(POV D.O)
Al abrir mis ojos, todo lo que mis ojos captaron fue la luz blanca que golpeaba mis ojos.
Fruncí el ceño, tratando de adaptar mis pupilas a la gran cantidad de luz que ahora sustituía la oscuridad en la que me había encontrado previamente.
Observé a mi alrededor, confundido de no reconocer el lugar en el que me encontraba. ¿Cuándo había llegado a este lugar?
A mi derecha, se encontraba un gran ventanal que mostraba el jardín del exterior. Escuché varios lentos pitidos que provenían de una maquina y en ese momento recordé lo que había pasado.
Estaba en un hospital.
Traté de sentarme, pero mi cuerpo de sentía pesado y aún estaba un tanto adormilado. Solté un leve gemido de dolor al jalar la intravenosa que tenía en mi vena.
Al dirigir mi mirada al suero, repuse en la persona que estaba recostada en mi cama y sostenía fervientemente mi mano. Sumergido en sus sueños, Jongin soltaba leves gemidos como si se encontrara en una pesadilla.
De pronto abrió sus ojos de golpe, aturdido.
-¡Kyungsoo!
Di un pequeño salto, sorprendido por su repentino grito.
Y entonces pasó algo que nunca me esperé. Ver a Jongin llorar desesperadamente mientras me abrazaba.
-Kyungie… qué bien que te encuentras bien. Yo… -sollozó- pensé que te iba a perder…
Eso fue lo único que necesité para romper en lagrimas y darme cuenta de lo egoísta que había sido.
-Perdón Jonginnie… Yo me sentía roto y… se que hice mal. Perdóname, perdóname, no lo volveré a hacer.. –dije correspondiendo su abrazo de la misma intensidad.
-Yo siempre estaré a tu lado. Te lo prometí una vez y no dudaré en volverlo a prometer. Do Kyungsoo, si tu me permites, yo nunca te abandonaré. –prometió para sellar con un beso su hermoso pacto.
-¡DO KYUNGSOO! –entró un joven de cabellos azabache seguido por otro más alto de cabello grisáceo.
-B-baek-… -ni tiempo me dio de responder cuando este literalmente se me aventó a la cama abrazándome y llorando.
-Dodo eres un mal amigo… -se sorbió los mocos- cuando Jongin nos llamó pensé lo peor. Juré que si te ibas yo mismo iba a traerte de la greñas.
-Gracias Baek. –le abracé de vuelta, acariciando su suave cabello. Conocía tan bien a Baekhyun que se que él nunca se muestra susceptible ante las otras personas. Es de las personas que son muy difíciles de ver llorando. Era terco y un divo, pero era mi hermano de otra madre, Byun Baekhyun.
-Chan, gracias por venir. –dije igual al grandulón que me veía a lado de Jongin. Él me sonrió en forma de respuesta.
Baekhyun se despegó de mi y volvió el mismo irritable de siempre.
Entre risas y risas, se escucharon pequeños sonidos provenientes de la puerta al alguien estar tocándola.
-Pase. –dije lo suficiente alto para que la otra persona abriera la puerta y lentamente asomara su cabeza.
-P-padre…
-Baek, Channie, ya es hora que vayamos. Kyungie, si necesitas algo me avisas. –dijo Jongin entendiendo la atmosfera. Algo que agradecí, saliendo con los otros dos.
En ese cuarto blanco con un ramo de flores en la mesa a lado de mi cama, se encontraba en silencio. Los únicos ruidos provenían de el marcapasos y el convertidor de oxigeno.
Mi padre carraspeó y trató de hablar. –Yo qu-… -pero no le dejé continuar. –Lo siento padre.
El me observó asombrado, abriendo sus ojos en sorpresa sin creer lo que había escuchando. Proseguí al tener su completa atención.
-Siento mucho mi comportamiento estos meses luego de la muerte de mamá. Se que como una persona madura, no me debí de haber comportado de esa manera, pero toda esa situación me puso muy estresado y sólo logré alejarme de el único familiar que me queda. Por lo que lo repetiré Lo siento. –confesé quitando ese gran peso que no sabía que tenía en mi espalda y pudiendo respirar de manera normal de nuevo.
La estupefacción en cara de mi padre era digna de una foto. Sólo se encontraba abriendo y cerrando la boca, tratando de encontrar palabras para decir. Hasta que tragó y se decidió a hablar.
-Agradezco tus palabras. Se que tal vez no me creas pero nunca ha habido otra mujer a la que haya amado más en mi vida que tu madre. Incluso preferiría ser el que hubiera muerto en vez de ella. –bajo su cabeza y yo sentí una punzada en mi corazón. –Sin embargo, como un hombre de negocios encargado de un colegio completo, me encuentro ocupado la mayor parte de mi tiempo. No sabes cuanto lamento el no haber pasado tiempo de calidad contigo y tu madre en familia. Pero aún así, yo la visitaba en la noche, cuando tú no te encontrabas y yo terminaba mi trabajo. Fue entre ella y yo que planeamos el darte ese collar que ahora traes puesto. –dijo para acariciar mi mano. –Se muy bien que nunca seré capaz de regresar el tiempo y cambiarlo, pero se que puedo cambiar el futuro. Por lo que intentaré lo mejor de mi para no dejarte tan desolado como antes y pasar tiempo en familia, como cuando eras pequeño. –dijo mostrando una ligera sonrisa que arrugaba su rostro.
-Y yo estaría mas que dispuesto a ser parte de eso. –dije igualmente sonriendo. Por fin comprendiendo que había juzgado injustamente al hombre que me procreó.
-Gracias hijo. –respondió dejando escapar una que otra lagrima que inmediatamente limpió como la manga de su costoso saco.
-También puedes invitar a tu novio, aunque debo de decir que deben de usar protección, tu sabes muy bien de las enferm-…
-¡PAPÁ!
El hombre canoso que era mi padre se reía como un niño de primaria luego de hacer una travesura.
-Yo sólo decía hijo.
Mi rostro se volvió rojo carmesí al pensar en Jongin y yo y… ¡NO!
No podría negar que no había estado deseándolo pero aún no había pasado para mi tristeza.
-Espera. ¿Cómo sabes que él es mi novio?
-Te lo explicaré en tres puntos.
-Primero, él fue el que te trajo corriendo al hospital manchado de tu sangre, gritándoles a todos que hicieran algo o si no él se iba a encargar de hacerlos comer tierra por el resto de sus vidas.
Reí al pensar que eso se parecía tanto a Jongin.
-Segundo, no por nada soy el director. Sé de muchas fuentes que ustedes siempre están juntos.
-Tch. Acosador… -dije cruzando mis brazos. –Yo sólo me informo, hijo~ -respondió sin darle mucha importancia al asunto.
-Y tercero. La manera en que Kim Jongin te mira no se puede describir. Es como si tu fueras su razón de vivir. Cuando te ve, sus ojos brilla de manera esplendida y créeme que yo como padre se reconocer esos ojos, porque fueron con los mismos con los que yo miré a tu madre.
Me volví a sonrojar. Kai era tan adorable y perfecto. Juro que no lo cambiaría por nada del mundo.
-Y para terminar, tampoco se me pasa la manera en que tu igual lo miras. Igualito a cómo el te ve.
-P-papá.
-Es solamente la verdad Kyung.
-Entonces… ¿Me das tu permiso?
Mi padre pareció pensarlo por un momento. –He leído su historial y tengo que decir que tiene un pasado bastante oscuro en las pandillas, pero se cuando lo veo que el ha cambiado debido a ti y a sus nuevos amigos.
Yo sabía de su pasado porque Jongin me lo había contando un poco después de que empezamos nuestra relación, pero en realidad no me importaba lo que el hubiera hecho antes, si no lo que seríamos de ahora en adelante.
-¿Entonces?
-De tu parte lo acepto, pero él tendrá que venir a verme a la oficina para que tengamos una “plática” de yerno a suegro.
-¡Ni siquiera me ha pedido matrimonio!
-Uno siempre hay que estar preparado. Pero así son las reglas. Hasta que el venga a hablar conmigo, daré mi bendición. –dijo muy convencido de sus palabras y ahora entendía de donde había heredado el ser un terco de primera. Ya decía que mi madre era muy amable y mansa para ser tan terca.
-Esta bien. Se lo diré cuando lo vea.
-No creo que tendrás que buscar mucho. Conociéndolo estará afuera esperando a que terminemos nuestra platica.
-Vaya, hasta lo conoces mejor que yo.
-Cuando sólo tengas un hijo único que quiere tener una relación amorosa con otra persona, verás lo que puedes llegar a hacer.
La manera en la que arqueó sus cejas hizo que todo mi cuerpo temblara. Mi padre en ese momento daba miedo.
-N-no te referirás a un d-detective, ¿Verdad?...
Él simplemente comenzó a reír y se levantó de su lugar para salir del cuarto.
-¡PAPÁ!
-Jajajaja, no sé. Tal vez. Nos vemos hijito mío. Dile a tu noviecito que se debe de andar con cuidado, porque si hace algo malo, no creo que podrá procrear hijos en el futuro. –dijo con una sonrisa que me hizo estremecer.
-¡PAPÁ! –grité de nuevo mientras lo veía desaparecer de la puerta.
Ahora también entendía de dónde me había salido lo asesino y sádico. Suspiré.
-Kyungie~ -entraron Jongin y nuestros otros 10 amigos al cuarto.
La tarde se pasó sencillamente en estar rodeado de mis amigos que me hacían sentir mucho mejor. Como Lú-hyung que Sehun peleando porque Sehun quería hacer unas cuantas cosas no aptas para menores y Luhan no quería hacerlas enfrente de todos. ¿Qué tal solos?.
Ugh no, ni quería imaginarlo.
Después el ChenMin, como le habíamos puesto a la pareja de Chen y Minnie, se la pasaban discutiendo de qué iban a comer cuando llegaran a casa, porque he de aclarar que en estos meses que habían pasado, Chen había ido a pedirle a su madre que le dejara vivir con Min en su casa. Esta había hecho un berrinche como niña pequeña a pesar de ser una mujer muy reconocida en el mundo de la moda, pero al final lo dejó ir, advirtiéndole que lo iba dejar sin descendencia si le hacia algo a su adorado bollito.
En cuanto a el TaoRis, ellos habían avanzado mucho más en su relación. Kris seguía siendo un narcisista y Tao un terco, pero raramente eran una pareja destinada a estar juntas. Aunque lo misterioso era que luego de su “Clase” de arte, Tao se reunía con nosotros a pasar la tarde, pero este siempre llegaba con chupetones y el uniforme desarreglado. La verdad no tengo interés en saber que tipo de clases le daba Kris.
El SuLay seguía siendo igual de empalagoso que antes. Dándose de comer en la boca. Besándose y diciéndose cuanto se aman a cada rato sin importarle que nosotros seamos los espectadores. Suho prometiéndole que le iba a comprar un unicornio si eso lo hacia feliz y Lay sonriendo como tonto emocionado. Pobre. Nadie le dirá que los unicornios no existen, pero ni quien tenga el corazón para romper la emoción de alguien tan adorable como Laynicornio.
El ChanBaek son igual de pervertidos como siempre. Susurrándose cosas sucias enfrente de todos y toqueteándose, haciendo que todos nosotros le gritemos cada vez “Consíganse un hotel” pero luego recordamos que la familia de Tao le regaló un hotel por su mayoría de edad y se nos pasa.
En cuando a Jongin y yo, siento que somos los mas normales, pero algunas veces, varias de hecho, Jongin se convierte en un carbón encendido y no. No es porque sea un poco moreno, si no porque se calienta tanto que hasta quema. No sabía que era alguien tan apasionado, pero cuando me sale con sus invitaciones un tanto indecentes ni yo lo detengo porque se que en el fondo igual lo deseo, pero no hemos llegado a mucho.
-¡Está nevando! –chilló emocionado Lú y todos volteamos al gran ventanal para comprobar que realmente estaba nevando. Dejando todo blanco con su pureza. Definitivamente aquí es a donde yo pertenecía.