris

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Notas del capitulo:

¡¡HA DISFRUTAR!!

            Damian, estaba en su cuarto, escuchando el álbum que Drake le prestara. Para esto sus hermanos estaban dispersos en la mansión, Drake estaba ayudando a Pennyworth con la comida, Tood seguía dormido a pata estirada y Grayson le cuidaba desde el jardín con un sistema de espejos nada ingeniosos y si muy molestos.

            Escuchaba esos espejillos moverse para dar con él cada que decidiera desplazarse dentro de la habitación.

            Titus era su lazarillo hasta que se acostumbrase a la mansión por completo. Admitía que la cosa seria más simple si no hubiese tantos pasillos o si el jardín no tuviera aún grutas no exploradas por él... La otra vez, de no ser por Grayson que lo seguía cual mamá gallina, hubiese caído por una.

 

-Muy bien, muchacho - Titus le lamió la cara - Vamos, llévame al gimnasio. Tengo que hacer algo o me volveré loco.

 

            El enorme danés espero a que su amito le sujetara por el collar para poder guiarlo.

            Los pasos de Damian siempre fueron seguros y ahora no era menos, estaba ciego pero no era impedimento de nada. Siempre y cuando tuviera a Grayson y a Titus, todo estaría bien.

            Paso al lado de su padre, quien le revolvió el cabello y lo dejo seguir.

            Bruce sabía que no tenía que atosigar a Damian, que él sólo le pediría las cosas cuando realmente las ocupase.

            Damian golpeo la puerta de Tood, para despertar a su ocupante y no le quedo duda de que lo hizo, el fuerte porrazo contra el suelo y la maldición que Tood le mando a su persona, fueron el testigo suficiente. Siguió su camino sin perturbarse.

            El olor de la comida estuvo muy cerca de tentarlo a ir a la cocina para ir robando probaditas. Drake estaba mejorando considerablemente lo que personalmente llamaba “camino a la muerte o una nueva forma de toxicología”, demasiado esfuerzo para alimentar al Clon azul y pues, si Conner no apreciaba la culinaria de su hermano, estaba muerto.

            Bien muerto.

            Alfred le ronroneo y se restregó en sus piernas, haciéndole perder el equilibrio y caer.

            Titus alcanzo a meterse, dejando a su amo contra su lomo.

            Damian golpeo con el puño el suelo alfombrado.

            El enorme perro se crispo un poco pero se relajó de inmediato. Su amo se veía tan triste.

 

-No estoy enojado contigo, Titus - Dijo abrazando de inmediato a su perro - Gracias, amigo. Gracias por no dejarme caer.

 

            El enorme perro le mando una fea mirada a Alfred, que culpable, fue hasta donde su amito y en un gesto muy humano y para nada felino, más aprendido de Titus, le mostró el cuello y la panza.

            Titus mordió la manga de la ropa y llevo esa manita pequeña hasta donde Alfred. Su amito tenía que saber que el gatito se disculpaba, que se dejó llevar por la felicidad de verlo y no midió las consecuencias.

            Damian se sorprendió. Alfred era un gato salvaje, orgulloso... Y con el tiempo se hizo más cariñoso, pero, jamás, jamás se mostraba tan canino... Tan omega obediente.

 

-Gracias, al - Y le hizo cariñito - Te disculpo. Pero díganme, ustedes dos son algo...

 

            Estaba volviéndose loco, pues, como si Alfred le comprendiera, salió corriendo para la otra dirección.

            Genial. Simplemente maravilloso, todos en la casa estaban consiguiendo un compañero habitual para los celos... ¡Hasta Jason tenía  una conejita que estaba repitiéndose!. En una de esas, más pronto que tarde, la familia Wayne tendría una boda.

            Damian se colocó los mallones de entrenamiento, se polveo las manos y le pidió a su perro que lo acercara a la colcha en donde los aros de metal estaban. Si mal no recordaba, las suspensiones estaban aseguradas a la altura de Dick, que por lo general, era quien más los usaba para entrenar. Haciendo cálculos de más y de menos, saltó, confiado en dar con los dichosos aros... Quedo colgado, feliz porque la cosa fuera tan bien.

            Arriba, abajo, giros y suspensiones... Woah, la sensación de volver a entrenar era increíble. El sudor llenándole los poros, cosquilleándole en las axilas y por poco mojando sus  manos. La velocidad al subir, la velocidad al bajar, el dolor de los músculos contrayéndose en los giros y cuando sus piernas se elevaban en línea recta preparándose para la inminente expulsión, el salto que marcaba el final de sus veinte minutos de calentamiento... Dos, tres... Seis vueltas y el soltarse, dejarse, esa sensación horrible en el estómago que venía antes de vomitar, se perdió cuando aterrizo, cuando se disipó el equilibrio en sus finos tobillos aun vendados y rodó hasta la pared contraria, con Titus corriendo hasta él.

            Sentía las vendas pegándosele en la frente, mojadas y en algunas partes, escurriendo sudor.

            El calentamiento estaba bien.

 

-Ahora llévame a las barras, amigo.

 

            El ladrido desaprobatorio no se dejó escuchar hasta que Damian hizo de menos esa preocupación canina.

            El tiempo era valioso y no dejaría desperdiciar más.

            Estas eran una mejores condiciones que cuando tenía que sanar en un sucio calabozo por cometer errores que dejaba pasar, porque en más de una ocasión no estaba de acuerdo con las cosas que a la Liga le parecían correctas, sobre todo con las órdenes de su madre que con el pasar del tiempo, se ganaba la desaprobación de Ras.

            Nunca le diría a su padre que estaba agradecido por dejarle comer la misma comida en su recuperación. Allá, con su madre, la recuperación venia acompañada por una gran carga de humillación y menosprecio hasta que el guerrero volviese a ganarse su lugar y su honor, lo que en su particular experiencia significaba guarniciones de comida conformada por desechos de otros platos (Comida de tercera categoría, decía su madre) medicamento caducado que milagrosamente no les enfermaba más y vendas desinfectadas, tan amarillentas que temía que el agua hirviendo y la lejía no hubiese matado las bacterias necesarias.

            Pero, no eran historias que tuviera que contarle a su padre. Sino lo miraba con lástima, le miraría con asombro, pues únicamente los monstruos podrían sobrevivir a esas clases de condiciones tan inhóspitas. Y eso, eso solamente confirmaba lo que una vez Bruce le dijo a Dick. Sí, aquella duda sobre si tenía un corazón bombeándole el alma.

 

-Está haciendo un gran trabajo - Dijo Jason a Conner, quien tenía rato cuidando de Damian.- Deja de mirarle así o te sacaré los ojos.

 

-Tim te ganaría - Kon no tenía ningún problema admitiéndolo - Tim está ocupado y no tengo nada mejor que hacer. Sólo estoy admirándolo.- Ambos Alfas vieron el elástico cuerpecito caminar sobre la barra, equilibrándose con mortales incluidos y para cuando fallaba, una mano siempre alcanzaba a aferrarse y de allí, Damian volvía a balancearse, jamás cayendo. - No muchos omegas se pueden recuperar y los que lo hacen, definitivamente no son tan rápidos.

 

-Si, bien, el Demonio lo trae en la sangre - Dijo. Bruce era otro Omega que se recuperaba rápido, al menos físicamente.. Porque honestamente, su padre jamás superaba nada, jamás sanaba de ninguna herida.- Pensé que vería a DickBird aquí.

 

-Dick necesita dormir un poco - Y Jason no pasó desapercibido ese tono demasiado amigable al nombrar a su hermano. Eso no le gusto - Si D ocupa ayuda, lo haré yo.

 

-Ooo, amigo, no corras ¿Desde cuándo le dices D al Demonio? - Kon olió los celos. Jason no estaba controlándose o era pésimo haciéndolo, todo instinto el hombre. No le sorprendía que Jason se metiera en problemas por ello - ¿De qué me perdí?.

 

-Tim y Dick lo mandaron con los Titanes por una temporada. Las cosas no funcionaron, el pequeño es un altanero insoportable. Pero aprendes a quererlo. No trabaja en equipo ni porque literalmente su vida dependa de ello pero es un buen chico, demasiado necesitado de aceptación.- Si, ese era su hermanito - Vives con él... Es imposible que no lo huelas.

 

-¿Qué? - Kon se abstuvo de golpearse la frente.

 

-Estoy comenzando a creer que esto es porque fui creado en un tubo de ensaye - Se dijo y Jason no entendió nada - Mira, cierra los ojos.

 

-¿Vas a besarme? - Se burló pero aun así hizo caso.- Acabo de levantarme y no tengo mentas conmigo.

 

-Eres como un cachorro - Se quejó. Kon estaba comenzando a creer que estaba destinado a ser el profesor de Alfas obtusos por lo que le quedaba de vida - Inspira hondo, Hood, siéntelo... ¿Qué hueles?

 

-AA...

 

-Dirigido a tu hermano, huele a tu hermano - Subrayo para que Jason no le saliera con una babosada. - Los olores que ya reconoces, sepáralos. Uno corresponde a su esencia, a ese perfume que usa como marca dactilar: dulce y fresca, como campo de menta mojado recién cortado. El segundo olor, ése sudor que le baña, salado y mezclado con el medicamento, puedes describir perfectamente que es lo que esta y no está tomando y lo hemos cachado en la mentira, no está untándose los mycoticos - Jason sonrió. Si Damian hubiese obedecido mansamente no sería él - El tercer olor...

 

-Las babas de Titus y la marca de olor de Alfred.. ¡iuc!

 

-Cuarto olor....

 

-No sé qué es... Ése y otro, es la primera vez que lo percibo - Admitió - Nunca lo había olido.

 

-Lo has hecho, tú lo conoces como miedo.

 

-Damian no tienen miedo, está seguro - Y Damian se dio un porrazo. Se levantó maldiciendo y volvió a treparse a las barras, terco en dominar por lo menos una serie completa antes de la comida -  Casi seguro.

 

-Je, je - Kon respiro profundamente. Él estaba siendo muy paciente para tratarse de su persona, pero si quería ayudar a Damian, esta era la vía más corta. Si un Alfa sabía de esto, quizás, y sólo quizá, el sentido de responsabilidad despertase y Jason pudiese hacer algo..- Eso que hueles es una variante del instinto. Normalmente podemos oler cuatro bases, el miedo, la excitación, la violencia y la euphoria - Jason asintió.. Eso ya lo sabía, pero esto estaba siendo como una clase de párvulo - Cada base tiene sus derivantes, sus extensiones, vaya. El miedo, se percibe en tristeza, nerviosismo, depresión, aislamiento, deseo de aceptación y aprobación, esas variantes que no son reconocidas como instinto, es más una cosa de funciones superiores que corresponden al pensamiento... Pero, nuestra casta alfa, no nos quiere tan ciegos... Por decirlo de alguna manera... Ya que la mayoría del tiempo somos impulso, ocupamos de algo que nos frené si lo ocupamos, de eso se encarga esa segunda marca, sino lo percibimos física mente, lo oleremos y sin identificarlo, nos incomodara lo suficiente como para frenarnos.

 

-Y luego dicen que el cerebrito es el Reemplazo. - Conner le mando una mirada de muerte.

 

-No son tan fuertes, son como un velo que acompaña a la marca de olor permanente y fuerte. Este olor es difícil de descifrar, porque puedes pensar que es una loción sintética o el aroma de alguien más, pero no es más que el estado de ánimo en el que el individuo esta. Damian, desde que lo conozco, tiene el mismo segundo aroma. Esta siempre triste.- Jason hizo una mueca de dolor - Preocupado por ser aceptado. Angustiado por ser juzgado. Y esa marca está enfermando a Damian, apesta a rechazo y dolor.

 

            A estas alturas del partido, ambos Alfas estaban lejos del campo de audición de Damian. La plática entre Alfas no era cosa de Omegas y  menos cuando Conner estaba replanteándose la necesidad de golpear el trasero de Jason.

 

-No es para menos - Levanto las manos - Acaba de ser reclamado.

 

-¿Entonces ves normal que un omega este en su propia familia temblando en cada esquina? - Damian no temblaba en cada esquina, él hacía temblar a todos en cada esquina pensó Jason.- ¿Ves normal que siempre este alerta, adelantándose a los ataques? ¡Está en su propia casa! ¡Demonios! El niño quiere ser parte de ustedes...

 

-Si, una vez me lo dejo bien claro. Me robo mi casco.

 

-Tuvo tu aprobación.

 

            Jason ya no discutió el asunto.

            Cierto que desde su muerte, cada Robin tuvo que hacer demasiados meritos para ser digno del traje. No sólo con Bruce sino que con Grayson también... Pero el que más difícil se la había visto, fue Damian. Con un historial como el suyo, cualquiera tendría miedo de que Robin se manchase con sangre cuando era Robin el que cuidaba de Batman haciéndolo menos intimidante y no al revés.

 

-No des por sentado que metiendo la nariz en todo, sea la respuesta - Dijo Kon - Pero funciona de vez en cuando. Sobre todo si el cachorro no quiere hablar o no se le da. Tim tampoco es de los que hablan de sus sentimientos, pero, lo hace y Damian, él es cosa aparte.

 

-Es mi imaginación o ¿En verdad vas a mudarte aquí? - Conner alzo los hombros - Porque no sé me hace mala idea empezar a llamarte cuñado siempre y cuando, sólo te enlaces con uno de mis hermanos.

 

            Conner ya se esperaba la advertencia innecesaria, pero, bueno, Jason era más accesible que Batman, con el que tenía todavía que hablar con la conveniente intervención y mediación de su padre, si es que quería salir vivo.

 

-Tim y yo, no somos de anillos... Sino de mordidas.

 

-¡¡OOOOO!!!! - Hasta Damian se giró, aunque no pudiese ver, casi podía ver el drama de Jason - MIS PUROS Y CASTOS OIDOS... ¡NO! MI POBRE, POBRE MENTE SANA - Chillo un tanto más. Conner se estaba divirtiendo de lo lindo - ¡No!

 

            Drake asomo su respingada y bonita nariz por la ventana, con medio cuerpo arriba de la cómoda en donde Alfred mezclaba y cortaba los ingredientes.

 

-¿qué se traerán esos dos? - Pregunto con suma curiosidad.

 

-Nada que importe, señorito Timothy - Alfred se ajustó su delantal rosa, un regalo del joven Ricardo el día del abuelo.- Ahora, voltee esa pasta sino quiere comer carbón que en mi humilde opinión, no he comido desde el servicio militar antes de cantar los aristogatos.

 

-Al... ¿Cuándo es esa reunión?

 

-Mis zapatos estarán listos para mañana en la noche.

 

            Tim se golpeó contra la mesa, vertiéndose de paso un poco de mezcla.

            Alfred lo limpio con su dedo y se lo echo a la boca.

 

-Felicidades amo Timothy, está en su punto.

 

 

            La comida paso sin mayor gloria. Jason molestaba a Tim a cada rato y Conner se encargaba de agarrar a su pequeño compañero para que no se arrojara encima al otro. Fuera de eso, nadie paso desapercibido el que Bruce estuviese al costado derecho y Clark en costados izquierdo de la cabecera de la mesa, cómodamente apretados.

            Compartiendo.

            Dick tuvo el detalle de describirle a Damian lo que estaba sucediendo.

            Los hijos no se lo vieron venir.

            Una cosa era follar en cada celo y otra, muy diferente, era anunciar que Clark tendría poder  igualitario sobre los Wayne y Bruce podría imponerse sobre Conner.

            La lengua le picaba a Dick por unas cuantas bromas, pero aún le gustaba sentarse sobre su trasero.

            Dejaban en claro que ambos hombres intentarían una especie de relación basada en algo más que sexo y amistad, pero a estas alturas, sino se habían apareado, era por algo... Eso no cambiaría de la noche a la mañana.

 

-Ocupamos una mesa más ancha, Señor - Dijo Alfred sirviendo el segundo plato - Me temo que la familia está creciendo y no estemos a la altura de las circunstancias.

 

            Los días siguieron pasando y Damian continuo haciendo lo que podía, lo cual no era mucho según él. Los demás salían a patrullar y siquiera podía ser de utilidad, era Alfred quien leía los archivos que Batman ordenaba con urgencia, quien buscaba crímenes y alertas, quien vigilaba los videos de seguridad asegurándose de su autenticidad... Él, relegado y abandonado, se marchaba a su habitación, en donde constantemente soñaba con los días que pasó con ese Alfa que se había hecho pasar por Beta.

            En ocasiones lo sentía.

            Podía olerlo.

            Le saboreaba a la mitad de la pesadilla.

            Y en más de una vez por la noche, cuando el sueño era demasiado y la necesidad ganaba al bienestar psíquico y le vencía para volver a echarse a dormir con las mantas mojadas y la ropa interior pegándosele por el miedo, para luego despertar y volver a dormir y volver a levantarse, Damian revivía la tortura, las caricias obligadas y las regaladas, las que él mismo otorgaba y vomitaba, aún dormido... La bilis o la cena en pleno, le mojaban y se admitía con suerte. Podría ahogarse en una de esas.

            Podría descansar en una de esas

            Gritando en su soledad, a mitad de la madrugada, agradecía que Alfred estuviera muy abajo, monitoreando la baticomputadora, supervisando el patrullaje. Así podía limpiarse solo sin fingir fortaleza.

            Agradecía que su padre patrullara y cayera tan exhausto en ocasiones que ni siquiera se paraba a las afueras de su cuarto, siempre dudando sobre si entrar y consolarle. Ya le había cachado. Bruce le daba su espacio pero si lo viese en esas noches, esas horas ya no existirían.

            Día a día, Damian trabajaba con Timothy que le estaba adaptando programas de lectura electrónica para ciegos. La mejoraba con el toque de Red Robin, pero aún con ese nivel de procesamiento, la vía era muy lenta y poco práctica. En la comodidad de la Batcueva o afuera, Damian no podía valerse aún para la vida vigilante.

            La palabra clave era “AÚN”.

            Su madre no lo quebró, no lo haría un puto Alpha que incluso le había abandonado.

            No lo hizo esa Garra, que adulador y hechicero, uso su canto de sirena para ponerle en contra de su padre; No lo intentaron muchos sin conseguirlo, como para que ahora, cuando las cosas se ponían un poco feas y complicadas, arrojara la toalla y se fuera a lamerse las heridas a las esquinas de la mansión.

            Ese no era Damian Wayne.

            Aunque por momentos, él mismo no supiera quien era el que tenía su propia mano y la movía al mismo tiempo, aunque ese mismo usara la ropa que eligiera para usar por la mañana.. Aunque esa persona pensara a cada segundo cosas idénticas... En ocasiones, Damian se sentía tan ajeno de si mismo que no dudaba que estuviera rompiéndose.

 

-Esto no es diferente- Se dijo - Esto es como el entrenamiento... Más permanente - Titus alzo las orejas  y rasco el suelo con sus patas. Damian supo ubicarlo inmediatamente - No es diferente.

 

            Y cada que escucha algo, Damian se recordaba los días que paso vendado por órdenes de su madre. Las veces que tuvo que enfrentarse a los asesinos de su abuelo con la venda tan apretada que le hacía sangrar las orejas.

            Las pisadas de Grayson apresuradas, corriendo por las escaleras. Y la voz de su hermano mayor confirmándole que era él quien preguntaba por su celular, tan alarmado, que parecía que Jason hurgaría dentro de su Facebook.

            Punto más para él.

            El furioso topear de las teclas más allá, por el piano de cola que su padre no tocaba ni en broma... Y esa presencia, el olor (Damian se reprendió) eso había sido trampa. No tenía que usar su olfato para identificar a las personas,. Durante los patrullajes, nadie, al menos del bando de los inteligentes, desprendían su marca de olor como un farol y Jason estaba provocando a Dick.

            Alfred era incluso más silencioso que su padre al caminar.

 

 

-Ttt - Damian apostaba que ya se les estaba haciendo tarde para ir a esa fastidiosa fiesta de los Johannes. Una reunión de caridad para quien sabe qué cosa - ¡Vámonos!

 

-Estas muy impaciente por una temporada social, Enano - Dijo Jason sin tacto. Damian se petrifico - ¿No sabias?

 

-¿Qué no era una recaudación? - Pregunto medio perdido.

 

-A la uzanza Johannes - Informo Tim - Lo que sea que esos planeen, créeme, no será normal. Una familia media loca. La única razón por la que la aristocracia gota mita los acepta es por sus muchos ceros en el banco.

 

            Damian dio media vuelta, caminando tan rápido como podía con Titus a su costado.

            De ninguna manera iría a una subasta... Él no tenía nada que hacer ahí.

            Él no tenía ningún valor.

           

-Olvídenlo - Y se apresuró - ¡Auch! - Titus ladro y Damian maldijo a su padre por meterse en su huida - No iré.

 

            Bruce hubiera dado todo lo que poseía por no hacerle pasar esto a su hijo... Pero, esta era la manera correcta de pasar el mal trago.          

            Damian no había salido de la mansión. Por lo que no sabía que Thompkins se vendió, que olvido su juramento hipocrático con tal de darle una lección.

            Nuevamente el asunto se trataba de él y usaban a sus hijos para golpearle fuerte.

            Según ella el dolor ajeno sería suficiente por una vez en su vida para escarmentar, y quizás lo único que se ocupase para que no arrastrara a más inocentes en su lucha contra el crimen imparable, era justamente mal pagarle zahiriendo a sus únicas razones de que siguiera cuerdo (Clark no contaba... Sus hijos primero, luego Alfred y Titus y entonces sí, el primer Alfa en su vida, el único que no ocupaba salvaguardarlo constantemente porque él solo podía cuidarse, Clark, el Alfa que le volvía loco en sus celos, fuera de ellos y... Se salía del tema).

            Los titulares llenaron los periódicos. Para el mediodía de hace una semana, Gótica sabía que el principito Wayne era un omega de contrato y las difamaciones no se hicieron esperar. Habían logrado minimizar los daños pero y no que importara, por si no quedaba en claro, pero de no asistir a la dichosa temporada social para ser rechazado por la comunidad como se tenía que hacer con un omega que deshonraba a la familia y se deshonraba a sí mismo, Damian no sería admitido en la escuela, en matrimonios futuros (Si se presentase la oportunidad) y técnicamente sería un paria social.

            Esta era la clase de comportamientos, de reglas que Bruce deseaba erradicar en su ciudad. No se partía el lomo cada noche, penetrándose con balas y mordidas de Perros para que a la Primera le escupieran a la cara. Sabía que las cosas, el cambio, no era fácil y llevaba tiempo y esfuerzo... Pero, demonios... Hasta él sabía que no podría eliminar esa tradición de repudio.

            Y ahora que su hijo era el que tendría que desfilar con el mentón en alto, soportando a un montón de mojigatos que le despreciarían en suposiciones enfermizas y cobardes, la impotencia le hacía temblar.

            Deseaba tomarlo y llevárselo de Gotica.

            Pero esa ciudad no sólo se llevó lo mejor de él, sino, que se estaba llevando el futuro también.

            Gotica por primera vez se sentía como la prisión, como el bloque de cemento amarrado a sus pies que le arrastraba al fondo.

 

-Lo siento, hijo.

 

            Y Damian le tomo de la mano, siendo él quien lo guiaba.

 

-Tt, padre, si tú tiemblas, yo te soportaré.

 

            Nadie dijo nada.

            La ironía de la vida era una mala comedia.

            Robin defendía (Siempre con sus propias dudas) a esa gente que le rechazaba... Y en vez de cortar a todos a la mitad, honraría el deseo de su padre, aún sobre él mismo.

            Quien recibió la peor estocada fue Bruce y ninguno de sus hijos tuvo duda sobre ello. Damian seguiría esforzándose,, estirándose... Y la carne, el pensamiento, todo Damian: no eran tan flexibles.

            Bruce estaba llevando a la destrucción a uno más de ellos, pensó Jason.

            Tim y Dick, les miraron y en vez de a su hermanito, vieron a un petirrojo, desplumado y con las alas rotas, dando saltitos de moribundo, buscando tomar un mejor aire y encontrar un refugio en la tormenta que calaba los huesos.

           

 

            Cruzando la ciudad, en la mansión Johannes, los seis hermanos, los dueños de la familia retozaban en la sala de juegos, exclusivamente reservada para ellos. Incluso sus respectivas parejas, quienes ya las tenían de manera fija, debían de esperar afuera: Ese mundo era sólo de ellos y en el mundo en el que vivían, la rivalidad y complicidad era un lujoso placer del que no querían prescindir.

            Estaba el omega bastardo de la familia, Yoite: un policía que jugaba a atrapar a Batman sin resultados, cuando podía tener alguna pista buena, simplemente la destrozaba y seguía con otra. Él se negaba a quedarse sin diversión.

            Los omegas mellizos, Mío y Mía: casi idénticos en personalidad y físico, con la adorable diferencia de que él tenía ojos violetas y ella, el acero en la vista. Él estaba emparejado con un Alfa que era socio de un buen bufete de abogados, tenían un hijo omega y hasta un perro, eran una familia que fingía ser normal cuando tenían el jardín de su casa llena de esqueletos, literalmente. Ella, soltera y prácticamente quedada, a no ser que Thomas, el Beta que llevaba con ella en eterna amistad decidiera desposarla para que por lo menos Mía dejase de ser la comidilla de las ancianas vulgares que disfrutaban de leer de los revolcones en primera plana mientras bebían el té de las dos.

            Sebastian Johannes era el menor de ellos, el Alfa más menos Alfa que Johannes presentara en la historia de su árbol genealógico. El chiquillo aún corría como cachorro y se pintaba su pelirrojo cabello en cualquier fantasía que le hiciera olvidar estar vinculado con su maldita familia.

            Luego estaba Light, una viuda negra, un omega masculino que usaba su belleza para casarse con cuantos pudiera para al final chuparles la última gota de dinero. La razón de que Johannes tuviera tanta influencia en ciudades como Gotica, era precisamente que por generaciones, se designaba un papel a los miembros que directamente tomarían el liderazgo de familia, ya ellos se criarían para llenar con las expectativas... Así fue como por siglos, en Johannes hubo una viuda negra que se encargaba de heredar familias enteras para así fundirlas con Johannes, haciéndola crecer, haciéndola grande.

            Y finalmente, Titán, el hijo mayor, que se cubría el rostro como si fuera alguna penuria mostrarlo al aire. Un Alfa que se apoderaba de lo que quería y eso, de vez en cuando, hacia años, fue su bastardito hermano que como paria, debía de someterse al Alfa de turno.... Tanto Titán como Yoite agradecían que la lujuria fuese sólo cosa de la adolescencia y su amor trascendente como para no odiarse.

 

-Sólo es un favor - Dijo Mío, relamiéndose los labios. Jugando con su negro cabello. Encantando a su melliza con su malicia - Wayne tendría que verlo así y acceder a vendernos esas acciones. Es un trato en el que todos ganan.

 

-Ahora dices eso, pero, no estaríamos en esta situación si tu marido fuera un buen negociante y como abogado, cerrara el trato por sí mismo en vez de echarlo a perder - Echo en cara Titán y ni siquiera Mío, que era el diablo en persona, se atrevió a ir en contra de su hermano mayor. Lo que Titán decía, se hacía... Su hermano les merecía la vida misma.

 

-Sólo preparamos una carne asada - Animo Mía, terminando de tirar en el billar, ganando la partida contra Sebastián - Damian Wayne entrara, se le juzgara y se irá. El señor Wayne debería de agradecernos que hemos seleccionado Alfas que le despreciaran... Cualquiera en sus fiestas, podría decidir no ser tan piadoso y ahí mismo, montárselo para reclamarlo y todos sabemos cómo es de barbárico el asunto.

 

-Curiosa elección de palabras - Aporto Yoite. Mía le cedió el abre del juego de billar.- Piedad... ¿Desde cuándo damos lo que nunca nos dieron? ¿Desde que uno de nosotros fue sometido por más de un Alfa y Beta, golpeado hasta la inconciencia, violado con tanta violencia y frenesí? - Yoite hablaba de sí mismo - Claro. Le damos a Damian Wayne la oportunidad de que no sea tomado por cualquier mal nacido y su padre no pueda hacer nada, por muy Alfa sea... La cosa sería peor si Bruce Wayne fuera un Omega, demos gracias a quien sea porque no sea así.- Light brindo por ello- Entonces, en una forma retorcida, como no pudieron salvarme a mí por ser bastardo, omega y puta, se volcan en un pequeño omega. Tiene sentido.

 

-Yoite, basta - Pidió Sebastián con afecto. Yendo a abrazar a su hermano mayor.- Estas hiriendo a Titán - El Alfa ni se movió - Casi suena cómo si repudiaras a Titán por fijarse en tu dulce olor ése mal día para ti, vejado y usado por nuestros tíos, grandioso día para nosotros por encontrarte... Fue por el calor del celo - Y la máscara de porcelana cubrió el furioso sonrojo de Titán. Follarse a su hermano, seguía siendo un tema que no le gustaba discutir pero que le placía hacer - Pero, te liberaste. Titán te reclamo y luego se divorciaron, ahora estas siendo cortejado cómo se debe por un Beta que vale todos los Alfas de la familia y más... Menos Titán, claro está.

 

-No te subestimes de esa manera, Seb - Dijo Light. Sus rubios cabellos eran una maldición en una familia donde los genes eran morenos o rojos, esa rareza le condeno a ser la puta fina de la familia. Tan igual a su progenitor que de milagro contenía las ganas de arrancarse la piel y lijarse los ojos, tirar de su boca y quedar como un esperpento al que nadie quisiera follar, una maldición por ser un omega demasiado seductor, guapo... Y pecaminoso, como gustaban llamarlo en cada juicio en donde se le encontraba inocente del fallecimiento de sus ex Alfas fuertes y jóvenes.- Nuestros Alfas, los nuestros... Nuestros primos, ustedes dos... Son mejor que cualquiera. Si no fueran ustedes, nosotros seriamos sus putas de contrato... El incesto jamás a sido impedimento - Y todos lo sabían - Afuera seriamos los amos del mundo, detrás de las paredes, nos sacarían el alma a latigazo limpio si hablásemos fuera de lugar - Mía asintió - Estaríamos de encargo sin descanso. Propagando su semilla o la de cualquiera que pagase el precio adecuado - El Tío Mime era la prueba de ello, casado pero cuyo marido le vendía como incubadora. Habían perdido muchos primos de esa manera - Tendríamos una mala vida.

 

-Lo estamos haciendo porque uno de nosotros lo vio - Señalo Mío viendo a Titán, acariciando con sus asesinos deditos de pianista la cerámica que le cubría. Esa pieza la confecciono para un cumpleaños hacia años. Titán usaba al zorro cuando sentía que ocupaba la astucia de uno - Titán el amo del bajo mundo en Zaka, nuestra ciudad, él fue invitado a una sesión de subasta muy especial por tratarse del capo de la mafia, cortesía de Kytti. ¿Tanto te revolvió el estómago ver a Damian Wayne expuesto?

 

            Y Mío retiro la máscara... Titán era un Alfa apuesto, con su mentón fuerte y sus patillas finamente cuidadas. Sin más bello que las pobladas cejas negras que angulaban su cuadrada cara de dios nórdico. Esos fríos ojos azules penetraron a los omegas y sufrieron la necesidad de hincarse y mostrar sus cuellos.

            Titán odiaba eso, porque cuando lo veían, miraban al progenitor que les gritaba, les marcaba... Veían al Alfa que les arranco la esperanza.

            Por eso usaba la máscara.

            No importaba que descubrieran que el amo Johannes era un capo, muchos en Gótica ostentaban flagrantemente el título de criminales y no se ocultaban. Ser un criminal en esa ciudad era cuestión de orgullo, parecía ser lo que todos aspiraban a ser de una manera velada. Permanecer en esa ciudad, siendo una persona honrada era sinónimo de suicidio y de una carrera rápida para mancharse. Era una apuesta por ver quien se iba menos sucio al cielo.

            La razón de ocultarse eran sus tiernos hermanos que aunque no quisieran, se doblegaban en lo aprendido. Sus hombres, los que no se criaron con él, los que no sabían de sus días en la casa Johannes a sus cinco años, en donde su Padre le rompía más de un hueso por llorar por su gestante maltratado... Todos esos excluidos no sabían que debajo de esa máscara no estaba lo que debía de estar, él no aparentaba el monstruo en su interior: No habían garras, ni colmillos, ni piel quemada… Al menos no en esa zona. Ni carne podrida, ni venas saltadas... Pero, en su cara de belleza masculina, de virilidad palpable, sus hermanitos veían sus pesadillas sin necesidad de una visita del espantapájaros.

            Su corazón se estrujo cuando los miro en el suelo, hincados, de rodillas cómo tenían que estar. Según medio mundo jodido de la cabeza.

            Omegas... Ellos eran omegas, Y los omegas no veían a su Alfa a los ojos (La regla se aplicaba en la familia para cualquier omega y Alfa... Algunos de ramas segundarías, les obligaban a caminar atrás de ellos) algunos fantasmas simplemente jamás desaparecían.

            Les mando una ola tranquilizadora, que les envolviera y afuera, los guardias que les cuidaban, chillaron de placer. Esa calma era contagiosa.

            El Alfa Titán Johannes contenía a sus hermanos, tenía en sus venas el veneno de Light que a cada marido, se quedaba sin un trozo de alma; Bebía los tés de Yoite, cuidadosamente preparados con odio; Luchaba con el deseo de muerte de Mío y para que no fuera su hermanito el herido, le proporcionaba su protección cuando el asesino serial Doctore salía a divertirse; Conservaba la amabilidad de Mía y Sebastian.... Por ellos, por ellos era quien era.

           

-Soy Titán, no Joel, soy el Titán que enloquecerá Gótica... Y no deben temerme hermanos, yo los cuidaré, soy el Titán que todo lo cubre - La voz de mando les hizo ganar seguridad. Esa vibración que viajaba por las ventanas y rebotaba en sus pieles, adhiriéndose a ellos como el MATRA más efectivo del mundo. Ellos conocían de súper héroes... Y tenían entendido que Linterna verde tenía un anillo que le salvaba el culo y cuidaba... Que Batman tenía un cinturón muy cutre, Superman … Bueno, sí, la idea se entendía…

 Para ellos, todas esas chácharas tomaban la forma de su hermano mayor, el Alfa Johannes que les trataba como humanos - Conocí a Damian Wayne en una de las tantas fiestas que ofrecía su padre. Estaba con sus hermanos. No hablé con él, cualquiera sería rechazado de cualquier forma. Ese omega no es accesible para nadie. Finge amabilidad pero es una fiera. Finge control, pero tiene miedo. Aspiré su aroma, un delicioso picor de canela a las brasas con limón y algo fresco, como hierbabuena recién podada. El mocoso hablaba de las empresas Wayne con dignidad, con control y precaución y maestría, no tanto como Timothy Wayne, pero hay que respetar a los pequeños leones... Ellos se convierten en gigantescas bestias en el atardecer de su vida.- Todos asintieron - Nunca olvidaría su marca, no por ella misma sino por el conjunto: brea, esmeraldas terrestres nocturnas, tapetes de nuez y piquitos de fresa....- Yoite sintió una punzada de celos. Titán no debía de alabar a nadie que no fuera a él con esa pasión. - Aquella noche de negociaciones, Valeska Dalton me dijo que tendría un show que no tenía que perderme y me sorprendió que el aroma de Damian Wayne estuviese en un rostro que no fuera suyo. Ese niño omega, maniatado era Damian Wayne disfrazado por una máscara de magnetos y luz... Y no dudó que su olor también lo estuviera, pero, en medio de una follada como esa, con órdenes como tales, no se puede esconder la verdadera marca de olor. El Alfa le ordeno lo que jamás les haría a ustedes, a nadie... No así.

 

            Titán no tenía que decirlo.

            Titán no era un bárbaro.

            Titán no tenía por qué disculparse con ellos, con Yoite especialmente... No fue Titán quien ordeno aquello.

 

-Esperaba que el pequeño estuviera muerto, no era para menos, pero, me sorprendí cuando salió la noticia de que Damian Wayne era un omega de contrato. Nadie, omega, beta, alfa se merece ser marcado, usado, ¡desechado así!.. Nadie se merece que se arruine su vida por diversión o venganza. Ese Alfa le ordeno moverse más profundo, mientras suplicaba por ser roto, follado y lloraba. No soy diferente de ese alfa, yo no detuve nada y no participé, sino hago algo, lo que sea, entonces soy una peor escoria... Sería un observador y nunca más ¡Jamás de nuevo!.

 

-¡Nunca quietos! - Grito Mío, sabiendo que Titán fue el primero de ellos en tener que ver en plena quietud las vejaciones a las que su gestante fue sometido.

 

-¡¡Nunca callados! - Grito Mía, conocedora de lo mucho que Titán soporto estoicamente por ellos y para ellos.

 

-¡Nunca atados! - Grito Light, sapiente en las torturas que compartió con Titán. La sangre era especialmente espesa cuando se regaba al unísono en el mármol más caro que el dinero pudiera comprar.

 

-¡Siempre fieles! - Grito Yoite, conociéndose el engrane que obligo a Titán al parricidio, a la política, al incesto y a la gloria.

 

-¡Siempre juntos! - Grito Sebastián culpable porque fuera él quien menos se vio atormentado por pertenecer a una familia como Johannes y siempre estuvo agradecido con Titán por ello.

 

            Porque para los Johannes no existía nada peor que ser un observador... Ellos se habían convertido en la plaga del mundo, dejando de ser sus presas para ser aún algo más oscuro.

 

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Notas finales:

Bueno, agradezco enormemente el que lean esta historia y se tomen su tiempo para comentarla y disfrutarla.

Gracias y lamento el retardo, ya saben, ocasionalmente no se puede cumplir con ciertos plazos y pasan cosas que están fuera de nuestro control (Como que tu vecino no page su internet) bueno, sin más que decir, gracias a tod@s.

 

Besos y ansió saber de ustedes.


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