(POV SEHUN)
La luz del sol entraba por uno de los grandes ventanales de mi habitación, despertándome inmediatamente al no poder aguantar más la muy desgraciada luz.
Gruñí al tener que levantarme. Realmente nunca me había atraído la escuela ni mucho menos, pero tenía que ir a fuerza, porque si no iba, mis padres me obligarían a modelar de nuevo para sus revistas y en lo más mínimo me atraía esa idea.
-Joven Oh, el desayuno ya está listo. –dijo la sirviente al otro lado de la puerta de mi habitación después de haber tocado unas cuantas veces.
-Entiendo, en un momento bajo. –le respondí en un gruñido. A veces pensaba que las pobres sirvientas no tenían culpa de tener que levantarme, ya que ellas tenían ordenes directas de mis padres para levantarme cada mañana para ir a desayunar, pero sinceramente, todo se me olvidaba en el momento que sus horrendas voces me despertaban del hermoso sueño que estaba teniendo con mi profesor de educación física.
ESPERA.
¡¿ESTABA TENIENDO UN SUEÑO CON MI PROFESOR DE EDUCACION FISICA?!
¡¿ESTABA TENIENDO UN SUEÑO CON… LUHAN?!
¡¿PERO, QUE CARAJOS ESTABA MAL CONMIGO?!
No, no, no y no. No me podía estar gustando mi propio profesor. NO. Eso era imposible.
Me encontraba en mi cama todo agitado ante el solo pensamiento de que había estado soñando con Luhan la noche anterior. Por lo que, decidí levantarme de mi cama y darme una rápida ducha para quitar todos los pensamientos negativos de mi mente en ese momento.
Al terminar la ducha, me puse inmediatamente mi uniforme y me dirigí hacia el comedor para medio ingerir mi desayuno antes de salir de la casa y dirigirme a la cochera para elegir mi auto favorito que había recibido por mi cumpleaños.
Un nada más y nada menos que, un Tauro v8 spider negro que me dejaba sentir el aire en mi cara mientras lo conducía.
Mientras conducía, la sola imagen de Luhan pasaba por mi mente, su ceño fruncido en la primera vez que nos encontramos y sus delicadas facciones faciales. Diría que todo en el era perfecto. Pero, me pregunto de nuevo, ¡¿Qué demonios hacía yo pensando en él?!
Entre suspiros y una batalla mental que me dejó cansado incluso antes de que tuviera clases, llegué a la escuela de alguna manera a salvo.
Estacioné mi auto a lado de un Corvette Stingray, blanco. Definitivamente el dueño de ese auto tenía un gusto exquisito.
Bajé mi mochila y me la puse en el hombro, mientras me dirigí a la primera clase. Pero me acordé que no tenía ni la mínima idea de cuál era la primera clase, por lo que me dirigí hacia el tablero que contenía todos los horarios y busqué con mis ojos hasta que encontré el que era de mi clase y vi que me tocaba educación física.
¿Seriously? … me pregunté. Primero me venía atormentando con la idea de que había soñado con Luhan y ahora, ¿Tengo que verlo?. WOW, ironías de la vida.
Y para joderla más, estaba tarde. De seguro se enojaba conmigo.
Suspiré por milésima vez en el día y resignado, caminé a donde estaba el gimnasio.
Al llegar, abrí la puerta sin molestarme en no hacer ruido. Ya que si iba a llegar tarde, tenía que hacer una gran entrada. Porque, TODOS TIENEN QUE SABER QUE EL GRAN OH SEHUN ACABA DE LLEGAR. Así de fácil.
Todos los ojos se dirigieron hacia donde yo entraba en modo, YA LLEGO SU PAPI BITCHES.
-¿De nuevo tarde, Oh Sehun? –dijo con una ceja alzada Luhan mientras me sentaba enfrente de todos en el centro del gimnasio.
-Lo siento profesor, verá… Una vaca se atravesó en el camino y tuve que esperar, luego de eso, una anciana tenía que cruzar la calle, y porque soy una persona muy amable, decidí ayudarla. Luego Miranda Kerr y Chris Brown estaban dando autógrafos y como soy muy fan de ellos, me detuve a pedirles una y por eso llegué “un poco” tarde. –dije calmadamente como si fuera la gran verdad más sincera que halla dicho en toda mi vida.
-Oh. No sabía que Miranda Kerr estaba en la ciudad. –dijo sorprendido y yo pensé que estaba salvado, pero todo fue una farsa. –Muy buena excusa, espero para la próxima una más creativa, creo que esta vez le faltó un poco de imaginación, joven Oh. Por lo que está castigado al final de la clase. –dijo con una sonrisa hermosa. La mas hermosa, diría yo. Y por alguna razón, no me molestaba para nada que me hubiera castigado. –Pero debo de decir que ha sido muy graciosa su excusa. –dijo entre pequeñas risas mostrando sus dientes, haciéndome sonreír como tonto al estar embobado en su sonrisa. –Cuando desee estoy dispuesto a decirle otra, profesor. –dije con un guiño y pude ver como su cara se ponía roja y tosía nerviosamente para dejar de prestarme atención y seguir la clase.
Durante toda la clase, estuve observando sus acciones detenidamente. Por alguna muy extraña razón, mi profesor se me hacía muy interesante y lindo.
Por estarle prestado mucha atención a Luhan, no me di cuenta en qué momento la campana sonó y estaba a punto de pararme e irme cuando su terciopelada voz me llamó. -¿A dónde cree que va, joven Oh?, Usted está castigado por llegar tarde –Pude jurar que escuché una pequeña risa de su parte al terminar de hablar.
Me volteé y me acerqué. Extrañamente, su cara cambió de ser una juguetona a una nerviosa al tenerme muy cerca. Yo sonreí a observar lo que provocaba en mi hermoso profesor que parecía ciervo, por lo que susurré a su oído. –Bien profesor, ¿Qué desea que haga por usted?
Luhan comenzó a tartamudear sin darse a entender y le alejó de un suave golpe. -¡d-d-diez vueltas al gimnasio, ahora!
Mi semblante mostró cierto descontento ya que ese gimnasio era enorme, lo suficiente grande para que más de 800 alumnos que asistían a esa escuela pudieran entrar, pero siendo él mi profesor no me dio de otra opción que dejar mi mochila en el suelo y comenzar a correr.
***
Sudaba a mares y mi camisa estaba mojada de sudor. Mis piernas no se podían mover más. Mi pecho subía y baja repetidamente junto con mi entrecortada reparación. –N-no cree que .. –respiro- se pasó un poco con … -respiro- el castigo..? –terminé la oración a puras penas por que de tan cansado que estaba no podía ni formar una oración congruente.
-No, creo que fue muy decente, para que no se olvide de nuevo de esta clase y llegue temprano –dijo suavemente mientras se acercaba sonrojado y me pasaba una toalla. –No se preocupe, nunca me olvidaré de usted. –dije con dobles intenciones mientras tomaba la toalla, haciendo que su cara de tornara color rojo tomate. –Y-y-yo..- no pudo formular nada decente por lo que se quedó callado en lo que yo me secaba con la toalla que me había dado y al parecer era de él, porque tenía su aroma impregnado en la misma.
En los pocos minutos que estaba tratando de secar todo el amazonas de sudor que salía de mi cuerpo, pude ver como observaba a mi abdomen mientras mordía su labio. Bajé la vista a mi abdomen y este se podía traslucir ya que mi camisa estaba pegada al mismo a causa del sudor.
Sonreí al tenerlo observándome. -¿Le gusta lo que ve?~ -dije con una media sonrisa. El pronto apartó la mirada aún más rojo que antes por haber sido descubierto, si eso era posible. –N-n-ni quien te estuviera viendo. Me tengo que ir, luego me devuelver la toalla. Ve a clases. Adiós. –dijo todo esto tan rápido que parecía que estuviera rapeando y reí ante su inocencia.
¿Será que esto que estoy sintiendo es … Amor?
Cuando llegara a la cafetería, les preguntaría a mis hyungs, de seguro ellos sabrán.
Después de tomar las fuerzas suficientes, me paré del suelo del gimnasio, tomé mi mochila y tambaleado salí del gimnasio, rumbo hacia la cafetería para aclarar esa grande duda que venía atormentándome.