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Declaración por Pandora09

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"Esta es una declaración de amor llena de dolor, de locura, de desesperación. Es una declaración del amor que nace de lo más profundo y obsceno de mi condición de humano, con todo lo que conlleva el existir para mí. Es una declaración de amor y tal vez, cuando la leas, no lo creas, porque hay tanto dolor en esta vida que incluso para mí, que soy el que siente, todo esto parece irreal."

 

Sehun no creía que la vida ocultara alguna sorpresa para alguien como él. No creía que pudiera llegar el día en que todo se viera como la primera vez, en que todo sería una sorpresa y parecería magia. Sehun ya no tenía esperanzas.

Su falta de emoción ante la vida siempre le supuso un gran problema al resto del mundo, por ejemplo a su amigo Minseok, que siempre lo arrastraba con él a donde sea que fuese. Sehun ya estaba acostumbrado a sus arranques de "debes vivir un poco y, tal vez, solo tal vez, sonreír. No duele." Lo que no acostumbraba a hacer era a reconocer que su amigo podía tener buenas ideas.

Lo primero que pensó cuando vio a Yixing aquella noche vez fue que ninguna de las palabras dichas por Minseok y Luhan le hacían verdadera justicia. Tal vez porque aun no conocía su personalidad o siquiera el sonido de su voz, pero Sehun se sintió deslumbrado con lo que pudo ver del chino, incluso cuando este lo rechazó sin una pizca de culpa.

Sehun nunca había buscado el afecto de alguien, ni siquiera en su propia familia. Tampoco había sentido atracción por algún ser viviente, aunque lo intentó un par de veces, pero ninguna relación llegó a buen puerto porque, bien, él no se sentía capaz de sentir algo profundamente. El coreano nunca pensó que el amor sería como una fuerza de la naturaleza que lo golpearía tan violentamente y lo dejaría abandonado de forma inerte en el mundo, como un desnudo bebé recién nacido. Sehun ni siquiera creía que el amor, ese que Minseok describía tan melosamente y hacía brillar sus ojos al hablar del chino, pudiera ser real. Tal vez esto se debiera a que siempre tuvo lo que quiso, con su personalidad seria y abstraída lograba conseguir una cantidad innecesaria de atención, de parte de hombres y mujeres, por lo que nunca debía luchar mucho por conseguir el afecto de alguien. Por supuesto, no pensó que con Lay fuera diferente, porque nunca imaginó que alguien tan atractivo e inocente a primera vista ocultara un alma tan oscura y torturada. Con ese hoyuelo fascinante en la mejilla y sus ojos formando medias lunas al sonreír, ¿quién podría pensar que tanta tristeza cabría en él?

Cuando Sehun vio a Lay por primera vez, pensó que no le alcanzaría la vida para agradecer a Minseok y Luhan.

 

“Él es un desconocido que me resulta muy familiar. Mi vida parece acoplarse y encajar perfectamente con su existencia, como si fuera la pieza faltante que nunca extrañé pero siempre necesité.”

 

Sus primeros encuentros solo fueron caos y desesperación por parte del chino. A Lay parecía aterrarle la idea de volverse siquiera cercano a Sehun y el menor no tenía la menor intención del alejarse de él. Yixing quería ser la parte negativa de un imán y convertir a Sehun a su misma carga para repelerlo, pero el coreano era pura vida y positividad y no podía evitar la visceral atracción entre ellos. Tampoco es como si quisiera evitar cualquier cosa que involucrara al chino.

Sehun no sabía si a Lay le aterraban las relaciones homosexuales o las relaciones simplemente, por lo que un día, en el trayecto de la universidad al departamento del mayor, se atrevió a susurrar la pregunta.

- ¿De qué tienes miedo, Lay?

El chino parecía tener un universo de respuestas ante esa pregunta, por lo que Sehun debió tragarse su impaciencia y esperar a que el mayor le respondiera.

- Me gustaría que conocieras la respuesta sin tener que hacer la pregunta.

En ese momento, Sehun comprendió que debía amar a Yixing de una forma en que él no tenía idea, con un amor no solo desconocido, sino que inexistente para él y todo el mundo antes de ellos. Y selló el compromiso consigo mismo besando castamente los labios chinos, temeroso de ser rechazado nuevamente por él, pero fue Lay quien lo sorprendió profundizando el beso.

 

“Él es sueños y esperanzas rotas, el anhelo de la vida perdida. Él es la pasión y la fuerza de la juventud y sabe que lo puede todo. Él es todo lo que yo deseo, porque es vida y yo hace mucho tiempo que estoy muerto.”

 

Sehun toda su vida supo que quería ser bailarín, que quería sentir las melodías controlando su cuerpo y meciéndolo. Siempre tuvo fija su meta: Convertirse en el bailarín más talentoso de Corea del Sur y ser reconocido por todo el mundo.

Muchas veces se lesionó y vio todo su futuro en peligro, pero doblando su esfuerzo logró salir adelante airoso. Durante sus años de estudios, intentó con todos los ritmos y estilos existentes hasta encontrar el propio y, cuando lo logró, sintió su alma llenarse de orgullo. Un orgullo que, caminando junto al chino con el atardecer pintando trazos anaranjados en su piel y robando reflejos dorados del cabello castaño de su acompañante, le parecía tan superficial y vano que no comprendía la felicidad que le trajo. Porque caminar junto a Lay, escuchar su voz y coronar sus bromas con una sonrisa deslumbrante, resultaba ser algo más grande y pleno que una simple danza. Era una especie de perfección que comenzaba en su mano al rozar la de Yixing y se expandía con flameante violencia por todo su cuerpo hasta llegar a su corazón y apagar su cerebro.

 

“La vida había matado las esperanzas de la existencia vacía que me esforzaba por llevar. Apagó todos y cada uno de mis deseos sin que yo me percatara de la sangre escapando de mi cuerpo. Entonces él encendió velas donde solo habitaban las sombras que me encadenaban al dolor y, poco a poco, aunque se quemó un par de veces, me liberó de mí mismo.”

 

Sehun nunca creyó encontrar la dicha mientras viviera, entonces conoció a Yixing y comprendió que no conocía la vida.

Los primeros meses fueron tensos, Sehun debía reconocer que junto al chino, la vida no solo era maravillosa, sino que también era dura, compleja y en ocasiones, exasperante, pero Yixing valía la pena. La pena, la alegría y todas las desbordantes emociones que le provocaban dolor en el pecho.

A Sehun le gustaba que Yixing pasara a recogerlo a la universidad cuando tenía tiempo libre en las tardes y pasar el resto del día a su lado. También disfrutaba las veces en que el chino le decía que no se podrían ver por un par de días, pero aparecía en sus clases de danza de incognito y fingía ser un alumno más, engañando a todos menos a Sehun. Cuando eso ocurría, el coreano solía olvidar al resto del mundo, incluso la idea de ser una estrella reconocida mundialmente y solo bailaba para Lay, como si él fuese todo su mundo. Las primeras veces lo disfrutó, quería impresionar al chino y que este pensara que su novio no oficial era la estrella del lugar, pero con sus siguientes visitas solo pudo ver como la luz en los ojos de su amado se apagaba, como si verlo ser feliz en la pista le causara dolor, como si anhelara verlo en otro lugar, haciendo otra cosa.

Sehun tenía tantas preguntas sin respuesta sobre Yixing que le aterraba la idea de hacerlas en voz alta, temía que las respuestas estuvieran fuera de su entendimiento y no poder hacer con ellas más que asentir en fingida comprensión. Minseok una vez le dijo que debería leer los escritos de Yixing y, tal vez, de esa forma podría comprender los secretos de su alma, pero Sehun se negaba a hacerlo hasta tener la autorización del mismo Lay, pero este se negaba rotundamente a dejarle unas simples palabras para darle algo de tranquilidad, insistiendo en la idea de que el próximo libro sería exclusivamente suyo. Luhan incluso le había entregado un poemario, dijo que fue lo primero que Lay se atrevió a hacer público y ahí estaba el pobre libro, abandonado en su habitación, llenándose de polvo y tentándolo.

 

“Él es una fuerza de la naturaleza que arrasa con todo a su paso, una mezcla de huracán y terremoto, con réplicas y tormentas eléctricas. Él tiene la capacidad de destrozarme cada vez que quiera, pero siempre está ahí cuando debo reconstruirme.”

 

Y el día en que Sehun se atrevió a hacer aquella tan temida pregunta, Yixing solo respondió que formaba parte de la persona que él fue en el pasado.

Sehun se enamoró perdidamente de Yixing y, al segundo mes de haberlo conocido, comprendió que no podría vivir sin el chino y que destruiría al mundo con tal de no verlo sufrir.

Sehun estaba tan perdidamente enamorado de Yixing y al mismo tan aterrado del chino y lo que su existencia significaba, que en ocasiones dudaba hasta de su propia vida. Todo lo que conoció sobre las personas en el pasado se derrumbaba ante sus ojos cuando se trataba de Lay y su hoyuelo. Sehun estaba tan perdidamente enamorado de Yixing, que era incapaz de reconocer la culpa del chino en su destrucción.

En algún momento de su pasado, Luhan le contó a medias, Yixing quiso ser bailarín, el mismo sueño de Sehun.

- Lo hubieras visto -dijo el ciervo con los ojos brillando por la nostalgia-. No podrías creer que alguien como él realmente existiera.

Yixing había soñado con la música, con bailar, con cantar, con componer, y todo lo que hoy permanecía de ese sueño eran las letras. Yixing se refugió en los libros, los poemas y los cuentos cuando comprendió que su sueño no se haría realidad. Sehun intentó imaginarse lo doloroso que sería para él perder el baile y comprendió un poco de la oscuridad en el corazón de Lay. También entendió porqué le dolía tanto verlo bailar, imaginar que él podría estar en su lugar si el destino no fuera un hijo de perra tan malicioso. ¿Por qué él debería ser feliz en el escenario mientras Lay ocultaba sus pesares detrás de palabras de agonía, mientras sus sonetos sangraban en forma de versos? Sehun comenzó a sentirse miserable cada vez que pisaba un escenario y, cuando Yixing quiso alejarlo y acabar con todo, terminó de romperle el corazón.

El chino nunca se molestó en darle esperanzas al coreano, nunca siquiera le dijo que lo apreciara, pero Sehun confiaba más en lo que Yixing mostraba que en lo que decía, por eso permanecía a su lado aun cuando Lay estuviera consumiendo sus sueños, porque amarlo le parecía suficiente para existir.

 

“Él era débil, como yo. Él estaba asustado, como yo. Él era joven, más que yo, pero tuvo la fuerza de voluntad para hacerle frente al mundo por ambos y se conservó de una pieza hasta el final.”

 

Sehun nunca pensó que la vida podría ponerle algún reto, siempre pensó que todo sería fácil y que él mismo moriría de pasividad. Sehun no creyó que la vida fuera particularmente dura hasta que conoció lo más profundo y recóndito de Yixing.

Sehun no entendió porqué Minseok no le permitió irse definitivamente cuando Lay se lo pidió después de humillar sus sentimientos. El coreano estaba sinceramente cansado de todo lo que estaba obteniendo de esa relación porque no lograba comprender del todo las acciones del chino. En ocasiones, Yixing parecía corresponder con creces el amor que Sehun le profesaba y otras, como en ese momento, despreciaba todos sus sentimientos y los pisaba como si de basura se tratase. Sehun quería que por una vez fuera Yixing quien luchara por él. Estaba tan equivocado.

Comprendió su error cuando escuchó, con lágrimas en el rostro y oculto tras una puerta de madera, las palabras que escapaban en cascadas desesperadas de la boca que tanto amaba besar.

- …Le temo a tener que vivir por Sehun solo para marcharme cuando quiero quedarme.

Tal vez Sehun todavía no conocía todos y cada uno de los matices de Yixing, tal vez nunca lo haría porque el chino vivía oculto en sí mismo, pero si había algo que Lay nunca podría ocultar, eso serían los verdaderos deseos de su alma. Tal vez Lay viviera oculto tras un caparazón de mármol y odiara que alguien derribara sus paredes, pero Sehun no necesitaba su autorización para apoderarse de todo lo que el chino era y ocultaba, Sehun simplemente le entregó su alma a cambio de quedarse con lo más oscuro de su amado y eso no solo le daba el deber de cuidarlo, sino que también le entregaba el derecho a conocer más profundamente a Lay de lo que él mismo se conocía. Y las mentiras que había escupido no eran más que el último intento desesperado porque Sehun comprendiera los miedos ocultos en ellas.

- "Me gustaría que conocieras la respuesta sin tener que hacer la pregunta" -esa vez Sehun no tuvo palabras para responder, por lo que esta vez no se molestó en preguntar, simplemente dijo todo lo que Yixing necesitaba escuchar.

Sehun nunca pensó que el mundo tuviera la capacidad de destruirlo algún día, casi como si fuera algo más allá de lo real y plausible, pero esa noche, cuando Lay por primera vez aceptó sus sentimientos hacia el coreano, Sehun comprendió que perder al chino sería la razón de su destrucción absoluta.

 

“Él es una estrella arrancada del firmamento. Él es la luna en medio de la noche y el sol durante un día despejado. Él es llamas y calor. Una brújula y un faro. Él es el hogar al que quiero llegar. Él es el camino y la meta.”

 

Sehun volvió a los escenarios en gloria y majestad luego de que Yixing lo convenciera de nunca abandonar su sueño, como él se vio obligado a hacer. Por lo que el menor daba todo de sí mismo y se esforzaba el doble por lograr que el chino se sintiera orgulloso de él. En el pasado quedaron sus deseos de gloria y fama, él solo era capaz de pensar en ver a Lay sonreír y, si él era la causa de que su hoyuelo apareciera, nunca dejaría de esforzarse.

Después del primer "te amo" susurrado entre sonrojos por el chino, él mismo volvió a escabullirse a los ensayos del menor y comenzó a sonreír al verlo brillar en el escenario y Sehun no se cansaba de dedicarle todos sus triunfos.

El musical de invierno fue todo un éxito y Sehun y su co-protagonista se volvieron las estrellas del momento, siendo foco de reporteros y chismes indeseados.

A pesar del éxito que estaba teniendo, Sehun se sentía frustrado. Yixing estaba ocupado con los últimos preparativos del lanzamiento de su libro y él con la finalización de la temporada y el año académico, por lo que el tiempo que tenían para compartir era escaso. Sehun necesitaba a Yixing con cada respiración que daba y, pensaba con una sonrisa en el rostro, el chino se sentía de la misma forma hacia él. Pasar las tardes de frío acurrucados en el futón de Yixing se había hecho costumbre y extrañaba las escasas palabras de amor que Lay comenzaba a decir con más facilidad con el tiempo. Quería pasar de esa manera el resto de su vida, porque ni siquiera el baile lo llenaba tanto como ver la mirada enamorada en los ojos rasgados de Yixing.

 

“Él era calor en los días de verano y la furia de las tormentas de invierno, porque ahí donde mi corazón latía desbocado por su sonrisa, el pánico cavaba agujeros desesperados y arrasaba conmigo.”

 

Fue una tarde de lluvia torrencial cuando Sehun tuvo otro de sus tropiezos y dio inicio a una especie de infierno en la tierra.

Era la última función del musical y todos querían que saliera perfecto, de conseguirlo, todos tendrían sus puestos asegurados en las más prestigiosas compañías de danza de Corea del Sur. Y todo ese peso caía sobre los hombros de un enamorado coreano y su co-protagonista.

La música sonaba tan fuerte que hasta el repiqueteo de la lluvia era silenciado mientras Sehun se mecía al son de los arreglos electrónicos hechos a la historia del hada y el mago enamorados. Fue al final, en el apasionado reencuentro de la pareja, cuando su compañera no logró controlarse y lo besó. Sehun solo tenía ojos y corazón para un chino con rostro de drogado y espíritu de poeta torturado, sin embargo, se encontró a sí mismo respondiendo al beso.

Él nunca había salido del closet, nunca se molestó en declarar su homosexualidad porque, realmente, nunca sintió la necesidad de hacerlo. En el pasado tuvo aventuras con hombres y mujeres por igual y no fue hasta Yixing que conoció el verdadero significado del amor, por lo que seguía sin sentir la necesidad de reconocer su orientación si no lo hacía para demostrarle al chino su profundo amor. Y sentir la efusividad con que su compañera lo besaba no hizo más que confirmar esa teoría. Sehun nunca querría, desearía o amaría a alguien más de lo que hacía con Lay sin necesidad de etiquetarse más que para declararse propiedad de Zhang Yixing, por lo que se alejó cortésmente y le dedicó una sonrisa de disculpa a la chica que miraba el suelo avergonzada.

Las palabras no alcanzaron a salir de sus labios, porque antes de siquiera lograr tomar aire, dos suaves golpes en la puerta llamaron su atención.

Sehun nunca pensó que el destino podría ser cruel, nunca creyó que él mismo merecería morir e irse al infierno, al menos no hasta que vio la mirada dolida en esos ojos que tanto amaba.

Yixing no se molestó en hacerle una escena de celos y exigirle explicaciones, simplemente sonrió con tristeza y le acercó un regalo envuelto en papel plateado con una elegante rosa negra en el centro.

- Te dije que serías el primero en tenerlo -Yixing intentó hacer una reverencia para marcharse, pero antes de lograrlo alguien empujó la puerta a su espalda y a él con ella, sacudiéndolo y haciendo que de su cabello saltaran gotas de agua en todas las direcciones.

- ¿Quién eres tú? -preguntó el recién llegado al chino y comenzó a gruñirle órdenes a Sehun, órdenes que el menor no escuchaba porque solo podía observar a Yixing queriendo marcharse.

- Yixing...

- Estaré entre el público -con una sonrisa que mostró el hoyuelo en su mejilla derecha, el chino atravesó la puerta para marcharse.

- ¡Yixing! -Sehun quiso seguirlo, pero el resto del equipo entró a la sala de ensayo, apurándolo para ir a maquillaje y luego a vestuario, su última función estaba por comenzar y la estrella no podía faltar.

- Estaré entre el público. Yixing había mentido tan descaradamente que Sehun no necesitó subir al escenario y comprobarlo, aunque de todas formas lo hizo y la desesperación de no verlo en su butaca habitual le estaba carcomiendo por dentro. La obra transcurrió lenta y tortuosa con un protagonista cometiendo errores en cada escena, errores que el resto del elenco debía ocultar. De todas formas, recibieron una ovación de pie e interminables aplausos, el reconocimiento a los protagonistas y, probablemente, la promesa de un contrato al graduarse para ambos, pero Sehun ignoró todas las llamadas a su nombre, todos los saludos y felicitaciones para salir en busca de un sensible chino con el corazón roto.

Cuando Sehun decidió arriesgarse a enamorar a Yixing supo que sería una misión kamikaze, que Lay era demasiado frágil para sus torpes manos, pero de igual manera se atrevió, porque Lay siempre valdría la pena. Sehun se preguntaba si Yixing pensaba lo mismo de su relación y si lo perdonaría luego de escuchar su explicación.

Pasó la noche congelándose afuera del departamento del chino, pero este no se molestó en abrirle la puerta ni contestarle el teléfono y Sehun ya no tenía a Luhan para que intercediera. Desde que el ciervo y Minseok decidieron vivir juntos, apenas tenían contacto, a Sehun no le había molestado esa creciente distancia mientras tuviera a Lay a su lado.

 

“Él no es real, de eso estoy seguro. Es una especie de ente creado para alimentar y darle vida a mi alma. De lo que no estoy seguro es de si su trabajo es enseñarme la belleza de la felicidad o simplemente acabar conmigo.”

 

- No puedo creer que lo tengas -había dicho su compañera mientras le arreglaban el cabello luego de haberse disculpado por su arrebato sentimental, observando la portada del libro con lo que parecía una mano ensangrentada-. He esperado meses por esto.

La chica parecía sinceramente fascinada por el regalo de Sehun y no paraba de preguntar por el desconocido que lo entregó. Faltaban tan solo diez minutos para el inicio de la función y Sehun estaba a punto de tirar su carrera a la basura y correr tras Yixing, hasta que escuchó y comprendió las palabras recién escuchadas.

- ¿Lo conoces?

Ella vio se sorprendida por su pregunta, porque ¿cómo podía tener el libro más esperado del año en sus manos y no conocer al autor?

- ¿Cómo son sus obras?

- Son maravillosas. Es un poco desgarrador si eres sensible, pero tan humano al mismo tiempo, tan triste y tan real -Sehun no necesitaba escuchar esas cosas, no siendo él la única persona que realmente conocía a Yixing, no siendo él el bastardo afortunado a quien el libro estaba dedicado.

- Quisiera ser capaz de plasmar mi alma en el papel y mostrarla tan hermosa como tú la ves. Quisiera convertir en letras lo que ves en mis ojos al cruzarte con ellos y comprender el motivo por el que los amas. Quisiera plasmar en papel la música es escribes con tu cuerpo y componer melodías que permanezcan en la infinidad del universo como lo hará tu recuerdo cuando yo no esté. Quisiera decir cuánto te amo realmente, poner en palabras lo que tu existencia significa... Quisiera poder decirte tantas cosas que no caben en el lenguaje pero sé que, cuando termines, comprenderás todo y entenderás que esto siempre ha sido una guerra.

Sehun pensó que moriría si no tragaba el nudo que se asentó en su garganta ante las palabras leídas por su compañera y escritas por su amor. Yixing prometió dedicarle uno de sus escritos pero Sehun nunca esperó ser el motivo de ellos.

Con los ojos brillando por las lágrimas, subió al escenario y lo único real de toda la obra fue el dolor de su personaje.

 

Yixing no abrió la puerta en toda la noche y Sehun descargó su teléfono luego de tanto llamarlo y llenarle el buzón de voz de mensajes llenos de culpa y lágrimas, por lo que pasó la mayor parte del tiempo leyendo y llorando sobre las hojas amarillentas.

Sehun nunca pensó que en el mundo existiera alguien dispuesto a amar desde lo más profundo y sincero de su ser. Nunca creyó en el amor desinteresado ni en el honrado. Sehun nunca creyó en el amor verdadero hasta que leyó las palabras que Yixing le dedicó, hasta que leyó la más pura expresión de su alma convertida en letras. Solo entonces Sehun comprendió la verdadera forma de amar de Yixing, con ese sentimiento nacido del miedo y la desesperanza, ese que no es necesidad ni entrega, que no es lo uno ni lo otro porque no posee descripción terrenal. Sehun por fin comprendió que la verdadera naturaleza de Lay era el dolor y la oscuridad, pero que él mismo representaba un solitario rayo de luz en medio de la destrucción y el caos absoluto.

 

“A veces, él me dice que me ama y a veces, yo le creo. A veces, yo le digo que lo amo y él pretende confiar en mí. A veces, pienso que el mundo no es justo, porque no conozco ningún idioma en que existan palabras para describir todo lo que se arremolina en mi pecho con solo verlo.

A veces, cuando él sonríe y dice “yo de verdad, de verdad, te amo”, yo siento que existo realmente.”

 

Despertó cuando Luhan llegó al otro día, pálido y con ojeras bajo sus ojos de ciervo, y entró al departamento de Yixing con su antigua llave.

Yixing era tan confiado que le permitió a su amigo conservar la llave, al mismo tiempo era tan despistado que Luhan no viviría tranquilo sin tener una forma de llegar directamente a él.

El lugar estaba vacío y resultaba de alguna forma lúgubre, al igual que el carácter del chino menor.

- ¿Por qué no estás con Lay? -preguntó Luhan sacando ropa del closet y utensilios del baño para meterlo en el bolso negro que llevaba en la mano.

- Lo he estado buscando y no contesta el teléfono.

- Te estuve llamando...

- Se me apagó de tanto intentar comunicarme con él.

Sehun nunca había visto a Luhan preocupado, o asustado, o de cualquier forma que no fuera alegre porque siempre lo veía al lado de Minseok, pero en ese momento se veía devastado.

- ¿Qué ocurre?

- Lay está internado.

 

“Él me hace preguntas cuyas respuestas no quiere conocer. Puedo ver el miedo en sus ojos y yo desearía que la  realidad fuera otra, sonreír y decir que todo está bien.

Cuando él sonríe estoy tentado a creer que sí, que todo estará bien.”

 

Yixing nunca le explicó a Sehun qué tipo de enfermedad tenía, simplemente dijo que necesitaba mucho reposo y hacer poco esfuerzo, cuidarse del frío y de cualquier situación que lo pusiera en peligro de resfriarse y contraer alguna enfermedad pulmonar. Sehun comprendió que con Yixing debía llevar un ritmo de vida lento y calmado y él amaba vivir paso a paso a su lado, por lo que sin necesidad de que Luhan explicara, comprendió un poco lo que estaba pasando. De todas formas, el chino mayor le contó que Lay había aparecido en su departamento nuevo, completamente empapado y ardiendo en fiebre. Conociendo de primera mano su afección, Luhan no dudó en llevarlo al hospital donde llevaba toda la noche inconsciente y nebulizado.

El menor casi podía reproducir la escena en su cabeza, Yixing vagando por las calles bajo la lluvia torrencial, triste y sin preocuparse por su salud mientras él dedicaba su cuerpo y alma a la última función que definiría su futuro, sin saber que, si no es al lado del chino, el futuro no existe.

Luhan le explicó que, para los funcionarios del hospital, él era el hermano mayor de Lay. Esto debido a que, luego del último tratamiento fallido y todos los gastos que mantenerlo suponía para su familia, Yixing decidió escapar y hacer su vida en Corea del Sur, lejos de sus padres queriendo internarlo nuevamente para someterlo a un sinfín de tratamientos experimentales que suplantarían el trasplante de pulmón que necesitaría si las cosas empeoraban. Aunque en ocasiones se reunía con unos primos lejanos que se encargaban de llevarle noticias sobre él a sus padres, básicamente decirles “el tipo aun respira” como mala broma.

Para su sorpresa, Luhan no se molestó en preguntar qué había ocurrido la noche anterior, simplemente asumió una pelea de parejas y dejó el tema pasar, centrándose en explicarle al menor las cosas que Yixing nunca se molestó en decir.

- Lay no quería que te enterarás y te sintieras con la obligación de ayudarlo con su tratamiento, que es largo y caro, tampoco quería que lo vieras como un enfermo que necesita tu cuidado... Él nunca ha querido tener a nadie cerca, menos si es para cuidarlo, por eso le costó tanto aceptarte en su vida...

Sehun escuchaba las palabras del chino en la lejanía, como si ya no se encontrara en su cuerpo, porque las cosas no debían ser tan dolorosas si parecían tan fáciles. Él nunca tendría problemas con seguir los tratamientos de Yixing, con soportar sus cambios de temperamento, sus frustraciones y todo su sufrimiento, porque todo eso se reducía a la nada cuando el chino le sonreía, lo que se había vuelto habitual en el último tiempo. Sehun se lo había dicho, él amaba a Yixing con todas las consecuencias que el hecho de amar a alguien traía. Y ahora solo podía observarlo a través de una ventana de vidrio porque a su habitación solo podían entrar sus familiares directos.

- ¡Soy su novio, maldita sea! -le gritó a la enfermera antes de que esta lo amenazara con llamar a la policía si no se tranquilizaba, jurándole dejarlo entrar cuando los médicos lograran estabilizar al chino.

Las horas pasaron en una lenta agonía para Sehun y el grupo de personas que había aparecido esperando recibir noticias del chino. Entre ellos, Luhan y Minseok le daban ánimos al menor mientras el resto, que conocía a Yixing y lo cuidadoso que él era, se preguntaba qué había pasado. Sehun no podía consigo mismo y la culpa, porque no necesitaba que se lo dijeran para saber que la condición de Yixing era producto de su imprudencia.

- Esta fue una declaración de guerra que tú no necesitas -leyó Minseok en voz alta al darse cuenta de que el Sehun tembloroso y de ojos hinchados a su lado no podía continuar con su lectura-, porque hace mucho tiempo te entregué un trozo de mi alma y tal vez, solo tal vez, eres todo lo que necesitaba para estar completo.

Minseok había leído otros trabajos del chino y este, en comparación a los demás, podía sonar un poco simple y superficial, pero solo quien lo conociera realmente podría entender el verdadero significado de sus palabras.

- ¿Familiares de Zhang Yixing? -el médico atravesó la puerta junto a una enfermera y Sehun dejó que Luhan se acercara primero ante la mirada fija de la mujer. Sin embargo, todos los presentes siguieron al ciervo y se aglomeraron alrededor del pobre hombre-. Me alegra informarles que la condición del paciente ha mejorado y ya no necesita del nebulizador, tampoco ha alcanzado a desarrollar neumonía y no presentó insuficiencia cardiaca por falta de oxigeno. Por lo que veo de su historial, el daño en sus pulmones no ha aumentado, así que solo recetaré un par de medicamentos y una nueva dieta para aumentar sus defensas. Por el momento, solo debemos esperar a que los síntomas disminuyan para pasarlo a una sala común y luego enviarlo a casa, sano y a salvo.

El alivio en la voz del médico se transmitió como las ondas expansivas de una bomba nuclear en los presentes, como si todos recuperaran el alma perdida.

- Ahora, ¿quién es Oh Sehun? -repentinamente, el semblante alegre del tipo desapareció, cambiando a un ceño fruncido y labios apretados.

El menor no dudó un segundo y se plantó frente a la pareja vestida de blanco con una sonrisa de alivio en el rostro.

- Soy yo.

La enfermera rodó los ojos y el médico se apretó el tabique nasal antes de hablar.

- Sepa usted, señor Oh, que las visitas en esta área del hospital están estrictamente prohibidas, pero dada la favorable condición del señor Zhang y la desesperante forma en que nos ha insistido, le permitiremos pasar a verlo durante cinco minutos.

Sehun no escuchó más palabras, simplemente se abalanzó sobre la puerta y entró en estampida a la habitación.

 

“Cuando él despierta, el mundo cobra vida. ¿Será exagerado pensar de esa forma o solo estoy amándolo más de lo normal?”

 

Sehun nunca pensó que el mundo pudiera, alguna vez, mostrarle una imagen tan devastadora que le rompería el alma, nunca se creyó capaz de sentir tan intensamente como para sufrir de esa forma. No hasta que vio a Yixing en esa cama de hospital, rodeado de monitores y sábanas y paredes blancas. Tampoco creyó que existieran razones para sentirse realmente dichoso hasta que vio la débil sonrisa en su rostro pálido y cansado.

- Hunnie.

Sehun no escuchó las palabras que Yixing se esforzaba por mascullar, simplemente cayó sobre su pecho con lágrimas calientes recorriéndole el rostro y rogando por un perdón que no se merecía.

- Yo no siento nada por ella, lo juro. De hecho -masculló entre hipos y sollozos graves-, no soy capaz de sentir nada por ningún ser viviente que no seas tú, Lay. Y besarla solo sirvió para confirmarlo, yo... yo prefería nunca volver a besar o tocar a alguien en mi vida si no se trata de ti. Yo te pertenezco, me entrego a ti desde lo más profundo de mi ser. Lay -las lágrimas apenas le dejaban ver el rostro del chino, pero podría jurar que este sonreía y Sehun quería y necesitaba tan desesperadamente besar esos labios-, Lay eres la única persona a quien yo puedo amar.

Yixing fue quien quitó las lágrimas del rostro del menor, Yixing fue quién sonrió y lo besó castamente, con los ojos igual de aguados.

- ¿Recuerdas lo que dijiste sobre las almas, que te entregué un trozo de la mía y por eso tú me conoces mejor que yo mismo? -Sehun asintió atontado, realmente no pensó que Lay fuera a tomarse esas palabras en serio, aunque él las decía con absoluta sinceridad-. Tú me entregaste un trozo de la tuya -agregó tomando la mano derecha del menor y entrelazando sus dedos para luego acurrucarse abrazando la extremidad como un niño pequeño-, así que te conozco mejor de lo que tú mismo y confío que no seas capaz de amar a nadie más que a mí.

 

“Esta es una declaración de amor, Hunnie, que parece la declaración de una guerra. Y está tan llena de lágrimas, de torturas, de agonía… Es una declaración de amor tan lúgubre que yo me mataría si alguien me la dedica, pero tú eres fuerte y tienes el valor del que yo carezco. También eres amable y comprenderás que, cuando te entrego estas letras, te entrego todo lo que conozco y todo lo que he tenido hasta el momento.

Es una declaración de amor que parece de guerra porque yo he pasado la vida luchando conmigo mismo, porque te he estado buscando aun sin saberlo. Te he encontrado sin quererlo y me entregado sin desearlo.

Esta es una declaración de amor que parece de guerra porque, esta vez, yo no me daré por vencido.

Zhang Yixing/Lay.”


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