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El chico de ojos de esmeralda por Diario de un chico Bisexual

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Notas del capitulo:

Bueno, bueno, bueno, bueno. Ha pasado un montón de tiempo desde la última vez que actualicé esta historia (desde Noviembre del 2017). Más de dos años xd

Pero si no me equivoco hoy es mi aniversario número 4 en AmorYaoi y pues debo festejarlo actualizando el primer fanfic que subí (que creo que fue este) haya por el lejano año de 2015

La verdad es que no fue a propósito el querer actualizar esta historia pero estoy enfermo y con insomnio y pues me quería poner a escribir pero no tuve ánimos de escribir de nada hasta que me encontré con el documento de esta historia y dije "esta".

En fin, literalmente está recién salida del horno. Disfruten pero antes recordatorio: Síganme en mi página de Facebook, plis: https://www.facebook.com/Engel-Mago-Oscuro-Returns-103453417797156/

Las clases pronto terminarían pero nada había cambiado, su rostro seguía doliendo; sólo un poco menos que antes gracias a los medicamentos que le hicieron tomar pero lo suficiente como para que aún fuera una molestia para él y su cara.

Ese día no estaba particularmente interesado en entrar a la clase de química por lo que lo vio como algo positivo a tener en cuenta. Su tiempo fuera le hizo pensar en el baile de invierno y eso lo reconfortaba y le hacía soltar una sonrisa idiota de vez en cuando pensando en aquella chica que alguna vez fue su novia.

Tal vez no era muy bonita pero siempre fue amigable con él y tenían bastantes gustos en común aunque algunos detalles se le escapaban de su relación a tal punto en que ni siquiera recordaba cómo comenzó a hablarle siendo él un año mayor y por ende, cursaban grados diferentes.

La puerta de la enfermería se abrió, cosa extraña porque todo el alumnado sabía que la enfermera encargada estaba demasiado ocupada en ser acortejada por el prefecto que en cuidar a los alumnos que iban ahí por algo que no fuera urgente.
Sin embargo, no era ella sino Charles que entró con cierta timidez, como si tuviera miedo de ser amonestado o cuestionado del porqué estaba ahí. Su expresión se notaba más serena una vez que se dio cuenta que sólo estaban ellos dos.

— ¿Estás bien? — Fue lo único que Charles dijo. Su voz sonaba, hasta cierto punto, preocupada.

— Estoy bien, ya no me duele tanto. —Omitió el hecho de que Charles no debería saber que él estaba ahí hasta que el inglés, sin que nadie se lo preguntara, le dijo cómo se enteró.

— Tu hermano me dijo que te habían lastimado poco después de que me fui al salón. —Eso pareció molestar a Antonio.

— No debió haberte dicho.

— Exactamente, ¿Por qué no?

— Sólo no debió haber hablado contigo…— era claro su enojo.

— ¡Oh! Era eso. Estás celoso de que él pueda hacerse mi amigo. Tranquilo, no estoy interesado en expandir mi círculo de amistades. — dijo.

Esto pareció convencer a Antonio quien sólo soltó una risita mientras giraba su cara para esconder la horrible marca roja que dejó impresa el balón en su piel blanca. Charles, quien ya se había percatado de dicha anomalía, se levantó y de un pequeño refrigerador sacó un par de bolsas de hielo para después colocarlas en la cara de Antonio justo donde fue golpeado. No dijo ninguna palabra, y al sentir el frío y húmedo de la bolsa hizo sobresaltar al de los ojos verdes.
Tener tan cerca a Charles lo hizo sentir extraño y de la impresión de verlo tan de cerca casi se cae de la cama.

— Tranquilo, sólo trataré de bajarte esa hinchazón.

— ¿También sabes de medicina? — se burló de otro de los aparentes talentos del chico perfecto.

— Esa información médica es del dominio público.- Le respondió mientras terminaba con lo que estaba haciendo.

Le pidió que la sostuviera por él y acercándose a una pequeña alacena de medicamentos sacó un par de pastillas. Antonio le puso al tanto que la enfermera ya le había dado un ibuprofeno.}

— Estas son Ketorolaco. Es mejor.

— ¿Entonces eres doctor?

— No. Tengo un hermano menor, ¿lo olvidas? Debo saber qué darle si se cae mientras patina.

— Cambiando de tema, ¿No deberías estar en clase?

— Terminé las actividades antes.

— Típico de ti. — Le sonrió después de tragar las pastillas. — Doctor, ¿esto no le hará daño a mis riñones? — Volvió a burlarse, recibiendo un pequeño empujón como respuesta mientras se reían de esas bromas tan insignificantes. —

Ya quiero irme.

—Aún falta un poco para que suene la campana.

— Quiero buscar a Patricia, mi exnovia.

— Ah sí. Por lo del baile de invierno…

— Acompáñame a buscarla y así la conoces.

— ¿Qué te hace pensar que quiero conocerla? Ya te dije que no estoy interesado en expandir mi círculo de amigos.

— ¿Por favor? — Terminó por acceder, aunque de mala gana.

Ayudando a Antonio a levantarse, permaneció cerca de él por si terminaba mareándose o algo por el estilo. Se dirigieron al salón donde Antonio sabía que los de 2do año estarían y la esperó hasta que terminaran las clases. Comenzaba a hacer frío, lo que le molestaba un poco en la cara pero lo soportó. Charles por su lado, estaba más interesado en cualquier otra cosa en comparación a tener que jugar a ser el guardaespaldas de Antonio en su misión de adolescente. No charlaron demasiado mientras esperaban.

Por fin, la campana sonó pero los chicos de 2do tardaron unos minutos más en salir, supusieron que por culpa de la profesora que estaba impartiendo su clase. Parecía como si aún no terminara de dar el tema.

— Te esperaré sentado en aquella banca. — Le dijo Charles.

— Espera, al menos quédate para presentarte.

— No me necesitas para eso; yo sé que ella es Patricia, sólo dile: “él es charles blablablá”. — Se fue dicho eso e hizo exactamente lo que dijo que haría.

La puerta del salón se abrió y en pequeños grupos comenzaron a salir todos los chicos, justo por detrás de la profesora. Patricia iba acompañada de un grupo de dos amigas y de otro chico, quizás otro de sus amigos.
Antonio, que se había apartado un poco de la puerta para no verse arrastrado ni molestado por la multitud, llamó su atención haciendo que ella y su grupo se le acercara con cierta felicidad en la cara de Patricia.

Intercambiando las típicas preguntas de cómo se encontraban el uno y el otro, Antonio le presentó a Charles tal y cómo este último le había sugerido que lo hiciera.

— Bueno, vine porque nos dijeron que el baile de invierno sería pronto y quería saber si, bueno, ¿te gustaría ir conmigo? Ya sabes, como amigos. — La chica de cabello con estilo de hongo lo pensó por un momento.

— Tendría que consultarlo con mis padres y, además, ese baile se celebra a final de semestre, ¿no? Debo prepararme para los exámenes finales antes de las vacaciones de Navidad pero te daré una respuesta estos días. — Sonaba pensativa, como si de verdad fuera a considerar la propuesta y tras otro breve intercambio de conversación típica y llena de cordialidades, el grupo de chicos menores se retiró.

Con dificultad, Antonio se puso rumbo a donde lo esperaba Charles quien inmediatamente lo interrogó sobre el éxito de su misión.

— Dijo que me confirmaría estos días. —Se percibía la decepción en su voz.

— Lo peor que puede pasar es que te diga que no. — Intentó consolarlo, pero no funcionó.

A la puerta de la escuela, Alan y su pequeño grupo de amigos parecían esperar a Antonio y, de hecho, eso estaba haciendo.

Fue Alan quien se acercó primero entregándole tres cuadernos con los apuntes de las tres clases que Antonio había perdido por su accidente.

— Como te lo prometí. Hasta me esforcé por hacer la letra bonita. — Dijo Alan sin percatarse de la presencia de Charles, o por lo menos no al principio pues una vez que este le entregó los cuadernos y pasaron a estar en las manos de Antonio, miró extrañado al chico nuevo. — ¡Oh! ¡Hola!... mmm, ¿Charles, no?

— Si, Alan. — Respondió con voz áspera y cortante, haciendo énfasis en el nombre del otro chico que era como mínimo 7 cm más alto de ellos.

— Que bueno que adiviné, la verdad es que no recordaba tu nombre a pesar de que eres el más listo y todo eso. Y me sorprende que sepas mi nombre…

— Sé el nombre de todos ustedes.

— Ya veo, ¿eres un acosador o algo así? —Bromeó.

— Sólo que soy bueno memorizando nombres…— El inglés se puso nervioso, pues a pesar de sus esfuerzos por ser contante el otro chico seguía sacándole plática; pero al final supo mantener la calma.

— ¿Ya se enteraron del baile? ¿Tú irás, Charles? — Era oficial, el susodicho estaba un poco preocupado, y respondió con una negativa seca y tajantemente cortante. Sin embargo, esto no resultó ser buena idea pues terminó recibiendo insistencia por parte de Alan para que fuera dándole el argumento de que se divertiría y así podría conocer otro aspecto de la escuela más allá de matarse en los estudios.

Antonio comenzaba a enojarse al ver como Alan parecía demasiado interesado en Charles, por lo que intervino.

— Él se lo pensará si tanto te interesa que vaya, ¿verdad, Charles? — Tomó la mano de Charles como un intento de darle a entender que le siguiera la corriente.

— Sí…— Dijo por instinto al conocer y comprender las intenciones de Antonio. — Si nos disculpas, Antonio me pidió que lo ayudara con unas cosas de Matemáticas así que debemos irnos.

— Es bueno saber que Tony comienza a interesarse en las clases. — Se mofó Alan. — Sería buena idea que también nos ayudaras a nosotros alguna vez, ¿no crees?

— En otra ocasión será, pero no hoy. Vámonos Antonio. — Tomando el control de la conversación por primera vez y única desde que comenzó, la dio por finalizada y ambos se fueron.

Caminaron hasta llegar a un pequeño centro comercial que estaba a unos 500 metros de la escuela y sin soltarse de las manos, entraron. Charles no soltó en ningún momento la mano de Antonio y recorriendo por la zona de comida, entraron a los baños.
Antonio y Charles seguían tomados de la mano y este último fue quien la soltó al darse cuenta que habían llegado tan lejos así. Se disculpó. Antonio le respondió que no se preocupara.

— Ese tipo es un pesado. — Comentó Charles mientras humedecía se cara con el agua que corría desde el grifo.

— Sí, lo es. — Confirmó Antonio mientras aquello que le confundía al estar con Charles aparecía otra vez al pensar que sus manos estuvieron tomadas.

Notas finales:

Para serles 100% sinceros, no sé cuando volveré a subir algo de esta historia pero espero no tardar mucho en hacerlo ya que disfruté mucho actualizandola.

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