Tres días.
Tres días habían pasado desde el beso que le di a Makoto, mi mejor amigo, si es que aun lo eramos, sinceramente me siento muy confundido. Todo había pasado de una manera tan rápida y me sorprendía de mi mismo, pues yo no soy una persona impulsiva y esta vez sin duda me deje llevar por mis emociones y el momento.
No podía dormir eran las 3:45 am y simplemente no podía juntar mis párpados para conciliar el sueño. Estaba perdido, en un vano intento por lograr sentirme somnoliento y subí a la azotea de la casa.
Ahí, bajo un cielo que se encontraba un tanto aborregado, ya que una nubes traviesas se posicionaban en esa gran extensión azul marino casi de un tono tan oscuro que buen podría ser negro.
Siempre creí que la luna era una presumida, sin duda es hermosa eso nadie se lo puede discutir, pero a mi parecer es mucho mas hermosa el agua, y mas ese penetrante y profundo espejo que se forma de un conjunto de esta, en una concentración salada y densa llamada mar.
Volviendo con la luna, ella no deja que su belleza sea opacada, mengua para volver a nacer y mostrarse en su mas grande esplendor, adornando esa profunda oscuridad, no se deja engañar por las estrellas y la prueba esta en que su magestuosidad es mayor que la de ellas, y de su tamaño ni hablar, no tenia comparación con esos pequeños astros.
Pero esta noche era diferente.
El viento movía las tenues nubes que había colocadas en el cielo pasando por enfrente de ella, opacando el brillo que es su estado podía emitir.
Si, la luna se estaba consumiendo, al igual que mis esperanzas para enamorar a Makoto.
No se que es lo que pueda pasar de aquí en adelante desde ese día el no me ha buscado ni yo a el, ya que lo sucedido anterior mente fue en viernes, el fin de semana se atravesaba. Y el lunes no tuve el valor suficiente como para ir a la preparatoria.
Ya era martes y sin darme cuenta eran las 5:12 am, senti un poco de frío por lo que baje a tomar una ducha de agua caliente. (Sabia que el agua no me rechazaría.)
Todo parecía ser normal, tome aire y comencé a sumergir mi cuerpo en el agua de la tina completamente. Dicen que las penas con pan son buenas pero yo decidí cambiar el "pan" por agua.
Todo marchaba normal, al final era otro monótono día en mi cotidiana vida. Pero escuche los golpes que daban en la puerta. Por un momento pensé que era él, salí de la tina a tomar aire pues me llene de sorpresa, el era el único que me venia a buscar a esta hora pues ya eran las 7:09, (había pasado demasiado rápido el tiempo) pero al ver que dejaban de insistir volví a deslizar mi cuerpo por la orilla de la bañera.
—Haru-chan —su voz sonó suave pero se notaba preocupada —¿estas en casa?
No lo podía creer. Si. Era él, él me estaba buscando, a mi.
—Sabia que estarías aquí, vamos sal del agua. —Me extendió su mano y yo salí a tomar el aire que ya le hacia falta a mis pulmones, el oxigeno se me había agotado y no habría mas remedio que salir.
—Quita el "chan" —ya afuera del agua le respondí, agite mi cabello que estaba húmedo antes de darle la mano, correspondiendo al gesto de ayudarle a salir.
Si.
El me conocía a la perfección tanto que era de su conocimiento el que yo estaba en la tina, y no solo eso si no también, el hecho de que no atendería a la puerta, el que la ventanas trasera estaría abierta y que me sería bañando con mi traje de natación. Esa era una de las razones por las que me enamore.
—Veo que nunca cambiarás, pero no me importa sabes. Así me agradas. —No, por favor, no seas tan amable conmigo. No alimente estos sentimientos que me hacen flaquear. —Vamos, si no nos apresuramos llegaremos tarde. —El al parecer esta actuando normal, así que yo trataría de hacer lo mismo.
—Voy a cocinar caballa— dije con mi cara en su típica inexpresividad.
—Espera, no tenemos tiempo de... ¡Rayos! Que haré contigo. —Amarme, fue lo primero que paso por mi cabeza, y realmente ese hecho me haría el hombre mas feliz del mundo.
Pero para eso todavía faltaba, es9 es lo que quiero pensar, al final lo voy a conquistar.
Después de que comimos, en realidad yo fui el único que comió, salimos de la casa para ir a la escuela, pero mi cabeza seguía articulando preguntas que no tenían una respuesta inmediata; ¿Por qué Makoto me vino a buscar? ¿Por qué no lo hizo ayer? ¿Realmente esta preocupado por mi? ¿El beso causo enojo en el? ¿Por qué mi cabeza da tantas vueltas? ¿Metí la caballa al congelador? ¿Cerré la llave del agua? ¿Donde deje mi traje de baño mojado? ¿Traigo mi lápiz de dibujo? Creó que me salí del tema, el punto es que estoy preocupado.
El camino siguió tranquilo y en silencio, pero eso ta no era novedad para ninguno de los dos presentes.
Tampoco se sentía pesado o tenso el ambiente, por así llamarlo, íbamos en calma. Quería pero no podía, no sabia como romper el silencio, y si. Efectivamente. Se quedó en un "quería" pues cuando mi atención de percato de lo que pasaba a mi alrededor ya habíamos llegado a la escuela.
Suspire pesadamente y Matoko poso su mira y atención un instante en mi persona, tengo que admitir que ese hecho me hace sentir nervioso, un escalofrío me recorre al no saber que es lo que pueda pasar, o en todo casi lo que me pueda decir, sin embargo parece ser que el ha notado el hecho del estado en el que me encuentro y ya me quito esa mira. Gracias al cielo.
La incertidumbre es un gran tormento.
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¡¡Garantizado!!