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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

Lo prometido es deuda :D una actu rápida. 

XXXVII.

Cuando entraron nuevamente a la casa Danny salió a recibirlos meneando la cola con tanta fuerza y rapidez que amenazaba con botar el paragüero que estaba al lado de la puerta. Apenas pusieron un pie en la sala fue el perro fue traer su correa y anduvo detrás de ellos hasta que le pusieron atención.

—Tendré que sacar a Danny. ¿Quieres venir?

—Creo que mejor me quedo avanzando. Tengo un informe que entregar mañana y quería avanzar en la crítica de Landerson.

—Está bien. Dejaré tu ropa en mi cuarto —dijo Neil—. ¿Trabajaras en el estudio?

—Si no tienes problema con ello…

—Claro que no. No digas tonterías, ya sabes que puedes usarlo cuando quieras.

Durante las siguientes horas se dedicó a avanzar en su informe. Apenas fue consciente cuando Neil regresó del paseo. Danny por ratos estaba con él y por ratos subía con Neil. Patrick fue vagamente consciente que Neil se duchó porque cuando bajó por un vaso con agua tenía los cabellos aún mojados. Alrededor de las once y media Neil volvió a aparecer en el estudio llevándole una pequeña porción de cheesecake—Pensé que te vendría bien un bocadillo.

Patrick sonrió agradecido y dejó de prestarle atención a su computadora por unos minutos. Danny entró a los pocos minutos para echarse a los pies de Neil. Estuvieron platicando un rato hasta que Neil notó la hora.

—Ya es tarde. Deberíamos ir a la cama…

Patrick miró la pantalla y luego a Neil. Había captado la indirecta perfectamente, pero tenía demasiado trabajo rezagado y no podía darse ese lujo en esos momentos. No cuando el proyecto de la biblioteca era más de la mitad de su nota y aún no estaba ni cerca de alcanzar al resto de sus compañeros.

—Subiré pronto. Solo quiero avanzar un poco más.

Neil asintió, no quería lucir demasiado decepcionado porque él en las ocasiones anteriores había arruinado el ambiente. Se acercó a recoger el plato y besó a Patrick—No trabaje tanto, arquitecto Smith.

Patrick sonrió un poco a manera de disculpa—Lo siento…

—No te disculpes. Solo no te exijas demasiado ¿está bien?

Dejó escapar un suspiro cuando Neil salió del estudio, se llevó su mano a su hombro y lo masajeó un poco. Pasaban de las doce. Miró por la ventana que daba al patio y notó como llovía un poco. Intentó proponerse avanzar lo más que pudiera hasta la una, quizás con un poco de suerte Neil aún estaría despierto, pero cuando volvió a ver el reloj pasaban de las dos de la mañana. Tenía la vista cansada de estar tanto tiempo frente a la computadora. Al menos mañana no tenía entreno así que podía dormir un poco más, se consoló. No se sentía tan agotado, pero sabía que tenía que intentar dormir aunque sea un poco de lo contrario llegaría fatigado al partido.  

Danny dormía plácidamente en la alfombra del estudio y ni siquiera se despertó cuando pasó a su lado. Patrick subió las gradas y caminó directo a la habitación de huéspedes. No fue hasta que no encontró sus maletines donde usualmente los dejaba, que recordó que Neil los había llevado a su habitación, se había olvidado por completo que Neil esperaba que durmiera con él. Una parte de él le decía que era obvio que lo esperase, la otra aún le asustaba un poco el tema de ese tipo de intimidad, si era honesto consigo mismo. No sabía bien que esperar o cómo actuar y francamente todo eso se salía de su zona de confort.

Cuando entró a la habitación, Neil estaba dormido con un libro apoyado en su pecho. Era obvio no estaría despierto a esa hora. Con cuidado Patrick le quitó el libro y lo dejó sobre la mesa de noche. Fue a cepillarse los dientes al baño y cuando volvió a entrar a la habitación se sorprendió de ver a Neil despierto viendo su celular.

—¿Te desperté?

—No, no te preocupes ¿Lograste avanzar algo?

Patrick se desvistió hasta quedarse en ropa interior antes de acercarse con lentitud a la cama. Miró a Neil quien le sonreía como si supiera lo que pensaba. Apagó la luz, se metió debajo las sábanas y se dejó hundir en la mullida cama. Giró el rostro y notó a Neil aun sonriéndole.

—Tu cama es tan cómoda. Ahora entiendo por qué nunca quieres levantarte.

Neil rio al escucharle decir eso—Ahora tú tampoco querrás levantarte.

Patrick se quedó mirando a Neil largo rato. Este hacía lo mismo con él, pero la mirada de Neil era intensa—¿Qué?

—Nada. Solo estoy feliz que estés aquí.

Patrick sonrió al escucharlo. Allí estaba de nuevo Neil con la franqueza que amaba—¿De verdad? Tienes menos espacio en la cama.

—Bueno, la cama es bastante grande para que estemos los dos y aún sobra espacio. Además no me molesta compartirla contigo —dijo Neil mientras se acostaba boca abajo y abrazaba su almohada.

—Deberías descansar. Si sigue lloviendo en la mañana no querrás despertarte para tu clase de las siete treinta.

—Nos la cancelaron. Justo revisaba el correo del catedrático. Así que solo tengo que llegar a tiempo para la obra.

—Solo cuatro funciones más. ¿Has pensado qué harán después?

—Aún no, creo que por este semestre hemos terminado, pero quiero pensar qué podemos hacer para el siguiente.

—Aún tienes tiempo para planearlo todo. Y decidas lo que decidas hacer sé que lo harás increíble.

—Tienes demasiada fe en mí.

—No es fe, sé cuánto adoras el teatro y la pasión que le pones a todo lo que tiene que ver con este. Solo dime con tiempo qué obra quieres montar para hacerte la mejor escenografía que pueda.

Neil sonrió al escucharle—Eres el mejor. Lo sabes ¿verdad?

Patrick rio al escucharle—No lo soy, pero me alegra que tú lo pienses.

—Oh vamos, no seas tan modesto.

—Me basta ser el mejor para ti…

—Lo eres —le aseguró Neil quien se inclinó para besarle.

Su boca pidió profundizar el beso y el agradable estremecimiento no se hizo esperar apenas sus lenguas se encontraron. Un suave jadeo de placer murió en su garganta. Su mano se fue al rostro de Patrick y acarició su mejilla. Al romper el beso su pulgar acarició la comisura de sus labios de Patrick.  

—Dime por favor que no estás tan cansado —susurró Neil sintiéndose un poco culpable por estarle diciendo aquello en especial después de ver lo tarde que era.

—No lo sé ¿qué tenías en mente?

—Que me hagas tuyo, Pat —susurró.

Una sonrisa se instaló en el rostro de Patrick antes de apartar las sábanas y apresurarse a quitarle la camisa, mientras Neil se encargaba de quitarse el pantalón del pijama.

—Tienes demasiada ropa —se quejó Patrick.

—Tú no por suerte —susurró Neil mientras terminaba de quitarse los pantalones y sus manos se iban directo al bóxer de Patrick dispuesto a quitárselos—. Si no estuviera tan excitado probablemente me sentiría ofendido por tu increíble físico.

Patrick dejó escapar una risa al escucharlo—No te ofendas. A mí me gusta todo lo que estoy viendo —le aseguró mientras sus labios rozaban el cuello de Neil.

—¿No estás mintiendo verdad? Porque pensaba meterme al gimnasio.

—Me gusta cómo eres, Neil —susurró Patrick—. Voy a dejártelo bien claro en estos momentos.

Neil se estremeció al escucharlo, le besó ansioso, mientras se sentaba en su regazo. Las manos de Neil se fueron hasta los cabellos de Patrick mientras las manos de este empezaron a recorrer su espalda con lentitud, con deseo, hasta que bajaron a sus nalgas y las apretó con deseo.

—Pat…—jadeó Neil rompiendo el beso.

—Ves, tienes buen culo —dijo apretándolas juguetonamente—. Solo hace falta que te lo recuerden más seguido.

—Lo tomaré como un cumplido en especial proviniendo del dueño del culo matemáticamente perfecto—antes que Patrick protestara lo interrumpió—. No te atrevas a negarme que tu culo es una calca perfecta de la espiral de Fibonacci.

Sonrió al escuchar la carcajada de Patrick. Aún en la penumbra podía ver el brillo en esos ojos verdes, uno que no tenía meses atrás, pero que ahora los hacían mucho más hermosos. Cada vez que veía esa sonrisa en Patrick sabía que quería ser el único en hacerlo sonreír de ese modo. Las manos de Patrick acariciaban sus brazos y supo que no quería otras manos sobre su cuerpo.

—Dime que tienes en silencio tu teléfono —suplicó Patrick—. Con nuestra suerte capaz alguien te llama a esta hora y nos interrumpe.

—No te preocupes. Nadie va a hacerlo. Ya está en silencio.

—¿Quieres música o algo para estar más cómodo?

Neil le miró unos segundos para asegurarse que no estaba molestándolo, pero supo que Patrick iba en serio—Estoy bien así.

—Si necesitas que me detenga no dudes en decirlo.

Neil asintió, pero no ya no tenía dudas. Quería entregarse a Patrick. Sabía que él era el único con el que deseaba hacerlo. Patrick lo dejó acostado sobre la cama una vez más y Neil suspiró al sentir esos labios sobre su cuello, para luego bajar hasta su pecho. Neil echó su cabeza hacia atrás entregado a los besos que le regalaba. Sus manos se aferraron a la espalda de Patrick cuando sintió la mano de este deslizarse con lentitud por su estómago hasta llegar a su miembro el cual empezó a masajear con lentitud.

Neil dejó escapar un suspiro al sentir como la masturbaba. Los labios de Patrick recorriendo con lentitud su cuerpo. No podía creer que finalmente estuviera sucediendo. Iban a hacerlo.

—Bésame, Pat…

Sus labios no tardaron en recibir el beso que tanto anhelaba. Su corazón latía con fuerza. Su cuerpo estaba a merced de Patrick.

—Más rápido —pidió Neil moviendo sus caderas ansioso—. Quiero sentirte más.

Patrick se detuvo. Neil abrió sus ojos y le miró confundido, pero no dijo nada porque notó que el otro  estaba buscando las palabras adecuadas.

—Quiero intentar algo —dijo Patrick mirándole con seriedad.

—Está bien —dijo Neil.

—Nunca he hecho una felación…

—Oh…—dijo Neil sin poder ocultar su sorpresa—. No tienes que…

—Quiero hacerlo. Solo te estoy advirtiendo que quizás necesite práctica antes de hacerlo bien.

—Puedes practicar conmigo todo lo que quieras —le aseguró Neil. No esperaba esa confesión de Patrick pero lo hacía sentirse especial. Creía que al menos con Caleb lo había hecho—. ¿Quieres que me siente al borde la cama? Quizás así se te es más fácil. No sé, tampoco he hecho una felación…

Aquello le sacó una sonrisa a Patrick quien solo asintió mientras se sentaba en la alfombra que estaba al pie de la cama y separaba las piernas de Neil.

—Tengo unos condones de sabores —dijo Neil de pronto. Los había comprado más por la idea que quizás él los utilizase y no al revés—. Por si quieres usarlos.

—No, quiero hacerlo así—dijo Patrick con seguridad—. Asumo que por tu celibato autoimpuesto no tengo que preocuparme.

—Asumes bien —le aseguró Neil. Su madre tenía la manía de hacerles un chequeo completo a todos los de la familia al inicio de cada año y cuando decía que era completo era completo.

Patrick miró la erección de Neil la cual estaba a la altura de su rostro. Una parte de él no podía creer que en verdad lo iba a hacer. Había recibido numerosas felaciones, pero nunca dado una, así que esperaba poder recordar algo de lo que los demás hacían con él para poder hacerlo bien con Neil. Alzó la vista y al notar la expresión expectante de Neil hizo que cualquier inseguridad que tuviera se borrase. Quería que la primera vez de Neil con él fuera lo más memorable posible. Tomó la base de la erección de Neil mientras sus labios rozaron la punta del miembro y la introdujo en su boca con lentitud. El jadeo de Neil lo animó a tomar un poco más.

Neil miraba embobado como su erección desaparecía dentro de la boca de Patrick. Su cuerpo se tensó cuando sintió la lengua de Patrick juguetear con la punta de su miembro. Jadeó con fuerza y hecho su cabeza atrás al sentir como lamía toda su longitud. Cerró los ojos porque si seguía viendo lo que Patrick hacía no iba a durar mucho. Sintió como volvía a abarcarlo de nuevo y Neil se perdió en la sensación.

No pudo controlar el momento en que sus caderas se movieron hacia adelante. Su sexo golpeó la garganta de Patrick, este se retiró rápidamente tosiendo un poco. Su cuerpo sucumbió ante ese placer, cuando la sensación pasó abrió los ojos y notó unas lágrimas en los ojos de Patrick, cayó en cuenta que aquello no debió haberse sentido tan bien. El pánico que lo hubiese arruinado empezó a embargarlo—Lo siento, lo siento…—dijo. “Joder, Neil. ¡Es la primera vez de Patrick y prácticamente le has violado la boca!”, pensó lleno de culpabilidad —No tienes que seguir haciéndolo…

Patrick le miró con sus ojos aún llorosos y su pecho moviéndose con rapidez—Está bien…

—Lo siento. Joder, debí haberme controlado más.

—Está bien, Neil. Solo me tomaste por sorpresa.

—Lo siento. No sé qué me pasó. Te juro que nunca…

—Me gustó—le interrumpió.

Neil se quedó en blanco unos segundos—¿Qué?

—Puedes hacerlo de nuevo si quieres.

Neil sintió que podía correrse en ese mismo instante. ¿Era en serio? La mirada determinada de Patrick le indicó que iba muy en serio. Neil asintió mientras llevaba su erección a los labios de Patrick con cierta lentitud y temor, pero la boca de Patrick no dudó en volver a recibir su erección. La mano de Patrick se fue nuevamente a la base y con la otra acarició sus testículos.

—Joder…—susurró Neil.

Sus manos se fueron a esos rizos azabaches y esta vez no apartó su mirada de Patrick quien le indicaba que estaba bien. Neil empezó a mover sus caderas con lentitud. Si alguien le hubiera dicho el mismo día que conoció a Patrick que en unos meses se iba a estar follando su boca hubiera apostado mil dólares en contra, pero allí estaba dejándose consumir por el placer.

—Tócate, Patrick —ordenó Neil, sin saber por qué necesitaba verlo.

Un jadeo murió en la garganta de Patrick quien deslizó su mano libre entre sus piernas. Su erección reclamaba atención desde hacía varios minutos atención. Neil seguía penetrando su boca, haciéndole más difícil respirar, pero no quería que se detuviese. Jamás pensó que disfrutaría tanto estar en esa posición, pero la mirada extasiada de Neil que no rompía contacto visual con él hacía que todas las sensaciones fueran más intensas.

—Hazlo más rápido —ordenó Neil—. Quiero ver bien cómo te masturbas. No apartes tu mirada de mí.

Patrick dudaba mucho que fuera a aguantar mucho. Necesitaba correrse, aumento el ritmo de su mano ansioso. Estaba seguro que si no tuviera la erección de Neil en su boca estaría gimiendo para esos momentos.

Neil no podía creer la situación. Patrick estaba arrodillado ante él dejando que follase su boca, su erección entraba y salía de esa boca a su voluntad, mientras lo veía masturbarse preso del placer, sentía como su garganta se contraía deliciosamente alrededor de su erección. Lo estaba volviendo loco. No quería cerrar los ojos, quería correrse viendo esos hermosos ojos que en esos momentos se lo devoraban con la vista.

—Ya no aguanto, Pat…

Neil se separó justo a tiempo para evitar correrse en la boca de Patrick. El orgasmo llegó con fuerza. Echó su cabeza hacia atrás gimiendo con fuerza. Todos los músculos antes en tensión quedaron laxos, se dejó caer en el colchón. Su respiración era errática. Por varios segundos solo escuchaba su respiración jadeante. Aún abrumado se incorporó sobre sus codos y notó a Patrick respirando con dificultad. Si bien había logrado evitar terminar en la boca de Patrick no había evitado que parte de su semen cayera sobre su torso. Su vista bajó aún y notó como Patrick aún no se corría. Antes que pudiera decir algo Patrick ya estaba encima de él besándole. Neil correspondió el beso deseoso y quedó encima de él. Tomó la erección de este y lo empezó a masturbar a un ritmo apresurado, pero sabía qué era lo que su novio necesitaba en esos momentos.

—Neil…—jadeó Patrick.

—Lo hiciste excelente, Pat —susurró con una sonrisa llena de satisfacción—. Nadie me había hecho sentir tanto placer como tú.

Patrick sintió su piel erizarse al notar como Neil se lo devoraba con la mirada. Jadeó complacido más  por el elogio que por su erección siendo aliviada por la mano de Neil.

—Anda, córrete para mí…

Patrick empezaba a creer que no podía negarle nada a Neil porque en ese momento el orgasmo le llegó de golpe. Corriéndose tal como Neil le pidió y como él deseaba complacerle. El orgasmo le llegó con fuerza. Sentía que no había tenido uno en años. No comprendía cómo pudo esperar tantos meses sin uno. Abrió los ojos con lentitud y al notar esos ojos cafés rebosantes de felicidad se alegró de haber esperado. Aún sentía los leves espasmos recorrer su cuerpo cuando lo atrajo a él para besarle con suavidad. Al romper el beso ambos rieron como si fuesen unos niños que acababan cometer una travesura.

 —¿Estás bien? —preguntó Neil dejándose caer a su lado.

—Creo que mañana no voy a hablar bien, pero por lo demás estoy mejor que en años —admitió Patrick girando el rostro para observarle.

—No sabía que te gustase jugar tan rudo.

—Ni yo —dijo, pero lo había disfrutado—. Y yo no sabía que te gustaba dar órdenes durante el sexo —sonrió al ver cómo Neil se sonrojaba apenado—. Me gustó.

Neil le miró en una mezcla de felicidad y alivio—Creo que aún tenemos mucho que descubrir uno del otro —dijo acariciando una de las mejillas de Patrick.

—Nos la vamos a pasar muy bien entonces.

—¿Quieres seguir descubriéndolas? ¿O estás muy cansado?

—No quiero negarme el placer de seguir descubriéndolas. ¿Seguro que quieres llegar hasta el final? Si no estás listo aún…

—Lo estoy —le interrumpió Neil. Se sonrojó un poco al notar lo ansioso que se escuchó.

—Con ese entusiasmo no puedo negarme. ¿Listo para el segundo round?

—Creí que aún seguíamos en el primero.

Patrick sonrió al escucharlo—¿Tienes los condones?

Neil asintió y se inclinó para abrir la gaveta de la mesita de noche. Escuchó la risa de Patrick a sus espaldas cuando notó las cajas de condones y el bote de lubricante que había comprado, junto a los condones que había tomado en el hospital.

—No pensé que irías a comprar más —dijo Patrick mientras se inclinaba para revisar los que tenía—. Creo que no tengo que preocuparme por algunos días. —Vio a Neil tomar uno de los condones y el bote de lubricante y luego ofrecérselos—. Será más fácil hacer esto si te pones en cuatro.

Vio a Neil asentir mientras se quitaba de encima suyo mientras él untaba sus dedos con el lubricante. Quería que los dos disfrutasen de este momento—Relájate —susurró mientras su dedo rozaba el ano de Neil.

Introdujo el primer dedo con cuidado, pendiente de cualquier reacción que le hiciese creer que la incomodidad era insoportable, pero no la encontró. Se tomó su tiempo para dilatarlo, por fortuna el lubricante hacía todo mucho más fácil. Sus labios recorrían la espalda de Neil besándolo, adorando cada parte de su cuerpo. Pronto lo tenía jadeando de nuevo y a ambos con una nueva erección. Tenía tres dedos dilatando a Neil para esos momentos cuando notó que este movía sus caderas en busca de mayor contacto.

—Más rápido…

—Aguarda un poco.

—Estoy listo, Pat.

Patrick sonrió al escuchar el tono anhelante—No sé por qué no me sorprende que no tengas paciencia para estas cosas…

—Hazlo. Quiero sentirte.

—Si lo pides de esa manera no puedo negarme —dijo Patrick mientras retiraba sus dedos—. Date la vuelta.

—Creía que lo haríamos así como estábamos.

Tomó unas almohadas y le indicó a Neil que pusiera sus caderas sobre ellas— Es tu primera vez, así que si lo mantendremos dentro de lo tradicional. ¿O tenías alguna petición especial?

—Empecemos con lo básico. Además quiero ver tu rostro.

—Sí, imaginé que también querrías eso —admitió Patrick con una sonrisa—. Sabes, estoy impresionado. Para ser tu primera vez con un hombre estás bastante relajado.

Neil sonrió ante el comentario—Es que aún hemos hecho nada que no hubiese hecho con anterioridad —confesó. Los ojos de Patrick brillaron con curiosidad—. Espero que no te moleste que haya estrenado el bote de lubricante en tu ausencia, pero quería tantear terreno. Ya sabes, en especial si tomamos en cuenta tu erección. No puedes culparme por querer tener una vaga idea a lo que me iba a enfrentar.

—Solo me molesta no haber estado aquí para haberte visto —susurró Patrick antes de besarle mientras separaba un poco las piernas de Neil.

Neil abrió aún más las piernas. Su corazón latía con fuerza. Hasta allí llegaba la seguridad con la que se había desenvuelto hasta ahora. Una cosa era un poco de actividad exploratoria con sus dedos y otra muy diferente tener un pene en su interior. Patrick rompió el beso para colocarse el condón. Ahora que veía la erección de Patrick a conciencia no iba a mentir que no estaba nervioso. Quizás su nerviosismo era demasiado obvio porque Patrick le besó con suavidad como si quisiera indicarle que todo estaba bien.

—¿Puedo hacerlo? —preguntó Patrick.

Neil sonrió ante la pregunta porque era él quien desde el primer momento lo había pedido, pero era obvio que quería asegurarse que no había cambiado de opinión, pero no lo haría.

—Hazlo.

Sintió la erección rozar su ano y luego adentrarse lentamente en él. Neil respiró hondo y dejó salir el aire con lentitud en un intento de relajarse. Patrick se iba abriendo paso con lentitud y cuidado.

—¿Todo en orden? —preguntó Patrick deteniéndose de pronto.

Neil le miró confundido y asintió—Sí, no fue tan terrible para como lo pintan —vio como Patrick quería reprimir una risa—¿Y ahora qué?

—Solo he metido la punta…

Neil se sonrojó al escucharlo—Ya, ya lo sabía…—dijo abochornado— Bueno, puedes seguir. No te detengas.

Neil sentía como Patrick seguía adentrándose con lentitud, sentía como si el aire se quedase estancado en sus entrañas, se aferró con fuerza a la espalda de Patrick arañándola hasta que sintió a Patrick por completo en él. Se quedó boqueando en busca de aire mirando la expresión de placer y frustración que Patrick tenía por no poder moverse de inmediato.

—¿Estás bien?

—Dame un momento —dijo Neil sin aire.

La sensación de tenerlo en su interior era plena, frustrante. Había incomodidad y un poco de molestia no iba a negarlo, pero nada que no pudiera soportar o lo lastimara de sobremanera. Su cuerpo no estaba acostumbrado a semejantes intromisiones y menos del tamaño de Patrick. No podía creer que en verdad eso fuera real. Empezó a reír por la incredulidad dejando que el poco aire que había conseguido recuperar se le escapara.

—¿De qué demonios te ríes?

—Estás dentro de mí…

Patrick le miró como si hubiera perdido la razón—¿Eso te da gracia?

—No, solo estoy feliz que seas tú.

—Estás loco ¿lo sabes?

Neil rio un poco más—Lo sé, quizás me estoy riendo también por los nervios. Pero en serio, estoy feliz de que tú me hayas estrenado por atrás.

—Gracias por el honor —dijo Patrick besándole, logrando que Neil terminara por relajarse.

—Hagámoslo.

La mirada de Patrick estaba fija en él atento a sus reacciones. Neil sentía como la incomodidad e inclusive el leve dolor de las primeras penetraciones, mientras su cuerpo terminaba de acostumbrarse, empezaban a desaparecer y finalmente daban lugar al placer.

Patrick movía sus caderas con lentitud, dejando de vez en cuando algún beso los hombros de Neil o en su clavícula. Quería hacerle sentir bien. Deseaba ser el primero y el último en estar en su interior, que disfrutase tanto este momento hasta el punto que quisiera solo hacerlo con él. Los jadeos se volvieron en gemidos por parte de ambos.

Patrick jamás había sentido la necesidad de ser tan vocal, pero el placer que estaba sintiendo en esos momentos era imposible de disimular, y no quería hacerlo. Quería que Neil supiera lo mucho que disfrutaba ese momento. Neil lo atrajo, pensó que iba a besarlo, pero la boca de este se fue a su cuello y sintió como dejaba una marca en él. Patrick gimió al sentir a Neil dejar otra marca en su cuello, como si quisiera dejar claro que ahora le pertenecía.

El cuerpo de Neil temblaba por el placer al que estaba siendo sometido. Se aferraba con fuerza a su espalda—Pat…Pat…—gemía extasiado—Un poco más rápido —rogó. Sintió a Patrick tomarle con más fuerza de las caderas antes de aumentar el ritmo y entonces comprendió que hasta ese momento se había estado conteniendo por su bienestar. Las penetraciones eran rápidas, profundas. Sus gemidos y los de Patrick inundaron la habitación. Patrick se inclinó para besarle. Neil correspondió deseoso, creyó que el beso haría las penetraciones más lentas, pero obviamente había subestimado a Patrick. No iba a aguantar mucho más tiempo ese ritmo. Su cuerpo temblaba ante el compás que el otro estaba imponiendo.

—Neil…

—No pares, no pares, ya casi…

Patrick le penetró más profundo logrando que Neil gimiese más alto. Sus gemidos solo lograban aumentar el deseo, la excitación. Sentía el cuerpo del otro temblar bajo el suyo. Tomó la erección de Neil y lo masturbó haciendo que el cuerpo de este se tensase apretando deliciosamente su erección. Patrick observó la expresión de placer de Neil cuando este se corrió e hizo que todo su cuerpo se estremeciera.  Solo fue necesario un par de penetraciones más para lograr alcanzar su propio orgasmo. Sus brazos apenas lo sostuvieron un poco para evitar aplastar a Neil con todo su peso.

Sus respiraciones jadeantes fue el único sonido que se escuchó por largo rato. Patrick aún temblaba, pero ya no sabía si era por el orgasmo o por la fuerza de las emociones. Por unos segundos pudo sentir su palpitar desbocado y el de Neil, después el mundo enmudeció por unos segundos. Jamás se había sentido así. Era una sensación tan nueva, tan aterrante, pero estaba deseoso de poderla sentir más tiempo.  No era el mismo placer que duraba un par de segundos y luego desaparecía. Este éxtasis no parecía querer abandonarle, jamás se había sentido tan indefenso, pero a la vez tan satisfecho después de un orgasmo. Y entonces comprendió que por primera se había entregado sin reservas a alguien.

Abrazó a Neil con las pocas fuerzas que le quedaban. No quería que esa sensación desapareciera, quería prolongarla lo más posible porque era una felicidad que jamás había experimentado. Patrick no esperó que el sexo con Neil se sintiera de esa forma, tan diferente. No solo era placer físico, había una felicidad plena que parecía desbordarse desde un interior.

—Neil…Neil…

Abrió los ojos y se inclinó deseoso de besarle, de poder seguir perpetrando en el momento; sin embargo, cuando se inclinó para besarlo Neil aún tenía sus ojos cerrados. Aquella imagen le trajo malos recuerdos y Patrick se separó de inmediato de él—L-lo siento…—murmuró mientras salía del interior de Neil.

Al escucharle Neil abrió los ojos confundido—¿Uh?

—Disculpa, yo no quise incomodarte —dijo poniéndose de pie para ir a botar el preservativo.

—¿Patrick? —le llamó Neil confundido. Cuando lo vio regresar del baño no sabía bien cómo interpretar su expresión—. ¿Qué pasa? ¿Por qué crees que me has incomodado?

Patrick desvió la mirada aún de pie al borde de la cama—No sé, creí que ya no me querías cerca…

—¿Te estás escuchando? Patrick, de dónde sacas esas…

Cuando hizo contacto visual con Neil este dejó de hablar y supo que de alguna manera comprendía lo que intentaba decirle. Con Caleb generalmente cuando terminaba el sexo lo hacía separarse de él de inmediato, siempre le obligó a darle su espacio después del hacerlo. No había besos después del acto sexual, ni ninguna muestra de cariño y de alguna manera él terminó asumiendo que todos querrían ese espacio siempre.

—Oh….Bueno has estado más cerca de lo que jamás le he permitido a nadie. Es decir, joder, acabas estar dentro de mí. Así que sería estúpido que no te quiera cerca —dijo mientras se inclinaba para lograr tomar su mano y atraerlo a la cama—.  Anda, ven aquí.

Patrick se sintió un poco avergonzado por su comportamiento—Lo siento.

Neil negó—No lo sientas, está bien — le besó con suavidad haciendo que ambos se acostasen—Ven aquí. Yo siempre te voy a querer cerca, en especial después de lo que acabamos de hacer. Además no creas que tu trabajo ha terminado. Soy muy exigente en cuanto a las caricias y mimos después de hacer el amor.

—Lo siento, es solo que no sé bien que hacer ahora…

—Bueno, solo porque hiciste un excelente trabajo, esta vez seré yo quien te consienta — dijo Neil mientras abrazaba a Patrick haciendo que el rostro de este terminase contra su pecho y se apegó a él— ¿Esto está bien para ti?

—Sí —admitió Patrick. Mientras devolvía el abrazo con menos naturalidad que Neil. Cerró sus ojos sintiendo de nuevo la sensación de paz, de felicidad. El cuerpo de Neil era suave y cómodo, te invitaba a acomodarse sobre él hasta quedarte dormido. Las manos de Neil deslizándose por su espalda y los breves besos que este depositaba sobre su frente o su cabeza lo hacían sentirse abrumado— Perdona por haber arruinado el momento.

—No te disculpes. No has arruinado nada. Perdóname tú a mí por no reaccionar antes —pidió Neil mientras sus manos continuaban acariciando la espalda de Patrick y a veces ascendía para acariciar sus cabellos—. Me he quedado en blanco…

—¿Todo en orden?

—Creo que casi me matas hace unos momentos. Fue como si mi cuerpo dejara de existir, joder creo que hasta perdí la consciencia unos segundos. Creo que si no te hubiera escuchado llamarme aún seguiría en ese estado.

Patrick sonrió un poco y se apegó más a Neil—¿Tan bien estuvo?

—Jamás me había sentido así…

Estrechó con más fuerza a Patrick abrumado por lo que sentía. Aún no podía creer que después que el orgasmo lo abandonara no quedó un vacío en su pecho, no había insatisfacción o la sensación que había algo roto en él. Ahora solo estaba esa ridícula felicidad que lo hacía sentirse la persona más feliz del universo. Por fin lo podía sentir. Esa felicidad de la que todos hablaban, esa sensación de como si flotase. Jamás pensó que le podía suceder a él.  Aún sentía esas cosquillas por dentro. Y se lo debía todo a Patrick. En verdad Leah había tenido razón. Quería hacerlo porque se trataba de Patrick. Simplemente esa era la razón, porque lo quería con todas sus fuerza.

—Te dije que estaríamos bien…

Neil sonrió al escucharle decir eso—Patrick…—le llamó y cuando este alzó un poco su rostro no dudó en besarle dichoso—. Me haces tan feliz.

Patrick sintió como su piel se erizaba al escucharlo decir esas palabras, al notar como le brillaban los ojos y justo cuando creía que había visto la sonrisa más hermosa de Neil este venía y se superaba asimismo

—Neil…—se perdió en su mirada. Quería decírselo. Quería decirle que lo amaba, pero temía que fuera demasiado pronto. ¿Lo era? Jamás había sentido eso por nadie. Jamás había amado y temía que arruinase todo si lo decía en esos momentos—Soy yo quien debería decirte esas cosas…

—Bueno, dijiste que de los dos yo era el bueno con las palabras ¿recuerdas? Así que no te sientas mal si yo digo algo primero —dijo mientras besaba su frente—. Te quiero, Pat. Deberíamos intentar dormir. Ya te he quitado horas de sueño y energía. Además mañana tienes juego.

—Yo estaría más preocupado porque no te quedes dormido para ir a tu clase.

—No lo haré, pero si te levantas antes que yo no me molestaría que me obligues a ir a clases —dijo con una sonrisa—. Bueno, a dormir. ¿Cuchara grande o pequeña?

—¿De qué demonios hablas?

Neil sonrió más—Tienes suerte que esté dispuesto a enseñarte todo en el arte del mimo —dijo mientras le obligaba a darle la espalda y lo abrazaba—. ¿Estás cómodo? ¿O te sentirías mejor sin el abrazo?

Patrick buscó la mano de Neil que estaba sobre su cintura e hizo que lo abrazase con más fuerza. Sintió sus labios temblar un poco. Agradeció que Neil no lo viera a la cara en esos momentos porque no sabría explicarle porqué tenía los ojos llenos de lágrimas. Era como si su cuerpo no supiera procesar lo que estaba sintiendo en esos momentos y la única manera que encontraba para expresarlo era por medio de las lágrimas. ¿Cómo le explicaba que jamás se había sentido más amado que en ese momento?

—Me gusta así —confesó después de tragar hondo.

—Qué bueno, porque no planeaba moverme.

—Eres un encimoso, Evans…

—Lo sé, gracias por quererme de todas formas —dijo mientras besaba el hombro de Patrick y sus labios se deslizaron hasta llegar al cuello de este donde lo besó una última vez.

—Te quiero…

—Yo también te quiero, Pat. Descansa.

La mano de Patrick quedó sobre la de Neil como si intentase evitar que se alejara de él. Cerró sus ojos deseando poder hacer eterno ese instante.

***

Isabella alzó una mano en el aire para llamar la atención de Emma. La chica sonrió aliviada al verla a ella y a Oliver—Me has salvado, Isa. ¿Cómo se ha portado, Oliver?

—Es un santo, Emma, a estas alturas ya deberías saberlo —dijo Isabella con una sonrisa mientras veía a Oliver hacer burbujas en el pasillo de la cafería central que estaba bastante vacía en esos momentos.

—Gracias por cuidarlo. Usualmente lo hubiera llevado a clases, pero hoy teníamos un corto y se me olvidó por completo que hoy tenían asueto —dijo Emma mientras ponía su mochila sobre la mesa.

—No fue ningún problema. No tengo clases hasta en la tarde, pero me vine con Fabio. ¿Se quedará Oliver a ver la obra?

—Sí, mi madre pasará por él al mediodía.

Isabella asintió mientras veía a Oliver jugar. Algunos de los estudiantes que pasaban cerca de él le sonreían cuando hacía burbujas en su dirección e intentaban explotar algunas para entretenimiento del niño— Genial, así verá la obra.

—Sí, quería vernos a todos con el vestuario puesto. ¿Nos vamos ya al auditorio?

—Aún hay tiempo. Relájate un rato.

—De acuerdo ¿Fernando tampoco viene hoy? Me extraño no verlo el lunes.

Isabella desvió la mirada un poco incómoda—Ah, sí. No les conté eso.

—¿Qué sucede? —preguntó Emma un poco preocupada de haber tocado un tema delicado.

—Nada, está enojado conmigo. No he hablado con él desde el viernes.

—¿Se pelearon?

—Sí, por una estupidez. No fue mi culpa, Em —se quejó Isabella cruzándose de brazos—. Se enojó porque no quise que fuera a la boda de mi padre.

Emma le miró confundida—¿Él quería ir? ¿Y por qué no querías que te acompañara?

—Porque no. No estoy lista para que mi padre lo conozca y de paso no iba a presentárselo en esa horrorosa boda. Menos mal no lo llevé para que presenciara el drama que armó la tipa y su lado de la familia.

—Tienen casi los dos meses de andar —le hizo ver Emma—. Quizás creyó que sería bueno conocer a tu familia.

—Es demasiado pronto…

—La familia de Neil y Patrick saben de su relación y ni siquiera tienen un mes de andar.

Isabella frunció el ceño—Ya, pero ellos son diferentes.

—¿En qué son diferentes?

—Vamos, Emma, tú los has visto. Parecen recién casados. Ellos son del tipo de pareja que están cómodos con que el resto sepa de su relación porque van bien en serio.

—¿Y tú no vas en serio con Fernando?

Isabella desvió la mirada y empezó a jugar con su pelo—No lo sé. No es como si él…

—Quería ir a conocer a tu familia —la interrumpió Emma—. Joder, Isa, sabes que es lo que más evitan los tipos si solo te quieren para el rato. Fernando va en serio contigo y lo sabes.

Isabella dejó escapar un quejido—No me regañes, Em.

—No es regaño. Solo te hago ver las cosas como son. Quizás se molestó porque creyó que te avergonzabas de él…

—¡No, claro que no! Nunca me avergonzaría de él. Es solo…

—¿Es solo qué? —preguntó Emma.

Isabella frunció el ceño—Es solo que creo que no estoy lista para una relación tan seria. ¡Listo, lo dije!

—¿Se lo dijiste a Fernando?

Isabella siguió jugueteando con sus cabellos, se quedó mirando las puntas de este cuando escuchó a Emma repetir la pregunta—Puede que me haya olvidado de decirle eso…

—Isa…

—Oye, me gusta Fernando. No me estoy acostando con nadie más, ni estoy viendo a nadie más desde que salgo con él. Es solo que eso de presentarlo con mi familia no me parece tan buena idea.

—¿Y tú estarías dispuesta a conocer la de él?

—No, empezarían con esas preguntas sobre mi familia y no me siento cómoda hablando de ellos. Si solo fuera Fabio del que tuviera que hablar no habría problema.

Emma la miró con un poco de tristeza—¿Entonces el problema son tus padres?

—Eso creo. No sé, Em, después del caos con mi padre y esa mujer, lo de la boda y todo el drama que he tenido que soportar solo me ha hecho preguntarme si de verdad quiero una familia, unos hijos, arriesgándome a que todo termine tan desastroso como lo de mis padres.

—Creo que aquí el problema no son tus padres. Eres tú al estar pensando demasiado a largo plazo. Isa, solo quería acompañarte a la boda. En ningún momento me has dicho algo que me diera a entender que esperaba que lo presentaras como tu novio. Fernando es inteligente y estoy segura que hubiera captado que no era el lugar ni el momento para hacerle saber a tu padre sobre su relación. A lo mejor solo quería estar allí junto a ti porque sabía que te la ibas a pasar mal. ¿Has pensando en eso?

Isabella se quedó en silencio unos segundos—¡Oh, Dios, soy una tonta!

Emma sonrió un poco—No lo eres. Solo piensas demás las cosas. Deberías hablar con él. Oye, si en algún momento quiere conocer a tu familia como tu novio y no te sientes cómoda al respecto deberías de intentar hablar con él. Para mí si tienes una relación seria por todo lo que me has dicho, solo no estás cómoda con mostrarle el lado feo de tu familia. Aunque no deberías olvidar que todas las familias tienen uno así que no te la pienses tanto.

—Creo que tendré que hablar con él…

Emma sonrió un poco mientras miraba la hora—Lo haces después de la obra. Anda, que si no llegaremos tarde.

—Emma, eres una santa. Tu hijo es un santo. Quizás si me junto más con ustedes se me pegue algo de sentido común.

—Bueno, entonces ya sé a quién buscar primero cuando necesite que alguien me ayude con Oliver.

Isabella hundió su rostro en la mochila—Perfecto. Estoy segura que tu hijo tiene más sentido común que yo —masculló.

***

Patrick se quitó la bufanda y la camisa dispuesto a ponerse el uniforme en el equipo.

—¿Qué demonios te ha pasado? —preguntó Jim a sus espaldas.

Patrick giró confundido ante la pregunta y fue consciente que las miradas de todos que antes habían estado en su espalda ahora se iban directo a su cuello y entonces supo que las marcas aún estaban en su espalda. Cuando se dispuso a ducharse esa mañana fue que notó realmente lo que Neil le había hecho anoche. Cuando salió del baño y Neil las vio rio nerviosamente intentando disculparse, pero a Patrick no le molestaban, pero Neil había insistido que usase una bufanda aprovechando que hacía frío para evitar las preguntas demás, pero era obvio que en el partido no podría usarla. Al menos las marcas en su espalda podía ocultarlas durante el juego. Por fortuna su voz seguía sonando normal a pesar de lo de noche.

—No creo que quieras saber —dijo Patrick con una sonrisa de lado. Logrando esquivar a tiempo la camisa que Jim le tiró.  Todos los del equipo dejaron escapar un quejido.

—Joder, capi. Uno preocupado porque te hubieras lastimado en el trabajo de nuevo y nos sales con esto —dijo Carl.

—Genial, ahora viene a restregarnos en la cara que se lo ha pasado de lo lindo toda la noche —protestó Tom—. Solo mira esa maldita sonrisa de satisfacción.

—Es increíble. Aún con pareja Patrick tiene más sexo que nosotros —se quejó Jake.

—Y quién venga apoyarlo a los juegos —se quejó Carl—. Pero tú al menos tienes novia Jake.

—Sí, pero nunca se asoma para los partidos. Intenté convencerla que viniera ahora, pero me mandó a la mierda diciendo que no iba a arruinar su cabello con esta lluvia.

—¿Va a venir Neil o tenemos que preocuparnos que no te den otro balonazo? —preguntó Tom.

—Estaré bien. Le dije a Neil que no tenía que venir, en especial con la lluvia que está cayendo —dijo Patrick—. Ya démonos prisa para salir.

Por fortuna en esos momentos entraron Jared y Jean para indicarles que se dieran prisa. Al salir a la cancha aún caía una suave llovizna. Esperaba que no incrementara la lluvia porque de lo contrario podrían suspender el juego. La grada estaba casi vacía como era de esperarse.        El poco público que había se apretujaba por conseguir asientos del área techada, pero vio a Neil con su paraguas al pie de la primera fila. Le saludó con la mano y le indicó que estaría en las gradas de arriba. Patrick sonrió, pero en ese momento recibió un manotazo en la cabeza.

—Espabila, Smith —se quejó Jim.

—Increíble, aún con lluvia viene a verlo —dijo Carl.

***

Leah caminaba entre los estantes de la biblioteca pasando sus manos entre los libros. Había ido a prestar un libro para un ensayo que tenía que entregar a finales de esa semana cuando lo vio al final del pasillo. Logan también notó su presencia, este desvió la mirada unos segundos antes de volver la vista la chica que ya caminaba hacia él. Leah tomó un libro que habían dejado en el carrito esperando a ser nuevamente ubicado. Logan sonrió derrotado cuando vio a Leah alzándolo cubriendo a la mitad su rostro. Se metieron entre los estantes y le pasó el libro al chico.

—¿Qué tenemos aquí? Marguerite Yourcenar. Nunca la había escuchado —dijo Logan intrigado mientras abría el libro en una página al alzar y su índice recorría el libro hasta detenerse en medio de una página—. “Quizás comprendiste ya que los fantasmas son invisibles porque los llevamos dentro”. 

Leah notó la mirada de Logan que se quedó mirando el libro incapaz de seguir leyendo. Se quedó en silencio hasta que Logan fue capaz de cerrar el libro, y se arrepintió de haberlo tomado—Otra vez te fuiste rápido después de la obra —dijo Leah en un intento de evitar que Logan siguiera en ese estado.

—Sí. Víctor tenía una entrevista de trabajo y me pidió que le devolviera un libro. ¿Y tú que haces aquí?

— Busco un libro para un trabajo…¿Y qué tal la vida con un compañero de apartamento?

—Bien, Víctor es genial y me facilita mucho venir hasta la universidad. Solo es una pena las circunstancias por las que terminamos viviendo juntos.

—A veces las circunstancias adversas ayudan a unir más a las personas —le hizo ver Leah. Se quedó observando a Logan quien tenía la mirada fija en el suelo—. Te extraño…—No fue hasta que Logan le miró sorprendido que comprendió que eso no se había quedado como un pensamiento.

—Creí que querías tu espacio después de…

—No. Eso fue lo que tú creíste aunque te dijera lo contrario —se quejó Leah—. He intentado hacerte ver de todas las maneras posibles que no estoy molesta contigo, pero sigues evitando quedarte a solas conmigo a toda costa. No pido que respondas de inmediato todos mis mensajes o si quiera que me escribas cada día como lo solíamos hacer, solo odio ver cómo los dejas en visto porque sé que tú nunca haces eso y te extraño, Logan. Extraño a mi mejor amigo…

—Leah…

—Si ya no quieres serlo puedes decírmelo. Yo entenderé, solo no me hagas tener esperanza de que las cosas se pondrán mejor entre nosotros.

Los labios de Logan temblaron un poco, porque no quería ser su amigo. Quería amarla, quería hacerla feliz, pero sabía que no podría conseguirlo. No cuando su vida aún era un desastre. ¿Cómo podía hacer a alguien feliz cuando ni siquiera podía obligarse a ser feliz asimismo? Leah se merecía a alguien mejor que él. No quería que lo viera en sus peores momentos. No deseaba despertarla por las noches cuando sus sueños eran tan vívidos. No quería que lo viera temblando o llorando por sus pesadillas. Ni quería que lo viera buscando alguna pastilla para dormir porque el insomnio no se iba de otra manera. La amaba, pero sabía que en esos momentos amarla no era suficiente.

—Yo también te extraño —dijo en voz baja—. Perdóname por cómo te he tratado.

El alivio en las facciones de Leah solo lo hizo sentir culpable porque no podía renunciar a ella. No completamente. Al menos podía intentar aplacar sus sentimientos, pero hacerse solo a la idea que no se levantaría un día con la esperanza de pasar tiempo con ella, aun cuando fuera rodeado de otros hacía que su pecho doliera.

—No. Tendrás que invitarme a comer si deseas mi perdón.

Logan sonrió derrotado, felizmente derrotado—Suena justo para mí. Vamos a que prestes tu libro y luego a almorzar.

***

El juego fue suspendido al minuto setenta. El árbitro declaró ganador a Gastrell ya que se las había arreglado para meter cuatro goles y tener su portería a cero antes que la lluvia se hiciera más fuerte. Tres goles habían sido de Patrick y uno de Jim. Aún con la lluvia Patrick se acercó a la grada apenas terminó el partido. Neil se acercó a la orilla abriendo su paraguas.

—Hola. Estás empapado.

—Tú tampoco estás tan seco para estar en lo cubierto.

—Pues quien construyo esa cosa no tomó en cuenta el viento para cuando lloviera —se quejó Neil—. Ve por tus cosas. Te duchas en la casa. No quiero estarme mojando aquí solo.

—De acuerdo. Voy y vengo.

Cuando entró en el vestidor todos estaban de buen humor a pesar de la lluvia. Incluso Jared que terminaba de felicitarlos por un buen partido. Con ese triunfo se aferraban al segundo puesto quedando a la espera que Gretbauer perdiera algunos puntos esa misma tarde.

—Necesito que vengan media hora antes para el entreno del viernes. Quiero reforzar unos puntos en la marca escalonada —pidió Jared. A pesar de unas cuentas quejas por tener que madrugar el ánimo no se vino abajo.

—Buen trabajo, Patrick —dijo Jean—. Estás mejorando con tu conducción con ambos pies. El viernes nosotros seguiremos trabajando en ello.

—Gracias —dijo Patrick.

Fue hasta su maletín, se quitó la camisa para buscar su toalla para secarse un poco antes de ponerse la otra.

—Oh, Patrick ¿Estás bien? —preguntó Jean.

Los quejidos de todos sus compañeros de equipo no se hicieron esperar.

—No otra vez —se quejó Carl.

—¿Qué pasa? —preguntó Jared confundido con la reacción del equipo.

—Está bien, Jared. No entremos en detalles —pidió Tom.

Patrick se secó un poco su cabello con la toalla, se cambió de camisa, se puso sus tenis  y se apresuró a guardar todo en su maletín antes de cerrarlo y echárselo a los hombros—Bueno, me voy. Nos vemos el viernes.

—¡Increíble! Ni un mes y ya te tienen por los huevos, Smith —se quejó Jake.

—Deberías ducharte antes de irte. Puedes resfriarte —dijo Jared de brazos cruzados.

—Sí. Voy a hacerlo. Luego…

—No deberías dejarlo para después. Estamos en una parte crítica de la temporada y lo que menos queremos es que te enfermes —dijo Jean.

—¡Ay, ya solo diles que te vas a bañar mientras te coges a tu novio en su casa! —exclamó Jim—. Ya vete. Presumido de mierda...

—Yo no he dicho nada.

—Ni siquiera tienes que decirlo, se te nota en la cara —dijo Carl.

—Me voy, me voy. Buen juego equipo —dijo Patrick. Apresurándose a salir mientras esquivaba unas cuantas toallas y zapatos que le tiraban indignados.

Media hora después salía duchado del baño de Neil. Este estaba viendo un partido de la Champions cuando lo vio salir. Patrick se secó sus cabellos y fue a acostarse al lado de Neil quien no dudó en apoyar su cabeza en el hombro de Patrick y poner su mano en su pecho.

—¿Qué tal el juego hasta ahora? —preguntó Patrick.

—Sin goles pero entretenido. Aunque me sigue costando saber cuándo hay un fuera de fuego —dijo Neil mientras su mano se pasaba por el abdomen de Patrick.

—Se te va siendo más fácil conforme ves más juegos —dijo Patrick mientras veía el árbitro terminar el primer tiempo cuando sintió la mano de Neil irse demasiado abajo. Creyó que había sido por accidente y continuó viendo el resumen del primer tiempo, pero cuando empezó a masajear su miembro sobre la toalla sabía que no había sido un accidente—. No vas a dejarme ver el resumen  ¿verdad?

—¿Quieres que pare? —preguntó con una sonrisa.

Patrick ahogó una risa, mientras bajaba el volumen al televisor—Creo que puedo vivir sin verlo. Aunque no creía que querrías hacerlo tan rápido.

—Oh no, aún estoy resintiendo lo de anoche. No lo había notado hasta que me tocó estar sentado en las gradas de cemento —admitió Neil—. Pero pensé que después de ese partido que hiciste debería consentirte un poco.

Patrick atrajo a Neil para besarle. Por un segundo casi vio la cara indignada de los del equipo, aquello le hizo sonreír en medio del beso. Quizás no fue en la ducha, pero si se lo iba a pesar bien. La toalla fue retirada y la mano de Neil se cerró firme sobre su sexo. Los labios de Neil se fueron a su cuello.

—¿Vas a dejar otro? —preguntó Patrick— Los del equipo casi me matan al verlos…

Neil beso su cuello y esta vez se detuvo en su hombro donde se encargó de dejar una marca—Envidiosos —susurró con una sonrisa traviesa. Continuó besando el cuerpo de Patrick, escuchando los suspiros que el otro dejaba escapar.

—Vas a hacer que quiera meter siempre tres goles…

—Bueno, un poco de motivación extra para el capitán no viene nada mal —dijo mientras su mano se movía más rápido sobre el miembro de Patrick. Su boca fue recorriendo el cuerpo de Patrick, se detuvo en el tatuaje de este y le mordió juguetonamente el hueso de la cadera.

—Me encanta como me motivas…

Neil sonrió complacido y se colocó sobre Patrick. Las manos de este acariciaron su cuerpo—¿Te gusta la vista?

—Me gusta más cuando no tienes nada de ropa.

Neil se apresuró a complacerlo. Para esos momentos sentía la erección de Patrick rozar sus glúteos. Tomó la erección de este, la puso entre sus nalgas y empezó a moverse contra ésta sacándole unos jadeos.

Patrick veía embobado a Neil moverse encima de él—Neil…

—Podría correrme solo con verte, Pat. ¿Tienes alguna petición en especial?

Patrick contuvo el aliento—Quiero ver cómo te masturbas encima de mí.

Neil rio complacido—Oye, yo queriendo complacerte y al final el del orgasmo seré yo, pero ya qué. Te daré un buen show —dijo mientras tomaba su miembro y empezaba a moverse un poco sobre Patrick mientras se masturbaba.

Su mano libre acariciaba su pecho, no lo hacía usualmente cuando se masturbaba, pero quería darle un buen espectáculo a Patrick quien acariciaba sus piernas mientras él sentía su miembro endurecerse. Vio a Patrick apoyarse sobre sus codos, Neil no dudó en inclinarse para besarle. Al separarse sintió las manos de Patrick en sus nalgas y jadeó cuando las apretó. Si seguía así iba a terminar eyaculando sobre Patrick, pero por cómo este le miraba le hacía pensar que si eso llegaba a pasar era más probable que le diera las gracias a que se enfadase.

—¿Listo para que me siga ocupando de tu erección? —preguntó Neil después de unos minutos.

Vio a Patrick asentir enérgicamente. Se colocó entre las piernas de Patrick. Mordió su labio inferior al ver la erección humedecida de Patrick y el deseo de hacerle una felación hizo que su propio miembro pulsase. Tomó el tronco en su mano, pero se quedó observándola unos segundos.

—En serio, Neil, si la miras así solo vas a conseguir que se me ponga más dura.

Neil se sonrojó un poco—Quiero chupártela —admitió. Sintió la erección de Patrick palpitar en su mano—¿Tanto te gusta la idea?

Patrick sonrió incrédulo— ¿En serio tengo que responder a eso?

—Que me alientes no estaría mal.

—Me encanta la idea…

El deseo de Patrick no solo se reflejaba en sus ojos, sino también en su voz—Quería usar los condones de sabores, si no te molesta…

—Neil, no me importa cómo lo hagas con tal que quieras hacerlo —dijo Patrick mientras se inclinaba hasta la mesita de noche y sacaba una de las cajas de condones—. De verdad estás preparado —exclamó sorprendido al notar que habían varios tipos—. Bien ¿chocolate? ¿nube de mashmellow? ¿piruleta de corazón? ¿menta? —preguntó mientras veía que tomaba la de piruleta. Apenas la abrió el olor fue intenso—. Joder, Evans. Vas a dejar oliendo la habitación como la Fábrica de Willy Wonka.

Neil rio por el comentario y colocó el condón sobre la erección de Patrick— Veme guiando cómo te gusta.

—Tranquilo, que tengo mejor autocontrol que cierta persona —dijo con una sonrisa burlona.

—Eh, pero te gustó que no lo tuviera.

—Yo no he dicho lo contrario. Y tienes suerte que tienes una función más tarde y que soy un novio considerado y no planeo mandarte con una voz más ronca o sin hablar—dijo sentándose y apoyándose contra el respaldo de la cama.

Neil vio como separaba sus piernas y no dudó en volver a colocarse en medio de estas. No podía creer que en menos de veinticuatro horas tuviera más nuevas experiencias que en los últimos años de su vida. Creyó que alguna duda lo asaltaría, pero solo sintió deseos de tenerla en su boca. Tomó la base de pene, primero rozó sus labios contra la erección para luego sacar su lengua y dar una lamida desde el tronco hasta la punta.

—Um, este condón sabe increíble como si fuera el dulce de verdad.

—Me alegra que lo disfrutes.

Neil sonrió más y esta vez introdujo la punta en su boca. La mano que estaba apoyada en una pierna de Patrick sintió como los músculos de este se tensaban un poco y luego se relajaban. Sentía el miembro palpitar en su boca y aquello hizo que se excitase aún más. Apretó un poco más sus labios alrededor de la erección lográndole sacar un jadeo a Patrick. Aquello lo hizo sentir orgulloso. Quería complacerlo. Intentó abarbar un poco más, pero sintió una leve arcada.

—¿Estás bien?

Neil asintió y volvió a lamer la erección. A veces introducía la erección en su boca o solo lamía la longitud del miembro de Patrick.

—Mírame, Neil…

Neil alzó la vista mientras continuaba dando una larga lamida al miembro. Notó como Patrick contenía el aliento y su propia erección parecía a punto de estallar. El deseo de Patrick era latente. Sus labios abarcaron la erección hasta la mitad, sin despegar la vista de él y se sintió sexy al notar como Patrick jadeaba luchando por no cerrar los ojos, por no dejar de verlo. La satisfacción de ver como Patrick no podía apartar la mirada de él era mayor de la que sentía estando en un escenario.

—Neil…

El vello de Neil se erizó al escuchar la voz ronca de Patrick pronunciar su nombre, casi estuvo a punto de gemir por solo escucharlo. Sus labios apretaron con un poco más de fuerza el glande y sintió el cuerpo de Patrick estremecerse, luchando por no cerrar inconscientemente las piernas. A pesar que nunca había hecho una felación, a sus novias pasadas en su momento les dio sexo oral, así que esto era mucho más sencillo a su parecer y los jadeos de Patrick ayudaban a sentirse más confiado.

—Neil, lo haces increíble…

Neil hubiera sonreído orgulloso si no estuviera intentando abarcar más a Patrick, pero le era difícil. La mano que estaba en la base masajeaba lo que con su boca no podía abarcar. La otra mano que estaba sobre la pierna de Patrick se fue hasta su propia erección buscando un poco de alivio. Un jadeo murió en su garganta cuando volvió a masturbarse frenéticamente.

—Neil, un poco más rápido —suplicó Patrick.

Neil alzó la mirada y se estremeció ante la intensidad de la mirada de Patrick. Soltó la erección de Patrick unos segundos para tomar la mano de este y guiarla a su cabeza. Sintió como la erección de este pulsaba con más insistencia en su boca.

Patrick comprendió lo que intentaba decirle y sus manos primero acariciaron sus cabellos antes de empezar a indicarle el ritmo que necesitaba. Era un ritmo mucho más rápido, pero no lo obligaba a abarcar más de lo que podía. Sus miradas seguían fijas uno en el otro. El sexo de Patrick pulsaba con más insistencia, los jadeos de este le indicaban que estaba llegando a su límite. Neil aumentaba el ritmo de su propia mano deseando alcanzar desesperadamente el orgasmo, él también estaba cerca, podía sentirlo.

Patrick sentía su vista nublarse ante el placer que sentía hasta que finalmente tuvo que cerrar los ojos y gimió roncamente mientras alcanzaba su orgasmo. Sus manos soltaron los cabellos de Neil quien se separó y lo escuchó gemir largamente indicándole que también había conseguido su propio orgasmo. Permaneció con los ojos cerrados hasta que sintió a Neil buscando su boca. Sus lenguas se encontraron ansiosas. El beso no duró mucho porque aún estaban faltos de aire y se dedicaron una sonrisa mientras Neil unía sus frentes.

—Tenías razón. En verdad sabe cómo las paletas de corazón—dijo Patrick—. Neil…

—¿Dime?

—No sé tú,pero después de esto ya me dio hambre…

Neil rio al escucharlo—Joder, había olvidado que ordené unas hamburguesas. No deben tardar en venir. Menos mal no nos interrumpieron.

—Hubiera hecho esperar al repartidor. Ni loco te dejaba ir a traerlas. Ya luego le daba propina por haberlo hecho esperar.

El comentario logró sacarle una risa a Neil quien se dejó caer en la cama muy satisfecho. Alzó un poco su vista en dirección al televisor—Mira, justo a tiempo para que veas el segundo tiempo…—dijo divertido al notar como los jugadores saltaban de nuevo a la cancha. 

Notas finales:

*Suena un aleluya* ¿Valió la pena esperar para la escena? Admito que estoy un poco nerviosa porque no he escrito escenas así desde que al smut lo llamabamos lemon. Con eso digo todo xD Espero que lo hayan disfrutado así como yo me divertí escribiéndolo :D


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