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Perdido por Kokoro Yolotzin

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Notas del fanfic:

¡Hola a todos!

 

Esta historia es muy importante para mí, ya que fue la segunda que hice de esta increíble pareja y fue una de las más apoyadas. Espero que la disfruten mucho al igual que yo lo hice mientras la escribía.

Notas del capitulo:

¡Hola!


Aquí les traigo el primer capítulo de esta historia. Espero que les guste tanto como a mí. 

“Has desaparecido de mi vida sin dejar rastro alguno.”


 


I


No importaba cuanto se le encerrara o vigilara… Akihito siempre se metía en problemas. Su trabajo lo obligaba a ellos. Y aunque le disgustaba a la vez le atraía la emoción del momento. Desde muy joven le había llamado la atención esa clase de peligros y casi siempre se metía en serios problemas por su actitud tan rebelde y revoltosa. Esa aura fue la que lo llevo a Asami Ryuichi. Fue una manera bastante peculiar en la que se conocieron. Después de eso los problemas comenzaron a surgir como olas en el mar. Pero gracias a ello su relación se fue fortaleciendo cada vez más. Akihito pensaba que Asami se desharía de el en cualquier momento, pero en cambio lo protegía ante todo. Y encerrarlo en su departamento era una clara muestra de ello… según Asami.


 


-¡¿Por qué no puedo salir?!- preguntaba casi gritando Akihito al ver que el mayor bloqueaba la entrada. Tenía que salir a tomar unas fotografías urgentes que su jefe le había encargado pero no podía debido a que su malhumorado yakuza se lo impedía.


 


 


 


-Porque eres muy idiota y siempre terminas metiéndote en problemas.- dijo calmadamente. Él no solía discutir con Akihito… a menos que fuera necesario.


 


 


 


-¡¿Yo idiota?! ¡Mira quién habla!- su rostro se había vuelto rojizo debido al gran enojo. No le gustaba depender del dinero de Asami, por eso prefería ganarse el pan de cada día por sí mismo.


 


 


 


-Akihito no vas a salir y esa es mi última palabra.- su voz sonaba decidida. Se dio la media vuelta sin despedirse y cerró la puerta con llave. Akihito se quedó atónito.


 


 


 


-Maldito engreído.- pensó. Abrió la ventana del departamento que daba a la calle y observó hacia abajo unos instantes. Una tubería que estaba al lado de la ventana era perfecta para saltar. Tomó la mochila que contenía las cámaras y bajo pausadamente por aquel tubo. Se sujetó muy fuerte al metal para evitar así una caída. No era la primera vez que escaba de las garras de Asami. Tenía experiencia para ello. Cuando finalmente bajo espero un momento para que sus piernas recuperaran las suficientes fuerzas para correr. Se colocó su mochila en el hombro para que no se cayera durante el camino. Dobló la Avenida en un abrir y cerrar de ojos. En verdad eso de huir de mafiosos le había ayudado y mucho.


 


 


 


Llegó a un gran edificio de color grisáceo con algunos toques naranjas por las partes de fuera. Estaba completamente desgastado de las puertas ya que estas estaban oxidadas. Iba a tomar el elevador pero para su infortunio se encontraba descompuesto. Subió las escaleras a pesar de que ya estaba cansado. Entro a una pequeña sala y ahí estaba un hombre de aproximadamente treinta años sosteniendo un periódico.


 


 


 


-Buenos días.- dijo con la voz entrecortada después de tanto correr.


 


 


 


-Llegas tarde.- fue lo único que dijo el sujeto.


 


 


 


-Es que tuve un pequeño inconveniente.- su mente proyectó a Asami y tenía ganas de golpearlo.


 


 


 


-Se informó que un grupo de políticos corruptos tendrán una junta en esta calle.- saco de su archivero un folder de color amarillo. –Tienes que fotografiarlos.- se lo dio en sus manos y él solo asintió.


 


 


 


Dio una gran bocanada de aire y volvió a bajar. Esta vez alistó su cámara. Tenía que ser muy ágil en sus movimientos si quería salir librado. No estaba dispuesto ir a pie al lugar señalado así que tomó un taxi. Una vez adentro revisó su celular. El fondo de pantalla era el de Asami dormido abrazando una cabeza de un muñeco extraño. Recordó aquel acontecimiento en la playa y no pudo evitar sonreír. Siempre se sacaban de quicio uno al otro. Eso era lo divertido de la relación. Aunque no lo aceptara abiertamente Akihito se sentía feliz de permanecer al lado de Asami. Con el paso del tiempo había aprendido a quererlo.


 


 


 


-Llegamos.- dijo el chofer sacándolo de sus pensamientos. Extendió su mano para cobrar su sueldo y Akihito sacó un billete de su bolsillo derecho.


 


 


 


-Bien, allá vamos.- pensó con algo de adrenalina en su cuerpo. Subió cautelosamente a una azotea que estaba cerca del lugar y espero a que los hombres hicieran su aparición en el acto. De pronto se escuchó el frenazo de un automóvil en la acera. Dos hombres bastante elegantes se bajaron y un tercero apareció como por arte de magia del otro lado de la calle. Akihito alistó su cámara  para fotografiarlos pero unas manos toscas lo sujetaron por atrás. Exaltado volteo y vio que se trataba de un hombre calvo con mal aspecto. En un movimiento rápido golpeo su entrepierna. El tipo hizo una mueca de dolor. Takaba aprovechó el momento para escapar. Bajo por las escaleras de escape pero sorpresivamente tres hombres más lo esperaban a bajo. ¿Acaso era una maldita emboscada? Quiso saltar pero cayó al suelo lastimándose la rodilla. Dio un gemido de dolor y sintió como la punta de un zapato se enterraba en su costilla provocándole un severo grito de dolor.


 


 


 


-Te enseñaremos a no meterte con nosotros.- de un momento a otro los golpes incrementaron más. Akihito comenzaba a escupir sangre de su boca. Entonces se le vino a la mente el rostro de Asami. Era tan claro, tan nítido. Como le hubiera gustado decirle al menos un “Te Quiero” antes de que se fuera. Sus ojos se comenzaron a cerrar lentamente. El tipo calvo había golpeado fuertemente su cabeza haciendo que se desmayara.


 


 


 


-Llevémoslo al auto.- dijo uno de ellos. Sin delicadez lo colocaron en la parte trasera del auto. Pensaban torturarlo para que dijera con quien trabajaba. El auto arrancó a una velocidad impresionante.


 


 


 


-¿Crees que sea virgen?- preguntó un hombre que tenía una cicatriz cerca del ojo.


 


 


 


-Pues quien sabe. Es muy hermoso para que sea virgen.- rio uno de ellos. No pasaron ni cinco minutos cuando un camión cruzó la calle. El automóvil de los sujetos intentó frenar pero solo se volcó. Muchas personas se acercaron al pedazo de carcacha que había quedado.


 


 


 


-¡Ayuda!- gritó uno de ellos. Su pierna estaba atrapada en el asiento. Los demás estaban desmayados incluido Akihito.


 


 


 


-¿Cómo lo puedo ayudar buen hombre?- preguntó una chica que se acercó. -¿Quiere que llame a una ambulancia?-


 


 


 


-¡No! Solo hable a este número.- le dio un pequeño papel. –Dígale que Ran necesita su ayuda urgentemente.- dijo con algo de dificultad.


 


 


 


Escasos minutos pasaron cuando dos autos sumamente lujosos y una ambulancia detrás de ellos llegaron. Un hombre bien parecido con cabellos marrones y mirada atractiva bajo de uno de los coches. Dio orden a los paramédicos que se los llevaran. El que estaba consciente fue curado en ese mismo instante. Solo entablillaron su pierna y le sugirieron guardar reposo absoluto.


 


 


 


-¿Qué demonios hacían llamado la atención?- peguntó bastante molesto.


 


 


 


-Jefe… es que un chico fotografió el trato de los políticos y usted sabe que si eso sale a la luz nos perjudicaría a nosotros es por eso que lo capturamos y decidimos llevarlo con nosotros.- dijo temeroso el hombre.


 


 


 


De pronto un paramédico alarmado toco el hombro del chico. -¡Señor! Uno de los tipos está sumamente grave. Está perdiendo demasiada sangre. Puede ser que pierda la vida.-


 


 


 


-Llévame con él.- dijo y enseguida el paramédico lo llevó. Pudo observar sus labios carnosos. Cerca de ceja tenía una herida bastante grave. Sus cabellos dorados estaban teñidos con sangre. En efecto, aquel herido, en peligro de muerte, era Akihito.


 


 


 


-A este chico llévenlo a mi casa y contraten a uno de los mejores doctores.- fue lo último que dijo antes de subir nuevamente a su auto.


 


 


 


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Asami estaba demasiado inquieto. Ya eran más de las doce y Akihito no regresaba. Había entrado al departamento y no lo encontró. Eso hizo que el yakuza se enojara de sobremanera. Cuando regresara le daría un buen castigo. Pero eso era el problema; ¡Akihito no regresaba! No sabía en donde rayos se pudo haber metido. Llamó a su trabajo y no le supieron dar noticas de él. Encargo a Kirishima que lo buscara. Marcó varias veces su teléfono pero lo mandaba a buzón. En un arranque de furia lo lanzó contra la pared haciendo que se estrellara. Se sentía verdaderamente estúpido por comportarse así por un chico el cual le valía. No, eso no era verdad, Akihito le importaba demasiado. De otra forma le daría bastante libertad y no se preocuparía sobre lo que le pudiese ocurrir. Trató de calmarse. Decidió que lo esperaría veinticuatro horas más. Sino estaba muerto para ese entonces… ¡ÉL MISMO LO MATARIA CON SUS PROPIAS MANOS!


 


 


 


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Akihito despertó con un fuerte dolo de cabeza. Toso su alredor daba vueltas. Tenía unas ganas de vomitar enormes. Miró con detenimiento la habitación donde s encontraba y vio que era un cuarto muy lujoso. De pronto la perilla de la puerta giró y dio paso a una silueta delgada. Era un chico apuesto. Sus ojos eran marrones al igual que su cabello.


 


 


 


-¿Dónde estoy?- fue lo único que alcanzó a atinar Akihito.


 


 


 


-Estas en mi casa.- dijo con mucha tranquilidad. –Mi nombre es Ayato Matsu.- se presentó. -¿Y tú quién eres?-


 


 


 


-Mi nombre…- se tocó la cabeza. –Mi nombre es… no recuerdo nada cerca de mí.- dijo Akihito soltando unas cuantas lágrimas.


 


 


 


-Esperaba que el diagnóstico del doctor fuera erróneo pero parece que dijo la verdad.- dijo abrazando a Akihito. Este se estremeció un poco por el contacto.


 


 


 


Inicio del Flashback


 


 


 


-El paciente debe tener mucha tranquilidad. Acoplarse a su nueva identidad le costara bastante. Pero con ayuda de usted puede comenzar de nuevo.- dijo el doctor.


 


 


 


-¿Quiere decir que este chico no volverá a recuperar su memoria?-


 


 


 


-Lamentablemente hay muy pocas posibilidades.- tomó su portafolio y se marchó. Ayato no podía negar que le atrajo el chico pero hacerse pasar por su familia estaba mal. Seguramente tenía una madre a la cual cuidar. Pero… ¿Desde cuándo el hacia el bien? Si a él le gustaba algo se lo quedaba. Esta ocasión no sería la excepción.


 


 


 


Fin del Flashback


 


 


 


-Con el tiempo me conocerás. Solo te diré que yo soy tu pareja y tuviste un accidente automovilístico mientras lo manejabas.- mintió Ayato.


 


 


-¿Pareja?- preguntó extrañado Akihito. -¿Así que me gustan los hombres?- Ayato asintió. Takaba bajó la cabeza. Tenía enfrente de él a su novio. Y no era para nada feo. Al menos había avanzado algo… este tipo le parecía tractivo y le atraía.


 


-¿Se puede saber cómo me llamo?- preguntó. Necesitaba saber más de él.


 


-Claro que si cariño… tú te llamas Hiroki.- dijo dándole un beso casto en sus labios.

Notas finales:

¡Gracias por haber leido! 


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