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Amor eterno por yuram-cham

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Notas del capitulo:

jaja que dijeron ¡ya la abandono! pues no mis amores, aun sigo aqui dando lata.

se que paso casi un año desde la ultima vez y como a todos me pasaron muchas cosas en special estos dias, desde buenas hasta no tanto pero eso es lo de menos.

antes de que nada quiero agradecer a quienes seguian al pendiente de mi regreso, tengan por seguro que es por ustedes que volvi me dije ¡no puedo fallarles!  y aqui estoy

el capitulo es megaaaaa largo como recompensa espero que no se les haga aburrido, hace muchoooo que no escribo y no se si perdi el toque. 

a los que siguen error tras error estoy en ello pronto hay actualizacion- gracias por todo.

las amo - en especial a ti one-chan *w*

 

Por los caminos sombríos de aquel bosque solitario, una joven dullahan caminaba inmersa en sus pensamientos, lo ocurrido momentos atrás la había dejado con un complejo de arrepentimiento, ver el sufrimiento que sus palabras había provocado jamás seria satisfactorio, esos jóvenes en verdad parecían amar a aquellos chicos.

El relincho de su caballo le hizo darse cuenta que había llegado a su destino, un pequeño pueblo en las entrañas del bosque, llamado “Gambat” le dio la bienvenida, los pobladores al verla llegar corrieron a su encuentro emocionados.

-¡joven celty! ¡Volvió! – saludo una joven chica con un cesto de frutas en mano.

-estoy de regreso, ¿Dónde están ellos?- cuestiono avanzando entre los campesinos que se encontraban a  su alrededor.

-en el castillo, me dijeron que cuando llegara fuera para allá – aviso un hombre con sumo respeto.

-entiendo, nos veremos pronto – se despidió subiendo a su caballo para adentrarse más deprisa.

Apenas llego al castillo de algo deteriorado de aquel lugar, fue recibida por un par de empleados quienes la condujeron hasta la habitación central del lugar.

-¿se puede?- cuestiono la joven del otro lado de la puerta, un suave asentimiento le dio permiso por lo que ingreso con confianza.

Al entrar visualizo a tres jóvenes dormidos en una suave cama, mientras otros tres los atendían tratando de bajar su fiebre.

-¿Cómo siguen?- cuestiono acercándose a donde estaba el joven azabache quien parecía ser el más grave.

-… mal... Pero pudiera ser peor si no hubiera sido por tu ayuda, celty – agradeció conrad algo cansado.

-si tú no hubieras estado ahí e impedido el impacto, la historia seria otra – concluyo Bryan quien tenía algunos golpes por la batalla que acaban de pasar.

-fue el destino quien me puso en su camino – la joven dullahan volvió su vista hacia los licántropos – me habían dicho que ustedes volverían y quise ir a recibirlos, gracias a eso pude protegerlos con mis sombras al caer.

- te debemos la vida- agradeció keyan – ahora quienes me preocupan son ellos- el peli verde miro a los Ross quienes desde el impacto habían estado inconsciente y delirando.

-¿Cuándo despertaran?- cuestiono la joven algo preocupada.

-no lo sabemos, quizás en unas horas, o unos días, depende de ellos – informo Bryan.

-entiendo… hay algo que tengo que decirles – hablo la joven dullahan – tal y como suponían los estaban buscando, al parecer lograron llegar hasta el lugar del accidente.

-…. Me temía que así sería ¿hiciste lo que te pedí? – La joven asintió – perfecto, ellos no deben saber que estamos con vida, por lo menos no ahora, esperaremos a que ellos – refiriéndose a los Ross – despierten para saber cómo proceder.

-estaré vigilando los alrededores, cualquier cosa les informare – la joven se dio la vuelta para salir cuando la vos de conrad la detuvo.

-gracias por todo celty

-no – la joven sonrió- gracias a ustedes por no temerme, esto es lo mínimo que puedo hacer por quien considero mi familia – sin más salió  de la habitación con una sonrisa.

-….esto es un desastre – murmuro Bryan sentándose en un sofá, desde hacía ya 6 horas que estaban atendiendo a los Ross. – por suerte lo peor ya paso.

-no, aun no pasa – tanto keyan y Bryan voltearon a ver a conrad- dentro de 5 meses ellos necesitaran aliviarse.

-¿no quisiste decir 9? – cuestiono algo confundido keyan.

-¿Qué no fuiste a la escuela?- Bryan le dio un zape – cuando es una pareja mixta el embarazo es más acelerado alrededor de 6 a 7 meses pero si se concibió en luna llena este se reduce a 5 meses, es por eso que los síntomas se presentan casi de inmediato, el desarrollo del bebe es más acelerado. – explico brevemente el pelirrojo.

-exacto, y dentro de 5 meses justamente será luna roja, eso significa que esa noche habrán tres partos que atender, Bryan tu eres aprendiz no tienes los conocimientos que se necesitan para llevar a cabo un parto, menos tres – concluyo algo preocupado.

-…. Te estas preocupando muy temprano, cuando llegue la fecha veremos que hacer, lo importante ahora es que sobrevivan… mejor concentrémonos en eso – alejo el peli verde mirando a los jóvenes dormir con un semblante de dolor en sus rostros.

Esa noche lluviosa seria larga y decisiva para muchos.

******

Tierras Blaise

En la mansión de las tierras Blaise, un nuevo día llegaba junto con terribles noticias, apenas había amanecido cuando los sonidos de los golpes en la puerta despertaron a la servidumbre.

Una joven somnolienta se encamino abrir la puerta algo preocupada por la intensidad de esta.

-¿Qué son esos golpes?- cuestiono hanji junto a su hermano a la altura de las escaleras del vestíbulo.

-no lo sé mi señora, pero en este momento abro –la chica corrió a la puerta abriéndola en el acto, la imagen de un rubio desaliñado la sorprendió -¡joven shinou!

El rubio se adentró sin siquiera decir algo por su expresión se notaba que estaba mal emocionalmente.

-¿Qué horas crees que son?- cuestiono algo resentido shinra. Ese sujeto no le caía nada bien.

-¿no están enterados?- la vos ronca y sombría del mayor les hizo temer lo peor – ayer…. wólfram y sus hermanos…. Murieron – susurro esto último con profundo dolor – hoy se dará el último adiós.

-…. Mientes – murmuro hanji atónita, aunque no los conocía muy bien les había agarrado cariño -… Leví… debe estar destrozado.

-mis hermanos y yo partiremos ahora mismo, si quieren puede venir con nosotros, sus amigos los van a necesitar.

-iremos, dennos 10 minutos- tanto hanji como shinra corrieron a sus habitaciones apurados.

-…los jóvenes…. ¿murieron?- cuestiono la chica que había abierto la puerta con lágrimas en los ojos

-… así es, esta pena la llevaremos todos en el corazón- shinou la consoló un poco viendo su estado.

- e-ellos no lo merecían, sus bebes…. Sus bebes no conocerán el mundo – musito entre lágrimas la joven sorprendiendo al rubio.

-¡¿Qué dijiste?! – Shinou la veía incrédulo – ellos estaban…. Esperando – la joven asintió tristemente.

-… las desgracias persiguen a esta familia – susurro con pesar.

El silencio reino hasta que los pasos de los hermanos atrajeron su atención.

-estamos listos – hanji y shinra vestían totalmente de negro al igual que el rubio, una pequeña bolsa en su costado les llamo la atención.

-partamos, mis hermanos están en el carruaje – sentencio dirigiéndose a la salida para darles privacidad.

-lidia – le llamo hanji antes de salir – vigila a esas tipas, cualquier cosa que veas o notes nos lo dirás al regreso, por ningún motivo pueden salir de la casa – la joven asintió a su pedido – volveremos pronto.

Sin más salió dejando a una joven confundida, ¿Quiénes eran esas chicas que llegaron ayer?¿por qué los jóvenes se fueron y ahora…. Ya no volverían? ¿Esas intrusas tenían algo que ver?

-sea cual sea la causa, lo descubriré – la chica miro por las escaleras que daban a la alcoba de las “intrusas” – y si ellas tuvieron algo que ver…. Lo pagaran caro, por la memoria de mis niños lo juro – sentencio observando aquel lugar con ojos rojos

****************

Tierra Ross

En el castillo Ross, una atmosfera de tristeza se destilaba por todo el lugar, los sirvientes mismos se notaban deprimidos, en el salón había varios invitados, la noticia al parecer se había esparcido como pólvora y todos los que los conocían querían darles la debida despedida.

-Carla… ábreme por favor – suplicaba Grisha con el corazón partido, desde la noche anterior su esposa se había encerrado en el cuarto de sus hijos y nadie había podido sacar la de ahí – Carla… tienes que dejarlos ir – vaya que le dolía decir eso.

-…. Vete – un suave susurro se escuchó dentro del cuarto – quiero estar sola… vete.

-Carla – musito cohibido – tienes que salir… debes despedirte de ellos

-¡QUE TE VAYAS! – era inútil no podría sacarla de ese estado.

-mi señor – la vos de Martín le hizo girar, el hombre se notaba ojeroso, sus ojos rojos por el llanto le hizo saber que el también sufría- tenga – el mayor le estiro una llave – ella lo necesita.

-… gracias Martín… gracias por todo – Grisha tomo la lleve con fuerza, para después abrir la puerta.

La habitación estaba totalmente a oscuras, pero logro escuchar los sollozos de su mujer en la cama de sus retoños, esta parecía ignorarlo y dedicarse a admirar el lecho esperando que algo pasara.

-Carla – le llamo suavemente tratando de no alterarla.

-¿Por qué?- se cuestionó la mujer - ¿Por qué ellos? ¿Por qué no nosotros?

-no lo sé – Grisha se acercó donde su mujer, con cuidado de no incomodarla se sentó a su lado abrazándola desde atrás – si pudiera daría mi vida para que ellos estuvieran aquí.

-eran solo unos niños- musito dejándose envolver en sus brazos- eran mis hijos, y ya no están – las lágrimas de sus ojos mojaban la camisa del castaño quien la sostenía con fortaleza.

-también eran míos – susurro conteniendo su dolor – pero es hora de dejarlos partir… ellos no quisieran que estuvieras así – le hizo notar.

-lo se… pero dime cómo puedo soportar este dolor, sin ellos ¿para qué quiero vivir?- cuestiono sin vida en su mirar.

-aun me tienes a mí, me duelen tus palabras – Carla miro a su esposo arrepentida.

-perdóname- suplico abrazándolo mientras sollozaba pasando a un llanto intenso, ambos se consolaban sin necesidad de palabras, en algún punto Grisha también rompió en llanto en aquella soledad, siendo su esposa única testigo de aquel acto.

******

Fuera del castillo los empleados corrían de lado a lado acomodando todo para que la ceremonia que se llevaría a cabo esa tarde fuera perfecta, el ambiente que dominaba era sombrío, nadie tenía ánimos de sonreír, para todos ese sería un día que llevarían en su corazón, el día de decirle adiós a tres jóvenes que se dieron amar en sus cortos años.

Anissina se había ofrecido a encargarse de que todo fuera perfecto para la ceremonia de despedida, dado que tanto Carla como Grisha no se encontraban en condiciones estos aceptaron, mas para la pelirroja era obvio que ellos no eran quienes más sufrían.

Para tres personas el dolor era más que en ningún otro lado, en la habitación que dispusieron para los Lycan estos se encontraban arreglándose para el evento, como sus maridos era su deber darles el adiós.

-Yuri ¿aún no estás listo?- cuestiono shizuo ya cambiado con un traje de luto, su semblante era en demasía demacrado. Jamás se había visto tan indefenso  el rubio.

-¿para qué?- cuestiono Yuri mientras su mirada se perdía en la nada a través de la ventana.

-tú lo sabes mejor que nadie – respondió dolido el mayor, no quería pronunciar esas palabras o rompería su poca voluntad.

-…. Wólfram no está muerto – susurro el pelinegro mientras una lagrima descendía por su mejilla – él y mi hijo no puede estarlo.

Shizuo miro con pena a su hermano menor para después dirigirla a Levi quien no había dicho una palabra desde ayer, si Yuri estaba extraño, Leví era un caso aparte.

-Levi… dile algo – pidió el rubio ya cansado de todo.

-… Yuri – le llamo captando la atención de este – si no quieres ir, no lo hagas pero quita esa cara. Con ella no lograras que vuelvan…. Los muertos no regresan – escupió antes de salir de la estancia azotando la puerta.

Al salir solo pudo deslizar su mano bajo sus ojos tratando de ocultar sus lágrimas… los muertos no regresan, es una pérdida de tiempo llorar por ellos. Eso es lo que siempre pensó, pero sus lágrimas decían otra cosa, un anhelo porque con ellas todo volviera a ser como antes, si con ellas trajeran de vuelva a eren, lloraría, gritaría y suplicaría.

Pero como lo dijo, “los muertos no regresan”… así que era inútil, ahora solo quedaba vivir con esa pena, con su castigo.

 

Dentro de la estancia el silencio había prevalecido, hasta que ya sin contemplación shizuo azoto el armario. Estaba frustrado…dolido, y no podía desquitarse con nadie, las palabras de Levi jamás habían dolido tanto.

-tiene razón – la vos de Yuri lo distrajo – wólfram no regresara…. …l se fue… es hora de decirle adiós, como él se lo merece – susurro alzando su vista para mostrarle al rubio una sonrisa, una vacía y llena de amargura. Una que sería su sonrisa de ahora en adelante – vamos, tenemos una ceremonia a la cual asistir.

************

El sol comenzaba a descender aquella tarde tiñendo los cielos de un hermoso color naranja, anunciando que ese amargo día estaba a unas cuantas horas de espumarse como un recuerdo. Uno muy triste.

Fuera del lago donde hace apenas unos meses se habían unido para toda la vida, hoy les darían el adiós, que corta había sido su vida de casados. Los amigos de la familia y jóvenes estaban reunidos. Los Ross eran queridos y alabados por muchos. Por lo cual el lugar se encontraba llevo de flores como tanto les gustaba a los jóvenes.

Un  carruaje se detuvo delante del lugar, Carla y Grisha como anfitriones del lugar se acercaron a recibirlos. Del vehículo bajaron cinco jóvenes conocidos para ellos, Carla con lágrimas en los ojos se aferró a shinou quien solo la abrazo consolándola, sus hermanos corrieron hacia Grisha siendo este quien trataba de calmarlos.

Tanto hanji como su hermano optaron por alejarse rumbo a sus amigos, necesitaban darles fuerza.

-chicos – llamo shinra con una leve sonrisa triste -… lamentamos su perdida.

Los jóvenes se voltearon a verlos. Su semblante era como cualquier otro invitado pero sus ojos gritaban su dolor.

-gracias – musito Yuri – gracias por venir.

-¿Cómo no hacerlo?- cuestiono hanji – son nuestros amigos.

-… ¿saben algo de nuestra madre?- cuestiono shizuo preocupado por su falta de presencia. Aunque la verdad era que en ese momento la necesitaban más que nunca.

-no… ya no debe tardar, el viaje es más largo – explico Anissina tratando de sonar alegre.

- ¿Levi? – cuestiono hanji observando a su amigo tan callado era inusual en el - ¿Cómo estás?

-…. ¿Cómo quieres que este?- cuestiono mirándola pero sin enojo, sin rencor, sin sarcasmo… solo… una mirada vacía sin su típico ceño fruncido

-golpéame si quieres, grita, llora pero no te lo quedes – suplico la castaña algo alterada por su amigo.

-… idiota, el que está muerto es el… no yo. – menciono dándole un zarpazo.

Los presentes solo se miraron extrañados. Solo dios sabría lo que pasaba por la mente de Levi en esos momentos. Pero esperaban que lo superara pronto… aunque eso fuera imposible.

-chicos que bueno que ya llegaron – Anissina se acercó a ellos, no había dormido en toda la noche por tener todo listo de un día para otro.

-amor – hanji abrazo a la pelirroja con ternura - ¿Qué fue lo que paso?-  le cuestiono en medio del abrazo, dado que nadie tenía idea de cómo habían muerto.

-luego te cuento – susurro antes de separarse. La castaña asintió entendiendo que no era el lugar y menos con los Lycan presentes.

-¿Cuánto falta para iniciar? Quiero acabar con esto lo más pronto posible para volver  - cuestiono shizuo.

-¿Cómo que volver? – Interrogo sorprendida Anissina – hoy se dará el ultimo adiós, pero sabes que la ceremonia dura 7 días, no te puedes ir.

-no tenemos nada a que quedarnos – interrumpió Yuri viendo el lago – sin ellos todo esto ¿qué sentido tiene?

-Yuri – shinra lo miro con pena - ¿adónde piensan volver?

Los hermanos se miraron y sabían que pensaban lo mismo.

-a Blaise – pronunciaron al mismo tiempo.

-¿no creen que sería mejor volver a las tierras Lycan?- cuestiono el de lentes.

-shinra tiene razón, si vuelven a ese lugar solo les traerá dolor – sentencio hanji preocupada por su estabilidad emocional.

-no importa, ya nada importa.

-Levi tiene razón, además ahí fue donde pasamos los mejores momentos de nuestras vidas… no puedo abandonarlo – sentencio shizuo sorprendiendo a los demás.

-entiendo – Anissina estaba de acuerdo pero… - pero… olvidan algo – los chicos las miraron sin entender - ¿Qué harán con “ellas”?

Por su expresión en el rostro la científica podía deducir que lo habían olvidado.

-si están embarazadas tendrán que hacerse cargo del bebe, ¿se casaran con ellas?- cuestiono shinra sabiendo la respuesta.

-jamás – negó el moreno – si en verdad esperan a nuestros hijos, les daremos todo pero jamás el lugar de wólfram… solo me case con él y así será hasta que muera.

Tanto shinra como sus hermanas sonrieron complacidas, aunque si sus sospechas eran ciertas no habría necesidad de todo eso. Pero dejarían sus suposiciones para ellos.

-miren – la vos de hanji les hizo voltear – ya llegaron sus padres – tanto shizuo como sus hermanos miraron el carruaje de su familia detenerse a unos pasos de Carla y Grisha.

Inmediatamente vieron a su madre bajar y correr a los brazos de su hermana mientras ambas lloraban, kuchel la sostenía como cuando era pequeña y la debía proteger. Mientras Kenny solo miraba con tristeza hacia donde ellos estaban.

Del carruaje también se bajaron murata, kida y Farlan. Sin saber que eran observados por sus amigos, se quedaron a dar el pésame.

-¿no irán?- cuestiono Anissina mirándolos deseosos de ir

-no… esperaremos un poco – sentencio shizuo sabiendo que ese era un momento que no deberían romper.

****

-llora mi linda hermana, llora – susurraba la pelinegra mientras acariciaba la melena de su adorada hermana en busca de consuelo aunque sabía que nada podía ayudarla solo el tiempo, le pondría anestesia pero jamás lo curaría.

-mis bebes, mis niños – sollozaba en su pecho sin importarle que dirían los demás.

Kenny se acercó a donde Grisha y coloco su mano en el hombro del contrario como señal de apoyo este solo asintió agradeciendo el gesto mudo de palabras.

Cuando Carla estuvo mejor se alejó de su hermana refugiándose en los brazos de su esposo quien la tomo de la mano en busca de brindarle fuerza para lo que venía.

-my lady  - murata se acercó a la madre con un hermoso ramo de flores negras siendo observado por shinou quien estaba a unos pasos de ellos - ninguna palabra que diga aminorara su dolor pero permítame entregarle este ramo como muestra de nuestra solidaridad a su perdida

-gracias por estar aquí – susurro la mujer tomando las hermosas rojas – a ellos les hubieran gustado –alago.

-¿Por qué no vamos a ponerlas junto a las demás?- propuso el rey al verla tan encimada con las flores, su mujer solo asintió – con permiso, en poco iniciara la ceremonia.

-ahí estaremos. - aseguro Kenny  observando cómo estos se alejaban - amor… vamos a ver a los chicos-

-mis hijos - musito kuchel sabiendo que más que nunca estos los necesitarían - vamos…

-¿chicos vienen?- cuestiono Kenny después de todo eran sus amigos y les harían bien.

-vayan ustedes yo iré en un segundo - pudio murata a sus hermanos quienes asintieron y se alejaron con los demás.

Tomando un suspiro se dio la vuelta viendo a shinou recargado en el carruaje con la mirada perdida en las estrellas, sin decir palabra se acercó a su lado recargándose junto a el

-cuando era niño - comento el rubio de la nada - solíamos mirar las estrellas durante las noches, siempre les decía a mis hermanos que nuestros padres eran parte de ellas - el mayor estiro una mano como queriendo alcanzarla - ellos entonces me decían que las bajaran, que no quieran que estuvieran tan lejos de ellos.

Murata observo como los ojos de ese poderoso y varonil hombre se aguaban sobre su orgullo.

-hoy al igual que ese día, no pude evitar que se convirtieran en estrellas y tampoco puedo bajárselas para que mis hermanos sonrían… que inútil soy ¿verdad?

Murata torció su boca en un gesto de frustración por no tener palabras para hacerlo sonreír, jamás había sentido ese sentimiento, él siempre había sido apático a las emociones que no fueran hacia sus hermanos o amigos. El que un extraño le hiciera sentir así le molestaba pero contrario a sus pensamientos sus brazos ya se encontraban abrazando a un rubio sorprendido.

-no puedes hacer nada, nadie puede - musito sonrojado por sus acciones pero ninguno de los dos se alejó, era tan cómodo. Shinou al contrario se aferró a ese cuerpo con firmeza mientras hundía su cabeza en el cuello ajeno. Para murata fue una sorpresa pero no tanto como sentir las lágrimas mojando su ropa.

El pelinegro sonrió sin saber por qué y apretó el agarre como apoyándolo. Ambos se enfocaron en el otro sin saber que un joven los miraba desde lejos con el corazón partido. Una lágrima descendió pero fue rápidamente borrada para sonreír.

Siempre lo supo, sabía que murata no lo amaba, ahora solo quedaba una cosa por hacer, si él no podía hacerlo feliz, lo dejaría libre para que ese tipo lo hiciera.

-shinra - llamo su hermana con pena - lo siento.

-no hay motivo para que te disculpes - alejo su hermano moviendo la cabeza en forma negativa - esto pasaría tarde o temprano. Mi deber como prome…. Amigo - se corrigió - es dejarlo ir.

-… ya encontraras a quien te amé como tú a ella - apoyo la castaña - vamos. La ceremonia va a comenzar-

-¿ya acabaron de hablar? - cuestiono el castaño mirando a donde kuchel hablaba con sus hijos.

-aun no pero todos están comenzando a tomar lugar, el sol pronto se ocultara - le hizo ver la mujer - Anissina ya aparto nuestro lugar, vamos.

El joven asintió antes de volver a mirar a donde murata y sonrió

“be happy my love”

******

-¿están seguros?- cuestiono Kenny no convencido con la decisión de sus hijos - en nuestras tierras estarán mejor, y podrán superar esto más pronto.

- ya lo decidimos, solo se los estamos informando - interrumpió Levi algo tosco pero kuchel ni siquiera le llamo la atención, en parte lo entendía.

-está bien, si es lo que quieren tienen nuestro apoyo - acepto kuchel sabiendo que era hora de que sus hijos maduraran sin su ayuda.

- acabando la ceremonia nos iremos madre - informo Yuri.

-¿tan pronto? Pero…

-confiamos en ustedes para que nos representen - menciono shizuo antes de que su madre alegara.

-entiendo… - Kenny asintió comprendiendo el motivo, para nadie era fácil despedirse por 7 días de sus seres amados.

-gracias

Sin agregar más,  los Lycan se dirigieron al lugar que les correspondía para oficiar la ceremonia, debían de hacerlo antes de que el sol se ocultara según sus creencias esta seria quien los guiaría al más allá.

Cuantos todos estuvieron listos la sacerdotisa “ulrike” se colocó enfrente al lago con su bata ceremonial y su semblante de tristeza.

-queridos hermanos - hablo la “joven” niña de cabellera lila- el día de hoy nos encontramos reunidos, para darle el ultimo adiós a tres personas… que nos robaron el corazón, a tres personas que un día llegaron este mundo para alegrar la vida de dos personas que los esperaban con ansias - la niña miro a Carla quien sonrió recordando el día que vinieron al mundo.

…. La vida y la muerte dos senderos que en algún momento se tienen que conectar, para algunos… más pronto que para otros - informo haciendo una pausa - el día de ayer, se fueron tres ángeles de regreso al lugar donde pertenece, dejando a su lado un rio de corazones rotos

…. Por eso hermanos míos, el día de hoy les despediremos como ellos se merecían - la joven se incoó en el rio colocando tres arreglos florales, cada uno tenía una prenda de los chicos y una vela - esta  luz les guiara a encontrar el camino correcto a su destino - la niña encendió las velas de cada arreglo.

-antes de darles el adiós ¿algún presente les gustaría decir algo? - cuestiono la joven viendo como varios se morían de las ganas, el primero en levantarse fue un jardinero que estaba en la esquina.

-yo… - el hombre estaba sumamente nervioso pero la sonrisa de Grisha le dio fe - yo… eh trabajado en este castillo desde hace más de 50 años, quizás no los vi venir al mundo pero, los jóvenes se ganaron el corazón de cada uno de la servidumbre - todos los sirvientes asintieron algunos con lágrimas en los ojos - los jóvenes siempre nos trataron como parte de la familia, jamás nos hicieron menos.

-es cierto - dijo una sirvienta - aun cuando el joven izaya llegara a ponerme pintura en mi shampoo, o cuando a Jacinto le encerró en el baño - varios rieron al recordar esa escena en donde el pobre hombre tuvo que gritar por ayuda  - ellos… ellos - la joven no pudo más y lloro.

-creo que lo quiere decir es gracias…. Gracias por ser los mejores amos que hemos tenido, gracias por alegrarnos los días, gracias por hacernos parte de su familia… gracias por existir- sentencio el hombre que había iniciado, sus ojos nublados en lágrimas se negaron llorar.

- gracias por esas palabras - la sacerdotisa miro a Martín quien se contenía por hablar - me haría el honor de decir unas palabras

-… este momento, es pesadilla de todo padre - anuncio Martín con semblante serio - puede que ellos no fueran mis hijos, ni mi familia pero los ame al igual que uno.

- y ellos a ti - sentenciaron los Ross.

-… durante 85 años ellos fueron mi razón de ser, el motivo por el cual sonreír, cuando ellos lloraban el corazón se me partían, cuando hacían sus travesuras el corazón se me endurecía del enojo para con una mirada se ablandara de ternura. Ellos fueron y serán mis amados niños, los llevare por siempre en el corazón al igual que todos. - sentencio Martín tomando su asiento.

-… mis señores, es su turno - señalo la niña observando el sol que comenzaba a oponerse.

-una madre jamás debe decir adiós a un hijo - sentencio Carla en voz alta - el día de hoy no les diré adiós… sino un hasta pronto mis amores, algún día el destino nos unirá de nuevo, y yo estaré esperando que ese día llegue con ansias - fue todo lo que dijo la mujer. Pero para sorpresa de todos, no lloro, quizás porque las lágrimas se habían agotado, o por que en verdad creía en sus palabras, nadie lo sabría.

Kenny por su parte solo negó, no babia palabras que agregar solo quedaba esperar a que se volvieran a ver.

-… mis señores - hablo la sacerdotisa refiriéndose a los jóvenes Lycan - es la hora, el sol ha comenzado a descender.

Los hermanos se miraron con cierta indecisión pero no había marcha atrás debían de hacerlo. Cada uno se colocó frente a la ofrenda que le correspondía y siguiente las indicaciones de la sacerdotisa se introdujeron al agua aun con ropa.

Una escena se les vino a la mente, el día de su boda cuando los Ross se introdujeron en el agua, la prenda apegada a su silueta y su hermoso sonrojo.

Yuri apretó el arreglo en reflejo, su nariz algo rojiza se contrajo tratando de soportarlo.

-aquí está bien - nombro Levi dejando suave mente el arreglo en el agua siendo seguido por sus hermanos.

El aire condujo a los botes directo a la castada sagrada, el tiempo se alineo y cuando los objetos atravesaron la cascada el sol acabo por descenderse dando finalizado el trazo más para sorpresa de todos sin excepción la luz de las velas no se apagó aun cuando la cascada los mojo.

-… ¿Por qué? - musito Yuri incrédulo.

“aun no es tiempo” creyeron oír tanto Levi como sus hermanos buscaron esa vos pero no encontraron nada más que los susurros de los invitados.

-¿Qué significa eso sacerdotisa?- cuestiono Carla preocupada.

-no lo sé - por primera vez en sus 600 años no sabía que había pasado - es la primera vez que la vela no se apaga… esto significa - la joven no sabía si decirlo, pero tal vez los jóvenes no estuvieran muertos, mas no podía asegurarlo así que callo.

- ¿mis hijos no tendrán el descanso eterno? - cuestiono la madre dolida el solo pensar que el alma de sus hijos vagara eternamente le destrozaba.

-n-no, no es eso. De ser así no hubiera llegado a la cascada - musito la “joven” niña.

-¿entonces qué significa?- cuestiono Levi acercándose a ellos.

-no sabría decirlo, solo queda confiar en que nuestro señor lucían los guie por el camino correcto - apelo la niña antes de girarse hacia los invitados - la ceremonia ha terminado, gracias por su presencia. Como dicta nuestra tradición mañana comenzara los 7 días de luto esperamos su presencia.

Los invitados comenzaron a levantarse dejando sus ofrendas en el costado del lugar. El lugar pronto quedo solamente con algunos amigos cercanos.

-¿es cierto que se irán mañana temprano?- cuestiono Carla a los Lycan quienes la miraron con cierta pena.

-sí, espero comprenda nuestros motivos - afirmo shizuo avergonzado de no ser tan fuerte como para afrontar eso. Y dejarles todo el peso a ellos.

-lo entiendo… sepan que no los culpo por lo que paso… la vida se puso en contra de su felicidad, quizás en otra vida. Las cosas hubieran sido diferente - alego Carla mirando hacia la cascada.

-… tía, sepa que jamás amare a alguien como amo a wólfram, se lo juro aquí en donde unimos nuestras vidas - juro Yuri con firmeza.

-… gracias, pero en algún momento tendrás que dejarlo ir, nuestra vida es muy larga y la necesidad de una pareja se hará presente tarde o temprano…  quizás sea mejor así - afirmo Carla con un dejo de tristeza.

-el tiempo le demostrara que mis palabras no son en vano - juro el pelinegro antes de retirarse con sus hermanos, mañana apenas saliera el sol partirían de regreso a sus tierras y… ¿después que seguiría? No lo sabían, pero la felicidad no estaba en su futuro. Dado que acababan de decirle adiós ese mismo día.

-esos tipos dañaron a nuestros hijos más que nadie ¿Cómo puedes no odiarlos?- cuestiono Grisha con cierto rencor en su alma.

-porque nuestros hijos le amaron - alego la mujer - no olvides que en su vientre llevaban el fruto de ese amor… ellos perdieron más que nosotros - sentencio con dolor a su marido - por lo menos aún tengo a quien amo para sostenerme… ellos no. - la mano de Carla apreso a la de Grisha en un voto de unión.

Carla miro por última vez a la cascada donde las velas se acababan a de apagar por el soplido del viento. Su corazón se negaba a creer que sus hijos se habían ido, y una llama de esperanza creció en su interior. Más la apresaría en lo más profundo de su ser para no dejarla salir, era lo mejor… por el momento.

*******

Tierras Blaise

Por los pasillos de aquel solitario y ahora sombrío lugar, una  joven sirvienta traía entre sus manos una carta que había llegado para las invitadas, de su mente nadie le sacaba que ellas tenían algo que ver con lo que estaba pasando, desde su llegada toda felicidad se había espumado.

Algo indecisa se metió al despacho de sus amos y con un cuchillo especial abrió la carta, se sentía nerviosa, jamás había hurgado en la intimidad de sus amos, pero ellas ocultaban algo y tal vez esa carta les ayudaría averiguarlo.

-… ahí voy.

Indecisa desdoblo la carta para poder leer su contenido.

“queridas amigas, ¿Cómo va todo? Espero que las cosas marchen conforme al plan, no se les olviden que tienen una cuenta pendiente conmigo, que aún no han saldado, si no quieren que les diga a sus “queridos” lo que en verdad paso esa noche estoy seguro que cumplirán con lo acordado.

No crean que por que se han ido olvidare su deuda, pero vamos, pasando a un tema más alegre para ustedes, a esta altura ya deben saber que sus queridos rivales se encuentran más fríos que sus corazones, felicidades tienen el camino libre para ser las señoras de Lycan, ¿suena bien verdad?

Pronto sabrán más de mí, hasta el momento.

Atte. su amigo.”

-¿Qué significa esto?- se cuestionó lidia con incredulidad- ¿Qué habrán hecho esas mujeres?... ¿a qué noche se refiere? - las dudas crecían y crecían pero ella las averiguaría ahora tenía la certeza de que esas mujeres ocultaban algo.

Con cuidado tomo la vela del escritorio y con la cera volvió a sellar la carta esperando que esas mujeres no notaran que el contenido había sido hurtado. Una vez acabado salió del lugar asegurándose que nadie la mirara para retomar su camino original.

Algo rencorosa se acercó a la habitación de la rubia, con un suave toque anuncio su presencia, no paso mucho para que la vos seca de aquella mujer le diera permiso para ingresar.

Al entrar observo a las otras dos, las tres mujeres estaban listas para dormir después de todo era casi media noche.

-ha llegado una carta para ustedes - anuncio la joven sirvienta haciendo una leve reverencia.

-dámela- ordeno vorona con soberbia

La joven sirvienta se acercó a donde ella y le entrego la carta para después conducirse a la puerta más la vos de una de ellas la detuvo.

-¿sabes cuándo volverá Yuri?- cuestiono Flyn algo molesta por su falta de tacto

- si se refiere al esposo del joven wólfram, el señor Yuri, no dejo dicho -informo algo seca en su vos.

-irrespetuosa - gruño Flyn molesta por sus palabras-  es mejor que te vayas haciendo a la idea de que la futura esposa de Yuri seré yo. - sentencio orgullosa de lo dicho, la joven sirvienta sorprendida la miro para dar paso a serenidad. No era el momento para actuar.

- como diga, si me disculpan - sin más salió de la habitación pero contrario a sus palabras se acercó a la puerta tratando de escuchar lo que decían adentro.

¨

-¿de quién es la carta?- cuestiono la castaña acercándose a vorona.

-… no tiene nombre - tomando un cuchillo de su mesa abrió el sobre que contenía la carta -… es de ese tipo.

-¿el inepto empleado que contrataste de la mansión Lycan?- cuestiono Flyn interesándose en el asunto.

- ese mismo - la mujer siguió leyendo hasta topar con una noticia sorpréndete -… murieron…

-eh

-están muertos - susurro sin poder creérselo para después dar paso a una risa algo desquiciada.

-¿hermana?- Isabela se acercó a vorona algo preocupada -¿Quiénes murieron?

-… los Ross. Están más muertos que el mismo lucían - sentencio con una sonrisa en sus labios -¿saben lo que significa?- hizo una pausa en lo que sus hermanas digirieran la noticia - ahora nada se interpone entre nosotras y ellos.

-…. Eso me encanta pero… hay un problema- informo Isabela analizando la situación

-¿Cuál? Yo no le veo ninguno, ahora seré yo quien consuele a Yuri y como agradecimiento me volverá amar- sentencio sumergida en sus fantasías.

-ellos creen que estamos preñadas… si están de luto dudo que podamos tener sexo con ellos - hizo ver la castaña algo preocupada, si descubrían que mintieron la muerte seria su castigo según sus leyes.

-… tienes razón- la sonrisa de vorona desapareció al instante.

-agrr si ese estúpido sirviente no hubiera vertido todo el contenido de la botella en las bebidas, no se hubieran quedado dormidos esa noche  - reprocho la del cabello azulado, frustrada por sus planes.

-no tenemos otra opción - afirmo vorona llamando la atención de sus hermanas - la ceremonia de luto dura 7 días, tendremos que quedar embarazadas en estos días a cualquier costo.

-quieres decir… que durmamos con otros - insinuó horrorizada Isabel. Ella quería a Levi y la idea de que otro la tocara no era muy atractiva.

-tenemos que hacerlo, es eso o la muerte, o lo que es peor… perderlos - sentencio ya sin más alternativas.

-¡no! Eso no, no puedo vivir sin Yuri. Lo amo-  alego la menor- ¿Cuándo…?

-mañana en la tarde iremos al pueblo ahí buscaremos alguien que nos sirva. - dicto la rubia ya decisiva - así tiene  que ser

-así será - aceptaron las otras dos jóvenes sin saber que eran escuchadas por alguien mas

*

Fuera de la habitación, lidia estaba petrificada, lo que había escuchado respondía muchas dudas, por culpa de esas mujeres sus amos se habían ido, si ellas nunca hubieran aparecido todo seguirá tal y como antes.

-jamás las perdonare- susurro entre dientes con  una ira creciente - lo lamento, pero ustedes no irán a ninguna parte mañana - sentencio en vos baja mientras sus ojos cobraran un color sangre - de eso… me encargo yo

*****

Tierras Gambat

La noche había caído hacía ya varias horas, mientras todos habían decidido ir a descansar, un joven se encontraba apenas despertando de su largo sueño. Sus ojos rojos se abrían con cierta pesadez, el cuerpo le pesaba, y su cabeza le punzaba pero estaba vivo.

-¡mi bebe!- grito fuera de si izaya cuando cobro la conciencia, como consecuencia Bryan que estaba a su lado despertó- ¿Dónde estoy?- le cuestiono observando ese extraño escenario.

Estaba en una habitación desconocida, para su alivio sus hermanos permanecían dormidos a un costado, tranquilizándolo un poco.

-tranquilo izaya es malo para tu bebe que te alteres- informo el pelirrojo tratando de calmarlo - estamos en Gambat. Aquí nadie los dañara

-mi hijo - izaya acaricio su vientre plano - sigue aquí - susurro con alivio- ¿ mis hermanos? ¿Cómo están?- cuestiono observándolos dormir a su lado.

-estables. Ya paso el peligro de aborto, así que ahora tienen que estar en reposo - sentencio el pelirrojo.

-… conrad y keyan ¿están bien?- Bryan asintió notando como se relajaba el menor- ¿Cuánto tiempo dormí?-

-no mucho, alrededor de 26 horas - sentencio observando el reloj - haces muchas preguntas - bromeo tratando de romper la tensión del ambiente

-… lo sé, pero hay tantas cosas que no entiendo ¿Qué paso?- quiso saber.

-entiendo, te explicare desde el inicio, cuando caímos al precipicio fue una suerte que celty, una amiga de la familia que pronto conocerás, estuviera por ahí. Ella nos salvó la vida,  tus hermanos y tú han permanecido inconscientes, como ya te dije, durante 26 horas - informo.

… pero, conrad previo que los buscarían, así que le ordeno a celty hacerlos pasar por muerto, obviamente ahora que están conscientes pueden decir que hacer, mañana mandaremos una nota a tus padres y-

-No, no lo hagas - se opuso el moreno - aun no….  Dejaremos que nos crean muertos, si le enviamos una nota a nuestra madre, puede que sea insertada por esos malditos… no pondré en peligro a mis hermanos y a mi hijo- sentencio el moreno.

- entiendo, pero ¿Qué harás? Sabes de sobra que aquí se pueden quedar, pero ¿crees que no los encuentren?

Por un momento izaya estuvo pensando, Bryan tenía razón. Gambat era un lugar muy alejado mas no por eso le garantizaba que nadie los reconociera o aquellos tipos no les encontraran. Mas en su estado y el de sus hermanos un viaje a lo desconocido no era opción.

-… por el momento nos quedaremos aquí hasta que nazcan los bebes, después nos iremos lejos, quizás a otros reinos… ya veremos qué hacer cuando llegue el momento.

- si eso es lo que quieres así se hará - afirmo Bryan.

-gracias… por ahora solo quiero dormir - izaya volvió acurrucarse junto a sus hermanos, deseaba olvidar, olvidarlo todo. La imagen de shizuo se presentó en su mente agitándolo.

“a ti nunca te podre olvidar…. Este hijo será el recordatorio de lo único bueno que me llevo amarte!” pensó mientras acariciaba su vientre “ fuera de eso prepárate porque si nos volvemos a ver solo conocerás que tan rencoroso puede ser izaya Ross”

****

Tierras Ross

 Fuera del palacio un carruaje esperaba el abordaje de los jóvenes Lycan y sus amigos, los licántropos habían decidido irse a primera hora para estar allá en la tarde, y decidir qué hacer con las jóvenes que en algún momento fueron su pareja y hoy no les provocaba nada.

-por favor, cualquier  cosa háblenme- pedía kuchel mientras despedía a sus hijos junto a su hermoso y murata.

-estaremos bien madre… solo, danos tiempo - suplico Yuri quien era el más abierto a su pesar.

-sé que lo que están pasando no es fácil pero no cierren sus corazones - kuchel miro a Levi quien era el que más le preocupaba - no dejen que el odio los guie por mal camino.

-… estaremos bien - objeto el azabache - solo, necesitamos largarnos de este lugar.

 -murata - llamo shinra discretamente - ven, amor mío - el joven tomo la mano del doncel llevándolo a un poco retirado de los demás.

-¿Qué pasa shinra?- cuestiono extrañado por la actitud de su prometido.

Sin decir ninguna palabra el castaño tomo a ken de la cintura atrayéndolo hacia el en un beso, uno que dejo paralizado al moreno. Al separarse el moreno retrocedió un paso de manera casi instintiva.

-¿Por qué…?- cuestiono mientras cubría sus labios.

-… a partir de hoy eres libre - shinra observo el rostro sorprendido de su ángel -… estoy rompiendo el compromiso, se feliz - suplico tomando sus manos para depositarle un suave beso.

-por..-por qué.. Yo… - por primera vez murata no sabía que decir o hacer.

-no digas nada, solo me di cuenta que lo nuestro no funcionaría - sentencio restándole importancia.

- lo siento.

-nada de disculpas, no es tu culpa, aunque déjame decirte que tienes malos gustos, yo soy mil veces mejor que ese rubiecito- el rostro sonrojado del moreno le dio la razón a sus acciones. - nos vemos pronto, mi ángel - sin más se dirigió al carruaje no queriendo voltear o lloraría.

Al llegar noto que aún no se terminaban de despedir por lo que opto colocarse al lado de hanji quien solo asintió como apoyo.

 

- mandemos una nota cuando lleguen - pidió Kenny con cierta tristeza, deseaba verlos llorar. Gritar, algo, pero en cambio solo observaba los semblantes cansados de sus hijos.

-así lo harán - prometió Anissina. Quien junto a sus hermanos esperaban que terminaran de despedirse, tanto la familia de murata como la de shinou habían decidido quedarse al novenario. Pero la joven científica prefería atender el asunto pendiente en las tierras Blaise.

Shizuo fue el primero en subirse seguido de sus hermanos, los tres anhelaban volver a las tierras Blaise sin saber por qué. Tal vez era por el recuerdo de su amado.

Después de recibir indicaciones Anissina abordo el vehículo junto a hanji y shinra quien se notaba algo decaído por todo lo ocurrido.  Una vez todos abordo la carroza partió rumbo fijo al castillo Blaise.

-¿en verdad crees que estén bien?- le cuestiono Kenny a su esposa viéndolos partir

-… No, sé que no lo estarán - sentencio la mujer con tristeza - después de todo perdieron más de lo que alguna vez pudieran tener.

Kenny la miro con tristeza.

-ojala el destino de nuestros hijos no sea tan negro como me lo imagino - suplico la mujer- de lo contrario… pido a lucían que les brinde fuerzas para lo que se vendrá.

*****

Tierras Gambat

En la habitación central, hacía apenas unos minutos que eren y wólfram habían despertado, en ese momento tanto conrad como sus primos se encontraban explicándole la situación.

-entiendo - wólfram se levantó de la cama, llevaba un camisón azul parecido al suyo- hicieron lo correcto.

-¿y ahora que haremos iza?- cuestiono eren algo preocupado por su situación.

-no sabemos si ellos siguen buscándonos o nos dieron por muerto, así que lo mejor será permanecer ocultos - sugirió izaya analizando la situación - después del parto, nos iremos de la región.

-¿a dónde?- quiso saber el castaño, jamás habían salido de las tierras Ross o en su defecto Blaise

- no lo sé - negó el moreno.

-… y que si - una idea paso por la cabeza de keyan aunque no sabía si serviría -conrad... ¿Te acuerdas de la amiga de tu mama?

-¿Katia Harrison? - cuestiono el castaño- … es cierto… ella vive lejos de aquí, en las regiones del norte.

- ¿creen que ella nos podría ayudar?- cuestiono izaya entendiendo a donde iba la situación

-era la mejor amiga de mi madre, no creo que se niegue - menciono el castaño - pero… el viaje es muy largo, y puede ser peligroso para tres donceles recién aliviados.

-…. Celty puede escoltarnos a las salidas, ahí contrataremos un carruaje que nos  guie de ciudad en ciudad - propuso wólfram tratando de ser positivo.

-… aun así es peligroso, no sabes si la gente es de confiar… - alejo keyan de acuerdo con conrad.

-… entonces solo queda que alguien los acompañe… conrad, nadie es más apto para el viaje que tú, conoces el lugar y además eres amigo de la familia- sentencio Bryan.

-… quiero ir - afirmo - pero… ¿y Gambat?, si nos vámonos podrán caer en manos equivocadas.

Tanto keyan como Bryan se miraron determinados.

-nosotros nos haremos cargo - informo Bryan- conozco a todos, aquí crecimos y nadie se opondrá a nosotros. Después de todo tenemos tu sangre y tú nos nombraras tu sucesor antes de irte.

-… ¿harían eso por nosotros?- cuestiono eren algo conmovido, sabía que ellos lo último que querían era tal responsabilidad, pero el destino de su hijo estaba en fuego.

-Nah, no es nada del otro mundo - sentencio el pelirrojo colocando su  mano alrededor de su hermano quien se estremeció un poco ante el tacto imprevisto.

- enviare una carta solicitando su apoyo y explicando la situación- informo conrad ya todo estaba decidido y él no podía estar más agradecidos con sus primos por su apoyo.

-aún queda un problema que solucionar- hizo saber el pelirrojo - el parto. Necesitare ayuda ni conrad ni keyan tienen conocimientos para ayudarme y la partera del pueblo no sería de mucha ayuda.

-debe haber alguna solución- musito wólfram tratando de pensar -… a menos que - todos lo miraron expectante- sé que es arriesgado pero… shinra es médico, ¿él y sus hermanas nos pueden ayudar.

-no, definitivamente no - negó izaya molesto. No le pediría ayuda a los amigos de quienes tanto daño le hicieron - no son de confiar, pueden decirle a…. “ellos” que estamos vivos. Y si quieren arrebatarnos a los niños… no - negó rotundamente.

-no creo que lo hagan - sentencio eren - sé que es difícil aceptar su ayuda pero no hay nadie más, primero debemos pensar en los bebes… es un riesgo a tomar.

Izaya lo pensó un poco, no estaba muy convencido pero era por el bien de su hijo.

-está bien - sentenció- pero... No les avisaremos sino hasta que el momento llegue, tenemos que ser lo más discretos posible.

- así será, entonces dentro de 5 meses en el invierno, Bryan y keyan irán por ellos - sentencio conrad ansioso de que ese día llegara y con él, el inicio de una nueva vida.

*****

Tierras Blaise.

En una de las habitaciones del famoso castillo Blaise, tres jóvenes terminaban de arreglarse para llevar acabo su as bajo la manga, su codicia y ambición no tenían limites, harían lo que fuera para conservar eso que alguna vez creyeron les pertenecía.

-¿están listas?- cuestiono vorona ya arreglada, sus hermanas algo nerviosa pero decididas a lo que harían asintieron.

Tratando de no llamar mucho la atención, salieron del cuarto para dirigirse a la entrada de la mansión, los pasos de sus tacones resonaban por los oscuros pasillos ahora fríos y sin luz.

El ambiente era raro, y ellas lo podían sentir, más sin tomarle mucha importancia se dirigieron a la puerta. Debían apurarse a salir de ese lugar, más apenas tocaron la puerta cuando la vos de la joven sirvienta las detuvo.

-¿van algún lugar señoritas?- cuestiono amablemente lidia.

-iremos al pueblo a pasear un rato - explico brevemente Isabel antes de retomar su tarea de salir.

-me temo que eso no será posible - negó la rubia con una sonrisa algo diferente  a lo usual.

-¿y eso por qué?- cuestiono Flyn algo molesta.

-tengo órdenes de no dejarlas salir - explico la chica pero esta vez sus ojos marrones se volvieron rojos como la sangre - a cualquier costo…. My ladies.

-¿y a quien nos lo impedirá? ¿Tu?- la chica solo sonrió ante el comentario de vorona quien sin prestarle atención abrió la puerta y salió de la casa con una sonrisa victoriosa.

-nop - la vos de la otra criada le llamo la atención, esta estaba frente a la casa - seré yo - respondió a su anterior pregunta.

-les pido que ingresen a la casa mis señoras - solicito lidia saliendo por la puerta para caminar hacia clara.

-quítense, no tienen ningún derecho a impedirnos salir - exigió vorona no queriendo recurrir a la violencia.

-no lo haremos - negaron ambas con una sonrisa -o es que tiene algo importante que hacer en el pueblo - insinuó, lidia recordando la conversación que había escuchado.

-… que insolencia, apenas llegue Yuri hare que las eche a la calle - amenazo Flyn mas que molesta.

-¿y que le hace pensar que mi amo la obedecerá?- cuestiono clara con sorna - aquí usted es solo una “invitada”.

-¡soy la madre de su hijo! - grito sintiéndose victoriosa más las risas de las jóvenes empleadas la sacaron de contexto.

-¿hijo? - nombro entre risas la rubia - ahh ya se, hablan  de ese embarazo falso que están sosteniendo.

Ante sus palabras las tres chicas palidecieron, ¿Cómo se habían enterado?

-no se dé qué hablas - negó la rubia platino - será mejor que cuiden sus palabras.

-¿o qué?­- reto clara, sus rojos ojos anhelante de sangre brillaban como nunca.

-…. O - tanto vorona como sus hermanas sacaron sus garras y colmillos tratando de intimidarlas - lo pagaran muy caro.

La tensión en el ambiente era palpable, bastaba un  minúsculo movimiento para comenzar una pelea que nadie sabría que atraería, más el sonido de un carruaje acercándose les hizo detenerse y girar en dirección al ruido.

Los ojos aliviados de las chicas miraron el vehículo con el emblema de la familia Lycan.

-ya veremos cómo les van - sentencio Isabel sabiéndose victoriosa.

Del carruaje descendieron primero los tres hermanos Farnety, observando la tensión del ambiente.

-¿Qué sucede aquí?- cuestiono Anissina mientras Yuri y sus hermanos bajaban del vehículo.

-Yuri - Flyn corrió hacia los brazos de Yuri aferrándose a su cuerpo mientras este la veía sin ningún sentimiento de por medio, más por ser la madre de su hijo no la alejo - esas idiotas nos atacaron.

-¿eso es cierto?- cuestiono calmadamente el pelinegro.

-si mi señor - aceptaron sin ninguna culpa las chicas, mientras hacían una leve reverencia.

-¡las quiero fuera ahora mismo! - ordeno Isabel dirigiéndose a Levi - pudieron herir al bebe - acuso la castaña.

La risa de las jóvenes sirvientas sorprendió a más de uno.

-¿Por qué no se quitan esa mascara y les dicen la verdad?- bramo lidia olvidándose de toda etiqueta.

Las jóvenes retrocedieron asustadas.

-¿a qué verdad se refieren?- cuestiono shizuo perdiendo la poca paciencia que tenían.

-shizuo no creerás lo qu-

-les pregunte a ellas- interrumpió abruptamente el rubio al comentario de vorona quien gruño ante el desplante.

-mi señor, esas… mujeres, no están preñadas, todo fue un engaño para separarlos de… mis amos-  explico la mujer brevemente.

-¡mentira! - grito Isabel algo alterada - Levi, échalas de aquí, nos quieren separar

El rostro sorprendido de Yuri pasó a uno de furia.

-¡¿tienes pruebas para lo que dicen?! - gruño.  La sola posibilidad de que todo hubiera sido mentira despertaba un deseo nada sano en él.

- ayer en la noche llego una carta de las tierras Lycan - informo - admito que me tome el atrevimiento de leerla, en esta un joven les exigía un pago por algo en lo que las había ayudado, y mencionaba un plan de ellas- la rubia las miro con cierta satisfacción al verlas asustadas.

-eso no prueba nada - negó Anissina haciendo la que sonrisa en la chica se agrandara.

-lo se mi señora, pero eso me llamo la atención así que esa misma noche escuche una plática que tenían entre ellas. Donde decían que en la fiesta del renacimiento le habían ordenado a un sirviente darles algo para que tuvieran intimidad con ellas, pero al parecer el hombre les dio una dosis alta por lo que no pasó nada y tuvieron que fingir su embarazo… todo fue una farsa de ellas para separarlos - concluyo observando el enojo provocado por sus palabras.

-¿es cierto?- cuestiono Levi acercándose a Isabel quien retrocedió ante su mirada llena de furia.

-n-no… e-eso no es así - negó la castaña retrocediendo hasta topar pared, la mano de Levi la tomo por el cuello asfixiándola.

-suéltala, vas a lastimarla- ordeno vorona, todo se les salía de la manos- no puedes creer más en las mentiras de esas sirvientas que en nosotras.

-entonces no tendrán problemas de que shinra las revise y afirme su condición ¿verdad?-  insinuó Yuri seriamente, tratando de controlar sus emociones.

-….eso - ninguna sabía que decir

-no… me niego - Flyn retrocedió asustada, esta acorralada.

-¿algún motivo?- cuestiono el médico.

-… solo mi médico me puede revisar- nunca una mentira había sonado tan falsa.

- son unas arpías - musito la sirvienta satisfecha con lo acontecido.

- ¿Cómo pudieron hacerlo?- el puño de shizuo se enterró en la pared resonando -¡tienen idea de lo que hicieron!- grito lleno de furia.

Por ellas todo había caído, por sus mentiras habían perdido lo que tanto amaron y a sus hijos no natos que ni siquiera llegaron a ver la luz del día.

-¡tienen que entendernos! ¡Estábamos desesperadas! - grito Flyn admitiendo su culpa.

-ustedes son los culpables, si hubieran cumplido su palabra… nada de esto pasaría. ¡Solo jugaron con nosotras!- acuso vorona tratando de pensar en lo que harían para salir de esto.

-…. Son unas basuras - rechazo Levi queriéndolas matar con sus propias manos - ¡eren murió por sus mentiras! ¡Mi hijo también!  ¡Tienen idea de lo que me quitaron!

-¡ese no te merecía! ¡Solo yo te puedo amar!- sentencio Isabel entre el llanto.

-… es inútil - negó shizuo-… ya conocen la ley, todo tiene un castigo y el suyo será… la muerte - sentencio el rubio mirándolas con repudio.

-¡no puedes hacernos esto!- negó la rubia atónica.

-… ya lo hice - afirmo antes de entrar a la casa no sin antes mirar a sus amigos quienes asintieron.

De un momento a los Farnety aprisionaron a las chicas fue tan rápido que ninguna les dio tiempo de reaccionar.

-¡suéltenme!- grito vorona tratando de librarse, viendo como shizuo ingresaba en la casa sin importarle más.

Levi le siguió no sin antes mirarlas con un odio tan profundo.

-¡Yuri! ¡Yuri!- llamo desesperada Flyn - ¡no me hagas esto! ¡por favor! ¡todo lo hice por ti! ¡Por nuestro amor!

El pelinegro quien estaba por ingresar a la estancia, volteo a verla con un desagrado que jamás había experimentado.

-¿amor?- cuestiono acercándose a ella- grávatelo bien, al único que ame y amare será wólfram Ross, tu no representaste nada para mi

-mientes- negó la joven soltando a llorar, el moreno con brusquedad el tomo del cabello. Atrayéndolo hacia ella.

-¿te duele?- cuestiono mirándola, su expresión asustada y dolida le fascinaba - eso no es ni un fragmento de todo el dolor que me provoco tu mentira, maldita la hora en que te conocí - sentencio aventándola a hanji quien la sostenía -… por favor que sea rápido, tenemos asuntos que arreglar - menciono el moreno a sus amigos antes de ingresar en la habitación.

Poco importaron los gritos y llantos de las chicas nunca giro, era como si fuera otro. Uno sin corazón, uno sin compasión o perdón, un nuevo Yuri que habían formado con sus decisiones.

 

-ya escucharon chicos, terminemos con esto rápido, que tengo hambre- apuro hanji algo ansiosa.

-¡más les vale que nos dejen!- gritaba vorona ante la impotencia de no poder hacer nada

-tu serás la última, quiero que veas morir primero a tus hermanas- sentencio Anissina.

-¡no te atrevas!

-obsérvame - la pelirroja sonrió - chicas ¿me ayudarían?

-será un placer- aceptaron las jóvenes sirvientas.

Clara sostuvo a Isabel junto mientras que lidia a Flyn, hanji se colocó frente a la castaña sosteniéndola de la cabeza. Fue tan rápido que no tuvo tiempo de gritar antes de ver como la cabeza de su hermana menor era arrancada.

La sangre se rego por todo el piso mojando a los presentes con su castada de agua roja, el cuerpo callo sin vida, los gritos de las otras dos no conmovieron a los presentes.

-tu eres la siguiente -sentencio Anissina acercándose a Flyn quien cubierta de lágrimas rogaba por su perdón.

-… tu no tuviste piedad para destrozar una familia ¿Por qué yo la tendría por ti?- cuestiono la pelirroja antes de enterrar su brazo en el estómago de la joven, sin un a pisca de compasión saco su brazo jalando sus entrañas con ella - que asco.

Con desdén la dejo caer junto al cuerpo de la otra.

-la siguiente…. Eres tu - sentencio la pelirroja acercándose a vorona quien no rogo ni lloro solo las miro con un odio profundo.

-mi señora- llamo lidia algo tímida-- ¿puedo…?

-… claro - accedió la pelirroja - ten el honor.

La joven sirvienta se acercó a la rubia emocionada como niña en navidad.

-sujétenla por favor - shinra y hanji la tomaron de las manos, la joven empleada arranco la parte de arriba del vestido de la mayor y de su mandil saco una navaja - esto es para que recuerdes quien fue tu condena.

Sin dudar deslizo la navaja por la piel de chica, los gritos ahogados de la mujer no la detuvieron hasta que termino.

-“izaya Ross” - leyó Anissina complacida.

-esto es por mi amo - acuso enterrando su navaja en el pecho de la mujer, antes de que su cuerpo se recuperara volvió a enterrarla poco más abajo - esto mi señores - no satisfecha subió la arma hasta sus ojos caramelo - y esto por todo lo demás.- De un navajazo enterró la navaja en el ojo derecho.

Escuchando como ahora si gritaba del dolor. Ya aburrida de jugar con ella se la tomo del cuello jalándolo hacia atrás y con el filo del arma le rebano el cuello sin importarle toda la sangre que salpicaba.

-qué asco… me ensucie - desprecio la chica notando su perfecto uniforme todo manchado con sangre.

- bueno, eso es todo- menciono shinra algo alegre.

-chicas quemen los cuerpos por favor - solicito Anissina - después dense un buen baño.

- así se hará señorita Farnety - asintieron las jóvenes sonriendo como si nada hubiera pasado.

-vamos que tengo hambre - apuro shinra entrando a la casa seguido de sus hermanas.

********

Los días a partir de ese momento pasaron como agua para muchos. Los cambios en los Lycan eran demasiados notorios, nadie podía mencionar  cualquier cosa relacionada con los Ross sin que se alteraran, era como si los jóvenes quisieran hacer de cuenta que jamás existieron.

Mas esto era más que imposible, la existencia de ellos habían dejado sus vidas marcadas para siempre. Y ellos mejor que nadie lo sabían.

 El paso de los días se convirtieron en semanas y estas en meses. Las estaciones cambiaron al igual que las cosas, en cinco meses los jóvenes Lycan habían logrado establecer una región rica en varios aspectos, tenían convenios con diversos reinos de diferentes lugares o distritos.

Por fuera pareciera como si en esos meses la vida les hubiera favorecido a los licántropos más los allegados solo podían observar a tres jóvenes sumidos en una vida cotidiana llena de trabajo forzoso para olvidar el dolor propio de aquellos que se fueron.

Tanto los Grash como los Farnety habían decidido mudarse al castillo Blaise para estar al pendiente de sus amigos, y tratar de sacarlos de su agonía. Fue quizás gracias a ellos que habían podido sobrellevar su perdida.

Mas sin siquiera saberlo, no eran los únicos que sufrían, en las afueras de las regiones en la región de Gambat, el tiempo no había pasado en vano.

Esos cinco meses habían servido para desarrollar los cuerpos de los bebes que crecían en el vientre de esos jóvenes. Desde la primera semana Bryan había iniciado una bitácora donde narraba detalladamente la evolución de su embarazo.

Desde que comenzaron las horribles nauseas, en wólfram más que en ninguno. O esos espantosos antojos de eren tan exóticos que llegaban asustarlo, y ni que decir de los cambios de humor de izaya. Esos sí que podían llegar hacer más que peligrosos.

Durante esos cinco meses, el pelirrojo también narro los cambios físicos que su estado les provoco, cada semana media el avance de sus vientres. Las quejas de izaya hacia su figura fueron el pan de cada día desde el 3 mes, aunque las notas de Bryan delataban que era izaya quien les ganaba por 20 cm. A los dos.

Pero como se dijo al principio, no todo fue alegrías. En varias ocasiones se llegaron a presentar síntomas peligrosos para los bebes, como fiebre, graves mareos, hubieron ocasiones en las que Bryan se vio en la necesidad de ordenar reposo absoluto por semanas.

Para su buena o mala suerte izaya en su mayoría fue el que sufrió de estos. Mas gracias a su fortaleza y voluntad había logrado llevar el embarazo a su quinto y último mes… más con ello también se acercaba el momento más difícil de su vida.

El parto.

-¿ya es hora verdad?- cuestiono Bryan fuera de una habitación mientras hablaba con su hermano y keyan.

Desde hacía unos días izaya había comenzado a sentirse mal, estaba débil y le costaba caminar. Bryan le había ordenado permanecer en la cama mientras sus hermanos lo cuidaban.

-los días para que la luna roja lleguen son contados, tal vez izaya esté siendo afectado por eso - insinuó el pelirrojo-  no tenemos tiempo, hay que ir por shinra y los demás.

-… entiendo, preparare todo para partir - informo conrad mas keyan no se lo permitió.

-tú no puedes ir - negó el peli verde - eres el regente de este lugar, no tenemos la certeza de que todo esté en calma, sabes que aún hay grupos de rebeldes que resienten el que los hayas echado- le hizo ver.

-… es cierto - acepto el castaño preocupado. Desde que volvió a las tierras él y sus primos se habían encargado de expulsar a todos aquellos que causaban desastres - pero entonces ¿Quién ira?

-iré yo - se ofreció el menor  - me tomara dos días ir y venir con este clima - al ser invierno estaba nevando con más frecuencia que otros años.

-no definitivamente no - negó Bryan - es peligroso que hagas este viaje solo, podrían reconocerte y hacerte algo. - objeto preocupado por su hermano.

- le pediré a celty que me disfrace sabes que soy bueno para el teatro - añadió el menor tratando de convencerlo.

- si tú vas iré yo - objeto el pelirrojo.

-eso sí que no - negó conrad - si algo pasa te necesito aquí, no podré manejar la situación yo solo.

-conrad - la mirada del mayor indicaba que no sedería -te eh enseñado todo lo que se, tienes a celty y los empleados podrás con ellos. Solo quedan dos días para que sea la luna roja. Tenemos que darnos prisa - sentencio el medico ya harto de rodeos.

-…. Está bien - accedió el castaño no muy confiado al igual que keyan.

-está decidido saldremos esta misma noche  para estar allá en la madrugada -informo el pelirrojo.

-iré alistar todo para el viaje - informo el peli verde antes de marcharse algo nervioso, hacía mucho tiempo que no estaba a solas con su hermano y esa situación lo ponía algo inquieto.

-…. Ya se fue - comento el castaño - ¿Cuál es tu verdadero motivo?- la sonrisa coqueta del mayor le dio su respuesta, algo resignado el moreno suspiro - solo… trata de no retrasar el viaje. Tenemos el tiempo contado.

-tranquilo, tendré todo bajo control - afirmo el oji azul mirando el lugar por donde su hermano había salido- … y cuando digo todo… es todo.

****

Dentro de la habitación un joven moreno platicaba con sus entusiasmados hermanos, faltaban unos días para tener en sus brazos a sus bebes y eso les emocionaba demasiado.

-y… ¿cómo lo vas a llamar?- cuestiono wólfram con un camisón que tapaba su pequeño vientre, por algún motivo su cuerpo no se había expandido como el de sus hermanos, pero Bryan aseguraba que estaba en estado perfecto él bebe por lo que no le preocupaba.

-Mmg - el moreno se llevó una mano a su mentón como si lo pensara- aun no lo decido, ¿ustedes si?- los mellizos asintieron emocionados.

-¡sí! Si es niña la llamare Elizabeth  y si es varón será  Yam - nombro el rubio emocionado mientras acariciaba su tierna pancita.

-me gusta - alago el mayor - ¿y tú eren?

-… si es niña me gustaría ponerle Karla, como mama y si es niño… - el menor lo pensó un poco-  Riven.

- Riven… me gusta, ahg - un ligero dolor en la parte baja agobio por unos segundos al moreno.

-¡iza! ¿Estás bien?

-ahh… ah… si, ya paso… fue una patada. Es igual que fuerte que… - se quedó a media palabra ante lo que digiera. El ambiente se tornó algo nostálgico.

Para los tres era un tema tabú el solo nombrarlos.

-. A-aun no nos has dicho como llamaras a tu bebe - menciono eren desviando la conversación.

- ah pues… siempre me ha gustado el nombre de kanra si es niña y si es varón… aun no lo sé… tengo varios en mente.

-bueno ni-chan, tienes cuatro días para pensarlo-   wólfram se levantó con cuidado  algo hambriento - iza,  ¿quieres algo de comer?

-mmm nop, estoy algo cansado dormiré un rato - informo el mayor acomodándose en su cama.

-nosotros nos vamos, cualquier cosa avísanos - pidió eren mientras salían de la habitación.

Cuando al fin pudo estar solo soltó un gemido de dolor, nuevamente aquella molestia se presentaba en su zona baja pero cada vez era peor.

-agh… aguanta un poco nene, aun no puedes salir - suplico izaya tratando de acomodarse entre las almohadas logrando que el dolor desapareciera en corto tiempo - eso es… resiste mi pequeño - el moreno miro fuera de la ventana donde se podía ver el cielo tiñéndose de azul marino dando paso a la noche -… aun no es tiempo… no lo es.

*****

Fuera del castillo Gambat conrad y celty despedían a Bryan y su hermano,  quienes estaban listos para partir. Por motivo de rapidez habían decidido usar dos caballos, sería más rápido de esa manera el viaje.

La noche fría al parecer predecía varios sucesos, pues su nublado cielo se negaba a darles la despedida, los relámpagos alumbraban ocasionalmente el manto esperar amenazando con una dura llovizna.

-será mejor posponer el viaje - sugirió el castaño observando el cielo, en cualquier momento parecía que fuera a romperse.

-no, tenemos el tiempo contado, debemos irnos hoy mismo - alego keyan decidido ayudar.

-conrad tiene razón, el bosque susurra algo, pero el cielo no me deja escuchar - murmuro celty algo preocupada, su caballo relinchaba nervioso apoyando a su dueña y compañera.

-si algo sucede confió en ustedes para sobrellevarlo, volveremos en tres días - aseguro Bryan mientras se subía a su caballo siendo imitado por su hermano.

-vayan con cuidado, si la tormenta empeora busquen refugio - ordeno el moreno angustiado por alguna razón.

-así lo haremos.

El relincho de los caballos seguidos de sus trotes alejándose del castillo fue lo último que conrad escucho antes de perderlos de vista.

-… ¿crees que estén bien?- cuestiono el castaño viendo el bosque oscuro.

-… no son ellos los que me preocupan - alego la dullahan mirando hacia el castillo- el peligro no los sigue, está aquí…

***

Por los senderos del bosque, Bryan y keyan cabalgaban en busca de la única esperanza para los Ross y sus hijos. El ambiente aunque no era incomodo era algo silencioso, tal parecía que keyan venia demasiado concentrado en su misión como para platicar algo.

-tranquilo, llegaremos a tiempo - menciono el pelirrojo de la nada tratando de calmar los nervios de su hermano.

-… lo sé, pero… no puedo evitar preocuparme- musito con un hermoso puchero el menor - … ¿Qué haremos si se niegan a venir?

-no lo harán - negó el pelirrojo confiado.

-¿Cómo estas tan seguro?- cuestiono el peli verde con duda.

-porque hablamos de traer al mundo a los hijos de sus amigos ¿crees que se negaran?- el menor negó algo inconforme - y si se niegan, tendremos que pedir ayuda en el pueblo pero no pasara

- si tú lo dices - afirmo el menor.

-mejor ¿porque no me dices que tienes en verdad? - cuestiono el pelirrojo mirándolo serio

-no sé a qué te refieres - negó el de cabello largo adelantando el paso.

-no te hagas idiota, lo sabes perfectamente - afirmo algo molesto - últimamente te la pasas evitándome, ¿Qué te hice?

-… son ideas tuyas - aseguro esquivando su mirada.

Claro que era verdad.

Desde hacía unos meses, algo había cambiado entre ellos. No sabría decirlo, pero se sentía. Cada vez que Bryan se le acercaba su corazón se exaltaba, su cuerpo se ponía ansioso y nervioso. Jamás había experimentado esas raras emociones y lo que más le preocupaba es que fuera su hermano quien se las provocara.

-en vez de andar inventando historias, concéntrate en el viaje  - ordeno keyan dejando atrás a Bryan.

-keyan tu- el pelirrojo no pudo terminar de hablar cuando un aguacero se soltó de repente.

La tormenta había comenzado, para su mala suerte, aun no entraban al pueblo más cercano para buscar refugio. El agua nublaba su visión y en el bosque era peligroso para ambos viajar. Las posibilidades de un deslave eran grandes.

Debían buscar algún lugar donde pudieran protegerse de la lluvia y de paso arreglar ese problema con su hermano de una vez por todas.

-dejaremos eso para luego,  por ahora busquemos un refugio - ordeno Bryan acelerando el paso.

****

Tierras Blaise

En el castillo Blaise, mas especifico la habitación de shizuo que algún día llego a compartir con izaya, este mismo se encontraba, como últimamente lo hacía, bebiendo.

En el balcón de su alcoba podía apreciar las vastas llanuras de sus tierras, pero en esa noche en específico se sentía tan solo, podía estar rodeado de sus hermanos y amigos pero su soledad era insoportable.

Con necesidad dio un trago a su bebida para después aventarla a la pared observando como en el acto se rompía en cientos de fragmento. Su cuerpo tambaleante se dirigió a la orilla del balcón recargándose en ella.

-¿Cuánto faltara?- se cuestionó con tristeza - ¿Cuánto me harás esperar para volver  a verte?

Sus ojos rojizos por las emociones miraron el cielo, la luna brillaba como nunca, tal parecía que le quería animar, mas ni su belleza lograba alegrarle la vida.

-izaya - susurro apretando sus labios en una mueca de dolor, su mirada se perdió en las estrellas mientras se preguntaba  si su amado esposo era alguna de ellas - vuelve, no me dejes.

Todo su orgullo se fue en esa soledad, quizás fue el alcohol o quizás eran sus verdaderos sentimientos, pero no pudo retener las lágrimas que tenía prisioneras desde hace muchos meses.

Esa hermosa luna fue testigo de cómo un rubio destrozado lloro su perdida, con rabia maldijo al destino por arrebatarle su felicidad, grito su nombre esperando una respuesta que jamás llego.

La culpa que llevaban sobre sus espaldas, pesaba demasiado. El karma le había cobrado sus deudas con un precio demasiado alto… la vida de su amado.

-… perdóname… izaya

****

Tierras Gambat  

Dolor. Era lo que sentía izaya, llevaba poco que había despertado con un incomoda sensación en la parte baja. Apenas abrió los ojos se vio completamente solo en la habitación, la lluvia de afuera impedía que pudiera tranquilizarse.

-ah… duele - musito intentando levantase - ¿Por qué?

Con esfuerzo se puso de pie, necesitaba pedir ayuda, tenía miedo, no por el sino por su hijo.

-resiste bebe, no salgas - rogo sujetando su gran vientre, estaba tan pesado que sentía que era imposible caminar - ahg - una nueva oleada de dolor se expandió por su espalda y vientre.

-n…no… aun no - rogo sujetándose a la pared más cercana, una extraña sensación se extendió por sus piernas, no necesito mirar para saber que se había roto la fuente -…ayuda - musito cayendo al suelo.

Su respiración era errada, se sentía asustado, había iniciado labor de parto y Bryan no estaba. Sus pequeñas manos sujetaban con fuerza su vientre aferrándose a lo único que le quedaba. Debía hacer algo o lo perdería.

-¡ayuda!- grito con lo que le quedaba de fuerza esperando por que alguien le hubiera escuchado en medio de esa lluvia.

Un relámpago inmundo la habitación iluminándola con luz momentánea, sus esperanzas de ayuda se desvanecían con cada segundo. La fuerza de sus piernas hacia mucho lo habían abandonado y su cuerpo se sentía somnoliento. Solo podía tratar de sobrellevar las contracciones rogando por un milagro.

No paso mucho cuando wólfram, para su buena suerte, lo encontró en medio de la habitación semi inconsciente. Los gritos no se hicieron esperar. En poco tiempo llego conrad quien preocupado tomo entre sus brazos al moreno, colocándolo suavemente en la cama.

-¡duele!- gruño izaya, con cada minuto las contracciones se hacían más intensas- ¡haz algo!

-¿eh? ¡Ah! - conrad estaba nervioso, sabía que algo así podría pasar y no se sentía preparado para sobrellevar la situación para su suerte en ese mismo instante entro La joven dullahan.

-¡celty!- sus hermanos agradecieron que ella estuviera ahí.

-háganse a un lado - solicito la joven, poniéndose ante izaya, para asombro de todos la chica coloco su cabeza sobre su cuello uniéndola momentáneamente - debo examinarlo.

Con cuidado y ayuda de izaya, lo coloco acostado con las piernas extendidas permitiéndole ver la entrada.

-está comenzando a dilatarse - informo la chica.

-llamare a la partera - antes de que conrad pudiera salir de la habitación la voz de celty la detuvo.

-no, no hay tiempo - negó la castaña mirando el rostro asustado de los presentes -traigan agua caliente y toallas…. ¡ahora!- ordeno al ver que nadie se movía.

En el acto todos desaparecieron de la alcoba.

-¡celty!- gruño el moreno retorciéndose en la cama.

-se fuerte izaya. Esto apenas comienza - advirtió mientras se ponía unos guantes de Bryan - prepárate porque tu bebe está por nacer.

****

En algún punto del bosque dos hermanos cabalgaban en busca de algún lugar que los pudiera proteger de la intensa lluvia que había en ese momento, los pobres caballos comenzaban a cansarse por el esfuerzo del viaje, y aun no encontraban alguna cueva o algo.

-¡apresúrate keyan! - ordeno el pelirrojo al ver a su hermano agotado - resiste un poco más.

El menor asintió tratando de resistir, el agua estaba totalmente congelada, una hora más en esa temperatura y juraría le daría hipotermia. Mas para su suerte justo cuando estaba por hacer su testamento, una pequeña cabaña a la lejanía entre los arboles llamo su atención.

-¡Bryan! ¡Mira allá! - grito keyan llamando la atención de su hermano.

-¡una cabaña!-  sin decir más ambos abandonaron el camino ingresando entre los árboles, al instante la intensidad de la lluvia bajo por la copa de los árboles.

Al llegar al refugio con algo de preocupación se bajaron del caballo atándolo en un pequeño y algo deteriorado establo al costado de la casa, por lo menos ya no se mojarían.

-¿crees que nos permitan quedarnos?- susurro muy cerca de Bryan el menor.

-no lo sé, pero no perdemos nada con intentar - alego el mayor acercándose a la puerta.

Los sonidos de su puño golpeando suavemente la madera eran opacados por la lluvia, los minutos pasaban y nadie salía abrirles. Keyan algo cansado se alejó para mirar por la ventana más al parecer esta estaba en pésimas condiciones por lo que nadie podría estar viviendo ahí.

-creo que esta deshabitada - menciono el peli verde algo intrigado.

El pelirrojo ya cansado de una embestida logro abrir la cabaña y en efecto esta carecía de cualquier presencia. El lugar era básicamente un cuarto-sala con una pequeña cocina y baño descompuesto.

En la estancia solo había una vieja chimenea, y muebles viejos cubierto de telarañas y polvo.

-no me gusta este lugar - el rostro del menor se contrajo en una mueca de desagrado.

-lo siento princesita pero es lo único que hay - menciono el mayor mientras trababa para que el aire frio no entrara - busca algo que podamos usar para dormir, mantas o algo de comida mientras que yo veré si esta porquería sirve

Keyan asintió no muy conforme mientras Bryan trataba de encender la chimenea humedecida con algo de madera vieja. Algo inconforme se acercó lo que parecía ser una cama toda rota, estaba inservible pero las colchas servirían para dormir un rato.

Por lo que con desagrado las tomo y sacudió lo más que pudo logrando retirar el exceso de polvo. Con cuidado las coloco a unos pasos de la chimenea y siguió buscando entre los armarios.

Había unas cuantas prendas de mujer, unas camisas algo gastadas por los años. Y unas cuantas mantas que servirían para taparse. Conforme con su hallazgo, tomo las sabanas  y se dirigió donde su hermano.

-¡listo! - grito el mayor asustando al menor - esta porquería al fin encendió… ¿qué tienes ahí?- cuestiono viendo lo que traía en manos.

-no mucho, algo para dormir un poco en lo que baja la lluvia, apenas se quite o disminuya debemos retomar nuestro trayecto - dijo mientras acomodaba las mantas sobre la colcha.

-buen trabajo hermanito - alago el mayor acercándose al fuego, cualquier comentario que el menor pudo hacerle sobre hallazgo murió cuando el pelirrojo se comenzó a desvestir en frente de él.

-¡¿qué haces?!- grito alarmado, un hermoso sonrojo se extendió sobre sus mejillas al ver como se bajaba los pantalones.

-… ¿me quito la ropa? Dah - respondió con ironía - pescaremos una pulmonía si no nos secamos, tu deberías hacer lo mismo - sentencio mirándolo como un padre a su hijo al reprenderlo.

-n-no… así estoy bien - negó desviando la mirada del cuerpo del mayor aunque este hecho le estaba costando un gran esfuerzo.

-vamos no digas idioteces, quítatela - ordeno acercándose a él.

-ya te dije que no quiero - negó algo molesto por su insistencia.

-si no te la quitas, seré yo quien te la quite- amenazo con un tono inusual, no era molesto más bien parecía ser una provocación. De solo pensarlo sus mejillas cobraron un rojo más intenso.

- deja de bromear con eso - negó alejándose.

-… no estoy bromeando - sentenció el mayor lanzándose sobre el menor en busca de quitarle la camisa.

Bryan! ¡Basta! - ordenaba el menor siendo ignorado por el mayor que con gran esfuerzo logro quitarle la camisa aventándola alguna parte de la habitación.

-si dejaras de moverse sería más fácil - gruño el mayor mientras le sujetaba con una mano y con la otra desabrochaba el botón del cinturón.

-¡para!- grito el menor alejándolo más solo consiguió tropezar con la colchoneta haciendo que Bryan y el cayeran sobre esta.

El mayor aprovecho la posición y ventaja para arrebatar finalmente los pantalones del mayor quien seguía forcejeando.

-¡ves no era tan…!- sus palabras murieron en su boca al notar la situación en la que estaban, el sobre su hermano menor, ambos semidesnudos -…difícil.

El rostro de keyan posiblemente era el mismo que el de él. Ambos estaban en demasía nerviosos con la cercanía, el mayor podía sentir el otro cuerpo apegado al suyo, el calor proveniente del menor era tentador, el aliento del otro chocando con el suyo propio. Sus ojos conectados entre sí. Todo era demasiado.

-M-Me…¡me voy a dormir!- grito el menor aventando al mayor quien seguía en shock por lo ocurrido, solo salió del trance para percatarse que su hermano estaba hecho bolita cubierto con la sabana en la orilla de la colchoneta.

-ah…si - imitando al menor, el pelirrojo se acostó a su lado tomando una manta para cubrirse del frio, aunque estas no eran muy útiles para ello.

Por minuto, quizás horas, el ruido de la lluvia allá afuera fue lo único que resonó por todo el lugar, Bryan había perdido el hilo del tiempo en medio de sus pensamientos. Con algo de valor miro a su lado, keyan seguía tal y como lo había dejado.

Con delicadeza de acerco al menor, tratando de que este no lo notara mas el leve temblor en el cuerpo del peli verde le avisaba que quizás este ya estuviera despierto al igual que él.

-keyan - llamo en lo que parecía ser un susurro- ¿estas despierto?

-…si - musito el menor sin girarse a verlo

-¿tampoco puedes dormir?- insinuó acercándose más, al mismo tiempo que el temblor incrementaba -¿tienes frio?

-n-no - negó aferrándose a las sabanas.

-mentiroso, mira como estas temblando - desmintió molesto.

-¡¿Qué haces?!- grito el menor al sentir como las sabanas le eran arrebatadas.

-calla - ordeno el mayor, mientras que juntaba ambas sabanas, de un jalón atrajo al menor a su lado cubriéndose con las mantas ahora más gruesas - así está mejor.

El rostro sorprendido del menor se tensó en un instante, mas su rostro sonrojado y algo molesto le decía otra cosa.

-idiota - insulto el menor girándose sin alejarse -no tenía frio - negó como un niño pequeño que se quejaba de los cuidados exagerados de su madre.

-solo duerme -ordeno dando por terminada la discusión.

Nuevamente el silencio reino en el lugar, solamente el ruido de la lluvia los acunaba. Keyan no podía negar que el calor proporcionado por el cuerpo ajeno era relajante tanto que quería dormir arrullando por este, sus ojos ya cansados comenzaron a cerrarse creyendo que al fin conseguiría dormir.

Más Bryan tenía otros planes al parecer. Pues todo rastro de sueño se le espanto de golpe al sentir como la mano de su hermano se colaba sigilosamente por la cadera abrazándolo desde atrás. Casi podía jurar que sentía el aliento del mayor en su oído.

-q-que haces - musito avergonzado.

-abrazo a mi hermano- obvio apretando un poco el agarre -¿no puedo?

Bryan aprovecho el silencio de su hermano para provocarlo un poco más.

-¿Qué pasa hermano? Temes que te haga algo - musito en su oído con una vos que le erizo cada bello de su piel, y más al sentir como el pelirrojo comenzaba a descender su mano hacia sus piernas.

-mgh… ¿q-que? ¡Deja de jugar conmigo! - ordeno mientras aún tenía algo de cordura.

-¿te parece que esto es una broma?- cuestiono socarronamente, al tiempo que juntaba sus pelvis haciéndole notar la dureza que tenía entre su entrepierna. Sonriendo satisfactoriamente al oír aquel pequeño suspiro de placer.

…l lo sabía, su hermano también lo deseaba tanto como él.

-no... Esto está mal - negó el menor mas no se separó aun cuando el mayor comenzó a menear sus caderas, apegándole descaradamente aquel trozo de carne entre sus nalgas.

-shhh no pienses en eso - negó el mayor comenzando a besar su cuello dulcemente, los suaves gemidos no se hicieron esperar, vaya que keyan era delicado en esa zona -tú me deseas tanto como yo.

El peli verde callo, era verdad. …l también lo deseaba, pero estaba mal visto entre hermanos licántropos además él no era ningún doncel. ¿Qué le podría ofrecer a su hermano?

-no soy un momento de calentura - negó ofendido el menor.

-jamás dije eso, ¿crees que me arriesgaría a tirar a la basura mi relación contigo por una calentura?- cuestiono ofendido.

-… no

 -… keyan -el mayor hundió su rostro en el cuello del menor - … te amo. Y sé que sientes lo mismo que yo… ¿Qué te detiene? Démonos esta oportunidad.

Por un momento quiso acurrucarse en sus brazos, entregarse a sus deseos y creer que todo saldría bien pero la sola idea de que arruinara el futuro de su hermano, de que los vieran mal por la calle, le destrozaba.

-no… no puedo - negó haciendo el intento de levantarse más antes de que lo lograra el cuerpo de Bryan sobre él se lo impidió.

-¿Por qué lloras?- fue entonces cuando noto las lágrimas sobre sus mejillas.

-yo…. Odio esto - con su rostro cubrió sus ojos - odio sentirme así…. Odio no poder tocarte sin sentir que te arrebato la vida. Odio sentir esto por ti pero sobre todo, odio no odiar amarte.

-… no llores, keyan. Tu jamás me arrebatarías la vida, eres mi sol, mi vida - sentencio el mayo limpiando sus lágrimas.

-pero ¡yo no soy un doncel! ¡No te puedo dar hijos!- grito alterado por todos los sentimiento encontrados.

-… ¿y?, ¿crees que por eso dejare de sentir esto que siento? ¿Acaso está mal que quiera amarte a ti? - cuestiono algo molesto - no decidas por ambos.

-… te arrepentirás - murmuro

-no lo sabes… así que no lo des por hecho - negó el pelirrojo acercándose a los labios ajenos - si mis palabras no son suficientes para convencerte déjame probártelo con acciones- sentencio uniendo sus labios con el otro.

Un beso como nunca lo habían hecho, con el alma. Sus labios se entrelazaban con el otro, una necesidad de frenesís los recorrió de piel a cabeza. De un momento a otro la palabras estaban de mas, solamente querían fundirse con el otro, unirse aún más.

Un beso dio paso a otro aún más caliente, una clara invitación que el menor acepto gustoso, el beso se tornó húmedo y cálido, sus lenguas introduciéndose en la cavidad ajena se acariciaban con pasión, sus manos no quietas tocaban lo que sus sentidos alcanzaban.

Sus labios ansiosos por explorarlo todo descendieron hacia el cuello no explorado del menor, con paciencia casi imposible depósito un rastro de besos, su lengua deslizándose por el mismo hasta la clavícula estremeció al menor.

Las palabras era algo que ya sobraba en ese momento, ahora solo querían entregarse al otro, tal vez de esa manera toda duda fuera borrada de una vez. Esa noche dos jóvenes cruzarían el límite de una hermandad con la luna como único testigo de aquella unión, de aquel juramento  sin palabras.

***

Por otro lado a varios kilómetros de ahí una situación muy diferente a la que ellos Vivian, traían a todos de nervios. Las jóvenes sirvientas corrían de un lado a otro con toallas y agua caliente mientras dos hermanos acompañaban a izaya en su dolor.

-¡ahhhhh!

-puja otra vez - ordenaba la dullahan.

Llevaban más de una hora pujando y ya se sentía muy débil, ¿Dónde estaba la persona que decía que el parto era el momento más hermoso de sus vidas? Juraría que podría matarla ahora mismo.

Hacía mucha mucho que conrad tenía la misma idea, lástima que se encontrara inconsciente en algún punto de la habitación como para presenciar el “maravilloso momento”

-¡no te distraigas izaya! ¡Puja!-ordeno la joven.

ahhhhh! ¡Duele!  ¡ahhh! - por más que pujara sentía que jamás terminaría.

veo su cabecita! Necesito que pujes más fuerte- con cuidado celty trato de ayudar al bebe acomodarse.

-¡ahhhh! ¡Los voy a matar cuando lo tenga en mis manos! Mmnnn

Wólfram y eren estabas más que espantadas, ¿por todo pasarían ellos? Jamás debieron verlo. Mas los gritos de la dullahan y su hermano les impedía pensar en algo más.

un poco más! ¡El ultimo!- pidió al ver sus hombros atorados.

-¡aahhh! - grito mientras pujaba como nunca lo tuvo que hacer, su rostro perlado y visiblemente cansado se ilumino al escuchar el llanto de un bebe.

Rápidamente las sirvientas trajeron las mantas mientras la dullahan cortaba el cordón umbilical.

felicidades fue una hermosa niña!- alago la joven.

-¡tuviste una niña! - grito felizmente wólfram.

-¡soy tío! - eren abrazo a su hermano quien puso una cara de dolor -¡perdona! ¿Te lastime?

-ahhh. ¡ahhhh! ¡Aun no acabo! Algo… - sin esperar a que celty reaccionaria comenzó a pujar, la joven rápidamente retomo su lugar observando asombrada que pasaba.

-¡hay otro!- grito la mujer asombrada.

-¡gemelos!- wólfram miro a eren asombrado.

-ahhh dejen de mmgh hablar ¡ahhhh! - sus dedos se enterraron en las sabanas mientras repetía su tortura de hacía unos minutos.

No paso mucho para que otro llanto más intenso alumbrara el lugar. y las vidas de todos.

-un niño… tuviste gemelos, un niño y una niña - informo mientras le pasaba el varón ya limpio y la niña

-dos… fueron dos - izaya estaba más que asombrado.

Sus ojos examinaron con amor a los dos retoños que tenía en brazos, la niña era tenía una piel tan blanca como la suya y su cabello negro sin contar con esos dos ojos cual Ruby, estaba seguro que se parecería a el - ella será kanra…

-¿y el niño?- cuestiono wólfram ansioso.

-el... - el moreno miro detenidamente a su bebe, tenía una suave melena rubia, sus ojos color azul como su abuela, le hizo sonreír con cierta tristeza, el sería muy parecido a su padre - él se llamara tsubaru, mi pequeño tsubaru

El moreno deposito un suave beso en cada uno de sus bebes.

-retiro lo que dije - menciono el pelinegro de repente - … el parto si es el momento más hermoso del mundo… ahora lo sé.

****

El sol salía reluciente como siempre después de una tempestad. Los suaves rayos iluminaban el bosque bañando de calor sus hojas y con ello dando la bienvenida a un nuevo día.

Los ojos somnolientos de un joven se entreabrían con gran pesadez, sentía un leve dolor en la parte baja de su espalda así como todo el cuerpo le pesaba. Apenas abrió sus ojos se visualizó en una cabaña deteriorada, intento levantarse pero una mano en su cintura se lo impedía, fue ahí cuando asustado giro su cabeza y se topó con el rostro de su hermano profundamente dormido.

Ambos estaban desnudos, los recuerdos de lo ocurrido en la noche anterior se estamparon  todos a la vez. Las palabras de ayer y su entrega se sentían más sólidas que nunca. Aun podía sentir las caricias del mayor en su persona. Esa voz sensual susurrándole un:

“relájate” antes de causarle el mayor placer de todos, al igual que un dolor no experimentado antes, aunque este quedo opacado tan rápido como el pelirrojo se comenzó a mover dentro de él, aferrándose a sus caderas. Las sucias palabras que le susurraba en su oído resonaban en su cabeza.

Podía recordar como el mayor le poseía sin piedad ni descanso, esa noche durante horas se entregaron sin descanso a ese placer prohibido y en esa mañana ya con la claridad que trae el día, podía jurar que no se arrepentía. Al contrario, ahora más que nunca deseaba al mayor. Había entrado en un punto donde ya todo le valía.

Solo quería a Bryan y nada más.

-...jamás le había visto dormir tan placido - murmuro acariciando su rostro pacifico.

-deja dormir - reclamo cariñosamente el pelirrojo entreabriendo los ojos - aún es de día.

-¿de día?- espantado keyan pego un brinco sin importarle el ardor en su zona baja -¡ya amaneció Bryan!

-¡mierda!- el pelirrojo se levantó al igual que su hermano, ambos tomaron su ropa ya seca y se vistieron tan rápido como pudieron.

-¡te dije que te detuvieras ayer!

-¡¿eh?! ¡te recuerdo que el que rogaba por mas eras tú!- reclamo el pelirrojo ofendido. 

-tsk… ya  eso no importa, debemos apurarnos - sentencio el menor dándose por vencido.

Sin discutir salieron de la cabaña viendo a sus caballos, rápidamente se treparon sobre ellos iniciando nuevamente su viaje pero con más prisa, debían recuperar el tiempo perdido.

-sabes… voy a extrañar esa cabaña - comento de la nada keyan.

-¿eh? Pero si dijiste que la odiabas  - reclamo el mayor no comprendiéndolo.

-…  la odio, pero… ahí fue donde nos entregamos por primera vez, es un lugar especial - las mejillas del peli verde se tornaron rojas por lo dicho.

-entonces ese será nuestro nido de amor de ahora en adelante- sentencio el mayor sintiéndose totalmente feliz.

Entre miradas ocasionalmente picaras  cabalgaron lo más pronto que podían, no fue hasta dentro de seis horas que por fin habían llegado al pueblo de Blaise. Mas ahora tenían otro problema.

-¿Cómo hablaremos por con ellos sin ser detectados? - cuestiono el menor con preocupación los licántropos eran especialistas en olfatear.

-… tendremos que enviarle una nota con algún mandadero - sentencio el mayor no encontrando otra situación, no podía involucrar a shinou ni a nadie más.

-… entiendo.  Hospedémonos en el hotel  de las afueras - sugirió keyan a lo que Bryan asintió complacido.

-le enviare la nota citándolos en el hotel en la noche para partir mañana en la mañana estaremos allá - informo confiado en que todo saldría bien.

-y…. ¿Qué haremos mientras esperamos?- cuestiono el menor “inocentemente” sacando una sonrisa en el pelirrojo.

-déjame pensar… - de un atajo lo tomo de la cadera desde atrás mientras comenzaba a besar lentamente su cuello - creo que tenemos un asunto pendiente.

-… me encantaría resolverlo cuanto antes hermanito.

Si… había tomado la decisión correcta.

***

Castillo Blaise.

En los pasillos del castillo un joven doctor corría en busca de su hermana. Apenas la sirvienta le había avisado que tanto Anissina como hanji estaban en el laboratorio tuvo un mal presentimiento.

Siempre que ellas estaban solas en un laboratorio algo salía mal. Y esta no sería la excepción, a pocos pasos de llegar a su destino el lugar retumbo en una pequeña explosión, no tenía que ser adivino para saber de dónde provenía.

-¡¿Qué les dije de sus experimentos?!-grito apenas entro.

-… ¿Qué habrá fallado?- se cuestionó la pelirroja ignorando a su hermano- ah, hola shinra pasa.

-¡nada de hola! ¿Cuántas veces van en esta semana?- cuestiono algo molesto.

-mmm solo cuatro- contesto la castaña.

-¡estamos a jueves! - reprendió -no tienen remedio - un largo y pesado suspiro salió de sus labios -¿Qué es ahora?

La sonrisa de ambas se ensanchó y al momento se arrepintió de  preguntar.

-tráelo hanji- pidió la mayor algo excitada por el momento. La castaña no se hizo esperar y fue por un aparato raro a los ojos de shinra.

-¿Qué es?- cuestiono intrigado, aparentemente era algo cuadrado con varios botones.

-lo llamo, él comunícate-a-distancia-kun

-yo vote por llamarlo teléfono - acuso hanji no conforme con el nombre.

-¿para qué sirve?- la mirada de shinra confusa las divirtió.

-como su nombre lo dice, esto ayudara a que las personas se comuniquen entre si aunque estén en otros reinos - explico orgullosa la mujer.

-¿Qué? ¡Eso es imposible!- negó el castaño.

-ja, hombre de poca fe.

-para nosotras no hay nada imposible- se jacto la menor.

-ahh como quieran, pero les aseguro que eso jamás será exitoso - sentencio el castaño exentico.

-ya veremos.

En ese mismo instante lidia ingreso con precaución al laboratorio, al ver que no había peligro, entro ya más tranquila.

-¿sucede algo lidia?- cuestiono shinra.

-venia avisarles que ya estaba la comida - informo con una sonrisa.

-enseguida vamos- afirmo la castaña-¿algo más?

-… ah, sí. Les trajeron esta carta hace poco. - la joven rubia les entrego la carta para después retirarse.

-no dice quien la manda- murmuro intrigada. Sus hermanos atentos observan como el rostro de la pelirroja palidecía y la hoja caía en el suelo

-¿Qué pasa Anissina?- cuestiono el doctor preocupado.

-….e-están vivos… viven - murmuro aun en shock.

-¿Quiénes viven amor?- hanji tomo la nota leyéndola. La sorpresa fue incluso mayor -¡los Ross están vivos!

-¡¿Qué dijiste?!

-si… la nota dice que lograron escapar, y piden nuestra ayuda. Al parecer el parto esta próximo y necesitan que los ayudemos - informo brevemente mientras la leía.

-… mañana es luna roja - musito shinra entendiendo el motivo.

-¿Qué haremos?- cuestiono hanji preocupada.

-… tenemos que ir, nos necesitan- apoyo la pelirroja.

-no me refería a eso- la mirada de hanji detonaba tristeza - ¿no les diremos… A ellos? Sabes lo mucho que han sufrido por su perdida.

-… no lo sé - negó la pelirroja -… mi honor me dice que debo callar, pero mi parte humana me exige hablar… es confuso.

-debemos callar - sentencio shinra- esta no es nuestra decisión, si hablamos conociendo a Levi y los otros irán enseguida, no sabemos si aún hay peligro y actuar sin pensar podría tener graves consecuencias.

Ambas hermanas callaron sabiendo que shinra tenía la razón. Por primera vez callarían aun sabiendo que eso le traería un dolor mayor a sus amigos con la esperanza de que en algún momento un hermoso reencuentro del destino los uniera.

-¿Cuándo partimos?- cuestiono el doctor.

-hoy en la noche - informo la pelirroja.

-¿Qué les diremos a los chicos?- pregunto la castaña.

-… la verdad que iremos atender un parto, después de todo estamos a dos días de la luna roja. No es de extrañar- expuso el castaño.

-que así sea entonces.

Tal y como dijo, esa misma noche se reunieron en el hotel de las afueras con los jóvenes de Gambat, allí les explicaron la situación, desde cómo habían sobrevivido hasta lo que pasaron en esos meses en los que se escondieron y el por qué necesitaban de su ayuda.

Los Farnety comprendieron al instante la situación y como ya habían decidido les brindaron su ayuda y prometieron guardar silencio por lo que partieron en ese mismo instante. Al cabo que en la comida les avisaron a sus amigos de su ausencia.

Faltan solo un día para que la luna roja llegara y con ello el nacimiento de una nueva vida para muchas.

****

Tierras Gambat

En el castillo el sol comenzaba a descender como cada día, hacía ya dos días desde que Bryan y keyan habían partido, y dos nuevos integrantes  en la familia habían llegado. La alegría y nervios se sentían en cada rincón del lugar, más la alegría de los gemelos lograba disipar todo el nerviosismo.

-¡son hermosos! - alago el rubio mientras alimentaba a la pequeña kanra.

-tsubaru es tan calmadito - eren los apretó entre sus brazos más el pequeño ni se movió.

-es tan diferente a kanra, no nos ha dejado dormir - reprendió el rubio viendo a la niña sonreír.

-se parece a mí después de todo - se jacto el pelinegro mientras alistaba sus cosas.

Mañana se irían a la región del norte, y debía asegurarse que nada les faltara ni a sus hermanos ni a los pequeños. Así que anticipando todo comenzó a empacar.

-… ¿crees que todo vaya bien?- se cuestionó el castaño mirando al bebe dormido en sus brazos

-estará bien - sentencio izaya mirándolos fijamente- no importa lo que me cueste pero seremos felices… lo prometo.

Tanto eren como wólfram asintieron, si izaya lo prometía debían de creerlo. Antes de poder hablar el relinchido de los caballos los alertaron, izaya corrió a la ventana algo alterado. No sabía si los Farnety habían accedido a no hablar. Mas apenas asomo su mirada vio a Bryan y keyan acompañados de los licántropos sin rastro de sus esposos.

-…todo está bien, son ellos - informo el pelinegro.

-¿solo ellos?- el moreno asintió entendiendo la pregunta de wólfram.

-vayamos, le pediré a una nana que cuide a los bebes - sentencio izaya a lo que sus hermanos asintieron y acostaron a los bebes en la cuna, al instante kanra lloro por la falta de brazos más al estar al lado de tsubaru se tranquilizó. Era como si este la relajara.

-andando. Entre más rápido acabemos con esto mejor  - sentencio izaya mirando a sus hermanos con determinación.

*********

A las afueras del castillo un trio de hermanos veía maravillados el lugar, pese a ser muy humilde Vivian rodeados de un  hermoso bosque y todo era tan hermoso.

-no puedo creer que nos hicieran regresar al pueblo más cercano -comento enojado el pelirrojo.

-¡tenía que ir al baño!- alego la castaña excusándose.

-pudiste hacerlo en el bosque- respondió el peli verde como si fuera lo más natural del mundo.

-hombres inútiles tenían que ser- murmuro la pelirroja ya harta de sus lloriqueos ¿y que si ya casi anochecía? Habían llegado a tiempo.

Mas antes de que hubiera una pelea entre pelirrojos la vos de alguien conocido los distrajo.

-¡Bryan! ¡Keyan!- saludo conrad a su encuentro.

-como lo prometimos aquí están- sentencio el mayor señalando a los hermanos quienes hicieron una leve reverencia.

-gracias por su ayuda, ellos los necesitaran - agradeció el castaño.

-¿Dónde están? Quiero verlos - exigió Anissina ansiosa por abrazarlos.

-están adentro, el parto de izaya se adelantó, hace dos días nacieron los bebes - informo el mayor tratando de no recordar lo que vio.

-¡¿Qué cómo que nacieron?! - grito exaltado Bryan.

-espera…. ¿bebes? ¿Fueron más que uno?- cuestiono keyan a lo que el castaño asintió

-tuvo gemelos- informo el mayor sonriendo.

-no es de extrañar- expreso shinra ganándose su atención - izaya proviene de una familia donde predominan los gemelos - explico brevemente

-así es, mis antepasados como mi madre tuvieron gemelos, era una probabilidad que nunca contemplamos- explicó izaya llegando al lado de sus hermanos.

-¡chicos!- los Farnety corrieron abrazarlos sorprendiéndolos.

-¡están bien! Algo gordos pero bien - comento hanji ganándose una mirada de odio puro de eren y wólfram.

-mírate izaya, pareciera que nunca estuviste embarazado - alago shinra algo sorprendido sabía que los vampiros no pasaban por lo mismo que los licántropos pero no esperaba que su sistema de recuperación fuera tan efectivo.

-es de familia - se jacto orgulloso.

-pero… debo facilitar a conrad sabía que podría confiar en el para traerlos al mundo - alago el pelirrojo mientras que el castaño desviaba la mirada.

-él se desmayó en medio del parto - alego  wólfram mirándolo de manera acusatoria.

-¿entonces quien…?

-fui yo - informo una vos a sus espaldas, los Farnety giraron intrigados observando al instante una joven dullahan montada en su fiel caballo con su cabeza entre sus brazos.

celty! Qué bueno que llegaste -eren se acercó ayudarla a bajar mientras que la joven coloco una mano vientre

-falta poco - musito la mujer para después acercarse a los demás quienes parecían estar en shock.

-…e…eres… una

-si, soy una dullahan - afirmo la castaña a la no pregunta de hanji, quien por alguna razón parecía muy emocionada.

-¿nos dejaría hacerte unos estudios?- cuestionaron ambas a la vez algo excitadas.

-¡no! - negó la joven retrocediendo.  Su vista se posó en el otro intrigante, un joven apuesto que la mirada sin decir ninguna palabra por alguna razón esa mirada la puso nerviosa.

-¿shinra?- las hermanas miraron a su hermano. Quien sin decir ninguna palabra se acercó a la mujer poniéndola aún más nerviosa.

-... mi nombre es shinra Farnety, tengo 90 años, soy doctor y científico reconocido. - informo de la nada para después agregar  - ¿puedo examinarte a fondo

De un movimiento la dullahan aventó a la pared más cercana al castaño con sus sombras.

-¡me gustan las difíciles!- alego levantándose algo adolorido.

-c-chicos - la vos asustada de wólfram les hizo voltear - se nos rompió la fuente

***

Las horas pasaban  y con ello la noche habían caído, llevaban más de tres horas fuera de esa habitación los gritos de los menores se escuchan tan latentes que por un momento izaya quiso entrar ayudarlos como lo estuvieron ellos más eran demasiadas personas en una habitación y sus hijos estaban cenando.

-¿Qué tanto les hacen?- exclamo el peli verde asustado.

-créeme, un parto duele - izaya miro a sus hijos- pero es maravilloso una vez que los ves.

-… te creo - keyan desvió la mirada entristecido, esa sería una emoción que jamás podría brindaría a Bryan, mas inmediatamente sus palabras y promesas aparecieron en su mente librándolo de esa carga -enserio se irán en la mañana - cuestiono tratando de cambiar el rumbo de la conversación.

-sí, dejare que descansen esta noche y nos iremos es lo mejor, cada minuto la vida de mis hermanos corre peligro - sentencio mirando la puerta al tiempo que un llanto agudo retumbaba en la habitación seguido de otro más ligero.

-¡ya nacieron!- aviso celty abriendo la puerta. Inmediatamente izaya le dio los bebes a keyan para poder entrar.

Los rostros cansados de sus hermanos en diferentes camas lo enternecieron. A su lado cada uno tenía un bultito.

-¿Qué fueron?- cuestiono izaya acercándose a ellos.

-niño-nombraron ambos a la vez.

-izaya, tengo que hablar con ustedes- nombro shinra algo preocupado.

-¿está algo mal con los bebes?- cuestiono asustado wólfram.

-… no lo sé aun, pero podrían traer a kanra y tsubaru -solicito Anissina. Izaya algo a la defensiva trajo a sus bebes a lo que shinra les reviso sus ojos y dientes.

Seguido camino hacia los otros dos haciendo el mismo procedimiento, en su rostro solo había sorpresa y algo de miedo.

-…como temía - shinra se quitó los lentes frotando su entrecejo.

-¿Qué sucede?- cuestiono el castaño apresando a su pequeño bebe entre sus manos, el recién nacido tenía un cabello castaño al igual que el suyo y unos hermosos ojos grises como su padre.

-… son híbridos - expuso hanji al ver que sus hermanos no se atrevían.

-…no, debe haber algún error ¡son vampiros!- aseguro wólfram viendo sus colmillos.

-fíjense en sus ojos, su pupila es más grande de lo que debería es un signo básico de los bebes licántropos -expuso shinra preocupado.

-… mi bebe -  wólfram abrazo a su pequeño temiendo por su futuro.

El miedo de todos se reducía a que nunca en la historia se había mezclado la raza ellos serían los primeros híbridos que habría en la historia. Y eso podía generar miedo entre la gente, no sabían el mezclar su sangre tendría sus consecuencias. O lo que es peor, si los altos mandos se enteraban podrían quitárselos.

-¡tranquilos! - grito izaya viendo el pánico en sus hermanos - nada les pasara, se los jure y lo cumpliré.

-pero… si me lo quitan, no podremos ocultarlos siempre- negó eren aferrándose a su pequeño quien había comenzado a llorar asustados.

-… no pasara - izaya lo pensó un poco, su vista viajo a conrad - prepara todos, saldremos en una hora.

-¿Qué? ¡Estás loco! Ellos acaban de tener a sus bebes, deben descansar.

-no. Izaya tiene razón, debemos irnos - wólfram se levantó con cierto esfuerzo - en una hora estaremos sanados mgh… no permitiré que me lo arrebaten de mis brazos- sentencio sus ojos rojos como nunca advertían que no hablaba enserio.

-conrad… estas con nosotros o no - cuestiono eren imitando a su hermano.

-…mandare a que preparen todo, en una hora saldremos - anuncio sonriendo, inmediatamente salió de la alcoba.

-shinra - izaya lo miro fijamente- ni una palabra.

-así será por lo menos hasta que ustedes decidan volver - sentenció el castaño.

-jamás volveremos - negó el moreno.

-jamás es un largo tiempo, y el destino muy caprichoso - advirtió - les daré unas indicación de cuidados, suerte.

Los hermanos asintieron agradecidos. Esa misma noche bajo la sombra y cuidado de celty los jóvenes Ross y conrad abandonaron las tierras que les vieron nacer, dejando atrás un cruel y doloroso pasado con su presente y futuro en brazos.

Mas como shinra dijo, el destino era caprichoso y el día en el que se volverían a encontrar ya estaba escrito, ahora solo podían esperar a que ese día llegaran y con ellos muchas sorpresas y revelaciones.

Más de algo estaban seguros los Ross, si ese día llegaban, ellos no tendrían piedad de quienes les lastimaron tanto, ahora tenían un motivo para luchar y así lo harían. Esta vez sería muy diferente.

-hasta pronto…

Continuara….

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

si hay algun error haganmelo saber. las adoro.


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