Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

I came to love you por Eliza19

[Reviews - 16]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! como prometí estaré actualizando todos los lunes :) espero y les guste el capítulo de hoy.

—no, no me interesa matar niños— contesto observando las facciones de chopper, algo en el le era familiar.

—sabes— le dijo abriendo su pequeño bolso —aún hay bondad en tu corazón— dijo en un tono neutral.

—¿ah?— levantó una ceja en señal de curiosidad —¿qué te hace pensar eso?—

—recuerdas esto— dijo mostrándole una bufanda negra con una pequeña "Z" roja bordada en una de las esquinas.

—esa es mi bufanda— dijo extrañado al creerla perdida.

—no recuerdas ¿verdad?— hablaba aún con su ya normal tristeza

—fue hace tres años, yo aún tenía 4 años y mi padre juntó a mi madre tenían una gran discusión acerca de las apuestas que mi padre hacia, allí se iba todo el dinero del mes, ya no había nada de comer, mi madre enojada me pego en la cara por la simple razón de que yo era el culpable de la decadencia de su vida, me saco a patadas de la casa diciéndome —¡eres un mal nacido! ¡como desearía haberte abortado!— las lágrimas se apoderaban de mi ser, me odiaba tanto por hacer sufrir a mi madre, yo no entendía por que me odiaba tanto si yo la amaba con todo mi ser.

Ese día estaba nevando y yo sólo tenía una camisa blanca con un short color rosado. Estaba haciendo mucho frío así que decidí esperar a que me abrieran la puerta, pero pasaban las horas y ellos no me abrían, no les importó que les suplicará, que llorará para que me abrieran la puerta, ellos me ignoraban hacían como si nada pasara. Empezó a oscurecer y mi estómago a rugir, no había comido nada desde hacía ya tres días. Comencé a caminar, temblando de frío, pisaba la nieve con mis pies desnudos, la nieve me quemaba la piel y mis pies ya estaban morados por el frío. Encontré una lata vacía y un pedazo de cartón mientras caminaba, busque una esquina concurrida y me senté en el cartón que había encontrado, coloque la lata vacía en la nieve y espere por una alma caritativa que me ayudara con una moneda. Veía la gente pasar, ellos me veían pero hacían como si no estuviera, algunos me miraban con asco otros con lástima, pero nadie se animaba a darme abrigo o comida.

Pasaban las horas y yo no tenía ninguna moneda para comprar algo de comida. Vi a una familia muy feliz riendo por las calles y me imagine por un momento que yo era El Niño que esos dos padres amaban, me sentí amado, protegido pero claro fue todo mi imaginación. Mis padres nunca me querrían tanto como para abrazarme o besarme, ni siquiera para decirme lo mucho que me aman o que se sienten felices de que yo haya nacido. El frío comenzó afectar mi cuerpo, era un gran hallazgo haber durado tanto para un niño de 4 años, mi mente comenzó a desvanecer, las imágenes se volvían más borrosas, todo se volvió oscuro y lo último que escuche fue una voz diciéndome que resistiera.

Desperté por el olor que perduraba en la habitación, era un olor dulce como canela mezclada con chocolate. No quería moverme, no quería despertar y saber que todo era un sueño, mi piel se sentía calientita, y en donde estaba acostado era mullido y cómodo, abrí lentamente mis ojos y me fije en donde estaba. Una habitación grande de color morado lila con tonos sutiles de plateado estaba frente a mi, no conocía ese lugar en mi vida lo había visto. Me levanté de la cama y camine hasta donde el olor me dirigía, vi a una mujer de pelo corto negro con todos brillantes azules, alta y hermosa, estaba de espaldas con un delantal, batiendo una especie de masa, volvió a verme y me asuste tanto que trate de esconderme. —te estas escondiendo al revés— me dijo riendo —ven no te haré daño— se encaminó hasta donde yo me encontraba y con sus suaves manos tomó la mía para que me sentara en la mesa.


Escuche la puerta abrir y te vi entrar a la cocina, te me quedaste viendo por unos minutos para luego revólver mis cabellos y decirme que comiera, vi enfrente de mi una montaña de pancakes con fresas y crema batida, nunca había comido algo igual, era delicioso, las lágrimas caían sin que yo las pudiera controlar.

—Zoro, pon la calefacción está haciendo frío— escuche a la mujer hablar y así conocí tu nombre.

—que dices mujer, yo tengo calor y se que tu también, vamos kuina tu eres de las que soportan temperaturas bajas— decía molesto.

—no lo digo por mi, tonto, el pequeño debe de tener frío—vi a la mujer que tenía por nombre kuina pegarte con la espátula.

—ya, ya, esta caliente me dejarás marca— no pude evitar reírme de esa situación, los dos se me quedaron viendo y compartieron mis risas. Tiempo después te acercaste y pusiste esta bufanda en mi cuello.


Yo sabía que esa felicidad no iba a durar demasiado, el corazón de un niño es ferviente al amor de sus padres, no importando lo mucho que me odiarán o me pegarán, yo sabía que me necesitaban. Mis padres me pegaban pero mi padre le pegaba a mi madre y yo siempre la curaba. Ella me necesitaba y por eso decidí irme de tu casa después de haber comido.


Al terminar de contar la historia, Zoro ya sabía quien era ese niño lo había rescatado de una hipotermia, siempre los niños habían sido su debilidad no soportaba que sufrieran y el ver ese niño caer inconsciente lo único que podía hacer era rescatarlo.

—con qué kuina ¿eh? Había olvidado esa parte de ella— dijo con una mirada melancólica.

—sabes, cuando te volví a ver hace unas pocas horas, me percate que parte de lo que te hace humano se ha esfumado, pero muy en el fondo aún queda una pizca— dijo el pequeño sentándose frente a el.

—¿lo que me hace humano?— Zoro estaba curiosos por saber la respuesta.

—si, lo que te hace humano son los sentimientos de amor, bondad, misericordia entre muchos otros. Cuando pierdes los sentimientos no te vuelves más que una coraza llena de odio— decía el pequeño pensativo.
Zoro soltó una pequeña pero audible risa —estas muy chico como para analizar todas esas cosas— decía aún riendo.

—¿ya pensaste que harás conmigo?— preguntaba volviendo a mostrar desasosiego.

—no puedo tenerte en mi casa, mi trabajo es muy peligroso, supongo que volverás de donde viniste— respondió aunque sabía que algo no estaba bien, una sensación de intranquilidad lo invadía.

—ya me lo imaginaba— dijo viendo al piso —gracias por no matarme— una sonrisa entristecida se posó en su cara para luego volver hacia la puerta para abrirla.

Zoro vio como Chopper abría la puerta y algo lo hizo actuar al ver que El pequeño se marchaba —oye, quieres ir a comer algo— sabía que se iba arrepentir pero no podía dejarlo sólo.

—SI- dijo con la felicidad desbordada en una sola sonrisa.

 

 

Notas finales:

Que les pareció? Les gusto? Lo odiaron? Dejen un review haciendomelo saber :)

y recuerden, traten a los demás en la forma que a ustedes les gustaría ser tratados, sean respetuosos y sonríanle a la vida.

nos leemos más tarde 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).