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El primero en perder es el que se enamora, ¿No? por Matsumoto Yuki

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Notas del capitulo:

Bueeeeen día, ¿Qué tal están?

 

Yo muy feliz, espero les guste el nuevo capítulo, siendo el ganador... ¡El caso de Kouha!

El viento pegaba fuerte en el exterior de la habitación, pero no le importaba. Ya estaba arreglado y con sus cosas en mano.

 

Abrigo, bolso y celular en su poder reposaban. Entonces sacó de su bolso una cajetilla de cigarrillos mentolados, y posando uno en sus labios, lo encendió, saliendo del lugar.

 

— ¡Espera! —Escuchó a su espalda, girándose un tanto. — ¿Podrías pasarme tu número…? —Preguntó su acompañante, con algo de nerviosismo notable.

 

Por estar a contra luz no se notó, pero a pesar de la sonrisa suave que había esbozado, sus ojos no sonreían.

 

—Claro.

 

Luego de intercambiar números no hubo nada más que le retuviera en ese lugar. Salió, esperando el taxi que había llamado con minutos de antelación. Al poco rato, cuando por fin estuvo allí, dejo bastante atrás aquellas letras que brillaban en rojo en la oscura noche.

 

«Motel.»

 

— ¿Qué sucedió, Kouha? —Preguntó el taxista, justamente cuando ya no se podía divisar el Motel a lo lejos. —Es día de semana.

 

El joven suspiró, dejándose caer a lo largo del asiento, y relajándose.

 

—Pues, ¿Qué te voy a decir, Meiho? Un idiota me dejó con las ganas. —Aceptó el joven Ren, de mala gana. Si no se tratase de Meiho, ni se lo diría. Era su taxista de confianza, al que podía llamar incluso en el fin del mundo y este le iría a buscar.

 

— ¿Y eso? Hasta donde sé, eres la seducción en persona. —Bromeó el castaño, bastante atento al camino. — ¿No habían aceptado ya el pacto de Amigos con Derecho? —Preguntó, después de todo tenía consciencia de todas las mañas de su cliente, y podía decir a la perfección, que iba a ese motel sólo con desconocidos.

 

—Esto fue distinto, ¿Sabes? —Hizo un puchero Kouha, pataleando. Judar había sido el culpable de su descontento, y si se atrevía a encamarse con alguien más que formase parte del pacto, tenía el presentimiento de que se iban a enterar que no era precisamente con él con quien quería acostarse. No iba a pasar una vergüenza como esa.

 

—Distinto, ¿Eh…? —Repitió Meiho, sonriendo de medio lado. — ¿No se suponía que tú nunca tenías distintos?

 

Kouha repasó aquellas palabras. En verdad nunca tenía casos especiales… Pero realmente, esta vez era distinto.

 

Desde su puesto se concentró tan sólo en el oscuro cielo, y las luces nocturnas de la ciudad que le iluminaban de tanto en tanto.

 

Se perdió, en algún momento, y se entregó a los brazos de Morfeo. Confiaba en Meiho, sabía que al día siguiente despertaría en su cama.

 

 

 

Y efectivamente así fue. Toda su rutina fue normal, llegando bien a la Universidad.

 

Aunque aquel día era un poco especial. Como quería sacar un magister en medicina, ese día iniciaban sus clases como ayudante.

 

Mientras se dirigía, pasado el mediodía, a la sala donde le tocaría ayudar a los polluelos en la carrera, aprovechó de revisar la bandeja de entrada de su celular.

 

Sonrió de forma gatuna, complacido.

 

No había ni un solo mensaje recibido.

 

Guardando su celular en su bolsillo continuó avanzando, esta vez con más ánimo que antes. Ni loco le daría su número a un tipejo cualquiera que había conocido en un bar.

 

Tenía clase, en alguna parte tenía. Y bastantes principios. Como los de tan sólo ocupar a los desconocidos y luego desecharlos. Con los conocidos era un tanto distinto, a veces podía repetir, pero generalmente probaba y se alejaba…

 

Tácticas de seducción, probablemente.

 

Se entretuvo pensando en ello y en sus próximas estrategias para llevar esta vez, sí o sí a ese gato negro, arisco, hasta su cama.

 

Para cuando estaba ya dentro de la sala en la que haría ayudantía, hizo todo por inercia.

 

Dejó caer los libros contra la mesa del profesor, y apoyando sus manos allí, no esperó a ni una sola persona más. No es que fuese muy exigente, pero no permitiría que alguien llegase atrasado a la clase cuando de estar frente a su presencia se trataba.

 

—Buenos días novatos. —Les dio la bienvenida a su manera, fijándose bastante bien en cada uno, y tratando de memorizar sus rostros. —Soy Kouha Ren, su nuevo ayudante en el ramo de Neurociencia. —Comenzó a pasearse por delante de la mesa. Realmente le gustaba eso de ser el centro de atención. — ¿Alguien tiene alguna pregunta?

 

Hacer una conexión con el estudiante menor, le había enfatizado eso. Le primera clase podía ser sólo se presentación, para no abrumarlos de buenas a primeras, y aunque no era mucho de tomar descansos, las órdenes del jefe de carrera… No era muy bueno cuestionarlas.

 

De un momento para otro, una muy animada mano se elevó desde los puestos de atrás. Fue lo primero que Kouha vio, seguido de una larga cabellera atada en trenza. Por un momento pensó en Judar, hasta que notó el color azul que brillaba con luz de fondo.

 

Le dio la palabra.

 

— ¿Por qué es plana?

 

Por unos momentos la sala estuvo en completo silencio.

 

Risas siguieron.

 

—Porque soy un chico. —Respondió Kouha, con una sonrisa.

 

Aunque era bastante forzado todo. No era que le gustara que le dijesen que parecía mujer, incluso cansaba. Siempre, todos… Dio un suspiro, y volvió a tomar su libro, para esta vez lanzarlo con fuerza contra la mesa. El sonido resonó por toda la sala y los estudiantes se quedaron callados.

 

Podía tener pinta tierna, pero cuando se trataba de trabajar… Podía no ser la dulzura en persona.

 

—Si no hay más dudas, que la clase comience. —Anunció.

 

Anotó en el pizarrón nuevamente su nombre, y el horario de la clase, además de un par de reglas al estar en su presencia.

 

Cosas como interrogaciones orales si se llegaba tarde, no más de dos plazos para un trabajo, apreciaciones clase a clase y demás.

 

Cada vez se aterraban más y más los nuevos estudiantes, ni siquiera los profesores Maya de otros ramos había sido tan minuciosos con su trabajo. Se les olvidaba que a quien tenían en frente, evaluarían respecto a los resultados obtenidos con los nuevos de manera periódica.

 

Milagrosamente, la mayor parte de la clase se les fue en las reglas, criterios y demás. Después de todo, era tan sólo una hora.

 

En cuanto a materia, tan sólo alcanzó a hacer una breve introducción a la Neurociencia.

 

Apenas las campanas habían tocado, todos habían dado por terminada la jornada, tomando sus pertenencias y saliendo de la sala. Obviamente, sólo después de que Kouha les diese el permiso.

El mismo ayudante tomó sus cosas, y mientras las arreglaba, sintió la presencia de un joven detrás de sí. Tenía buena percepción para esas cosas.

 

— ¿Sucede algo? —Preguntó, volteándose un poco, con tal de darle la cara al estudiante.

 

Al verle, se llevó una sorpresa, era el mismo bromista que le había confundido con una chica.

 

—Oh, sí, yo…

 

—Tu nombre.

 

— ¿Eh? —El joven ladeó levemente su cabeza. 

 

— ¿Cuál es tu nombre? —Insistió Kouha.

 

—Aladdin… —Susurró el peli-azul, un tanto sorprendido. —Aladdin Jehoahaz Abraham.

 

—Bien Aladdin, —Kouha se inclinó más en una de sus piernas, cruzándose de brazos. — ¿Cuál es tu duda? —Preguntó, elevando una ceja.

 

—Oh, sí, en la parte de Neurociencia cognitiva…

 

Relaciones y bases, tuvo que dejarle en claro al estudiante. Sorpresivamente se le fue más tiempo del estimado, mas, se notaba el gusto, era divertido enseñarle a una persona tan dedicada tan sólo en primer año, y habiendo hecho una clase.

 

Casi media hora se le fue en eso, dejando el cuaderno ajeno en la mesa, y apoyándose en la mesa para escribir y hacer breves esquemas y dibujos, incluso adelantando un poco la materia.

 

Antes de que si quiera se dieran cuenta, la primera impresión ya había pasado, siendo parte de un ayer. Ahora se hallaban sonriendo, con lápices en mano.

 

— ¿Entendiste, A…? —Kouha elevó su rostro en dirección a Aladdin, mientras este hacía lo mismo.

 

Sus rostros quedaron frente a frente, y por un momento se vio la sorpresa de ambos.

 

—Aladdin… —Susurró el ayudante.

 

Si bien de buenas a primeras le había recordado a Judar por el cabello, ahora veía que realmente eran muy diferentes. Los ojos puros y azulados que tenía en frente eran bastante distintos a los carmesí, llenos de ardor, pasión y oscuridad que poseía Judar.

 

—Judar… —Se le vino a la mente.

 

Se salió de su papel de ayudante. No sabía ni le importaba si su estudiante tenía o no pareja. Tan sólo aprovechó una oportunidad vista.

 

En un acto osado eliminó toda distancia entre los labios de ambos, y cerró los ojos, entregándose al sentir de aquella nueva experiencia. Después de todo, todos eran nuevas experiencias.

 

Aladdin se sobresaltó, y por el contrario de Kouha, abrió de más los ojos.

 

El peli-rosa al no estar enterado de eso, tan sólo siguió, enderezándose y buscando más contacto con Aladdin. Se sentía bien acorralar a alguien menor, pero más alto y fornido que uno contra la mesa, mientras no sabe qué sucede.

 

Entonces algo en la mesa vibró. Kouha entreabrió su ojo derecho, captando cómo poco a poco Aladdin reaccionaba ante lo que sucedía. Demandó más, tironeando con sutileza el labio inferior ajeno, y adentrándose sin esperar permiso, formando un beso húmedo.

 

Los párpados de Aladdin cedieron, aunque aún no sus manos.

 

Kouha se dio el lujo de deslizar su mano por la mesa, y conseguir en ello su celular.

 

Veía la luz indicativa de un nuevo mensaje.

 

Desbloqueó la pantalla, y se fue directamente a la bandeja de mensajes.

 

Sus ojos se abrieron de sobremanera al leer lo recibido, y su iris se encogió. Al mismo tiempo, Aladdin había tomado la determinación de posar sus manos en la cintura ajena, y acercarle así mismo, encorvándose un tanto hacia adelante.

 

Pero había un problema. Kouha miraba al chico frente a sí, y luego a la pantalla de su celular sin saber bien qué hacer, o qué decidir.

 

La pantalla del celular pronto se opacó, pero aún se podía leer el comunicado.

 

 

«Hey, bola rosa, ¿Quieres continuar con lo que insinuamos el otro día?

—Judar.»

Notas finales:

Bien nenes, el problema ahora es este. Deben votar dos cosas. 

 

1) a.- Kouha se chinga a Aladdin. b.- Kouha se va con Judar, if u know what i mean [?]

 

Y la segunda votación será por el siguiente caso, es decir:

*El Caso de Mu.

*El Caso De Alibaba.

*El Caso de Sinbad.

*El Caso de Hakuryuu.

*El Caso de Judar.

*El Caso de Kassim.

*El Caso de Sharrkan.

*El Caso de Titus. 

 

Eso ~ ¡Hasta la próxima, pequeños!


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