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Los títeres rebeldes por PokeGirl Uchiha

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Notas del capitulo:

Gracias a todos los que continuan leyendo, y dandome ánimos con sus comentarios respecto a esta historia. Prometo tener todos los reviews respondidos para la próxima semana.

VII

A lo lejos le llegó la voz del ingeniero que empezaba a llamar a todos para que llegaran a traer sus parciales. Justo lo que necesito, pensó irremediablemente Neil quien había estado sentado fuera del aula, se  obligó a ponerse de pie. Estaba terminando de entrar  al aula magna cuando escuchó que lo llamaban. Caminó hasta el frente donde el ingeniero quien le sonrió un poco, y si bien fue una sonrisa amigable, pero Neil entendió el mensaje: “Mejor suerte para la próxima”.

Fue a sentarse junto a Logan quien le miraba ansioso —¿Y bien? ¿Valió la pena la desvelada que nos dimos estudiando? — Neil notó el soberbio nueve que yacía en la papeleta de su amigo.

—No quiero verla— Admitió mientras se la pasaba a su amigo. Este la tomó sin dudar y su cara se lo dijo todo.

Neil sonrió un poco—¿Tan mal me fue?

Logan volvió a doblar la papeleta—No te preocupes. Estudiaremos más para el próximo, pero no entiendo Neil, sabías hacer todo ¿qué pasó?

Éste se encogió de hombros, sin borrar su sonrisa—No sé, creo que me apendejé un poco— exclamó restándole importancia a la situación—, pero solo es el primero. Ya me levantaré para el siguiente— sonando más confiado de lo que estaba. Logan le miró de reojo preocupado, claro que sabía que estaba pensando, levantar una materia era fácil, dos era todo un reto.

Neil quiso decir algo, pero recordó que era Logan, su amigo que podía ver todo lo obvio y al mismo tiempo muchas veces no. Estática se suponía que debía ser fácil, de seguro pensaba, pero nuevamente Logan estaba viendo solo parte del problema. Intentó que esa mala nota no lo desanimara, pero al guardarla y ver el perfecto tres que había sacado en mate III solo hizo cuestionarse qué demonios estaba haciendo en esa carrera.

—Neil, quizás deberías pensar buscar un tutor— Sugirió Logan—. Sabes que siempre puedo echarte una mano, a veces no entiendo las cosas.

—Sí, eso creo. Ya veré como le hago.

—No deberías tomártelo tan a la ligera— Dijo con seriedad al notar como no borraba su sonrisa.

***

Si Patrick tenía la esperanza que nadie hubiera visto el programa deportivo, cuando notó a todo el equipo reunido hablando con el coordinador del polideportivo sus esperanzas de desvanecieron. Apenas puso un pie en el lugar todos voltearon a verle. Intentó leer sus rostros, pero estaba demasiado nervioso para poder interpretarlos.

El coordinador se acercó y le extendió una carta. Patrick no comentó nada y se limitó a leerla, ya se lo esperaba, la confirmación del encuentro. Haciéndolo aún más oficial, si es que eso era posible, la firma del padre de James más el sello de la federación de fútbol.

—¿Podrías decir algo, Patrick? — Exclamó uno de los del equipo—Ayer casi tuve un ataque de asma al escuchar que íbamos a jugar contra ellos. ¡Creí que no habían aceptado!

—Bueno, la gente cambia de parecer— Comentó con mordacidad—. ¿Y no eran lo que todos querían? Jugar contra mejores equipos. Bien, ya tenemos uno, así que en vez de estarse quejando deberían estar empezando a calentar—Más de una docena de pares de ojos estaban fijos en él y eso no lo ayudaba a sentirse mejor

—Ok, ok, calentaremos, pero podrías al menos decirnos qué demonios pensabas al decirle a James Grafiel que íbamos a patearle el culo.

No pensaba, pensó Patrick—La verdad. Hemos demostrado un buen nivel todo el año pasado y el anterior y ellos pasan por un momento malo y lo saben, siempre los escucho quejarse de cómo juegan y que ustedes podrían hacer un mejor papel, bueno esta es su oportunidad para demostrarles que los que deberían de estar de seleccionados nacionales son ustedes y no ellos.

Un murmullo se extendió entre el grupo, incluso el coordinador del polideportivo que no tenía nada que hacer allí estaba murmurando, puesto que él solo llegaba a sentarse a la banca y a pretender que tenía la mínima idea de lo que hacía—¡Pero estamos hablando de la sub 20 y de los Grafiel! Sabes que a esa gente no le gusta que les digan cómo hacer las cosas o que les insinúen que pueden hacer mejor su trabajo. ¿Acaso ya olvidaste que el padre de James golpeó a un periodista por sugerirle que debería dejar su cargo hace solo seis meses? —Sobresalió una voz entre todas.

Claro que Patrick no lo olvidaba, en realidad  ya sabía de quién había heredado James su mal humor— Sí, Patrick, ahora prácticamente te has echado de enemigos a toda la familia Grafiel. Una cosa es insinuar que somos mejores, cosa que aún tengo mis dudas, y otra muy diferente decirles directamente que les vamos a patear el culo sin piedad.

—Un enemigo más, uno menos no significa nada para mí— Les espetó con seriedad—. Ahora todos vayan a estirar, enseguida les alcanzo— Todos empezaron a murmurar entre ellos—. O pueden empezar a dar diez vueltas a la cancha, como prefieran.

Al escuchar la seriedad con que su capitán les hablaba se apresuraron a ir hasta la cancha a estirar. Patrick se quedó viéndolos, pero de vez en cuando más de uno le lanzaba una mirada preguntándole si en verdad tenían alguna posibilidad de ganarles.

—Por cierto, Smith, esto vino también en la mañana— Dijo el señor Kevernt. Solo el ver el sobre le bastó a Patrick para saber que era la programación de partidos de esa temporada—. Sabes, chico, creo que deberías pedir que contraten un verdadero técnico. No es que diga que lo haces mal, pero si te vas a meter a las ligas mayores, al menos deberías de conseguir a alguien que los entrene como a los grandes. Yo puedo ayudarte a hacer la petición formal a la administración de la universidad y hablar con los otros entrenadores para que apoyen la noción.

Patrick asintió— Supongo que es lo único coherente que podríamos hacer en estos momentos.

El resto del entreno pasó con relativa calma, al final Patrick los reunió para leerles la programación de los partidos, la mayoría parecía más preocupado por el partido contra la sub 20 que por la temporada. Patrick se vio obligado a hacerles conciencia que ese partido no demostraba la gran cosa, sino que en lo que debían enfocarse era en mantener el título. Una vez les hizo ese importante recordatorio los mandó a las duchas.

Una hora después se dirigía hacia sus clases, para su desgracia alcanzó a escuchar como todos a su alrededor hablaban del partido, los próximos meses en definitiva serían una tortura para él. Su mente intentó distraerlo de esas conversaciones y recordó que aún no le había dado una respuesta al señor Morrison y que el tiempo se le estaba acabando.

Si interrumpió sus pensamientos fue porque de una de las aulas magnas reconoció una figura que iba guardando unos papeles. Patrick se detuvo en seco, sintió como si le hubiesen sacado el aire y se maldijo por dentro por no recordar que tenía terminante prohibido acercarse a esa zona. Giró casi con violencia dispuesto a alejarse de allí lo más rápido que podía antes de toparse con él, pero al siguiente segundo se vio en el suelo.

—Mierda— Murmuró, al notar con quien había chocado solo pudo pensar que su suerte era una completa porquería; sin embargo se extrañó en notar en Neil un aire taciturno, uno que jamás había visto en este.

—Esta vez fue tu culpa— Se apresuró a decir.

— ¡Ya lo sé! — Vociferó molesto. Iba a ponerse de pie cuando de reojo alcanzó a verlo pasar a escasos metros de él, Patrick giró su rostro esperando que no lo reconociera o que no le prestara atención a él y Evans. Esta vez su suerte si le sonrió, parecía más interesado por lo que sea que leyera en su tablet que en notar su alrededor. Apretó sus puños inconscientemente, seguía ignorando todo lo que pasaba a su alrededor.

La mano que Neil le ofrecía fue lo que lo hizo salir de sus pensamientos. A regañadientes la tomó no sin antes recogerle los papeles que le había tirado a Evans. Sus ojos inevitablemente se posaron en las notas. Un tres y un dos cinco. Dejó escapar un silbido— ¿Así planeas pasar el semestre? — Preguntó inconscientemente, pero no se esperó que le arrebatara las papeletas de golpe.

—Ay no puede ser— Exclamó molesto— ¿En serio? ¿Dos cinco?

Notó como el menor parecía controlar sus impulsos de romper la papeleta—Quizás deberías de dejar pensar tanto en el teatro y concentrarme más en pasar estática que es la cosa más sencilla del universo, ya mate III dala por perdida, casi nadie la pasa en primera matrícula.

—Que tú seas un genio no significa que todos podamos ser igual.

Iba a contrarrestar el argumento cuando el celular de Neil empezó a sonar. Lo vio suspirar unos segundos antes de contestar—Hola, sí mamá, gracias. Iré al banco apenas termine las clases de hoy. Gracias, sí todo bien en la universidad. No te preocupes, te quiero, te mando un beso— Patrick tuvo que hacer un esfuerzo por no reírse al notar como cambiaba completamente el tono al hablar con Erika. Cuando Neil colgó este notó como Patrick le miraba y se sintió un poco incómodo—. ¿Qué?

—Nada…

—Anda, si quieres decir algo, solo hazlo.

Patrick se encogió de hombros—Me preguntaba si tu madre en verdad se cree esa farsa de “Estoy bien, mami, no te preocupes” — Neil no respondió, solo le miró bastante molesto, cosa que Patrick nunca creyó capaz—. Creo que es la primera vez que te veo actuar como cualquier persona normal y no un autómata feliz.

—No sé qué quieres decir con eso…

Patrick sonrió divertido—No lo sé, supongo que es la primera vez que veo al verdadero Neil Evans, pareces el tipo de persona que tiene una tonta sonrisa en la cara aún no tienen el menor deseo de sonreír— Comentó antes de girarse y seguir su camino. No esperó que Neil lo siguiera, pero tampoco se esperó que no le gritase algo, como parecía propio de él.

Cuando llegó a la clase debió esperarse que Fabio prácticamente se abalanzara contra él para preguntarle si había visto las noticias; se vio forzado a ponerle al día de los últimos acontecimientos. De cómo había logrado convencer a su equipo que estarían bien, aún con la avalancha de dudas que ellos tenía, incluso Patrick empezaba sentirse inseguro, en esas semanas antes del partido el equipo de James y Andrew entrenaría todos los días con el objetivo de empezarse a preparar el mundialito, así como se enfrentarían a selecciones de otros países. Ellos solo tenían como ‘práctica’ a los equipos de las otras universidades y entrenos tres veces a la semana. No podía darse el lujo de programar más puesto que a penas y lograba salir con todo con el horario que tenía.

***

Logan quitó la mochila que había servido para guardarle lugar a Neil—Te has tardado una vida en el baño, creí que te ibas a transformar en una chica si te tardabas cinco minutos más.

Neil sonrió divertido mientras sacaba su cuaderno—Me he encontrado con Patrick de camino acá, por eso me tardé.

El semblante de Logan cambió un poco—¿En serio? Creí que después de lo del sábado ibas a evitarlo lo más que pudieras. Por cierto no me dijiste como lograste manejar hasta su casa y luego de regreso sin ahogarte en tu propia sangre.

—No tuve que hacerlo, se quedó a dormir en mi casa.

Logan no pudo evitar mostrar su sorpresa—Oye, sé que siempre has creído tu rollo de los buenos presentimientos, pero creo que con él no funcionan.

Neil fijó su vista al frente donde el catedrático ya estaba dispuesto a empezar la clase—Lo sé, con él es diferente— Fijó su vista en su cuaderno. Y un atisbo de seriedad se reflejó en su rostro al recordar las últimas palabras de Patrick. El codazo de Logan lo sacó de sus pensamientos.

Cuando alzó la vista tragó hondo. En la pizarra el ingeniero Hayes anotaba una fecha y hora—Los cielos saben que no acostumbro a hacer esto, pero creo al menos en cinco años no había tenido una masacre en proporciones del holocausto, así que espero que aprovechen esta oportunidad. En la pizarra tienen la fecha de su parcial de reposición. Si lo pasan, bien por ustedes, si salen con una nota más baja al primer parcial, cosa que no creo posible, entonces esa es la que aparecerá en el sistema.

Neil volteó a ver a Logan y luego al aula en general, todos tenían el mismo pensamiento “A este hombre le gusta recalcarnos que somos imbéciles”. Neil enterró sus manos en sus cabellos. No iba a soportar tener que ver su cuaderno y no tener ni la menor idea qué demonios estaba tratándole de decir en los próximos días.

***

La clase terminó dejando a todos en un aire de embrutecimiento que pocas veces estaban acostumbrados, incluso cuando hubo salido el arquitecto todos se quedaron viendo extrañados. Patrick se limitó a pensar en ir a buscar un libro que le ayudase a entender el tema o buscar algo en internet.

Fabio tardó unos segundos más en salir del estado de completo estupor. Luego de unos minutos se encogió de hombros diciéndose que no había mucho que pudiera hacer en esos momentos—¿Vas a almorzar con alguien o te vienes conmigo?

—¿Desde cuándo almuerzo yo con alguien?

Fabio tomó su mochila y se limitó a sonreír un poco antes de decir—No lo sé, puede que fueras a almorzar con Neil de nuevo o puede que fueras a su casa a cocinarle.

Patrick frunció el ceño al notar como una chica se les quedó viendo—Ya te dije que no le cociné— Se arrepintió en haberle tenido que explicar a Fabio que se había olvidado de responderle su mensaje porque había dormido en casa de Neil, lo que conllevó por alguna extraña razón a tener que explicarle que terminó invitándolo a desayunar—. Y vámonos que la tipa detrás de ti al parecer también quiere preguntarme si en verdad le cociné.

Salieron aún bajo la mirada inquisitiva de la chica—¿Entonces?

—¿Entonces qué?

—¿Qué averiguaste de Neil? ¿Sus padres son traficantes de droga o algo así? — Patrick se le quedó mirando extrañado—. Isabella dice que jamás nadie los ha visto, con excepción de Logan, claro está. Él dice que los padres de Neil son perfectamente normales, rayando en lo perfecto a sus ojos. Pero todos tienen sus dudas puesto que jamás los han visto aun cuando Neil dice que lo llegan a visitar a menudo.

Ahora entendía porque los padres de Neil nunca habían conocido a ninguno de sus amigos, no era que no quisieran conocerlos, al parecer Evans era el reticente a que los conociera por alguna razón — No lo sé. No los he visto— Mintió—. Ya sabes, él vive solo— Notó un destello de desilusión en los ojos de Fabio, pero prefirió dejar las cosas así como estaban. Si Neil tenía algún motivo para no querer que supieran como eran sus padres, no encontraba razones para sacarlos de ese anonimato.      

Salieron del edificio de arquitectura, estaban poniéndose de acuerdo a donde podrían ir a comer cuando Fabio notó a su hermana correr desde uno de los senderos del bosquecito. Patrick se limitó a armarse de paciencia. Una vez estuvo frente a ellos sin aliento se apresuró a dejarle las cosas en claro—Por favor, no me digas que quieres permiso para hacer una nota de lo que pasó en la disco para el periódico de la universidad.

La chica quien estaba luchando por tomar aire le miró extrañado—¡Fabio, te dije que no le dijeras nada! — Se quejó aún falta de aire.

Patrick miró extrañado a su amigo—¿No pensabas decirme? — Había soltado las palabras al azar no esperaba que resultasen ciertas—¿Y cómo te queda tiempo para hacer lo de teatro y el periódico universitario?

—Su carrera es más fácil— Dejó escapar Fabio con una sonrisa.

Su hermana lo miró fulminante—No voy a sostener esta discusión contigo de nuevo y podrías contestar tu celular, demonios, esto es una emergencia.

—Que vengas a molestar a Patrick no lo considero una emergencia.

—No eso, imbécil, vengo a prevenir a Patrick— Exclamó la chica mirándolos a ambos preocupada—. Andrew Hoplin está aquí.

Fabio dirigió una mirada inquisitiva a Patrick, pero este no supo cómo interpretar eso—Es broma ¿verdad? ¿Qué demonios tendría que hacer Andrew acá?

—No tengo idea, pensé que tú lo sabrías, después de todo solo tú y Neil saben que pasó la otra noche. Por cierto, Neil se lo encontró primero, está hablando con él ahorita, los vi a la distancia y lo más lógico era que viniera a buscarte a ti.

El razonamiento de Isabella no tenía lógica en la mente de Patrick, pero se vio arrastrado hasta el lugar donde había visto la hermana de Fabio a Neil con Andrew, cuando llegó varios del equipo de fútbol los miraban como si en cualquier momento se iban a abalanzar sobre Andrew—¡Patrick, no te preocupes nosotros nos encargamos de él! — Dijo uno de ellos.

—Lárgate, White, no hay nadie de quien encargarse— Le espetó molesto.

Neil y Andrew voltearon a ver a Patrick cuando se iba acercando a ellos, cuando finalmente los tuvo cerca no supo bien que decir, considerando que detrás de él estaban Fabio, su chismosa hermana y  a unos metros más allá los del equipo de fútbol que al parecer no sabían seguir indicaciones—¿Sabes? Decidiste un mal día para venir acá.

—Neil ya me dijo eso— dijo Andrew un poco incómodo ante las miradas de los demás—. Pero necesitaba hablar contigo— Al notar a Isabella más cerca de Patrick se apresuró a agregar: —. En privado, si no es mucha molestia.

Fabio se apresuró a poner una mano en el hombro de Patrick quien la apartó sin mirarle—Creo que te deberé un almuerzo, Fabio— Miró a Andrew y asintió—. Lo mejor es ir donde la mayoría no te mire mal.

Andrew empezó a avanzar y Patrick decidió seguirle el paso, iba a pasar de largo cuando algo en la mirada de Neil lo hizo detenerse a su lado—Si quieres decir algo solo dilo, Evans— comentó mirándole de reojo.

—Creo que lo que pensaba ya te lo he dejado saber, Patrick— Susurró—. Espero que sepas lo que haces.

Patrick se limitó a darle unas palmaditas en el hombro antes de seguir su camino. No tardó en alcanzar a Andrew quien miraba nervioso a todos—Joder, no sabía que venir aquí era prácticamente entrar a un matadero.

—Bueno, debiste haber esperado unos días antes de acercarte por acá. No lo sé, creo que todos se toman demasiado en serio lo del partido, en especial porque tu amiguito James no ayuda mucho a bajar los ánimos. Por cierto, ¿no tienes clases?

—Hoy no. ¿Tú?

—Tengo libre hasta las tres y media.

—Genial.

Por alguna razón aquella situación le pareció un poco familiar—Andrew, ¿por qué simplemente no me dices que haces acá?

Éste se detuvo a mitad del sendero—Yo no sé, quería verte, no quería decirlo de esa manera allá estando frente a tus amigos y todo.

—En realidad mi único amigo allí era Fabio.

Andrew sonrió un poco— Joder, creí que me dirías que era Neil. El chico es más aterrador que todos tus matones del equipo de fútbol.

— ¿Evans? Debes estar bromeando.

—Créeme que ya me gustaría. No lo sé, tiene una manera extraña de intimidar o hacer sentir incómodos a los demás, pero en fin, ¿tienes tiempo para ir a almorzar?

— ¿Estás seguro que quieres que nos vean juntos?

Andrew asintió— Anda, deja que te invite, es lo mínimo que puedo hacer.

Conforme iban pasando por los edificios del resto de las facultades, sentía que más ojos se posaban en ellos—Debo advertirte que muchos aquí saben que soy gay y que no te conviene que nos vean juntos si no estás…

—Correré el riesgo.

Llegaron al parqueo donde Patrick no tardó en identificar el Mercedes de Andrew. Una vez adentro no pudo evitar pensar qué hubiera pasado si el sábado hubiesen logrado entrar al auto y no hubieran sido interrumpidos por James. Nadie dijo una sola palabra hasta que llegaron a un restaurante de comida china.

—Espero que te guste el lugar.

Al entrar al lugar, por alguna razón se sintió fuera de sitio. La mayoría eran empresarios envestidos en trajes, aun cuando Andrew iba vestido casi de manera similar a él se seguía sintiendo poco cómodo en ese ambiente. Fueron ubicados en una de las mesas del centro.

Patrick se limitó a dejar el menú de lado, si con Neil había pasado un mal rato viendo los precios, no quería saber qué tan costoso era el lugar. Era extraño, pensó, que a pesar que la vez que había ido con Neil a regañadientes en ningún momento se había sentido incómodo. Allí con Andrew todo le parecía una atmosfera demasiado asfixiante, pero no dijo nada al respeto.

Un mesero bastante amargado llegó a pedirles la orden. Una vez se hubo retirado Andrew le sonrió— ¿Hoy no te detendrás a mirar el techo o las paredes? Creo que es más fácil sacarte conversación de esa manera.

Patrick sonrió un poco—Creo que esta vez te la pondré un poco difícil— Su sonrisa se ensanchó al ver como Andrew trataba de no sonrojarse, un intento poco fructífero.

—Supongo que me lo merezco. Después de lo que pasó la otra noche— Dijo bajando un poco la voz y evitando mirarle a los ojos. En definitiva no se parecía en nada al chico que sabía enfrentarse a toda la prensa y hablar con seguridad por todo su equipo—. Patrick, yo…— Se cortó, cuando lo miró a los ojos. Las palabras que quería decir parecieron no ser suficientes, tuvo que concentrarse por no perderse en aquellos ojos verdes—. Joder…no sé ni siquiera que hago enfrente de ti.

—Lo mismo me preguntaba yo, pero supongo que no tenemos los mismos motivos para preguntarnos eso.

Andrew asintió un poco cabizbajo mientras estrujaba un poco la servilleta—Yo, en serio, Patrick lo siento, lo siento muchísimo y no sé, no sé qué más decirte, en realidad ni siquiera debería estarte diciendo algo— Hablaba rápido, atropellado y que el otro le escuchara con total atención solo lo ponía más nervioso. Incluso más cuando tenía que dar rueda de prensas. No entendía cómo podía ponerse tan nervioso con alguien como Patrick—. Creo que parte de mí fue a buscarte ahora con la esperanza que me mandaras a la mierda o me molieras a golpes y así poder sofocar la culpa que me ha carcomido desde entonces.

Agradeció tener tiempo para pensar al ver como el mesero volvía con sus bebidas y la entrada. Se quedó examinándola unos segundos—¿Qué es?

—Bolas de camarón. Espero que no seas alérgico a él.

Por alguna razón se llevó una pequeña desilusión al ver que estaba presto de decirle que era tan rápido, y por más extraño que le pareciera estuvo de acuerdo con la vez que Neil le insinuó que era más divertido probar cosas nuevas sin saber que es—No, no lo soy.

— Oh, cierto nunca las has probado. Puedes comerlas como prefieras.

—Gracias—Dijo—. Con mi abuelo solo pedimos wantan de vez en cuando con la comida china.

—Oh, bueno entonces adelante—Dijo mientras se volvía a concentrar en su comida, lo cual relajó a Patrick. Resultó ser mejor de lo que pensaba—¿Te ha gustado?

—Sí.

El resto de la comida fue Andrew preguntándole su opinión de los acabados del lugar. Patrick no estaba tan seguro que tan interesado estaba en ella, o si le llegaba a comprender del todo lo que le explicaba, pero al menos parecía interesado por lo que tenía que decir. Pocas veces podía hablar con tanta libertad con alguien.

Terminaron de comer y para ese entonces la tensión que había existido entre ellos al principio se había vuelto a disipar. Al final ambos decidieron que tenían lugar para el postre, y Andrew terminó convenciendo a Patrick para que probase el pudín de mango. Al final no resultó tan asqueroso como en un principio había pensado. 

Patrick perfectamente pudo haberse olvidado que era Andrew Hoplin con quien estaba hablando, el Andrew  capitán de la sub 20, el mismo chico con el que se mediría frente a frente en el arco en solo unos meses y por quien se había metido en todo ese embrollo. Sí, perfectamente hubiese olvidado todo si en ese mismo momento no hubiera entrado al lugar Edward Grafiel.

Para cuando pudieron darse cuenta el director de la federación de fútbol y padre de James estaba frente a su mesa sonriéndoles—Andrew, que agradable sorpresa encontrarte aquí. La otra noche no pude agradecerte por llevar a casa a James. Lamento todos los problemas que pudo ocasionarte.

—No hay ningún problema, Edward— Dijo Andrew intentando lucir tranquilo, pero no dejaba de mirar de reojo a Patrick—. ¿Qué lo trae por aquí?

—Negocios, como es costumbre— En ese momento llegó otro hombre a la mesa—. Oh, mira aquí está quien me trajo hasta aquí. Andrew, te presento a Benny Wislow jefe del departamento de prensa del Examinador. Justo vamos a hablar de la cobertura de los partidos antes del mundial, así que aprovecha a decirle que les dé el mérito suficiente y les haga una buena cobertura. Benny, creo que no necesito presentártelo, Andrew Hoplin y él es…— dijo fijándose finalmente en Patrick.

—Patrick Smith— Dijo Benny con seguridad estrechándole la mano tan de improvisto que para cuando Patrick reaccionó su mano era agitada enérgicamente.

—¿Lo conoces? — Preguntó Edward sin poder apartar la mirada de Patrick.

—Claro, el chico fue la novedad del torneo interuniversitario. No damos mucha cobertura al fútbol universitario en los medios televisivos, pero siempre tenemos que recabar información para la prensa deportiva, ya sabes, sacamos un artículo semanal de lo más importante. Éste chico ha sido la sensación los últimos dos años. Hicimos una buena columna sobre ti al finalizar el torneo pasado. ¿Qué te ha parecido?

Patrick se hubiese sentido un tanto halagado por la atención del hombre, pero la mirada de Edward solo hacía querer irse cuanto antes—Demasiado halagadora, si me permite ser honesto— dijo enfocándose solo en Wislow—. No es como si el equipo dependiera solo de mí, creo que me ha dado demasiados méritos, yo solo hacía mi trabajo.

—Bah, falsa modestia. Creo que no te conviene venir con eso, después de haber asegurado que iban a ganarle a los de la sub 20. Por cierto, no tenía idea que fueran buenos amigos con Andrew.

—Sí, Andrew, no me habías dicho que te llevaras con él.

Patrick notó el tono despectivo en la voz de Edward, y se preguntó hasta donde le había contado James.

—Nos conocemos muy poco.  En realidad nos encontramos aquí de casualidad y decidimos tener una charla de capitán a capitán del encuentro.

—¿Ah sí? — Preguntó Edward—. Una charla interesante, supongo, después de que dijiste que podrían ganarle a mis chicos.

—No mucho en realidad. ¿Verdad, Andrew?

—No, para nada. Nada interesante. Nos dedicamos a hablar de otras cosas.

—Estudios, ligues y salidas a discotecas, me imagino— Dijo Edward con un tono de voz que dejó en claro que estaba al tanto de lo que había pasado la otra noche.

—En realidad hablamos del pudín de mango—Exclamó Andrew intentando disipar, muy mal, la tensión

—Un tema realmente fascinante— Dijo Wislow—. No es tan fácil de hacer.

Patrick decidió que esa conversación ya era demasiado absurda—Lamento interrumpir, pero debo de irme ya. Mis clases empezarán pronto y no quiero llegar tarde.

—Aparte de buen deportista, estudioso. Eso no se ve todos los días ¿verdad, Edward? Tu chico no es exactamente el mejor ejemplo de ello.

Patrick tuvo que reprimir una sonrisa, al parecer Benny y Edward no eran tan amigos como le pareció en un primer momento—No puedes comparar una competición universitaria a las exigencias de ser seleccionado nacional.

—Oh vamos, de seguro Patrick lo manejaría todo a la perfección ¿o me equivoco, muchacho?

Como todo buen periodista, pensó Patrick, a Benny Wislow parecía fascinarle la polémica y una buena noticia, así que solo le estaba echando más leña al fuego—No lo sé— comentó, iba a dejarlo hasta allí, pero esa sonrisa de superioridad de Edward, que al parecer James había heredado, no le causo nada de gracia—. Ya sabe, con la universidad y el trabajo encima, uno no puede darse el lujo de solo de pasársela entrenando.

—¡Y encima trabajas! Eso no lo sabía. Me haces sentir que mis hombres y yo hacemos un mal trabajo.

—No es algo que me guste pregonar a los cuatro vientos. Bueno, tengo que retirarme.

—Te acompaño, Patrick, yo también tengo asuntos que atender—Se apresuró a decir Andrew quien claramente no quería quedar a merced de los dos hombres.

Patrick estrechó la mano de Benny Winslow, pero este se rehusó a soltarla de inmediato— Definitivamente tendré que tener un ojo en ti, muchacho. Supongo que con todo lo que se viene, no les vendría nada mal un poco más de cobertura a sus juegos. Total, ya prácticamente están en las ligas mayores.

—No se moleste. Recibimos suficiente atención para el nivel en que estamos—Si sus compañeros se volvían locos cuando los mencionaban escuetamente en la prensa, no quería saber si tenían mayor cobertura—. No me gustaría que a mis compañeros se les suba la fama a la cabeza.

Cuando finalmente logró recuperar su mano se apresuró en estrechar la de Edward, quien le pareció que puso excesiva fuerza en este—Un gusto haberle conocido— El hombre solo asintió, haciéndole sentir que debía decir algo más—. Gracias por la oportunidad. No la desaprovecharemos.

Edward se limitó a sonreír mientras soltaba la mano—Eso espero, danos un buen espectáculo, Patrick. No me hagas arrepentirme de darles esta oportunidad, al menos hazlos calentar un poco.

—Seremos algo más que un calentamiento, se lo prometo— Le aseguró con una convicción que incluso él se contagió de ella.

Patrick salió lo más rápido que podía, sin demostrar el deseo por alejarse completamente de allí, la atmosfera que había conseguido ignorar por una hora de repente volvió con un peso abrumador, le hacía sentir no bienvenido en ese lugar. Llegó hasta el Mercedes y como se lo esperó tuvo que esperar unos minutos hasta que Andrew saliera del lugar.

Una vez adentro ninguno dijo nada los primeros cinco minutos, hasta que en un semáforo Andrew no pudo más con el silencio—No lo sabe— dijo finalmente. Aquellas palabras fueron casi devolverle la vida a Patrick—. Él no…

—Genial.

El pitido de la camioneta de atrás impidió que Andrew dijera algo en el momento. Miró de reojo a Patrick, quien parecía no tener más deseos de hablar. Maldijo su mala suerte, jamás esperó que Edward apareciera allí, hasta donde tenía entendido el hombre aborrecía la comida china, pero al parecer fue un comentario sarcástico de James, el cual nuevamente no pudo identificar como tal. Notó como Patrick miraba el reloj del tablero del auto. Iban con tiempo de sobra para la clase de este. Andrew se incorporó a la autopista, y luego de unos minutos volvió a salir de esta. Patrick había permanecido en silencio—Eres menos curioso de lo que creía— admitió en voz alta—. Considerando que tu universidad queda en el camino contrario.

—Pensé que me llevabas a algún lugar donde asesinarme, para así no tuvieras que preocuparte porque revelara tu secreto— Andrew intentó sonreír, pero no lo consiguió, aceleró un poco—. ¿No hablas? ¿Debería tirarme del auto ahora mismo?

—No seas ridículo. No voy a asesinarte.

—Eso es algo que diría alguien que quisiera hacerlo— Comentó. Vio como cruzaban y una hilera de residenciales se asomaba entre los árboles— Wooa….Aguarda, para, para esto es peor que me quieras asesinar. ¡¿A dónde me llevas?! — Dijo perdiendo el control por primera vez en ese día.

—A mi casa. Necesito darte algo.

—Ok, oficialmente estás loco. Me llevas a tu casa cuando en primera no quieres que nadie sepa que eres gay y segundo no necesito nada.

—Mis padres no están…

—No es la primera vez que escucho algo similar y las cosas terminaron muy mal la última vez que las escuché, al menos para mí— Dijo Patrick hundiéndose un poco más en el auto.

—No seas dramático, no pareces de esos. Además hoy no hay nadie en mi casa.

—Eso también ya lo he escuchado— Dijo a regañadientes. Por más que Patrick insistió esperar adentro del auto, al final se vio obligado a entrar a la casa. De repente la de Neil se veía perfectamente normal ante la enorme casa de los Hoplin—. Déjame adivinar. Tus padres son narcos…—dijo al entrar al recibidor y notar las enormes gradas de mármol en forma de caracol. Las paredes blancas cubiertas de imitaciones de obras famosas.

—¿Eh? Oh no, mi padre es bancario y mi madre está metida en la casa presidencial, creo que es consultora de algo súper importante del presidente. Nunca entiendo ni una sola palabra de lo que habla.

—Suena interesante…—Y francamente demasiado ostentoso para Patrick, a la par de Andrew todos los de su universidad parecían de clase baja.

Llegaron hasta la habitación del chico que era al menos tres veces el tamaño de todo su apartamento. Patrick agradeció internamente que no tuviera su cuarto lleno de imitaciones de cuadros famosos, por el contrario, estaba llena de poster y bufandas de equipos de fútbol. Patrick se entretuvo mirando, no sin cierta envidia, como tenía una fotografía autografiada por Frank Lampard, y notó una fotografía de Ronaldo, el ahora gordo, en la que aparecía con un Andrew más joven. 

Se había distraído viendo las fotografías de Andrew en los diferentes estadios con los que él ni siquiera soñaba conocerse. Al parecer Andrew era un fanático del Real Madrid y el Chelsea puesto que eran los equipos que más sobresalían en el lugar.

El sonido de algo cayéndose lo hizo salir de su fascinación por el lugar. Giró confundido y notó como Andrew intentaba recoger toda una serie de discos— ¿Qué demonios haces?

—Busco lo que quería darte.

—Oh, entonces si tenías algo que darme. Creía que era una excusa para traerme a tu casa para asesinarme y luego enterrarme en el bosque que tienes como patio.

Andrew recogía todo y los metía en una caja—No seas estúpido. Ya te dije que no tienes nada que temer y mis padres no son narcotraficantes.

—Vale, vale—El ambiente se había vuelto un poco más cómodo— ¿Qué sabe Edward de la otra noche?

Andrew sonrió abiertamente—Sabía que no podías ser tan poco curioso— Exclamó en parte aliviado—. James no quiso explicarle nada a su padre de lo que había pasado, porque según él me estaba ahorrando una humillación, ya sabes, él cree que tú…—dijo mirándole con timidez.

—¿Estaba a punto de violarte en el parqueo? — Terminó la oración— ¿No es eso exactamente lo que quería hacer?

Las orejas de Andrew se encendieron un poco de un color rojizo—Pero él no sabe que yo quería que lo hicieras—Patrick asintió sin prestarle demasiada atención a los gestos de Andrew—. En fin, quiso, según él, ahorrarme el trago amargo de tener que explicarle a Edward que me habías besado. Además los Grafiel no tienen un buen rollo con los homosexuales por circunstancias que no puedo decirte. Así que supongo que inventó otra excusa por la que habían peleado. Cuando vine a saber que James había conseguido el partido contra ustedes fue demasiado tarde para que pudiera hacer algo.

Finalmente sacó una casa de madera labrada—Aquí esta— dijo aliviado.

—¿Porno gay? ¿Un dildo?

Andrew le fulminó con la mirada no sin evitar sonrojarse—No, imbécil. Son las grabaciones de todos nuestros entrenos y partidos. Tienen que servirte de algo.

Patrick se sentó apoyándose contra la pared—¿Me has hecho venir hasta tu casa para que me des unas simples grabaciones?

Andrew le miró confundido—Sí, Patrick, puede que seas bueno, pero obviamente no estarás jamás a nuestro nivel.

Aquello fue como una patada directo a su hombría—¿Qué? ¿No crees que no podemos ganarles?

— No puedes ganar tú solo. Obviamente todo gira alrededor de ti en ese equipo. No sé mucho de ustedes, pero los del equipo de mi universidad me lo dijeron.

—Pues los del equipo de tu universidad debieron decirte que todos somos lo suficientemente buenos para vencer a cualquiera— Dijo sintiendo como empezaba a molestarse.

—Patrick, no seas estúpido. Solo toma los CD’s, así tal vez tienes una oportunidad— Dijo tendiéndole la caja, la cual Patrick tiró a un lado—. Han tenido demasiada suerte, tú has tenido demasiada suerte pretendiendo ser un entrenador, pero la suerte tarde o temprano esta se acaba y es casi seguro que se les acabe cuando se enfrente a nosotros. Estoy intentando ser amable porque sin mi ayuda…

—Claro, suerte. Ustedes se lo atribuyen todo a la suerte. Al parecer en sus cabezas nada puede ser conseguido sin esfuerzo y sin recursos.

—Es la verdad, Patrick, ni siquiera tienen un entrenador formal. Tú haces todo el trabajo y no me malinterpretes, pero estoy seguro que la mitad del tiempo no has de tener la menor idea que estás haciendo. No estoy insinuando nada, te lo estoy diciendo de frente. Van a perder. No tienes la menor oportunidad contra nosotros solo estoy intentando que no pases una vergüenza allá afuera— Le espetó con crudeza—. Además a la gente como tú siempre les gusta que les den este tipo de ayuda, ventaja o como quieras llamarlo.

La rabia pareció evaporarse de repente, Patrick se quedó mirando a Andrew fijamente preguntándose cómo pudo haber sido tan imbécil al pensar que él podría ser diferente—¿Sabes? Toda mi vida he estado rodeado de gente como James, y su padre. Que creen que alguien como yo no podrá salir adelante sin la ayuda de nadie, o que si lo hace es porque les tienen lástima.

—Yo nunca he insinuado…

Patrick no quería seguir escuchándolo, ya había captado el mensaje, se puso de pie de golpe—Por un segundo creí que eras diferente a ellos, pero me equivoqué contigo. Creo que debo de dejar de tener esperanzas que encontraré a alguien diferente.

—Patrick, vamos, en verdad quiero ayudarte.

Haberlo acompañado había sido un error, e irremediablemente pensó que Neil había tenido razón—Ayúdate a ti mismo, Andrew. No entiendo cómo quieres ayudar a otros si ni siquiera sabes aceptarte— Éste le miró sorprendido, pero Patrick no se retractó de sus palabras—. Otra cosa, mi equipo va a destrozar al tuyo. Y sobre todo voy a demostrarte que puedo hacerlo sin tu ayuda; y si, tal vez no sea tenga un gran técnico que me diga exactamente que debo de hacer, pero al menos no estoy atenido a que alguien llegue y me resuelva todas las interrogantes, yo mismo puedo tomar lo que considero mejor, así que más te vale que cuides bien tu meta, porque no voy a perder ese encuentro.  

Salió de la casa de Andrew con  la dignidad que aún tenía. Fue hasta el Mercedes y agradeció que estuviera abierto. Sacó su mochila y empezó a caminar fuera de la residencial. Una parte de él agradeció que Andrew no le siguiera, pero la otra, cuando llegó a la autopista y recordó que ningún transporte público pasaba por allí, empezó a maldecir por lo bajo su mala suerte.

Miró su reloj. Si empezaba a caminar con suerte saldría de la autopista a la hora que empezara la clase. Los autos pasaban a toda velocidad a su lado. Incluso pensó en pedir un aventón, pero no era su estilo. Empezó a imprecar contra el sol de las tres de la tarde, y cuando creía que iba a terminar completamente deshidratado un auto se detuvo a su lado.

Patrick estaba a punto de soltar un montón de improperios cuando notó que no era un Mercedes, sino una Murano. La puerta del copiloto se abrió y Neil lo miró extrañado. Patrick le devolvió la mirada igual de sorprendido—Tienes suerte que tenía que ir a traer a Danny al veterinario— fue lo único que dijo. Quizás en otras circunstancias se lo hubiese pensado mejor, pero estaba cansado y tenía una clase a la que llegar en veinticinco minutos.  Apenas se hubo sentado en el asiento, el cachorro se sentó en sus piernas. Patrick no dijo nada, estaba demasiado agotado para hacerlo. Neil lo miró de reojo preocupado—. ¿Puedo preguntar si estás bien?

Una extraña sonrisa se esbozó en Patrick y giró su rostro para verlo, la preocupación de Neil se le hizo extraña, hacía mucho que nadie que no fuera su abuelo le hacía esa pregunta—Lo estoy— Dijo un tanto cortante aunque no había sido su intención sonar así, era ya parte de su naturaleza; un perpetuo estado de vivir a la defensiva.

—¿Y Andrew?

—Más de lo que debería.

Neil asintió antes de devolver la vista a la autopista—¿Puedo preguntar también si en verdad creías que ibas a llegar a tiempo caminando?

—Lo estás haciendo y la respuesta es un rotundo no. ¿Algo más, Evans?

— ¿Te gusta la canción o quieres cambiarla?

Una sonrisa amarga se dibujó en el rostro de Patrick—Creo que no podría haber una canción más perfecta en estos momentos, Evans— Cerró sus ojos mientras los primeros acordes de ‘Disenchanted’. No sabía qué tenía esa canción, pero siempre parecía estar allí en los peores momentos.

Se estaba relajando cuando escuchó a Neil cantar por lo bajo—Vas a hacer que Danny empiece a llorar de lo horrible que cantas…

—No canto tan mal.

No tanto, pero eso no lo iba a admitir, al menos podía ir a un karaoke sin arriesgarse que le tiraran una botella por una mala interpretación—No creía que alguien como tú le podría gustar este tipo de música— Admitió fijando su vista en la autopista.

Neil tomo eso como un cumplido—Me gusta, pero no sé, esta canción en particular,  es extraño, no le puedo encontrar un significado. Siento que está allí, me habla, pero no puedo entenderla—Ahora que lo pensaba la comparaba un poco con Patrick por alguna razón—. Lo he pensado muchas veces, pero no sé, es difícil. ¿Qué piensas que quiere decir?

Patrick bufó— ¿En verdad mi opinión importa?

—Claro que sí.

Danny empezó a mordisquear uno de los tirantes de la mochila, por lo que Patrick tuvo que ponerla en el suelo del auto— Qué se yo…—Notó la mirada de Neil por el retrovisor, suspiró—. Al principio supongo que pensaba sobre lo de las relaciones fallidas; de cómo las personas no congenian en ideales, y aun cuando saben que las cosas no funcionarán ninguno decide ponerle un alto, llegando a instancias que ambos se hacen miserables — Desvió la mirada incómodo al notar la sorpresa de Neil, lo que menos necesitaba en esos momentos era hablar de esos temas—. Ahora pienso que trata más de la vida en general, como la gente va vendiendo sus ideales por conseguir sus metas, pero al final siempre son infelices puesto que perdieron más lo que ganaron en el proceso y al final no alcanzan nada de lo que querían y solo les queda conformarse con esperar a la muerte…

Neil sonrió enigmáticamente— Suena un tanto poético la forma que lo dices, crudo y fatalista, pero poético.

Patrick no lo veía de esa manera, solo era realista. Danny había empezado a mordisquear sus dedos, pero no tenía deseos de apartarle. Dejaron la autopista atrás, y pronto se vio en las calles de la universidad.

—Podías haberme dejado en la entrada peatonal…

Neil negó y señaló la hora—No ibas a llegar a tiempo si caminabas desde allá— Faltando diez minutos para que su clase empezara su clase estaban casi frente al edificio—. Llegamos— Dijo Neil con una sonrisa.

Patrick asintió mientras pasaba a Danny al asiento trasero, iba a salir cuando se volteó hacia Neil— ¿Eso es todo?

—¿Eh? No sé qué más decirte…

Patrick frunció el ceño—Vamos, ¿no vas a echarme en cara que tenías razón y yo no o alguna mierda como esas?

Neil se encogió de hombros—No veo motivos para recalcarte algo que ya sabes. No sé qué haya pasado entre ustedes, pero espero al menos que no le hayas dado el gusto de haberte acostado con él. Isabella dice que entre más desinterés muestran los hombres más atractivos son para ella; no sé si  está loca o si eso es verdad y si aplica para cualquier persona, pero igual espero que no le hayas dado el gusto de conseguir lo que quería.

Patrick se relajó al escuchar eso—Eres raro, Evans. Tengo que irme, supongo que te debo una…

Neil negó—Los amigos no se deben nada.

Patrick sonrió derrotado, como si una parte de él ya se lo esperaba—¿Aún insistes con la idea de ser amigos?

—No creo que nos mataría a ambos, a lo mucho si me podrían llegar a fracturar la nariz, pero no produciríamos una catástrofe nuclear.

La reacción de Neil le pareció de lo más infantil—Entonces supongo que nos veremos por allí, creo que aunque no quiera siempre termino encontrándome contigo.

—Nos veremos por allí, Pat.

Patrick frunció el ceño— ¿Pat?

—Sí, es más corto que Patrick.

—No me digas así.

—Claro, Pat, cuídate.

No había caso con él, pensó el mayor, por alguna razón él siempre llevaba las de perder cuando se trataba de Neil Evans—Mejor vete antes que tu perro destroce los asientos de atrás— Exclamó antes de bajarse de la Murano. Cuando apenas había avanzado unos pasos volteó a ver como Neil intentaba regañar en vano a Danny, sonrió ante la escena por alguna razón que él desconocía. 

Notas finales:

¡Feliz semana de Champions League! :'D 


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