Zoro iba desabotonando el traje de su amante, mientras besaba su cuello, lamio y mordio la clavícuña para comenzar a lamer circularmente sus rosados pezones. El rubio arqueó su espalda y agarró las sábanas, mirando hacía arriba y jadeando.
- Ma-marimo... - balbuceó.
- N-no me... Digas así - mordió el pezón derecho.
- ¡Ngh! Eres... Muy lento...
- Cocinero ansioso... - bajo repartiendo besos por su pecho y se detuvo en su estómago, donde lamió su ombligo un par de minutos.
Siguio con su camino de saliva y besos hasta que dio con un bulto muy notable. Miró a Sanji, estaba jadeando y tomado de las sábanas. Le bajo por completo el pántalon y se lo quito, dejándolo únicamente con su camisa azul y su ropa interior, se acercó a su entrepierna y sin siquiera quitarle los bóxer's, lamió la punta y le sacó al rubio un fuerte gemido. bajo por completo los bóxer's y separó las delgadas piernas del cocinero para empezar a lamer su miembro.
Nuevamente empezó a gemir pero más fuerte y con su mano trató de acallar los gemidos, no querian despertar a alguien. El peliverde metió todo su miembro en la boca, que hizó que el rubio se retorciera de placer. Tomó sus piernas y las subió a sus hombros, teniendo así más libertad de moverse. Conforme los movimientos aumentaban, los gemidos también.
- Zo-zoro... Voy a... Ah... ¡Mm!
Hizo caso omiso a lo dicho y aumentó el ritmo, besó los muslos del cocinero y volvió arriba, después de volver a lamer su miembro, bajo a su entrada y empezo a prepararlo con dos dedos en movimiento de tijeras. Tenía al rubio gimiendo su nombre contra las almohadas, haciendo que le doliera su erección bajo tanta tela. También Sanji quiso partipar, así que le quito la playera y acarició la cicatríz que surcaba el torso del peliverde. Se acercaron iy volvieron a fundirse en un apasionado beso.
- V-voy a entrar...
- Da-date prisa...
Tomó sus rodillas y abrió sus piernas, su entrada estaba húmeda por el pre seminal. Presionó su erección y la dirijió a la entrada de su rubio, metió la punta y estaba demasiado apretado, al contrario le dolia un montón, se sostuvo de la ancha espalda de Zoro y clavó sus uñas, que le dio paso a un gruñido del susodicho. Trató de tranquilizar al rubio con besos.
- Y-ya no... Te dolera... - aprovechó la distracción y avanzó más rápido, le arrancó un grito al cocinero.
Lágrimas de dolor bajaban por sus mejillas, las cuales Zoro limpió y besó su mejilla. Cuando estuvo por completo dentro, se quedo inmóvil para acostumbrar a Sanji a la intromisión. Sus repiraciones eran agitadas y entrecortadas, ambos gemian el nombre del otro y comenzaron con un tierno beso, con un movimiento de cadera de Sanji avisó que Zoro ya podía moverse, lento y suave para no lastimarlo, los gemidos seguian siendo de dolor y uno que otro de placer. Zoro lo abrazó y beso su mejilla, su frente, sus labios y se acercó a su oreja.
- Voy a moverme... Más rápido - susurró.
- Haslo y-ya... - enredó sus brazos en su cuello.
Salió por completo y lo embistió de una sola, Sanji gimió sonoramente por el movimiento. Empezaron las embestidas y los gemido sonaban en toda la habitación, el placer y la exitación les nublaba la vista y comenzaron con los besos y caricias, Zoro tomó la pierna de Sanji y la subió a su hombro para tener más accesibilidad a su entrada.
- ¡Ahn! - se sujetó de las sábanas y el peliverde besuqueó su cuello.
Lamió sus labios, dando a entender que dejara que abriera la boca, exploró la cavidad bucal del rubio y atrapó su labio inferior para volver a besarlo.
- M-ma... Ma-más fuerte... M-más rápido ¡Zoro!
- ¡Ghn...! - con la embestida un gemido del rubio, dio a entender a Zoro que era un punto placentero para el otro - ¿A-aqui? - volvió a embestir.
- ¡Nhya! - el gemido casí sono a un grito, agarro las sábanas y arqueó la espalda cuando el peliverde volvió a dar en su próstata - ¡Ahí...! Ahí Zo-ro ¡Ahí!
El peliverde se incorporó, llevandose consigo a Sanji, sentándolo en su miembro y reanudando las estocados, dando en ese lugar que enloquecia al rubio y le hacía perder la cordura.
- ¡Ahh...! - un hilillo de saliva caía por la comisura de sus labios - Zoro... ya no...
Dirijió una mano a su entrepierna y empezo a masturbarlo, otra vez arqueo su espalda, las gotas de sudor se mesclavan con las de Zoro y sus gemidos se confudian.
- Sanji... - apenas podía articular una palabra - Sanji... Te amo...
- Y-yo... También te amo... Zoro...
Se dieron un dulce beso y después de unas estocadas, Zoro sintió un líquido espeso y caliente en su mano mientras que Sanji en su interior, Cayeron exhastos, el peliverde salió de su interior con cuidado y se recostó a su lado.
- Feliz San Valentín Sanji. Te amo.
- Feliz San Valentín, también te amo.
Se besaron por segundos y cayeron dormidos.