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Imprimar por kasue

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-¿No irás a vacacionar con nosotros?- Harry había terminado de arreglar las maletas hacía unos momentos- Remus te va a extrañar- Draco solo se volteó en la cama donde estaba acostado- ¿Me dirás qué pasó la semana pasada? Has estado callado y más enojado de lo normal.


-Nada- Draco se sentó, no podía seguir más acostado, debía ordenar sus cosas para irse a la mansión a pasar las vacaciones de invierno. Estuvo tentado a irse con Harry, Remus y Sirius a la India a pasar unos días antes de año nuevo, pero con lo que había pasado con Remus, se sentía demasiado avergonzado de haberle reclamado de tener otra pareja, sin saber que era él.


No sabía qué hacer.


-Bueno, de todas formas nos vemos para año nuevo. Tía Narcisa ya me dijo que lo vamos a pasar con ustedes y ahí sí que me vas a contar qué te pasó- El moreno agarró sus cosas y salió de la habitación.


                El rubio se quedó un rato sentado en la cama. No había hablado con Remus en una semana, intentaba ignorarlo y escaparse para no quedar a solas con él. Sabía que le estaba dañando, lo veía en su cara, que de a poco comenzaba a demacrarse, pero no tenía idea qué hacer ahora que sabía parte de la verdad.


Sabía que le gustaba Remus, no era tonto y sabía que muchas estaban tras el castaño de encantadora sonrisa y amables gestos. Quería estar con él, no solo como amigo, quería más que eso. Muchas veces estuvo a punto de besarlo y se arrepentía a último momento por miedo a que lo rechazaran, después de todo era un niño enamorado de un adulto, casi de la misma edad que sus padres.


“Pareja de vida”, eso le había dicho el castaño, lo cierto es que le daba miedo defraudar al castaño. ¿Qué pasaría si él no era lo que el castaño esperaba? ¿Y los hijos? Aún no sabía si podrían tener o no, porque dependiendo de la magia de la pareja se formaba el capullo del nuevos ser si es que ambos eran hombres. ¿Qué diría su padre? Seguramente ya lo sabía y no se lo dijeron antes ¿Acaso no lo aprobaba? ¿Y su madre?


En ese momento se dio cuenta de algo. Le daba lo mismo lo demás. Quería estar con ese castaño, costase lo que costase. Primero hablaría con sus padres y luego… luego arreglaría todo con Remus. Con una sonrisa en los labios comenzó a ordenar sus cosas.


Ya quería que fuese año nuevo.


 


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-Bueno… ¿Quitarás esa cara o no? Pareces un adolescente deprimido- Sirius estaba que perdía la cabeza por la actitud de su amigo. Desde que Remus le contara lo que sucedió con el rubio, su amigo había estado en un estado deplorable de pena y pesadumbre- Draco no te dijo que no, además tienes que darle tiempo, él te adora.


-No es eso- Remus lo misó con enojo, sabía todas esas cosas, pero no podía evitar sentirse así- Es el lobo que se siente rechazado, puede que sepa todo lo que me dices, de hecho lo sé y lo entiendo, pero no puedo explicarle eso al lobo.


-Hablas como si fuese otro dentro de ti, jamás te había escuchado hablar de esa manera- Sirius suspiró y se sentó frente a su amigo, se encontraban en una casa que habían arrendado para turistear por India, Harry había llegado hace 2 horas y se estaba dando una ducha antes de salir a conocer- Entonces podrías transformarte y dejar que el lobo se desahogue ¿O es una mala idea?


-No quiero causar problemas, me voy a dormir un rato, tú sal con Harry y me uno en la noche- Remus se levantó y fue a acostarse, Severus le había dado una poción para dormir y acallar al lobo lo suficientemente fuerte para poder seguir estos días, solo esperaba que cuando viera a Draco éste lo aceptara, o sino no sabría qué haría.


Sirius vio a su amigo partir, sentía impotencia de verlo así, de verdad pensó que el rubio se alegraría al saber lo sucedido, debía conversar con su prima, no podía dejar las cosas así.


 


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Año nuevo, la navidad había pasado como si nada, lo único que le interesaba era que llegara el año nuevo, así podría hablar por fin con Remus y explicarle lo que le había sucedido. Había pasado toda la mañana probándose ropa y eligiendo lo que se pondría, parecía una colegiala nerviosa para su primera cita, pero no le importaba.


Había discutido bastante fuerte con su padre por no haberle contado sobre lo imprimación, se sentía como un niño pequeño incapaz de comprender asuntos de adultos. Sabía ahora muy bien lo de la imprimación, además de que ahora Remus le vería con otros ojos, no solo como padre o hermano, sino como pareja, lo cual lo llenaba de algo cálido en el pecho, además de demasiada ansiedad, no sabía qué hacer para calmarla, había escrito un borrador de lo que le diría, le pediría disculpas y luego le preguntaría si quería comprometerse con él.


-Veamos, veamos… este no, este tampoco- Agarró una camisa azul y unos pantalones negros, se veía más adulto de lo que ya era y se dejó el pelo liso, sin goma ni nada, para darle un aire distinto y más sexy, por último, se colocó una cadena que Remus le regaló al cumplir 15 años.


-Te ves muy bien- Esa voz… esa voz hizo que el rubio quedara helado, no sabía que llegaría tan temprano- ¿Puedo pasar?- Solo en ese momento, Draco pudo darse vuelta y ver hacia donde estaba el castaño, más ojeroso que de costumbre. Remus avanzo despacio y se sentó en la cama, Draco, que por fin comenzó a moverse, alejo todo pensamiento anterior y corrió a abrazarle, cosa que fue correspondido con bastante cariño y desesperación por parte del mayor.


-Lo siento- Draco no saco la cara del cuello de Remus hasta que él rio de alivio.


-No, no te preocupes, está todo bien ahora, siento no hacerte dicho esto antes- Remus se separó un poco para verlo a la cara, a lo que Draco, rápidamente, le beso castamente los labios, dejándolo atónito.


-Te quiero- Un abrazo nuevamente. Todo se sentía correcto y en paz.


 


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-Me aburro- Draco se encontraba sentado al lado de Remus, quien revisaba trabajos y ensayos esa tarde de Sábado- ¿No puedes dejar eso para más rato?


-Lo siento cariño, pero tengo bastante trabajo acumulado- Remus se separó de su escritorio y vio a su joven prometido de 17 años- Además, me dijiste que tenías trabajo que hacer y tampoco me has preguntado sobre el ensayo que les envié la semana pasada, acuérdate que es para el miércoles. Harry, Hermione y varios de tus compañeros me han preguntado bastante.


-No es difícil, lo tengo casi listo- El rubio suspiró, había estudiado tanto desde que el castaño comenzó de profesor, que se le hacía fácil- Pero no quiero tener buenas notas por estar contigo, ya me molestan demasiado con eso.


                Remus lo quedo observando, se veía bastante molesto por esa situación. Si bien llevaban más de un año comprometidos, no había sido hasta hace 2 meses que la escuela supo, por lo que los compañeros de Draco lo molestaban con las notas y varias cosas más.


                Aún no habían intimado, no porque Draco no lo hubiese intentado, sino porque Remus quería respetarlo hasta que fuese mayor de edad,  cosa que el rubio encontraba ridículo, ya que su relación, al ser una imprimación, era aceptada por Dumbledore, el colegio y el ministerio, por lo que no había problema en que Draco se quedara en las habitaciones del profesor, donde se encontraban ahora.


-Pues entonces, podrías ir a buscar algo a las cocinas para que cenáramos, así no te aburres y yo alcanzo a seguir con esto- Remus iba a seguir con lo suyo, cuando Draco se sentó de repente en sus piernas.


-Mejor hagamos algo más entretenido- Y sin esperar respuesta, lo beso apasionadamente, cosa que el mayor, con reticencia, correspondió.


Sus respiraciones cada vez más alteradas, sus excitaciones cada vez en aumento, Draco comenzó a besar el cuello de Remus, a lo que el mayor soltó leves gemidos, mientras que éste acariciaba desesperado la espalda del rubio hasta llegar a su trasero. Tenía demasiadas ganas de dejar todo y unirse al rubio, pero una luz de cordura llego y se separó algo más brusco que las veces anteriores, dejando al rubio jadeando y a él mismo con una erección enorme.


-Lo siento Draco, sabes lo que pienso, por favor, ve a buscar la cena- Draco salió enfurecido, sabía muy bien que no volvería por esa noche.


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