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Era solo una broma por Yusei156

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Notas del capitulo:

Holas mis muy queridos lectores!

Espero les guste este capítulo el cual tengo calcula será el penúltimo.

Nos leemos más abajo (por temor a escribir de más)

Nadie pensaría que su último año en Hogwarts terminaría tan rápidamente, al inicio todo había sido tenso y raro, sobre todo por como James miraba a Severus cada que lo veía pasando solo por los pasillos. Al inicio pensó que la nueva relación de su mejor amigo con la peor persona que podía haber elegido en el mundo haría que este se alejara de él, pero no fue así.


Quien los viera en realidad no pensaría que eran pareja, antes parecía o se sospechaba algo de su relación, pero eso cambió. No supo qué fue pero no le importaba ya que su mejor amigo estaba feliz de la vida cada que miraba y se perdía en la “exotica belleza” que representa Severus Snape. Nunca tuvo el valor de preguntarle qué les sucedía, pero eso poco importó ya que ese año Lily Evans por fín había accedido a salir con él. Bajo la única condición de que la hiciera feliz durante toda la vida. Cosa que no dudó en prometer y jurar un sin fin de veces.


Llevaban ya dos años de haber salido de Hogwarts, los merodeadores eran ya parte de la Orden del Fénix, una organización secreta fundada por Albus Dumbledore para ponerle frente a los mortífagos y sus planes para controlar el ministerio de magia.


Para Sirius esa guerra era no solo un constante recordatorio de lo que se supondría significaba tener por apellido Black, también era una clara advertencia a su supuesta tradición y un constante ajetreo pues varias personas de su familia ya habían tratado de matarlo en contadas ocasiones. Pero eso no era lo que más le preocupaba en la guerra, sino su novio quien estaba mas inmiscuido de lo que esperaba.


El haberse enterado de que su pareja era nada más ni nada menos que un mortifago al servicio de Lord Voldemort no le enfermaba o le revolvía el estomago pero había sido un fuerte shock emocional, no estaba seguro de cómo debía de actuar pero la manera en que se había enterado no le dejaba poder enojarse con Severus Snape.


El día que supo toda la verdad fue poco después de salir de Hogwarts cuando Severus le dijo que debían hablar muy seriamente, en ese momento pensó que se trataba de su relación. Pero fue peor de lo que esperaba.


-Sirius, recuerdas que mi madre falleció el día de mi cumpleaños…-fue más un comentario que una pregunta, se notaba el nerviosismo en su voz y sus amplias ganas de soltarlo para ser libre.


Sirius sólo asintió, no quería poner más nervioso a su pareja. Sabía el golpe que aquello había resultado para su persona y que aunque se propuso acompañarlo a su sepelio este se nego insistiendo en afrontarlo solo. Y cuando le había preguntado qué había pasado este se limitó a decir “nada” o a guardar silencio.


-Ese dia cuando llegue a mi casa mi padre no estaba, solo habia una nota que decía “feliz cumpleaños bastardo” en la puerta de mi recamara, ¿Sabes lo que asenti?-suspiro un poco, cada vez le costaba más trabajo recordar sin romper en llanto.-Después de sepultar a mi madre salí a buscarlo. Lo encontré en una cantina de mala muerte en el centro de Londres, se había llevado lo que quedaba de la fortuna de mi madre.


-¿Que hiciste Severus?-pregunto deduciendo lo que vendría a continuación en su historia, pero no lo quería creer. También había sido su culpa por aceptar el dejarlo marchar solo sabiendo la situación de su familia.


-Poco antes, un año antes de que mataran a mi madre. ¿recuerdas que viví un tiempo con Lucius? Pues con él fue que conocí a Voldemort-paro analizando la mirada de su animago, temia que con tan solo decirle eso este saliera de su casa y lo abandonara.


-¿Hablas en serio? ¿Tu eres…?-el solo completar la pregunta le hace sentir mareado, no podía ser verdad lo que escuchaba. Pero cada que miraba la cara avergonzada que tenía su amado terminaba con confirmarlo.


-Me uní a él, no por estar de acuerdo con sus ideas, al menos no todas y tambien lo hice por tu hermano, tu familia lo obligó a unirse a él y yo quería protegerlo. Regulus aun es joven y al igual que tú suele ser muy testarudo no podía dejarlo solo.


-¿Te ha hecho algo?-más que sorpresa su mente se inundó de preocupación, en su interior ya sabía que algo asi podia pasar. Ya que era bien conocido que algunos Slytherin de los últimos grados eran mortifagos, como en el caso de su prima Bellatrix.


-Solo te castiga cuando te cree incompetente, pero yo no soy asi; al menos ya no tanto-respiro un poco aliviado-Sirius yo lo saque del bar con toda la fuerza que tenía, lo transporte al bosque de Winchester y allí lo torture, lo crucie, había más mortifagos presentes ¡Era una prueba del Lord! ¡Era mi venganza! Sirius, yo mate a mi padre.


-Sev…-trato de procesar aquello. Mentiría si dijera que estuvo mal, podía sonar cruel pero si hubiera estado en su lugar seguramente habría hecho lo mismo, en vez de recriminarle algo a su novio se decidió a tratar de comprenderlo. Se notaba en su mirada la búsqueda de perdón y consuelo que anhelaba.


-Lo se, no solo fue por el dolor y el odio que tenía por él. También sirvió para confirmar mi lealtad al Lord, se que no te gusta la idea pero necesito estar en una buena posición no sólo para proteger a Regulus, también he procurado protegerte a ti.


-¿Protegerme?-era más que claro que se trataba de más información de la que podía procesar en ese momento.


-Estaban buscando magos traidores de sangre, nacidos de muggle, mestizos, squibs, buscaban de todo para eliminarlos. Entre los nombres estaba el tuyo, hasta ahora e evitado que te pongan como prioridad.


-Entiendo amor que te preocupes por mi, pero quiero que sepas esto. No puedo estar contigo si enserio comparte los ideales. Me sería imposible pensar en vivir con alguien que está dispuesto a matar a toda esa gente solo por las estúpidas ideas de los sangre pura ¡Dios Sev! ¡Deje a mi familia por esas estupideces! Pero me doleria mas dejarte-se notaba el enojo y la tristeza en su voz, Snape lo sabía. Había decepcionado a la persona que mas amaba en el mundo.


-Lo se, dejame aclararlo. No creo en Voldemort pero si seguire sus órdenes, se que Dumbledore te propuso unirte a la Orden del Fénix. Yo sere un infiltrado en el campo enemigo.


-¿¡Estas bromeando!? ¡Sabes lo que te harian si te descubren!-era totalmente inaudito. No quería dejarlo, no podía dejar que hiciera aquello pero Sirius sabía que una vez teniendo la marca esta era una cadena de por vida. Snape jamás podría librarse de ella, pero al menos trataría de hacer lo correcto.


-Eres el único que lo sabe, solo Dumbledore y tu lo saben, hazme el favor de no contárselo a nadie, ni al idiota de Potter.


-Bien, pero yo me unire a la orden y si te veo en el campo de batalla no dudare en protegerte ni un minuto. Sev me moriría si algo te pasará-ambos se miraron a los ojos, Severus estaba infinitamente feliz. La persona a la que amaba había escuchado y perdonado sus pecados, no lo dejó al enterarse la verdad cosa que agradeció desde el alma.


Cerró los ojos y unas leves lágrimas bajaban de sus mejillas, Black se limitó a limpiarlas con sumo cuidado y luego depositar un casto beso en sus labios. Ese día decidieron que debían terminar su relación, y así fue. Solo dos personas además de Albus Dumbledore sabían de ello y eran Regulus Black y James Potter.


Ahora ya dos años después, por buena o mala suerte jamas se habian encontrado en el campo de batalla, pero la vida se había complicado más de lo que Sirius lo hubiera deseado y solo pensaba en una solución a sus problemas. Para salvar a Severus del final que podría pasar si lo descubrieran era huir, salir de la guerra y huir.


En ese momento él ya había tomado la decisión por ambos, debía de hacerlo y sabía cuál sería la razón idónea para que su pareja se fuera con él sin chistar, pero antes debía de comentárselo a su mejor amigo, debía decirle a James. Con el avance de la guerra él había sido el único en quien podía confiar ahora no sabía si Remus se pondría del lado de los magos o sucumbiría a su condición de Licántropo, menos podía pensar en decirle a Pettigrew sabía que este aún odiaba a Snape y haberlo convencido que habían terminado les había costado trabajo.


-¡Sirius que bueno que llegas! Estábamos esperándote-le dijo James muy animado, mientras salía a recibir a su mejor amigo-Lili también está emocionada de verte, aunque seguro no te lo dirá-le susurró al oído mientras lo conducía a entrar a su casa.


-Lili, preciosa ¡qué bien te quedan esos kilos que subiste!-le dijo con su sonrisa socarrona, nada mejor que molestar a la esposa de su amigo cada que la veía. Ella lo odiaba por haber sido cruel con Severus y luego lo siguió odiando por salir con él ¿pero quién entiende a las mujeres?


-Estoy embarazada-le dijo sin muchos ánimos, aún a esas alturas no podía creer que la amistad de esos dos no se acabará. Sirius Black era por mucho el peor de los cuatro merodeadores, y era un Black, no se podía fiar de él con tanta facilidad.


-¿No dije eso preciosa?-preguntó sonriendo, mientras la veía decirle algo al oído a James y subir a lo que seguro sería su habitación. Sabía muy bien que ella lo odiaba, que no confiaba en él. Pero no podía hacer nada, su mejor amigo había decidido casarse con esa mujer aunque le había insistido que era una muy mala idea.


-Sabes que a ella no le gustan tus bromas canuto-le dijo con tono de reclamo, pero sabía que no lo iba a poder cambiar. Era la persona de mayor confianza que tenía en el mundo y no lo dejaría ir jamás.


-Lo sé-no sabía qué más decir sobre aquello pero quería darle la gran noticia a su amigo y esperaba en que se lo tomara tan bien como cuando les contó de su relación- ¿Qué querías decirme Cornamenta?


-Bueno Sirius, hemos decidido que queremos que seas el padrino de nuestro hijo-no podía contener su felicidad, ambos estaban bastante contentos del pequeño que tenía Lili en su vientre.


-¡Vaya eso es estupendo! Ahora yo tengo algo que pedirte-se puso serio nuevamente y miro a James a los ojos, por un momento creyó haber visto a su mejor amigo sudar frío le recordaba cuando al fin se había sincerado con ellos-James Potter ¿Serías el padrino de mi hijo?


-¡¿Estás bromeando!?-más que grito de alegría se notaba que era de enojo y confusión-¿¿¡Severus y tú tendrán un hijo!??-no quería creerlo, eso no podía estar pasando.


-Tranquilo Cornamenta, recién nos enteramos del niño y quiero huir con Severus de aquí, quiero que nos vayamos lo más lejos de la guerra como nos sea posible. Y yo…


-Sirius no puedes hacer eso, estás en la Orden ni puedes irte solo porque tu pareja espera un hijo. Tienes que enfrentar la guerra y abandonar a Snivellus en casa-debía de convencerlo de quedarse, no podía soportar la idea de que su mejor amigo se marchará a quien sabe dónde un sin fin de tiempo.


-Ya lo hable con Dumbledore, el está de acuerdo conmigo. Cumpliré unas misiones más antes de partir cuando Sev tenga 4 meses. No podemos correr el riesgo de quedarnos.


-No entiendo de qué hablas, el único que corre riesgo aquí eres tú. Sabes que el inútil de tu novio no va a combate. ¡Ni siquiera es miembro de la orden!-Nonpodia llevarle la contraria a James, si le decía que debían de marchar porque Severus era mortífago seguro y no se acabarían nunca los problemas.


-Ya lo decidí James-no le quedó de otra más que levantarse y dirigirse a la salida. Esa era una batalla que no quería librar-Nos veremos dentro de dos días para la misión en Resnick.


Y se fue de allí dejando a James boquiabierto. Al llegar a su hogar Sirius se encontró con la más bella imagen del mundo. Su novio estaba en la sala verdaderamente sorprendido tratando de ocultar bolsas de compras mientras veía a Sirius entrar a la habitación con su muy particular sonrisa.


-¡Aprende a tocar idiota!-le comentó fingiendo enfado, quería creer que Black no se había percatado de las cosas que escondió, pero eran muy pocas las probabilidades.


-¿Es escondes allí Cervatillo?-preguntó cariñoso, tenía sus sospechas de lo que se encontraba oculto y quería por sobre todas las cosas mirar que había comprado su bello y quizá futuro esposo.


-Bien…-no iba a pelear por ello. Era mejor mostrárselo y darle la sorpresa que guardar para sí el conocimiento de su actual estado. Sacó un par de bolsas de papel que contenían dos mamelucos para bebé, uno color verde pastel y el otro rojo en la misma tonalidad.


-¡Son preciosos Sev!-le agarró y lo estrechó entre sus brazos mientras plantaba un suave beso en sus labios-¡No puedo esperar a que nazca nuestro cachorro!


-¿Cómo lo supiste?-se notaba un poco el enojo que tenía en la mirada, estaba claro que lo quería sorprender con la noticia y no contaba con la astucia de su bello amante.


-Cada que duermes me quedo otro rato despierto para poder observarte. Un día me di cuenta de que había una pequeña fuerza mágica, aún es débil pero la podía sentir claramente y noté que provenía de tu vientre.


-¿Porque no me lo dijiste?-estaba algo confundido, él se había enterado apenas ese día cuando había ido a San Mungo a su chequeo mensual y le habían dado la impactante noticia de que dentro de apenas 8 meses sería padre del hijo de su pulgoso amor.


-Antes quería preparar todo. Debemos de irnos de aquí, te sacaré de la guerra mágica y nos iremos muy lejos para poder estar a salvo.


-¿Preparar todo? Black te atreviste a hacer planes para huir sin consultarme nada-le dijo más como pregunta como deducción y Sirius comprendió que en esa ocasión sí estaba algo enojado su novio.


-Sabes que tenemos que huir, si algún mortífago se entera ¡imagínate lo que te harán! No voy a permitir que te hagan nada y mucho menos a nuestro hijo-se veía la decisión en sus ojos. Era imposible ya el querer que se retractara, cuando un Black quería algo lo conseguía.


-Bien, como quieras-había perdido, sus años como mortífago si irían al carajo por el embarazo pero de solo pensar en la criatura sentía en su corazón que valía la pena.


Se besaron entregándose mutuamente a la alegría y el gozo que representaba el tener su amor materializado en un ser que sería mitad de uno, mitad del otro. Un fruto de amor que se profesaban. Esa noche se entregaron en sincronía mientras sus cuerpos danzaban al ritmo en que hacían el amor, esa noche durmieron abrazados amándose cada vez más.


Pasaron dos días y Sirius tuvo que partir. Al fin la misión en Resnick se llevaría a cabo. Un informante les había dicho que allí un gran grupo de mortífagos se reuniría para atacar a los Lehninger una rica familia de magos sangre pura que promovía la reproducción con muggles. Sabían que sería un arduo combate pero debían de protegerlos a todos, debían ganar esa guerra.


Combatir contra mortífagos se estaba convirtiendo en la especialidad de James Potter y Sirius Black. No todos eran impredecibles y varios de ellos podrían ser considerados como imparables. Pero no eran los únicos que se encontraban en ese momento en el campo de batalla. La mayoría de los miembros de la Orden eran fuertes y capaces en combate. Un claro ejemplo de ello eran los gemelos Prewett.


-¡Gideon! ¡Tu derecha!-gritó James para que su amigo y aliado pusiera un <<protego>> evitando así el ataque.


-Sígueme James-le dijo el pelirrojo mientras corría y se separaba de la formación. Al ver aquello su hermano Fabián entendió que debía de hacer lo mismo pero del lado contrario. La idea era bastante simple, constaba de rodear a los mortífagos restantes. Si los conducían y los apresaban como era debido podrían apresar al menos a 10 de ellos.


Sirius corrió del lado de Fabián sabiendo lo que estos planeaban. Pronto se les incorporó Andromeda Tonks y Alastor Moody. De su lado de la batalla se encontraba Bellatrix Lestrange, Antonin Dolohov, Alecto Carrow entre otros. La batalla fue brutal, antes de poder preocuparse por otro debían de preocuparse por uno mismo, pero a Fabián Prewett le fue imposible no pensar en su hermano.


Del otro lado de batalla Gideon coordinaba sus ataques con James y Frank quienes habían logrado cercar a muchos de los mortífagos que estaban de su lado. Cuando sin poder darse cuenta un fuerte hechizo cayó sobre Longbottom haciéndolo volar por lo aires.


-¡Cúbreme Potter! ¡Voy por el!-gritó el pelirrojo corriendo en dirección a su aliado y amigo, lo último que haría sería huir del campo de batalla aún si eso le costará la vida.


James se quedó contra atacando mientras veía aquella figura vestida toda de negro golpearle, pero los hechizos que mandaba era algo inusual para ser un mortífago. Ninguno de ellos era ni remotamente mortal. Podía esquivarlos o repelerlos con facilidad, por ello tomando confianza en el combate grito <<incendio>> el cual prendió llamas alrededor de su atacante haciendo que este cayera en un momento de duda.


En ese momento pudo al fin ver quién era su atacante. Nadie más ni nadie menos que Severus “futuramente muerto” Snape. No podía creerlo ¡Cómo le diría a su mejor amigo que su novio era un mortífago. Al ver la distracción de Potter, Snape decidió desaparecer del campo de batalla dándolo como perdida, tan solo esperaba que fuera su imaginación y que James no corriera gritando su ahora gran descubrimiento.


Potter se quedó estático pensando en lo que haría a continuación, no podía ser tan cruel con su amigo como para contarle aquella cruel verdad. Pero tenía un plan y no tenía tiempo que perder o sino sería el fin de su mejor amigo.


-Frank, sé que te irás de misión a Francia dos semanas-Este se limitó a asentir pues aún le dolía la espalda del tremendo golpe que se había llevado recién-Hazme un favor, Sirius ha estado algo raro y creo que necesita un poco de tiempo lejos para despejar su mente ¿podrías llevarlo contigo?


-Claro James, si él no se opone notificaré a la orden que él será mi compañero.


-Muchas gracias Frank-le dijo sonriendo. Ahora debían de reunirse con el resto de sus compañeros y poner su plan en marcha mientras que Sirius no estaba. Era cuestión de vida o muerte, era el futuro de su mejor amigo.

Notas finales:

Supongo que muchos ya sospecharan del fínal aunque yo aún creo que les puede sorprender. El fanfic acabará poco antes de lo previsto pues parece que ya no hay tanto interés en el texto lo cual me ha deprimido un poco. Y como verán es por ello que el capítulo fue más rápido que de costumbre, una sincera disculpa si esto no les ha gustado, espero el excelso final que estoy preparando sea a la altura de sus ideas o imaginaciónes.

 

Me temo que no actualizare este futuro domingo por cuestión de horario y que no estaré precente en mi casa durante esas fechas (por causas escolares) pero sin falta ese día estara.

 

Espero ansiosamente el leer sus comentarios ahora que nos encontramos en la recta final y recordándoles que habrá una segunda parte cuyo argumento ya tengo bien planteado así que nada ni nadie me sacara de esa idea. Un saludo muy grande a todo quienes se molestaron en leer esto y que tengan un buen inicio de semana!

La siguiente actualización sera hasta el 8 de Mayo del 2016 

 

Atte: Yusei 


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