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Persiguiendo Sueños por DanyNeko

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Notas del capitulo:

Ni Pokemon ni Yu-Gi-Oh! Me pertenecen, son de sus respectivos creadores Satoshi Taijiri y Kazuki Takahashi. Yo solo los utilizo y junto en mis locas ideas de fan-girl-medio-fujoshi xD.

 

//
─Que pasen los siguientes entrenadores ─pidió el profesor.

─ ¡Anda, ya! ─Rebecca lo empujó.

─Ah, sí ─dijo algo distraído ─es nuestro turno Castform ─confía en ti y pon todo tu esfuerzo ─le sonrió a su pokemon temporal.

─ ¿Contra quién vas a combatir, Ryou? ─le preguntó el profesor.

─Mi oponente es… Bakura ─fijó su vista en el albino mayor.

El aludido se sobresaltó en su lugar, dudó si declinar la batalla pero su Gligar jaló la pernera de su pantalón ─ ¡Glii Gliiigar! ─emitió aparentemente decidido.

─Yo…
//

─ ¡Gli Gligar! ─insistió el pokemon escorpión.

Bakura lo miró unos momentos luego le sonrió levemente, pero la sonrisa no le llegó a los ojos ─bien, hay que hacerlo ─dijo en voz baja.

Ambos albinos tomaron sus posiciones frente a frente, con Gligar y Castform en medio.

─ ¡Inicien!

Bakura se quedó mirando atento a Castform con una postura algo tensa.

─Si no vas a atacar lo haremos nosotros ─dijo serio el menor ─Castform, usa granizo y luego Viento Hielo ─Castform cambió su forma y tipo al de hielo y realizó su ataque.

Bakura dudó un poco ─Evádelo, usa Acróbata ─Gligar golpeó el suelo con su cola y levantó el vuelo para evadir el Viento hielo pero no logró conectar su ataque. Bakura tragó duro y se dijo mentalmente que debía tener cuidado, los movimientos de tipo hielo eran súper efectivos contra Gligar ─Usa Chirrido.

─Meteorobola ─indicó Ryou.

─Caaaaast ─el pokemon del clima formó sobre su cabeza una gran bola de nieve y hielo que lanzó hacia Gligar.

─…Acróbata ─mandó de nuevo Bakura. Gligar saltó de nuevo al aire, evadiendo el movimiento del momentáneo tipo hielo y lo rodeo ágilmente, golpeándolo desde atrás.

─Castform resiste ahí.

─Ahora usa Tijera X ─un poco más confiado luego haber conectado el primer golpe, Bakura cambio su postura a una más firme.

─Usa Nieve Polvo ─instruyó el menor de los albinos.

─Ataque arena, Gligar.

Las ráfagas de tierra y de nieve chocaron en medio del campo, imponiéndose rápidamente las segundas y golpeando a Gligar.

─ ¡Gligar!

─ ¿Qué pasa contigo? Esa no es tu forma de pelear ─le dijo serio y en voz algo baja, llevándose una mano a la cadera ─si no tomas esto en serio es un insulto, como entrenadores que somos ─ ¡Castform, usa Alud! ─frunció el ceño.

─ ¡Gligar…! ─Bakura se quedó paralizado tras la acusación de Ryou y no pudo darle una indicación a Gligar, el cual recibió una avalancha de rocas congeladas que lo dejó muy débil.

─Usa Rayo de Hielo y luego cambia a Danza Lluvia ─Castform lanzó de su boca el rayo blanco-azulado con el que congeló al pokemon escorpión y luego usó el movimiento de clima tipo agua, cambiando a su forma lluvia por lo que su cuerpo pasó a ser una gota de agua con una nube oscura en su base.

─ ¿Por qué Danza Lluvia? ─preguntó atrás Duke, confuso.

─Cuando la lluvia está presente, el estado de congelación permanece más tiempo* a excepción de pokemons con ciertas habilidades ─explicó Rebecca, observando sería el combate.

─Gligar no puede continuar, Castform y Ryou son los ganadores ─declaró Tachibana.

 Castform sonrió, soltó un suspiro y se dejó caer el piso algo cansado, se giró a ver a Ryou quien, con una dulce sonrisa le indicó que se quedase allí.

Bakura, con la cabeza gacha, caminó hasta su Gligar congelado. El Houndoom de Duke se acercó y usó su fuego con cuidado para descongelarlo ─Gracias ─susurró el albino mayor, arrodillándose para recoger al pokemon ─lo siento ─dijo en el mismo tono, tomándolo en brazos ─la culpa fue mía, no puse la atención que debería, perdóname Gligar ─expresó con los ojos cerrados fuertemente.

─…Gliii… gli~gar ─con voz algo débil el pequeño pokemon escorpión negó suavemente, dándole a entender a Bakura que no debía preocuparse.

Ryou sonrió al ver esto y caminó hacia el centro de la arena, también para recoger a Castform ─estoy muy orgulloso de ti, lo hiciste de maravilla ─luego le tendió una mano a Bakura ─a pesar de todo, demostraste el esfuerzo y el tiempo que le dedicaste a crear tu lazo con Gligar… espero que la próxima vez podamos tener un mejor combate ─expresó suavemente, aguantando las lágrimas en sus ojos.

Bakura lo miró hacia arriba, por entre su flequillo; dudó pero a fin de cuentas tomó la mano de Ryou para levantarse. En ese contacto, ambos sintieron una suave descarga eléctrica, como cuando volaban juntos en Dragonair.

Apenas Bakura se puso de pie y soltó rápidamente a Ryou, hizo una pequeña inclinación y se dio la vuelta para irse del lugar… necesitaba, no, quería estar solo.

Ryou se quedó con la mano estirada y una mirada de preocupación, recibiendo los aplausos de la mayoría de entrenadores y bajo la mirada cautelosa de Rebecca y Duke.

-o- De vuelta a Sinnoh -o-

El resto de las actividades de la tarde pasaron sin pena ni gloria, por lo menos para Yugi, ya que Yami no regresó y al caer el crepúsculo él tricolor de ojos violáceos ya empezaba a preocuparse seriamente.

Los reunieron a cenar y de Yami ni su sombra.

─Ne Yugi ¿Y Yami? ─preguntó curiosa Miho.

─Yo… no lo sé ─dijo decaído, revolviendo los espaguetis en su plato.

Tea arqueó una ceja ─ ¿Qué pasó? Creí que eran buenos amigos ─comentó, apoyando su mentón en una mano y mirando al oji-amatista.

Yugi apretó un puño bajo la mesa ante ese comentario, no sabía si la castaña lo había dicho con mala intención pero, en su situación, a sus oídos fue un comentario ponzoñoso.

─Nosotros…

─ ¿Se pelearon o algo así? ─preguntó Tristán.

Yugi agachó la cabeza, soltando el tenedor en su plato de comida a la mitad. Miho miró mal a Tristán ante eso, podía ser un poco despistada pero no le gustaba que lastimaran los sentimientos de sus amigos.

Yugi se levantó de golpe y salió corriendo del comedor con dirección al bosque, seguido de cerca por su fiel Espeon y su temporal Venomoth.

─ ¿Fue por algo que dije? ─parpadeó extrañado el moreno.

Yami… Yami… ¡Yami!” Yugi corrió sin fijarse ni que camino tomaba, ligeras lagrimas picaban y empañaban sus ojos pero estos se paseaban sin descanso por todo su alrededor buscando señales del oji-vino “Yo también me siento muy feliz de haberte conocido, Yugi” ─ ¡¡Yami!!

Luego de un rato de correr Yugi llegó a una pequeña zona montañosa que, si no mal recordaba, limitaba al pueblo con el mar. El sol ya se ocultaba tras aquellas montañas y el cielo detrás remplazaba los colores rosas y anaranjadas por tonos azules más fríos y oscuros.
El oji-amatista se dejó caer sentado en su lugar, observando algo con la vista perdida al horizonte “Yami… ¿dónde estás?” pensó entre un sollozó, rodeando sus piernas “Ryou, te extraño… quisiera que estuvieras aquí”

-o- De vuelta en Jotho -o-  

Ryou tuvo la intensión de ir tras Bakura pero se quedó en el campo de batallas. Para cuando todos los entrenadores terminaron el atardecer estaba comenzando.

─Todos los hicieron muy bien, peleando con su nuevo pokemon, así que a partir de ahora quiero que elijan un punto de reunión y se hagan amigos del resto de los pokemon ─dijo el señor Tachibana al finalizar la actividad ─y ahora es momento de anunciar al entrenador que mejor desarrolló su relación con su pokemon… ─todos esperaron atentos ─ ¡Del equipo azul es Ryou!

Al albino eso lo tomó un poco por sorpresa, pues no estaba que se diga muy atento ─ ¿Eh? ¿Yo? ─todo su equipo lo animó.

─Así se hace Ryou ─le sonrió Rebecca, dándole una ligera palmada.

─Y después de haber sumado los puntos de los dos días, el equipo con mayor puntaje es… ¡el equipo rojo! ─el propio Duke se mostró sorprendido ─en segundo el equipo azul ─Rebecca chilló incrédula ─y llegando al final el equipo rojo.

─ ¡¿Cómo?! Pero si fue Ryou quien ganó más puntos de todos ─reclamó indignada la rubia.

─Cierto, pero aunque el equipo azul se esforzó mucho, perdieron puntos por cierto pleito que requirió una sanción el día de ayer ─dijo profesor sin mirar a su nieta.

Rebecca hizo un puchero, guardándose sus palabras mientras maldecía en su interior a Bakura por no estar ahí y compartir la vergüenza con ella.

─Lo siento ─dijo la rubia para su equipo ─prometo que lo compensaremos ─se llevó una mano tras la nunca. Afortunadamente ninguno de sus compañeros parecía realmente molesto con ella.

Se escuchó el llamado a comer ─seguro que después de un arduo día de esfuerzo todos deben tener apetito ─dijo el profesor, como una invitación a comer, a lo que todos salieron corriendo a la cafetería.

─No creo que Bakura se pierda la comida, seguro lo encontraremos en el comedor ─trató de animar Duke a Ryou.

─Ah, sí ─musitó algo esperanzado… esperanza que se desinfló al llegar al comedor y no encontrar al mayor.

─ ¿Decías Duke? ─se quejó Rebecca, al ver a Ryou más desanimado.

El pelinegro bajó la cabeza, con una nubecita negra alrededor ─yo mejor cierro mi boquita ─lloriqueó dramáticamente.

Ryou se permitió soltar una risilla ante eso, tomando su plato y comida para sus pokemons para ir a sentarse. Rebecca pidió el plato de Bakura también y junto con Duke siguieron al albino y se dispusieron a cenar junto a sus pokemons.

─Ten ─Rebecca empujó suavemente el plato con la comida que apartaron a Bakura ─llévaselo, a los chicos siempre se los calma a través del estómago.

─Pero… no sé si este en nuestra habitación ─dudó el albino.

─Pues si no vas no sabremos así que ─la rubia señaló hacia el pasillo ─ ¡ve! ─mandó.

Ryou miró unos instantes el plato, pero bastó un pequeño incentivo de Glaceon para tomar el plato y dirigirse a su cuarto. Una vez allí golpeó suavemente la puerta ─no quiero parecer grosero pero no quisiera una comitiva mientras hablamos las cosas ─le dijo a la rubia junto a Duke.

─Pues que mal, no me iré hasta que esté segura de que arreglaron las cosas ─dijo la menor, tan imponente como su escaso 1.50 le permitía.

Ryou rodó los ojos, dándose cuenta de que no salía ni un murmullo desde dentro, por lo que se atrevió a abrir la puerta y entrar.
…Vaya sorpresa se llevaron al descubrir el cuarto desierto.

El albino dejó el plato de comida en la mesita de noche y escudriñó la habitación rápidamente con la vista, soltando un suspiro aliviado al descubrir las pertenencias del mayor aun en la cama de arriba… Eso significaba que al menos no había decidido irse del campamento.

─ ¿Dónde estará ese cabeza hueca? ─rezongó Rebecca.

Ryou frunció el ceño, su tés se tornó seria y decidida. Se acercó a la ventana abierta y soltó un silbido ─andando Glaceon ─apresuró el paso para salir al patio.

─ ¿Sabes dónde buscarlo? ─le preguntó Rebecca, antes de que doblara por el pasillo.

─No ─fue su única respuesta, saliendo junto a Glaceon y Castform.

Rebecca y Duke intercambiaron miradas y fueron tras él, pero apenas salieron al patio vieron a Ryou ya subido en su Dragonair, sobrevolando en dirección al Este.

─ ¿Por allí no quedan las cascadas Tohjo? ─musitó Duke, viéndolos perderse en el horizonte.

─…Sí ─respondió Rebecca.

-o- De vuelta a Sinnoh -o-

Yugi no pudo evitar pensar en su primo. Realmente le hacía falta hablar con Ryou, necesitaba un consejo de su familiar… se preguntaba también como le estaría yendo con el amigo de Yami… ¿Le habría dicho de primeras quién era? ¿O estaría pasando por algo similar?

─Ryou ─sollozó Yugi, abrazándose a sí mismo por el frío de la noche que empezaba a cobrar fuerza. Espeon se rozó cariñosamente contra su entrenador y Venomoth cubrió con sus alas el cuello del chico.

─Veno Venomoth Venooomoth ─el tipo bicho tomó con sus patas el borde de la sudadera azul de Yugi, jalándola en dirección al campamento ─Eoooon ─la tipo psíquico lo apoyó.

Yugi se pasó el dorso de la mano por el rostro y se puso de pie ─tienen razón, debería regresar ─musitó el oji-amatista ─hace frío ─se frotó los brazos con algo de fuerza ─desearía tener a Rapidash conmigo ─comentó con una pequeña sonrisa, comenzando a andar. Espeon no tardó es subirse a sus brazos, para compartirle un poco de calor al tricolor.

Cuando llegó de vuelta al campamento parecía ser que todos habían sido mandados a dormir ya “¿Cuánto tiempo me quedé allá?” caminó cauteloso, viendo que había algunos centinelas, cuidando el lugar, no le apetecía nada que lo pillaran e interrogarán sobre dónde estaba o qué hacía.

Con cuidado y sigilo logró llegar a su habitación sin toparse con nadie. Espeon usó sus poderes psíquicos para abrir la puerta sin que está emitiese sonido alguno, y para alivio de Yugi, Yami ya estaba acostado en su cama… le alegraba que no se hubiera perdido en el bosque. Quería intentar hablar con él pero parecía estar dormido -por la posición, solo podía verle la espalda- y no quería molestarle.

Como la habitación ya estaba a oscuras solo movió un poco las cortinas, permitiendo que llegara un poco de luz para cambiarse por el pijama. Volvió a acomodar las cortinas y se dirigió a su cama donde sus pokemons ya lo esperaban; se sentía un poco raro, quizás era por la tensión en su ‘relación’ con Yami pero se acostó con una presión en su pecho y una sensación que le dio problemas para conciliar el sueño.

Luego de, al menos una hora, finalmente se durmió.

Al poco rato Yami se dio la vuelta en la cama, mirando hacia la de Yugi, el rostro de aquel pequeño ángel durmiente lo llamaba, deseaba fuertemente ir y acostarse a su lado pero… aun no podía creer todo lo que había pasado esa tarde.
Suspiró con tristeza y jaló las sabanas para acomodarse y dormir ─…Yugi ─murmuró con tristeza, ocultando el rostro en la almohada.

-o- De vuelta en Jotho -o- 

─Naaaaair ─Dragonair sobrevolaba por encima de los árboles del amplio bosque que rodeaba la costa de las cataratas Tohjo.

─No, no estoy seguro de que este allí ─respondió el albino sobre su lomo.

─ ¿Eooon? (¿entonces?)

─Solo tengo un presentimiento ¿de acuerdo? Confíen en mí ─frunció el ceño, tensando un poco los puños e inclinando el cuerpo hacía adelante, mirando bajo ellos y buscando a Bakura casi con desespero ─Dragonair, desciende con cuidado ─pidió cuando llegaron a la costa. La luna empezaba a tomar su lugar en el cielo y la marea estaba más agitada que de costumbre y las olas bañaban con fuerza la arena de la playa.

Un hermoso destello había llamado la atención del albino, Umbreon estaba en la arena, absorbiendo la luz de la luna y generando un suave brillo arrullador que pretendía distraer y calmar un poco el corazón de su entrenador. Bakura estaba sentado cerca de su Eevee-evolución con una pierna flexionada, su brazo sobre la misma su mirada oscurecida y perdida en la línea de agua que representaba el horizonte, tenía una tez inexpresiva e indescifrable, por lo menos así lo pensó Ryou al verlo.

El menor camino a paso lento pero decidido hacía él, pero Bakura no le miró en ningún momento, aun cuando era obvio que se había percatado de su presencia.
Ryou se quedó a, por lo menos cinco pasos de Bakura, esperaba tan siquiera una palabra o un gesto de él. El mayor apenas si le miró por el rabillo del ojo sin hacer un solo movimiento, Umbreon apagó la luz de sus anillos y fue a sentarse a la izquierda de su entrenador con pose firme, las orejas y la cola tensas.

El de tiernos ojos se sentó dónde estaba, mirando también hacia el horizonte, solo que recogió ambas piernas y las rodeó con sus brazos. Glaceon se sentó a su derecha, entre él y Umbreon, mientras que Castform se quedó al otro lado.

Pasaron así al menos dos o tres tensos minutos, en los que incluso las Eevee-evoluciones abandonaron las posturas tensas y se miraron entre decaídos, tristes y preocupados por sus entrenadores.

─Por favor… ─el primero en hablar fue Ryou ─…di algo ─suplicó.

─ ¿Qué quieres que diga? ─respondió apenas, con la voz algo ronca.

Ryou agachó la cabeza ─si deseas gritarme hazlo, si quieres insultarme sé que me lo merezco… pero por favor, dime algo ─lo miró suplicante.

─ ¿Gritarte? ¿Insultarte? ─repitió con ironía, mostrando una pequeña sonrisa ladina ─no quiero ganarme mala fama por agredir al campeón de la región ─dijo en tono venenoso, siempre sin dirigirle la mirada.

─ ¡Basta! ─gritó de repente, pero ni aun así atrajo la mirada de su interlocutor ─no me llames así… no me gusta que la gente que quiero y que me importa me llame por ese título ─negó lentamente, llevándose las manos a los lados de la cabeza.

─Sí solo son esas personas está bien que yo te llame así ─comentó el otro, con el mismo tono ecuánime del principio ─porque yo no soy ni importante ni querido para ti.

 ─ ¡Eso no es verdad! ─los ojos de Ryou empezaron a empañarse.

─Sí… lo que tú digas ─respondió desinteresado ─ ¿Acaso te gusta jugar con los novatos? ¿Tanto te crees? ¿O es que te parece divertido?

─ ¡Para de decir esas cosas! ─Ryou bajó las piernas y ladeó el cuerpo hacía Bakura ─ ¡No tienes idea de lo que estás hablando! ─apoyó las manos en la arena con firmeza.

─ ¿A su alteza no le gusta que le digan las verdades a la cara? Como lo siento ─el mayor levantó la mirada al cielo, las estrellas brillaban hermosamente en esa zona deshabitada, pero Bakura no miraba nada realmente.

Ryou apretó los dientes ─ ¡No! Bakura nada de lo que dices es cierto ─se levantó de golpe ─si tan solo me dejaras explicarte ─estiró una mano, llevándose la otra al pecho.

─ ¿Explicarme qué? ─Bakura también se puso de pie, al parecer ya había perdido la paciencia, pues finalmente lo confrontó cara a cara ─ ¿Qué solo fui un rato de diversión? ─dio un paso al frente con firmeza, señalándose con el pulgar ─ ¿Qué solo querías burlarte de un ‘novato’ ilusionado que no conoce nada de la región? ─dio otro paso, apretando los puños a los costados de su cuerpo.

─ ¡No es así! ─Ryou también dio un paso al frente ─ ¡Jamás pensé eso respecto a ti ni nada parecido! ─acabó con el poco espacio que los separaban aun y colocó ambas manos en el pecho ajeno ─escúchame ─insistió.

Bakura tenía una clara expresión molesta: el ceño fruncido, los labios apretados en una fina línea y una mueca de desacuerdo, el cuerpo tenso y los puños apretados. Al sentir a Ryou tan cerca titubeó en su postura así que quiso apartarlo… pero no pudo. Levantó las manos a los lados de los hombros del menor, queriendo apartarlo de un empujón, pero Ryou se recargó más en su cuerpo, mirándole suplicante con sus ojos aun algo húmedos… y Bakura simplemente no pudo luchar contra eso.

─Si quieres hablar adelante… después de todo puedes hacer lo que te dé la gana ─dijo como si nada pero en claro tono de derrota, desviando la mirada al mar.

Ryou mostró una pequeña expresión de alivio y se paró derecho, sin perder nunca el contacto con Bakura pero mirándolo con firmeza y decisión.

─Tu eres… alguien importante para mi ─Bakura soltó un bufido, pero no dijo nada ─y ahora más que nunca puedo decir con total certeza que… te quiero ─añadió ─porque… cuando huiste de mí, la forma en que me mirabas durante el combate, y las cosas que me dijiste ahora… me han dolido mucho más que si me lo dijera cualquier otra persona ─apretó los puños en el pecho ajeno ─por eso… no quiero que me llames campeón, o príncipe helado, o cualquiera de esos apodos que me han dado en Jotho… mi nombre es Ryou, y quiero oírte decirlo siempre ─recostó su frente delicadamente en el pecho de Bakura y por fin este centró su mirada en él.

Los tres pokemons los miraban atentos, Glaceon desvió la mirada hacia Umbreon y lo llamó en voz baja con una tenue voz suave.

─Breooon eoooon Umbreon (así que… eres la compañera de un campeón)

─Ceooon glace (sí, lo soy) ─se sentó a su lado.

Umbreon bajó la cabeza ─Eoooon Umbreooon breon (debes ser muy fuerte, yo… no estoy a tu nivel) ─sus orejas decayeron.

Glaceon pasó su cabeza por debajo del cuello de Umbreon para levantarle el rostro y luego lamió dulcemente una de sus mejillas ─Glaceee glace eoooon (eso no me importa… tú me gustas) ─ronroneó en respuesta.

Umbreon la miró con sus ojos rojos muy brillantes ─Breoooon eon (y tú a mí, mucho) ─Umbreon rozó cariñosamente sus narices y luego le regresó la lamida en la mejilla, entrelazando sus colas en señal de unión.

Castform miró enternecido a la pareja de Eevee-evoluciones, luego miró a los dos albinos, solo faltaba que ellos dos se arreglaran.

─Sé que cometí un error, uno muy grande… y sabía que mi falta de sinceridad me iba a costar caro, pero ─Ryou levantó el rostro y, por primera vez en horas, las dos orbes marrones chocaron limpiamente ─debes comprender que, a pesar de que quise decírtelo… tenía miedo ─declaró.

─Miedo… ¿de qué? ─pronunció casi sin aliento el mayor, queriendo comprender lo que acontecía.

─Muchas de las personas que se acercan a mi lo hacen por la fama, por aprovecharse de mi título, por simple interés… son personas falsas que no tardan en lastimarte y… por eso es que no suelo relacionarme mucho con las personas y tengo pocos amigos ─se explicó ─luego llegaste tú, no tenías ni idea de quien era yo pero fuiste amable conmigo, me hiciste reír y pasar buenos ratos ─rememoró con una pequeña sonrisa ─para cuando caí de verdad en todo lo que sucedía las cosas se me habían ido de las manos y estábamos viajando juntos, es que tú me agradaste tanto… ¡y quise decírtelo, lo juro! Pero… tú eres aspirante a la liga y yo… no sabía cómo reaccionarias ─Bakura abrió la boca, iba a decirle algo, pero Ryou no lo dejó ─quería pensar que nada pasaría, que íbamos a seguir llevándonos de la misma manera pero… tenía las experiencias pasadas encima y… tampoco es que tú y yo lleváramos mucho de conocernos ─a Ryou le temblaron los ojos y Bakura titubeó en su postura al verlo ─yo solo… perdóname ─Ryou dejó escapar una lagrima.

Bakura se le quedó mirando unos instantes ─… pequeño niño tonto ─dijo con un suspiro pesado, Ryou abrió la boca para seguir disculpándose pero Bakura lo apresó fuertemente entre sus brazos ─ya deja de llorar ─se quejó con algo de gracia, irónicamente Ryou se largó a llorar en su pecho ─tu sí que haces caso ¿no?

Ryou no podía contener el llanto ¿Bakura le estaba perdonando? Fuese lo que fuese, el hecho de que los sostuviera tan cálidamente entre sus brazos  y tan cerca de su cuerpo era sumamente reconfortante y tampoco ayudaba mucho a amainar su llanto. Le regresó el abrazo de inmediato, rodeándolo también con fuerza, como si temiera que en cualquier momento el mayor lo fuese a soltar.

─Bakura ─sollozó.

─A mí me ha dolido ─comenzó el mayor, acariciando su cabello ─el que no confiaras en mi…

─Perdóname, yo… tenía miedo.

─Lo sé, lo sé ─lo abrazó de forma más acalorada, rodeando su cintura con un brazo y acariciando todo el largo de su cabello con la mano libre mientras que acomodaba su rostro en el hombro ajeno ─pero igual me ha lastimado a mi… Ryou, solo debías tenerme un poco de confianza.

Ryou se separó un poco de él sin soltar el abrazo, lo estrictamente necesario para mirarlo a los ojos ─prometo que no volverá a pasar… ¿me perdonas?

Bakura estuvo a punto de decir algo, cuando Ryou juntó sus labios con los del mayor. Sobra decir que a Bakura le tomó por sorpresa, podía sentir el toque salado de las lágrimas del menor en ese beso así que subió sus manos a las mejillas para limpiar los caminos húmedos mientras respondía con suavidad al dulce beso.

─Ryou… ─le acarició con el pulgar derecho la mejilla cuando se separaron a tomar aire.

El mencionado llevó su mano sobre la ajena ─ ¿me perdonas? Yo… en serio te quiero.

Bakura suspiró ─…Y yo a ti ─le respondió, cerrando los ojos. Ryou sonrió ─pero quiero que seas sincero conmigo Ryou.

─Lo seré… lo soy ─Ryou suspiró para calmarse ─ ¿estaremos bien?

Bakura lo abrazó tiernamente ─estamos bien, pequeño ─lo besó en la frente.

Ryou sonrió feliz, igual que sus pokemons. El albino menor recostó su frente en el pecho del otro, desviando la mirada hacia el mar picado y lo abrazó con algo más de fuerza.

─ ¡Ven! ─de la nada, tiró de su brazo.

─ ¿Qué? ¿A dónde?

─Tu solo sígueme ─siguió jalando a Bakura hacia donde Dragonair se había quedado esperando ─vamos amigos ─Umbreon, Glaceon y Castform los siguieron ─ven ─Ryou se subió en Dragonair.

Bakura lo miró interrogante pero le hizo caso y subió tras él, sujetándose a su cintura como ya acostumbraba ─Ryou ¿a dónde quiere ir?

─Te voy a enseñar algo… que no le eh mostrado a nadie más ─le dijo ─Dragonair, vamos a la reservación ─dijo con tono de complicidad, el tipo dragón se sorprendió un poco pero hizo caso a la instrucción, comprendiendo claramente lo que pedía su entrenador.

─ ¿Ryou?

El aludido se ladeó sobre Dragonair ─Tienes que jurarme que, lo que te voy a enseñar, no se lo vas a decir a nadie ─Bakura asintió ─sin importar nada ¡prométeme que no se lo dirás a nadie! ─insistió serio.

Bakura se sorprendió un poco ─… te lo prometo, Ryou ─pronunció lentamente.

Ryou soltó el aire lentamente y le ofreció una sonrisa a Bakura ─bien ─poco después Dragonair aterrizó sobre la nieve fresca de las montañas altas en la reservación ─ven conmigo y no hagas ruido ─indicó, bajándose de su dragón para acercarse a la boca de la cueva congelada. Muchos de los pokemons tipo hielo que habitaban allí se acercaron amenazadoramente a Bakura ─tranquilos todos, está bien, él viene conmigo ─los calmó con voz firme y la mirada seria. Los pokemons se calmaron y apartaron ante su mandato; esta escena hizo a Bakura recordar el combate de Ryou y Rebecca ¿cómo no había reconocido que estaba frente a un entrenador de altísimo nivel? Era obvia la fortaleza que había adquirido el menor gracias a su experiencia pero así mismo era sorprendente que este hecho no afectase prácticamente nada a su dulce actitud habitual.

─Amigo, sal de ahí… vine a verte ─llamó Ryou con voz cálida.

Bakura, un paso atrás de Ryou, se quedó boquiabierto al ver al legendario Pokemon Congelación salir de la cueva, estirando imponente sus largas y hermosas alas.

─ ¿Qué…? ─musitó atónito.

-o- De vuelta a Sinnoh -o-    

Yugi se despertó alrededor de media noche o más tarde con una increíble pesadez en el cuerpo, vaciló su mirada por toda la habitación mientras sus ojos violetas se acostumbraban a la oscuridad. Finalmente las orbes amatistas alcanzaron al joven durmiente en la cama de al lado.

Yami se había dado la vuelta dormido y por fin podría verte el rostro al oji-vino, no parecía que tuviera un sueño muy pacifico, su tez no era relajada como recordaba haberle visto al dormir en el centro Pokemon hace unos días… y sabía que era expresamente su culpa.
Aun con todo el cansancio que tenía se levantó y caminó hasta la cama de Yami, allí se inclinó al rostro del mayor y depositó un tierno beso en su frente ─perdóname… yo, nunca quise… ─Yugi suspiró ─te quiero Yami ─dio un último beso en la mejilla expuesta, muy cerca de la boca ─que tengas dulces sueños.

Yugi regresó a su cama y se tumbó bocabajo, enterrando la cara en la almohada con un triste suspiro, dejando escapar una dolida lagrimilla.

Esta Historia Continuará…               

 

Notas finales:

*Cuando congelas a un pokemon y hay lluvia en el ambiente, la congelación dura los cinco turnos.
*Una aclaración: Yugi y Yami se ‘pelean’ el primer día de la acampada, mientras que Ryou y Bakura fue en el segundo día.

¡Pregunta! ¿Les parece molesto lo de “de vuelta en…” cada que cambio de pareja? ¿Les gustaría otro modo de hacer notar el cambio de escena? ¿Cuál se les ocurre?

¿Creen que Yugi y Yami se reconcilien pronto? ¿Cómo creen que será? ¿Qué sucederá cuando salga el sol del segundo amanecer de la acampada en Sinnoh? 
¿Ryou habrá hecho bien en confiarle el secreto de Articuno a Bakura o esto traerá consecuencias al legendario tipo hielo?

¡Lo descubriremos en el siguiente capítulo,  no se lo pierdan!

Eso es todo por ahora mis nekitos, nos leemos muy pronto. Se me cuidan y les deseo excelentes fics para leer!!!

 


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