Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Venganza Impune por Ahiezer

[Reviews - 239]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

No sé que estoy haciendo :I, pero si tiene alguna opinión o si les gusta la idea, por favor haganmelo saber.

Notas del capitulo:

Hola? ... es mi primer fic de este tipo y espero hacerlo bien.
Disfruten la lectura.

 AVISO: Antes de que continues leyendo aviso que la historia esta siendo reescrita y resubida en Wattpad con mejor redaccion, si continuas leyendo te podrás encontrar con faltas ortograficas y cosas que quizás no lleguen al producto final. Puedes encontrar más informacion en la última página. 
Me encuentro en fanfiction tambien como Ahiezer (pero ahí la historia esta en proceso de edicion por lo que encontraras errores) y Wattpad como A-ahiezer. 

¿Por qué la curiosidad lleva al hombre tanto a la gloria como a la perdición?

Cristina López Barrio

—x—x—x—

 

Faltaba tan poco para derrotar a Naraku, que aún era imposible de creer para Inuyasha.

El joven hibrido se encontraba frente al árbol sagrado, perdido en sus pensamientos. Había cambiado tanto desde que Kagome lo liberó de aquel sello; Hizo amigos, volvió a amar y sobre todo… encontró una verdadera familia. También estaba Sesshomaru, con el que no tenía una muy buena relación –o ninguna relación en absoluto- pero sus deseos de matarse mutuamente parecían olvidarse e incluso llegó a preocuparse por él, después de todo era la única familia de sangre que tenía. 

—Kagome regresó a su mundo— habló la anciana detrás de él, interrumpiendo sus pensamientos.

Inuyasha volteó para mirar a Kaede —Sí. He oído que tiene que luchar contra un débil demonio llamado “examen de acceso".

— ¿Kagome estará a salvo sola? — cuestionó la anciana, sorprendida, parecía juzgarlo por no sonar preocupado.

—Estará bien. Mucho más segura que estando aquí.

Miró nuevamente al árbol.

Si la batalla contra Naraku sigue, y Kagome pierde su vida como le paso a Kikyo, yo... prefiero que viva a salvo, segura al otro lado; La familia de Kagome se encuentra al otro lado y no está sola.

Pero él la amaba, al principio sólo la quería por su poder de ver los fragmentos y su gran parecido a Kikyo… ahora sus sentimientos eran completamente honestos, aunque no lo gritaría a los cuatro vientos. Estaba perdidamente enamorado de Kagome, daría su vida por ella sin dudarlo, por desgracia eso no era suficiente; Kagome no tenía sus poderes y no pertenecía a esta época.  Y eso le dolía porque sabía que cuando todo esto terminará ella tendría que volver a su mundo. También, temía llegar al final porque la lucha contra Naraku sería peligrosa y no quería que Kagome sufriera algún daño. Pero si está al otro lado del pozo, ella estaría feliz y rodeada de su familia. Cuando volviera a verla, hablaría sobre esto.

—Inuyasha, ¿Qué tanto piensas?

Inuyasha fue nuevamente despedido de sus pensamientos, se había olvidado por completo de la anciana detrás de él.

—Nada.

— ¿Nada?, estás mintiendo— acusó la anciana.

—Sólo… olvídalo, no era nada. No tengo porque darte explicaciones— Se defendió, si se quedaba más tiempo ahí perdido en sus pensamientos, los demás sospecharían o creerían que estaba enfermo.

La anciana dio un fuerte suspiro, sabiendo que no podría sacar más información.

—Vamos Inuyasha, volvamos a ver cómo sigue Kohaku.

Inuyasha asintió, dando un último vistazo al árbol.

-.-.-.-.-.-.-.-

Antes de anochecer por completo, sus amigos y la anciana Kaede insistieron que Inuyasha fuera con Kagome a entregarle el arco del Monte Azusa. Inuyasha se negó varías veces, Kagome era suficientemente capaz de luchar contra ese demonio menor llamado examen. Sin embargo, Inuyasha no podía evitar sentirse ligeramente preocupado.

—Arghh está bien, iré—respondió con fastidio fingido, después de todo él también quería ver como se encontraba Kagome.

Le arrebató el arco a la anciana y salió sin despedirse de nadie. Sólo iba a entregar el arco y volver; trabajo fácil.

A pesar de que era algo tarde y la oscuridad estaba llegando, tenía que darse prisa. Estaba a punto de saltar al pozo, cuando le llegó la esencia de Magatsuhí.

Sesshomaru iba detrás de él… esto no puede ser, Pensó.

Siguió olfateando creyendo que estaba equivocado, pero la presencia se volvía cada vez más fuerte. Si estaba tan cerca, eso quería decir que Sesshomaru había fracasado… pero eso era imposible, Inuyasha no podía creer tal cosa.

No podía ir con Kagome hasta que averiguara que estaba sucediendo.

—Sígueme— Escuchó una voz característica.

Una parte de él le decía que se detuviera, algo malo estaba sucediendo. Pero era tarde, sus piernas le desobedecían siguiendo la esencia. Sostenía firmemente el arco juntó a él.

— ¡Muéstrate! — exigió Inuyasha, sin perder el paso.

— ¿Qué tal si acabamos con esto, sólo tú y yo? — retó la voz.

La esencia comenzaba a oler a Naraku y su voz era evidentemente de éste. Inuyasha se detuvo abruptamente, estaba dirigiéndose al camino equivocado.

— ¿Qué sucede? Tienes miedo —Burló.

—Tu eres el cobarde porque no te muestras— respondió Inuyasha, con arrogancia y molestia. Tratando de no parecer asustado, se había alejado de la aldea y el pozo, sobre todo y a pesar de que no quería admitirlo Naraku era más fuerte que él.

Inuyasha no había notado lo silencio que era el bosque de pronto, el olor de Naraku seguía ahí, pero su presencia no la encontraba.

—Que esta sea una pelea sin armas, sólo nuestra fuerza y habilidades— ordenó Naraku sin presentarse

Inuyasha frunció el ceño preparándose para gritarle un insulto mordaz, pero fue atacado por un puñetazo en el rostro. Inuyasha cayó al suelo obligándole a soltar el arco. Inuyasha se sorprendió al principio porque no había visto venir ese ataque, su cabeza le daba vueltas por el duro golpe recibido. No perdió oportunidad y se reincorporó de nuevo.

—Creí que eras mejor que eso— incitó Naraku burlón.

Inuyasha trató de sacar su colmillo de acero, —Ya verás que sí, pedazo de…— pero el insultó murió en su boca cuando Naraku apareció atacándolo con sólo puñetazos. Inuyasha trataba duramente de esquivarlos.

—Dije sin armas— recordó Naraku.

—Creí que no hacías el trabajo sucio— habló difícilmente Inuyasha, ya estaba recibiendo unos cuantos golpes duros.

—Cuando quieres algo, tienes que hacerlo tú mismo— dijo Naraku, sonriendo maliciosamente.

Inuyasha no sabía cuánto tiempo podía permanecer así, y, ¿Si todo esto era una ilusión?

Naraku seguía mirándolo con malicia a la vez que miasma comenzaba a brotar de él.

Inuyasha trató de cubrirse la nariz con el antebrazo, al mismo tiempo que esquivaba los ataques. Saltó en el aire para salir de aquella zona venenosa, pero fue regresado duramente al suelo por culpa de un tentáculo.

— ¿Qué sucede, ya planeabas huir?

Inuyasha cayó con un ruido sordo, el miasma le comenzaba a picar los ojos y arder sus pulmones.

—Eso no es justo— protestó Inuyasha —T-todo iba b-bien… hasta que s-sacaste esa mierda—le era difícil hablar.

—Dije con nuestra fuerzas y habilidades, no es mi culpa que tú no tengas ninguno.

Naraku le soltó, sólo para tomarlo por el cuello con otro de sus tentáculos tomándolo con dureza.

Inuyasha trató de esquivar el agarre, pero le fue inútil, cuando uno de sus sentidos más poderosos –el olfato- estaba siendo dañado y lo era aún más porque sus pulmones pedían a gritos aire fresco.

Inuyasha se retorcía a la espera de liberarse, sus pulmones ardían con cada respiración que tomaba. El pánico comenzó a llegar a él al no poder respirar correctamente y su visión comenzaba a fallar.

¿Voy a morir así?, ¿solo a manos de Naraku? No, no, no, no, pensó internamente. Luchando cada vez más fuerte, pero eso sólo provocaba el efecto contrario y lo asfixiaba aún más.

—No creí que hacer esto fuera tan fácil. Es hora de que pagues todo lo que me debes Inuyasha.

Inuyasha no podía ver más que miasma a su alrededor y la sombra de Naraku, su respiración se volvió irregular y lentamente dejó de luchar. Poco a poco comenzó a perderse en la oscuridad.

—x—x—x—

Fue atacado por un duro golpe en la mejilla que le hizo despertar al instante con dolor. Sus pulmones aún ardían y cuando comenzó a tener más conciencia de sí mismo, tosió inevitablemente tratando de expulsar aquel aire contaminante.

Parpadeó un par de vez cuando la tos se tranquilizó y miró su entorno. No podía tocar el suelo, sus muñecas dolían y cuando trató de moverse, fue recibido por un ruido de cadenas sobre él y debajo; sus piernas también estaban atadas. Se encontraba encadenado y encerrado en lo que parecía ser una jaula, o por lo menos esto último fue lo que pudo visualizar por su pobre visión, realmente estaba muy oscuro.

Trató de liberarse un par de veces, mientras maldecía internamente; todo era en vano y sus muñecas picaban. Se preguntaba, ¿Cuánto tiempo llevaba así?

—Me alegra que despertaras, Inuyasha.

Sus orejas se movieron al escuchar aquella voz, pero no podía verlo, aunque sabía que estaba ahí. Podía imaginarse la cara de satisfacción en el rostro de su enemigo.

— ¡Libérame, bastardo! —exigió, utilizando un tono amenazador, no dispuesto a mostrar ninguna debilidad.

Naraku rió en respuesta— ¿Crees que te liberare sólo porque me lo exiges?

Inuyasha sólo se retorció más entre las cadenas con fuerza, pero era en vano, las cadenas eran más fuerte de lo que imaginaba. Inuyasha gruñó con molestia.

—Oh, ¿Dónde están tus insultos? — Naraku se acercó a él, donde Inuyasha podía visualizarlo mejor.

—Vete a la mierda—escupió Inuyasha enfadado.

Naraku sonrió.

— ¿Qué es esto? — era una pregunta estúpida, pero Inuyasha necesitaba saber. Incluso estaba inseguro de que se la respondieran.

—Cadenas… muy fuertes y difíciles de conseguir. Me temo que un medio demonio débil como tú no podrá contra ellas— escupió la palabra medio demonio con veneno.

Inuyasha gruñó en respuesta. Peleó contra las cadenas y eso sólo consiguió más burlas por parte de Naraku.

—Deberías dejar de hacer eso… ya te he dicho que es inútil— comentó Naraku, sin ocultar la sonrisa.

Inuyasha se detuvo, sólo porque sus muñecas dolían. El pánico lo invadía, no sabía que hacer o cuando llegarían por él –si es que lo hacían-.

Naraku podía ver como Inuyasha se perdía en sus pensamientos. El hibrido arácnido disfrutaba tener a Inuyasha como este, indefenso y débil. Sacó sus tentáculos y le propuso un par de ataques a Inuyasha.

Inuyasha no esperó ser atacado por los tentáculos de Naraku, que le atacaban como látigos sin piedad y con una fuerza dolorosa. El medio demonio trató de cubrir su rostro o intentar zafarse, pero le fue imposible. El ardor y la sangre comenzaron a brotar de él. Parecía como un saco de entrenamiento, y se mordió el labio a tal punto que el sabor metálico invadió su boca sólo para no darle algún sonido que pudiera llenar de orgullo a Naraku.

Después de ver el cuerpo magullado de Inuyasha y ver que una que otra gota de sangre caía, se detuvo.

—No creí que aguantarías eso— comentó.

— ¿Qué ganas con hacer esto? — preguntó Inuyasha, sonando adolorido.

—He esperado mucho tiempo para esto. Verte sufrir por lo que me hiciste, tú y esa sacerdotisa. Por desgracia, ella ya no está— contempló a Inuyasha con una mirada en sus ojos como si recordara algo— ¿Sientes la impotencia y el dolor?

Inuyasha no dijo nada con su boca adolorida, su cuerpo le quemaba y lo peor es que no podía hacerle ningún daño a su atacante.

— ¿Sabes cómo se siente estar sin poder hacer nada y ver cómo…? — guardó silencio sin terminar la frase, viejos recuerdos y la ira volviendo a él—. No, ni para que me molesto, no sabes nada de lo que he sufrido. Pero tratare de hacértelo ver de alguna manera u otra. Porque tú fuiste el culpable de mi dolor.

Inuyasha no entendía porque le decía esto. ¿Era acaso por Kikyo? ¿Naraku no había tenido suficiente con asesinarla, no una sino dos veces?

—El único culpable de tus desgracias eres tú mismo— espetó Inuyasha, con desafío, tratando de olvidar el dolor de sus heridas.

Naraku sonrió burlón, pero después su expresión cambió a la ira. Tomó a Inuyasha por el cuello, pero esta vez con sus propias manos peligrosamente cerca del rostro del medio demonio de ojos dorados.

Los pulmones de Inuyasha seguían cansados por la falta de oxígeno anterior y nuevamente eran privados de ello. Su visión volvió a fallar peligrosamente y sus pulmones tratando ferozmente de conseguir aire.

—C-cuando sa-salg.. — le era difícil pronunciar las palabras, luchaba por mantener la conciencia.

— ¿Cuándo salgas de aquí? … no vas a salir de aquí. Falta solo un fragmento de la perla que Magatsuhí trata de conseguir, tus amigos no tienen oportunidad contra él. Será mejor que te acostumbres a esto— dijo Naraku y le soltó bruscamente.

Inuyasha tosió un poco y tomó grandes bocanadas de aire. Negó con la cabeza —No vas a acercarte a ellos— gruñó, aunque un poco débil para su gusto—Los estas subestimando, ellos van a derrotarte— dijo Inuyasha imaginando el peor de los casos si Naraku lo asesinaba, aunque esto no lo consideraba posible. Ellos vendrían por él.

— ¿Eso crees?, Entonces tu morirías conmigo.

Inuyasha aún con su respiración irregular se obligó a hablar: —Estás equivocado.

— ¿En verdad crees que vendrán a buscarte? Eres un estúpido medio demonio, poco les interesas. Nadie va a venir por ti, ni siquiera tu amada sacerdotisa.

Sí lo que Naraku buscaba era atormentarlo, estaba muy equivocado. Él creía en Kagome y los demás. No iban a dejarlo y él lo sabía.

Naraku reconoció que no causó el efecto deseado, así que decidió con otras palabras—Aunque pensándolo mejor, si vienen a buscarte sería lo mejor para mí. Ahí estaría Kagome tan hermosa y parecida a Kikyo; me veré en la obligación de asesinarla, pero lo haré muy lentamente… creo que disfrutare de ello.

Y ahí estaba el viejo Inuyasha, maldiciendo y tratando de liberarse, eso le ocasionó más satisfacción a Naraku. Utilizó un poco de miasma para dañarlo, pero no en una gran cantidad para asesinarlo. Quería disfrutar un poco más de Inuyasha, por desgracia tenía otros asuntos que atender.

—x—x—x—

—x—x—x—

Notas finales:

 

¿Continuara?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).