En su mente se binó esa conversación que tuvo con su gran amigo Mate sobre las carreras clandestinas
-sé que llevas mucho sin tener una buena carrera
-si… quiero de nuevo correr
-por los barrios bajos se realizan carreras clandestinas, ve en una chance que tengas, empiezan a partir de media noche
-¿enserio?
-no en realidad no, a media noche es donde llega el gran Francesco, el mejor de ese lugar ¿pero tú con facilidad lo vencerás verdad?
-claro Mate, estás hablando con el Rayo McQueen, él novato del año
-¿con que cara le diré que perdí? ¿Con qué cara me presentare cuando sepan que un corredor clandestino me gano?—suspiro profundo para prestarle más atención al camino
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Después de la carrera, que aun que lo negará, fue la mejor y más reñida que ha tenido des de que comenzó a correr en los barrios bajos, después de ser rodeado por admiradores y unas que otras chicas, se retiró del lugar, conduciendo hacia su hogar, una casa decente, ni tan rica ni tan pobre, bajó del carro y camino a la puerta, sólo esperaba que su madre no se hubiese desvelado a su llegada
Abrió la puerta y entro a la casa con sigilo, pero la luz se prendió de repente revelando una mujer de casi 40 años, castaña, una madre que se le notaba el cansancio en la cara por todos los años que le dedico a su hijo pero igual continuaba, después de todo era una madre
-¿Cómo te fue?
-ya sabes… siempre carreras de última hora
-hijo… quizás no sepa nada de los eventos de los corredores pero se me hace exagerado que siempre corras e estas horas de la noche ¿qué les pasa a esa gente?
Narra Francesco
Mire algo melancólico a mi madre, no quería mentirle, pero igual no quería que se preocupara a un más, que mi sueño jamás se hizo realidad… que en realidad trabajo en un burdel y en donde tengo oportunidad de correr son simples carreras clandestinas para ganar más dinero, no quería llegar esa noche diciéndole que todo había sido un fraude y enzima me habían violado, esa luz en sus ojos de ver a su hijo cumplir su sueño se le notó en cuanto cruce la puerta, esperando que le dijera que ya estaba en el mundo de las carreras, le mentí para un bien mayor, no me gusta verla sufrir sobre todo por mi causa
-pues… son cosas de los jóvenes hoy en día
-pero que juventud-dijo mirando a otro lado quedándose pensando unos momentos— ¿quieres cenar?
-no… madre, descansa, no tengo hambre
-¿seguro?—dijo acariciando mi mejilla, aguanto toqueteos y desveladas… pero bien todo vale la pena cuando me acaricia, me mantuvo de niño ahora me toca a mí cuidarla
-seguro—mi madre se dio media vuelta y camino a su habitación mientras yo me dirigía al refrigerador y sacaba un pedazo de tarta de manzana, me la fui comiendo mientras caminaba a mi habitación
Me quite la camisa y en ese momento me vi en el espejo, me acerque a él notando los mordiscos que tenía mi cuello, lo estire un poco para verlos mejor, ya sólo eran un par de círculos que se desvanecían, llevó casi tres meses trabajando en ese lugar pero las malditas marcas no desaparecen, me mordió muy fuerte esa noche, fruncí el ceño y me coloque una camisa de dormir, me quite el pantalón y me quede en bóxer, que por cierto estaban cortos y pegados un poco a mi cuerpo, quizás trabaje en un lugar tan vulgar pero igual me gusta presumir mi cuerpo ¿para que tienes un cuerpo escultural si lo ocultas? sonreí por lo pensado, igual me gusta ver mi perfecto yo
Me avente a la cama y mire el techo, me lleve mis manos a la nuca y mi piernas las flexione un poco, al mirar hacia abajo note la reciente marca de hace un mes
-a ese hombre se le para cada mes—sonreí por mi ocurrencia, pero simplemente era la verdad, soy de su “propiedad” y tan sólo me ha citado dos veces a su oficina, lentamente mi sonrisa se desvaneció al momento de recordar la primera vez que me toco ¿Cómo no olvidar ese día? En donde creí que por fin alguien me patrocinaría, me llevaría a mi sueño de corredor, pero igual antes no media las consecuencias
Flash Back
Se encontraba un poco emocionado en una oficina mientras esperaba al que prometió patrocinarlo, lo vio correr en las carreras clandestinas y le dijo que al día siguiente al anochecer lo vería en su oficina para llegar a un acuerdo y patrocinarlo.
-eh Francesco—se escuchó una voz madura a sus espaldas, éste volteo para ver al hombre que entraba a su oficina escoltado por dos hombres que se mantenían alado de la puerta
-Sir Axerod—saludo, pero igual dudo, tenía un extraño presentimiento
-muchacho, veo que viniste
-dijo que me patrocinaría
-claro, claro—se le escuchaba extraño—las carreras son tu vida
-pues claro que si—la manera en que alagaba era rara, algo extraño pasaba y lo sentía
-¿no te gustaría trabajar en otra cosa? ¿algo que te dejara más dinero?
-no… no lo creo… me gustaría viajar—frunció el ceño, ese hombre comenzó a rodearlo, Francesco lo seguía con la mirada
-¿estás seguro?—dijo colocando sus manos en los hombros del chico—después de todo eres un chico muy guapo por no decir sexy—dijo acariciando su mejilla
-de acuerdo… pues creo que me iré, mi madre me dio un tiempo límite y creo que ya pasa—dijo parándose rápidamente y caminando con sigilo a la puerta
-¿Qué no quieres discutir tu trabajo? Te enseñaría hacerlo—cruzo sus brazos y miro divertido al chico que lo miraba con fastidio
-está enfermo—intento llegar a la puerta pero los hombres se pararon enfrente de esta, Francesco sólo los miro
-creme que no podrás salir de aquí hasta que tu respuesta sea si
-¿a qué?
-a todo lo que te pregunte—se había acercado hasta el joven de manera de estar cara a cara, frunció el ceño eh intento apartarlo pero éste lo tomó de ambas muñecas para que no escapara
-sueltame degenerado-comenzó a forcejear asta que sintió el cañón de una pistola alado de su cabeza
-no te combine resistir-sintió como el arma bajaba lentamente, acariciando su mejilla y llegando a sus labios—puedo matarte si te resistes—obligando a que abriera la boca y introducirá el arma en está, Francesco cerro los ojos y lentamente su cuerpo comenzó a relajarse, podría tocarlo más no le daría el privilegio de verlo sumiso, no desaparecería la mirada de odio hacia él, no lo escucharía gritar
De un brusco movimiento los guardaespaldas ataron sus manos detras de su espalda, al hacerlo se retiraron y cerraron la puerta por afuera Francesco volteó a ver al sujeto sin perder en sus ojos el odio que le tenía
-verás que te quitaré esa maldita expresión-Francesco función aún más el ceño a pesar de saber lo que se aproximaba, lo condujo hacia una silla que estaba detrás de su escritorio, ya ahí lo sentó
El joven lo miraba atento mientras el hombre dejaba el arma en el escritorio para luego quitarse el saco, mientras se deshacía de su corbata y su cinturón, acariciaba también el rostro del chico atado, éste simplemente se apartaba bruscamente del contacto ajeno
-¿conque rebelde eh?—rápidamente elevo las piernas de Francesco hasta su pecho, dejándolo en una posición vulnerable y vergonzosa, sacando una navaja de uno de sus cajones, desgarrando la parte en donde se encontraba su parte íntima y su ano.
No pudo hacer nada, frunció el ceño al sentir la lengua de ese cerdo lamiendo su entrada y penetrándolo un poco con la punta de su lengua, las dos manos sostenían sus piernas en esa posición, quería bajarlas pero el idiota no lo dejaba, sin quererlo apretó un poco su entrada, aprisionando más la lengua de su captor
-ah…—se mordió el labio inferior, no le daría el privilegio de oír nada de él
-te daré algo que te haga gemir mejor
-púdrete bastardo asalta cunas
-no estás tan chico
-pero usted está muy viejo—sintió como abría sus piernas pero sin dejarlas de empujar hacia con él, esa posición lo estaba incomodando
-quiero terminar rápido así que empecemos—sintió el miembro del sujeto intentando entrar y sin piedad entro feroz en su interior, cerró los ojos y apretó fuertemente los dientes, sin quererlo las lágrimas empezaron a salir de sus ojos, eso dolía mucho, sin duda había sangrado. Maldijo la reacción de su cuerpo, esas lagrimas que salían sin su permiso, el hombre podría creer que esas gotas saladas es por su llanto o por el placer, fuera cual fuera su pensamiento igual era humillante
Sonrió por la reacción del castaño, agachándose hasta estar cerca de su rostro, sacando su lengua, lamiendo todo el camino que recorrió la lágrima del ojo izquierdo hasta llegar a su ojo a lo cual también lamio
-eres delicioso
-nhm… ahg—cerro los ojos y a los pocos segundos abrió el derecho, la expresión de dolor simplemente no podía desaparecer
-¿Qué sucede?—dio otra embestida fuerte— ¿qué tienes Francesco?—se burlaba, se burlaba en su cara
-duele… duele—intento de una manera sobrehumana aguantar tal acto
-creí que eras rebelde
-ahh… eso duele—las lágrimas salieron con más abundancia, la silla se movía violentamente y los gemidos del hombre se los restregaba en su cara, sus lamidas, sus besos le daban asco
Se detuvo de repente y salió del castaño para luego arrogarlo al suelo en sima de la alfombra color tinto, abrió sus piernas y de nuevo entro en su interior
-AHHH… mal… maldito… ahhh—le dio una embestida para que se callara, lo movía con violencia
No supo cuánto tiempo ese maldito pervertido había entrado y salido de su interior, su cuerpo estaba exhausto, su camisa abierta, en su cuerpo once mordidas en la parte derecha de su cuerpo, tres en la parte del pecho, una de esas tres estaba encima de su pezón, cuatro mordidas en la parte del estómago y otras cuatro en la parte de su abdomen, a su alrededor aún estaba el color carmesí
-buen trabajo, te espero aquí a las diez para que comiences a trabajar—Francesco se levantó y lo miro con odio, quizás el brillo en sus ojos se había ido pero aun así no quedaría traumado
-ni creas que volveré—dijo molesto intentando acomodar su ropa, de manera que no se viera que estaba rota
-creme Francesco—camino hasta su escritorio a la par que se sentaba en su silla, juntando sus manos y colocando sus codos encima del escritorio—volverás
Sin decir nada más se marchó, tenía intenciones de denuncia tal atrocidad, no se quedaría tan tranquilo. Al llegar a su hogar abrió la puerta y entro, no fue que su madre lo intercepto y lo abrazo
-¿cómo te fue amore?
-mamma… yo—bajo la mirada a la par que miraba a otro lado
-me alegro que mi pequeño cumpliera su sueño—eso lo desconcertó, al levantar la mirada se encontró con una ilusión por parte de su madre… ¿sería capaz de darle ese golpe en su corazón? Se ve tan feliz
-si… entre a las carreras—se quedó pensando unos momentos—y ganare más dinero de lo que esperaba—sonrió para que su madre lo creyera pero por dentro estaba preocupado.
Al día siguiente, exactamente a las diez de la noche, de nuevo apareció en el despacho de Sir Axerod, en todo momento su expresión de furia no desaparecía
-¿y bien Francesco?—tragándose su orgullo, cerro los puños al momento que decía lo que tenía que decir
-explícame lo que tengo que hacer en el maldito burdel
Fin de Flash Back
Suspire cansado para dejar que el sueño me venciera, no sin antes recordar como vencí a un novato en las ligas mayores y un experto en las carreras clandestinas
-pero que miserable—sonreí, como me gustaba mentirme a mí mismo, obviamente nadie sería más miserable que yo
Continuara…………………………………………….