Era dificil creer que el nada cohibido Sirius Black se encontrara en ese momento tranquilamente escribiendo en la biblioteca, ya había pasado al rededor de una semana del pequeño “incidente” del ramo de flores y ahora las cosas con Snivellus iban considerablemente mejor pues recientemente había dejado de ignorar a Black para prestarle la habitual poca atención de antes. Es por ello que en ese momento se encontraban tan tranquilamente escribiendo en la biblioteca.
Black muy concentrado escribía en un pedazo de pergamino que tenía consigo un poco distraído, estaba pensando en como iniciar una conversación con Snivellus sin hacerlo enojar, pero sobre todo para poder levantar pasiones o al menos que este accediera a ir al baile de invierno con él, ya que faltaban tan solo dos semanas.
“Snivellus: Quiero que sepas que aun no dejo de pensar en eso beso, no creo olvidarlo jamás, sé tan amable de comenzar a salir conmigo.
Pulgoso”
Le dio el pedazo de pergamino de la forma más sutil que pudo. Lo colocó frente a su rostro mientras este estaba muy concentrado leyendo un libro probablemente de posiones pues se notaba que le gustaba mucho. La miro enojado una vez hubo acabado de leerlo, estaba claro que no le complacía nada el tener que ser interrumpido cada que su acompañante quería.
“ Olvida ese beso, has de cuenta que nunca pasó. No saldré contigo, recuerda que yo amo a Lili y a nadie más. Rindete.”
Así como le habían entregado el papel había contestado. No le gustaba nada la insistencia del pelinegro y sí el no salir con él significa que los merodeadores le seguirán molestando no le importaba ya mucho. Ese era su penúltimo año en Hogwarts, siendo ya tan poco tiempo para no volver a verlos seguro lo podría soportar.
Canuto solamente frunció el entrecejo nuevamente, detestaba el ser rechazado. Sobre todo si se trataba de Severus. Por alguna extraña razón le lastimaba el orgullo el hecho de ser rechazado por el pelinegro, no quería admitirlo pero que su encanto no tuviera su total efecto en él le frustraba un poco. Al inicio pensó que todo iría rápido y que para el baile de invierno podría dejarlo con el corazón roto. Se dispuso a escribir de mala gana.
“No puedo creer que me rechaces de tal manera, intenta salir conmigo te prometo no defraudarte. En serio me gustas y mucho.
PSD: Aún me gusta el aroma de tu `colonia`, tanto que podría estar pegado a ti todo el día”
La volvió a poner en el mismo lugar que su anterior nota. Pero en esta ocasión en vez de leerlo Severus cerró su libro dejando la nota atrapada dentro de él, se levantó abruptamente y salió de allí rápidamente. Si algo debía de apreciar de las habilidades de Snape era lo bien que podía salir corriendo (sobre todo cuando los merodeadores le perseguían) pero sabían muy bien que enfrentarse a él solos podría ser algo mucho más complicado pues también era un excelente duelista.
-¡No te vayas!-le gritó Sirius mientras se levantaba para seguirle. Sin duda su presa era algo difícil de controlar y sobre todo de atrapar. Cuando salió dispuesto a seguirle ya no le encontró, un poco enojado se dirigió a su habitación, si ya no le iba a ver era mejor disfrutar de su tiempo e ir con sus amigos. Desde que había comenzado el acecho ya no les veía tanto.
Una vez comenzó a caminar rumbo a su habitación ya más contento, pensó en que seguro sus amigos tenían planes para ese día. Además habría un partido clandestino de Quidditch entre Gryffindor y Slytherin, no podía esperar a ver a James emocionado y a la expectativa de la espera. Sin duda sería un gran día. Tan solo esperaba que no lo fueran a arruinar las serpientes como era su costumbre hacerlo.
Corrió hacia las canchas de entrenamiento al darse cuenta de que su habitación estaba vacía, su amigo les había prometido que si esa tarde él ganaba ese juego entonces se le declararía a Lili sin problema. Una vez llegó se dio cuenta de que la mayor parte de sus compañeros leones estaban en el suelo. Acción que le volvió una furia, tanto Lupin como Peter estaban heridos.
Decidido busco de dónde venían los problemas y se encontró con Regulus hechizando la escoba de James fue muy tarde cuando escuchó que su hermano decía <<Reducto>> destruyendo así la escoba de su amigo. Para tratar de evitar que el impacto fuera mayor Sirius utilizó el encantamiento <<mobilicorpus>> para parar a su amigo en seco y con cuidado bajarlo para que no se rompiera nada, eran una altura de unos 30 metros.
-<<Desmaius>>-Pronunció Regulus Black logrando no sólo aturdir a su hermano, si no que lo lanzó dos metros más lejos y sufrió varios golpes mientras caía de las gradas con las cuales había chocado con anterioridad.
La próxima vez que Sirius recobró la conciencia se encontraba en la enfermería. No estaba muy seguro de cómo había llegado allí pero sí sabía que su “hermanito” se lo iba a pagar y muy caro. Analizó la habitación y allí también se encontraba James profundamente dormido y con un brazo enyesado. No había señales de Lupin y Peter se veía soñando tranquilo. Sonrió un poco ante tal escena, estaba con sus amigos.
-Me alegra que despertaras-susurro Snape cuando se percató que Black ya estaba despierto. Le había estado vigilando desde el marco de la puerta, no se atrevía a entrar e interrumpir su sueño. Se veía tan tranquilo cuando dormía que no le había importado estar por allí rondando durante más de dos horas.
-¿Estabas preocupado por mi?-preguntó mientras sonreía, eso sí que era una sorpresa. No había una razón clara o lógica para que Snivellus fuese a verle después del enfrentamiento poco exitoso con su hermano, sus prioridades habían cambiado. Primero la venganza y luego se dedicaría a romperle el corazón a Severus, además le había ido a ver eso era un avance ¿no?
No supo qué contestar al inicio, ni el mismo lo había pensado tan tranquilamente ¿le interesaba Sirius? Imposible. Se repetía tratando de creerlo, la última nota que le había dejado el pulgoso en su libro había hecho alguna especie de efecto que le hacía sentirse algo cohibido cuando el Black le dirigía la palabra.
“¿Qué clase de declaración es esa?” Se preguntó mientras trataba de mantener en su rostro su mirada calmada. Sin duda era un tipo de amor que incluiría “connotación sexual” y él no estaba listo para dar ese paso, menos con Sirius, pero jamás por alguien a quien no amara. Un pequeño quejido se escuchó en la habitación sacándolo de sus pensamientos era el saco de pulgas, que exigía algo de atención con una pose de haber sido ofendido.
-Me enteré que Regulus te enfrentó y que saliste perdiendo-le contestó Snape mientras se acercaba. Le había preocupado cuando supo que estaba herido por un combate que él había empezado contra su hermano, le resultaba difícil de creer pues en el pasado se habían enfrentado mutuamente uno a uno y sabía perfectamente que tan hábil era y la facilidad con la que se desenvuelve con la varita.
-Él hizo trampa, yo ayudaba a James a que no se lastimará. Él me atacó por la espalda como la triste y sucia serpiente que es-contestó con veneno en la boca. Cuando vio el rostro enojado del cervatillo frunció el ceño. Se le había olvidado que el allí presente también era de Slytherin.
-Ya veo…-contestó sin mucho ánimo. Le había ido a ver sólo por la preocupación, ahora que eran una especie de amigos o algo así quería saber que estuviera bien, si realmente le molestara tanto el que estuvieran juntos en la biblioteca o en clases de posiones habría buscado una forma nada sutil de hacérselo saber.
-Perdón-le dijo pues a final de cuentas su compañía también era de Slytherin-No todas las serpientes son bajas y sucias-le dijo sonriendo intentando mejorar su humor. Cosa que logró cuando vio una media sonrisa dibujada en su rostro.
-Y no todos los leones con tan descerebrados-ambos rieron un poco, Sirius aún no se encontraba con la suficiente fuerza para reír. Seguro se había dado un buen golpe en las costillas y los pulmones cuando iba cayendo.
-Ahora que sé que estás mejor me voy-le dijo mientras intentaba alejarse, para su disgusto y no su sorpresa Sirius le tenía agarrado de la ropa. Lo conocía lo bastante como para saber que ello pasaría cuando anunciara su retirada.
-Quédate conmigo-le pidió sonriéndole encantadoramente. No siempre se le daba tan buena oportunidad para seguir con su amorío como en ese momento, solía repetirse siempre “mientras más rápido lo enamores más rápido le romperás el corazón” y eso le hacía sentir un poco mejor.
-No lo creo, debo de irme-volvió a pronunciar mientras tomaba las manos de Sirius entre las suyas. Se le acercó tranquilamente y se puso a la altura de sus labios. Black muy complacido se levantó un poco esperando a que su presa diera el siguiente paso hacia algo mucho mejor. Su sorpresa no fue tan grande cuando se dio cuenta de que el juego con sus manos fue solo una táctica para soltarlo y la vaga insinuación de un beso de despedida una total mentira.
Un poco sorprendido miró como este se iba alejando por el pasillo de la enfermería, cuando noto que Severus volteo a verle le sonrio. Aunque no quisiera admitirlo si estaba contento pues era una manera en la que el tímido de Snivellus demostraba algún interés por él. Eso le ayudaba bastante, si todo seguía por buen camino dentro de dos meses podría deshacerse de él.
Antes no le había costado mucho trabajo el hacer que cualquier chica le dijera que lo amaba, aunque claro era muy diferente a que sucediera después de una exuberante noche en la cama a que fuera realmente sincero. Cuando sucedía ello él no tenía fama de corresponder y huía siempre se esa responsabilidad que se le sumaba al momento de enterarse de sentimientos ajenos. Esta no sería la escepcion.