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Era solo una broma por Yusei156

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Notas del capitulo:

hola mis amados lectores, les traigo este hermoso capítulo, (si, aún se respira el amor en el aire) no se acostumbren a capítulos tan lindo que dl golpe de la realidad puede ser duro, pero jamás tan cruel si demuestran que se aman lo necesario para superar cualquier problema que se les presente.

 

sin poner más spoiler o alertárlos de cosas falsas (ya que el final aún no está decidido) les dejo leer.

 

Nos leemos mas abajo. 

Ya llevaban cinco meses saliendo y parecía que no iba a acabar pronto o al menos eso les parecía a la pareja en cuestión. Todo el mundo les veía y no había sospecha alguna sobre el porqué ya no se llevaban mal, hasta sus amigos habían comenzado a soportar la idea.

 

Aunque claro James y Peter seguían insistiendo en que mientras más rápido mejor, su plan no había acabado con que salieran aún querían que le rompiera el corazón. Sirius decidido a decirle la verdad a Severus durante las vacaciones ya que durante la época de clases jamás se armó del valor suficiente para confesar la estúpida verdad, también había tomado la elección de no hablar con sus amigos sino hasta ver la respuesta de su novio. Y siguió esperando.

 

Si iba a correr el riesgo de perder una amistad insuperable al menos debía de estar totalmente seguro de que lo haría por la persona correcta. Y a pesar que que en los días que se encontraban no veía nada malo con su relación siempre estaban allí pequeños problemas latentes. No podía contarle a Severus sobre sus gustos de muggles porque él los odiaba, no podían hablar de deporte porque a él le parecía mejor entrenar la mente, ni siquiera habían podido hablar sobre mantener una vida sexual. Algo que a Sirius comenzaba a impacientarle.

 

Sus sueños no había desaparecido, de hecho se hacían más frecuentes. Ya no se sentía mal por tener aquellos sueños, poco a poco y con mucha seguridad iba aceptando esos sentimientos que solo podían florecer por una persona. Cada que lo besaba le enloquecía, quería morder sus labios y continuar un contacto más profundo, pero siempre sucedía lo mismo era interrumpido por Snivellus.

 

Incluso entre su desesperación había decidido intentar con una técnica nada sutil diciéndole: “hola amor, serías tan amable de acostarte y abrir las piernas para mí” lo cual le había llevado a un tremendo golpe en el rostro, la indignación de su novio y a no haberlo podido tocar por tres semanas. Nunca más se repitió aquello, nunca más hablaron de eso.

 

-¿Qué pasó canuto? ¿Te sientes bien? De repente hiciste una mueca de dolor-James era bastante considerado con sus amigos y esa mañana Sirius no se veía muy emocionado. Algo raro en él pues se encontraban en el desayuno de despedida y pronto ambos viajarían de vuelta a casa.

 

-Es solo que estaba recordando algo muy desagradable-volvió a sonreír para no preocupar a nadie y siguió comiendo. Parte de su plan era conseguir un nuevo lugar donde vivir. Ya el siguiente sería su último año en Hogwarts y era justo que se independizara antes de eso. Los padres de cornamenta siempre eran muy atentos con él y él también los quería, pero aún así sabía que tenía dinero suficiente como para mantenerse otros 10 años sin problema alguno, era momento de dejar de depender de alguien más.

 

Pronto no les quedó más que despedirse con la promesa palpitante de seguir en contacto y de reunirse justo a la mitad del verano en casa de James. Todos se abrazaron antes de ponerse en marcha hacia sus respectivos hogares. Y así partieron.

 

No tardaron mucho en llegar a casa de James donde Fleamont y Euphemia Potter los estaban esperando ansiosos de verlos regresar. Si bien el joven Black no era hijo suyo les gustaba tenerlo en casa ya que era un muchacho carismático, listo y con mucho talento. Era como si hubieran tenido un par de excelentes hijos.

 

-¿Qué tal el viaje?-preguntó la mujer de unos intensos ojos verdes mientras los guiaba a la mesa pues la cena ya estaba lista. El viaje hacia su casa había tardado mucho más de lo esperado aunque estaban casi seguros de que se debía a lo difícil que les resultaba a veces despedirse de sus amigos.

 

-Muy bien, ¿verdad Sirius?-era una pregunta cómplice. Se habían tardado por acompañar a Lupin hasta su casa. Todo por un encargo bastante especial, pues de entre todos ellos era el único que sabía moverse en el mundo muggle como si nada hubiera pasado. En el pedido había de todo, como discos, pósters, comida, fotos y algunos otros encargos un tanto más especiales.

 

-Claro James, solos nos tardamos por esperar a qué Remsy se fuera-contestó igual de animado, si bien los Potter no se enojarian de que ellos hubieran adquirido todas esas cosas si les daría curiosidad ver que traían los muchachos y habían cosas que no debía de ver nadie.

 

Antes de comer los chicos hicieron señas de que subirían a su habitación a dejar sus cosas y casi tan rápido como se habían ido regresaron a cenar. Se veía exquisito el guisado de calabaza rellena de pato, y así como sirvieron comenzaba a desaparecer de los platos.

 

-Bueno señores, James. Tengo algo importante que decirles-estaba completamente decidido, además tenía muy buenas razones para ello, pero primero espero a que los allí presentes le dijeran algo.

 

-La chica con la que sales es la indicada-dijo Euphemia, ella era una excelente bruja y sabía leer el rostro de las personas y ya que esa era la primera impresión que tenía de Sirius cada que hablaba de su nueva conquista fue lo primero que se le había ocurrido.

 

-¡Claro que no!-exclamó James tomando por sorpresa a todos los allí presentes, si en realidad supieran el porque salía su mejor amigo con aquella persona sabrían que no eran para nada el uno para el otro.

 

-Entonces no sabes si es la persona indicada porque James teme perderte, pero deseas presentárnosla porque crees que podría serlo-concluyó el hombre de la casa, más para hacerle burla a su hijo que tomarlo en serio. Aunque al ver el rostro de Sirius algo avergonzado podía sospechar que sus palabras fueran ciertas.

 

-No es de mi novia, pero puede que piense en lo que dijeron. Me sorprende que crean que es la persona indicada-río un poco nervioso, jamás esperó que su alegría y emoción se vieran reflejadas en su rostro cada que pensaba en Severus y sus hermosos ojos negros. Le amaba estaba completamente seguro de ello. Solo quería ser correspondido.

 

-Pero cariño, te acabas de sonrojar-declaró la bella mujer mientras le señalaba un espejo. Este al verse reflejado se ruborizó aún más no podía creer que su recién aceptado amor le afectara de tal manera, no podía dejar que James lo descubriera.

 

-Bien, luego les cuento de mi relación. Pero el punto que quería tratar era algo mucho más serio pues quiero independizarme totalmente, no es que no los quiera o que me disguste vivir con ustedes. Me voy a mudar-al terminar de decir aquello noto la cera de asombro de los tres presentes. Si bien lo habían acogido como si fuera un hijo más de la familia Sirius sabía que no podía vivir por siempre con ellos y se le había aparecido una excelente oportunidad.

 

-¿Porqué? ¿A dónde irás? ¿Cómo vas a vivir tú solo?-esta vez fue el señor Potter quien hablo, ambos estaban preocupados por lo que pasaría con el joven. Lo querían y deseaban que no se metiera en problemas innecesarios.

 

-Si te sientes presionado por vivir con nosotros podrías al menos esperar a terminar Hogwarts y después buscar un lugar donde mudarte-agregó la esposa.

 

-No es que me sienta presionado, pero tampoco puedo aprovecharme de su amabilidad. Mi tio antes de morir me dejó una gran herencia y entre todas las cosas también una pequeña casa ubicada a las afueras de Londres. Con eso comenzare a vivir solo, pero sería un honor que fueran a visitarme.

 

-¿Entonces no hay manera de que cambies de opinión?-esta vez fue James quien hablo. Pensar en que su mejor amigo se iría de su casa en parte le alegraba pues sabía que tan orgulloso y obstinado podía ser Canuto, pero sobre todo le podía triste pues dejarían aún lado todas esas noches en vela platicando juntos.

 

-No la hay, pero cuando esté instalado les enviaré una carta, para que vayan con toda confianza a visitarme-les dijo sonriendo. Así se despidió de ellos con una enorme sonrisa en el rostro.

 

Habían pasado ya dos semanas desde su anuncio en casa de los Potter, pero antes de ir al lugar prometido decidió pasar de visita a otro lado. Esa visita también estaba entre sus planes pues con todas las ganas del mundo quería ver a su bello novio. Una vez se encontró fuera del deteriorado departamento se propuso a tocar la puerta y esperar al hospedero. Para su sorpresa salió un hombre de la habitación, pero ese no era su hombre.

 

Aquel que le había abierto la puerta le dijo que el muchacho que vivía allí había sido corrido hacía una semana por no haber pagado a tiempo la renta del lugar y que por lo que sabía ahora se encontraba habitando en un pequeño restaurante no muy lejos de donde estaba. Así Sirius comenzó la búsqueda de su novio.

 

Camino por la ciudad hasta que por fin encontró el pequeño restaurante y entró. No le quedó duda sobre la verdad de la historia cuando vio la bella figura de su novio bajo un mandil naranja que le lucía completamente horrible. Sirius lo tomó del brazo y pidió disculpas mientras lo sacaba a la fuerza del local.

 

-¿Qué diablos haces aquí Black?-vaya que le había impresionado que su estúpido novio hubiera ido a buscarlo, aún peor que lo encontrara trabajando.

 

-Vine a rescatarte, nos vamos mi amor-no estaba seguro de lo que estaba haciendo pero eso era lo de menos. Quería cuidar de Severus y una de las formas de hacerlo era llevándoselo de allí.

 

-Yo no necesito ningún rescate-su orgullo estaba ante todo y aunque no pudiera pagar un lugar decente para vivir había decidido ganárselo con su esfuerzo, trabajo y dedicación.

 

-Bueno, entonces vamos por tus cosas y discutámoslo en casa-no iba a aceptar un no como respuesta. Iba a lograr que su novio se fuera a vivir con él si eso evitaba que estuviera en la calle.

 

Sin poder discutir sobre ello y analizando su situación, Severus Snape no pudo contradecir las palabras del estúpido de su novio que ahora se preocupaba más de la cuenta. No tardaron mucho en salir de allí y llegar a las afueras de Londres con un transportador mágico, cosa que le sorprendió bastante pues había pensado que irían a casa de los Potter.

 

-¿Qué es esto?-preguntó algo asombrado al ver cómo el joven Black caminaba tan campante adentrándose a la casa. Le siguió pues este no le dio respuesta alguna. Al entrar se dio cuenta que el lugar no había sido utilizado en al menos unos 10 años, estaba completamente polvoriento y lleno de telarañas.

 

-Es mi nueva casa, mi abuelo me lo dejo. Me dejó muchas cosas en su testamento-había decidido mantenerse positivo en cuanto a su nuevo hogar, si bien iba a ser un reto vivir solo ahora con pareja parecía misión imposible. Pero eso no importaba. No mientras logrará salir adelante.

 

-¿Hablas en serio? Sirius dudo que alguna vez lavaras algo en tu vida, seguro tampoco cocinas y mucho menos sabes barrer o trapear. Perdóname pero eres un inútil, no podrás mantenerte tú solo-Ser sincero con su novio era una de las prioridades que tenía en mente. Sobre todo cuando se trataba de algo tan importante como la vida de su novio.

 

-Vamos amor, no tienes ni un poco de fe en mí-contestó con un obvio puchero en el rostro. Le enojaba un poco que su amado fuera honesto de un modo abrumador, aunque también era algo que le encantaba. Cuando su novio se enojaba y sobre todo cuando se defendía eso le resultó excitante.

 

-Soy objetivo, con razón me pediste que viviera contigo. Sin mí no sobrevivirás-comenzó poniendo todas sus cosas en un costado de la entrada, decidió comenzar a limpiar si pretendía vivir allí al menos durante un mes.

 

La tarde se hizo más larga de lo esperado, al menos para el joven Black. Limpiar, sacudir, barrer, trapear es algo que en su vida había experimentado, pero hacer todo aquello asistido por Severus había sido más que otra cosa revelador. Se sentía como si en realidad fuesen una joven pareja que iba a comenzar a vivir en aquel lugar pero… ¿No lo eran ya?

 

Ya era entrada la noche cuando al fin pudieron descansar en la sala, la casa aunque no muy grande estaba bien amueblada. Tenía una cocina con comedor, una sala de estar, un librero, un baño completo y dos habitaciones, ni Sirius sabía a quién le había pertenecido aquel lugar aunque sospechaba que era de su abuelo cuando este fue joven.

 

Ambos habían acordado cenar la comida que traía Severus de su servicio en el restaurante. En la sala reinaba la paz y la tranquilidad. Nada podía ser mejor para la pareja, aunque claro. Habían cosas de las que debían de hablar y un tema muy particular que le incomodaba en demasía a uno de los involucrados. Sirius al ver la preocupación y la expectativa en el rostro de su novio decidió hablar primero.

 

-Hay dos habitaciones mi amor, así que podemos dormir separados sin ningún problema-al ver el rostro sonrojado de su novio con algo de sorpresa sonrió-a menos que quieras compartir cama conmigo, podríamos convertir ese cuarto en algo más, una biblioteca por ejemplo-No continuó platicando pues recibió un dulce beso como recompensa a su paciencia.

 

-Gracias “amor”-volvió a besar a Sirius, ya se había acostumbrado a comenzar un beso y aunque no era tan hábil como su novio parecía que este lo disfrutaba bastante. La sensación que tenía al momento de entrelazar sus lenguas era algo a lo que todavía no se acostumbraba del todo, sentir las manos de su novio jugando traviesamente, le resultaba excitante sin importar las veces que lo hubiera hecho antes.

 

El mayor comenzó abrazando y besando a su novio mientras se paraba y lo posicionaba para poder llevarlo a alguna de las alcobas. Este no puso resistencia mientras era cargado a la primera habitación a la izquierda, la que se supondría sería el cuarto de Sirius. Ambas habitaciones estaban arregladas igual, con pintura en tonos verdes, negros y grises, no dejaba duda alguna que sería casa de algún Black perteneciente a Slytherin aunque claro todos antes de Andrómeda y de él lo habían sido.

 

Deposito con cuidado a su novio sobre la cama y se posicionó sobre él. Prosiguió a bajar el cierre de su pantalón, desabrochar el botón de este e introducir su mano curiosa sobre el calzón de su novio. Comenzó a masajear con deseo el miembro de aquel que lo enloquecía de forma vigorosa, tan pronto escuchó un gemido ahogado sonrió.

 

Decidió seguir con su labor, comenzó a bajar mientras Severus tenía los ojos cerrados. Una vez vio el descuido de su novio le bajó la prenda para poder introducir el miembro de su novio en la boca, vio la reacción de miedo en el rostro de su amor pues era la primera vez que lo hacía. Sentir el miembro de Snape dentro suyo era algo nuevo, era algo salado probablemente a causa del sudor, comenzó a lamerlo con mucho cuidado subiendo y bajando la lengua, también succionaba de forma vigorosa la punta sacando gemidos ahogados de la boca de su amor.

 

-Ni se te ocurra comértelo-comentó mientras trataba de ahogar los gemidos que salían tras cada succión que le hacían. Si bien era la primera vez que Sirius lo hacía se sentía totalmente exquisito, sintió un ligero temblor en las piernas, un ligero shock en la parte baja de su cuerpo y poco después sintió como era liberado, se sintió más fresco.

 

-Sabes delicioso amor-declaró Sirius una vez se tragó una parte del semes que había salido, no era mentira pero tampoco era del todo cierto, siendo la primera vez debía acostumbrarse al sabor. Aún así lo había disfrutado bastante. La mejor parte había sido hacer sentir bien a su pareja, como debe de ser.

 

-¡idiota!-más allá que enojó fue pena lo que le impulsó a llamarlo así, aún con todo eso a Sirius le pareció un elogio. Trató de besarlo pero este se resistió, no iba a dejar que él pulgoso lo besara sabiendo que “eso” había pasado por su boca.

 

-Yo también te amo-Sirius se levantó resignado y salió a lavarse la boca. Si eso era todo lo que tenía que hacer para poder besarlo lo haría sin dudar.

 

Había tardado alrededor de 10 minutos en su limpieza bucal para que Severus no pudiera poner objeción alguna al beso que tanto deseaba. Pero cuando se propuso el buscarlo escuchó con claridad cómo tocaban la puerta de la casa, cosa que le sorprendió pues hasta donde sabía no tenían vecinos, a menos que caminarán más de 10 minutos hasta el siguiente terreno.

 

Se asomó por la ventana y vio a una familia esperando tranquilamente en la puerta de la casa, corrió hasta la habitación solo que para decirle a su novio que se acomodara la ropa ya que tenían visitas muggles y no debían levantar sospechas por ningun motivo, después de esto corrió a la entrada y les abrio la puerta.

 

-Buenas noches joven, somos Joseph y Marta Dunne, ella es nuestra hija Elizabeth Dunne-les presento la señora tan pronto vio al joven abrir la puerta. La familia estaba un poco nerviosa pues tenían varios temas que tratar-Supongo que ustedes son familiares del señor Alphard Black, hace mucho que nadie venía a esta casa.

 

-Sí señora, yo soy Sirius. Su sobrino, pasen-sonrió mientras le dejaba entrar a la familia rumbo a la sala que tenía la casa. Le sorprendía que su tío tuviera amigos muggles o siquiera que allá interactuado con ellos pero eso ya no importaba, ahora los tenía en la sala de la casa y esperaba que Snivellus supiera qué hacer.

 

-Buenas noches-saludo Snape tan pronto había entrado a la habitación. Analizo a las personas allí y no parecían más que unos campesinos, pero decidió mantenerse alerta por si se trataba de alguna otra cosa; tambien tenia la varita oculta en la ropa.

 

-¿Son hermanos?-preguntó la mujer analizando la casa, tenía exactamente la misma decoración de la última vez que habían ido, solamente que en esa ocasión no había ningun cuadro colgado en las paredes, ni las cortinas negras que caracterizaban la casa. Antes siempre rumoraba que en aquel lugar vivía gente satanica.

 

-Sí, somos Sirius y Severus Black-contestó de forma apresurada el verdadero Black, pues entre sus nervios no podía concebir decirle a esa familia de muggles sobre su relación.

 

-Disculpen ya que no tenemos nada que ofrecerlos, recién nos mudamos así que no tenemos provisiones ni ningun alimento-aclaro Severus antes de que al idiota de su novio se le ocurriera la grandiosa idea de ofrecerles algo que no iba a estar alli presente.

 

-No hay problema, solo venimos a saludar ya que desde que se fue su tío nos dejó encargado el gran huerto de su terreno y no queremos que crean que somos ladrones o algo por el estilo, solo trabajamos la tierra para posteriormente cultivarla, aunque ya que es suya sera su decision si lo seguimos haciendo o no-les comento el padre haciendo que su mujer y su hija pusieran cara de súplica, se veía obviamente ensayado.

 

-Delimitaremos hasta qué punto del terreno pueden pasar, además nos vamos a quedar con una parte de la cosecha para consumo personal, si no tienen inconvenientes con ellos pueden seguirla trabajando-nuevamente habló antes el Slytherin tenía que ver qué era lo que más les convenía considerando que ninguno tenía empleo, aun peor que aquellas personas rondaría cerca de la casa todos lo días.

 

-Muchas gracias joven, en agradecimiento les invitamos a cenar mañana a nuestra casa, es saliendo del terreno hacia la derecha; caminan todo derecho hasta toparse con un pequeño pozo, de allí se adentran en el camino de tierra y desde esa distancia ya podrán distinguir nuestro humilde hogar, la cita sera a las 6 p.m.

 

Así se marcharon esas personas, no tanto por obtener lo que querían, más parecía que estaban huyendo de la única persona allí presente que podía causar pavor a todo aquel que se cruzara en su camino.

 

La pareja suspiro de alivio una vez perdió a sus vecinos de vista. Había sido más que una visita incómoda, una en un mal momento. Regresaron a la que sería la recamara de Sirius y ambos se sentaron en la cama, querían hablar de su situación pero ninguno sabía por dónde empezar.

 

-Creo que necesitamos comprar pintura, quizá un nuevo tapiz y otras cortinas, también necesitamos focos nuevos. Si esta va a ser nuestra casa lo mejor será que la decoremos como es debido, no te ofendas mi amor pero no puedo vivir en un lugar todo negro y verde, no puedo.

 

Severus sonrió y volteo a verlo para poder propinarle un beso como era debido, se lo había ganado sin duda alguna, cuando había pensado en vivir son Sirius no pensó más que en problemas pero no contempló el factor más importante allí presente. Ambos se querían y si dos personas de verdad se quieren cuidaran una de la otra pasará lo que pasara, así eran ellos, protegiéndose el uno al otro.

 

-Me gustas mucho-le susurro al oído una vez terminaron el beso. Así salió Snape rumbo a su habitación, esperando que la fuerza de voluntad de su novio fuera tan grande como para poder resistir la tentación de ir a su búsqueda para continuar lo que habían empezado momentos atrás.

 

El joven Black con todas sus fuerzas, la increíble voluntad que poseía y su muy desarrollada imaginación resistieron esa noche. Pero no sabía por cuánto tiempo podría hacerlo, debía admitir que el tener a la persona que amas tan cerca de ti y no poderla tocar era algo que podría considerarse casi un crimen desde su punto de vista, pero no le quedaba más alternativa que esperar.

Notas finales:

También les traigo una pequeña sorpresa y es que me he pasado bastante rato intentando hacer un dibujo desente de la pareja protagonista. Me encantaría saber qué opinan de mi técnica. ¿Alguien tiene Tumblr? Pueden buscarme como Yusei156 (si, me gusta mucho ese alías).

http://yusei156.tumblr.com/

http://yusei156.tumblr.com/image/141922807065

Espero leer sus comentarios, o que disfruten de la lectura. Muchas gracias a todas aquellas personas que estuvieron comentando y dando su opinion con respecto al fic, me dan muchas ganas de seguir escribiendo. Hasta pronto.

atte: Yuu

 PROXIMA ACTUALIZACIÓN 

 

 Abril 10, 2016

 

 


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