Pan y patatas.
TaeMin;
Limpio un poco de pasta de dientes y babas de mis apuntes de matemáticas con el ante brazo. Sé que debería concentrarme en leer lo que pone, o en escupir la pasta de dientes, o en lavarme los dientes e irme de una vez al instituto o llegaré tarde, pero sólo puedo pensar en esa canción, Replay. Es la canción que nos hemos aprendido con la coreografía.
Es una tontería, pero quisiera poder cantar las líneas de Kim JongHyun.
- ¡TAEMIN! – Cogía aire para volver a cantar y un poco más y me ahogo; con el susto que me acaba de dar mi hermano casi me atraganto con el cepillo de dientes. - ¿¡Quieres volver a llegar tarde o qué!?
Últimamente insiste en acompañarme un poco en el camino hacía el instituto.
- ¿Vas a esa academia hoy otra vez?
- Sí. – Apenas le presto atención: llevo los apuntes de matemáticas pegados a la nariz. Bah, no sé ni por qué lo intento; no por estar más cerca se me van a meter en la cabeza todas estas fórmulas... – Esto es una mierda.
- ¿Eh? ¿Tienes examen? – Será mejor que no le diga la verdad, de seguro se chiva a mamá.
- ¿Para qué tengo que saber esta mierda? ¿A caso voy a usarlo algún día en la vida real? - ¡ODIO EL INSTITUTOOO...!
- Jaja ¿A caso crees que vas a poder vivir del cuento? Los bailarines no ganan tanto como un contable ¿lo sabes, no? - ...Y eso qué importa... – Deja de creer en tonterías y céntrate en tus estudios.
- ... Eso intento... ¿Qué no ves? – Pego los apuntes a mi nariz otra vez, pero ya no ando igual que antes, puedo sentirlo.
Espalda curvada, hombros caídos, cabeza gacha. No, sin duda esta no es la postura más adecuada para un cantante...
- Mira...Es normal creer en esas cosas, y es cierto que bailas muy bien, TaeMin, pero no te hagas una idea que no puede ser, ¿entiendes? Porque eso sólo hará que decepcionarte. – Me da unos golpecitos en la espalda, apretándome el hombro con la mano. – Sé que tus notas bajaron mucho el año pasado. Y he visto tu último examen; un suspenso. ¿Es por eso que se meten contigo? ¿Por qué eres el peor de la clase?
- ... – Una de tantas cosas...
- Céntrate en estudiar, ¿de acuerdo? No te confies en lo del baile. – Mucho menos en cantar, por supuesto... – Y tranquilo, no diré a mamá nada de ese examen. – ¿Eh? ¿Ah, no? – Pero como suspendas este, pienso intervenir, ¿queda claro?
- Sí. Clarísimo...
Tengo que aprobar como esa.
MinHo;
- Muy bien Choi MinHo.
Las hojas caen sobre mi pupitre, y antes de que lleguen a mis manos, incluso cuando aún estaban en las manos del profesor, mis ojos ya están desesperados buscando la nota.
Aprobado. Un notable.
No es mi mejor nota en los estudios.
- ¿Por qué no entras en el equipo de fútbol del instituto, MinHo?
Desde que el balón llega a mis pies en el patio del recreo, mis amigos están pendientes de lo que pueda hacer con él, y casi dejan las conversaciones a medias.
- ¿No entiendes, idiota? Paso del fútbol. No es ningún reto. – Respondo sin más, ya haciéndolo flotar con sólo darle unos toques. – Además, la ropa de deporte sienta fatal. Prefiero los trajes y la ropa de moda que visten los idols.
- Eres un presumido. – Se ríe uno de mis amigos.
- Seguro que sólo estudias baile para ligar con las chicas.
- ¿En serio crees que me hace falta? Jaja – Envío el balón bien lejos de una patada; en seguida otros chicos de nuestra promoción corren a buscarlo para jugar un poco, aunque hoy casi todos estamos de exámenes, o sea, repasando. – No me interesan.
- ¿A caso eres homosexual? – ¿Qué? Pero qué dice este ahora.
- No. Digo que no es por eso que estudio baile. Es porque me gusta. Me gusta el arte, ¿Comprendes o no?
- ¿Pero en la universidad estudiarás algo más bueno, no? ¿Qué salidas tiene estudiar música?
La verdad es que ni siquiera pienso en la universidad, pero si fuese, sí, supongo que estudiaría eso.
Pero... ¿Salidas? No, no sé... No tiene, supongo.
Lo único que tiene salida en el mundo de la música y el espectáculo es estar en una buena academia o compañía con renombre. La única salida es entrar por la puerta grande.
O debut o nada.
Sigo con exámenes, así que de camino a las clases de baile leo mis apuntes, y el tiempo que me queda hasta la clase, lo paso en la entrada, aún estudiando.
Veo a los de siempre, entrando caminando, corriendo, riendo entre ellos, en grupitos, otros solos... Y entre ellos veo a Kim KiBum. Le saludo con la cabeza, tampoco quisiera ser descortés con él (aunque él lo es conmigo).
- ¿No deberías ir para clase? – Grita. Su voz cuando habla es tan molesta...
- Estoy estudiando.
- Ah. Bien. Hasta luego.
¡AGH! ¡Es odioso...!
Se va por la escalera paseándose de esa manera... Él debe tenérselo muy creído; ¡Claro! ¡Cómo es el perfecto artista...!
“Holaaa, me llamo Kim KiBum; sé cantar, bailar y rapear. ¿Qué haces aún aquí? ¿No deberías estar trabajando tu voz o tus torpes pasos de baile? Soy un artista nato sin miedo a nada; incluso me vengo desde mi instituto que está a dos horas de aquí yo solo...”
Ya le pierdo de vista por suerte; me pone enfermo sólo de verle... es tan, tan...
Historia. Debería seguir estudiando historia.
O fútbol.
O Derecho.
O Caminos.
Esto es una pendejada, ¡No voy a cantar ni bailar ni rapear nunca tan bien como Kim KiBum!
- ¡Hey, MinHo! – La alegre voz de JongHyun me llama la atención, pasando también frente a mí, camino a clase. - ¿No es tarde ya? Deberías subir para el ensayo.
- Ah... Yo... N-no me siento muy bien del estómago...Creo que me iré a casa...
- ¿Eh? Ah, bueno, cómo tú veas.
Se aleja.
Se aleja para encontrarse con Kim KiBum, y con Lee JinKi, que sale por el otro pasillo.
Ellos son los que valen, y lo saben. No se esmeran mucho en ocultarlo; no es necesario.
Casi me olvido de TaeMin ¿Dónde está? Estoy seguro de que si hubiese pasado frente a mí me habría saludado. Él tiene talento también, además de ser tan lindo... Pero es muy simpático y divertido; no, no me habría ignorado... ¿no?
Saco el móvil de mi cartera y le escribo un mensaje amigable. ¿A caso te has olvidado de venir al ensayo? Pero si es lo que mejor se te da...
“A TaeMin: ¡Hola TaeMin! ¿Estás bien? Ya es hora de ir a la sala de ensayo y ni rastro de tu cara de pillo ;P”
Le doy a enviar con una sonrisa. Es inevitable hacerlo cuando se trata de él. Es la persona más dulce que he conocido aquí por el momento...
Sinceramente yo... me pregunto qué pensará él de mí...
“TaeMin: Estoy en el cibercafé, no pensé que fuese ya esta hora xD Creo que no voy a ir.”
¿Qué?
¿Cómo que está en el cibercafé? ¿¡Es que se ha vuelto loco!? ¿¡Va a saltarse el ensayo...!?
TaeMin;
“MinHo: ¿Cómo que no vas a venir? ¿Te has vuelto loco? Ash. ¿Y qué hago yo?”
¿Cómo que qué hace él? Pues lo que quiera.
He perdido una partida por tener que responder a sus mensajes tontos, pero no voy a volver a picar con eso: esta vez me follo a estos camperos inútiles. Je, seguro que son universitarios; esta gente tan friki...No tiene ni idea de combatir on-line; puros viejos...
“MinHo: ¿Dónde estás?”
¿Qué pasa? ¿A caso piensa saltarse clase o qué?
“A MinHo: ¿Vas a saltarte la clase? Hablamos luego. Estoy jugando.”
“MinHo: ¿Dónde?”
Tsh... No sirve de nada que le ignore, ¿no...? Va a estar preguntándome todo el rato... Será mejor responder ahora y que haga lo que quiera.
Pasados los minutos, después de un par de victorias y muchas derrotas, casi ya no espero ver a MinHo; supongo que hizo lo lógico, lo normal, lo que debí hacer... No, no, yo no. Por que se acabó. Para mí ya se acabó.
- Hey.
Sus ojos saltones miran a los míos, abiertos como platos, casi pareciendo tan grandes cómo los suyos. ¿¡En serio ha venido!?
- Oh. N-no pensé que vinieras ya... – Pero sí lo ha hecho: aquí está, sacándose la chaqueta para tomar un asiento a mi lado, en esta cabina estrecha, frente a la computadora. – Ah... ¿Quieres pedir un refresco? Tienes que ir allí a la barra...
- Sí, ya pedí. – Se sienta mirándome, y yo aún no me creo que esté aquí. - ¿Qué...? ¿Qué demonios tienes en...? – Oh, mierda.
- Ah. No es nada.
- ¿Te diste un golpe? – Siento cómo me toca la mejilla, pero no es su piel lo que me estremece, ni mucho menos. Es la mía.
- Dije que no es nada; no lo toques. ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el ensayo?
Traen su refresco, y mientras le sirven y él da unos sorbos, siento que me hundo. Siento que las ganas de llorar vuelven a mi garganta.
- ¿Para qué? ¿A caso puedo aprender a bailar cómo tú? ¿O a rapear? ¿O cantar? – Escucho cómo se queja, concentrándome en respira profundamente, ignorar este peso sobre mi pecho, este dolor en la garganta... - Paso. Mejor vengo y juego contigo un rato. Lo que no entiendo es qué haces tú aquí.
¿Yo...?
- Nada. Tomar un descanso. – Creí que no me saldría la voz, pero conforme he ido hablando... creo que mis sentimientos vuelven a estar bajo control. - Voy a tener que estudiar mucho a partir de ahora si quiero recuperar mis notas de antes.
- ¿Eh?
No voy a ocultarlo más; tengo que decírselo, cara a cara. Es la única forma de hacerlo más cierto, de creérmelo aunque no quiera ni pensarlo.
- Ya te lo he dicho, se acabó.
- ¿Qué se acabó el qué? - ¿¡Es que eres idiota...!? Pues ale, ya no puedo aguantar más tu mirada; mejor sigo concentrado en la partida.
- ¡Que ya no voy a volver a SM! Dejo las clases de canto, de baile y de todo.
- ¿¡QUÉ!? ¿¡Por qué!?
- Porque sí.
- ¡Tú no puedes dejarlo! – ¿A no? ¿Quién dice?
Le miro para reprocharle, pero... pero soy incapaz.
MinHo también me mira, me mira directamente, con los ojos vidriosos, frunciendo el ceño, apretando los dientes. ¿Por qué está enfadándose conmigo? ¿Por qué él también?
- ¡Sí tu lo dejas, yo lo dejo!
- ¿Eh? Ts. No seas idiota, MinHo... – Casi me había emocionado, pero eso es la mayor estupidez que podía decirme. – Tú lo vales para ser un idol... No seas idiota de dejarlo por mí...
- ¿Qué yo lo valgo? ¡JA! ¿¡En qué valgo algo exactamente!? ¿¡Algo más que tú!? – Ahora sí, dejo la partida definitivamente.
- ¡Por Dios, MinHo! ¡Mírate! ¡Sólo hazlo! ¡Eres alto, apuesto...! ¡Eres modelo!
- ¿¡Perdón!? ¿¡A caso SM es una agencia de modelos!?
- ¡Ah! ¿¡A caso crees que aceptarán a alguien con mi cara de pan y mi nariz enorme de patata!? ¿¡Y con...con...unas notas bajísimas!? ¿¡Y con sólo catorce!? ¡Me pasaré la vida entrenándome y al final para nada!
Un día tendré veinte años, no tendré estudios, habré desperdiciado dinero, seremos pobres, y encima tendré un trabajo de mierda en la cafetería de algún sitio. ¿Y todo para qué? Para nada, para nada en absoluto.
- ¡Tu cara de pan es perfecta, imbécil! ¿¡En serio crees que tú no eres guapo!? ¡Eres jodidamente adorable, joder! ¡Además bailas increíble y puedes cantar! - ¿En...en serio piensa eso...? No es la primera vez que me lo dice pero yo... creí que era en broma... Burlándose de mí... - ¡En serio te digo que cómo dejes SHINee se acaba nuestra amistad! ¡TÚ no puedes desperdiciar tu talento así! No, ¡TÚ, NO!
- ¿¡Qué talento!? ¿¡QUÉ TALENTO!? ¡No tengo nada que desperdiciar! ¡S-sólo tiempo y dinero! ¡Y ya estoy harto de estar perdiendo las dos cosas! ¡No eres nadie para decidir mi vida! ¡Lo dejo y punto!
Estoy tan furioso que ni siquiera el golpe que da MinHo en la mesa me asusta; sólo me da aún más energía para discutir con él.
- ¡Cómo vuelvas a decir que lo dejas, te doy una patada!
- ¡Adelante! ¡No será la primera que reciba hoy!
Sin asustarnos, sin sobre saltos, los dos nos giramos al camarero del ciber, de pie detrás de los dos, cogiéndonos por el respaldo de las sillas.
- ¿¡No deberíais estar estudiando, vosotros dos, niños!? – Le giro la cara, pero MinHo es mucho más educado.
- Lo siento.
- Si volvéis a gritar os apago el ordenador ¿queda claro? Cuando se termine la sesión os vais de aquí. – Mierda, sólo me quedaban quince minutos... Pensaba ir a pagar una hora más... – A discutir os vais a la calle.
- Sí señor, lo sentimos. – Y el tipo y MinHo me miran a mí.
No tengo nada que decir, lo siento. Le miro lleno de rabia y frustración, quizás este tío lo comprenda, quizás él comprenda que mi vida es una mierda...
- ...si señor, disculpe... – Acabo murmurando y por fin se larga.
Su mirada me intimidaba mucho, además, sé que tiene razón. Por asquerosa que sea mi existencia, no tenía derecho a estar alborotando aquí...Dónde todos venimos a relajarnos y olvidarnos de nuestras asquerosas existencias en general.
Cuando he visto que se alejaba, me he sentido muy aliviado, pero al girar la cabeza para la computadora, he encontrado la mirada de MinHo.
- ¿Cuánto te queda? – Pregunta agresivo y no puedo evitar agachar la cabeza. No es sólo mayor que yo, es... supongo que es mi amigo y... y...
- ...quedan sólo... – Lo reviso en la pantalla. – Quedan sólo diez minutos...
- Vámonos de aquí. Vamos al parque.