Después de un día cansado Sai regresaba a su departamento, estaba tan metido en sus pensamientos que ni noto que habían varios carros negros estacionados frente al edificio; entró quitado de la pena, subió los escalones lentamente, hasta que llegó; abrió la puerta de su departamento, suspiro mientras cerraba la puerta y entonces frunció en ceño, se giró rápidamente, encontrándose con varios hombres vestidos de negro.
La espalda de Sai quedo pegada en la puerta, sino estuviera tan cansado pensaría rápidamente, un piquete en el cuello fue todo lo que sintió antes de comenzar a tambalearse, hasta que se desmayó.
Esta era la primera vez que le declararía su amor a Naruto y estaba sumamente nervioso; conoció al rubio en la secundaria, ambos congeniaron bien, aunque en un principio se llevaban mal, entre más se conocían más crecían esos sentimientos que ahora sabía que eran amor.
Lo había citado en la azotea de la escuela a las 4:00 pm, Sai caminaba de un lado a otro en espera y cuando por fin apareció el rubio, su rostro se ilumino.
Tras hablar un rato y bromear, Sai se puso serio, el aire soplo alborotando los cabellos rubios de la persona más hermosa que jamás hubiese encontrado.
-Naruto…me gustas y yo quiero preguntar si tu quisieras salir conmigo?
El rubio se sorprendió por la repentina declaración, se sonrojo y retrocedió unos pasos mientras una sonrisa nerviosa se formó en sus labios.
-Etto…Sai…yo…no…tú no me gustas
Sai no supo que expresión puso pero seguro fue una muy lastimosa ya que Naruto se acercó a agarrarle del hombro y susurrar un “lo siento”.
Sai abrió los ojos de golpe y vio todo oscuro, tuvo miedo, sentía el latir de su corazón acelerado, su respiración estaba igual agitada, pensó en moverse pero si lo hacía que tal si caía, no sabía dónde estaba asi que se quedó quieto, para calmarse.
Un sonido de una puerta abriéndose e iluminando la habitación lo hizo moverse, la luz se encendió de golpe dejándolo cegado por un par de segundos, cuando pudo ver bien, miró a todos lados, estaba en una lujosa habitación, tirado en una cama enorme, se encogió y un hombre alto, de pelo plateado, con una cicatriz en el rostro y vestido de un traje negro sonrió.
-Lamento la confusión- Hizo una ligera reverencia. –El amo mando por usted
Sai ligeramente se pellizco el antebrazo para ver sino era otro sueño, pero era la realidad, pasó saliva antes de preguntar lo obvio.
-¿Quién es el amo? ¿Por qué esto aquí? ¿Don…- Fue interrumpido por el hombre.
-Todo eso, se lo explicara el amo, por favor acompáñeme- Dijo el hombre saliendo por la puerta.
Sai se apresuro a ponerse de pie, por un momento sus piernas temblaron asi que se sentó y cuando pudo se levanto y salio, miró por donde iba, era una casa muy lujosa, casi corrió cuando vio al hombre esperando en otra puerta que lo llevó a un enorme jardín.
-Wooh- Fue Lo único que dijo, Su familia si tenia dinero pero no tanto como para tener una casa de esta magnitud.
Siguió al hombre por un camino de flores que llevaba a una enorme mansión, que al parecer era la casa principal, todavía no entraba pero ya se veían varios hombres sin moverse, vestidos de trajes negros y muy bien armados; Por fin entraron en la casa, los lujos de este lugar lo hacían sentir pequeño, Caminaron un poco más hasta una enorme oficina; el hombre solo abrió la puerta y Sai entró.
Todo estaba en silencio, era un lugar lleno de grandes estantes de libros, algunos recuadros de pinturas, un escritorio, un par de sillones frente a una chimenea encendida y una alfombra de piel de animal.
Sai frotó sus manos entre si por estar nervioso.
-Lamento la molestia de tu traslado, espero que no estes molesto conmigo
Esa voz la reconocía, se giró y se encontró con el hombre que había pagado por las fotografías, estaba fumando muy tranquilamente mientras sonreía como si nada, Sai se sintió irritado y fruncio el ceño.
-Usted, quien diablos se cree para tratarme como mercancía?! Voy a refundirlo en la cárcel por esto que ha hecho! No sabe con quién se ha metido!
El hombre apago su cigarro y se puso a reir, encontrando esas palabrerías muy comicas.
-Que gracioso eres
Sai no sabía porque era gracioso así que solo pretendía irse, paso por un lado de aquel hombre, giró la perilla de la puerta pero esta no cedía, estaba cerrada con llave, volteo a mirar al hombre.
-Abra la puerta!
Shikamaru solo tomó asiento en uno de los cómodos sofá que quedaban de frente a Sai.
-Todavía no sé si hice bien en contratarte
Sai cada vez se sentía molesto porque no le hacían caso, solo se cruzo de brazos.
-Yo no trabajo para usted y si no me deja ir le aseguro que cuando salga de este lugar lo refundire en la cárcel, mi familia tiene dinero y contactos!
Eso pese a que a cualquiera hubiera asustado era obvio que aquel hombre no lo asustaba pues tenia más dinero y poder.
-Eres un Uchiha ¿cierto?- Preguntó Shikamaru nuevamente ignorando las amenazas del azabache.
-Sí, soy un Uchiha!- Respondió Sai con cierto ego típico de uchihas.
-Tu familia me ha dado muchos problemas en mis negocios- Menciono quitado de la pena Shikamaru –Corrí con suerte al encontrarme contigo
Un escalofrio recorrio el cuerpo de Sai quien ahora se arrepentia de haber dicho su apellido.
-¿Va a matarme?
Shikamaru miró al chico, se levantó y camino con elegancia hasta acorralarlo en la puerta.
-Deseo matar a todos los Uchiha porque siempre son la piedrita en el zapato- Hizo una pausa mientras miraba fijamente a Sai –Pero ahora creo que serían buenos trabajadores para mí y una buena alianza
Sai intento contener algunos temblores que le dieron al ver como se acercaba aquel hombre e invadía su espacio personal, era cierto que aquel hombre no necesitaba mucho para imponer su presencia y dar miedo.
-N-No entiendo…
Shikamaru sonrío –Es sencillo, tú trabajas para mí y harás todo lo que yo te diga, sino quieres que te mate- Dijo sacando un arma y colocándola debajo del mentón del chico.
Sai abrió sus ojos por la sorpresa de sentir el frio metal contra su piel, este hombre no era nada parecido al que le había pedido que le tomara un par de fotografías.
-Lo entiendes verdad?
Pregunto Shikamaru mientras se apartaba y guardaba el arma.
Sai se sentía sofocado pero con cierto alivio de no tener un arma apuntándole, ligeramente asintió.
-Lo entiendo- susurró.
Shikamaru volvió a sentarse tranquilamente y encendió otro cigarrillo.
-Te quiero mañana puntual a las 6:00 am aquí mismo, Kakashi te dara ropa, te indicara varias cosas y cualquier duda que tengas él la responderá.
Sai asintió pues no le quedaba de otra, aunque no sabía de que hablaba la mayor parte.
-Oh y por si intentas escapar, este lugar está muy bien custodiado, mis hombres no hablan con nadie que no sea yo, no reciben órdenes de nadie que no sea yo y no dudaran en matarte si intentas algo estúpido, puedes irte.
Eso congelo por completo a Sai quien después de unos segundos se giró lentamente para abrir la puerta y esta cedió, cuando Kakashi la abrió.
El azabache salió con miedo y Kakashi lo guio de nuevo hasta la otro pequeña casa que había en ese lugar; Cuando llegaron se sentó en la orilla de la cama.
-Mi nombre es Kakashi Hatake, si necesitas algo solo marca el número 1 del teléfono, mañana estaré temprano para llevarte de nuevo a la casa principal- Dijo mientras abría un closet donde se mostraban varios conjuntos de ropas caras y señalo un traje blanco –Esto es lo que mañana vas a ponerte y por favor no vayas a ser impuntual o el castigado solo seras tú y no va a gustarte ¿alguna duda?
Sai solo escuchaba y al final asintió -¿Va a matarme verdad?
Kakashi negó –No, pero sino obedeces, lo hará
El azabache no dijo más y continúo pensando en cómo salir de esto.
-Por cierto el teléfono no funciona más que para comunicarte en este lugar, buenas noches- Se retiró Kakashi.
-¿Qué voy a hacer?- Susurró Sai subiéndose bien en la cama para abrazar sus rodillas ¿cómo es que en un día todo su mundo desapareció?