Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Azul Intenso por RyuStark

[Reviews - 227]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

“Porque el cielo, el paraíso y el mar, al igual que su cabello y esos ojos soñadores son y siempre serán de un bello…azul intenso.”

///Grimmjow///

Naranja intenso.

Abro los ojos sintiéndome algo aturdido, pero a la vez tan reconfortado y relajado estirándome en mi suave cama. Desde los inmensos ventanales la oscuridad se hace evidente mientras que el oleaje está tranquilo igual que siempre.

Me remuevo a gusto en las colchas, por un momento pensando que me encontraba en mi búngalo de soltero en Bali. Pero no es así, oh no. Estoy en mi hogar con Ichigo en Bora Bora, la bella polinesia francesa que nos recibió hace cinco años, como recién casados y luego para establecernos. ¿Cómo se pasó el tiempo tan rápido?

Ayer estaba nervioso porque iba a inscribirme a mi primer campeonato del mundo como surfista. Y hoy ya soy campeón del mundo varias veces y tengo una familia propia con el hombre de mis sueños. De solo pensar en él y en nuestros hijos el corazón se me derrite.

Mierda, soy débil ante ellos.

Y es que cinco años se me han pasado como agua entre los dedos. Con mis padres teniendo a mi hermanita por fin logrando su segundo par. El escuadrón haciendo y deshaciendo. Starrk está casado y vive con su esposo, un tipo que resultó ser el padre de un amigo de Ichigo y con el cual ahora vive en Bali. Al igual que Ishida y Szayel Aporro que fueron otros que ataron cabos y ya hasta un hijo tienen.

Harribel al igual que yo sigue en competencias junto a su novia. Y al que alguna vez le enseñé a nadar, ahora es mi competencia más fuerte, el pequeño Ulquiorra.  Por otro lado mi hermana y Nnoitra hace medio año nos dieron la noticia de que esperan su primer hijo.

Y en cuanto a Ichigo y a mí, vivimos cuidando a los gemelos, llevándolos con nosotros de viaje por todo el mundo, hasta hace un año y medio que Ichigo me salió con la sorpresa de que nuevamente estaba embarazado.

¿Y cómo terminé? Muerto. Así terminé, porque cuando nació mi hija nueve meses después, como una pequeña copia idéntica de Ichigo supe que nunca amaría nada tanto en esta vida como a ella y a sus hermanos. Y hablando de ellos, seguro que están destrozando todo como los pequeños rebeldes que son.

Por fin decido concentrarme, logrando escuchar que hay música afuera que me invita a levantarme. Bostezo y voy descalzo percatándome que la habitación se encuentra cálidamente iluminada por varias velitas por doquier.

Sin embargo, lo mejor es que llega a mi nariz un rico aroma a comida. Salgo de la habitación mirando que todas las puertas y ventanas están abiertas como siempre dejando que la deliciosa brisa del mar entre de lleno. Porque aunque ya está oscuro aun así hace un calor húmedo y brutal.

Calor que no pareciera molestar a mis hijos, que se encuentran sentados en la sala mirando una película, en nada más que su ropita interior mientras beben jugo y comen algún bocadillo.

-Papi despertaste.

Sonrío acercándome para besarlos y abrazarlos a ambos, notando que igual de rápido vuelven su atención a la televisión. ¿Dónde está su madre? Les pregunto apenas si recibiendo señales con los dedos. No tienen remedio carajo. Risitas resuenan conforme avanzo hacia la cocina donde por fin lo veo.

El naranja intenso de mis sueños.

Me relamo los labios al mirar a Ichigo con unos shorts deliciosamente ajustados y cortos, más una camiseta mía que le queda algo grande y se le cuelga dejándome ver uno de sus hombros. Sonrío de lado, inclusive recargándome en el marco de la puerta al ver como se encuentra bailando despacio al ritmo de la música tropical de la radio mientras termina de servir varios platos.

Aquí obviamente es cuando le digo alguna obscenidad, más no lo hago debido a que un pequeño balbuceo me hace girar. Sobre la barra está nuestra bebita en su cunita portátil intentado llamar mi atención. La niña más bonita en este mundo y la cual protejo con recelo ya que sacó la exótica belleza de Ichigo. Ese cabello naranja y ojos de chocolate acaramelado.

Mi hija patalea y mueve sus manitas, sacándome una sonrisa y que le haga un gesto de que guarde silencio. Así que una vez en complicidad, avanzo lentamente hasta Ichigo para sorprenderlo al estrujarle los costados, haciéndolo brincar del susto y las cosquillas.

-¡Grimmjow carajo!

Mi hija se ríe encantadora por la travesura mientras yo giro a mi candente esposo entre mis brazos, tomándolo de la mano y dándole una vuelta. Ichigo se ríe, pero rápidamente me sigue el juego bailando conmigo y provocándome un ataque al verlo mover esas caderas de infarto.

¿Quién te viera Ichi? Pasaste de ‘No sé bailar’ a ‘Maestro de casino’. Se ríe precioso y entre vueltas, pero es más mi deseo por sentirlo cerca que lo sujeto, cargo y lo beso. Ichigo comprende rodeando mi cintura con sus piernas y abrazándose a mi cuello para intensificar el beso.

Ichigo como el pecado hecho hombre que es, se asegura de restregar su lengua cremosa y suave contra la mía a la vez que montones de gemidos eróticos resuenan entre ambos. Mierda, es perfecto, tan candente y sexy, volviéndome loco con los más mínimos gestos. Tanto que me deleito estrujándole los muslos, sintiendo como se derrite y tiembla entre mis brazos.

-Espera…espera carajo, no podemos. Primero la cena.

Me dice antes de darme un último beso y bajarse. Por supuesto que aprovecho para darle una buena nalgada que me contesta con una mirada letal.

-Tú trae a Rini y yo llevo los platos.

Ichigo sale con montones de platos dejando idiota al mejor mesero del mundo mientras yo me acerco para ver a mi hija. Sirenita ya escuchaste a tu madre, hora de cenar. Mi hija se ríe adorable entre mis brazos rumbo a la terraza, donde tenemos nuestra mesa especial junto a la piscina.

Una vez ahí comemos con todos nuestros hijos y con el mejor paisaje del mundo de fondo, todo el océano cristalino y tranquilo, más la luna y un cielo atascado de estrellas.

Sin duda otro bello día en el paraíso.

-¡Papi mañana hay que ir a surfear!

Toso intentando no ser muy obvio, pero por supuesto que Ichigo clava su tenedor con un exceso de rudeza perforando su pulpo.

-Con que surfeando.  ¿Y cuándo fue eso que no me enteré? Les pregunta su madre a nuestros hijos que tan inocentemente aun no comprenden que seré asesinado.

-Hoy en la mañana cuando tú todavía dormías con Rini mami. ¡Montamos olas enormes!

-Oh… mira nada más que bien. ¿Qué tan grandes?

-¡Muy, muy grandes!

-Estás tan muerto Grimmjow J. Kyoraku.

Me susurra Ichigo por lo bajo y dedicándome una perversa mirada a la vez que aprovecha para estrujarme con muchísima fuerza un muslo, haciéndome gruñir internamente y suplicar en silencio. Vamos Ichi, fui muy cuidadoso y les puse su chalequito y sus flotadores.

-Lo único que flotará será tu cadáver cuando te tire al mar cabrón. Sabes que no me gusta que surfeen sin que yo esté presente, porque sé que eres un demente y con o sin niños siempre montas las olas más grandes.

Oh vamos, los tritoncitos prácticamente tienen branquias, no les pasará nada.

-A ellos no, pero a ti sí. Te voy a hacer ceviche estúpido tritón idiota.

Me rio por lo bajo mientras Ichigo simplemente rueda los ojos porque sabe que no tengo remedio. Por cierto, ¿Ya hiciste las maletas de los niños o necesitas que te ayude?

-Ya las hice, pero ¿Estás seguro Grimmjow? ¿En serio te quieres retirar?

¿Nueve títulos del mundo se te hacen poco Ichi? Mi esposo frunce el ceño adorable y niega.

-No es por los títulos, ¿No lo extrañarás?

Ichigo he surfeado todos los días de mi vida desde que tengo memoria. Y no lo dejaré de hacer, simplemente abandonaré las competencias, ya es tiempo de que alguien más desafíe el azul intenso.

-Nunca nadie podrá desafiar tu azul intenso, porque es tuyo y de nadie más. Te pertenece.

¿Estás seduciéndome descaradamente frente a los niños? Le pregunto, viéndolo sonrojarse y rápidamente darme un golpecito en el brazo. Carajo Ichigo, ¿Cuán perfecto puedes ser?

-Cierra la boca y termina tu cena que te toca bañar y dormir a los niños.

Bien, bien, pero a ti y a mí aún nos espera una larga noche.

-Huh, ya veremos.

Ambos sonreímos, seguimos comiendo y platicando con nuestros pequeños hijos. La comida es de lo más rica y si no fuera porque mis shorts son elásticos, estoy seguro que ya habría dado un botonazo. Eventualmente me toca bañar a los niños, lo que se convierte en una divertida batalla campal que es perseguir bebés que corren desnudos por toda la casa e inclusive el muelle.

-Dios, aún no sé de dónde sacan tanta energía.

Le sonrío a mi precioso esposo que suspira un tanto cansado, después de que finalmente logramos ponerlos a dormir y ahora se quita la camisa con intenciones de ir al baño. ¿A dónde crees que vas?

-¿A bañarme?

Oh no. No lo harás. Primero nadaremos un largo rato y luego yo mismo te bañaré. Ichigo me sonríe encantador, acercándose y tentándome al bajarse la ropa interior frente a mí.

-Pues a nadar se ha dicho.

Cabrón coqueto. Le grito con la mirada mientras un pequeño silbido escapa de mis labios al verlo avanzar frente a mí. Yo puedo ser el campeón de surf del mundo. Pero tú mi cielo, te ganas el del universo con ese trasero de en sueño. Ichigo gira viéndome sobre su hombro, rodando los ojos y riéndose un poco.

-Cierra la boca y atrápame si puedes.

Ichigo se lanza desde la terraza al agua cristalina y no tiene que decirlo dos veces, que apenas me arranco los shorts también brinco desnudo. No solo el agua me recibe fresca y dándole una sensación de alivio a mi piel que se encontraba ardiente debido a tantas horas bajo el sol. Sino también mi esposo que sale a la superficie, respirando hondo y abrazándose a mi cuello.

Los ojos de Ichigo reflejan una constelación que me roba el aliento. Un color chocolate que bajo la luz de la luna pareciera miel brillante y preciosa. Pero no solo sus ojos, su cabello naranja como el sol más radiante, su nariz con un toquecito rojizo en la punta por asolearse de más y ni mencionar sus labios cremosos, rosados y suaves de los cuales escurren gotitas de agua que parecieran nada más que diamantes.

Mi esposo me mira con tanta pasión mientras cierra la distancia entre nosotros y me besa como si no existiera un mañana. Sus labios húmedos y su lengua carnosa me saben a gloria al igual que sus uñas que me rasguñan la espalda tenuemente.

-Te amo.

Y yo a ti Ichi. Mi voz sale ronca y tosca, como mis dientes que se aseguran de morder y jalar tenuemente su labio inferior. Eres precioso. Ichigo sonríe ante mis palabras, rozando su nariz contra la mía y acariciándome el rostro con devoción.

-Admítelo, a pesar de tantos juegos y bromas realmente eres un tritón.

Mi sonrisa se ensancha por sus palabras adorables  y un par de risas se me escapan. Lo soy. Y un día, cuando menos te lo esperes te llevaré conmigo al fondo del mar, donde viviremos juntos y felices para siempre.

-¿Ah sí? Pensé que ya éramos felices para siempre.

Lo seremos aún más. Ichigo me abraza con más entusiasmo, sacándome un pronunciado suspiro.

-Al fondo del mar, al cielo o en la tierra yo te seguiré siempre. Porque soy tuyo, y tú mío. Y la eternidad es poco para lo que la vida nos depara estando juntos.

¿Qué pasa Ichi? Pregunto con mis labios que se encargan de besar sus ojos que se han puesto húmedos.

-¿Recuerdas el día de nuestra boda? ¿Qué lloré por lo feliz que era?

¿Ya no lo eres? Ichigo me golpe la espalda, negando muchas veces y besándome algunas más.

-Jamás creí ser tan feliz. Todos dicen que eventualmente el amor madura y mierdas así. Que las sensaciones se apagan. Pero yo debo estar loco, porque cada día que pasa te amo más junto a los niños. ¿Es normal ser así de dichoso Grimmjow?

Lo es. Y tienes que aceptarlo, porque te lo mereces. Ichigo hace un puchero enternecedor, frunciendo el ceño y golpeándome en el pecho hasta hacerme reír.

-¡Estás loco y yo estoy más loco por quererte!

¿Quieres que te lo niegue? Ichigo berrea y una vez más lo beso entre las olas que nos llevan poco a poco hasta la orilla de nuestra pequeña isla. Ya ahí nos recostamos sobre la arena, con el agua yendo y viniendo hasta la mitad de nuestros cuerpos mientras miramos el cielo estrellado y la luna que se encuentra enorme y destellante.

-Sabes Grimmjow, llevo años preguntándome, ¿Recuerdas cuando nos conocimos? La primera vez que yo te vi pensé que eras el tipo más increíble y guapo del mundo. Y cuando nuestras miradas se encontraron tu frunciste el ceño, ¿Por qué?

¿Eso? Pregunto entre risas mientras él me mira curioso. Bueno, aquella vez aunque estaba surfeando y mi atención siempre se fija en el agua, un curioso y brillante naranja me atrajo. Eras precioso. Así que cuando salí del agua y te vi hablando por teléfono y riéndote pensé muchas cosas.

La primera ¿Quién carajo trae un celular a una playa tan bonita? En segunda, ¿Por qué está riéndose y no soy yo quién lo provoca? Y finalmente, ¿Por qué no me mira? Te quería solo para mí Ichigo. Así que cuando volteaste me encontraste frunciendo el ceño. Aún recuerdo que te sonrojaste y me sonreíste tímido. Y eso solo me enojó más, porque eras demasiado perfecto y no eras mío.

Después los chicos me llevaron aun contra mi voluntad, pero no pude dejar de pensar en ti todo el tiempo. Y esa misma noche cuando te vi en el bar supe que era mi oportunidad. Tenías que ser mío a toda costa y lo conseguí, mío por siempre. Ichigo sonríe ante mis palabras, suspirando ya tranquilo y dejándonos en un acogedor silencio por un par de minutos.

-Me gusta estar contigo. Pero temo decirte que cualquiera que nos viera debe pensar que estamos chiflados, unos tipos desnudos en una jodida isla. Solo nos faltan los cocos y los monos.

¿De qué hablas? Somos como los idiotas de esa película que se la pasan en cueros, colgados de las palmeras y cogiendo.

-Si bueno, solo que ellos tuvieron un bebé y tú y yo tres docenas. Aunque la idea de mandarte a dormir a una palmera no suena mal.

Nuestras risas hacen un curioso eco que se ahoga en cuanto una pequeña ola logra llegarnos hasta el maldito rostro. Rápido nos levantamos, tosiendo agua y aun carcajeándonos mientras él me abraza.

-Vamos a casa pervertido, sabes que Rini suele despertarse sino no siente a alguien cerca.

Oe, ¿Y qué hay del sexo sucio y depravado en plena orilla del mar?

-Jódete, siempre que cogemos en la playa terminamos con rozaduras y con arena hasta en la conciencia. Así que nada de sexo depravado o lo que sea. Además tenemos que despertarnos temprano por la competencia.

Que se joda la competencia, me retiro esta misma noche.

-No lo creo galán barato. Quiero ese trofeo y tal como la primera vez, a cambio yo te daré…

Ese trasero bonito toda la maldita noche. Ichigo rueda los ojos, termina sonriendo y me da la mano para ayudarme a levantar. Una vez más aprovecho para darle una nalgada antes de salir huyendo por el muelle hacia mi hogar.

-¡Grimmjow idiota, ven aquí!

Ichigo como el campeón que es me demuestra quién manda en esta maldita casa, alcanzándome y arrojándoseme encima. Afortunadamente caemos sobre un camastro acojinado que tenemos junto a la piscina. 

-No huyas de mi azul. Me perteneces carajo.

Mi cuerpo punza ardiente, porque en muy pocas ocasiones se refiere a mí como ‘azul’ supongo que haciendo alegoría a mi cabello y ojos. Maldición ahora quiero cogérmelo, besarlo y abrazarlo hasta quebrarlo.

-Ugh…al carajo la competencia, ven aquí.

Ichigo se coloca sobre mí de frente y dándome una vista de en sueño. Su piel desnuda y mojada luce tan apetitosa y nívea que me dan ganas de comérmelo a mordidas. Tiene las mejillas ardientes luciendo inocente y prohibido y sobre todo está duro. Sumamente duro y goteante como yo.

Pero pareciera querer matarme al tomar mis manos y hacer que las coloque sobre su trasero para estrujárselo mientras él se restriega sin decoro alguno contra mi erección punzante e hinchada. Eso es…justo así. Le digo contra los labios mientras le entierro mis dedos en las nalgas, para ayudarlo a hacer más ruda y candente la fricción.

-Cógeme…Grimmjow cógeme.

Su voz tóxica sale rota de su garganta, demostrándome lo desesperado que está. Tanto que me saca una sonrisa perversa. Porque así es él, tiene boca peligrosa, pero es débil ante el placer. Porque apenas lo toco y se derrite entre mis dedos como chocolate rico, sedoso y caliente.

Y lo compruebo cuando me mete un par de sus dedos a la boca. Los cuales le chupo y succiono obscenamente hasta dejárselos escurriendo en saliva tibia y viscosa, mirándolo sonreír descarado y complacido. Ichigo me provoca mostrándome como se mete los dedos, abriéndose para mí mientras me jadea ansioso contra los labios y me mira con esos ojos que gritan sexo puro y brutal.

-Uhm…Grimmjow…Grimmjow rápido, te necesito.

Carajo. Maldigo por lo alto, agarrándolo con agresividad y ayudándolo a colocarse bien sobre mi erección, que ya punza dolorosa de lo maldita sea duro que me encuentro. Ichigo como el pervertido que es, no hace más que aferrarse a mi pecho, gritando y echando la cabeza para atrás conforme comienzo a entrar despacio en él centímetro a centímetro.

Suspiro entre jadeos debido el placer retumbante y sofocante apoderándose y expandiéndose en mí. Está en exceso apretado y tan suave, como terciopelo ardiente que se derrite a mí alrededor y a la vez me succiona con tanta fuerza que me tiene gruñendo desesperado.

-Hah…maldición, estás demasiado…demasiado grueso y duro.

Tal y cómo te gusta. Menciono terminando de enterrarme con rudeza en él y viéndolo caer de lleno contra mi debido a que es demasiado para él. Muévete para mi Ichigo. Apenas se lo demando se incorpora un poco, sólo para sostenerse de mis hombros y comenzar a mover sus caderas pronunciadas, permitiéndome morir a gusto con la perfecta imagen de su culo estrecho engulléndome entero a cada estocada.

-Más…Grimmjow más duro, jódeme más duro.

Su voz erótica me resuena hasta en el alma mientras obedezco, sujetándolo por las caderas para aumentar a un ritmo más frenético y agresivo con cada penetración. Asegurándome de subirlo y bajarlo hasta escuchar ese golpeteo líquido y obsceno de mis muslos contra su trasero.

-Así…así me encanta. Grimmjow así. Tan profundo y rico.

Apenas si alcanzo a gruñirle, gozando el sudor ardiente y perfumado de su cuerpo caer sobre el mío mientras continuo penetrándolo con violencia, sintiendo su culo candente y mojado estrujarme cada vez más. Mierda, voy a correrme.

-No…no, aún no. Quiero más. Grimmjow más.

Me dice eso con una voz quebrada y ronca, ya que el placer empieza a joderle los sentidos. Por lo que él solo se mueve desesperado entre sonrisas morbosas y gemidos escandalosos mientras pequeños hilos de saliva escurren obscenos por sus labios.

Los segundos se vuelven minutos de eterna y dulce agonía para ambos. Pero parece ser mucho más de lo que puede soportar, porque apenas le bastan un par de estocadas más y miro como se corre entre temblores, maldiciones y lágrimas.

Más no es el único, porque estoy seguro que el cielo se abre para mí al sentir su interior húmedo, carnoso e hinchado apretarme aún más, tanto que por un segundo siento que voy a prenderme en fuego. Todo se vuelve blanco, palpitante e increíble como cien mil volteos recorriéndome cada hueso, musculo y articulación conforme me corro abundante y espeso dentro de él.

-Te amo…Grimmjow te amo.

También te amo. Le digo, disfrutando mi profundo orgasmo e intentando recobrar el aliento a hondas bocanadas. Más Ichigo no se detiene volviendo a besarme con toda la intención de ahogarme en pasión.

Lo amo. Amo a este hombre más que el cielo, el mar y mi vida misma. Lo amo con una devoción intensa y con un cariño eterno. La luz de mi vida, mi más grande amor, mi inspiración y mi razón de ser. Lo abrazo como si nos acabáramos de conocer y con la intención de nunca dejarlo ir.

Sencilla y genuinamente el mejor riesgo que he tomado en mi vida.

///Ichigo///

Azul por doquier. Azul precioso, intenso y deslumbrante. Un azul tan majestuoso que me tiene sin aliento. Y no solo lo digo por el calor extenuante que hace, sino porque por doquiera que mire el azul se extiende sin fin.

-¡Ahí viene una enorme!

Trago saliva agarrándome de uno de los barrotes del yate dónde me encuentro y el cual se eleva hasta el cielo apenas es abordado por una ola colosal.

-Grimmjow la dejó pasar.

No era lo suficientemente grande para él y lo sabes. Le contesto a Ulquiorra, que asiente ante mi comentario mientras yo busco con la mirada al hombre más demente, salvaje y loco que jamás había conocido en mi vida. Por supuesto, ese hombre es nadie menos que mi mejor amigo, marido y el padre de mis hijos.

Sonrío en cuanto lo miro a lo lejos, a unos treinta metros sobre el agua que se mueve errática. Sé que es él no solo por su deslumbrante cabello del color del cielo, sino porque además trae su traje especial de surfista y lo mejor, su preciosa tabla color naranja bajo el brazo.

Según él es de la buena suerte porque le recuerda a mí. La misma en la que tiene varias calcomanías y decoraciones que nuestros hijos le han pegado y hecho con el paso de los años.

Ahora se encuentra sentado en la parte trasera de una moto acuática que conduce Nnoitra mientras intentan que el agua brutal no los voltee. Y es que hoy es la final del campeonato del mundo de surf en Teahupoo. Este año nuestro hogar, la polinesia francesa, fue elegida la cede de la última fase de la competencia y Grimmjow viene con todo.

Muy a lo lejos se alcanzan a ver varios montes colosales y verdes inclusive con nubes atravesándolos. Pero justo aquí dónde estamos no hay más que agua turbia, feroz y cruel.

Estamos a unos cinco kilómetros mar a dentro en montones de barcos, botes y yates como el mío llenos con admiradores, otros surfistas y el equipo del evento con cámaras, más algunas motos acuáticas que son las que se encargan de recoger y dejar a los participantes.

Usualmente las competencias son más en la orilla, pero en otras ocasiones como en esta, se decide en el mar profundo e intenso, donde las olas son más grandes y mortales. Las favoritas de Grimmjow si me lo preguntan. Y aunque ya estoy acostumbrado por tantos años a verlo llevarse título tras título, no quita que la adrenalina y la euforia me golpeen cuando lo veo ahí sobre el agua, justo en su hábitat natural.

Se dice que en Teahupoo se encuentran algunas de las olas más densas y pesadas. Y no mienten. Sin juegos, aquí dentro olas de más de quince y hasta veinte metros se levantan cada dos minutos. Y a veces, algunas mucho más grandes. La brisa es fuerte y cada que las olas revientan parecieran murallas blancas explotando y desplomándose. Un espectáculo fuera de este mundo.

No negaré que estoy un poco preocupado, pero también confiado en que Grimmjow no solo ganará, sino que estará a salvo.

-¡Ahí va el americano!

Miro que evidentemente el contrincante de Grimmjow ha decidido saltar de la moto acuática y por fin montar una gran ola. Pero más que prestarle atención a  él, me fijo en Grimmjow que permanece sereno y observando el mar furioso. Porque sin importar lo violenta que esté el agua nada puede quebrantar su firmeza.

-Están calculando, esa ola debe ser de casi dieciocho metros.

Me dice Ulquiorra señalando la ola que toma el americano y que unos minutos después logra atravesar con algunos problemas, pero sin complicaciones. Sin embargo dieciocho metros no son nada para Grimmjow que ya ha tomado olas más grandes.

Por eso está esperando. No importa cuánto le tome, él quiere la mejor y más peligrosa, aquella ola que nadie nunca se atrevería a montar. Él quiere una que te puede sumergir hasta los confines del océano.

El busca el azul más intenso.

-¡Grimmjow se está desplazando!

Contengo el aliento al ver a mi hombre saltar al agua a lo lejos y empezar a bracear contra corriente sobre su tabla seguramente tan fuerte como puede. Se nota que le cuesta trabajo por lo violenta que es la corriente pero no se detiene.

-Oh dios…Kurosaki mira eso.

Apenas si puedo abrir la boca y aferrarme a los barrotes para ver a dónde se dirige Grimmjow, una ola comienza a formarse colosal, pesada y gruesa.

-Es demasiado alta, no me quiero ni imaginar cuando se levante.

Ulquiorra que usualmente es reservado, ahora se abraza a mí mientras yo sigo pasmado viendo un helicóptero sobrevolar el área, no solo para grabar la escena, sino para ayudar a Grimmjow en caso de algún accidente. Pero todo eso se me olvida cuando por fin lo veo tomarla.

Son apenas segundos.

La ola se eleva hasta el cielo y ahí está Grimmjow. Me olvido de respirar al verlo descender en picada varios metros. ‘No te caigas, no te caigas, no te caigas’ Le ruego a todos los dioses, gritando eufórico y sonriendo al ver que logra llegar a la base sin complicaciones. Pero ahora viene el segundo problema, atravesar el tubo de agua antes de que lo consuma.

Literalmente siento el vello de mi cuerpo erizarse y electricidad recorrerme al ver como Grimmjow domina todo a su paso. Inclusive me rio ya más tranquilo al saber que debe de estar sonriendo. Y más cuando hace su tan significativo movimiento de colocarse de cuclillas, sujetarse de los bordes de la tabla y dejar que su hombro roce la barrera de agua.

El rey del océano, el único capaz de domar el azul intenso que intenta consumirlo, como llamas celestiales y exuberantes que han sido creadas solo para él.  Belleza en su más grande esplendor.

No hago más que sonreír muy emocionado, escuchando a todos nuestros amigos gritar hasta la locura a mi lado, al ver que Grimmjow una vez más logra salir victorioso y con porte de campeón de la enorme ola que revienta como millones de destellos blancos en el cielo hasta hacerse espuma.

Mi hombre ruge y se golpea el pecho aun de pie sobre su tabla, inclusive buscándome con la mirada y señalándome. Me grita en silencio cuanto me ama y sobre todo que me dedica su victoria. Lo miro anhelante, brincar al agua para nadar un poco y ser recogido por Nnoitra en su moto.

-¡Grimmjow ganó! ¡Ganó!

Me dice Ulquiorra muy contento, aunque no lo parezca debido a su petrificado rostro.

-¡Esa ola debió de ser de más de veinticinco metros, pero no solo eso, además hizo todas sus maniobras sin ninguna dificultad y salió de pie!

Asiento muy feliz mientras una horda de exclamaciones y ovaciones se escuchan de parte de todos sus compañeros surfistas para Grimmjow que ha llegado al yate.  Mi marido estrecha manos por doquier, pero en segundos aparta a todos para llegar a mi empapado. Nos miramos fijo y en un pestañeo ya nos encontramos abrazándonos y besándonos con violencia.

El maldito y loco amor de mi vida.

Grimmjow me muerde los labios y la lengua mientras me estruja entre sus fuertes brazos, llevándome hasta pegarme contra una pequeña cabina.

-¿Me viste Ichigo? ¿Viste cómo gané para ti? Pensé en ti y en los tritoncitos todo el tiempo.

Grimmjow me lo susurra contra los labios, provocándome un rico escalofrío y que lo abrace con más fuerza. Lo vi, lo vi…y me hiciste tocar el cielo. Ambos sonreímos con complicidad mientras yo me abrazo a su cuello y lo atraigo una vez más para besarlo tanto como puedo.

-Carajo, quiero hacértelo ahora mismo.

Lo despego entre risas rápidamente negando. No podemos, los bebés nos esperan en la orilla con tu hermana. Eso y que por si no lo has notado el tipo del helicóptero no deja de grabarnos. Después de todo acabas de ganar un campeonato del mundo.

-Ya estoy acostumbrado. Me dice burlón y haciéndome rodarle los ojos.

No tienes remedio.

-No, no lo tiene ahora dejen de cogerse con la mirada y ven aquí Grimmjow todos quieren felicitarte.

Habla Starrk interrumpiéndonos, provocando que Grimmjow vaya con él y lo abrace por los hombros.

-¿Qué pasa tabla de surf? ¿Estás celoso de que no te doy amor eh?

-Jódete estrella porno, eres un idiota. Ahora mueve el trasero que los chicos te esperan.

Me rio muy alegre mirando a mi marido ser tacleado, abrazado, triturado y amado por todos nuestros amigos o mejor dicho nuestra familia.

-Oe, suéltenme carajo. Ichigo y yo tenemos un avión que tomar.

-Todos tenemos un avión que tomar.

-Sí, sí. Hey Ulquiorra, ahora que me está grabando el helicóptero dame lo que te encargué.

Todos miramos con curiosidad a Ulquiorra, que rápido saca de su bolsillo un papel que desdobla mostrándonos que se trata de un pequeño anuncio hecho a mano. El cual Grimmjow toma y eleva para que la cámara lo enfoque. Las risas resuenan y en cuanto miro lo que dice comprendo.

 “Mamá gané para ti, el viejo ridículo y mis hermanos, ya voy a casa.”

Miro enternecido a Grimmjow y es que es la primera vez en toda su trayectoria como surfista que sus padres no han podido asistir para verlo ganar. Debido a que su hermanito menor se enfermó y tuvieron que quedarse en Bali para prevenir emergencias.

Usualmente nos quedaríamos y festejaríamos con todo el equipo y los fans de Grimmjow, pero esta vez nos vamos a Bali. Donde nos esperan los padres de Grimmjow, sus abuelos, mis propios padres y mis hermanos. Absolutamente toda la familia.

No solo celebraremos el triunfo de Grimmjow, sino que Ukitake-san y Kyoraku-san decidieron renovar sus votos matrimoniales hace unas semanas a escondidas de todos y al ser descubiertos, por lo menos decidieron invitar a todos a la fiesta. Sin duda serán unos días de locos.

Ya en la orilla, Grimmjow se baja corriendo del yate para cargar a nuestros preciosos bebés que brincan emocionados en la orilla delante de Nel. Su padre los carga a ambos y les da un par de vueltas haciéndolos reír encantadores mientras le habla y le hace un par de caras graciosas a la pequeña Rini que se encuentra entre los brazos de Nel.

-¿Papi ganaste?

-¡Por supuesto que ganó, papi es el rey del océano!

-Claro que gané hijos, lo hice por ustedes, su hermana y su madre.

Grimmjow los estruja haciéndolos chillar de la emoción y felicidad. Carajo, como lo amo. Lo amo. Lo maldita sea amo tanto. A él, a nuestros hijos…a nuestra familia. ¿Acaso podría ser aún más feliz? Bueno…quizás se pueda, aún hay cosas que no todos saben.

>>> 

>> 

///Kyoraku///

Para mí no ha pasado el tiempo. Ni un solo día. Vivo atrapado en una dulce fantasía de la cual me niego a despertar. Me parece que apenas fue ayer cuando tenía dieciocho y decidí emprender el mejor viaje de mi vida. Uno dónde conocí lugares increíbles, personas maravillosas y entre ellas al amor de mi vida.

Jushiro me flechó de una manera sobrenatural. El amor a primera vista se queda corto para describir lo que sentí cuando lo miré en aquella ocasión. Lo supe, supe que él cambiaría mi vida y aunque entre risas y patéticos intentos decidí que sería mío. Y cuando lo conseguí la vida decidió premiar mi perseverancia con unos maravillosos hijos.

Cualquiera pensaría que me asusté o que dudé de tener hijos tan joven. Pero la verdad es que no lo hice ni por un segundo, porque eran hijos que criaría junto a mi adorado esposo. Supongo que físicamente al menos el tiempo sí avanzó.  Y pronto pasamos de cambiar pañales a hacer castillos en la arena, ir a un par de competencias para adolescentes hasta ver a mis hijos encontrar el amor.

No sé cuándo pasó. Ni cómo. Solo sé que un día cabían en la palma de mi mano y al día siguiente ya no eran mis hijos, sino mis nietos los que cargaba en esa misma palma. Y aunque me brinda mucha nostalgia, también un exceso de alegría. Porque quizás no todo ha sido miel sobre hojuelas siempre, pero sin duda han sido los mejores años de mi vida.

Treinta y cinco años de casado con un esposo increíble, padre de cuatro hijos maravillosos y abuelo de cuatro nietos adorables contando el que viene en camino por parte de Nel. Logré realizar todos los sueños de mi juventud, trabajé muy duro, disfruté en grande y amé a mi familia tanto como pude. ¿Acaso un hombre en esta tierra podría pedir algo más?

La respuesta debería ser no. Pero yo diré sí. Si pudiera pedirle algo más a la vida sería que mi familia fuera tan dichosa como yo lo he sido todos estos años.

-Papi ven a bailar con nosotros.

Apenas puedo dejar mi cerveza antes de ser llevado de la mano por mi pequeña hija que me lleva a unos pasos, donde se encuentra su madre bailando junto a su hermanito mayor.

Porque aunque Grimmjow no ha llegado la fiesta ya empezó. Los padres de Ichigo-chan, sus hermanos y mis suegros ya están disfrutando junto a otros familiares. Hay montones de mesas unidas, muchísima comida y antorchas por doquier aquí en pleno jardín en el acantilado más un maravilloso conjunto de música en vivo.

-Shunsui te estamos esperando y tú en las nubes. Me dice Jushiro mientras le da una vuelta a nuestros hijos que bailan de lo más felices, brincando y riéndose al ritmo de la música caribeña con esos maravillosos toques latinos.

Lo siento cariño, ya estos aquí. Digo besándolo antes de cargar a mi hija y moverme con ella, haciendo a mi esposo sonreír encantador y muy contento.

-¡No empiecen la fiesta sin nosotros!

Jushiro y yo giramos topándonos con Grimmjow que ha llegado con Ichigo-chan, sus hijos y todo su escuadrón. Por supuesto que Jushiro es el primero en correr a los brazos de nuestro hijo mayor para abrazarlo como nunca.

-Hijo, te extrañé tanto.

-Y yo a ti.

-Tu madre rompió la televisión de la emoción cuando te vio ganar. Así que ahora nos debes un televisor nuevo mocoso.

-¿Hah? ¿Qué clase de recibimiento es ese viejo chiflado? ¿No vas a saludar y felicitar a tu bebito huh?

Ruedo los ojos, pero claramente abrazo a mi hijo, que me corresponde y no tarda en besar a su hermanita.

-¿Cuándo creció tanto? Carajo, eres preciosa. Esas cajas de cereal sí que traen premios bonitos hoy en día.  Es bueno que seas linda como mamá y no un chiflado como este viejo ridículo que tenemos por padre.

¡Que tus hermanos no salieron de una caja de cereal! ¡Y a quién le dices viejo ridículo! Por supuesto que le hago una pequeña llave, que lo tiene gruñendo entre risas hasta que lo suelto debido a que Jushiro casi se infarta de la alegría al ver a nuestros nietos.

-Niños vengan todos a darle un abrazo al abuelo Shunsui.

Como siempre Grimmjow lo dice con malicia y en cuestión de segundos tengo montones de niños arrojándoseme, brincándome encima y abrazándome hasta tirarme.

-Eso es, demuéstrenle al abuelo cuanto lo aman.

¡Jushiro ayuda! ¡Son muchos y me están babeando!

-Vamos viejo, ¿No fuiste tú él que me dijiste que querías diez nietos solamente míos? ¡Ichigo nos faltan más de la mitad, tenemos que empezar ahora!

-¡Cierra la boca!

Agradezco a mi yerno consentido el tremendo golpe que le mete a mi hijo idiota, antes de ayudarme a levantar.

-Lo siento Kyoraku-san, ya sabe cómo es de tonto su hijo.

Si bueno, consecuencias de su caída de la hamaca cuando era un bebé.

-¡Ya van a empezar!

Todos nos reímos, pero en cuestión de segundos siguen los abrazos y saludos por tanto tiempo sin vernos. La dicha aborda el ambiente al igual que la buena música, que antes de darnos cuenta ya tiene a más de uno bailando, comiendo, charlando y a otros más nadando en la piscina, porque a pesar de que ya ha anochecido de lleno el calor está tremendo.

¿Yama-ji, te diviertes? Le pregunto a mi suegro que como siempre permanece con su rostro serio, que se quiebra debido a que trae su peculiar gorro de la marina más su típica camisa de ‘Dime capitán’ mientras mueve la cabeza y hasta su bastón debido a la música.

-No me hagas meterte mi arpón, mi gato y hasta mi bastón por tu barbudo trasero y cierra la boca Kyoraku.

¡Yo también te quiero Yama-ji! Mi suegro como siempre pone los ojos en blanco, pero no quita que el hombre  suspire feliz.

-Nunca me has caído bien porque eres un loco que no sigue reglas. Sin embargo, fuiste el empujón que Jushiro necesitó para seguir su camino. Y aunque eso me enojó. No negaré que sé que nadie lo hace tan feliz como tú. Míralo bien Kyoraku. Mira la familia tan espléndida que hiciste junto a mi hijo.

Claramente miro a Jushiro que no deja de bailar de lo más feliz ahora con nuestros cuatro hijos, sacándome una sonrisa tremenda y un amplio suspiro. No solo es mi familia, es…nuestra. Por primera vez en mucho tiempo mi suegro sonríe realmente contento.

-Así es. Nuestra. Y alguien tiene que cuidar que no haya más descarriados como Jushiro y Grimmjow, así que iré a contarles un par de historias sobre la marina y monstruos marinos a mis nietos y bisnietos.

Sonrío mirándolo irse al mismo tiempo que Jushiro llega, sentándose en mis piernas y tomándose de un enorme trago todo su vaso. Mi esposo jadea agotado y con las mejillas ardientes seguramente por tanto baile y calor.

-¡Shunsui te lo estás perdiendo! Todos nuestros bebés están ahí divirtiéndose y tú aquí seguramente peleándote con mi padre.

Jushiro me hieres, Yama-ji me quiere aunque no lo diga. Y en cuanto a esos bebés, se ve que se lo están pasando de lo mejor. Aunque…¿Será extraño si te digo que los veo en pañales a los cuatro? Mi esposo se ríe y niega dándome un beso en la mejilla mientras se abraza a mi cuello y continuamos mirando a todos divertirse.

-Yo también los veo en pañales, siempre lo haré. Supongo que así somos los padres.

Lo sé…y hablando de bebés, ¿Qué te parece si tenemos unos más? Jushiro suelta una carcajada a la vez que me jala una oreja.

-La fábrica de bebés se cerró hace años. Aunque podemos “practicarlos” todo lo que quieras.

Oh Jushiro…cuan atrevido. Justo como el primer día en esa playa.

-Y tú sigues tan torpe como ese mismo día tropezándote contra el carrito de paletas.

¡¿Jushiro, que nunca nadie olvidará eso?!

-¡Nunca! Grita Grimmjow desde la pista.

Mi candente y precioso esposo y yo nos reímos y damos un par de besos, escuchando de fondo que la música se detiene y nos piden atención y guardar silencio. Es nadie más que Ichigo-chan que luce un tanto nervioso, pero muy sonriente.

-Uh…hola a todos. Como saben soy Ichigo, el esposo de Grimmjow. Y deben odiarme por haber detenido la música, pero tengo muchas cosas que decirle a mi marido.

Grimmjow lo mira curioso, entretenido y expectante, ya que Ichigo-chan no es la clase de persona que haga cosas así.

-Bueno iré al punto. Número uno te amo aunque estés loco. Y cuando digo loco es deberías tener una camisa de fuerza todo el tiempo. Número dos, felicidades por tu triunfo, todos incluyéndome estamos muy orgullosos de ti y número tres sé que has pensado en retirarte de las competencias últimamente y mi respuesta es: no puedes hacerlo. Y digo no puedes porque tenemos muchos hijos y necesitamos el dinero.

Claramente las risas resuenan incluyendo la de Grimmjow.

-Y aparte del dinero quiero que nuestros hijos crezcan mirando a su padre hacer lo que más le gusta y disfrutarlo en el proceso. Quiero que lleguen a entender y amar tu azul intenso tanto como yo lo hago. Mi hijo mira con mucha ternura a su esposo que finalmente se aclara la garganta. -Incluyendo al nuevo bebé que viene en camino.

Solo eso basta para dejarnos a todos con la boca abierta, incluyendo a Grimmjow que apenas deja de ser de piedra corre a abrazar, besar y hasta cargar a su esposo. Seguido de ser felicitados por todos.

-¡Oh Dios mío Shunsui, vamos a tener otro nieto!

Yo también soy besado hasta la locura inclusive haciendo que nuestra silla se vaya de espalda y caigamos al pasto. Jushiro y yo nos reímos a más no poder y el simple hecho de ver sus ojos destellantes y la dulce expresión de su rostro me tiene alucinando enamorado, justo como cuando era un joven con sueños de a montón. 

Una vez más mi pensamiento de la tarde regresa. Si pudiera pedirle algo a la vida es que mi familia siga igual de feliz por mucho, mucho tiempo.

///Ichigo///

-Te amo, te amo tanto. Te amo Ichigo.

Estúpidas hormonas que me hacen sentir mis ojos mojarse al ser abrazado por mi torpe marido. Grimmjow me abraza como si se le fuera a ir la vida y yo no me atrevo a separarlo, porque lo amo demasiado para mi propio bien.

Todos nos felicitan por el nuevo bebé, pero a mí solo me importa seguir recibiendo más y más besos del hombre de mi vida. También te amo. Siempre lo haré. Grimmjow une su frente con la mía y me sonríe tan bonito y tierno, que me tiene respirando con fuerza para no maldita sea sollozar.

-No llores Ichi. No aquí frente a todos. Recuerda que ahora que eres mío cada vez que lloras tus lágrimas se hacen perlas. Perlas que no pienso compartir con nadie.

Me río ante la torpeza, dejando que me consuele y dé un beso antes de despegarnos, ya que es hora de la foto familiar.  Me sorprendo al comprender que el día de hoy todos realmente están aquí. Mis padres, hermanos, sobrinos y hasta mi idiota cuñado. Y luego la familia que decidió adoptarme cuando más solo y perdido me encontraba hace un par de años.

Todo el escuadrón de surfistas más locos en este mundo, que se convirtieron en mis mejores amigos junto a la familia Kyoraku de la que ahora formo parte. Y lo odio. Odio que voy a salir llorando en todas las fotos. Porque conforme miro a cada persona en este lugar, no puedo evitar sentirme nostálgico al recordar que viví, aprendí y disfrute tanto con cada uno de ellos.

Y no puedo, es demasiado para mí.

Tanto que en cuanto la foto termina salgo corriendo, bajando a prisa las escaleras del acantilado y comenzando a caminar descalzo por la playa oscura. Una playa que luce especialmente mágica el día de hoy. Con una luna enorme y brillante, con millones de estrellas, mar de diamantes y arena de oro.

Camino limpiándome las estúpidas lagrimas que no se detienen por más que lo intento y que me tienen berreando. ¡Estúpidas hormonas!

-Justo en esta playa nos conocimos. Aquí inició la mejor aventura de mi vida.

Giro ante su voz topándome con Grimmjow que me ha seguido.

-Allá está tu búngalo y tú estabas parado justo ahí cuando te vi por primera vez.

Mis lágrimas se detienen mientras yo miro el punto que me señala en la arena frente al majestuoso mar. Y tú surgiste del mar, como una especie de rey del océano, deslumbrándome y flechándome el corazón. Le digo sonriéndole y señalándole el mar. Los chicos te hacían ovaciones y yo…yo me olvidé de cómo respirar.

-Yo también lo olvidé. Eras el chico más lindo que jamás haya visto Ichigo. Te lo dije cuando te pedí matrimonio y te lo digo hoy. Yo ya te amaba desde ese momento.

¡Eso es hacer trampa! Le digo empujándolo y dejando que me abrace con fuerza mientras me besa los ojos y de paso me seca las lágrimas. No quiero que nuestra aventura termine nunca.

-No lo hará Ichigo, eso te lo juro.

Bien, porque apenas nazca el bebé me debes la revancha de lanzarnos en paracaídas. Grimmjow sonríe contento, acercándose y besándome en la nariz. Sorprendiéndome al quitarme la camiseta y hacer lo mismo, tomándome de la mano y llevándome despacio hacía el agua, donde nos metemos entre sonrisas y besos.

Grimmjow me ha hecho vivir las mejores experiencias de mi vida, llámese viajes por el mundo o los deportes más extremos. Pero sobre todo me hizo conocer la alegría, locura y felicidad de la vida a su lado y la de nuestros hijos.

Este hombre supo reconstruir las ruinas de mi alma, poniéndome de pie y llenándome el corazón. Se llevó mi miedo al cambio y lo convirtió en pasión pura por soñar y sentir. Me hizo saber que tal vez la vida no es tan caótica como pensamos y el único engaño en sí, es intentar aferrarse a ello a toda costa. Gracias a él entendía que toda grieta en esta vida, no es más que un nuevo camino a la transformación.

Grimmjow me enseñó con cariño y paciencia que la devoción es amor puro.

Y que aunque el equilibrio es importante, a veces perder la cabeza por amor lo es aún más. Este increíble soñador me tatuó en el alma, que cuando por fin estás dispuesto a dejar toda atadura y consuelo atrás; y en su lugar crees en ti, tomando valor para afrontar, perdonar y amar, es ahí cuando la vida ya nunca más te negará nada.

-Quiero llevarte al fin del mundo a que encuentres tu propio azul intenso Ichigo.

Es curioso…porque lo encontré hace casi seis años en esta misma playa. Grimmjow me mira fijamente, abriendo sus ojos de paraíso perdido al entender, rápidamente sonriendo como nunca antes y abrazándome hasta casi sumergirnos mientras yo me aferro a él. Te encontré Grimmjow. Tú eres y siempre serás mi azul más increíble, radiante e intenso.

En ese momento una pequeña ola nos cubre, pero lejos de salir a flote nos tomamos de las manos aun debajo del agua y nos besamos con locura interminable y amor infinito. Un beso cautivador, mágico y burbujeante que dice ‘Te amo por siempre’ y ‘Gracias por todo’. Un beso que jamás se había visto tan bello como hoy, bajo estas gamas de precioso y eterno azul intenso.

Fin.

Notas finales:

Gracias, gracias, gracias. Sé que debo una disculpa por la tardanza, pero más que eso quiero agradecerles como siempre todo su cariño, amor y paciencia que me motiva a seguir escribiendo. No quería terminar azul intenso, más bien nunca quiero terminar ninguna de mis historias, pero ya era tiempo.

Lo único que me resta por decir de esta historia es que Ichigo iba por la vida en blanco y negro, hasta que se topó con el azul más intenso de todos. El de Grimmjow con el cual será feliz por siempre en el mar junto a su bonita familia. De corazón espero que la historia les haya gustado y me lo hagan saber <3

En cuanto a agenda, les prometo que he estado escribiendo un montón. Así que este mismo Jueves sale un nuevo capítulo de ‘Pantera’ (para los que están esperando) Y la semana que sigue la iniciaré publicando mi nuevo fic GrimmIchi llamado ‘Aires del tiempo’ que será un ‘Soulmates AU’ (Ya les explicaré) que me tiene muy emocionada. Así que si les interesa por ahí nos vemos. ¡Los amo muchísimo! ¡Gracias por todo! :333


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).