Cap 13. Adiós equipo
- ¿Qué es lo que acabas de decir? – Tsukigami no cabía en el asombro
- Pues tal y como lo escuchan. Voy a dejar este programa de la Academia – Yuuta no tenía el valor de mirarlos a los ojos
- Eso quiere decir que… - Nayuki negaba a creerlo – no, no puedes, que va a pasar con el equipo, eres el líder. No puedes abandonarnos.
- Nunca fui el líder que el grupo se merece. Además…. *ya no puedo …*
- No entiendo Hoshitani – la aparente calma de Kuuga les asombró – No consultar ese tipo de decisiones con el equipo no es algo que un amigo hace
- Mencionas que dudo de nuestra amistad? – estaba empezando a molestarse. Solo quería que no lo cuestionaran, así se hacía más difícil todo. Algo es su interior le gritaba que les dijera la verdadera razón por la que abandonaba el equipo, pero su conciencia le decía que no lo iban a entender, que quizá le mirarían raro por haberse enamorado así sin más.
- Por qué simplemente no nos dices la verdadera razón de que abandones? – estaba presionando demasiado
- La verdad es esa no soy el líder que se merece el grupo, allá tu si no me crees!.. – había explotado
- Si realmente fuera esa la razón SIMPLEMENTE CAMBIARIAMOS DE LIDER! – esta vez Kuuga, quien generalmente suele estar tranquilo alzó la voz.
- … - ante eso Yuuta no tenía objeción – está bien les diré la verdad. Me cansé de estar en esto, en este grupo, en este programa. Me di cuenta que esto no es lo que realmente quiero. - *mentira, todo es mentira*
- Ah… así que te cansaste también de nosotros … - aquello último había dolido demasiado
- Perdón por decirles esto a estas alturas del camino, perdó…
- ¡Suficiente!.. chicos vamos a ensayar, no podemos perder tiempo en alguien que ya tomo su decisión. Tengenji serás el líder ahora. – interrumpió y sentenció el más alto
- Qué pero... – Nayuki no podía creer lo que acababa de escuchar
- Kuuga… eso es – Tsukigami también estaba sorprendido por el rumbo que habían tomado las cosas. Realmente no creía que Kuuga pudiera ser tan frío.
- Estamos aquí porque queremos ser estrellas y no podemos dejar que nadie nos desvíe de ese sueño, ni si quiera cuando se trate de él… Hoshitani-kun por favor vete de la sala, vamos a practicar – de la manera más fría el mayor le dio la espalda y se aproximó a la casetera para reproducir la música que utilizarían la práctica.
Aquí era el final de todo. El ojiverde se veía nuevamente solo, la decisión que había tomado sí que le había salido cara. Incluso ahora se veía apartado de sus amigos. O al menos los que fueron sus amigos.
- Hoshitani-kun… yo... – Nayuki intentó acercarse para hablar con él y tratar de animarlo, de decirle que no era como lo había dicho Kuuga, pero fue interrumpido
- Nayuki, ¡¡a practicar ahora!! – Tengenji que hasta ahora no había pronunciado palabra, llamó al más bajo, en un tono de que realmente le molestaba que Yuuta los hubiera tomado tan a la ligera
- Pero…
- ¡¡QUE NO ENTIENDES QUE ES AHORA!!
- No es necesario que lo trates así – Hoshitani tampoco iba a dejar que se comportara así
- ¡¡NO TE METAS, EN ASUNTOS QUE YA NO TE INCUMBEN!! – Esta vez sí lo había mirado y en sus ojos solo se reflejaban la furia y la decepción
- Nayuki, hablaremos después. Ahora debes practicar… Adiós… muchachos – y diciendo esto salió cerrando la puerta tras de sí.
-----
Mientras tanto tres semana más habían pasado y prácticamente el concurso, (bueno realmente era más examen que concurso, o al menos así lo veía Ootori); ya estaba literalmente a la vuelta de la esquina. En dos días sería ya el evento y en esas semanas lo único a lo que se habían dedicado era a practicar y practicar, tanto así que sentía su cuerpo pesado.
Como acuerdo unánime decidieron esos dos días dar un merecido a sus cuerpos y mentes. Algo que realmente agradecía el peliplata, aunque no lo admitiera en voz alta. Por políticas de la academia, la última semana antes del evento, se suspendían todas las actividades normales de estudio y únicamente se dedicaban a preparar todo lo necesario, escenario, luces, vestuario, para el día del examen.
Sin embargo, Ootori se encontraba tirado en su cama descansando. Había salido a correr por las mañanas, casi madrugadas. Siendo honestos no había podido dormir bien las últimas dos semanas. Por más agotado que estuviera, el momento en que se acomodaba en su cama, el sueño iba y venía. Le costaba quedarse dormido, y cuando lo lograba pues a la media hora o 45 minutos se despertaba, luego se dormía nuevamente y volvía a despertarse; o si no dormía profundo 3 o 4 horas y luego pasaba en insomnio el resto de la noche. Quizá se estaba volviendo loco. Incluso acudió a la enfermería de la Academia para que le recetaran algo, sin embargo, y sin querer arriesgarse no había sido capaz de medicarse con las pastillas que le habían sido recetadas. Calmantes había dicho la enfermera, sedantes era lo que pensaba él.
Las llamadas a Japón se habían detenido del todo. Algo había empezado a cambiar, al principio sus llamadas eran más cortas, y sentía que algo había pasado allá. Se había percatado que cada vez que llamaba, Tsubasa evitaba hablar de Yuuta, y cuando se lo preguntó, solo había recibido como respuesta un “es lo mejor para ti, solo te diré que él sigue asistiendo a clases normalmente”. Sin embargo el tono del “sigue asistiendo” le había provocado un malestar que no se lo pudo quitar a pesar de que su hermano le había dicho “deja de ser dramático, Hoshitani no debe depender de ti, es un muchacho y tiene que prepararse para su futuro”.
FLASHBACK
Todo se había vuelto demasiado extraño. A raíz de esa conversación, Tsubasa solo contestaba “él está bien” “sigue estudiando” “no hemos hablado, pero él está bien”. Nada más. Y Algo hizo click en su cabeza. Ootori pensaba que sí era importante para Yuuta y que, aunque sonara egoísta, quería creer que Yuuta lo extrañaría, hasta el punto de creer que haría lo que fuera por intentar saber de él, que quizá lloraría su partida… pero todo había sido una farsa; y ahora era que se daba cuenta durante esos meses que había pasado en Inglaterra, nunca había recibido algo parecido a “Hoshitani te extraña” u “Hoy preguntó por ti”.
- Tsubasa – antes de que pudiera darse cuenta había llamado a su hermano, e incluso antes de que él contestara un “Aló”, Ootori preguntó – Yuuta… ¿él está realmente bien?, ¿él me extraña, verdad? ¿él, si quiera me quería aunque sea como su senpai?
- Ootori… - susurró su hermano
- ¡SOLO RESPONDE! – lágrimas bañaban
- No… lo siento Ootori – y la llamada se cortó… más bien, Tsubasa la había cortado
FIN FLASHBACK
Aquella noche lloró, y lloró; hasta quedarse seco, hasta vaciar su roto corazón, hasta ya no sentir. Dejo que todos los buenos sentimientos se drenaran en aquellas lágrimas y que solo la seriedad, el orgullo y la soberbia se quedaran. Había tomado una decisión, olvidar a Japón, todo lo que había tenido allá. Había decidido en que si iba a tener un futuro, lo haría en Inglaterra. Tomo el poco amor que le quedaba y lo encerró bajo llave en lo más profundo de su ser. No quería volver a saber nada de él, y con el tiempo lo desecharía poco a poco, hasta que ya no quedara nada. La rabia lo empezó a consumir, era demasiado irónico que Yuuta, pareciendo un joven tan bueno y amable, lo hubiera convertido en alguien así ahora. Frío, serio, y sin sentimientos.
A partir de ese momento las llamadas a Japón se habían detenido completamente, ni su hermano llamaba, ni Ootori lo hacía. Y era mejor así, se podría concentrar realmente en lo que importaba, su futuro.