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"Deseo a la mascota de mi amigo" por Noribet

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Notas del capitulo:

 

 

Al fin esta aquí el siguiente.

 

Es corto porque mi imaginación esta faltante de inspiración.

 

Pero espero disfruten esta vez de un Ruki celoso con esa apariencia tierna que se carga.

 

(>w≤)

     

Esa noche quede más que seguro del cariño que estaba desarrollando por Reita, y en parte me asustaba. No era solo cariño hacia una mascota, era un bello sentimiento que ni me podría explicar.

Lo toque como me había pedido, metiéndonos bajo las cobijas. Mis manos recorrieron su helado cuerpo que temblaba. Delinee su tierno rostro con mis dedos, sus párpados, mejillas rojas y labios, dedicándome a masajear su largo y hermoso cuello, siguiendo su pecho, donde al tocar sus pezones, me gane lindos gemidos. Pase a besar su clavícula dejando marcas, hasta llegar a su bajo vientre, para ponerme encima y verlo desde arriba. Le sonreí con cierta lujuria y dulzura, que se levanto aunque yo intente detenerlo, de manera lenta con algo de temblor en su cuerpo, se sentó arriba de mi quedando frente a frente. Me beso y yo le correspondi. Con lentitud fundí mi boca con la suya teniendo cuidado de no lastimarme con sus colmillos. Sin esperar le fui desnudando. Su piel se calentaba con rapidez. Y al tocar su sexo tuve sus hermosas expresiones frente a mis ojos. Respiraba agitado, gemía quedamente y cerraba sus ojos por momentos. Sus caderas daban suaves vaivén y yo me daba relamidas en los labios de verlo. Acariciaba su glande haciendo círculos, y el se retorcía, al apretar su miembro y empezar a bombear de arriba a abajo él me miro con esos ojos platinados y gimió cual chica primeriza y enamorada sobre mis labios. No supe si besarlo, tumbarlo sobre la cama y penetrarlo hasta romperlo, o simplemente lo miraba hasta que terminara de darme esa gozosa vista. Pero lo que hice fue solamente seguir con mis movimientos, y juntar mi propia erección al frenesí. Ambos gemiamos, y nos besábamos. Aumente el ritmo, más y más con locura. Reita me sorprendió al ir a besar mi cuello, y entre su orgasmo clavo sus colmillos en mi. No me lastimo, si no al contrario con eso me pude descargar también.

Reita me abrazo sin fuerza, y yo lo acoste en la cama. Espere un poco sobre su pecho, calmando mi respiración y escuchando la suya, para luego levantarme y limpiar un poco a ambos.

De verdad ya no sabia si me estaba enamorando, o era solo que me gustaba su compañía y lo hermoso y dulce que era. Pero mis ganas de partirlo en dos con mis caderas aumentaba de igual forma (Si aún con todo seguía siendo yo).

Me acosté a su lado, y lo abrace. El se removió y se arrimo a mi acurrucandose. Su temperatura ya era normal.

En la mañana me levante primero, pedí desayuno y relaje un poco mis pensamientos. No podía incrementar mis sentimientos por ese cachorro, el era de mi amigo.

Aoi me llamo y pregunto si todo ya estaba en orden, y le dije que si. Me comentó que la reunión del club miguaw sería en una semana. No tuve mas remedio que confirmar. El pasaría por Reita y por mi.

Me sentía culpable con Kai. Si se enteraba que había ido a una reunión de ese club con su mascota y peor, que había ido con Aoi, seguro me borra de su lista de amigos para siempre. No soportaría el no poder ver a Reita de nuevo. Si ya era un hecho que estaba encariñado con ese lobo, me entristecería que lo alejaran de mi.

El día paso tranquilo, Reita jugo videojuegos y yo trabaje un poco. Por la noche el cachorro volvió a dormir junto a mi. Y sólo me dedique a abrazarlo y disfrutar de su aroma y calor.

En definitiva, me sucedía algo extraño cuando Reita estaba a mi lado, me sentía, feliz, y no una felicidad como cuando compras o logras terminar con éxito un proyecto, mas bien era como estar feliz, en calma y a gustó del solo pensar que estaba junto a mi. Eso para nada era correcto, tenía que poner distancia y freno a mis impulsos de besarlo, de verlo y desearlo, de querer que él también sintiera lo que yo.

 

(Tres días después)

 


De pronto tocaron el timbre del departamento. Me sorprendió el que Aoi volviera a visitarme antes de la reunión.
Lo deje pasar y no venia solo, llevaba de la correa a su miguaw.

- Como te va mi enano amigo sensual - comentó feliz Aoi, sentándose en el sillón individual de mi sala cruzándose de piernas. - Mira este hermoso es mi mascota adorada - dijo acariciando las orejas negras de su chico felino que lo abrazaba por la espalda sobre el asiento.

Era la primera vez que veía a su mascota humana y era muy hermoso a mis ojos, todo un felino de clase.
Era un chico alto y blanco, como de veintitantos, con el cabello negro corto y de puntas rubias. Sus ojos eran de pupila blancos, y de contorno de párpados negro, sus singulares labios negros me recordaban al pico de un pato. Todo su look oscuro gritaba "sexy" mientras su mirada decía "Quiero sexo" O bueno eso era lo que me parecía.

- Me va bien animal, podrías decirme a que debo tu adorada visita junto con tu pantera - le dije con algo de sarcasmo sentándome frente a ellos y cruzando me de brazos.

- Que buen ojo tienes enano - contesto Aoi con sonrisa socarrona ignorando mi desinterés - Mi bebe de hecho es una "pantera", - me sonrió con altanería - Y no solo en apariencia, si sabes a lo que me refiero - note su sonrisa pervertida ensancharse mas y le quito la correa.

Su gato sonrió y movió su cola como si le agradara nuestra conversación, a simple vista su actitud era calmada pero muy provocativa.

«¡Si, tenía que ser! - Pensé, - esos dos eran tal para cual.»

- ¡Pues claro que capto tus sucios pensamientos animal, obvio! - conteste rodando los ojos - Pero solo has venido a que vea tu pantera dark, y a escuchar tus cochinadas, o tenias algo importante por decir - comente serio y me miro con enojo.

- Algo te ocurre, - menciono con seriedad inclinándose para verme mejor - Si fueras el mismo de siempre, ya hubieras devorado a mi minino con la mirada, pero solo quieres que me vaya, es raro...

- ¡Raro tu animal! - me puse a la defensiva y me levante - Si no dirás nada importante...

- Si he venido por asuntos importantes - sonrió de nuevo y volvió a recargarse en el sillón con su gato rodeando sus hombros. - Ya que iremos juntos al club vine a que mi bebé conozca al lobo - lo dijo con un dejo de impaciencia. - Así nos evitamos que a la mera hora de la reunión se lleven mal, mas cuando el cachorro tiene mal carácter.

- ¡No tiene mal carácter! - le espete - Sólo que, me defendía de tus arranques de animal en celo - esa vez yo le sonreí con suficiencia.

- Bien acepó que fui algo cariñoso contigo y por eso se fue contra mi - reconoció - pero me sorprendió, ya que te defiende a pesar que no eres su dueño.

"Rayos tenía que recordarme algo como eso."

- Mira es normal si yo estoy a su cuidado - no le mostré importancia.

Entonces Reita que se estaba bañando, salio ya limpio y de playera floja y larga.

«Dios de la sensualidad»
Trague pesado, no llevaba pantalones, y si no fuera por su playera se vería su ropa interior.

- Mira hablando del lobo y el cachorro que se asoma - dijo con gran regocijó Aoi pasando su mirada por las piernas de mi Reita.

Reita lo miro con enojo, y comenzó a gruñir quedamente, no solo al pelinegro pervertido si no a su gato también.

- Mira que bello - Aoi mencionó como si le gustara la actitud huraña de Reita. - ¡Ve y presentate Uruha! -  ordeno con gusto.

- ¿¡Que!? - me altere.

Su gato se levanto con naturalidad felina y camino hacia Reita quien le gruñía.

- ¡Estas loco animal, que no ves que Reita no esta de buen humor! - reclame a Aoi.

- Relaja te Ruki mi Uru sabe tratar cachorros maleducados - me sonrió con regocijo.

Solo pude gritar un "¡REITA!" antes que este se le fuera encima al gato Uruha. Si fueran animales completos, estoy seguro que ambos hubieran erizado el pelo de su lomo y maullado y ladrado como locos.

Reita trató de morderlo de un hombro, pero el otro lo impidió con algunos movimientos de brazos. Entonces se escucharon sus sonoros gruñidos, y ambos peleaban ya en el suelo.
Santa madre, que los dos eran un par de bestias salvajes, se mordían, se pegaban, se rasguñaban y yo en pánico.

- ¡Ya estuvo, calmen se! - grite y trate de apartarlos.

- ¡Quita te! - me ordeno Aoi apartando me del camino de esos dos que rodaban por el suelo. - Uru le enseña modales - menciono con calma.

- ¡Te volviste demente animal, se van a matar! - reclame preocupado.

Vi cuando su gato negro mantuvo a mi Reita contra el suelo. Luego lo levantó y puso de espalda contra su pecho para que no pudiera morderlo, tomándolo de sus brazos que mantuvo firmes en su espalda para que dejara de golpear. Lo inmovilizo por completo y yo iba a reclamar cuando ese gato dark le clavo sus colmillos en su bello cuello.

Me quede estático, mi cachorro pego un débil grito y no se movió más.

- ¡Que diablos Aoi tu gato demonio esta, esta...! - ya ni termine mi frase, quede boquiabierto.

Ese gato pervertido aprovecho que tenia bien sujeto a mi cachorro con una mano que con la otra lo comenzó a tocar del vientre bajando a su entrepierna.

«Dios de mi vida y mi corazón depravado»
Reita gimió y se vio tan lindo que no me pude mover. Una parte de mi mente decía «Mueve te imbécil que están toqueteando a Reita» Y la otra decía «Mira pero que sexy se ve ese cachorro sometido y gimiendo desde aquí.»

Rayos que me perdí en la sugerente escena de animales en celo.

Uruha seguía mordiendo a Reita del cuello mientras este se retorcía y gemía tratando de contenerse y soltarse de las caricias y el agarre a su entrepierna. Pero el gato se le subió encima poniendo al otro de rodillas contra el suelo. El muy descarado chocó su pelvis contra las caderas de mi lobo y se restregó con lujuria aun gruñendo le como todo un gato controlador.

Yo los mire y acepte que algo dentro de mi quería seguir viendo a Reita gemir aun mas fuerte, pero eso no estaba bien, para nada. Y mire a Aoi que estaba mas que perdido en la perversidad de la escena. Ni para gritarle: ¡VUELVE!
Así que no supe ni cuando fui a la cocina, pero al regresar a la escena, les lance encima una jarra de agua fría a esos miguaw.

De inmediato Uruha soltó a Reita y gruño con enojo, se levanto sacudiendo el agua de su cuerpo como si le hubiera lanzado algo asqueroso (tenía que ser un gato). Reita se quedo aun en el suelo donde se sacudió como todo un can, salpicando su alrededor.

- ¡Que haces enano idiota! - me grito Aoi molesto.

- ¿¡Tu que haces animal!? - pregunte muy alterado - ¡Tu pantera asesina pervertida casi se viola a mi Reita y tu bien entrado viendo su salvajismo! - le espete lanzándole la jarra de plástico.
El la esquivó.

- Mi Uruha solo lo educaba, y no me digas que no se veían hermosos - comento con descaro.

- ¡En serio que para pervertidos tu te pintas solo! - le respondí ayudando a Reita a levantarse.

- Mira quien lo dice, el que cuando tiene ganas llama a la linea de divas conejitas - se burlo como si el no fuera igual de sucio que yo.

- Ahora resulta que yo soy el sucio y tu una santa palomita - rodé los ojos. - Mira que tuve que mojar a mi cachorro por culpa de tu gato del demonio. - dije mirando a Reita sacudir la cabeza.

- Ni te quejes que mi Uru salio más mojado que tu perrito sin cola - mencionó limpiando el agua del cabello y orejas de Uruha quien movía su esponjosa cola.

Los ignoré.

- Ve a cambiarte Reita o te enfermaras - dije y de inmediato el rubio miro con ojos quisquillosos a Aoi y Uruha. Seguro no me quería dejar solo con ellos, eso me saco una carcajada. - ¡Estaré bien, ve! - y me miro con recelo.

- Deja lo, se ve lindo empapado - mencionó lujurioso Aoi.

- ¡Tu callate negro animal! - lo regañe y Reita me abrazo dejandome sonrojado y en frente del maldito de Aoi.

- No te dejare con el cara de caballo y su gato con pico de pato - mencionó Reita con un puchero tan natural que no pude contenerme y comencé a reír con ganas.

Aoi deformo su rostro y después de sorprenderse se soltó a reír igual que yo. Su gato Uruha lo abrazo mientras nos miraba con una sonrisa sutil.

No tuve de otra que pedir a Aoi y su pantera se fueran de mi apartamento, que nos veríamos el día de la reunión. Aoi me tacho de mal amigo, gritando tontería y media como: "Tenias que ser un enano mal amigo" "Pero bien que me pedias que te acompañara a casar conejitas" "Haber quien soporta tus arranques de diva"
Y otras frases que ni caso hice.
Lo que me dejo sin decir nada fue lo ultimo que me dijo antes de desaparecer por el pasillo con una sonrisa pintada y fue :

- No soy idiota, se que te estas encariñando con ese lobo Ruki, mucho cuidado, recuerda que no te pertenece - y se fue jalando a Uruha de su correa.

No quise pensar mas en aquello que me dejaba un mal sabor de boca y un tick en mi párpado.

Volví con Reita, le cambie la playera en mi recámara. Si que era un sensual cachorro, que tuviera rasguños de la pantera en su cuerpo me molestaba. Seque su cabello y orejas de perro con una toalla y pedí, igual se cambiará de ropa interior.

Con algo de sonrojo en sus mejillas asintió con calma, tomando un bóxer de su maleta qué ya tenía en mi habitación.
No me pude contener y lo rodee con mis brazos de la cintura.

- Deja te ayudo - le susurré.

Mis manos tomaron del resorte de su calzoncillo y lo baje hasta sus pies. Luego subí acariciando sus piernas hasta llegar a su sexo expuesto.
Reita se estremeció y yo sonreí.

- Ahora te daré un premio por haberme protegido de Aoi y su pantera - comente con voz sensual.
Tenía que hacerlo gemir después de verlo haciéndolo a manos de otro.

«¿Celos? No para nada, solo lo educó como todo un buen amo.»

- No se, si este bien, esto ¡aah! - dijo el cachorro tratando de apartarme de el, pero puse resistencia llevándolo hasta la orilla de la cama donde me senté y el quedo sobre mis piernas.

- ¿Dime por que no esta bien? - cuestione curioso, ya que nunca me había dicho eso las anteriores veces que lo toque.

Aun con sus ganas de que mis manos dejaran de masturbarlo, yo seguí poniendo mas fuerza y lo torture con bombeos lentos y aprensivos. El se retorcía sobre mi gimiendo y tratando de no dejar escapar tremendos suspiros que excitaban a mis oídos. Mi cabeza quedaba por arriba de su hombro, donde le di un beso, para lamerlo y morderlo sin hacerlo sangrar.

- ¡Aah noo! - se quejo - Siento ah diferente - comento con voz baja.

Quede confundido.

- ¿Como que diferente? - pregunte con un poco de molestia. Creí al sentir su gran erección entre mis manos, estaba haciendo un excelente trabajo.

- Es diferente - repitió - siento diferente que cuando Kai lo hace, y con la pantera con pico de pato también mmm fue diferente ah quiero parar - me pidió como si le molestara que lo tocara.

No podía aceptar que me dijera aquello, que se suponía que le era diferente, acaso no le gustaba como se lo hacia yo, si era un experto. No era posible que hasta el gato demonio fuera mejor que yo en eso. Me indigne y moleste.

Deje de tocarlo.

- ¡Me dirás que es diferente! - comencé con poco tacto apretando sus brazos.

- No, solo quiero parar - dijo y se quiso levantar.

Ahora si estaba mas que enfadado. Lo tome de un brazo y lo lancé contra el colchón boca abajo. Me coloque sobre el imponiendo fuerza.

- ¡Dime que rayos te pasa Reita, la otra noche parecía que te gustaba! - le solté sin paciencia.

No soportaba que me rechazara de esa manera. Y trate de tocarlo de nuevo, deslizando mi mano por su espalda baja.

- ¡No! - grito - ¡Ya no quiero que me toques! - dijo y yo me quede inmóvil.

Algo en mi pareció quebrarse como si fuera de cristal. Mi mente divagó un momento, y la decepción y tristeza, se querían apoderar de mi mente, fue devorada por la irá.
De pronto y sin aviso yo mismo me vi como un animal sobre ese cachorro. Lo estaba tomando a la fuerza. Me desabroche y baje los pantalones, y a él lo seguí masturbando.

- No puedes reclamar, para esto es que sirves - comente sin pizca de sentimentalismo.

Lo deje apoyado en cuatro, y con mis rodillas separe sus piernas. El se quejo.
Si no fuera que el enojo estaba hirviendo mi cabeza, hubiera admirado su hermoso trasero al aire, listo para mi, y la maravillosa curva de su espalda ancha y de angosta cintura. Toda una sensual vista desde arriba a abajo.

- Ahora te daré mi mejor premio - avise y sin más espera, lo sujete rodeando su cintura con un brazo, dejando mi peso en sus caderas.

Lubrique un poco mis dedos ensalivando. Luego lleve mi mano a su trasero, para rodear su entrada y comenzar a meter uno por uno mis tres húmedos dígitos. Lo escuche gemir, me pedía que no siguiera, pero lo ignore.
El cachorro se quejaba y retorcía, pero yo no me detuve. Lo dilate de su interior todo lo que pude pues mis ganas ya me habían formado una gran y bonita erección que pedía atención inmediata. Y yo se la di.
Retire mis dedos y el lloriqueo.

- Esto te gustara - le comente de ultimo con mi voz ronca, delatando mi excitación, pero sus espasmos no lo dejaban hablar ni para seguir protestando.

Enseguida tome fuertemente su cadera, y por fin lo que mas deseaba se cumplió. Lastima que mi ceguera de sentimientos y razón impidieron que viera que lo estaba dañando.
Lo penetre de una estocada. Fue sublime y con algo de dolor, pues estaba muy estrecho. Trate de llegar hasta el fondo.

- ¡Aah Rei! - gemi del puro gozó pues el chico si que estaba ardiendo de su interior que aun siendo tan jodida mente estrecho se contraía apretando mi pene como una dulce tortura.

Escuche los gimoteos de Reita, y todo se puso peor, con mas escandalo de parte de su garganta y la mía cuando llegue lo mas profundo que pude, me moví de tal forma, que al sacar mi miembro toque su punto especial, al cual di de nuevo al entrar. Su bellísima espalda se curvaba y sus manos se aferraban a mis sábanas arrugado las.

Me encontré arremetiendo contra ese hermoso trasero una, dos, tres veces y muchas veces más. Rasguñé su espalda para que sintiera mis uñas y no las de la pantera que había dejado sus marcas. Entre mi arremetida lo seguí masturbando, me incline y bese parte de sus hombros. Escuchaba su escandalosa respiración junto con espasmos. Los gemidos que salían era una melodía exquisita. Mi cuerpo se estremeció de tanto placer que la saliva se acumulaba en mi boca.
No fui lindo ni paciente, me deje llevar por puro deseo impulsivo de hacerlo mío.
Y al seguir embistiendo, al punto de sentirme en el paraíso, con el orgasmo recorriendo mi cuerpo, fue que caí en la cuenta del gran amor y deseo que había en mi corazón por ese rubio lobo, algo que por nadie mas había sentido.
El chico eyaculó en mi mano para un par de embestidas después, yo lo hiciera en su interior, con luces destellantes golpeando en mi cabeza.

Caí rendido en su espalda cuando el lo hizo al colchón. Nuestras jadeantes respiraciones se comenzaron a calmar. Y mi mente recobraba poco a poco la razón.

Reita no me dijo ni una palabra, no me miro ni de chiste, se mantuvo quieto con la cara escondida. No supe que hacer, de mi boca no salió sonido, ni siquiera trate de moverlo. Lo que había hecho no era correcto ni mostraba amor, era un acto salvaje y egoísta, y me estaba torturando el pensamiento. No podía pedir perdón, no en ese momento.

«¿Como fue que llegue a eso?
¿Cuando Reita se hizo algo necesario al grado de desear que solo me mire a mi?»

Porque yo quiero ser lo que el mas quiera. Quiero que me adore me desee, ser su todo, que solo tenga ojos para mi, que diga mi nombre cada día de su vida. 
Pero eso es algo que yo mismo estoy haciendo imposible.

«Bonita forma de demostrar amor Ruki»  Mi conciencia hacia su aparición en mi mente.
Y claro, tomarlo por la fuerza no ayudaba a que me amara tanto como yo ya lo hacia.

Me moví a su lado y lo rodee con un abrazo. Pensé se quejaría, tal vez me mordería, pero no, no se movió, me dejo acurrucar esa vez a su lado, y le acaricié con ternura las orejas.

Sabia que lo había lastimado, y me dolía.

Esa noche me quede dormido pensando en cuanto envidiaba a mi amigo Kai. Que ni por enterado estaba de mis ganas por jamas entregarle a Reita. Por mis ganas de huir lejos con el, y que fuera solo para mi.

Por mis ganas de que ese cachorro de lobo no quisiera a Kai como lo hacia y me quisiera tanto como yo lo hacia por el desde mi corazón.

Soy un completo egoísta, y aún sabiéndolo, no dejare de ser lo.

   

 

Notas finales:

 

 

Muchas gracias por leer.

 

Espero les este gustando.

 

Nos leemos en el próximo.

 

 

 

Besitos con amor. (>3<)


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