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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

¡Hola a todos! Sí, sigo viva. Feliz año 2017 por cierto. En fin no los entretengo más gracias a todos los que han tenido paciencia y aún les interesa esta historia. 

 

XXVII.

Jean llegó veinte minutos antes de lo acordado a la práctica el lunes. No mostró ninguna sorpresa cuando encontró a Jared cargando parte del equipo de entrenamiento. Cuando este lo vio dudó unos segundos antes de irlo a saludar—Hey… —exclamó Jared.

—Hey…

—Creía que no vendrías hoy.

Jean soltó un suspiro antes de tomar los chalecos que Jared cargaba—Puedo irme aún si vas a seguir actuando como un niño caprichoso porque su plan no funcionó.

—Ya, no debí haberme descargado contigo el sábado. Lo siento.

Jean asintió—Subestimaste a Patrick. Siempre subestimas las circunstancias, Jared, crees igual que todos los Grafiel que las cosas siempre saldrán como quieres —notó como Jared fruncía el ceño molesto por la comparación.

—Teníamos que haber perdido ese juego, Jean, y lo sabes.

—Andrew dijo que Patrick era de esos jugadores especiales, ya sabes a que se refería. No todo tiene que salir siempre como lo planeas. Sé que deseabas que perdiéramos ese juego, pero debes aprender a disimular si quieres que las cosas al final terminen como quieres —le hizo ver con seriedad—. Sabes que no apruebo la manera que quieres conseguir las cosas aquí, Jared.

—¿Te vas a echar para atrás justo ahora? El juego contra James está a pocas semanas.

Jean le miró suplicante, pero allí estaba ese brillo de terquedad en sus ojos, a veces solo le seguía el juego porque no se atrevía a dejarlo solo—No, no voy a hacerlo, pero si vuelves a querer desquitarte conmigo cuando uno de tus brillantes planes falle juro que me las pagarás.

—Lo sé, lo sé.

Jean se lo pensó unos segundos antes de atreverse a preguntarle—¿Vas a querer que ayude a Patrick con su conducción? Si logra mejorarla con ambos pies sabes que será casi imparable, y eso no ayudará mucho a los planes que quieres conseguir con Gastrell.

Jared meditó unos minutos—Hazlo. Ya me encargaré yo de ver como lo frenamos en su momento. Después de todo Patrick tarde o temprano sabrá que intentamos hacer aquí.

—Quizás si fueras honesto con Patrick y ese chico Neil. Ambos te hicieron un favor sin siquiera proponérselo, Jared, se los debes. No tienes que hacer esto solo.

—No lo hago, te tengo a ti. Puedo contar contigo ¿verdad?

—¿Después de todo lo que he tenido que soportar aún lo dudas? —se quejó Jean.

—No. No lo hago. Solo me gusta estar seguro.

Jean intentó sonreír un poco antes de decirle—Siempre puedes contar conmigo, aunque seas un idiota en estos temas —. Jared siempre gustaba de complicarse la vida cuando todo se podría resolver pidiendo ayuda a los demás, pero sabía que éste odiaba la idea de “rebajarse” a pedir ayuda. Orgullo antes de todo, pensó amargamente.

Jared asintió y desvió su mirada justo a tiempo para ver como Patrick se acercaba a ellos. Consultó el reloj y suspiró. Quizás Jean tenía razón, no era como si lo que hizo Patrick el sábado hubiese sido un milagro, el chico realmente trabajaba duro. Era el primero y casi siempre el último en irse de los entrenos y partidos, a no ser que estuviese Neil, pero siempre daba el cien por ciento en sus entrenos. Quizás si lo estaba subestimando, pensó.

***

Leah había encontrado un lugar tranquilo y apartado de todos para repasar sus últimos apuntes antes de su parcial de las once. A pesar de haber asistido a la competencia de surf de alguna manera había logrado salir con todo. Además había conseguido pasar a la final del próximo fin de semana, así que no sabía bien cómo invitaría al resto a la competencia o si era correcto considerando que tenían la obra esa semana y la siguiente. Al menos ese ya era su último parcial antes de los finales. Estaba tan concentrada repasando sus apuntes que no notó cuando se sentaron a su lado. Al alzar la mirada notó a Logan sonriéndole, se sobresaltó por la visión, por lo que Logan no tardó en reír.

—No hagas eso —se quejó un poco avergonzada.

—Lo siento, creía que me notarías venir.

—Estoy estudiando —dijo señalando sus apuntes para hacer más énfasis—. Por cierto creía que hoy no tenías que venir.

—Sí, pero prefiero estar aquí. La presión de todos estudiando en la biblioteca me ayuda bastante, además quería preguntarle unas cosas al catedrático; y no sé, también quería verte.

Leah le miró confundida, comentarios como aquellos eran los que la liaban. Podía manejar la idea solo de ser la amiga de Logan, pero cuando decía esas cosas no sabía si estaba interpretando las cosas como ella deseaba o si realmente tenía una oportunidad—Me viste el sábado —dijo en tono casual.

—Sí, pero al final tus amiguitos surfistas te acapararon —se quejó.

—No es cierto…—al menos ella no lo había sentido de esa formal. Miró con detenimiento a Logan. Tenía unas ojeras terribles, lucía agotado, si bien es cierto que había temporadas que Logan tenía ese aspecto, pero últimamente esos períodos se iban haciendo más constantes y le preocupaba la salud de su amigo—. Oye Logan, no es por ser entrometida ni nada, pero últimamente te veo, no sé, agotado y un poco irritable con los demás —estaba segura que lo último era en parte por lo que sea que estuviera pasando entre Neil y Patrick—, pero en especial cabizbajo. ¿Está todo bien?

—Sí, está todo bien —exclamó con cierta brusquedad.

Leah le miró con cierta sorpresa— Está bien, perdona por haberte preguntado. Creía que te pasaba algo y solo quería asegurarme que todo estuviera bien —dijo intentando que su tono de voz fuera normal.

—No tienes por qué preocuparte por mí todo el tiempo, Leah —replicó Logan sintiéndose molesto—. Primero Neil, ahora tú. Joder. ¡Estoy bien! Solo estoy estresado por los parciales, los índices normales de cualquier estudiante universitario, pero no todos somos tan maduros como tú, Víctor o Patrick para manejar esta mierda ¿ok?

—Ok, ok, ya entendí —exclamó Leah confundida—. No hay que ponerse a la defensiva. Somos amigos, me importas y solo quería saber si estaba todo bien, pero si dices que estás bien te creo —claramente había sido un error tocar el tema—. No tienes que reaccionar de esa forma por una pregunta inocente.

—¡No me pondría así si todos dejaran de preguntármelo cada segundo! —dijo alzando notoriamente la voz.

—Es porque no parece que lo estás —exclamó intentando no alzar la voz, no quería que Logan se pusiera peor, pero ella también estaba perdiendo la paciencia porque claramente su amigo le estaba mintiendo y odiaba que lo hiciese tan descaradamente—. No hablas con nadie al respecto. Cada día luces más apagado o deprimido y no quiero verte así porque me lastima. Si te pregunto si estás bien es porque me preocupas,  y si puedo ayudarte con algo lo haré si me lo permites. No tienes que seguir cargando con lo que sea que cargas tú solo, eso no te hará bien a la larga.

—¿Qué? ¿Crees que me voy a volver loco o algo por el estilo? —exclamó furioso—¿Acaso quieres analizarme o quieres que sea tu conejillo de indias?

—¡No! —exclamó Leah esta vez alzando la voz, pero al sola idea que Logan creyera eso le molestaba, le dolía—¡Solo estoy preocupada por ti, Logan! ¿Por qué es tan difícil de comprender?

—¡Lo es! No tiene lógica, porque te interesa tanto.

—¡Porque te quiero! —dijo perdiendo la paciencia— Solo quiero que estés bien, quiero verte feliz. Sé que es imposible estar feliz todo el tiempo, pero tampoco debes sentir triste todo el tiempo. Sé que no quieres o no puedes contarme muchas cosas, pero al menos deberías de hablarlo con alguien porque claramente todo lo que te estás guardando no te hace ningún bien. S-solo me preocupo por ti porque te quiero, porque eres mi amigo. El mejor que he tenido en años. Solo eso, Logan…

La mirada desesperada de Leah le hizo sentirse culpable. Logan le miró arrepentido. Lo quería, se preocupaba por él y aun así la trataba de esa manera—L-lo siento —exclamó lastimeramente—Leah, y-yo…—intentó estirar su mano, pero su cuerpo no reaccionaba. ¿Y si había arruinado todo entre ellos? Era un idiota, alejaba a las pocas personas que aún tenía. No merecía a nadie. Él no era nadie para hacer sentir mal a su amiga. Ni siquiera se atrevía a mirarla a los ojos de lo avergonzado que estaba, por lo que no notó en qué momento Leah se puso a su lado.

—Está bien…

Logan apretó sus manos y negó sin capaz de hablar, la mano de Leah tomó su puño e inevitablemente extendió su palma, el contacto le hacía sentirse un poco mejor, solo un poco, como muchas veces lo había hecho y Leah no se había percatado—No, no está bien —dijo luego de un minuto de silencio—. No debí haberte hablado de esa forma.

—No, no debiste —le hizo ver Leah—, pero sé que no fue tu intención. Tú no eres así. Ya anda, mírame que odio hablar con las personas que no me miran a los ojos —dijo en tono conciliador.

Logan hizo lo que la otra le pedía. Entrelazó sus manos y la sensación de bienestar se hizo mayor—Perdóname. No sé por qué actué de esa forma. No quise lastimarte —se sinceró mientras se movía un poco para darle espacio en la banca que se encontraban.

—Te perdono —dijo con sinceridad—. Y no te preocupes, soy una chica fuerte. No me lastimarías con cualquier cosa.

—Lo sé, pero no quisiera lastimarte nunca. Me importas demasiado, Leah. Eres demasiado especial para mí.

Leah sabía que se estaban acercando a terreno peligroso, que era momento de decir algún comentario que los hiciera volver a su dinámica usual, pero quería creer que Logan podría quererla de esa manera que anhelaba—Tú también eres muy especial para mí y no sé, —dijo con voz temblorosa— soy muy feliz a tu lado.

—Yo también lo soy. Eres la chica más especial e increíble que jamás he conocido —su mano se fue hasta el cabello de Leah que caía sobre su rostro, quitándolo para poder ver bien su rostro. La vio sonreír de esa manera que le hacía sentirse especial—. Te quiero, Leah —susurró sin darse cuenta.

Te quiero, Leah. Miró sorprendida a Logan, porque eso había sonado a lo que ella deseaba, pero su  sorpresa aumentó cuando lo vio inclinarse lentamente y la besó. El beso era como la personalidad de Logan un poco tímido al principio, pero cálido y muy agradable conforme avanzaba. Cerró sus ojos y se dejó llevar por sus emociones. Aquello no podía ser real. Eso no podía pasarle a ella, porque personas como ella nunca lograban besar a la persona de sus sueños. Quería que el mundo se detuviera solo unos segundos para poder disfrutar de esa sensación, quería que aquello no solo pasase una vez. Se separaron y Leah tardó unos segundos en abrir sus ojos, pero deseó no hacerlo, porque la reacción de Logan no era la que deseaba, pero la que se esperaba.

***

Patrick salió de los vestidores ya duchado. Miró su reloj, aún tenía tiempo libre antes de su último parcial que estaba programado para las once. El entreno había sido bastante exigente, y el hambre le estaba pasando factura. Se encaminó, no sin cierta reticencia a la cafetería principal del campus. Solo compró un jugo en lata y al ver que casi no había personas se quedó sentando en una de las mesas. Sacó el desayuno que había preparado de uno de los contenedores de plástico que cargaba. Se disponía a comer cuando sintió su teléfono vibrar.

Lo sacó y notó el mensaje de Neil. Sonrió al verlo, dio unos cuantos bocados antes de contestarlo: “Estoy vivo. Estoy terminando mi desayuno. Si esta cosa tuviera cámara te mandaría la foto como prueba.”

Sabía que aún estaría preocupado por él después del último entreno, pero aquello no le molestaba. En realidad le aliviaba, porque el sábado por unos minutos llegó a creer que algo entre ellos dos se había roto irremediablemente. Lo que había pasado entre Neil y él el día que se desmayó no podía volver a ocurrir. La abstinencia les había pasado factura, a lo mejor solo debía volver a sus viejos hábitos, quizás solo debería esperar que viniese alguien y…

—Hola, Patrick.

Al alzar la mirada notó a Jon, el chico de medicina, sonriéndole amablemente—Hola.

—¿Te importa si me siento? Mis compañeros no han venido aún.

Patrick le indicó que tomase asiento. El chico lo hizo animadamente, como si esperase que lo mandara a volar. Notó como cargaba un libro gigantesco de patología—¿Tienes parcial?

—Sí. En la tarde, por lo que con mis amigos quisimos venir a dar un último repaso, pero estoy muerto. No he dormido nada los últimos dos días —dijo mientras tomaba un enorme termo lleno de café—¿Quieres un poco?

—No gracias, no me gusta el café.

—A mí tampoco me gustaba antes. Ahora ya le tomé el gusto, es como si no te dejasen pasar más allá del primer año si no aprendes a tomarlo —explicó mientras se servía un poco—. ¿Y tú ya terminaste tus parciales?

—Tengo el último a las once.

—Falta todavía un poco —dijo notando su reloj—. ¿Te va bien en la materia? Porque no luces desvelado.

Patrick sonrió de lado, aquí era donde decía que él siempre se desvelaba así que la gente no lo echaba de ver nunca—Lo normal —exclamó.

—Vaya que envidia, a mí en patología me va de la patada. Los últimos días creo que el estrés es el que no me ha dejado dormir en realidad.

—Te ves estresado —concedió Patrick.

—Ojalá hubiera una manera de poder quitármelo al menos unos minutos, porque no aguanto los hombros —se quejó el chico.

Patrick le miró unos segundos para saber si aquel comentario había sido adrede o no, pero cuando vio a Jon tomar un trago del café comprendió que aquello no lo había hecho a propósito, pero el camino estaba abierto, miró su reloj aún había tiempo. Miró a Jon una vez más, quien ahora tenía la vista en su celular. Solo tenía que decirlo, Jon no parecía de los que se echarían para atrás ante tal proposición, pero algo en su interior lo detuvo.

—Por cierto donde está tu amigo con el que siempre andas. Es extraño no verlos juntos.

—Neil. No tenía parcial ahora y no siempre andamos juntos —intentó defenderse patéticamente.

Jon sonrió animadamente—Bueno, mejor así. Así no tengo que pedir su permiso cuando te invite a salir. ¿Qué dices?

Patrick le miró confundido unos segundos—¿Tú quieres salir conmigo?

—Sí, una cita o no podemos llamarlo cita si te intimida la palabra ¿qué dices?

Patrick no se esperaba aquello. Una cita. Era la primera vez que alguien lo invitaba a salir formalmente, o a salir en general. Lo que tuvo con Caleb no se podían llamar citas. Jon le miraba expectante—Y-yo…—empezó con dificultad. No le estaba pidiendo sexo, se dijo así mismo, aunque si se lo estuviese pidiendo quizás sería más fácil decir que sí. En una cita no sabía a qué atenerse, que esperar. Nunca pensó que él podía ser material para citas, pero allí estaba un chico pidiéndole una y se sentía como un estúpido puberto el cual no encontraba que responder.

—Solo di que no, Patrick. Vaya, no creía que eras de los que le costaba rechazar a un chico.

Patrick el miró con cierta culpa—No estoy acostumbrado a que me pidan citas —admitió con bastante dificultad.

—Es broma ¿verdad? —preguntó confundido Jon.

—Generalmente todo se queda en ofertas de sexo y ya —confesó con naturalidad, pero al notar cómo Jon se sonrojaba de pronto él también se sintió avergonzado.

—¿O sea que hice mal? ¿Te pido sexo primero y luego una cita?

—¿Quieres sexo? —cuestionó Patrick.

—¿Ahora?

—¿Por qué no? —dijo, pero solamente porque ya se imaginaba por donde iría la respuesta de Jon.

—N-no. No ahora, vaya cuando vine a hablarte en mi mente tenía un esquema como podían ir las cosas, acabas de tirar a la basura todos los escenarios para los que me había preparado —se sinceró—. Realmente eres alguien impredecible.

—Lo siento —exclamó más tranquilo, volvía a tener la situación en su control—. Pero hombre, no te apenes. Es mejor así, luego capaz no te concentrabas en tu parcial por estar pensando en lo que hicimos y reprobabas por mi culpa.

—L-lo siento, generalmente si logro besar a alguien en la primera cita es un logro —exclamó Jon apenado. El celular de Jon sonó y la llamada pareció caída del cielo. Respondió rápidamente y luego de un rápido intercambio de palabras colgó—. Me están esperando en la biblioteca, y-yo tengo que irme.

Patrick asintió aún con el bocado en la boca. Había aprovechado el tiempo para terminar su desayuno. Tragó con cierta dificultad—Claro, ve. Suerte en tu parcial —exclamó al no encontrar nada mejor que decir. Aún tenía tiempo antes de su parcial, pero bien podía acercarse al aula y repasar algo con Fabio antes de la prueba. Empezó a guardar sus depósitos cuando notó una mano sobre la mesa. Al alzar la vista Jon estaba peligrosamente cerca.

—Y-yo…me preguntaba si lo pensarías —pidió Jon—. Lo de la cita. Suelo tener tema de conversación y mis amigos dicen que soy gracioso y n-no suelo ir a lugares feos, y yo soy el que paga. No tienes que besarme ni mucho menos tener sexo conmigo. Así que ¿podrías pensarlo? 

—Está bien…

—Gracias, Patrick. Nos vemos, suerte en tu parcial.

Se quedó unos segundos observando por donde se había ido. Suspiró derrotado. Una cita. Aquello no sonaba bien, en especial la parte de hablar. Neil era la única persona, aparte de su abuelo, con la que le gustaba hablar abiertamente. Solo se podía imaginar con Neil hablando por horas y horas de todo y de nada, solo se imaginaba siendo completamente honesto con él. Tomó su mochila y emprendió camino hasta su aula.

***

—Eso solo fue un beso ¿verdad? —preguntó sacando valor de donde no lo tenía. Al notar la expresión de Logan le indicó que aquello había sido un error. Uno garrafal. Leah respiró hondo—. Logan, mírame…

El chico seguía con la mirada desviada y apretó sus puños con fuerza.

—Mírame…—pidió Leah, pero no recibió respuesta—. Logan, por favor —Nada. Aquello le dolía más que el hecho que ese beso hubiese sido un error—¿Quieres que me vaya? —sin respuesta. Aquello era un sí. Guardó sus apuntes lo más rápido que pudo, tomó su mochila y se puso de pie—Bien, haremos como si esto nunca hubiese sucedido ¿ok? No tienes que hablar al respecto. So-solo deja de verte tan miserable por un maldito beso —exclamó—. Estamos bien, Logan en serio —le dijo antes de alejarse de allí.

Caminaba con paso ágil, firme, no comprendía cómo podía seguir caminando, como podía seguir como si nada hubiese sucedido—Todo está bien —exclamó con seguridad. Su voz no dio muestra de quebrarse.

Fue solo un beso. Un simple beso. Su primer beso. No importaba, pensó. Al menos ya no seguiría sintiéndose patética porque a sus veinte años no había besado a nadie ni siquiera por accidente. Un beso, no es la gran cosa.

—¿Leah? —la chica paró en seco y notó a Patrick mirándole confundido—¿Estás bien?

Claro que sí—exclamó—¿Por qué no debería de estarlo?

El chico se acomodó la mochila—Es solo que te ves como si vas a desmoronarte en cualquier segundo…

Leah sacó todo el coraje para ver a Patrick a los ojos, aquellos ojos que debería de odiar, pero no podía porque Patrick no tenía la culpa de nada—N-no, no digas…—su voz no salió. Sus ojos empezaron a arder—. E-estoy bien…—exclamó cuando las primeras lágrimas empezaron a caer descontroladas—. E-estoy bien, e-estoy…e-estoy bien… solo de pronto me dieron ganas de llorar sin motivo. No sé por qué estoy llorando—exclamó furiosa consigo misma apartándose las lágrimas con rabia—.Y-yo…l-lo siento, t-te juro que nunca lloro…—exclamó avergonzada al notar la expresión de Patrick.

Lo sé exclamó Patrick. Aún con sus dudas por no saber si era el gesto correcto o el esperado, la abrazó con fuerza y le lanzaba miradas asesinas a aquellos que se les quedaban viendo—. Quizás deberíamos irnos a otro lugar…

Patrick la llevó lejos de la mirada de los curiosos, finalmente encontraron un lugar solitario detrás del edificio de medicina y se dejaron caer sobre el césped. Leah tenía la mirada baja. Patrick no veía las lágrimas de la chica, pero sabía que aún lloraba por el esporádico movimiento de sus hombros y uno que otro sollozo. No entendía por qué en menos de una semana había visto llorar a más mujeres que en toda su vida, y lo peor era que quería hacer algo para ayudarlas, pero él era nuevo en esto de los amigos incondicionales, y deseaba que al haber aceptado ser parte de los Títeres le hubiesen dado algún manual del mejor amigo o algo por el estilo. Rebuscó en sus bolsillos y sacó un pañuelo y se lo tendió a la chica.

Leah le miró confundida unos segundos y lo tomó—No creía que eras de los que usaran pañuelo.

—Sí, somos una especie en extinción. Aunque no creas que siempre ando, la mayor parte del tiempo se me olvidan —admitió.

Leah se limpió sus lágrimas. Respiró hondo mirando el cielo antes de dejar salir todo el aire. Una amarga sonrisa se dibujó en su rostro y una carcajada que sonaba más a un sollozo salió unos minutos después. Miró a Patrick quién tenía un semblante preocupado—Quita esa cara, Patrick —pidió.

—Lo siento…—dijo llevándose una mano a sus cabellos—Es solo que eras la última persona de todos los Títeres que creía que vería llorar. ¿Quieres hablar al respecto? ¿O debo callarme? —preguntó al notar la reacción de Leah—. Lo siento soy nuevo con todo esto de la sociabilidad y empatía.

Al escucharlo tan confundido no pudo evitar sonreír un poco—Hasta yo estoy sorprendida que lo hice —reconoció—. No fue la gran cosa. Es una tontería —dijo intentando restarle importancia, pero la mirada de Patrick le decía que no importaba, que podía decirlo—. Sigo sin entender cómo pasó, pero Logan me besó…—dijo con cuidado buscando alguna reacción demás, pero solo notó la confusión en el rostro del chico.

—¿Eso es malo por qué…?

—Porque fue un accidente y se arrepintió apenas terminó —dijo con todo el aplomo que tenía.

Patrick pasó su mano por su nuca—No es por ser entrometido o algo por el estilo, pero ¿estás segura? Logan no parece del tipo de persona que anda besándose con cualquiera solo porque le dieron ganas de repente.

Leah asintió—A él le gusta otra persona. Lo venía sospechando desde hace unos días, pero creo que ya lo confirmé después de esto —dijo con decepción—. Solo no entiendo porque me besó.

Patrick miró con pena a la chica. No podía decirle que había visto a Logan en aquella fiesta. No quería decirle que quizás solo la besó porque quería asegurarse que no era hetero, porque sería romperle el corazón—¿Y él cómo está? —preguntó Patrick. Leah era mucho más fuerte que Logan y si ella estaba mal, el otro debía estar desmoronado o siendo consumido por la culpa.

—Mal, supongo. Ya sabes cómo es Logan, pero me preocupa.

—¿Quieres que llame a Neil para que se cerciore que esté bien?

—No —respondió con rapidez—. Di-digo, quisiera que esto se mantuviera entre nosotros por ahora. No hagamos las cosas más incómodas para todos, la obra está prácticamente a horas de ser presentada.

Patrick asintió con comprensión—¿Y tú vas a estar bien?

Leah asintió enérgicamente—Sí. Esto no va a interferir en la obra. Lo prometo.

Patrick suspiró—Me refería a ti, no a la obra.

—También, no te preocupes.

Patrick asintió—No es por meter el dedo en la llaga, pero tienes el derecho a estar enojada o triste o ambas cosas. No tienes que ser tan comprensiva con Logan todo el tiempo o ponerlo primero a él.

—Lo sé, es solo que…

—Lo quieres —terminó Patrick, sintiéndose extraño por hablar de sentimientos.

—Demasiado.

Patrick frunció el ceño—Eso es un problema —dijo notando la sorpresa de Leah—. Por experiencia, cuando te importa más la otra persona y la pones antes que a ti mismo, las cosas no van a terminar bien. Quizás deberías dejar de querer a Logan un poco y buscar quererte un poco más a ti.

—Vaya, ahora tú eres el psicólogo.

Patrick le miró un poco apenado por el comentario—No quise que sonara como una orden o algo así.

—No lo hiciste —reconoció—. Y supongo que tienes razón y después de esto pues solo queda resignarme a ver a Logan como solo un amigo y conformarme que haya sido mi primer beso…—calló al notar lo que se le había escapado.

—Lo siento —repitió no sabiendo qué más decir—. Sé que es algo importante para ustedes.

—Ya que. No todo sale como lo deseamos.

—Dímelo a mí —dijo Patrick. Se quedaron en silencio unos minutos.

—¿Y qué hay de ti? —preguntó de pronto Leah mirando de reojo a Patrick—¿Hay alguien que te guste?

—N-no…—exclamó sin convicción. Primero Jon le pide salir y ahora Leah venía a preguntarle si alguien le gustaba—Di-digo…no sé, es complicado. No pienso en esas cosas. No tengo mucho tiempo libre para divagar y soy malo con los sentimientos ¿Tenemos que hablar de esto para que te sientas mejor?

Leah no pudo evitar soltar una pequeña risa, jamás pensó ver así de nervioso a Patrick—Ok, ok. No tenemos que hablar de esto ahora. Pero solo para que lo sepas se trata de ti, Patrick. Tal vez lo complicado solo es por falta de comunicación o porque no te animas. Nadie en sus cabales te rechazaría.

—No lo sé…—sintiéndose un poco mal por no ser capaz de decirle más.

—Yo sí. Y no solo por el físico. Eres buena persona, cuando permites que las personas se te acerquen estoy seguro que ellos también lo notan.

—Gracias —dijo con sinceridad—. Y sé que no ayuda en nada, pero si fuera hetero, no sé, creo que me hubieras gustado.

—¿De verdad? No parezco tu tipo. Creía que solo ibas por los guapos.

Patrick sonrió un poco—En primera yo no voy por ellos. Ellos vienen por mí —se defendió—. En segunda, creo que últimamente sin darme cuenta me fijo en la persona y no el físico, pero no me mal entiendas. Tú estás bien. Tu pelo es, no sé, es de un rojo bonito y es brillante aun cuando no lo dejas suelto llama la atención y eres genial, contigo puedo hablar de deportes y verlos. Te gustan bandas geniales de rock de los noventa, eres inteligente, se puede hablar contigo con honestidad y sin temor de decir algo incorrecto, y no andas con tonterías a la hora de comer comida grasosa y eso es genial. Y sí, es cierto que te gusta eso del yaoi que no entiendo aún del todo, pero es a un nivel moderado que podría manejar y todos tenemos nuestras cosas que nadie entiende, así que no sé. Sí, te elegiría sin pensarlo porque eres genuina y no cambias para agradar a los demás.

Leah le miró sonrojada por la vergüenza ante todas las palabras que Patrick le había dedicado—Gra-gracias…

—Eres genial, Leah, solo tienes que verlo tú misma primero. Y tal vez es hora de ver a Logan como solo un amigo, a lo mejor por estar solo viéndolo a él te estás perdiendo de conocer a alguien a quien le gustes. No tienes que quedarte con el primero que aparezca, pero puedes conocerlos. Aunque conociendo a los Títeres deberá pasar por un largo filtro.

—¿Te unirás al filtro?

Patrick lo meditó unos segundos—A la hora de la verdad creo que sí —admitió. Tanto le había insistido a Neil que no podía arreglar la vida de sus amigos, y ahora él quería hacer lo mismo. Suspiró derrotado, qué diría si lo viera en ese instante. Su celular sonó en esos momentos. Patrick lo sacó y notó un mensaje nuevo de Neil. No pudo evitar sonreír.

—¿Tu confusión? —preguntó Leah.

—Sí…—respondió sin querer.

Leah sonrió también. No había que ser un genio para saber quién era, pero cuando Patrick sacó su celular no pudo evitar alcanzar a leer “Neil”. Su sonrisa se ensanchó al notar que Patrick no borraba la suya al contestar el mensaje. Debió sentir su mirada porque el chico la desvió al notar como lo miraba, quien diría que iba a ver esa faceta del legendario Patrick Smith.

—L-lo siento…—exclamó guardado el teléfono.

—No importa, hombre —dijo restándole la importancia—. Solo porque a algunos nos va mal, no vas a privarte de ser feliz —su mirada se fue a las manos del chico que las movía un poco nervioso cuando notó el reloj. Le tomó la muñeca—. Joder, me había olvidado de mi parcial.

Patrick miró su reloj—Mierda, también yo —exclamó mirando la hora—. Tengo que correr, Leah. Mi parcial es en quince minutos.

—Igual el mío —dijo la chica tomando su mochila—. Nos vemos luego.

—Te escribo cuando salga del parcial, por si te apetece ir a almorzar o algo.

—Genial. Quedemos ya para almorzar. Suerte en tu parcial —dijo antes de salir corriendo hacia su aula.

***

Neil miró su celular nuevamente y no pudo evitar sonreír antes de mandar un último mensaje deseándole suerte a Patrick en su parcial.

—¿Con quién hablas que le sonríes tanto al teléfono?

Neil se sobresaltó al escuchar la voz tan cerca de él—¡Mamá! —se quejó mientras guardaba rápidamente el teléfono—Con nadie. Era un video de esos graciosos.

Erika miró a su hijo unos segundos antes de volverle a sonreír mientras le pellizcaba la mejilla—No te creo, pero lo dejaremos así, ya me contarás cuando estés listo —dijo mientras tomaba asiento en una de las sillas del estudio—. ¿Te falta mucho para terminar de estudiar?

—No, ya casi acabo. Patrick me ha ayudado mucho con estática como ya la llevó él, así que casi solo es repasar todo —le explicó Neil—. ¿Por qué?

—Ya que casi no vienes y como ya no te falta mucho para estudiar pensé tomarme la tarde libre.

—¿Segura que puedes tomarte toda una tarde libre? —preguntó Neil no queriendo interrumpir los trabajos de su madre.

—Sí, Neil. Estoy segura —exclamó su madre—. La verdad esperaba también poder tener un tiempo madre-hijo contigo. Podemos ir a almorzar los dos solos. Tu padre puede ir por Joshua y luego venimos por ellos a la casa.

—No creo que papá pueda salir con nosotros. Ayer no fue con nosotros al acuario —le hizo ver Neil.

Erika no pasó desapercibido el tono con el que su hijo dijo aquello—Está ocupado con lo de la construcción del hospital. Le pidieron que empezara la obra cuanto antes ¿recuerdas? Además creo que con lo de la fiesta está estresado aunque él no haga nada.

Neil frunció más el ceño al recordar la fabulosa fiesta. Desde el sábado Neil no había podido o mejor dicho había evitado quedarse a solas con su padre. No estaba listo para tener esa conversación de nuevo. Estaba tan metido en sus pensamientos que no notó en que momento su madre se levantó y regresó con una caja y sacó unas elaboradas invitaciones

—No había tenido oportunidad de dártelas. Revisa que vayan para todos tus amigos —explicó Erika.

Neil abrió la invitación y suspiró—¿La casa de Tony? ¿Es en serio?

Erika se encogió de hombros—Dijo que no había problema, que mejor gastáramos en el licor que en un lugar para hacerla.

—Pero mamá, la casa de Tony es no sé…¿Demasiado presuntuosa? —a veces sentía que la suya era demasiado, pero la de Tony definitivamente era otro nivel—. Además ya sabes cómo es, debe tener sus habitaciones extrañas con calabozos para hacer sus cosas raras.

Erika no pudo evitar soltar una pequeña risa—Oh, Neil. La gente no va andar husmeando en las habitaciones del anfitrión.

Neil frunció un poco el ceño, claramente su madre no iba a una fiesta hacía mucho—Bueno, supongo que eso les ahorrará dinero —terminó concediendo, aunque no le agradaba la idea de llevar a Patrick allí y menos dejarlo cerca de Tony, aunque se estaba adelantando a los hechos y probablemente nunca iría a una fiesta de ese tipo.

—Espero que puedan venir todos tus amigos para conocerlos en especial a la chica que le sonreías en el teléfono aunque no pudiera verte.

—¡Mamá! —volvió a quejarse avergonzado.

—Bueno, después de esa chica Liv no ha habido nadie.

—Ella ni siquiera era mi novia —se quejó Neil. Era increíble que estuvieran teniendo esa conversación.

—Bueno, por como ella actuaba eras el único que opinaba eso —le hizo ver Erika.

Las mejillas de Neil se enrojecieron escandalosamente. No sabía si era el sexto sentido materno o todas las madres podían acceder al cerebro de sus hijos cada cierto tiempo—Mejor vamos a comer ¿quieres?

—Solo respóndeme algo sí…

Neil tragó hondo. ¿Sospecharía algo? No, pensó rápidamente. No podría. Hizo nota mental de todo lo que había hablado ese fin de semana y se maldijo al notar que Patrick había salido a relucir en casi todo, no había sido intencional. Miró a su madre nervioso no sabiendo que esperar—Cl-claro…

—Solo dime que sí estás usando protección…

—¡Mamá! —exclamó indignado. Aquel tema definitivamente no debería ser hablado con ella.

—¿Qué? Es un tema normal, Neil. Ya estamos grandecitos para hablar de eso sin avergonzarnos. Ya no eres un niño y sabes que lo que hagas puede tener consecuencias, solo me preocupo por ti. ¿Acaso crees que uno es tonta, jovencito? Teniendo esa casa para ti solo, es imposible que nunca…

—¡No! —exclamó indignado Neil— No, mamá. Jamás, en serio. Nunca —vio la desconfianza en los ojos de su madre—. Solo nos hemos besado un par de veces —muchas veces, pensó, y me metió mano, añadió en su cabeza—. N-no estamos haciendo nada malo.

Erika se sintió más tranquila al escuchar aquello. No tanto porque solo hubiese besos, sino porque finalmente su hijo había admitido que sí había alguien—Yo no he dicho que sea malo. Es algo natural y te hemos criado para que sepas que esas cosas no se hacen con cualquiera, sino con quién de verdad quieres y sepa valorarte.

—Ya lo sé…—era increíble que tuvieran esa charla. Ni siquiera la tuvo con su padre cuando estaba en la edad de tenerla, en realidad no le permitió tenerla. En aquellos días Neil ya sabía de la infidelidad de Craig, por lo que tener esa charla le parecía el acto más hipócrita de todos los tiempos—. ¿Podemos irnos a comer ya? Antes que me arrepienta de haber venido…

Erika asintió—Está bien. Solo quería tener esta charla antes de irnos a comer, has tenido la cabeza en las nubes todo el sábado y ahora que vine a verte de nuevo ¿o querías tener esta charla en el restaurante?

—No gracias…

—Y una última cosa —dijo Erika.

—Creía que ya habíamos terminado —se quejó Neil.

—Controla esa cuenta del celular. Creía que con el plan que tienes y con todas esas aplicaciones de hoy en día ya no tenías que gastar en tantos mensajes.

—Perdón…—dijo avergonzado. Había olvidado por completo que su madre recibía copia de su factura por ser un plan familiar. ¿Se enojaría Patrick si le comprase un nuevo celular? A la larga le saldría más barato a ambos.

—Está bien. Pero con que venga otra factura como la del mes pasado tu padre si lo sabrá y nos tendrás que contar todo—le advirtió la mujer—. Anda, ve por las llaves de mi auto que tú conducirás.

***

Patrick salió del parcial de Estructuración pasadas las doce y media, para su sorpresa Leah estaba en frente al edificio esperándolo. A simple vista lucía mucho más tranquila, pero Leah era de esas personas que tenían una fortaleza que no permitía que las personas la vieran cuando se encontraba mal. Patrick no sabía de donde sacaba esas fuerzas, pero en lo que respectaba a él sabía que lo hacía por orgullo. Odiaba que las personas le tuvieran lástima, por lo que no dejaba relucir muchas cosas.

—Hola, ¿esperaste mucho tiempo? —preguntó Patrick cuando llegó a su lado y la chica se puso de pie para tomar su mochila y sus libros.

—No, cinco minutos a lo sumo. ¿Qué tal el parcial?

—No lo sé. Tengo dos ejercicios en duda, pero odio quedarme a hablar del parcial con los demás y comparar respuestas —le explicó mientras señalaba el sendero a tomar—¿Qué hay de ti? ¿Tuviste problemas?

—No, no. Sé dejar de lado las emociones para las cosas importantes y concentrarme. Me sabía casi todo, pero era de esos parciales donde hay que escribir, por lo que me demoré un poco.

—Me impresionas —admitió Patrick—. La mayoría de personas hubieran entrado solo a reprobar.

Leah asintió—Lo sé, pero no te creas que ya está todo superado. Apenas salí del parcial fue como si mi cerebro volviera a enfocar toda su atención en lo que pasó —dijo mirando de reojo a Patrick que solo la escuchaba con atención, parecía que quería decir algo más, pero no encontraba las palabras. Leah quería decirle que con solo escucharla e interesarse en lo que le sucedía ya hacía más que suficiente—. Por cierto ¿a dónde quieres ir a comer?

—Cualquier cosa está bien para mí —dijo Patrick.

— ¿Te importa si salimos a comer afuera? No estoy muy de ánimo a estar en la universidad en estos momentos —admitió la chica.

—Claro, no hay problema —mintió. Esperaba que Leah no escogiera un lugar demasiado costoso porque andaba bastante corto de dinero.

Caminaron hasta el estacionamiento donde Leah tenía su vehículo. Al llegar Patrick notó una tabla de surf en la capota de la camioneta. Iba a preguntar cuando notó la expresión de Leah.

—Sí, practico surf —dijo Leah—. En realidad Logan es el único que sabía y ahora tú.

—¿Te avergüenza que los demás sepan?

—Un poco la verdad. No creo que sea tan buena, pero de alguna manera logré clasificar a la siguiente ronda en mi primer torneo oficial, así que estás invitado a ver como las olas me revuelcan el próximo sábado si no tienes nada mejor que hacer.

—Ves, eres genial. Solo tú eres la única que no se da cuenta de ello —le hizo ver Patrick a lo que Leah se sonrojó un poco—. Oh vamos, no tienes que avergonzarte.

—¡No lo estoy!

—Claro —exclamó alargando la “o” con una pequeña sonrisa de lado—. Y tu rostro en estos momentos no compite con el color de tu cabello.

—¡Patrick! —se quejó la chica, pero no pudo evitar soltar una pequeña carcajada—. Ya deja de burlarte o voy a comenzar a atacarte con preguntas sobre tu confusión.

—Ok, dejémoslo hasta aquí —se apresuró a decir Patrick con seriedad, pero luego esbozó una pequeña sonrisa porque sabía que Leah no preguntaría nada que lo hiciera sentir incómodo—. Anda pásame esos libros para que abras tranquila —dijo tomando los libros que cargaba.

—¡Leah!

Patrick notó como Logan venía trotando en dirección a ellos, pero se detuvo apenas notó su presencia y su mirada se fue a los libros que cargaba y volvió a mirarle esta vez profundamente molesto. Desvió la mirada y la enfocó hacia la chica—Leah, ¿podemos hablar? Te fui a buscar luego de tu parcial pero te habías marchado ya.

Leah miró a Patrick y luego desvió la mirada a Logan—Ya nos íbamos, Logan. Teníamos cosas que hacer con Patrick y…

—Oh claro—exclamó Logan—Tenías que hacer cosas con Patrick. Disculpa por no haberlo notado. ¡Qué idiota soy! Patrick está aquí. Obviamente él tiene prioridad.

—Logan no…

—Cállate, Patrick —lo interrumpió ya sin disimular tu enfado—. Es obvio no solo te basta con acaparar a Neil para ti solo.

—Oye, Patrick no hace eso y lo sabes bien, Logan —protestó Leah—. Estás siendo muy injusto con él.

—¿Ahora te vas a poner de su lado?

—¡No me estoy poniendo del lado de nadie! —exclamó indignada Leah— ¿Podrías dejar de actuar tan infantilmente y escucharte por un segundo?

Logan la miró dolido—Haz lo que se te dé la gana, Leah. Solo que quede constancia que intenté hablar contigo.

—No seas…—calló al ver que se alejaba de ellos. No había dado ni media docena de pasos cuando el celular Logan empezó a sonar.

—¿Qué? —exclamó molesto Logan. Lo último que necesitaba era esa llamada. Se detuvo en seco.

Leah miraba todo con atención, el tono molesto de Logan cambió drásticamente su voz sonaba quebrada, hablaba de un médico, de una enfermera o algún tipo de cuidador, pedía alguien que lo viniera a traer a la universidad, al parecer no había nadie en esos momentos disponible. Se giró bruscamente y parecía que se había olvidado que ella y Patrick seguían allí, buscaba algo, pero no sabía qué. Leah miró preocupada a Patrick quien también no le quitaba la mirada a Logan. Lo vio colgar, pero no alcanzó a escuchar lo último que dijo.

—¿Logan? —exclamó Leah temiendo volver a encontrarse con una actitud a la defensiva, pero el chico solo posó sus ojos en ella sin quitar ese semblante de preocupación—¿Qué pasa? ¿Estás bien? —lo vio negar con la cabeza solamente—¿Qué ocurre?

—Tengo que ir a casa. Mi madre se ha puesto mal —exclamó ya no con preocupación, sino con la resignación de alguien que ya ha vivido eso demasiadas veces.

—Puedo llevarte y …

—¡No! —exclamó alzando la voz más de lo querido. Logan notó el semblante herido de Leah y no ayudó a hacerlo sentirse mejor—N-no te preocupes —dijo intentando compensar la brusquedad de antes—. Y-yo solo necesito tomar algún taxi o bus o no sé, algo…

—Al menos déjame llevarte hasta la estación de autobuses —pidió Leah.

—Pe-pero…

—No creo que sepas si quiera que ruta tomar hasta la estación, Logan —exclamó Patrick mientras abría la puerta de atrás del auto de Leah—. Entra, no me hagas obligarte.

Veinte minutos después estaban frente a la estación de autobuses, el camino a la estación había sido silencioso por parte de Leah y Patrick, pero Logan había recibido al menos tres llamadas siendo la tercera la más confusa de todas cargada de frases que no tenían ninguna coherencia para Patrick y Leah, pero prefirieron callar y solo intercambiar miradas de preocupación por el retrovisor. Al llegar Logan no bajó de inmediato como era de esperarse de alguien a quien le acababan de informar que su madre había tenido una descompensación. Bajó con lentitud y miró la estación con detenimiento, Patrick tardó en comprender que Logan no tenía la menor idea de a dónde ir o la logística del lugar.

—Por aquí —se limitó a decirle mientras avanzaba hasta uno de las diversas ventanillas de las líneas de autobuses y pedía dos pasajes para el siguiente bus. Miró a Logan indicándole que pagara los pasajes. Creyó que al menos preguntaría por qué dos pasajes o protestaría un poco, pero se limitó a preguntarle a la señora de la ventanilla si podía pagar con tarjeta.

Patrick se acercó a Leah mientras Logan terminaba de comprar los boletos—Son dos boletos…—se limitó a decir para que ella hiciera las matemáticas.

—Él no quiere que yo vaya —se limitó a decir con resignación.

—No importa. No puede ir solo —le hizo ver Patrick.

—Lo sé…—dijo Leah mirándolo fijamente dejando que Patrick sacara la conclusión por sí solo.

—¿Yo? ¿Te has vuelto loca? —exclamó confundido—Además es obvio que me odia.

Leah sonrió con condescendencia—No te odia —le aseguró—. Solo no estás viendo las cosas desde el ángulo incorrecto.

—Claro, no voy a ponerme de cabeza solo para ver cómo él ve el mundo.

—Ya tengo los pasajes —dijo Logan a espaldas de Patrick.

Leah asintió—Bien —dijo tomando uno de ellos—. Sale en quince minutos. No lo pierdan. Si hubiésemos ido en mi auto hubiésemos llegado más pronto, pero ya que, calculo que estarán allí en unas dos horas. Avísenme cuando lleguen —dijo para luego pasarle el tiquete a Patrick. Solo le dedicó una mirada que le indicaba que tuviese paciencia con Logan y luego vio a su amigo. Quería abrazarlo, decirle que todo estaría bien, pero no pudo—. Espero que no sea nada grave lo de tu madre —dijo Leah—. Todo va a estar bien pronto.

—Lo sé —dijo Logan con resignación—. Gracias por haberme traído. No tenías que haberlo hecho en especial después de…—calló al notar que Patrick seguía allí, este al notar que su presencia estorbaba se alejó un poco.

—Te dije que todo estaba bien entre nosotros. No cambiaba nada —le aseguró Leah—. Solo fue un tonto beso.

—Leah no…

—Aún somos amigos, solo tuvimos un mal día ¿ok? —exclamó con una sonrisa que le costó mantener—. Si necesitas espacio está bien, pero piensa en lo que te dije, lo que sea que te esté molestando deberías hablarlo con alguien —le dijo con más seriedad—. Podrías hablar las cosas con Patrick.

Logan desvió la mirada incómodo—No tengo nada que hablar con él.

Leah sonrió con tristeza—Ok, solo pensé que como van a estar juntos por el resto del día te vendría bien hablar con él —exclamó mientras metía sus manos en los bolsillos del jeans—. Ya me voy. No se olviden en avisarme cuando lleguen. ¿Está bien?

Logan asintió—Y-yo…

—Nos vemos luego —lo cortó la chica para girarse y salir de allí.

Logan se quedó con el “lo siento” en la boca. No despegó la mirada de Leah hasta que se perdió entre la multitud. Al girarse notó como Patrick terminaba de hablar por su celular y colgaba—Espera unos diez minutos para irte, en caso que Leah se haya quedado para cerciorarse que nos fuimos juntos —exclamó Logan pasando a su lado sin siquiera mirarlo.

—No es por arruinarte el acto de tipo duro, pero el bus sale de aquella dirección —exclamó Patrick mientras señalaba el lado contrario al que Logan se dirigía. El chico giró e intentó no lucir tan avergonzado—. Y lamento informarte que te jodes porque ya encontré quien me reemplace en el trabajo hoy, así que tendrás que lidiar conmigo las próximas horas.

Logan le miró molesto—¿Por qué? No tienes que hacer esto porque Leah te ha obligado. ¿O haces esto para quedar bien con Neil?

Patrick le miró extrañado, en definitiva aquel no era el Logan al que estaba acostumbrado. No se había percatado hasta qué punto se habían tensado las cosas entre ellos y no estaba del todo seguro cuál había sido el detonante—¿Por qué tiene que salir Evans a relucir todo el tiempo? —preguntó— En primer lugar Leah no me ha obligado a nada y si estoy aquí es porque quiero. Fuiste el primero de los Títeres que me agradó y hasta hoy no sabía que el sentimiento de amistad era unilateral —le espetó con seriedad—. Si tanto te molesta mi presencia al menos sopórtala hasta que te deje en la puerta de tu casa —pidió mientras le daba la espalda y empezaba a caminar a la puerta correcta donde aguardaba el autobús—. Y date prisa que sino perderemos el bus.

Logan tardó unos segundos en reaccionar antes de salir detrás de Patrick. Subieron al autobús y Logan tomó el asiento del pasillo. Miró a Patrick de reojo, tenía la vista clavada en el cristal, pero no lucía molesto o dolido. Quería decirle tantas cosas, pero no allí—Patrick yo…—su celular emitió un breve sonido indicándole que tenía un mensaje, lo abrió con cierto pesar y lo miró derrotado. Emitió una breve respuesta y luego mandó otro mensaje pidiendo que llegasen por ellos a la terminal en dos horas.

—Gracias por acompañarme, Patrick —exclamó sin mirarle, no podía hacerlo en esos momentos. Miró nuevamente el mensaje que había recibido y su respuesta.

¿Seguro que está todo bien? Te noté tenso cuando hablamos.

Estoy en una reunión. Te llamo luego. Te amo.

 

Estaba harto de tantas mentiras, ya no sabía cómo seguirlas viviendo, lo peor de todo sabía que estas solo lo iban enfermando cada día un poco más, pero ya no sabía cómo evitar seguirse hundiendo en ese abismo. 

Notas finales:

Prometo no tardarme tanto para la siguiente entrega. Saluditos~


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