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Vultures por Yae

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Inhaló con fuerza para exhalar lo más ruidoso que pudo, caminaba agotado casi encogido en hombros, miraba a todos lados mientras avanzaba entre las calles de la ciudad, cojeando levemente consecuencia del disparo recibido hace poco.

De nuevo un suspiro ruidoso se le escapó.

— Deja de hacer eso.

Naruto frunció el puente de su nariz.

— Te oyes como un automóvil averiado.

— Que gracioso — el rubio miró con cierto enfado a Sasuke quien iba delante por unos pasos, el pelinegro caminaba a prisas obligando al lesionado ojiazul a intentar seguirle el ritmo.

— ¿Aún falta mucho?

— Ya te dije que tenemos que salir de la ciudad… — Naruto se detuvo unos instantes — ¿acaso no tienes una motocicleta o algo?... incluso serviría un monociclo.

— Tu eres el millonario aquí Naruto — el pelinegro avanzo un poco más antes de detenerse para voltear a ver al otro — deberías proporcionar algún medio de transporte.

— Te equivocas, no tengo dinero… lo tendré en cuanto herede a Minato. — Exhausto buscó entre las rocas y escombros un lugar donde sentarse.

— ¿Y ya sabes cómo vas a hacerlo? — Algo curioso Sasuke se acercó aun dudando de que el rubio fuese capaz de matar a su propio padre — que tuvieses un plan sería un gran avance — sonrió con sarcasmo.

— Claro que lo tengo, no me tomes por idiota — se quejó viendo la mirada irónica que le dedicaba — no habría venido desde tan lejos si no tuviese un plan… y tu Sasuke. ¿Tienes un plan? — inquirió viendo a su antiguo amigo enarcar una fina ceja negra mientras se cruzaba de brazos — lo digo por tu hermano… si va a estar en el hospital Minato podría usarlo para que lo obedezcas… no sé qué tan grave este pero si Itachi no va a despertar lo mejor sería…

Naruto calló, la mirada que Sasuke le dedicaba le indicaba que lo hiciera, suspiró de nuevo desviando la mirada.

— Voy a sacarlo de allí, a Itachi y a mi madre.

Los azules ojos se abrieron un poco más al oír lo último, no creía que Mikoto Uchiha aun estuviese con vida, le resultaba hasta increíble puesto que ella estaba en coma desde que conoció a Sasuke cuando ambos eran apenas niños  de ocho años.

— Debo hallar un lugar donde estén a salvo en tanto “tú” — resaltó el sustantivo — te conviertes en el nuevo dueño de todo lo que Minato posee, porque dudo mucho que los demás altos mandos lo tomen como algo sin importancia.

EL rubio asintió, todo lo que le decía era verdad, tendría muchos problemas una vez muerto su padre, pese a ser la persona que dirigía la ciudad eso no significaba que no hubiesen más personas con riqueza involucradas. — Lo encontraremos… — se puso de pie — de hecho tengo el lugar indicado para refugiar a tu madre y hermano.

Naruto empezó a caminar, ahora ya sin la ligera cojera, como si ya no resintiese dolor en su pierna, adelantando incluso al pelinegro, los escasos rayos que apenas lograban filtrarse entre las espesas y oscuras nubes les alertaron indicando que ya empezaba a amanecer, habían caminado toda la noche escondiéndose del ejército.

 

 

 

 

En las afueras de la ciudad el panorama era mucho más deprimente tan solo montículos de tierra y arena dando forma a un horizonte repetitivo, sin algún tipo de localizador sería demasiado fácil perderse y acabar muerto de inanición antes de llegar a la ciudad, lo único que se podía apreciar eran los edificios derruidos y enterrados casi en su totalidad dejando ver tan solo algo de cada estructura.

— El viento está empeorando — anunció Naruto la percatarse de que las corrientes de aire empezaban a levantar la arena dificultándoles la visión. — Sígueme — indicó dirigiéndose a uno de tantos edificios entrando en los restos de la estructura de cemento y hormigón.

Algo receloso Sasuke obedeció, pese a no considerar a Naruto como una amenaza debía irse con cuidado, de todos modos hace mucho tiempo que no se veían.

— Parece que va a haber una tormenta — limpiaba la tierra que había cubierto su larga chaqueta blanca — Si quieres podemos continuar, de todos modos no trajimos nada de provisiones, lo mejor será llegar pronto.

— ¿A donde se supone que vamos?

— Ya te dije que es mi pequeño escondite… bueno mío y de mis amigos Sasuke, de todos modos ya no falta mucho para llegar.

Los negros ojos le miraron curiosos, no creía que puede algún lugar donde pudiesen refugiarse los supuestos amigos del dobe en kilómetros, — continuemos que no tengo ánimos de quedarme varado aquí en la tormenta de arena.

— Esa es la actitud — animoso el rubio retomó su paso entre las ruinas de la antigua edificación revolviendo rocas como su buscase algo.

— Si quieres ir al baño vete a otro lado.

— ¡No es eso! — ofendido le miró enfadado, detestaba que Sasuke buscase cualquier detalle para molestarlo, retomó su labor sonriendo al hallar la roca que buscaba, levantándola del piso para dejar ver un pequeño túnel oscuro que se apreciaba profundo. — Ya lo tengo.

Sasuke se asomó por detrás del rubio revisando el diámetro del túnel, — ¿se esconden como ratas?

— ¡No tienes que ser tan bastardo! — Se mordió el labio inferior enfadado y más al notar esa sonrisilla socarrona del pelinegro, — creo que voy a dejarte aquí para que la tormenta te entierre.

— Hn — le restó importancia a la amenaza siguiendo al chico de ojos azules cuando este empezó a descender por el escabroso túnel.

Cuando la poca luz de la superficie desapareció al bloquear de nuevo la salida fue Naruto quien sacó una necesaria linterna para iluminar sus pisadas, caminaron en absoluto silencio al menos por diez minutos hasta que a medida que el túnel iba ampliándose para verse como los pasadizos de algún castillo y con algunos candeleros ya dispuestos en la pared como guía.

Pese a los desvíos que tomaron entre rocas y más pasadizos Sasuke fue capaz de memorizar el camino adecuadamente notando en ese instante un detalle evidente, — si acabas de llegar a la ciudad, ¿cómo puedes conocer el camino correcto en estos túneles?

Vio cómo  su antiguo mejor amigo se detenía ante lo señalado.

— Bueno… tenía un mapa…  y lo memorice dattebayo, — una ligera sonrisa nerviosa huyó de sus labios ante la suspicacia de su amigo. Giró notando la mirada oscura obviamente nada convencida de la evidente mentira.

— Date prisa dobe que este lugar apesta — apresuró al otro a seguir con el camino.

Suspiró agradecido de que no lo interrogase más, debían ser más cuidadoso con Sasuke de lo contrario este no tardaría en darse cuenta de todo.

Siguieron avanzando algunos minutos más hasta que llegaron a una gruesa puerta metálica que les cortaba el paso.

— ¿Es aquí?

— Así es, — sonrió acercándose al diminuto panel a un lado donde los numeritos brillaban se apresuró a teclear algunos hasta que el sonido estridente de un “beep” se oyó y la cerradura electrónica se abrió.

Una vez atravesaron la última barrera Sasuke pudo apreciar lo que parecía un enorme laboratorio con varias computadoras empotradas a la pared, mas pasillos y puertas. Una gran y larga mesa se hallaba en medio con varias sillas alrededor como si allí se hicieran reuniones.

— Te estabas tardando Naruto, ya iba a mandar a alguien a buscarte.

El pelinegro reaccionó ante la voz desconocida, un hombre de su misma edad aparentemente se acercó;  llevaba una coleta alta sujetando sus oscuros cabellos y de expresión aburrida también analizó al pelinegro cuando lo divisó.

— Tuve algunos percances Shikamaru — el rubio sonrió rascándose la nuca con cierta despreocupación. — ¡Es verdad! Shikamaru, él es Sasuke Uchiha — señaló al Uchiha — Sasuke, él es Shikamaru Nara— y repitió la acción con el otro.

— ¿Uchiha? — repitió con amago de pensar — ¿y él es la ayuda que prometiste?

El rubio asintió varias veces, — Sasuke es muy hábil, debiste verlo anoche…

— Ya deja de perder el tiempo Naruto y dime de que va todo esto — arrugó el entrecejo interrumpiendo a antiguo amigo.

— Este es nuestro centro de operaciones — fue Shikamaru el que habló — supongo que Naruto te explicó nuestro plan. Estamos reuniendo armamento y todo lo necesario.

Enarcó una ceja no muy convencido, le era demasiado extraño que el dobe hubiese reunido una pandilla entera para matar a su propio padre.

— ¿Y dónde están los demás? — el rubio miró hacia todos lados.

— Fueron a resolver unos encargos, por cierto si están en condiciones — una fugaz mirada a la sangre seca de la herida del disparó de Naruto bastó para hacerse entender — tenemos un trabajo importante.

 

— ¡Naruto!

Una nueva voz se oyó acercándose, aguda y llena de emoción repitió el nombre un par de veces en tanto sus zapatos de tacón golpeaban con insistencia en el piso.

— Sakura-chan — sonrió al ver llegar a una muchacha de cabellos rosas cortos y ojos claros.

— Dijiste que estarías aquí anoche — reprochó sin mucha convicción, vestía pantalones cortos y una sudadera holgada en color rojo, — mira que nos tenías a todos… — calló de inmediato al notar al muchacho pelinegro a un lado del rubio. — ¿Quién es?

— Él es Sasuke Uchiha — presentó a su amigo.

El aludido frunció más el entrecejo, estaba a nada de mandarlos a todos al diablo en medio de tantas insulsas presentaciones, con indiferencia miró a los ojos verdes de la chica que parecía haberse quedado muy interesada al verle.

— Un gusto Sasuke-kun, mi nombre es Sakura Haruno — afiló la mirada  relamiéndose el labio inferior para luego de un segundo después colgarse del brazo de Naruto como colegiala, — no sabía que tenías amigos tan guapos en Japón, Naruto.

— No digas eso Sakura-chan, si yo soy mil veces más guapo que el teme.

 

 

 

 

*

 

 

 

 

 

El diván donde se hallaba recostado era bastante cómodo, había despertado hace poco y esperaba ansioso que la noche cayese por completo para poder salir a comer.

— Son apenas las dos de la tarde, deberías volver a dormir Menma.

Se estiró en su posición girándose para quedar de lado sobre la suavidad donde descansaba, — no puedo, estoy ansioso Konan — habló a la mujer que había entrado en el gran salón con las gruesas cortinas cerradas dejando todo en total penumbras. — Ya deberían traerme la información que pedí.

— Sasori vendrá en cuanto anochezca, así que regresa a tu féretro que voy a tener invitados — la hermosa mujer de cabellos azulados ornamentados con una blanca flor de papel llevaba en manos un gran candelero que era lo único que le daba luz al lugar.

— ¿Invitados, eh? — perezoso se puso de pie entornando su rojiza mirada a medida que se acercaba a ella — que te diviertas — susurró al su oído cuando en fracción de segundos ya se hallaba a su lado, sonriendo malicioso mostrando sus diminutos colmillos siguió su camino pasándola de largo.

Una vez quedó sola fue directamente hacia las cortinas para abrirlas de par en par dejando que el opacado sol iluminase lo posible, muebles costosos, pinturas en las paredes y las escalinatas en medio dejaban en claro que esa estancia solo era parte de una enorme casona de estilo clásico.

 

 

*

 

 

 

— Bueno ya que Kiba y los demás aún no han vuelto, creo que tu podrías acerté cargo de este trabajo Naruto — Shikamaru hablaba de pie en frente de la mesa donde los otros tres muchachos estaban sentados. — Si conseguimos traerla de regreso ya acordé que su padre nos proporcione armas y municiones que vamos a requerir, — bostezó dejando unos papeles sobre el mueble que Sakura no dudó en tomar para repartirlos a los otros dos.

Sasuke tomó la hoja aburrido, aquel lugar y esas personas parecían formar une escuadrón de algún tipo, supuso que Naruto era parte de tal absurdez pero si había accedido a ayudar al rubio tendría que soportar aquello y más sabiendo que necesitaría ayuda para sacar a su madre y hermano del hospital donde Minato los recluía.

— Es un hombre muy viejo — analizando la foto del hombre obeso y de barbas el rubio giraba el papel en todos los ángulos.

— Ese hombre va a pagarnos muy bien Naruto — la de cabello rosado interrumpió — es parte de la élite de la ciudad y está involucrado en tráfico de armas.

— Ve a verlo Naruto, ya concerté una reunión en unas horas, te explicara lo que tienes que hacer — bostezó de nuevo — cuando regreses hablaremos de los mensajes que me enviaste, si entendí bien necesitaremos montar mucho equipo médico aquí para atender a esas dos personas en coma.

De inmediato Sasuke frunció el ceño dedicándole una mirada mortal al de ojos azules.

— Lo siento teme, pero si quieres ayudar a tu madre y hermano tenía que decírselo a Shikamaru — se defendió poniéndose de pie — Sakura-chan es médico y podría atenderlos una vez estén aquí.

— Espero si sean de alguna utilidad — casi escupió sus palabras cuando la muchacha sonrió cerrando los ojos — terminemos con esto — imitando a Naruto se dirigió a la salida.

— ¿Vas a ayudarme? — ligeramente ilusionado el rubio le miró.

— Puedes quedarte aquí si gustas Sasuke-kun — Sakura intervino sin dejar de sonreír pero sin el menor rastro de sonrojo en sus mejillas.

— Si me quedo a esperarte puede que no termines nunca — ignorando a la chica volvió a cubrirse con la capucha de su sobretodo.

— Bien Sasuke dividiremos el dinero — Naruto curvó sus labios complacido — pero vayamos por detrás que si regresamos por donde vinimos de seguro que salimos en medio de la tormenta.

 

 

 

 

De ese modo casi al anochecer es que llegaron a zona de la ciudad donde el hombre de la fotografía los esperaba, casi atragantándose con cantidades exageradas de comida gimoteaba llorando a moco tendido.

— Ya la buscaron por todos lados — le arrancó con los dientes la carne a la pierna de res asada que comía, — mis hombres son unos inútiles que no han podido dar con ella… hasta ahora, — hizo una pausa para tragar.

— Cla… claro´ttebayo — algo amedrentado por tan grotesca forma de comer Naruto dio un paso hacia atrás para que los restos de comida que saltaban de la boca del sujeto no le cayeran encima.

En cambio Sasuke se mantenía sereno analizando al hombre obeso, de piel oscura y escasos cabellos verdosos asomando por encima de las orejas dejando una brillante calva encima. — Deben tener una fotografía.

— Si, si, dásela — le habló a uno de los guardaespaldas que estaban detrás que de inmediato sacó una carpeta amarilla entregándosela al pelinegro.

— La señorita Fu desapareció hace unas semanas — habló el custodio — la buscamos pero aún no tenemos idea de su paradero creemos que se la llevó un simple pandillero pero se sabe esconder muy bien.

Sacando las fotografías pudo ver que buscaban a una chiquilla de piel bronceada y cabellos verdosos como su obeso padre, tras esta había otra foto de un sujeto de cabellos rojos puntiagudos con varios tatuajes.

— Creímos que sería un secuestro pero hasta ahora nadie ha pedido un rescate.

 

Naruto se arrimó a su amigo para tratar de ver las fotos también.

 

— Tráiganla sana y salvo y les pagare muy bien, les daré lo que me pidieron — el “jefe” siguió comiendo en tanto hablaba como si de ese modo su pena disminuyera.

— De acuerdo — el rubio sonrió.

 

 

 

 

*

 

 

 

 

— ¿Y bien? — Menma esta vez se encontraba en una amplia y bien iluminada oficina con luces artificiales, vestía completamente de negro, unos pantalones de mezclilla y una camisa sin cerrar del todo demostraban que el frío de la noche pareciera no incomodarlo.

— No reunimos mucho ganado, por culpa de tu hermano se escaparon varias presas — su interlocutor era un hombre igual de joven que el pelinegro; de cabello corto ensortijado y rojizo era la persona que Naruto había visto la noche pasada durante el incidente de las explosiones, cruzado de brazos contemplaba por la ventana dando a entender que se hallaban por lo menos en un décimo piso.

— Lo viste, Sasori — dio por sentado sonriendo satisfecho — entonces su aura… pudiste verla también, ¿no es así?

— Si — suspiró para sonreír con ligera satisfacción — brillante… vibrante, extremadamente llamativa.

Al oír los adjetivos Menma comenzó a carcajearse más que aojado, sus ojos rojos parecieron refulgir siniestros, — brillante y vibrante. Eso es maravilloso Sasori, entonces no estaba equivocado — habló con sorna después —…tengo que encontrarlo cuanto antes.

— Y sobre el otro sujeto — el pelirrojo fue hacia el escritorio para sacar algunos documentos que dejó encima, — no pude hallar mucho.

Con cierta curiosidad se acercó para leer lo el que venía escrito en el papel, — Uchiha Sasuke, ¿eh?, Uchiha entonces. Tal vez tenga oportunidad de probar de nuevo de esa sangre. — Concluyó afianzado la curvatura de sus labios.

 

 

 

 

*

 

Los edificios se movían como en una especie de zoótropo a mucha velocidad, cambiando el paisaje constantemente era lo único que Sasuke podía apreciar estando en el asiento del copiloto de aquel antiguo BMW en color anaranjado por completo chocante para el pelinegro, de allí que no insistiera para nada en querer conducir el vehículo que Naruto le mostrase cuando salieron del escondite de sus amigos.

— ¿Al menos sabes dónde buscar a esa niña? — al fin habló parco.

— Ya le mande las fotos a Shikamaru de seguro no tarda en darnos la posible ubicación — Naruto sonrió a medias al ver al pelinegro, como había extrañado a su “mejor amigo” y aunque este siempre fuese demasiado osco verle nuevamente después de tanto tiempo le placía por completo. — Este es mi trabajo Sasuke, en América también cobrábamos por encontrar personas y otro tipo de encargos — explicó enfocándose de nuevo en el camino, — ¿tú a que te dedicas?

— No te interesa.

— Ya me lo esperaba — resopló sin borrar su media sonrisa — deja que me haga una idea entonces… ¿trabajas en lo mismo que yo?

— Naruto — los negros ojos apartaron su atención de la ventana para enfocarse en el chico rubio — si a ti te pagan por ayudar personas… a mí me pagan por matarlas, así que deja de hacerme preguntas innecesarias, dobe.

Solo entonces dejó de sonreír, mordiéndose la lengua se abstuvo de contestar el insulto, los negros ojos teñidos de seriedad y la expresión acorde fueron la razón. — ¿Quieres comer ramen teme? — pero poco duró la decisión.

El otro chasqueó la lengua volviendo a enfrascarse en el paisaje que cambiaba.

— Vamos, ya es la hora de la cena — animó y más aún cuando su celular sonó anunciando un nuevo mensaje, maniobrando con una sola mano se dispuso a leerlo, — de todos modos ya casi llegamos — completó.

 

 

Aparcaron cuando daban casi las diez de la noche, se dirigieron al pequeño negocio de ramen que se mostraba llamativo con algunas luces colgando. Esa parte de la diminuta ciudad quedaba bastante al sur de la capital, con pocas personas circulando se sentaron en las bancas frente a una barra esperando ser atendidos.

— Dos porciones de ramen por favor — el rubio pidió sonriente.

El dueño del lugar entonces se acercó analizando a ambos muchachos, — ¿no son de por acá, verdad? — interrogó en tanto servía los tazones.

— Estamos de paso, de hecho estamos buscando a alguien — soltó sin más ignorando la mirada mortal de Sasuke. — ¡Gracias por la comida! — de inmediato agradeció cuando le pusieron el tazón en frente para ponerse a comer con entusiasmo.

— ¿Y a quién buscan? — curioso el adulto le alcanzó su porción al pelinegro.

— A una niña — respondió tomando los palillos de madera para poder comer.

— ¿Una niña?

— Buscamos a un delincuente — el rubio sacó la fotografía del supuesto secuestrador enseñándosela al dueño del pequeño local. — ¿Lo conoce?

— Bueno… — el hombre hizo amago de pensar cruzándose de brazos al ver la imagen — creo que sí pero no estoy seguro.

— Haberlo dicho antes, — solo entonces Naruto hurgó entre sus bolsillos sacando unas cuantas monedas de plata que dejó sobre la barra, — ¿necesitas más inspiración?

El mayor pareció seguir meditándolo pero tomando las monedas para guardarlas, — aun no estoy muy seguro.

Rodó los ojos azules algo enfadado, no es que tuviese mucho dinero para irlo derrochando. En ese momento pudo ver como el adulto se sobresaltaba al sonido de la espada envainada de Sasuke, que este hizo chocar contra la madera usando su pulgar para empujar de la empuñadura dejando que el brillante filo asomara.

 

 

 

 

 

— Oye teme no tienes que ir intimidando a todos, — divertido Naruto caminaba junto a Sasuke ya ambos fuera del negocio de ramen — de seguro que con unas cuantas monedas nos decía todo.

— Entonces date por satisfecho usuratonkachi, te ahorraste esas monedas gracias a mí. — Con aire arrogante perfiló una diminuta sonrisa cubriéndose mejor con su sobretodo marrón.

— Esta bien, está bien — resopló alegre — la próxima vez deja que lo haga a mi manera.

 

 

III.- Guide

 

 

 

 

Notas finales:

 

Saludos, bueno sé que deje esta historia algo abandonada unos meses pero honestamente no tenía mucha inspiración para continuar escribiendo fics de manera simultánea por eso no había podido continuar, ahora estoy bastante animada así que retomare todos mis proyectos.

Con este capítulo se abran dado cuenta de que esta historia tiene otro tipo de avance, no solo tiene romance por lo que tal vez la noten algo lenta en ese sentido pero descuiden que tratare de llevar las cosas de la mejor manera para quienes estén interesados en leer este fic. Como los capítulos no son muy largos –a mi parecer- no tendré problemas en actualizar muy seguido.

Gracias a quienes se toman su tiempo para leer y en especial para comentar, nos leemos en el siguiente si les ha parecido interesante. Cuídense mucho.

Yae.


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