Soy Shikamaru Nara tengo 40 años de edad, soy un hombre exitoso o como la gente dice: un hombre millonario. No tengo familia, el motivo es que las mujeres solo me buscan por interés y lo más importante es que siempre viviré amando a la esposa de mi mejor amigo; en mi juventud me enamore de la novia de mi casi hermano, supongo que es lo peor que hice pero en el amor no se decide a quien amar.
Cuando me entere de que mi mejor amigo se retiraba de su trabajo supe que esto empeoraría y tenía razón, él y mi amor platónico decidieron irse a vivir a otra ciudad con sus hijos y nietos; yo no podía cambiarme de casa; lo único que me quedaba eran los recuerdos.
Pero cuando me invitaron a pasar unos días en su nueva casa acepte sin dudarlo, tenía planeado tomar fotografías para los recuerdos pero mi fotógrafo se enfermó el día en que se suponía que arriamos una foto familiar, por suerte recordé cuando el primer día que pase en esta ciudad, el primer día en el que ya no soportaba estar en una casa pequeña con miles de personas y lo peor poniéndome celoso de mi mejor amigo; llegue a un pequeño parque para des estresarme, allí vi a un fotógrafo, claro, sin experiencia pero disfrutaba tomando fotos y ese chico seria la salvación para tener un último recuerdo.
Tal como lo planee todo salió bien y en tres días tendría mis fotografías, al menos pagaría bien a ese chico había sido bueno.
Los días siguientes lo pase en la casa con toda esa gente, de vez en cuando me encerraba en el baño para trabajar en mi empresa y el ultimo día, Temari me llevo a la cocina para hablar en privado.
-Shikamaru…estoy preocupada por ti
Mi corazón estaba latiendo al cien, la chica que amaría siempre, estaba hablándome ¿de qué? Quien sabe, solo quería escucharla hablar.
-Eres parte de esta familia y ahora que no estaremos viviendo cercas, no podre cuidarte, necesitas encontrar a alguien que te ame y te haga feliz
Reaccione cuando ella dijo que buscara a alguien -¿Qué? No necesito a nadie
Temari negó y acaricio mi mejilla –ya no somos jóvenes y necesitas pensar más en ti, piénsalo
Dicho esto ella se marchó y yo me quede en silencio, era cierto, ya no era joven, me estaba haciendo un viejo amargado y podrido en dinero pero yo jamás amaría a nadie más que a ella.
Todo ese día me la pase pensando en las palabras de mi chica; al siguiente día prepare mis maletas; la familia preparo un gran banquete para despedirme, yo no estaba muy a gusto con eso pero como Temari había sido la de la idea, lo acepte.
Cuando ya faltaban cuatro horas para irme me acorde de que tenía que ir por la fotos y Salí de esa casa.
Por suerte mi mente de genio todavía servía bien, bueno, en mínimas ocasiones fallaba. Pero recordé la casa de ese chico.
Baje del auto y maldije cuando vi que no había ascensor; respire profundo y subí las escaleras, este era mi ejercicio en no sé cuántos años.
Cuando llegue al tercer piso toque la puerta, estaba sin aliento, no me podían culpar e incluso limpie con mi mano sudor de mi frente.
Cuando la puerta se abrió y el chico me miro sorprendido, no me veía tan mal, no, en mi mente.
-h-hola…s-soy…tienes…
-hola, se quién es usted y sí, tengo sus fotos amn ¿quiere pasar?
Hablo aquel chico y yo asentí, cuando entre al departamento, que cabe decir era muy pequeño, me senté en el sofá sin pedir permiso.
-¿quiere un vaso con agua?
Respire profundo antes de responderle al chico –no…solo quiero las fotos- mientras el chico se retiró, yo aproveche para calmarme, en serio esta era una gran humillación para mí mismo. Bueno cuando uno no tiene condición física, no la tiene.
Cuando el chico regreso me entrego un sobre amarillo con las fotografías, me puse de pie –bien, me dirás cuanto debo pagarte?
-ok…quiero por cada fotografía $1000
Yo sin mas asentí y comencé a hacer el cheque –cuantas fotos fueron?- al mirar al chico lo vi sorprendido -¿Qué?
-amn…crei que usted se negaría porque es mucho…
Lo siento no pude evitar reírme por lo que estaba diciendo este novato –por favor, mi fotógrafo personal me cobra más y creme que los otros fotógrafos que me toman fotos en momentos que no quiero que nadie sepa me cobran mucho mas
El chico enarco una ceja –bien, entonces continúe con su cheque, son cuatro fotografías
Asentí y continúe escribiendo e cheque –me dijiste que te llamas Sai ¿verdad?
-Sai Uchiha…
-muy bien- respondí y lo escribí, en cuanto termine le entregue el cheque –nos veremos muchacho- iba caminando a la salida cuando el chico me detuvo.
-espere yo…
No podía creer que este chico fuera a pedirme más dinero y eso que lo crei alguien decente. –quieres más dinero?
El chico fruncio el ceño –no, yo…
-ya entiendo quieres trabajo?- negué y es que igual aria algo parecido si estuviese en su lugar, digo no siempre se conoce a un hombre millonario, con poder y contactos –bueno, yo no vivo aquí, de hecho en unas horas regreso a mi ciudad, si quieres trabajo te lo daré pero tendrás que irte a vivir a mi ciudad
-no, yo, usted…
En ese momento mi celular sonó y tuve que responder, era mi asistente con la cual tuve encuentros medio masoquistas pero ahora como ya no le daba dinero me reclamaba y por suerte ahora me había dicho que renunciaba, genial, celebre en mi interior y no tenía que sufrir por buscar a alguien más, estaba cansado de las asistentes mujeres, era hora de que todo mi personal fuera hombre, al menos no tendría que estar preocupado por ser seducido por alguna chica que quisiera dinero; si tendría un mal aspecto mi nombre pero prefería eso.
En cuanto colgué el celular mire al muchacho –estas contratado, serás mi asistente
El chico estaba sorprendido –pero yo…
-no tienes que agradecerme, nos vemos en una hora en el aeropuerto, lleva tu pasaporte, te esperare en la zona vip ok- dicho esto me marche y volví a bajar las escaleras; con mis fotografías estaba más que feliz, en mi auto maneje lo más despacio posible, solo recogería mis maletas.
Cuando termine de subir mis maletas, me despedí de todos, fue algo triste decirle adiós a mi único amor, al menos me dio un paquete de galletas que ella cocino.
Dije adiós a toda mi vida…maneje hasta el aeropuerto. Al llegar fui a la sala vip en donde pedí una bebida, en verdad estaba mal emocionalmente, esta era la segunda vez que me sentía desecho, la primera fue cuando Temari se casó.
Continúe bebiendo por una hora, al menos sabia controlarme, cuando llego la hora de mi vuelo camine hasta subir al avión y cuando este despegaba fue cuando me acorde del chico que había contratado.
-Joder!- fue todo lo que dije.