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Todo mundo siente un gran dolor en alguna parte de su vida, de distintas maneras y de diferente intensidad.
Pero llega a ser tan grande que te deja una gran cicatriz, un gran vacío, un gran hueco, un gran peso y un gran dolor. Estoy seguro que lo has sentido en algún momento.
Recuerdo que cuando tenía 17 años encontré un gatito bebe en una bolsa de dibujos y lo traje conmigo a casa. Estaba demasiado débil como para poder pararse por sí solo; me dio tanta tristeza que no tuve corazón para dejarlo. Estuve todo un día intentando cuidar de él pero para mí mala suerte no tenía el dinero suficiente para poder pagar un veterinario y murió mientras estaba recostado en mis manos sobre mi pecho.
Llore demasiado aquella noche; culpándome por no haber podido hacer más, odiando a la persona que lo abandono, rogándole que me perdonara por no haberlo podido salvar. Recordarlo aún me hace llorar.
La siguiente perdida fue mi visión. Pensé que al estar con YiFan todo sería más llevadero y por los siguientes dos meses lo fue… hasta que se cansó de mí y me dejo. Así que la siguiente perdida fue YiFan.
No quiero más perdidas. Sé que no podre soportar más.
No quiero perder a JongIn, no quiero perder a SeHun.
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Desperté jadeando con un dolor de cabeza bastante molesto debido a la pesadilla que se repetía desde la última semana. Esta vez no desperté gritando pero aun así Kai vino a mi habitación, escuche sus pasos antes de abrir la puerta.
-¿Yi?- su adormilada voz me hizo cuestionarme como era capaz de escucharme y venir casi al instante a verme. Enternecí por su cariño hacia mí. –un mal sueño ¿verdad?- dedujo mientras se recostaba a mi lado y me rodeaba con sus brazos después de besar mi frente. -¿es tu cabeza?- asentí volviendo a cerrar mis ojos. De inmediato sentí sus labios haciendo presión en mi frente unas dos veces más. Ese era su “remedio natural”.
-gracias JongInnie.- sonreí dejándome abrazar contra su pecho. Al cabo de unos minutos me quede dormido de nuevo.
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Los malos sueños seguían metidos en mi cabeza, dormí poco debido a eso. Sé que ya estaba demostrando que podía seguir con mi vida aunque estuviera ciego pero aun existían los días donde las discriminaciones de YiFan me atormentaban. No quiero seguir asustándome por eso, ahora tengo a personas maravillosas que me ayudan a caminar entre la oscuridad.
Cuando llego Kai fue como un recordatorio de que no solo yo la tengo difícil, la vida lo puso en mi camino y entre los dos nos estamos reponiendo de nuestras heridas. Él pudo sobrellevar el desprecio de sus padres ante su preferencia sexual y el engaño de un idiota. Ahora sigue sus estudios universitarios en la mejor escuela de artes y trabaja medio tiempo con otro buen hombre que nos ayuda: Kim JunMyeon.
SuHo hyung apareció como caído del cielo cuando Kai y yo estábamos muy preocupados por el poco dinero que teníamos. Ambos dejamos nuestros hogares y nos habíamos ido a vivir juntos a un departamento que rente antes de vivir con YiFan. El hijo del dueño me reconoció y no dudo en bajarnos la renta hasta que pudiéramos estabilizarnos económicamente pero llegamos a un punto donde comenzó a faltarnos dinero para las cosas básicas. Yo no podía trabajar debido a mi accidente y era realmente frustrante ser el inútil mientras JongIn se partía la espalda estudiando y trabajando.
Nunca me recrimino nada y secaba mis lágrimas de frustración cuando lloraba por sentirme inútil. Kai siempre me repetía que todo lo que él estaba consiguiendo y la persona en la que se estaba convirtiendo era por mí. Yo fui su salvavidas cuando se estaba ahogando en la pena y su luz para mantenerlo por el camino correcto. Siempre lograba hacer que parara de llorar en cuanto decía todo eso.
¿Por qué YiFan no había hecho lo que JongIn hacía por mí?
No pude evitar compararlos pero el ganador siempre era JongIn y siempre lo seria. Kris comenzaba a ser un agrio recuerdo poco a poco. Gracias a Kai comencé a dejar de llorar por él y de llamarlo por las noches. Gracias a Kai comencé a superar a YiFan. Él también fue mi salvavidas y mi luz.
Cuando llego SeHun fue algo extraño. Ambos habíamos perdido alguna parte vital de nosotros. Perdí mis ojos y el perdió su voz y aun así pudimos volvernos amigos rápidamente. No me di cuenta al principio pero estando con él pensaba cada vez menos en YiFan y cada vez más en SeHun. Anhelaba que llegara el día de salida semanal para que el tomara mi mano y me llevara a donde fuera pero siempre con él. Admitir que pienso esto aún me da vergüenza.
Poco a poco comencé a desear estar con él todos los días, que sostuviera mi mano en cada momento y no la soltara, que sus brazos siempre estuvieran alrededor de mí y que mi vista regresara para poder ver sus sonrisas y el brillo de sus ojos.
No me di cuenta del momento en el que me enamore de SeHun ni el momento en cuando comencé a amarlo.
JongIn fue el primero que se dio cuenta y a pesar de las veces que me lo dijo solo me hacia el loco. Muy en el fondo me seguía aferrando al miedo de que también se cansara de mí y me dejara como YiFan. Pero SeHun no es YiFan y nunca lo será, decidí creer en eso cuando vino a mi casa con aquel peluche extraño de un gato.
Creí que el único que se había enamorado era yo cuando SeHun se arrepintió de haberme besado aquel día en la azotea. Su distanciamiento y la frialdad con la que comenzó a tratarme me dio mucha tristeza y realmente creí que solo yo estaba enamorado.
Pero estaba equivocado, aquel día en el que vino de sorpresa me explico los motivos de su distanciamiento y no fue nada de lo que había pensado.
-“estoy enamorado de ti, YiXing.”- que dijera eso me saco el aire de los pulmones.
Justamente empecé a divagar en todo lo que ya explique antes. Quizás debido al shock.
Y SeHun esperaba una respuesta.
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SeHun se acercó a YiXing siendo el único testigo del sonrojo del menor. Estaba embelesado por las mejillas rojas que no se percató del momento en el que YiXing había llevado su mano hasta su mejilla y se había acercado dos pasos. Estaba avergonzado pero el golpeteo de su corazón contra su pecho le recordó que necesitaba expresar cuanto le importaba.
–“has calado en mi corazón y no se explicar cómo lo hiciste pero no quiero dejar de sentirlo”- cerro sus ojos sintiendo la suave caricia de Lay y dejo un beso en el dorso de su mano. –“de todas formas me gustas y quiero protegerte”- dejo otro beso en los labios de YiXing y se separó en espera de una respuesta.
Casi entro en pánico cuando vio llorar a YiXing, rememoro sus palabras en busca de algo que hubiera lastimado al chico mientras llevaba sus índices a limpiar las lágrimas ajenas. No dejo pensar al castaño cuando bajo una de sus manos a la delgada cintura y acerco sus labios hasta posarlos en los de YiXing. Quizás aquel gesto era la mejor muestra de sus sentimientos.
En aquel beso no había lujuria o presión, solo amor y ternura. Ternura que SeHun había creído perder. Amor que YiXing pensó no volver a sentir.
Lay no lo rechazo, rodeo su cuello con sus brazos y permitió que SeHun lo apegara más a su cuerpo. Ambos se perdieron en ese mágico momento y se besaron hasta que los labios del menor pidieron un descanso.
YiXing respiro algo agitado y su cuerpo perdió fuerza, apoyándose en el contrario. –SeHun… ¿P-Por qué me besaste?- susurro sintiendo las manos del mayor recorrer sus mejillas y levantar su rostro.
SeHun tomo una de las manos de YiXing y las llevo a su pecho, el chino se sorprendió ante los fuertes latidos. Entreabrió sus labios asombrado y sonrojado.
-“tú me haces sentir así”- tecleo subiendo esa misma mano hasta su mejilla.
SeHun había estado pensando el último mes sobre sus sentimientos por YiXing y las continuas pláticas con sus amigos y JongIn le habían dado el valor para confesarse. Sumado a los comentarios sobre los sentimientos de Lay hacia él, cortesía de Kai. No pudo esperar más y ahí estaba el resultado.
-“déjame quererte, YiXing… déjame enamorarte”- tecleo chocando su frente con la de Lay. –“quiero que lo intentemos”
El menor, sonrojado y sonriente, tomo las mejillas de SeHun y asintió. –quiero intentarlo.
Describir el brillo que inundo la mirada de SeHun en ese momento es difícil, solo aquellos que reciben el sí de su persona amada pueden entenderlo. Describir la felicidad que desprendió YiXing en ese momento es igual de difícil.
Ambos volvieron a besarse pero esta vez se mantuvieron abrazos tras separar sus labios. Juntaron nuevamente sus frentes y se sonrieron.
Iban a iniciar un nuevo beso cuando fueron interrumpidos por una voz conocida para SeHun pero confusa para YiXing.
-así que no tenía competencia.- comento KyungSoo mirando desde la entrada con una ligera sonrisa.
La nueva pareja se separó rápidamente con las mejillas encendidas, YiXing opto por esconderse tras la espalda de SeHun y aferrarse a su brazo.
-“doctor D.O”- tecleo el rubio una vez salió de su vergüenza. No recordaba que aquel medico de mirada intimidante conociera a su ahora novio. Volvió a sonrojarse tras pensarlo, porque ahora el chino era su chico.
-me alegra ver que está mucho mejor, señor Oh. Lo mismo digo de usted, joven Zhang.- el pelinegro coloco sus brazos para aplaudir y se asomó por el pasillo. – ¡yah! Tenías razón, JongIn.- exclamo haciéndose a un lado para dejar pasar al moreno que venía con bolsas del minisúper.
-¿sobre qué cosa?- el peliblanco no alcanzo a entrar cuando dedujo la respuesta al ver tan curiosa pero linda escena. -¡AAAAAAAAAAH! ¡LO SABIAAA!- grito asustando a los tres hombres frente a él.
Enseguida dejo las bolsas en la mesa y corrió jalando al chino y lo envolvió en un fuerte abrazo. Dio algunas vueltas y beso incontables veces las mejillas y frente de Lay, sacando algunos gruñidos por parte de SeHun y varias miradas matadoras por parte de KyungSoo.
-¡esto es genial, Xing! ¡Te dije que también te amaba!- la alegría que el moreno desprendía hizo que los celosos sonrieran y se miraran dando un asentimiento. –Estoy muy feliz por ti.- susurro chocando su pómulo derecho con la mejilla izquierda de Lay. En verdad estaba feliz. –se muy feliz, Xing… te mereces el cielo a tus pies.
El castaño no pudo ni articular palabra con tantos sentimientos acumulados, todos positivos. Quizás el momento de que fuera feliz ya había llegado.
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-“dame tu mano, YiXing”- tecleo SeHun sosteniendo la cintura de su novio.
-¿a dónde vamos?- el chico ladeo su cabeza con una sonrisa a la par que extendía su mano y el rubio comenzaba a caminar.
-“iría a donde tú estés pero ahora solo quiero tomar tu mano”-SeHun sonrió y llevo a Lay hasta el balcón. Se sentó en una silla reclinable y jalo con suavidad al chino para que se sentara a su lado mientras lo abrazaba.
Ninguno quería romper aquel bello momento, se sentían plenos y felices. Por fin creían que la vida les estaba dando la felicidad en los brazos del otro y estaban dispuestos a aceptarla.
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-no puedo creerlo… ahora no es tan perfecto.- la sonrisa de YiFan le saco una mueca asustada a LuHan, quien dejo de beber aquel humeante café para mirarlo.
-¿Quién no es perfecto?- pregunto inclinando un poco su cabeza para mirar lo que el alto rubio estaba buscando.
-oh regreso, enfermero nim.- el rubio dejo las hojas y borro su sonrisa aunque le costó trabajo. -¿y bien? ¿Ya puedo irme?
LuHan inspecciono el lenguaje corporal del más alto y todo le reflejaba malas intenciones. En aquel mes que llevaba tratando su lesión en la muñeca podía decir que el rubio estaba conspirando continuamente contra un chico cuyo nombre no sabía. Y no creía que aquel desconocido mereciera lo que sea que Wu YiFan estuviera planeando.
-puedes irte. Te veré en una semana.- finalizo anotando algo en su tabla médica.
-adiós, enfermero.- Kris se levantó con aquella creciente adrenalina y salió a paso veloz sin percatarse de la hoja que aterrizo en el suelo antes de que saliera.
El enfermero se giró y camino hasta sentarse en su escritorio para ordenar los papeles en sus manos. Admitía que le interesaba el alto rubio en el ámbito romántico pero de un tiempo a la fecha comenzó a replantearse intentar algo. Después de todo, el alto hombre parecía enfrascado en lastimar a alguien. Su ética le prohibía acercarse aun fuera del área laboral.
Estaba tan enfrascado en su dilema mental que no se percató de la presencia de su colega y principal culpable de su acercamiento con el chino más alto.
-vaya, si tan solo te concentraras así en tu trabajo.- bromeo el chico con labios de corazón a la par que dejaba una caja de donas en el escritorio de LuHan.
-¡dios satán!- el pelirosa boto los papeles en sus manos y se hecho hacia atrás en la silla. –Santa aparición de satán ¡me asustaste!- exclamo tocando su pecho.
KyungSoo soltó una ligera risa y negó varias veces mientras se sentaba en el sofá de la oficina. El chino acomodo su ropa y su cabello, aun dándole una mirada desaprobatoria a su menor.
-algo bueno te paso, usualmente me aventarías la caja en la cara o peor aún ¡no me traes nada a menos que festejemos algo!- exclamo agitando los brazos antes de cruzarlos.
El pelinegro volvió a sonreír de esa forma maquiavélica y LuHan tembló. –De hecho si me pasó algo muy bueno, ¿recuerdas al sexy moreno que viene con el lindo chico invidente?- pregunto aun sabiendo que el chino sabía de quien hablaba.
-¿Cómo esta Xing? ¿Ya comprobaste si es apto para el trasplante?- ignoro completamente la mención de JongIn y eso le gano un ceño fruncido del pelinegro. –bien, primero tu hombre.
El medico sonrió satisfecho y comenzó a narrarle con una inusual alegría todo lo relaciono con el protector de YiXing. Desde como logro acercarse a JongIn durante las revisiones rutinarias de Lay hasta como logro captar su interés y comenzar a salir con él.
LuHan escucho todo con una sonrisa, estaba feliz de que D.O se haya enamorado de una manera sincera y que al parecer era correspondido por JongIn.
Tras dos horas de plática, el turno de LuHan termino y ambos se preparaban para irse a casa. Fue entonces cuando KyungSoo noto la hoja olvidada cerca de la puerta.
-¿esto es tuyo?- el menor levanto la hoja y giro la cabeza para preguntar, justo en ese momento miro de reojo el contenido y sintió su pulso detenerse.
-¿Qué cosa?- LuHan se acercó y frunció el ceño ante la cara de su amigo. -¿dodo?
-tengo que llamar a JongIn…- musito sacando rápidamente su número aún con las manos temblorosas.
-¿Qué sucede? Me estas asustando.
-LuHan, ¿esta hoja es de uno de tus pacientes?- el coreano le extendió la hoja mientras esperaba que Kai contestara.
El pelirosa tomo la hoja y ahogo un jadeo cubriendo su boca. Miro a KyungSoo con pavor y luego a la hoja. Asintió pausadamente, recordando que YiFan había estado ahí con un bonche de hojas. Todo tenía sentido ahora. Que pequeño era el mundo.
Antes de algún comentario más, JongIn se hizo presente a través de la línea telefónica.
<< ¿Qué sucede, hyung? >>
-¡JongIn! Dime que Lay está contigo- KyungSoo le hizo señas a LuHan para que tomara las llaves de su auto y la hoja para que salieran rápidamente del hospital.
<< Esta con SeHun, ¿Por qué? ¿Pasa algo malo? >>
La respiración de KyungSoo se detuvo por unos segundos al igual que la de LuHan.
<< ¿KyungSoo? >>
-JongIn, escúchame muy bien. Estoy es muy importante.
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-“ya regreso, iré a comprar algunas cosas. No me tardare”- SeHun beso los labios de YiXing y se alejó con una sonrisa. –“¿Se te antoja algo más?
-no, gracias. Ve con cuidado.- YiXing sonrió hacia la dirección del mayor y sostuvo su mano hasta que el rubio se marchó del departamento.
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-¡muchas gracias por su compra!- agradeció la cajera del minisúper.
SeHun salió dándole un mordisco a aquel malvavisco que no pudo resistirse a comprar para él. Llevaba algunos bocadillos para Lay y para él, más para su novio pero no le importaba.
-hey, tu eres SeHun ¿verdad?- una gruesa voz lo hizo girarse una calle antes de llegar al departamento de JongIn y YiXing.
No tuvo que preguntar quién era, conocía la cara y la voz del bastardo que había lastimado a su YiXing.
-hay algo que debes saber.- hablo YiFan con un sobre en las manos. –es sobre YiXing.